Sin embargo, tras su revelación, Campbell es retirado de la lista de profesores suplentes de la escuela para ser despedido pocas semanas después. «En este momento, elegimos no contratar a alguien que sea abiertamente gay (…). Le dije que con ese, en este momento, hay una inconsecuencia entre sus creencias sobre sexualidad y las creencias de la escuela», declara Des Mitchell, director del centro privado del que han despedido a Campbell semanas después de comunicar su orientación sexual. Contradictoriamente, a pesar de defender su decisión de despedir a Campbell, Mitchell asegura que el profesor era querido y respetado tanto por sus colegas como por sus alumnos.

La sección 73 de una ley de 1984, que todavía sigue vigente en Australia, permite que cualquier persona perteneciente al colectivo LGBT pueda ser despedida de una escuela privada o religiosa sin tener que alegar ningún motivo, pudiendo incluso negar la admisión de un alumno que sea abiertamente homosexual o que haya sido criado en una familia del mismo sexo. Lo que quizás Mitchell y el centro que dirige no hayan previsto con el despido de Campbell en estos momentos es que sean muchos los que han alzado la voz para que el gobierno revise esta normativa discriminatoria, sobre todo días después de que los ciudadanos australianos hayan respaldado le legalización del matrimonio igualitario en un plebiscito que ha dejado claro que es un país inclusivo.