Comentarios desactivados en Josep Lligadas: “La rigidez de la Iglesia en materia sexual siempre me pareció irracional”
El teólogo y sacerdote secularizado aborda en un libro el sexo, la pareja, la familia y la fe cristiana
“Siempre que se habla de sexo en la Iglesia se hace con miedo y hay muchas cosas que la gente ni se atreve a decir”
“La doctrina oficial católica en materia sexual no no es bien recibida ni seguida por una importantísima parte del pueblo cristiano”
“El sexo y la familia son temas intocable, como si formaran parte de la revelación de Dios y que por tanto no se pueden plantear o ser vistos de otra manera. Esto es un drama que no sucede en ningún otro ámbito de la vida cristiana”
“La vida humana está llena de maravillas. Una muy relevante es, sin duda, el sexo, la vida sexual”. Con estas palabras empieza Sexo, pareja, familia, fe cristiana: UN CAMBIO IMPRESCINDIBLE (L’agulla, 2021), el libro con el que el teólogo Josep Lligadas (Viladecans, Barcelona, 1950) pone sobre la mesa una oportuna reflexión sobre uno de los temas más candentes que afronta la Iglesia católica.
Lligadas, que el domingo pasó por el Paraules de Vida de Catalunya Ràdio, no duda en afirmar que la sexualidad es un tabú dentro de la Iglesia. “Siempre que se habla de sexo se hace con miedo y hay muchas cosas que la gente ni se atreve a decir. Por esta razón yo he querido reflexionar abiertamente sobre ello; porque lo que es seguro es que la doctrina oficial de la Iglesia católica en materia de sexo no es bien recibida ni seguida por una importantísima parte del pueblo cristiano”, aseguró el teólogo ante los micrófonos de la radio pública catalana.
Avui ens ha acompanyat en Josep Lligadas per parlar del seu llibre ““Sexe, parella, família, fe cristiana: Un canvi imprescindible”. Un treball que només es pot trobar a través d’internet.
No et perdis les seves reflexions 👉 https://t.co/ITV2Twc8tnpic.twitter.com/tf5K6UQN4X
“Todo lo que hace referencia dentro de la Iglesia al sexo y la familia se ha convertido en un tema absolutamente intocable, como si esto formara parte de la revelación de Dios y que por tanto nadie se puede plantear que la cuestión pueda ser tratada o vista de esta manera. Y esto, ciertamente, es un drama que no sucede en ningún otro ámbito de la vida cristiana”, advierte Lligadas.
La clave que le llevó a plantearse escribir este libro fue el hecho de tener amigos y amigas homosexuales. “La rigidez de la Iglesia en esta materia, siempre me pareció irracional, por ello he abordado el tema con cierta frecuencia en mis colaboraciones en Foc Nou y otros medios”.
Un libro que dedica “a Alfonso Carlos Comín, que hace cincuenta años ya decía que gracias a Dios en muchos sectores de la Iglesia por fin se había abierto paso la convicción de que había que luchar radicalmente por la justicia y la igualdad, pero que en cambio no parecía que nadie se plantease la necesidad de una transformación igualmente radical en la posición de la Iglesia respecto a los temas relacionados con el sexo, y también era necesario”.
Ordenado sacerdote en 1976 por el seminario de Barcelona y doctor en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana, Lligadas ejerció el ministerio presbiteral principalmente en Mataró, como responsable de pastoral juvenil del arciprestazgo, vicario de la parroquia de Santa María y luego párroco de la de María Auxiliadora. Durante cinco décadas ha estado vinculado al Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona (CPL). Autor de un amplio número de materiales y publicaciones de tema litúrgico, teológico, de espiritualidad y de vida cristiana, en 1995 dejó el ejercicio del ministerio presbiteral para casarse con Mercè Solé.
Comentarios desactivados en Loewe rinde homenaje al actor y cantante Divine con una exposición retrospectiva en el PHoto España 2021
Aunque ya hayan pasado más de 32 años de su trágica y repentina muerte, está claro que Harris Glenn Milstead, más conocido por su nombre artístico Divine, sigue siendo aún hoy uno de los artistas drag más populares, irreverentes e inspiradores del planeta. Quizás por ello, Loewe y la Fundación Loewe han decidido rendir homenaje al actor y cantante estadounidense presentando en el marco del PHoto España 2021 una exposición dedicada a su vida y carrera que desde hace unos días —y hasta el próximo 22 de junio— podrá visitarse en la Casa Loewe de Madrid (c/ Serrano, 39).
El actor, cantante y drag norteamericano Divine se ha convertido en el protagonista de una exposición de fotografía, ilustración y cine que Loewe y la Fundación Loewe presentaron hace unos días con motivo de la XXIV edición de PHotoEspaña —conocido festival internacional de fotografía y artes visuales—. La exposición retrospectiva, que puede visitarse en Casa Loewe Madrid (c/Serrano, 39) hasta el próximo día 22 de junio, está comisariada por María Millán y consta de más de cuarenta imágenes firmadas por fotógrafos como Greg Gorman, Antonio López, Clay Geerdes, Marcus Leatherdale, Robyn Beeche, Bill Bernstein, Chris Callis o Amy Davis, así como del documental de Jeffrey Schwarz I am Divine.
«La exposición está dedicada a la figura de Divine visto desde distintos prismas y muestra algunos de los momentos más estrambóticos del artista en sesiones fotográficas, subido al escenario o entre bastidores. También se podrán ver fotos de los álbumes personales de Milstead, con imágenes de su infancia, en el colegio o de vacaciones con su familia o amigos», explican en su web los responsables de PHoto España.
Cabe recordar que, ya el pasado año, Loewe convirtió a Divine en una de sus musas durante el mes del Orgullo LGTBI. Por un lado, la firma puso en pie una exposición digitalsobre memorabilia del artista. Por otro, se atrevió a hacer una colección cápsula inspirada en sus famosos looks. El director creativo de Loewe, Jonathan Anderson, comentó entonces que el 15% de los fondos recaudados con las ventas de aquellas prendas se donaría a Visual AIDS.
La historia de Glenn Milstead, nacido en octubre de 1945, es la de un chaval de Baltimore acosado por otros niños que tuvo la suerte de toparse un día con otros marginados (el cineasta John Waters y su troupe cinematográfica) que le aceptaron y le quisieron sin condiciones. Siendo aún un adolescente, logró revolucionar el (hasta entonces aburrido) mundo del drag, desafiando para ello las normas de género, las convenciones culturales y las nociones preconcebidas de belleza.
A mediados de los sesenta, Divine comenzó a actuar en películas independientes de bajo presupuesto. Entre otras cosas, consiguió tirar de disciplina y sentido del humor para exagerar todo aquello que los demás odiaban de él y proyectar su ira contenida en los revolucionarios e inolvidables personajes a los que dio vida durante su carrera. Entre esos personajes destacó especialmente el de Babs Johnson, una delincuente que vive con su familia en una caravana y lucha por convertirse en la persona más inmunda del planeta en el filme Pink Flamingos (1972).
Aquella cinta, catalogada en su día como la película más asquerosa de la Historia, le dio a Divine fama mundial gracias (sobre todo) a aquella inolvidable y escatológica escena final en la que el actor aparecía comiéndose una mierda de perro real. «Creo que [rodar aquella escena] fue un arma de doble filo», comenta el actor y profesor Alan Reese, que tuvo un pequeño cameo en la polémica y censurada cinta. «De alguna manera, catapultó tanto a la película como a Divine a un alto estatus de culto pero, sin embargo, eclipsó su talento como actor. Divine tenía un rango, una sincronización y una presencia increíbles. No creo que quisiera que lo primero que la gente supiera o pensara de él es que era el actor que comía mierda de perro».
Primera biografía escrita en español
Hablar de Divine es hacerlo de un artista serio y perseverante que deseaba con todas sus fuerzas ser famoso y lo logró, revolucionando por completo la cultura pop del siglo XX. El pasado mes de octubre, el que aquí escribe publicó una biografía del actor y cantante estadounidense —la primera que se ha escrito en español—, tituladaDivine. La historia de la mujer más hermosa del mundo (casi) y editada por Egales.
Además de contener declaraciones de decenas de amigos, allegados y compañeros de Divine que fueron entrevistados para el libro, este ensayo sirvió para conocer a la persona detrás del personaje, y también para rendir tributo al cineasta John Waters y a los llamados dreamlanders. «Divine se ha convertido en un icono para muchas personas porque lo que él y John Waters crearon juntos estaba muy adelantado a su tiempo, así que el punk y lo alegremente agresivo y perverso aún funcionan después de todos estos años», apostilla el crítico de cine Dennis Dermody, con toda la razón del mundo. Larga vida al pop y a la inmundicia.
Comentarios desactivados en “La vulnerabilidad en el arte. Un recorrido espiritual”, de Bert Daelemans
Un acercamiento a la vulnerabilidad a través de treinta obras de arte.
La vida es frágil, naturalmente. La fragilidad es nuestra condición humana, querámoslo o no. Ahora bien, la fragilidad también puede ser un camino, como demuestra lo que se llama la vulnerabilidad o la “capacidad de ser herido”, es decir, la fragilidad elegida y orientada hacia otra persona, umbral donde encontrarnos entre seres heridos. De esta fragilidad convertida en vulnerabilidad trata este libro, que se puede leer como un elogio de la vulnerabilidad: la nuestra y la que elige Dios según la religión cristiana, que propone la vulnerabilidad como camino e, incluso, como religión.
Este libro da cuenta de treinta encuentros con la fragilidad. El arte más atractivo es tal vez aquel capaz de hablar de nuestra fragilidad sin ser hiriente y, en el mejor de los casos, de abrir la puerta hacia la vulnerabilidad, tendiendo un puente a lo sencillo, a Dios. En este sentido, el siguiente recorrido a través de treinta obras de arte aspira a ser espiritual.
Índice:
Prólogo. El arte de la vulnerabilidad
La vulnerabilidad: la fragilidad como fuerza
Treinta encuentros con la fragilidad
La frágil y hermosa condición humana
El camino de la vulnerabilidad
Vulnerabilidad sanadora
Restos de naufragio
Primera parte. La fragilidad de la vida
1 | Tierna fragilidad — Auguste Rodin, La mano de Dios
2 | Misteriosa fragilidad — Cristina Almodóvar, Acumulación
3 | Expectante fragilidad — Lucie Geffré, Todo ángel es terrible
4 | Intempestiva fragilidad — Rafael Díaz, Once upon a time
5 | Torpe fragilidad — Cai Guo-Qiang, Head on
6 | Apasionada fragilidad — Wim Wenders, Glasshouse, extracto de Pina
7 | Luminiscente fragilidad — Wolfgang Laib, Polen de avellana
8 | Maldita fragilidad — Nacho Duato, White darkness
9 | Efímera fragilidad — Doris Salcedo, Palimpsesto
10 | Dolorosa fragilidad — Erika Diettes, Sudarios
11 | Fragilidad inconsolable — Louis Ernest Barrias, Los primeros funerales
Segunda parte. La vulnerabilidad divina
12 | Vulnerabilidad espaciosa — Fra Angélico, Anunciación
13 | Vulnerabilidad portentosa — Dieric Bouts, Nacimiento, detalle del Tríptico de la Virgen
14 | Vulnerabilidad que levanta — Pieter Brueghel el Viejo, Cristo y la adúltera
15 | Vulnerabilidad que desarma — Mark Wallinger, Ecce homo
16 | Mansa vulnerabilidad — Francisco de Zurbarán, Agnus Dei
17 | Vulnerabilidad fracturada — Anónimo francés, Ecce homo
18 | Vulnerabilidad compartida — Werner Klenk, Jesús y su Madre
Tercera parte. La fragilidad reconciliada y orientada
19 | Bendita vulnerabilidad — Jacop Epstein, Jacob y el ángel
20 | Vulnerabilidad impetuosa — Pablo Gargallo, El gran profeta
21 | Vulnerabilidad irresistible — Georges de la Tour, Job y su mujer
22 | Vulnerabilidad invencible — Maurizio Cattelan, La nona ora
23 | Vulnerabilidad peregrina — William McElcheran, San Ignacio caminando
24 | Vulnerabilidad fragmentada — Philippe Morel, Ghimène II
25 | Vulnerabilidad victoriosa — Denis Chetboune, Les danseurs II
26 | Vulnerabilidad cristalina — Tony Cragg, Cumulus
27 | Vulnerabilidad extática — Rik Wouters, La loca violencia
28 | Vigorosa vulnerabilidad — Michelangelo Merisi da Caravaggio,San Jerónimo escribiendo
29 | Vulnerabilidad celebrada — Comunidad parroquial Saint-François de Molitor
30 | Vulnerabilidad apostólica — Marko Ivan Rupnik, San Pedro y san Juan curan a un paralítico
Epílogo. Más encuentros con la vulnerabilidad
Autor : Bert Daelemans Editorial PPC
ISBN: 9788428836661
Fecha publicación: 27/04/2021
Núm. páginas: 152
Comentarios desactivados en “Sexualidad y Eucaristía”, de Timothy Radcliffe o.p.
Recomendamos este pequeño libro, una joya para leer, rumiar y volver a leer, para orarlo y meditarlo…
“Abrirse al amor es muy peligroso. Uno probablemente se haga daño. Pero no abrirse al amor es aún más peligroso, es mortal”. ¿Qué es el amor? ¿En qué consiste? ¿Qué tendrá que ver la Eucaristía con el acto sexual? En estas páginas encontramos una interesante reflexión sobre el sentido del amor, la sexualidad, el dolor y la vida a la luz de las palabras de Jesús en la Última Cena: “Este es mi cuerpo, entregado por vosotros”.
