El anti testimonio: Kirill advierte: “Cualquier intento de destruir Rusia significará el fin del mundo”
El patriarca de Moscú vuelve a exaltar el poder patrio durante la Epifanía ortodoxa
“Vivimos un momento de mucha ansiedad, pero creemos que el Señor no abandonará la tierra rusa, y nos dará la fuerza, si es necesario, para proteger a su tierra y a su pueblo”
El patriarca de Moscú añadió que Rusia “tiene armas poderosas” y que su pueblo siempre ha estado “motivado para ganar“
“Cualquier intento de derrotar a Rusia significará el fin del mundo”. El patriarca de Moscú, Kirill, ha aportado tintes apocalípticos a las su ya de por sí polémicas declaraciones desde que hace casi un año Putin invadiera Ucrania. En esta ocasión, lo hizo durante la liturgia de la Epifanía en la catedral de Moscú.
“Hoy existen grandes amenazas para el mundo, nuestro país y toda la raza humana. El deseo de derrotar a Rusia ha adoptado formas muy peligrosas. Rogamos al Señor que ilumine a los necios y les ayude a comprender que cualquier intento de destruir Rusia significará el fin del mundo”, destacó el patriarca, quien añadió que Rusia “tiene armas poderosas” y que su pueblo siempre ha estado “motivado para ganar”.
Sin embargo, añadió, “algunos necios” tienen la idea de que Rusia puede ser derrotada, y serle impuestos “valores que ni siquiera pueden ser denominados así”.
“Hoy vivimos un momento de mucha ansiedad, pero creemos que el Señor no abandonará la tierra rusa, y nos dará la fuerza, si es necesario, para proteger a su tierra y a su pueblo”, culminó.
Kirill llama a los popes a implicarse más en la campaña militar en Ucrania
“Las parroquias deben ayudar a los que están en primera línea
El patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill, llamó este sábado, 21 de enero, a los popes a implicarse más en la campaña militar en Ucrania, a movilizar a los feligreses para que reúnan equipos y alimentos para los soldados e incluso a marchar al frente para prestarles apoyo espiritual
El cabeza de la Iglesia ortodoxa no se limitó a solicitar ayuda material para los participantes en la campaña militar, sino que pidió además a los sacerdotes que puedan marchar al frente para asistir espiritualmente a los soldados
| RD/EFE
El patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill, llamó este sábado, 21 de enero, a los popes a implicarse más en la campaña militar en Ucrania, a movilizar a los feligreses para que reúnan equipos y alimentos para los soldados e incluso a marchar al frente para prestarles apoyo espiritual.
“Si decimos que la Iglesia está con su pueblo, cada parroquia debe ayudar a los que están en la primera línea. Necesitamos movilizar a nuestros feligreses para que reúnan equipos y alimentos“, dijo Kirill, citado por la agencia oficial RIA Nóvosti, en una reunión con representantes del clero en la catedral de la Epifanía de Moscú.
Con los soldados en el frente
El cabeza de la Iglesia ortodoxa no se limitó a solicitar ayuda material para los participantes en la campaña militar, sino que pidió además a los sacerdotes que puedan marchar al frente para asistir espiritualmente a los soldados.
“Sé que ya se hace mucho, pero pienso que es insuficiente. Además, en el espacio mediático no se menciona con frecuencia la ayuda de la Iglesia ortodoxa rusa a aquellos que encuentran en Donetsk, Lugansk, en la primera línea del frente”, dijo.
“Erguirse e ir al encuentro de la muerte”
El patriarca, indiscutible aliado del Vladimir Putin desde que este invadió Ucrania, el 24 de febrero de 2022, reiteró ante su auditorio que los soldados que marchan al frente precisan ayuda espiritual en primer lugar.
“No se les pueden decir formulismos. Hay que saber decir a la persona lo que la fortalece cuando se da la orden de ataque. Una orden sin la cual no puede haber victoria, cuando hay que erguirse e ir al encuentro de la muerte. Eso es lo que hacen nuestros muchachos: se levantan de las trincheras y van al encuentro de la muerte“, afirmó.
Fuente Religión Digital
Mientras que el análisis geopolítico y las decisiones políticas de Vladimir Putin parecen estar cada vez más mezcladas con motivos religiosos y mesiánicos que ven la guerra en Ucrania como la última vía hacia la salvación de Rusia (sobre el texto de Surkov de «¿Qué nos importa el mundo si Rusia ya no existe en él?»), el discurso desarrollado por la Iglesia Ortodoxa Rusa para justificar la guerra y el posicionamiento de Putindebe leerse con atención.
Ayer, 6 de marzo de 2022, domingo de San Juan, domingo del exilio adánico («domingo del perdón»), el patriarca Kirill de Moscú y de toda Rusia celebró la Divina Liturgia en la catedral de Cristo Salvador de Moscú. Al final del servicio, el primado de la Iglesia Ortodoxa Rusa pronunció un encendido sermón en el que justificó las causas de la guerra, respaldando el discurso de Putin sobre Ucrania.
Ese discurso —que traducimos por primera vez y comentamos aquí línea por línea— está marcado por el tono apocalíptico («Lo que ocurre hoy… no es sólo político… Se trata de la Salvación del hombre, del lugar que ocupará a la derecha o a la izquierda de Dios Salvador, que viene al mundo como Juez y Creador de la creación»).
Esto no sorprende a quienes han seguido de cerca la evolución de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que desde hace varios años se presenta como la máxima defensora de la moral social y los valores tradicionales rusos en el contexto de la «guerra cultural» dirigida por un Occidente «decadente». Cabe señalar que la Iglesia Ortodoxa Rusa y las burocracias de seguridad (FSB) son las únicas instituciones centrales importantes que sobrevivieron el derrumbe del sistema comunista y se insertaron orgánicamente en el régimen de Putin.
El argumento principal del sermón de Kirill sirve para justificar la invasión rusa de Ucrania, ya que Occidente pone a prueba las leyes naturales de Dios: «Hoy hay una prueba de lealtad a ese poder [occidental], una especie de pase hacia ese mundo ‘feliz’, un mundo de consumo excesivo, un mundo de aparente ‘libertad’. ¿Saben en qué consiste esta prueba? La prueba es muy sencilla y al mismo tiempo aterradora: se trata de un desfile del orgullo gay”. En este sentido, la palabra bíblica paradójicamente consagrada al «perdón» sirve para justificar la guerra en la tradición bizantina del cesaropapismo: «Y así hoy, en este domingo del perdón, yo, por un lado, como su pastor, los invito a perdonar los pecados y las ofensas, incluso cuando es muy difícil hacerlo, cuando la gente está peleando entre sí. Pero el perdón sin justicia es una rendición y una debilidad. El perdón debe, pues, ir acompañado del derecho indispensable a estar del lado de la luz, del lado de la verdad de Dios, del lado de los mandamientos divinos, del lado de lo que nos revela la luz de Cristo, de su Palabra, de su Evangelio, de sus mayores alianzas entregadas al género humano”.
Con este discurso nos enfrentamos a una visión del mundo que va mucho más allá del relato político y de la definición de una narrativa a la que estamos acostumbrados en nuestros espacios políticos. De hecho, y esto es lo que hace urgente la lectura de este texto, desde la invención de la bomba atómica quizás nunca hemos vivido el momento más intenso de la teología-política: una potencia nuclear comprometida en una «guerra santa».
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