Timothy Radcliffe
El padre dominico Timothy Radcliffe, es teólogo, profesor de Sagrada Escritura en la Universidad de Oxford, provincial de los dominicos de Inglaterra, y de 1992 a 2001, Maestro de la Orden. En 2015 el papa Francisco lo nombró consultor del Pontificio Consejo de Justicia y Paz. Su predicación mundial la ha llevado a cabo a través de los libros, que han sido traducidos a 24 lenguas. Y llenando auditorios en todo el mundo. Es un abierto defensor de los derechos de las personas LGTBI, como demostró celebrando con frecuencia las “Misas Soho” del Consejo Pastoral del Reino Unido (en la actualidad rebautizado como Consejo Pastoral LGBT de Católicos de Westminster).
En 2005, acerca de la admisión de hombres homosexuales en los seminarios sostuvo que la homosexualidad no debe impedir que los hombres lleguen al sacerdocio y que, en cambio, debe excluirse a quienes se oponen a ello.
Como colaborador del Informe Pilling Anglicano sobre la ética sexual humana, ha ido un paso más allá en el asunto, introduciendo el pecado nada menos que en el centro del misterio de fe de la Iglesia:
“¿Cómo abordar la cuestión de la sexualidad gay? ¡No podemos comenzar con la pregunta de si está permitido o prohibido! Debemos preguntar lo que significa, y en qué medida es Eucarístico. Ciertamente puede ser generosa, vulnerable, tierna, mutua y no violenta. Por lo que, de muchas formas, pensaría que puede ser una expresión de la autodonación de Cristo. También podemos observar cómo puede ser una expresión de fidelidad mutua, una relación de alianza en la cual dos personas se unen el uno al otro para siempre…”
En 2006en una conferencia sobre Educación religiosa en Los Ángeles afirmaba que:
“Debemos acompañar [a las personas homosexuales] mientras llevan a cabo el discernimiento de lo que eso significa, dejando que nuestras imágenes se extiendan,”
“Esto significa ver la película ‘Brokeback Mountain,’ leer novelas sobre homosexuales, vivir con nuestros amigos homosexuales y escucharlos mientras ellos escuchan al Señor.”
“… Así pues deberíamos sentirnos en casa en nuestra naturaleza corporal, apasionada… ¡y cómodos al hablar de afectividad! Pero a menudo cuando la Iglesia habla de esto, la gente no queda convencida. ¡No tenemos demasiada autoridad cuando hablamos de sexo!Quizás Dios se encarnó en Jesucristo pero nosotros todavía estamos aprendiendo a encarnarnos en nuestros propios cuerpos. ¡Tenemos que bajar de las nubes!
(…) Quiero hablar de la Última Cena y la sexualidad. Puede que suene un poco extraño, pero pensad en ello un momento. Las palabras centrales de la Última Cena fueron “Este es mi cuerpo y os lo doy“. La eucaristía, como el sexo, se centra en el don del cuerpo. ¿Os habéis dado cuenta de que la primera carta de San Pablo a los corintios se mueve entre dos temas: la sexualidad y la eucaristía? Y es así porque Pablo sabe que necesitamos entender la una a la luz de la otra. Comprendemos la eucaristía a la luz de la sexualidad, y la sexualidad a la luz de la eucaristía. (…) Entonces la eucaristía nos ayuda a entender lo que significa para nosotros ser seres sexuales y nuestra sexualidad nos ayuda a comprender la eucaristía. Generalmente se ve la ética sexual cristiana como restrictiva comparada con las costumbres contemporáneas. ¡La Iglesia te dice exactamente lo que no te está permitido hacer! En realidad la base de la ética sexual cristiana es el aprendizaje de cómo vivir relaciones de entrega mutua….”
En una entrevista (4-7-2013) luego de un Congreso de los Dominicos en Madrid, responde a la pregunta de -¿Qué le diría a los jóvenes y educadores?:
“… El gran cambio está en la imaginación. El Cristianismo es una historia de imaginación, de vida, de muerte y de resurrección. Y de alegría. Porque Dios es joven, es más joven que todos nosotros: nace cada Navidad, como un bebé. Hay que ser siempre jóvenes. Y después, es importante, como diría Gustavo Gutiérrez, ser voz de los sin voz…”
Comentarios desactivados en ‘Los que se van no regresan’, la nueva obra del ensayista y crítico Deen Shulem
Una conmovedora exploración de la vida jasídica
En Los que van NO regresan (Capitán Swing), Deen Shulem narra valientemente su desgarradora pérdida de fe mientras ofrece una mirada esclarecedora a un mundo sumamente reservado.
El título completo del libro de mi referencia es tan “vendedor” y atractivo como el del comentario-reseña bibliográfica que me corresponde hacer hoy. Y el título es este: Los que se van NO regresan. La lucha de un hombre con la fe, la familia y la comunidad en la secta judía jasídica.
Una síntesis del contenido de las 384 páginas del texto pudiera ser la que se destaca en su contraportada, en los términos siguientes:
Se trata de una exploración conmovedora y reveladora de la vida jasídica y de la lucha de un hombre en el seno de esta comunidad. Shulem Deen, su autor, creyó que las preguntas son peligrosas. Como miembro de la comunidad “skver” —una de las sectas jasídicas más aisladas de Estados Unidos— sabe poco sobre el mundo exterior, aparte de que hay que evitarlo. Conciertan su matrimonio a los dieciocho años y pronto se siguen varios hijos. La primera transgresión de Deen, encender la radio, es pequeña, pero su curiosidad lo lleva a la biblioteca y luego a internet. Pronto comienza una investigación febril sobre los principios de sus creencias religiosas hasta que varios años después su fe se desmorona por completo. Ahora, hereje teme ser descubierto y excluido del único mundo que conoce. La relación con su familia está en juego, se ve obligado a una vida de engaño y comienza una larga lucha por aferrarse a quienes más ama: sus cinco hijos. En Los que van NO regresan, Deen narra valientemente su desgarradora pérdida de fe, mientras ofrece una mirada esclarecedora a un mundo sumamente reservado”.
Y es que, tal vez por aquello de que “en todas partes cuecen habas”, en los borreguiles tiempos gloriosos en los que imperaba e impera el principio de que “doctores tiene la Iglesia”, los demás —el pueblo santo de Dios— habrían de limitarse a decir AMÉN. Discurrir por su cuenta, además de imposible, era —y es— herético. La Biblia había que leerla en latín, y las misas, “de espaldas al pueblo”. Los letrados eran —y siguen siendo— solo los clérigos. Los demás eran designados como laicos, es decir, “iletrados” y religiosamente analfabetos. Esta situación ascética, y doctrinal no se corresponde con tiempos medievales. Son de actualidad, contra la que lucha determinadamente el papa Francisco, pese a que los ”Nihil Obstat” e “Imprimatur” canónicos, campeen al inicio de la lectura de no pocos libros, por prescripción o “consejo” de sus respectivos obispos, alejados de estas y tantas otras materias.
Deen Shulem, Antes y después
Un buen libro y una tristísima y reveladora historia “religiosa”, en cuyo desarrollo y aprendizaje, lo de” hacer preguntas” está sempiternamente vedado, bajo pena de excomunión.
El libro se terminó de imprimir el 18 de marzo del 2021 y Sándor Márai, sentencia en este colofón:
“Entre los judíos, la familia es lo primero y sus miembros individuales vienen después, mientras que entre los católicos, cada uno de los miembros vive sobre todo para sí mismo y de sus emociones y sentimientos sobrantes deja caer a veces algo para los demás. Los judíos viven “para” la familia; los católicos,”por” la familia”.
Comentarios desactivados en ‘Dones, carismas y frutos en Santo Domingo de Guzmán’, en el 800º aniversario de su muerte
Nuevo libro en el Jubileo de Santo Domingo
Coincidiendo con el jubileo por el octavo centenario de la muerte del fundador de los dominicos, Edibesa publica esta obra, que trata una perspectiva novedosa en la literatura dominicana.
Su autor es Jesús ‘Chus’ Villarroel, OP: “Yo lo abordo todo con cariño y en la confianza de que la unción me acompañe y no desmerezca demasiado del modelo al que quiero escudriñar”.
Cuando se cumplen los 800 años de la muerte de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores (dominicos), llega el libro ‘Dones, carismas y frutos en Santo Domingo de Guzmán’ (Edibesa), de Jesús ‘Chus’ Villarroel, OP.
El autor dominico se considera “no teólogo; a lo más, periodista del Espíritu”, “empírico y vivencial”, y “más acostumbrado a describir que a investigar”. Asegura haber escrito esta obra desde el cariño y el respeto:“Yo lo abordo todo con cariño y en la confianza de que la unción me acompañe y no desmerezca demasiado del modelo al que quiero escudriñar”.
La ilustración de la portada, que representa a Santo Domingo, es un dibujo de Ángel Medina, dominico terciario y pintor.
Clave novedosa
El libro comenzó a gestarse en 2016, en el octavo centenario de la fundación de la Orden, y ve la luz ahora. “Sobre Santo Domingo ya lo hemos leído todo, ya lo sabemos todo, ¿quién puede decir algo nuevo?”, se pregunta el propio autor.
Sin embargo, él ha dado con una clave novedosa en la literatura dominicana: ir más allá de los dones, que se han abordado en otras ocasiones, y prolongar hacia los frutos, carismas y bienaventuranzas.
“Espero que este libro ayude a muchos a conocer mejor la enorme personalidad carismática que albergaba su cuerpo magro y musculoso pero desgastado totalmente ya a los cincuenta años por Dios y por la Orden”, añade Villarroel.
Un libro con tres partes
La obra consta de tres partes. En la primera, Villarroel habla de los dones, un tema que pertenece a un rango altamente espiritual pero que no es ajeno a la Orden.
Se repasa el contexto histórico y cultural de la figura de Domingo y de los inicios de la Orden, y la inigualable aportación de Tomás a la teología, para adentrarse a continuación en los dones del Espíritu Santo como potencias motoras para acercarse a Dios y las virtudes teologales: sabiduría, inteligencia, ciencia, consejo, piedad, fortaleza, temor de Dios…
En la segunda parte se trata el asunto de los carismas. A diferencia de los dones, que son personales y sirven para el perfeccionamiento del creyente de manera individual, los carismas se dan para el bien común.
“Si Santo Domingo no hubiera sido una personalidad carismática, no nos hubiera trasmitido vida, ni la predicación en su boca tendría sentido alguno”, considera el autor. “La predicación, la intercesión, la sanación, el espíritu profético y tantos otros carismas fueron el vehículo para llegar al pueblo y sentirlo como algo vivo en su corazón”.
En la tercera parte se explica el fruto como aquello que tiene “un gozo o un disfrute o un gusto”. En Domingo, los gozos son los que provenían de los frutos gratuitos del Espíritu: la virginidad; la paz disfrutada al entregar al Espíritu Santo el inicio y la configuración de la Orden, la amistad con los demás, incluidas algunas mujeres; la “incorrupción de la carne”; la fe; la relación con la Virgen María, “su compasión, su amabilidad, sus lágrimas, su fuego en la predicación, su alabanza nocturna, su entrega durante el día al prójimo, su pobreza…”.
“Todas estas cosas son en él frutos del Espíritu porque, aunque su cuerpo sufriera, su espíritu se gozaba en todo ello a causa de Jesucristo, que era lo que él anhelaba por encima de todo”, asegura Villarroel.
Sobre el autor
Jesús Villarroel Fernández (Tejerina, León, 1935) es sacerdote dominico. Realizó los estudios de filosofía en Ávila y la teología en Alemania y Suiza, y obtuvo el doctorado de filosofía en la Universidad de Santo Tomás en Roma.
Durante mucho años fue profesor en los institutos de Filosofía y Teología de los Dominicos de Madrid y algunos cursos en la Universidad Pontificia de Salamanca. Dentro de la Orden dominicana ha sido prior y superior de varios conventos, así como formador.
Además, ha desempeñado diferentes labores pastorales en varias parroquias de Madrid. También ha trabajado con intensidad, durante 43 años, en la Renovación Carismática Católica, sobre todo en la predicación, y durante ocho años en la coordinadora nacional.
Ha publicado varios libros en los que recoge la experiencia espiritual que el Espíritu le ha regalado a la Iglesia por medio de la predicación de la gratuidad de la salvación como don de Dios.
Comentarios desactivados en Víctor Hernández: Dios es tan solo un gemido y una promesa. Una teología para la sociedad sin Dios y por los incapaces de Dios.
La paradójica realidad de Dios
ISBN: 978-84-17796-42-6
La cuestión sobre la verdad de Dios puede traducirse como la pregunta por el verdadero poder: en manos de quién estamos. El creyente se dirige a un Dios que aún no es sin la entrega del hombre. No exige culto, sino respuesta hacia los más débiles. Tan solo desde la propia desnudez o desamparo podemos responder a la demanda infinita de los que fueron desnudados por un mundo sin piedad. De ahí la paradoja: los capaces de Dios no son aquellos que creen contar con el apoyo de la divinidad, sino quienes no parece que cuenten ni siquiera para Dios. La paradójica realidad de Dios es el segundo título de una trilogía cuyo primer volumen es Incapaces de Dios (Fragmenta, 2019). Cada uno de los volúmenes puede ser leído de forma independiente.
George Steiner, en su libro sobre Heidegger escribe una inteligente y bella introducción titulada “Heidegger 1991”, donde señala que la crisis del espíritu sufrida por Alemania, que tuvo lugar a partir de 1918, fue catastrófica.
Y con la catástrofe derivada de la misma autodestrucción de Europa y su continuidad, se impuso una tarea de reflexión que dio como fruto algunos libros que, dice Steiner, fueron más que libros, en sus dimensiones y situación extrema. Entre 1918 y 1927 se escribieron esos libros excepcionales (Steiner reduce la lista a media docena) y entre ellos coloca Sein und Zeit de Heidegger (1927), por supuesto, pero también el comentario a la Carta a los Romanos, publicado por Karl Barth en su primera edición de 1919.
Steiner dice que, además de voluminosas, lo que tienen en común esas obras es que son apocalípticas: se dirigen a las “últimas cosas” y también usan un lenguaje estilístico creativo, innovador, pero es también un lenguaje cargado de violencia: “No hay frase más violenta en la literatura teológica que la de Karl Barth: ‘Dios pronuncia Su eterno No al mundo’”, dice George Steiner.
Ese lenguaje de Barth (con giros a menudo brutalmente oximorónicos, dice Steiner), cuando quiere expresar la dialéctica entre la ocultación de Dios y su revelación, tienen una directa correspondencia con Heidegger, cuando habla de la verdad. Y no puede ser de otro modo, cuando ambos remiten a la condición humana de existir “arrojados” al mundo, según Steiner.
Comento esto, porque me parece que el libro de Josep Cobo, La paradójica realidad de Dios, también remite al contexto de la catástrofe y nace de la misma (en su caso, no sabría decir de si se trata de una nueva catástrofe, propia de los tiempos del neoliberalismo o es la misma que tuvo lugar a partir de las dos grandes guerras), me parece. Es, por ello, una obra que se toma en serio lo apocalíptico en su doble sentido: sólo se puede hablar de Dios en el margen al que nos arroja la catástrofe y únicamente las tinieblas nos permiten comprender la naturaleza de la luz y, sobre todo, de la luz de la esperanza.
Pero también comento lo de Steiner porque el libro de Cobo no se comprende sin la lectura de Barth. En su obra anterior, Incapaces de Dios, Josep confiesa que fue la lectura de Barth, su comentario a los Romanos, una lectura que le sacudió a los 18 años de edad, al señalar tajantemente que el Dios de la fe, no es el Dios de la religión. Y desde entonces, nos dice Cobo, el libro de Barth le ha ido acompañando a lo largo de los años. También otros autores protestantes, como Bonhoeffer, Moltmann o Eberhard Jüngel, son reconocidos por Cobo como autores con los que está en deuda. Yo le digo a Josep, con frecuencia y con cierto aire de broma, que su teología es eminentemente protestante, y en verdad sus notas del blog La modificación, con frecuencia me recuerdan a Lutero o a Barth.
Pero la obra de Cobo también va más allá de Barth. Más allá de la distinción esencial entre fe y religión, así como más allá del reconocimiento de la alteridad radical del Dios de la revelación. Diría incluso que la reflexión teológica que se articula en La paradójica realidad de Dios (e iniciada en Incapaces de Dios) es un acontecimiento en la literatura teológica, que no se ha reconocido adecuadamente en el ámbito de la teología o de la iglesia.
Esta relevancia teológica se halla, en primer lugar, en el hecho de que Cobo habla en una sociedad donde Dios es irrelevante, para decir que nada tiene más relevancia que hablar de Dios. Pero hablar de Dios no quiere decir que se deban repetir los lugares comunes de la religión o se deba uno mudar hacia los nuevos intereses por la espiritualidad. Todo eso sigue siendo parte del viejo discurso sobre Dios, que en realidad expresa las multiformes maneras como la religión siempre retorna.
Hablar de Dios, según La paradójica realidad de Dios, es lo que resulta de tomarse en serio ese acontecimiento de la revelación de Dios en la historia, como palabra de lo verdaderamente Otro.
Eso que dijo Barth, que es el punto de partida de Cobo, es llevado a una serie de cuestiones muy álgidas, casi terribles (casi debería decir inconcebibles): que Dios está fuera de campo, que no se le ve por ningún lado; que su retracción del mundo que ha creado es también el silencio que rodea todo cuanto existe; que la caída del hombre es la clave hermenéutica de la caída de Dios, que Dios no es todavía y que no quiere ser sin el ser humano, sin los hombres y las mujeres de la historia; que el mismo tiempo es la condición de nuestra existencia, arrojados al mundo y de espaldas a Dios, por lo que es imposible conjugar el nombre Dios y el presente de indicativo; Dios está por verse, es tan sólo una promesa, pero esa promesa es una exigencia de Dios, en la forma de su ley, en la forma del don de la ley; que esa ley divina nos llama desde la interpelación del grito silenciado de los hambrientos y las condenados de la tierra; que la paradójica realidad de Dios consiste en que su ausencia radical es la presencia nauseabunda de los restos humanos de quienes son la basura del mundo.
Y, dicho esto, es indudable que el lenguaje del libro no sólo se mueve en el tenor apocalíptico que viene con la catástrofe, sino que también es un lenguaje violento, es decir, un lenguaje que al hablar de Dios, hace ver la violencia del mundo: por ejemplo, la fuerza impositiva de nuestra indiferencia ante los migrantes que mueren en el mismo mar Mediterráneo, donde nos bañamos cada verano, cual hijos de Caín, que repiten que no son guardianes de su hermano.
Claro que hay violencia en esa manera de hablar de Dios. Pero no se puede hablar de Dios, al menos desde la tradición bíblica, como esa atractiva mercancía de las búsquedas espirituales, que prometen la paz interior y la comunión con la totalidad.
Aunque La paradójica realidad de Dios es la segunda parte de una trilogía, el libro se puede leer de forma independiente. Pero también los capítulos se pueden leer de manera independiente, e incluso los parágrafos numerados, se pueden leer por sí mismos. Y ciertamente acaba dándose una lectura en espiral, como dice el “preliminar” del libro. Pero tal vez esta forma de escritura tenga que ver con la manera de Cobo para hablar sobre Dios: no se puede articular sistemáticamente, como quien despliega una serie de conceptos o busca configurar una Summa, una dogmática. Son fogonazos de reflexión que, tratando de reflexionar sobre el dato bíblico, y desde la experiencia de la fe, quieren hacer inteligible la paradoja de esa realidad que llamamos Dios.
Par de notas críticas, o cuestiones abiertas…
Querría decir un par de notas críticas o, más bien, de dificultades que me deja la lectura del libro. La primera tiene que ver con los efectos de ese lenguaje que habla de Dios, en ese modo bíblico que exige una respuesta ética ante una demanda infinita en la alteridad de Dios, y consiste en pensar o considerar la existencia de las comunidades de fe. Porque las comunidades de fe siguen existiendo en esta sociedad donde Dios es irrelevante y aquí no me refiero estrictamente a las instituciones religiosas que llamamos iglesia, aunque también.
Me refiero a comunidades de fe reales, en el mundo católico y protestante, en el caso de nuestro país. Hay, existen las comunidades de fe, con todas sus contradicciones y su incapacidad de Dios, donde tiene lugar la vida devocional y comunitaria, donde coexisten la monolatría y cierta conciencia del llamado radical del Dios del pacto que exige obediencia, donde la vida religiosa no ha apagado del todo la fe viva de quienes dan testimonio de la vida evangélica…
¿Cómo seguir hablando a estas comunidades -y con ellas- desde la radicalidad de la teología bíblica que Cobo articula? ¿No es cierto que también en las comunidades de fe bíblicas, hallamos esa ambigüedad, esas contradicciones? Y no me refiero solamente a Israel, sino también a las comunidades del Nuevo Testamento, donde la novedad de vida cristiana coexistía con los impulsos de dominación e incluso con formas diversas de la soberbia espiritual (estoy pensando en las cartas paulinas, por ejemplo).
Otra nota, no tanto crítica, tiene que ver con cuestiones que se derivan del Dios que Cobo nos hace ver, como la expresión del Dios bíblico que no termina de ser y que no quiere ser sin el ser humano. Aquí mi lectura de la Biblia como psicoanalista me hace pensar en las maneras insólitas en que esa apuesta del Dios bíblico es altamente arriesgada, e incluso nos puede parecer inadmisible.
Por ejemplo, cuando leo el relato de Caín al matar a su hermano, el texto nos permite ver la secuencia de acciones y de afectos que conducen la desmesura humana (los padres han querido ser como dioses, la madre de Caín hace de su hijo la adquisición de una totalidad, el hermano mayor es incapaz de tolerar la vida del otro, repudia esa alteridad y le asesina) hasta lo funesto del homicidio (cf. Il gesto di Caino, del psicoanalista Massimo Recalcati). Pero también hallamos a Dios como quien quiere hacer de interlocutor de Caín: le habla, le cuestiona, le interpela ante el rostro decaído… y fracasa. Pero aún después de la muerte de Abel, ese Dios vuelve a hablar, le da su palabra a Caín y le interpela… y no sólo le castiga, sino que le protege con su marca en la frente. El Dios bíblico está del lado del asesino: le procura y le acompaña, le promete su venganza.
Es aquí donde recuerdo lo que Cobo dice de Dios: es un Dios desquiciado, fuera de sí, puesto que Dios no quiere ser sin el ser humano, sin estas mujeres y hombres que estamos en el mundo, como hijos de Caín. Entonces, me parece que para Dios, el tema no es solamente Abel, ese gemido donde está Dios mismo, sino también Caín, el autor del crimen y quien ha silenciado el grito de su hermano y allí Dios está como promesa, como promesa de vida para el asesino.
En todo caso, seguiremos con la conversación, y a la espera del tercer volumen de la trilogía. Gracias, Josep.
Comentarios desactivados en Teología de la Biblia: Carne de Dios es la Palabra (J.M. de Miguel)
Del blog de Xabier Pikaza:
Un manual de ayuda para interpretar la Biblia y comprender su mensaje por dentro, desde una perspectiva más teológica”, de modo que “debería titularse sin más Teología, pues […] no hay más teología cristiana que el estudio de la Biblia”.
Este manual es “un curso ‘orgánico’, desarrollado en 28 lecciones o ‘clases’, que exponen el contenido central de la Biblia Canónica”, distribuido en tres partes: “La primera y tercera tratan de los libros del AT y del NT; la intermedia se ocupa de la vida y mensaje de Jesús”. Estas lecciones están concebidas como ayuda para la profundización personal en la Palabra de Dios, como en grupos de estudio bíblico”.
Este trabajo merece tenerse muy en consideración si queremos que la formación bíblica de pastores y fieles tenga consistencia y sepamos dar razón de lo que creemos y esperamos.
. M. de Miguel G. (Estudios Trinitarios 55 (2021) 181-184)
X. Pikaza, La Palabra se hizo carne. Teología de la Biblia, Verbo Divino, Estella (Navarra) 2020, 463 pp.
Para leer este libro y situar su contenido y pretensiones, Pikaza nos da algunas indicaciones en la Introducción. Lo concibe como “un manual de ayuda para interpretar la Biblia y comprender su mensaje por dentro, desde una perspectiva más teológica”, de modo que “debería titularse sin más Teología, pues […] no hay más teología cristiana que el estudio de la Biblia”.
Y este proyecto lo realiza como “un curso ‘orgánico’, desarrollado en 28 lecciones o ‘clases’, que exponen el contenido central de la Biblia Canónica”, distribuido en tres partes: “La primera y tercera tratan de los libros del AT y del NT; la intermedia se ocupa de la vida y mensaje de Jesús”. Estas lecciones están concebidas como ayuda para la profundización personal en la Palabra de Dios, como en grupos de estudio bíblico”.
La primera parte dedicada al AT consta de 12 lecciones que siguen la estructura tripartita de la Biblia hebrea (texto masorético): la Torah (Pentateuco), los Nebiim(Profetas), y los Ketubim (Escritos: sapienciales, poético-litúrgicos, apocalípticos). En la Biblia griega de los LXX, además de esta división ternaria hay otra más donde se sitúan los libros históricos, pero en la hebrea, que sigue Pikaza, éstos aparecen incluidos en los Nebiim como profetas anteriores, puesto que los consideran como una interpretación profética de la historia del pueblo de Dios.
Cada una de estas tres secciones constan de cuatro temas. Por ejemplo, los cuatro temas de la primera sección dedicada a la Torah, son los siguientes: presentación del Dios de la Biblia: “Soy el que soy”, a partir de la zarza ardiente (Ex 2,23-4,18); una vez que ha presentado el retrato de Dios (“sin imagen”) puede a continuación mostrar al Dios creador, con el hombre como su imagen y aliado, y de aquí pasa a la relación entre Dios y el hombre, primero en la persona de Abraham, con los comienzos del pueblo de Israel, desde la esclavitud a la liberación y a la alianza, con la figura central de Moisés como cuarto tema que cierra el estudio de la teología del Pentateuco.
La segunda sección dedicada a los Nebiim también consta de cuatro apartados, los profetas preexílicos (Amós, Oseas, Isaías I y Jeremías), los del exilio (Ezequiel y Isaías II), los anteriores que interpretan la historia del pueblo desde dentro (aquí he echado de menos la referencia al ciclo del profeta Elías), y los últimos que ponen el acento en la Hija de Sión (Isaías III, Sofonías y Zacarías).
En la tercera sección, presenta en cuatro apartados, los contenidos principales de los Ketubim, Escritos, no sólo los recogidos en la biblia hebrea, sino también los escritos en griego, o sea, la biblia de los LXX. Pikaza titula acertadamente los cuatro temas de esta sección como los libros de las fiestas y celebraciones litúrgicas, la biblia (hebrea y griega) de las mujeres (Rut, Sunamita, Ester; Judit, Sara, Susana y la madre de los macabeos), sigue la biblia de la Sabiduría (Job, Qohelet, Proverbios, Eclesiástico, Sabiduría), finalmente aparece la biblia apocalíptica (Daniel): “este es un final fuerte de todo el AT leído en forma apocalíptica […] Y de esta manera comenzará el NT”.
La segunda parte de esta “Teología de la Biblia” la constituye el hecho del título del libro: “La Palabra se hizo carne”, porque “el centro de la Biblia cristiana no es un libro, sino un hombre, Jesús de Nazaret, un galileo del siglo I d.C., a quien los cristianos toman como la revelación definitiva de Dios, principio de la mutación definitiva de la historia humana, Palabra en la que pueden centrarse y dialogar todas las palabras, teología hecha carne”.
A poner de relieve y justificar semejante tesis dedica Pikaza cuatro capítulos: la vida (del Jesús histórico al Cristo de la fe, o la confesión cristológica de aquel hombre), la predicación centrada en el anuncio del Reino de Dios y en el combate contra Belcebú y contra Mammón, la realización del proyecto mesiánico fundado en su condición de Hijo del hombre, y la muerte (con diez razones para explicar los motivos de la misma y los responsables) porque “era necesario” en el plan (‘economía’) de Dios y en continuidad con toda la historia de salvación de la muerte del justo que carga con los pecados del pueblo. Pero “la muerte de Jesús que, mirada en un sentido, es el mayor fracaso mesiánico, y en otro sentido, la revelación suprema del amor de Dios, el cumplimiento de la teología del AT, el comienzo y el sentido de la teología del NT”.
Y así da comienzo la tercera parte de esta teología bíblica, centrada ahora en el Nuevo Testamento, que consta de doce capítulos articulados en tres secciones, cada una de ellas con cuatro temas o argumentos centrales. La primera sección desarrolla el misterio de la resurrección a través de los que la experimentaron y los modelos que intenta explicar el misterio.
El título de la segunda sección es muy iluminador: “El Evangelio se hace libro”, cómo y en qué libros: Pablo, que espera la vuelta del Señor y la resurrección de los fieles, el Apocalipsis o la liturgia de los mártires ante el Cordero degollado, la teología trinitaria de Juan en el Evangelio, la Palabra que estaba junto a Dios y se hace carne, el Paráclito que ‘recuerda’ las palabras y obras de Jesús, y las Cartas donde de Dios (Padre) se dice que es Amor; las Cartas Pastorales y Católicas para organizar la Gran Iglesia; finalmente, esta Iglesia llega a ser tal por el bautismo que partiendo del de Jesús llega a nosotros a través de la Iglesia.
En la tercera sección Pikaza describe lo que llama los pilares de la teología bíblica, que será como el resumen de toda la teología de la biblia que ha venido recorriendo desde el AT. ¿Cuáles son estos pilares? Son cuatro, conforme a la estructura didáctica de estas lecciones: ante todo, el pilar principal de la teología bíblica es Cristo, revelador del Padre que lo ha hecho presente en la historia de este mundo; el segundo es el Espíritu Santo que posibilita la presencia y acción de Cristo, así como la permanencia de su obra de salvación en la historia; el tercero es el destinatario de esa obra y el objeto del envío del Hijo y del Espíritu, a saber, el hombre, no puede haber teología sin antropología; finalmente, el tercer pilar es Dios que al final lo será en todas las cosas, pues todas comenzaron en Él y todas terminarán en Él, como lo canta Pablo en Romanos 8.
Así lo cree Pikaza al final de esta su “Teología de la Biblia”: “A través de la muerte, los creyentes no dejan el tiempo, para introducirse en la eternidad divina, sino que se abren en (por) la muerte en Cristo a la plenitud final del tiempo, de forma que Dios será al fin lo que ha sido siempre: Todo en todos”.
He presentado el recorrido de este enorme trabajo pikaziano para que el lector se haga una idea de lo que se contiene dentro de estas 28 lecciones, que pueden leerse seguidas o, según las ocasiones, interese y necesidades de los lectores o de los grupos de estudio, pueden trabajarse al compás o ritmo del año litúrgico.
También hay que tener presente que en las notas apunta y desarrolla los temas o conceptos más técnicos a lo largo de las explicaciones de cada una de las lecciones; tampoco puede olvidarse que todas ellas están sólidamente fundamentadas en los estudios que el propio Pikaza ha realizado sobre los distintos temas abordados y que aparecen indicados en las notas, junto con otra bibliografía de autores antiguos y recientes. Además, al final ofrece una breve bibliografía sobre la “Teología de la Bíblica”, en general, luego de la “Teología del Antiguo Testamento”, para terminar con la bibliografía sobre “Teología del Nuevo Testamento”.
Sin olvidar que el autor, como todos los autores, lee con sus propios ojos, es decir, con un enfoque personal cultural y experiencial determinados, los textos sagrados que va explanando a lo largo del libro, este trabajo merece tenerse muy en consideración si queremos que la formación bíblica de pastores y fieles tenga consistencia y sepamos dar razón de lo que creemos y esperamos.
José María de Miguel González, Catedrático de la Universidad Pontificia de Salamanca
Comentarios desactivados en “Cartas de amor a Susan”, de Emily Dickinson
Emily (izda) y Susan (Dcha)
Emily Dickinson, a Susan Huntington: «Susie, mi corazón está lleno de ti, nadie sino tú en mis pensamientos».
En este libro se publican por primera vez en español las Cartas de Amor de Emily Dickinson a Susan Huntington Gilbert. Las editoras hemos seleccionado y traducido 245 Cartas amorosas e íntimas a partir de los Manuscritos originales reproducidos en los Archivos Electrónicos Dickinson.
Una edición crítica y anotada que pretende ser fiel a la obra original de la autora tal como ella la concibió. Obra que fue censurada, manipulada y modificada ya desde las primeras publicaciones en el siglo XIX, al realizar una división drástica y tendenciosa entre lo que se consideraron poemas y lo que se clasificó como cartas; además de borrar u omitir el nombre de Susan de las dedicatorias y los encabezamientos.
Emily Dickinson mantuvo a lo largo de toda su vida una estrechísima relación, amorosa y literaria, con Susan Gilbert, amiga de la adolescencia que después se convirtió en su cuñada. Una relación que tuvo una influencia decisiva en su escritura y que se ha ocultado durante mucho tiempo, dificultando y oscureciendo el conocimiento y la comprensión de su poesía.
Emily mantuvo con Susan una correspondencia amorosa, fluida y originalísima que muestra el diálogo literario y la relación íntima que mantuvieron durante toda su vida. De las aproximadamente mil cartas de Emily que se conservan, algo más de trescientas las escribió para Susan: Cartas en prosa, Cartas con Poemas incluidos y Cartas-Poema, una combinación sin fronteras entre lo que se suele llamar género poético y epistolar. «Gracias, / querida Sue – / por cada / consuelo», escribió poco antes de morir.
¿Cómo ha ocurrido esto? Durante siglo y medio, las ediciones de su obra, las biografías y muchas traducciones están escritas desde una perspectiva patriarcal. Una y otra vez la muestran como víctima de amores imaginarios hacia hombres de su entorno, dando por hecho que ellos fueron los ejes de su vida y de su obra. Debido a la difusión reiterada de esta falsa leyenda, la confusión ha sido total.
De la obra de Emily Dickinson se han conservado 1.789 poemas, de los cuales cerca de 300 están dirigidos a Susan. Entre ellos se encuentran algunos de los más significativos y de los que mejor revelan la personalidad de la poeta.
Emily se dirigió a Susan durante toda su vida con apelativos íntimos y cariñosos, como Sue, Susie, Dollie, Daisy, June/Junio, Bumble Bee/Abejorro, o Sister/Hermana. Escribió en el poema nº 5:
Una Hermana tengo en nuestra casa – Y una, a un seto de distancia. Solo una está inscrita, Pero ambas me pertenecen.
Una vino por el camino que yo vine – Y llevó mi vestido del año anterior – La otra, como un pájaro su nido, Entre nuestros corazones construyó.
Ella no cantaba como nosotras – Era una melodía diferente – Ella misma para sí una música Como Abejorro de Junio.
Hoy está lejos de la Infancia – Pero subiendo y bajando las colinas Yo le cogía la mano aún más fuerte – Lo que acortaba todas las distancias –
Y todavía su zumbido Pasados los años, Engaña a la Mariposa; Todavía en sus Ojos Yacen las Violetas Consumidas en tantos Mayos.
Yo derramé el rocío – Pero tomé la mañana; Escogí esta estrella singular Entre las muchas que hay en la noche – ¡Sue – para siempre!
Susan fue su principal interlocutora literaria, se intercambiaban poemas a diario, y tenemos constancia de que sus sugerencias fueron las únicas que Emily atendió. Hay un poema en concreto que habla sobre la muerte (nº 124), del cual llegó a hacer hasta siete versiones, y cada vez la consultaba si estaba de acuerdo con los cambios.
A Susan le gustaba la segunda estrofa, pero considera que no encaja con la primera, que es sobrecogedora y se basta por sí misma. Emily le envía una nueva versión precedida por la pregunta, no exenta de ironía, “Is this frostier?” (“¿Es esto más helador?”). Y añade una nota que empieza así: “Your praise is good – to me – because I knowit knows – and suppose it means” (“Tu elogio es bueno – para mí – porque yo sé que él sabe – y supongo que significa”). El reconocimiento, remarcado por los subrayados de la poeta.
La poesía de Emily Dickinson está ligada al amor sin solución de continuidad, como ella escribe en el poema 1.353, cuyo manuscrito, firmado “Emily”, entregó a Susan Huntington Dickinson:
Apilarse como el Trueno hacia su final Luego desmigajarse grandiosa lejos Mientras todo lo creado se escondió Esto – sería Poesía –
O Amor – una y otro al tiempo llegan – Nosotras ambas y ni una ni otra demostramos – Experimentamos cualquiera de las dos y nos consumimos – Pues nadie ve a Dios y vive –
La autora
Emily Dickinson (1830-1886) es una de las grandes autoras de la literatura universal. Una personalidad extraordinaria que desborda lo establecido por las costumbres sociales y literarias de su momento y las de ahora. Dueña de un estilo inclasificable por la sintaxis aparentemente quebrada, el uso de los guiones —esqueleto y nervio de su escritura—, la utilización particular pero no casual de las mayúsculas y un léxico sorprendente.
Comentarios desactivados en H. Küng, último libro: ‘La oración y el problema de Dios’.
La noticia de este libro, el último de Han Küng en español, reviste una especial actualidad por su reciente muerte y por coincidir totalmente con la cuestión “No-teismo y fe en Dios” que hemos presentado en ATRIO. Que el bueno de Küng siga acompañándonos en nuestro seguimiento de Jesús a lo largo de este nuevo siglo. AD.
Que yo sepa, creo que el último libro de Hans Küng publicado en español es uno en el que se ocupa de la oración y de la idea de Dios (“La oración y el problema de Dios”, San Pablo, 2019). Es posible que haya quien, habiendo atendido a los titulares de estas últimas horas, quede sorprendido por el mismo título. ¿Un libro sobre la oración? ¿Qué tiene que ver eso con sus críticas a la Iglesia o, mejor dicho, a la autoridad eclesial?
Propongo –a quien, desde el desconocimiento, pretenda asomarse al pensamiento de este gran teólogo, fallecido el 6 de abril de 2021–, que lo haga leyendo este pequeño y precioso texto. Supongo que no faltará quien, interesado –como el teólogo suizo– por la racionalidad de la fe y de la revelación cristiana en diálogo con la modernidad y con las diferentes religiones, sienta curiosidad por conocer cómo aborda esta relación. E igualmente supongo que no faltará quien, atento a las llamadas nuevas espiritualidades, se vea sorprendido por compartir con H. Küng, al menos en esta publicación, un mismo interés.
En la lectura que hice en su día percibí una interesante y actual reflexión sobre la interrelación existente entre el discurso, el compromiso y el encuentro con Dios.
La oración, recordaba H. Küng, es una expresión propia de todas las religiones y, por ello, lo normal es que nos encontremos con una gran riqueza de modalidades y que no todas sean igualmente buenas. Él las agrupa en dos formas fundamentales: la “mística” (particularmente, el zen) y la “profética” o bíblica. Esta tipificación muestra, con toda claridad, cómo pretende abordar la plegaria de una manera históricamente contextualizada: en Europa se van abriendo paso algunas espiritualidades orientales ante las cuales conviene indicar las convergencias, pero sin descuidar las diferencias y, por tanto, la singularidad de la invocación cristiana. En esta cuestión, sostenía, se juega igualmente lo que decimos cuando decimos Dios. Tal es el objeto (y el hilo conductor) que atraviesa de principio a fin este libro.
Fijado el objetivo y contextualizado el interés, H. Küng resaltaba, seguidamente, la peculiaridad que presenta la oración de Jesús. Es cierto, apuntaba, que el Nazareno participó, como judío que era, de la plegaria de su pueblo, pero también lo es que la practicó –así se recoge en los Evangelios– no como un imperativo legal, sino como algo que le fluía con una sorprendente naturalidad. Sabemos, además, que recomendaba hacerla en secreto, sin espectacularidad ni alharacas, procurando que fuera breve, dirigida al Padre y prestando mucha atención a las consecuencias que brotaban de ella.
A diferencia de la invocación “profética” de Jesús, la llamada “mística”, proseguía el teólogo suizo, busca la coincidencia con uno mismo, la ampliación de la conciencia y el encuentro con el Absoluto. Cuando se practica como meditación, la libertad presenta una incuestionable centralidad, tanto para olvidarse del yo propio como para superar toda restricción o instancia que se interponga entre el ser humano y su iluminación inmediata. Nada ni nadie puede alejar de este objetivo fundamental: ni Buda, ni las escrituras, ni el zen y ni siquiera la meditación en cuanto tal. Pero cuando se erige en un fin en sí misma, corre el peligro de ver cómo desaparece la iluminación inmediata con el Absoluto, se diluye como forma religiosa y queda reducida a mera técnica psico o socio-terapéutica.
Más allá de este riesgo, no se puede ignorar, proseguía H. Küng, que no es específicamente cristiana. Ni Jesús ni sus primeros seguidores fueron “místicos”, es decir, no pretendieron reencontrarse consigo mismos, ampliar la conciencia y fundirse, finalmente, con el Absoluto. Por ello, remarcaba, no presenta, de ninguna manera, un carácter vinculante para los cristianos ni es normativa. Como mucho, se trata de un carisma que puede ayudar en el seguimiento de Jesús, pero que también puede alejar de él. Para un cristiano no es, ciertamente, la forma oracional más elevada.
A diferencia de ella, la máxima que preside la de Jesús es el amor activo al prójimo y a los enemigos: Dios no es apersonal o desprovisto de historia, al margen del mundo y sin palabra. Por eso, la plenitud del cristiano no se encuentra en el olvido de sí mismo, sino en la conquista del yo; tampoco pasa por adentrarse en la “nada”, sino en el nuevo ser y, por supuesto, no busca perderse en el nirvana, sino anticipar la vida eterna a la espera del encuentro definitivo con Dios en ella.
A la luz de estas consideraciones, lo que está en juego es la imagen de un Dios que, como el cristiano, es personal. Por eso, para Jesús, la oración solo puede ser “delante” de Dios y “con” Dios, es decir, con un Dios a Quien habla, sin poder verlo y tocarlo y con Quien mantiene una relación. El es, además del Creador, el Guía y el Perfeccionador del mundo, el “Partner” del ser humano en Quien es posible pensar y a Quien es procedente dirigirse para darle gracias, alabarle, pedirle y, si fuera el caso, protestarle.
Existen, ciertamente, coincidencias entre ambos tipos de oración. Pero, sobre todo, se da una singularidad en ambas que, concluía, los cristianos no podemos descuidar.
El lector, medianamente atento a estas cuestiones, entenderá que, leyendo este libro, constatara una gran cercanía entre la aportación de H. Küng y lo que J. – B. Metz calificó en su día como “mística de ojos abiertos”. Y que disfrutara de una aportación presidida por una apasionada búsqueda de lo común con las llamadas nuevas espiritualidades sin, por ello, descuidar (y reivindicar) la singularidad de la espiritualidad y teología “jesu-cristianas” y “uni-trinitarias”.
Küng disfruta ya de la plenitud de Vida de la que ésta es, gracias a Jesús de Nazaret, una anticipación, un murmullo, un susurro y un chispazo. Esa es la esperanza que, de manera agradecida y racionalmente consistente, comparto con él, teólogo, maestro de teólogos y, sobre todo, compañero de andadura “jesu-cristiana”.
Comentario de Gonzalo Haya del 8 abril 2021
Muy interesante y muy oportuno este artículo. “Profetismo” es para mí la palabra clave para un cristiano. La mística es un anticipo de lo que vendrá, es la plenitud del Reino, es “un punto tangencial con el infinito”, es un bien que anhelo, pero para el que no estoy preparado. La acción profética, el trabajo por la justicia social, por la fraternidad universal, es una realidad concreta, presente y lacerante (aunque desde la filosofía o desde la mística pueda ser considerada como mera “sombra” de la verdadera realidad). Creo que lo que nos corresponde a los seguidores de Jesús es el profetismo, salvo algunas excepciones de místicos que nos ayudan a mantener la esperanza de lo que será. Vivimos en el tiempo presente; el Reinado de Dios se produce “ya sí, pero todavía no”. Jesús tuvo sus momentos místicos cuando sintió a Dios como Padre, y cuando le agradeció que se manifestara a los sencillos.
Comentarios desactivados en Xabier Pikaza: “Durante mucho tiempo, la Biblia fue el único libro de Occidente”
Del blog de Xabier Pikaza:
Fiesta del Libro, día de la Biblia. Una lectura guiada
Se celebra hoy la Fiesta Internacional del Libro, pues en una fecha como ésta, hace 305 años, murieron Cervantes y Shakespeare, autores de libros famosos
En esta ocasión, honrando a esos dos escritores, quiero recordar que durante más de quince siglos el libro por excelencia ha sido en occidente la Biblia (con el Corán). Por eso es bueno recordarlo, como si hoy hace diez y ocho siglos (hacia el 221 d. C.), judíos y cristianos, de formas distintas pero convergentes, hubieran ratificado (canonizado) y editado sus dos biblias, que son una sola, en dos versiones.
Antes había pergaminos, rollos y papiros, se escribía en piedras o ladrillos cocidos, pero el libro como tal (en su forma posterior: un conjunto de hojas cosidas por un borde) lo inventaron los cristianos, entre el III-IV d.C., para escribir toda la Biblia en un solo códice o volumen. En ese sentido, la Biblia fue por mucho tiempo el único libro de occidente. Además, cuando Gutenberg de Maguncia inventó en el siglo XV la imprenta empezó imprimiendo biblias.
Con esa ocasión, en este 23.4.2021, día de de San Jorge, de Cervantes y de Shakespeare, quiero recordar el Libro por Excelencia (eso significa Biblia) y recomendar a mis lectores una Nueva Edición titulada: La Biblia. Enraizados en la Palabra. Una lectura guiada, para evocar después lo que implica esa “lectura guiada”.
– Su texto reproduce la traducción de la Biblia Hispanoamericana, con una guía de lectura por secciones, situada al pie de las páginas, a modo de notas, para facilitar la comprensión de los contenidos.
– Esta edición cuenta también con unas introducciones a los libros de la Biblia que muestran las claves teológicas fundamentales y ayudan a entender su mensaje, con Apéndices que contribuirán a una fructífera lectura, tanto individual como grupal: Incluye un “Guía litúrgica de lecturas” para profundizar en la Palabra proclamada y recorrer la Biblia siguiendo determinados hilos de estudio; con una selección de cuestiones clave que se plantean en la Biblia y que interpelan al actual.
Lectura guiada, una iniciación
Esta edición de la Biblia ofrece una espléndida guía de lectura del conjunto de sus libros, con una introducción a sus temas principales, desde una perspectiva abierta a todos los lectores. Para aquellos que quieran conocer mejor el fondo teológico del tema, yo mismo he ofrecido una guía completa de su contenido.
‒ Siendo texto literario de gran calidad, la Biblia es el testimonio de la historia judeo‒cristiana de Dios, y así lo mostraré, en la línea de Eclo 24, cuando dice que el Dios de Israel se hizo Palabra en los libros de Ley (vida) de su pueblo.
‒ La Biblia, así entendida, forma una biblioteca de textos, con dos testamentos o alianzas (AT y NT) que se unen y completan (conforme a la visión cristiana). No se limita a contar la historia de Israel o de su Ley particular (AT), ni a recoger los texto de Jesús, propios del NT, sino que ha recogido y condensado la visión progresiva y unitaria de los dos testamentos, suponiendo que, en su diversidad, ellos ofrecen una visión unitaria de Dios como Palabra.
‒ La Iglesia ha mantenido la Biblia de Israel, no sólo como recuerdo pasado, sino como revelación permanente de Dios, centrada en el pueblo elegido (Israel), pero abierta, desde ese pueblo, a las naciones, de forma que Israel, al descubrir su verdadera identidad, ha debido trascenderla (no perderla), a fin de que todos los pueblos, siendo distintos, puedan vincularse a través del Dios de Jesucristo (que es el mismo de Israel).
‒ La Iglesia ha tomado y entendido la Biblia de Israel desde la perspectiva de Jesús, no para cerrar su contenido, ni para tomarlo como propiedad exclusiva), sino para reconocer por un lado su origen judío, y para afirmar, al mismo tiempo, que ella está abierta a todos los pueblos, a fin de que llegue a su plenitud o cumplimiento mesiánico. En esa línea, los judíos nacionales, pueden y deben seguir leyendo su Biblia no sólo para beneficio suyo, sino para bien de los cristianos. Por su parte, los cristianos han de sentirse honrados de compartir con los judíos esos Biblia Hebrea (su AT), pero abriendo su historia, contenido y promesa a la humanidad entera.
Los cristianos afirman que la Biblia es el libro de Dios, esto es, el libro que recoge la historia de Dios con los hombres.
‒El Dios bíblico es infinito, pero se ha expresado como palabra de vida en la vida de los hombres. No es ley libro de ley, ni tratado físico‒matemático que se demuestra, sino testimonio de la “historia” de Dios que se manifiesta en la vida de los hombres. Ciertamente, para los cristianos, la verdadera Palabra de Dios no es la Biblia, sino Jesús, pero un Jesús sin Biblia no sería el mesías cristiano.En esa línea, el argumento central es el mismo Jesús, preparado en Israel (NT) y testimoniado en la Iglesia (NT).
En esa línea entiendo la Biblia como una ciudad fascinante, en gran parte ignorada, por la que debemos caminar con calma y tiempo, si queremos entrar en sus misterios (temas) y en toda la riqueza de su contenido (libros). Tiene esta “ciudad de la Biblia” mil rincones y nadie, ni judío ni cristiano, creyente o no creyente, la puede conocer del todo, aunque lleve muchos años explorando sus callejas. Pues bien, para caminar mejor por ella, propongo a mis lectores una “marcha” o exploración en doce meses.
Hay varias rutas, y no todas empiezan por los mismos libros. Así, los judíos suelen partir del Pentateuco, que ellos toman como Cordillera Central, para contemplar y valorar desde allí los restantes libros, y lo hacen con buenas razones. Pero los cristianos deberíamos partir mejor de un tipo de Centro o Plaza Mayor (Jesús, evangelios sinópticos), para avanzar desde allí en zigag (en ida y vuelta) hasta la puerta de entrada (Génesis) y salida (Apocalipsis), volviendo otra vez al mismo. Esa Plaza Mayor o Kilómetro Cero la forman los libros de la vida de Jesús (Marcos, Mateo y Lucas) donde empieza y acaba este recorrido, para descubrir así las claves de la revelación de Dios, pues sólo la podrá entenderá quien sepa, al mismo tiempo, de dónde ella proviene (Antiguo Testamento) y hacia dónde se dirige (Nuevo Testamento, Iglesia).
Hay comentaristas que piensan que se debería conocer primero todo un Testamento (Antiguo o Nuevo) para tratar después del otro. También hay comentaristas que sólo se ocupan de algunos libros de la Biblia, dejando otros al margen. En contra de eso, siguiendo de algún modo los planes de lectura que propone la liturgia judía y/o cristiana pienso que es preciso leer todos los libros, y más en nuestro caso, si pensamos que el Antiguo y Nuevo Testamento están entrelazados de tal forma que deben leerse al mismo tiempo, caminando a la vez hacia el origen (AT) y la meta (NT).
Desde el principio o centro de la Biblia cristiana que es la Plaza de Jesús (Num 1), podemos recorrer de forma entrelazada los cinco temas del AT y los cinco del NT (Núm 2-11), para desembocar al fin, nuevamente, aunque de otra manera, en la misma Plaza de Jesús (Núm 12), donde evocaremos el sentido de conjunto de la Biblia, como como verá quien me siga acompañando
Propongo de esa forma un plan y guía de lectura de la Biblia en doce meses. Será un camino de cierta exigencia, pero no angustioso ni imposible. Como acabo de decir, quiero entrelazar en zig-zag los temas de AT y del NT, poniendo a un lado los pares (AT) y al otro los impares (NT), de dos en dos, de manera que de un modo general sale este esquema:
Desde la plaza de Jesús (sinópticos) (1)
Históricos AT (2) ←→ Hechos de los Ap.(3)
Profetas AT (4) ←→ Pablo en el NT (5)
Ley, Deuteronomio (6) ←→ de Juan (7)
Lev y Núm (8) ←→ Hebreos (9)
Comienzo AT, Gen(10) ←→ Final , Ap.(11)
Para terminar en la plaza de Jesús (12)
Esta Guía de Lectura pretende que los lectores puedan pasar del estudio externo al interno, y situarse de un modo personal ante su Biblia, para conocer de un modo directo, por experiencia propia, sus temas e historia (libros). Éste será un camino pedagógico, que en algún momento podrá exigir una segunda vuelta. No se podrá saberlo todo al principio, ni se resolverán desde el principio todas las preguntas. Por eso será buena dejar pendientes algunas más difíciles, para un momento ulterior de lectura personal o en grupo, a fin de lograr así una visión de conjunto de la Biblia, en dirección de AT y NT, sabiendo que son inseparables para los cristianos.
Ésta es una propuesta que compartimos bastantes expertos y amigos de la Biblia, pero no podemos imponerla (ni aconsejar a todos que la sigan), pues cada lector o grupo de lectores deberá trazar su propio itinerario. Por otra parte, los doce meses que propongo son aproximados, aunque el número ofrece ciertas ventajas, pues permite disponer de un tiempo prudencial para cada libro o grupo de libros, detenerse o cerrarse en ninguno (aun sabiendo que algunos “meses” serán más intensos que otros). De todas formas, este curso bíblico anual puede (y quizá) debe repetirse o acomodarse, convirtiendo los meses en trimestres o cuatrimestres, adaptando así el curso para tres o cuatro años.
Comentarios desactivados en Pablo d’Ors: “La gente ya se ha cansado de esperar a que la Iglesia cambie”
“La BdL es una aproximación al Cristo interior de cada cual: sus destinatarios naturales son los buscadores espirituales, con independencia de su confesionalidad o, incluso, agnosticismo”
“A los nuevos crucificados de la historia no hay que explicarles nada, bastante tienen ya con lo suyo. Hay que amarles, es decir, estar efectiva y afectivamente con ellos”
“Una vida espiritual que no aterrice en lo concreto es aristocracia interior en el mejor de los casos y, probablemente, mera alienación”
“El papa Francisco es un bendito. La gente metiéndole caña y él, pese a sus años y achaques, llevando firmemente el timón de la Iglesia. Porque que nadie dude de que lo lleva. Este papa hace mucho, más de lo que puede”
“La gente que fustiga a este Papa, y se le fustiga sobre todo desde dentro, sencillamente no tiene corazón”
Pablo d’Ors (Madrid, 1963) sacerdote y escritor de larga y exitosa trayectoria, no necesita presentación. Acaba de publicar su última novela, ‘Biografía de la Luz’ en Galaxia Gutemberg, con la que, confiesa, por fin se atreve a escribir sobre su gran amor: Jesús. En una novela en la que escribe como vive: con verdad y sin hipocresías ni disimulos. Por eso confiesa que su aguijón es un “dolor de espalda” tan agudo que, para acabar con él estaría dispuesto a entregar todos sus éxitos literarios, su obra espiritual de ‘Los amigos del desierto‘ y hasta su propio sacerdocio. Su medicina para salir de las sombras: la oración y el amor. “Todo se puede soportar si tienes alguien que te quiere de verdad a tu lado”, explica.
Como sacerdote, a d’Ors también le duele (y mucho) la situación de la Iglesia, que, a su juicio, ha perdido el tren de la actualidad y de la historia. “La gente ya se ha cansado de esperar a que la Iglesia cambie. La Iglesia sólo puede cambiar muy despacio, y con esa lentitud ya no se conforma nadie”, dice. Y eso que reconoce la ingente labor que, para reformarla, está haciendo el Papa Francisco. Por eso, asegura que “La gente que fustiga a este Papa, y se le fustiga sobre todo desde dentro, sencillamente no tiene corazón”.
-¿’Biografía de la luz‘ es, para usted, un libro más o un libro especial?
Todos mis libros son para mí especiales, ninguno es simplemente uno más. Cada cual nace de una situación muy concreta e inolvidable para mí, también esta ‘Biografía de la luz’. Su particularidad radica en que por fin me atrevo a escribir sobre Jesús, mi gran amor.
– Se lo dedica a Franz Jalics, al que califica como “mi maestro”. ¿Qué relación mantuvo ‘su maestro’ con el Papa Francisco?
Tuve el privilegio de conocer a Franz Jalics en diciembre de 2013. Pasé 12 días con él y, durante todos y cada uno de aquellos días, me recibió en su cuartito, pues era mucho lo que tenía que preguntarle sobre su vida y su método de oración, así como mis deseos de compartir con él algunas dudas personales. Me respondió a todo lo que le pregunté menos a lo relacionado con el papa Francisco. Dijo que sobre ese punto ya había dicho a los medios todo lo que tenía que decir.
– ¿Su libro es una “aproximación al Jesús místico” para buscadores de espiritualidad?
Más que al Jesús místico, que también, la BdL es una aproximación al Cristo interior de cada cual. En ese sentido, sus destinatarios naturales son los buscadores espirituales, con independencia de su confesionalidad o, incluso, agnosticismo.
– En un mundo lleno de ruido y de solicitaciones sensoriales, ¿cree realmente que hay gente dispuesta a pararse, “mirarse por dentro y cambiar por fuera”?
Pocos, desde luego, pero muchos más de los que creemos. Quienes queremos hacer la aventura interior y quienes queremos tomarnos en serio la simplicidad como criterio somos una inmensa y hermosa minoría. Todo lo grande empieza siempre con pocos. Y desde abajo.
– ¿Cómo explicarles a los ‘crucificados’, a los tirados en las cunetas de la vida que también ellos “tienen dentro una criatura que quiere nacer: un proyecto, una idea, una misión…”?
A los nuevos crucificados de la historia no hay que explicarles nada, bastante tienen ya con lo suyo. Hay que amarles, es decir, estar efectiva y afectivamente con ellos. Claro que ellos tienen dentro lo mismo que todos los demás, pero difícilmente podrá cuidarse el ámbito espiritual si el material está por construir. Sería como empezar la casa por el tejado.
– ¿Cómo reconocer a Dios “en lo ordinario y en lo pequeño” de tantas vidas sin horizontes y con las esperanzas agostadas?
Lo cotidiano y pequeño es el punto de partida -y el de llegada- de la vida espiritual. Una vida espiritual que no aterrice en lo concreto es aristocracia interior en el mejor de los casos y, probablemente, mera alienación. La profundidad de lo bello es más perceptible, por paradójico que parezca, en lo humanamente pobre. Así, misteriosamente, habla más de Dios el rostro de un anciano que el de un joven en su plenitud.
– “Las personas luminosas y pacíficas son toleradas sólo cuando no hacen ruido” ¿Por eso, el Papa Francisco tiene tantos enemigos dentro y fuera de la Iglesia?
El papa Francisco es un bendito. La gente metiéndole caña y él, pese a sus años y achaques, llevando firmemente el timón de la Iglesia. Porque que nadie dude de que lo lleva. Este papa hace mucho, más de lo que puede, esa es al menos mi opinión. La gente que fustiga a este papa, y se le fustiga sobre todo desde dentro, sencillamente no tiene corazón.
– ¿Ha tenido o tiene oscuridades en su vida y miedo a no poder salir de su “noche oscura”?
He atravesado tres momentos críticos en mi vida, digo tres porque fueron duraderos y, por ello, claramente reconocibles. No me atrevería a llamarlos noches oscuras por la connotación mística que tiene esta expresión, llamémoslos baches estructurales, etapas de replanteamiento, meses o años depresivos… Si de los tres he salido robustecido, ¿por qué no iba a ser así en adelante?
-¿Qué es peor para usted: el dolor de espalda, el miedo al fracaso como escritor o los problemas de sueño?
Sin comparación el dolor de espalda. Entregaría toda mi obra literaria por no tener dolor de espalda. Entregaría mi sacerdocio por no tener dolor de espalda. Entregaría a los amigos del desierto, que considero mi familia, por no tener dolor de espalda. Con todo, el dolor de espalda no es lo peor. Lo peor es la depresión.
–“Nadie puede dormir si no tiene la conciencia tranquila”. ¿Qué le atormenta?
No ser yo mismo. No responder al plan que Dios me ha trazado. No ayudar, sino entorpecer, el camino de otros hacia Dios.
-La medicina para salir de las sombras: Perseverancia y la ayuda de…
La oración es la gran medicina. De la mano de Dios se puede salir de todo, sólo de la mano de Dios se sale realmente de lo oscuro. Abandonar a Dios, lo llamemos así o no, supone perderse en la oscuridad. También ayuda muchísimo, hasta el punto de ser prácticamente imprescindible, la cercanía y atención del ser amado. Todo se puede soportar si tienes alguien que te quiere de verdad a tu lado.
-Después de la pandemia, ¿la Iglesia católica seguirá siendo un referente de sentido o la gente se cansará de esperar a que cambie?
La gente ya se ha cansado de esperar a que la Iglesia cambie. La Iglesia sólo puede cambiar muy despacio, y con esa lentitud ya no se conforma nadie. Sin embargo, no soy pesimista, y mucho menos derrotista. La Iglesia, es decir, la comunidad de los hombres y mujeres con esperanza en el espíritu de Jesús, se renueva insospechadamente a cada instante.
Comentarios desactivados en Cristianos de base editan un Nuevo Testamento canario e inclusivo
“Una fe personal, comunitaria, crítica, comprometida y festiva”
Los militantes de Acción Católica realizan un proyecto del Centro Teológico de Las Palmas de hace 40 años
Antonio Quintana, coordinador de la obra:“La idea surgió en junio de 2020 cuando la HOAC seguía usando el evangelio del día en peninsular y vimos necesario adaptarlo a nuestro lenguaje. La buena acogida que tuvo la propuesta nos animó a realizarla”
Publicada por Mercurio Editorial, que ha sido un éxito, ya está comprometida la segunda edición
| Antonio María Quintana
(Mercurio Editorial).- Siete personas, vinculadas a la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), a la Frater y a la comunidad Redes Cristianas de Tacoronte, han realizado el primer Nuevo Testamento canario e inclusivo, que acaba de publicar Mercurio Editorial.
“La idea de realizar este proyecto surgió en junio de 2020 cuando la HOAC seguía usando el evangelio del día en peninsular y vimos necesario adaptarlo a nuestro lenguaje. La buena acogida que tuvo la propuesta nos animó a realizarla”, expresa Antonio Quintana, coordinador de la obra, licenciado en Teología y periodista.
En esta adaptación han participado Juan Barreto, doctor en Filología Bíblica Trilingüe, Felipe Bermúdez, doctor en Teología, María del Carmen Peñate, Licenciada en Pedagogía, Juani Sosa, profesora de Formación Permanente, Roberto Perdomo, licenciado en Teología, y Águeda Vilavert, diplomada en Trabajo Social. “Nuevo Testamento. Una adaptación al lenguaje inclusivo y canario nace con el propósito de ayudarnos a vivir una fe personal, comunitaria, crítica, comprometida y festiva, que nos anime a ser personas nuevas y contribuya a la construcción de esa sociedad nueva que Padre Madre Dios quiere para nuestro mundo”, apuntan los autores en el prólogo.
En 1981 el Departamento de Teología de las Realidades Canarias del Centro Teológico de Las Palmas (TERECA) editó Jesús, el hombre nuevo, una selección de textos evangélicos basado en una Biblia Latinoamericana. TERECA decía entonces que “a falta de una versión de los Evangelios realizada desde Canarias, y para nuestra gente -labor interesante y necesaria que algunas personas estamos intentando- nos ha parecido que esta es la más sencilla y accesible, además de seria y científica”.
Cuarenta años después se ha realizado aquel sueño. Tal publicación, que “es mejorable” según los autores, tiene como base el Nuevo Testamento de la Nueva Biblia Española, una traducción dirigida hace ya 34 años por los biblistas Juan Mateos y Alonso Schökel, en cuyo grupo estaba también Juan Barrero.
El equipo expresa que está en sintonía con lo dicho por el papa Francisco en su carta apostólica de 2020 Amor a la Sagrada Escritura: “la Biblia necesita ser traducida constantemente a las categorías lingüísticas y mentales de cada cultura y de cada generación, incluso en la secularizada cultura global de nuestro tiempo”. Los autores esperan que este Nuevo Testamento Canario ayude a vivir y dar respuestas acertadas “a las múltiples llamadas que Padre Madre Dios nos sigue haciendo a través de Jesucristo”.
Esta publicación, que tiene 526 páginas. Sus autores están satisfechos porque ya tienen comprometidos la mitad de la primera edición.
Comentarios desactivados en ‘Dīwān’: la poesía mística del sufí Ḥusayn ibn Manṣūr al-Ḥal·lāğ, en Fragmenta
130 poemas caligrafiados por el islamólogo Halil Bárcena
Fragmenta publica Dīwān, la obra que recoge la poesía mística del sufí Ḥusayn ibn Manṣūr al-Ḥal·lāğ, el primer mártir místico del islam
Ḥusayn ibn Manṣūr al-Ḥal·lāğ fue un predicador popular, un viajero y peregrino infatigable, un misionero errante por tierras del Oriente, un sabio inspirado y un poeta de la unión mística y el amor divino
Halil Bárcena: “Traducir Ḥal·lāğ ha sido para mí una experiencia única. El desafío no ha sido solo encontrar la palabra más adecuada, sino que la expresión general destilase su perfume”
Es célebre por su poesía extática y sapiencial, reunida en la recopilación Dīwān (que, en lengua árabe, significa ‘legajo de hojas escritas’, es decir, libro) que Fragmenta publica en árabe y castellano
(Fragmenta).-Fragmenta publica Dīwān, la obra que recoge la poesía mística del sufí Ḥusayn ibn Manṣūr al-Ḥal·lāğ, el primer mártir místico del islam. La edición incluye 130 poemas caligrafiados a mano por el islamólogo Halil Bárcena, autor de la introducción y de la traducción castellana directa del original árabe. El pasado miércoles 7 de abril se puso a la venta.
Ḥusayn ibn Manṣūr al-Ḥal·lāğ (858-922) puede ser definido como un predicador popular, un viajero y peregrino infatigable, un misionero errante por tierras del Oriente, un sabio inspirado y un poeta de la unión mística y el amor divino. Es célebre por su poesía extática y sapiencial, reunida en la recopilación Dīwān(que, en lengua árabe, significa ‘legajo de hojas escritas’, es decir, libro) que Fragmenta publica en árabe y castellano en edición y traducción del islamólogo Halil Bárcena.
Hombre excesivo tanto en la vida como en la muerte, Ḥal·lāğ encarna como ningún otro espiritual musulmán un original camino de sabiduría que trasciende los límites, no solo del marco religioso institucional islámico, sino del sufismo mismo, del que es el representante más destacado. Ḥal·lāğ es considerado el mártir por excelencia del islam: un mártir del amor místico que solo se debe a la pasión de la verdad, el deseo esencial que mueve a todo espiritual, condenado y ejecutado por el poder político y religioso.
La edición de Halil Bárcenaincorpora el texto árabe caligrafiado por el mismo traductor y presenta la poesía hal·lāgiana con una nueva ordenación temática que facilita su lectura. El título de la recopilación y sus diversas divisiones temáticas también se presentan en caligrafía árabe. A pesar del acento artístico del estilo caligráfico escogido, se ha priorizado la máxima legibilidad del texto. En 2010 se publicó la versión árabe-catalana del mismo texto, también en Fragmenta.
Para Halil Bárcena, “traducir Ḥal·lāğ ha sido para mí una experiencia única: muy gratificante, sí, pero ardua al mismo tiempo. Su estilo condensado, el uso particular que hace de una lengua como el árabe, que es sintética y a la vez exuberante, la capacidad que tiene de generar nuevos lenguajes para hablar de la experiencia amorosa y cognoscente del hombre espiritual, convierte la poesía de Ḥal·lāğ en todo un reto para cualquier traductor, porque lo que más llega y conmueve de él no es tanto lo que dice, sino cómo dice lo que dice. Por lo tanto, el desafío no ha sido solo encontrar la palabra más adecuada, sino que la expresión general destilase su perfume. Ha sido mucho tiempo de diálogo con un poeta de raza que a pesar de haber vivido en el siglo X es tremendamente contemporáneo, porque habla del deseo esencial de todo ser humano, algo que, como la buena poesía, no caduca con el tiempo”.
Halil Bárcena (Renedo, Cantabria, 1962) es islamólogo, doctor en filología árabe y especialista en mística sufí. También es licenciado en ciencias de la información, diplomado en lengua árabe, máster en estudios árabes y diploma de estudios avanzados en humanidades, ha cursado estudios islámicos y de filología árabe y persa en Marruecos, Jordania, el Líbano y Siria. Formado en musicología árabe-turca, es intérprete de ney —la flauta derviche de caña. También cultiva la caligrafía árabe. Colabora con la Universidad de Barcelona. En 1998 fundó el Instituto de Estudios Sufíes de Barcelona, que dirige desde entonces. Dirige también el grupo de música y danza sufí ‘Ushâq. Es autor de la monografía Sufismo (Fragmenta, 2012). Además, es coautor —con Marià Corbí— de Jesús de Nazaret, el mito y el sabio. Una lectura del Evangelio de Juan desde una espiritualidad laica y desde el sufismo (2010). En 2015 publicó Historias de Nasrudín, en la colección Pequeño Fragmenta, con ilustraciones de Mariona Cabassa
Comentarios desactivados en Antonio Piñero: “Hay que distinguir entre el personaje histórico Jesús de Nazaret y el Cristo celeste”
Nos encontramos ante la continuación de la publicación el año pasado de La Aproximación al Jesús histórico, en esta misma editorial. Esta continuación de su obra corresponde en realidad a ponerse en diálogo con otros autores. Se trata de su última publicación que nos trae una visión crítica de la cristología
Y es que parece que al tratar este tema central de la teología cada uno defiende a su Jesús y Antonio Piñero pretende presentarlo como fruto de un consenso, pero “ese consenso no lo es de historiadores confesionales, sino consenso de historiadores independientes y claro está, dentro de ese consenso los hay de todo pelo y condición”
En esta obra podemos encontrar por una parte la aproximación teológico-histórica y por otra parte una histórico-crítica donde podemos encontrar al Jesús de Antonio Piñero. Afirma que es cierto que cada autor tiene a su propio Jesús y trata de “reproducir fielmente el pensamiento de la persona a la que voy a someter a crítica” para con posterioridad poder exponer lo que según su parecer no se aproxima al Jesús histórico y aquello que sí pero siempre enmarcándolo dentro de una hipótesis. Es importante por ello hacer una buena presentación para luego dar alternativas y aceptar la parte buena que al parecer de Piñero tiene ese autor.
Estamos ante un personaje muy investigado e interesante, soporte y fundamento de más de dos mil millones de personas pero cuya obra, dichos y hechos han sido transmitidos por sus seguidores y recogido por escrito entre cuarenta y setenta años después encontrándonos con escritos como el Evangelio de Juan que tratan de divinizar y ensalzar su figura. Pero esto no solo ocurre en los evangelios sino que es norma de toda biografía antigua.
Ese es el motivo por el que apenas tenemos reseñas de su infancia, se centran en su vida de adulto y ensalzan sus virtudes. Cierta similitud encontramos en autores como Tácito o Plutarco a la hora de hablar de la vida de los Césares o del personaje al que narran y que ensalzan sin reparos. Era la forma de escribir en la época y nos hace pensar como historiadores del siglo XXI hasta qué punto podemos tragarnos esa magnificación, elevación y ensalzamiento.
Antonio Piñero: “Elija Usted su Jesús mítico”
Los ‘Jesús’ de la investigación teológica
Senén Vidal divide la vida de Jesús en tres partes con tres proyectos distintos. El primero como discípulo de Juan el Bautista, al que sigue su etapa judía pero su última etapa parece un tanto irreal al limitarse a una semana. Quizá sería mejor verlo como un proceso progresivo y no tanto dividido. Cosa que ayudaría a no encontrarnos con un Jesús que comienza el domingo de ramos como el mesías y rey de Israél que cuatro días más tarde hace saltar el sistema expiatorio del templo instituyendo una cena pascual irruptiva. En una persona como Jesús parecería poco plausible que rompiera con sus propias creencias de esta manera.
Sean Freyne ha escrito cosas muy interesantes con un enfoque marxista en la historia al considerar que los condicionantes sociales y económicos de la sociedad galilea donde podemos hurgar el pensamiento teológico de ese momento que podremos considerar determinó el pensamiento de Jesús. Ante este autor Piñero desaprueba la visión de un Jesús al final de su vida como siervo de Yahvé, por ser una construcción teológica cristiana cristiana y no judía. Para los judíos no era interpretado mesiánicamente sino como el justo perseguido.
Otro autor de calado en José Antonio Pagola al que hay que agradecer la valentía de intentar hacer un Jesús histórico rompiendo el fuego en el sitio más difícil, dentro de una jerarquía. Pero según Piñero no es un autor consecuente al “meter ciertas morcillas teológicas” que no corresponden al Jesús de la historia. Y cuando encuentra alguna cosa histórica que puede molestar al establishment de los obispos, lo pone en nota y aún así no salió bien parado. Para Piñero, el Jesús histórico de Pagola no es histórico sino teológico.
Seguimos con el Jesús de James D.G. Dunn que intenta hacer un punto de vista muy interesante al hacer una aproximación sobre el Jesús recordado, puliendo el recuerdo hasta llegar a la persona histórica. La critica vendrá por considerar que hay un montón de recuerdos de Jesús que son independientes de la creencia de aquellos que conservan esa creencia en la resurrección de Cristo. Esto es inaceptable para Piñero puesto que todos los recuerdos son dependientes en líneas generales de la fe en la Resurrección.
Rafael Aguirre, Carmen Bernabé y Carlos Gil Albiol tratan de buscar un Jesús histórico pero Piñero considera que no sacan las consecuencias de un Jesús que es judío. Jesús no es el fundador de una nueva religión sino el fundamento que causa la reinterpretación que posteriormente hará Pablo y sus discípulos. La crítica a este grupo será la de considerar que toman su camino silenciando a todo el que discrepa de sus ideas.
Gerhard Lohfink presenta un desarrollo muy aceptable pero cae en la misma dinámica que Pagola al presentar a un Jesús más teológico. Y por último citamos a Javier Gomá Lazón hay que reconocer el esfuerzo de presentar a Jesus en su culmen como un Jesús ejemplar a quien Dios premia su ejemplaridad con la resurrección. Pero claro, esto de la resurrección no se puede probar con la filosofía y así lo reconoce pero termina por obviarlo y dejarse llevar por lo teológico.
Aproximaciones histórico-críticas
Nos queda comentar la segunda sección del libro que trata de hacer una aproximación histórico-crítica con otros autores de calado como Paul Heinrich Dietrich, Holbach, Gerd Theissen y Annet Merz, José Monserrat Torrents. Destaca de este grupo la apreciación de Torrents al considerar que los romanos solo utilizaron la muerte en cruz con aquellos que iban armados y esto ha sido muy silenciado por la tradición y esta postura es demasiado unilateral ya que en la Palestina del siglo I no era de extrañar ir armado como medio de defensa y por tanto no sería de justicia hacer de Jesús un galileo armado.
Mención especial de Piñero a John P. Meier ante el que se quita el sombrero pero que “destaca demasiado acríticamente que Jesús fue un personaje unicum, un único, y creo que el personaje unicum atribuido a Jesús no es real porque Jesús entra dentro de una serie de rabinos que con ingenio discutían sobre sus conocimientos aunque para muchos judíos, las parábolas de Jesús son la perla de la literatura judía del siglo primero”
Antonio Piñero, junto a Gonzalo Puente Ojea y Fernando Bermejo son herederos de la escuela filológica alemana que reducen a Jesús a 27 puntos de consenso. Entre estos investigadores independientes defienden que entre el Jesús histórico y Jesucristo hay una especie de barranco o especie de salto insalvable. Para Puente Ojea, Cristo es un mito, para Piñero es un concepto teológico y para Bermejo Jesucristo es una historiografía puramente inventada por los evangelios que hay que reducirlo a su justo término. Pero los tres son defensores acérrimos de un Jesús de Nazaret histórico sobre cuya base, fundamentalmente Pablo de Tarso y sus sucesores, construyeron al Cristo celeste. Por tanto, hay que distinguir entre el personaje histórico Jesús de Nazaret y el Cristo celeste.
Toda una interesante lectura que podemos encontrar en Trotta Editorial bajo el título EL JESÚS HISTÓRICO otras aproximaciones, reseña critica de algunos libros significativos en lengua española.
Comentarios desactivados en Imaginarios trans en los ritos de paso: simbolismo y potencia
D.E.A.
Utilizamos el verbo ‘transicionar’ para referirnos a la experiencia concreta transgénero, pero lo cierto es que todos los seres humanos sin distinción transicionamos a lo largo de nuestra vida. Valorar y proteger a la gente que tiende puentes, derriba fronteras, cose desgarros y sana grietas es algo que deberíamos aprender de otras culturas.
Utilizamos el verbo ‘transicionar’ para referirnos a la experiencia concreta transgénero, pero lo cierto es que todos los seres humanos sin distinción transicionamos a lo largo de nuestra vida. Pasamos por cambios endocrinos brutales que difícilmente nos hacen parecer la persona que dejamos atrás. Algunos ejemplos de ello podrían ser la pubertad, el embarazo, el envejecimiento, la menopausia. Dichos ritos de paso vitales no están exentos de artificio. En su transcurso, nos inscribimos voluntariamente en hormonaciones químicas, prótesis, cirugías, depilaciones láser, injertos, incisiones, extirpaciones. En la mayoría de los casos, desconectamos emocionalmente de esos cambios o los vivimos con una buena dosis de autoodio. La sociedad, mientras, los ignora, invisibiliza o juzga. Si esos cambios se relacionan con la sexualidad, generan más terror. Así, pasamos de puntillas por la posibilidad de experienciar e irradiar la transformación social, tomar la parte por el todo convirtiendo nuestra capacidad de cambio físico en una potencia social. No existe sociedad sin imaginario simbólico y, por eso, urge empezar a incorporar en nuestra formación como individuos modelos poderosos de evolución personal. Qué mejor que la experiencia transgénero para ello. La capacidad de llenar ese espacio vacío entre fronteras, de atravesarlo, de ir “entre” algo está reflejada en el prefijo latino trans-. Valorar y proteger a la gente que tiende puentes, derriba fronteras, cose desgarros y sana grietas es algo que deberíamos aprender de otras culturas. Hay que reconocer por su valía a la gente que dedica su vida a poner el prefijo trans– delante de cada verbo fundamental en las acciones de la vida: transmutar, transgredir, transplantar, transicionar.
Muchas comunidades, más allá del monolítico paradigma occidental moderno, han respetado el poder del cambio personal. En ocasiones, se han mantenido ceremonias que protegen y honran los más distintos tipos de metamorfosis, así como sus ritos de paso, entendidos como un momento vital significativo que, idealmente, se acompaña con el cuidado intergeneracional y el reconocimiento público del avance en el camino de la vida.
En estas sociedades, algunos de sus miembros eligen encarnar la fuerza latente de la transformación por su intensidad y valentía. Se les conoce por distintos nombres. Aquí y ahora los llamamos trans y los atacamos sin pensar que quien logra romper la oscura tradición del género binario y se erige por encima de esa cárcel social está representando para todas el poder de emerger como ningún otro agente social. Cuando una persona trans decide dar el paso de visibilizarse como tal está encarnando una potencia extraordinaria: la confianza en el poder del cambio. Como sociedad que tiene un horizonte de justicia al que aspirar, la presencia de esa potencia debería ser un lugar en el que mirarnos, una política transgresora que crea conocimiento desde el cuerpo. Y así lo entienden otras comunidades con un esquema de pensamiento menos pobre y, por tanto, mucho más interesante que el nuestro. Aquí ofrezco solamente tres ejemplos de ello, pero hay muchos: los Fa’afafine en Samoa, los Omeguid de los Kuna de Panamá o los Buguis en las Islas Célebes, entre otros.
Los occidentales aún estamos lejos de sentir el respeto debido a la potencia trans que exhiben algunos pueblos americanos. Para la nación Mojave los llamados “dos espíritus” encarnan el equilibrio sagrado, el motor de la creación y la cuna de su cosmogonía. Por eso, cuentan con rituales específicos para transicionar, como la menstruación performativa. En 1990, se actualizó esta tradición acuñando el término en inglés two-spirit, en el marco de la Tercera Convención Anual de Gays y Lesbianas Nativoamericanos/Primeras Naciones, en Cánada. El objetivo de la cumbre consistió en proteger la tradición de respeto por aquellos que son a la vez hombres y mujeres, y reivindicar la resistencia a la colonización, que incluye la lucha contra la transfobia impuesta por Europa. Por tanto, se hizo hincapié en el binarismo de género como una violencia cultural más del imperialismo. Para continuar con el modo en que los indígenas de Norte América entendían el género, es muy recomendable el libro de Serena Nanda, Gender Diversity: Crosscultural Variations (1999), donde además se incide en la violencia que las dañinas etiquetas europeas de lo “normal”, lo “natural” y lo “moral” han provocado alrededor del mundo. Los two spirit abrazan en lo simbólico la unidad dual y, por tanto, el equilibrio en la contradicción.
En la India, quizá el país más rico en tradiciones trans, encontramos a las hijra. Algunas de ellas se identifican como mujeres u hombres, mientras que otras permanecen como identidades no-binarias. Las hijra, aunque no está claro qué nivel de aceptación tienen en sus comunidades, cuentan con parteras expertas en sus ritos de paso: las dai ma, que ofrecen cuidados especializados a las castraciones y las orquiectomías sagradas; incluyendo alimentación, oración y reposo. La deidad a la que se consagran las hijra es Bahuchara Mata, quien está íntimamente ligada a la fertilidad, ya que se entiende que aquellos que transicionan a hijra ofrecen a la diosa su capacidad de reproducirse y ésta se la trasmuta por aumento de poder. Las familias de aquellos que una vez llamados no transicionan son castigadas con la impotencia por generaciones. Las hijra representan dos caras interesantes de la creación: transmutar la fertilidad de la procreación humana en poder creativo personal.
Quizá más conocidas en el hispanismo sean las muxhes, el tercer sexo zapoteca. Los infantes que transicionan a muxhes no conocen la discriminación, sus vecinos no lxs violentan, sino que acompañan, haciendo de su rito de paso un momento de apoyo colectivo. El problema aparece cuando deben salir de su comunidad para estudiar o trabajar. Ahí es donde se les exige adherir su género al sexo de nacimiento, se lxs discrimina y agrede. En diciembre de 2019, la revista Vogue dedicó su portada en México y Reino Unido a las muxhes y, de alguna manera, realizó un ejercicio único de transculturalidad entre británicos, sorprendidos por la vitalidad de la inclusión trans zapoteca, y la ancestralidad de la hipersensualidad muxhe. Una muxhe puede ser pensada como un puente que conecta nuevas luchas con una raíz cultural mucho más profunda y antigua que la europea moderna.
La antigüedad de los ritos de paso trans se documenta desde la civilización sumeria, quienes ya practicaba la “la ceremonia de girar la cabeza”, donde el hombre se convirtió en mujer y la mujer en hombre, que hoy estudia Betty De Shong Meador como parte del culto a la diosa Innana. Quienes giraban la cabeza eran conocidos como la gente de la caña, ese el espacio intermedio entre el pantano y la tierra. Kurgarra y Galatur, mitos de la transexualidad, contaban con ubicaciones sagradas en el templo de Innana, ya que habían sido ellos quienes la habían rescatado del Inframundo como seres sagrados, capaces de habitar lo intermedio. La gente de la caña simboliza un cruce interesante entre la vida y la muerte, encarnan esa idea de lo trans como el espacio privilegiado de puente entre dos realidades.
Obviamente, la experiencia trans y las identidades LGBTTIQ no son monolíticas ni estandarizadas. Hay tantas formas de transicionar como personas y para muchas no hay espejo al que mirar ni tradición en la que apoyarse. Igualmente, aquellos que tienen la suerte de pertenecer a las muchas culturas transinclusivas pueden sentir lejano y ajeno el activismo occidental. Si se pudiera, en un ejercicio de síntesis, aprender una lección de las transiciones respetadas y acompañadas es que las necesitamos. Necesitamos esa potencia transgresora de confianza total en el cambio justo aquí y ahora, seas quien seas, porque, cuando vengan las transiciones de cualquier tipo, su simbología será una ayuda inestimable. Muchos pueden seguir pensando que lo trans les toca desde muy lejos o no lo hace en absoluto. Es más un hábito mental que una realidad, hábito que voy a desafiar con el siguiente ejemplo para finalizar.
Si aún resulta dudoso por qué o cómo transicionar nos habla directamente a todxs, pensemos en el siguiente rito de paso habitual en mujeres nacidas mujeres. Éste supone un cambio endocrino, se da un quirófano, conlleva una cirugía, tiene que ver con quitar un elemento interno (que no se odia pero que se desea retirar), suele provocar algún tipo de disforia (aunque no sea específicamente la de género) y es censurado; a veces, perseguido. Estoy describiendo una interrupción voluntaria del embarazo, escena que así descrita, enfocada en el momento de operar el cambio, guarda ciertas concomitancias con algunas transiciones. Si pudiéramos, como sociedad, dotar estos momentos de un simbolismo que abrazara la contradicción (two-spirits), la transmutación de fertilidad en poder personal (hijra), lo ancestral de la práctica (muxhes) y una relación equilibrada con los cruces vida/muerte (gente de la caña) transformaríamos el autoodio que Occidente imprime en estas transiciones vitales por un momento mucho más profundo, incluso en una comprensión integrada de la evolución personal. Es por eso que aquí y ahora necesitamos defender la experiencia trans, su mitología, tradiciones, rituales, fortaleza y valentía. Es por esto que nadie que viva bajo el injusto y miope esquema de pensamiento occidental contemporáneo puede permitirse prescindir del lenguaje, potencia y experiencia del movimiento trans en cualquiera de sus formas. No solo las personas transexuales necesitan una historia, tradición e imaginario simbólico de referencia, todxs podemos encontrar en el acto de transicionar un momento de gran fortaleza y belleza que incorporar a nuestro vocabulario por superviviencia personal y justicia social. Respetar el cambio transgénero es proteger todas las transiciones por las que pasamos y pasaremos, puesto que este es la más desafiante y valiente para una sociedad aterrorizada, pacata y limitante en afectos y celebraciones de la vida como la nuestra.
Comentarios desactivados en ” Y Leo Classen habló”. Primer testimonio de un triángulo rosa”.
Portada del libro ‘Y Leo Classen habló. Primer testimonio de un triángulo rosa’
El testimonio más antiguo de un prisionero gay en un campo de concentración nazi: torturas, castraciones y experimentos
En ‘Y Leo Classen habló’, el investigador Carlos Valdivia reúne y publica por primera vez el testimonio de un médico católico y homosexual que resistió al nazismo.
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No es extraño ver en las manifestaciones ultraderechistas y negacionistas a grupos ondeando banderas con cruces gamadas; también el pasado 12 de octubre, a lo largo del día de la fiesta nacional, pudo verse este tipo de símbolos izarse impunemente en las manifestaciones promovidas por el partido de ultraderecha VOX. Por eso, es muy necesario que sigan apareciendo testimonios como el que nos ocupa. No podemos permitir que se siga extendiendo el discurso del odio. Por eso… comprad el libro y leedlo.
El editor y traductor Carlos Valdivia rescata de una biblioteca alemana los textos que el superviviente Leo Classen escribió en 1955 y que ahora publica la Editorial Egales.
Carlos Valdivia cuenta que mientras visitaba la exposición Auschwitz. No hace mucho. No muy lejos, se dio cuenta de que un cartel que cuantificaba por centenares de miles las fatídicas muertes de judíos, gitanos, serbios, personas con discapacidad, etcétera, solo citaba “varios miles de homosexuales”. Este cálculo aproximado le incitó a ahondar en las cifras. Importantes investigadores aseguran que rondarían los 5.000 – 15.000 enviados a campos de concentración y tan solo 50.000 enviados a prisión, pero el propio Heinrich Himmler, uno de los principales líderes del partido nazi, se jactaba de haber eliminado a un millón de homosexuales.
Leo Classen publicó entre 1954 y 1955 una serie de artículos en la revista homoeróticaHumanitas sobre su paso por el campo de concentración de Sachsenhausen-Oranienburg. Estos textos han permanecido inéditos hasta el momento tanto en alemán como en español u otras lenguas. Supone el testimonio más antiguo conocido escrito por un superviviente homosexual de un campo de concentración nazi.
“El pan y la muerte fueron dos de los pilares de nuestra existencia allí. No teníamos nada más a lo que agarrarnos. Lo que había fuera, lo que una vez habíamos llamado vida, quedaba lejos, muy lejos, no como el olor de la sangre y la putrefacción, de la agonía y la maldad que nos rodeaban allí, donde nos arrastrábamos bajo la corona de espinas con huesos estridentes de una mañana gris a otra, y nunca más se hizo la luz…”
“Hay experiencias que destrozan el cuerpo y el alma hasta tal punto que los sismógrafos de los sentimientos recitan sus datos y sin resistencia ni clemencia revelan a los hombres su horrible destino y los aplastan. La completa disolución y degradación de la personalidad era el objetivo de cada proyecto que aquí narraré”. Así empieza el primero de los devastadores textos inéditos de Leo Classen, superviviente homosexual de un campo de concentración nazi.
De él sabemos que nació en 1906 en una familia socialdemócrata, que fue médico y que ingresó en Sachsenhausen-Oranienburg (Brandenburgo) a los 35 años. Menciona que llevó consigo un diario desde 1939 hasta 1945, lo que lleva a pensar, a juzgar por las fechas, que antes de entrar en Sachsenhausen pasó por otro campo -de hecho, es seguro que estuvo un mes en Natzweiler-.
Si bien es cierto que las relaciones sexuales entre hombres estaban castigadas en Alemania por el artículo 175, el país y, sobre todo, Berlín, había generado a finales del XIX y principios del XX una subcultura, intelectual y reivindicativa, para el colectivo. El investigador Robert Beachy, que publicó en 2015 ‘Gay Berlín‘, un análisis de aquella época, explicaba en esta entrevista a El País que “la ley penaba los actos sexuales entre hombres, pero no prohibía los clubes, bares u otros lugares de encuentro. La policía los vigilaba, pero estaba obligada a tolerarlos. Precisamente por este acoso, los activistas empezaron a organizar protestas y esta subcultura comenzó a hacerse más visible”.
La llegada de Hitler al poder en enero de 1933 ya había supuesto un tajo por la raíz a las aspiraciones de los movimientos homosexuales de la época. Una de sus primeras medidas, en febrero, fue prohibir esas asociaciones. Dos meses después, los nazis arrasaron con el Instituto para el Estudio de la Sexualidad en Berlín. Se trataba de un fondo de más de 20.000 volúmenes y 35.000 fotografías, creado por el médico y sexólogo Magnus Hirschfeld, una de las figuras claves de esa subcultura berlinesa y responsable de algunos de los primeros estudios sobre la homosexualidad. “Fue una de las grandes pérdidas del movimiento”, lamenta Valdivia.
Del trabajo de Hirschfeld (1868-1935) las autoridades nazis solo conservaron aquellos documentos que podían servirles para engrosar las llamadas “listas rosas”, con los nombres de homosexuales que serían purgados en los campos de concentración. Para estas listas, la policía nazi utilizó también la información de las comisarías relativa al artículo 175. En 1936, el oficial Heinrich Himmler, que llegó a presumir de haber acabado con un millón de homosexuales, creó la Oficina Central del Reich para Combatir el Aborto y la Homosexualidad.
Leo Classen atravesó las puertas del infierno el 15 de febrero de 1942. Bajo los pies, la pisoteada y sucia nieve del invierno en Brandemburgo. En la verja que da paso al campo de concentración de Schasenhausen, una burla: “El trabajo os hará libres”. En su uniforme rayado, un triángulo rosa invertido que le identificaba como homosexual y le colocaba en el estrato más bajo entre quienes parece que ya no pueden sufrir más.
“Ahí estábamos: pobres, enfermizos y cansados. El frío sol del invierno molestaba a los ojos, que empezaron a llorar con miedo, con rabia, con vergüenza, con tristeza”, escribiría Classen unos años después en una revista de temática homosexual llamada ‘Humanitas‘. Los textos, publicados entre 1954 y 1955 y sin apenas difusión, suponen el testimonio más antiguo de un prisionero homosexual en un campo de concentración nazi. Su voz, su palabra y su memoria, no exenta de carga poética y simbólica, son ahora rescatadas gracias a la investigación de Carlos Valdivia Biedma, que ha reunido su excepcional trabajo en Y Leo Classen habló (Editorial Egales).
Valdivia encontró el primer rastro sobre Classen casi por casualidad, a través de un enlace de Wikipedia que, reconoce, “no suele ser la fuente más fiable“. Ese breve artículo de menos de 100 palabras en el que se mencionaban siete textos, su fecha de nacimiento, el 26 de junio de 1906 y su formación en medicina, le puso sobre la pista. “Comencé a tirar del hilo y me pareció raro que solo se mencionara en una nota a pie de página. Empecé a hablar con bibliotecas alemanas y a buscar esos documentos”.
Finalmente, Valdivia dio con los textos originales que se encontraban olvidados en una biblioteca de Hamburgo. “Me di cuenta de que merecían la pena. No son solo unos textos de un valor histórico incalculable, porque son inéditos y lo que cuenta es muy duro, sino que nos ofrecen mucha información sobre cómo trataban a los presos homosexuales, con castigos diferentes”, explica en conversación con elDiario.es.
Portadas de la revista de temática homosexual ‘Humanitas’
Classen habla en sus artículos de las llamadas “acciones rosas”: “Es decir, se agrupó a los homoeróticos en comandos de exterminio y se les sometió a la disciplina del campo triplicada, lo que significó a su vez menos comida, más trabajo y una supervisión aún más estricta”. Estas acciones incluían, según este testimonio, la prohibición de entrar a la enfermería para los prisioneros homosexuales, experimentos médicos, torturas, castraciones, penetraciones con maderas astilladas, jugar a los dardos con jeringuillas usando como diana a un homosexual, experimentos químicos, y juegos macabros por parte de los guardias. Uno de los ‘juegos’ más sádicos que encontré entre las páginas del ensayo fue el siguiente: Los guardias se entretenían con el “dispara al que escapa”: un macabro juego que consistía en ordenarle a un preso que fuese a la valla y dispararle por el pretexto de que “intentaba huir”. “Por cada prisionero muerto en este juego, el ganador -que sólo lo era si le acertaba en la cabeza- recibía cinco marcos imperiales y tres días de permiso”.
Los llamaban “delincuentes sexuales”, “errores biológicos de nuestro dios”, e insistían en que ellos debían ser los primeros en “ser sacrificados”.
“Los desnudaban, mojaban y dejaban durante una hora a la intemperie de noche en enero, así como codiciados conejillos de Indias para experimentos médicos. La primera tarea de los prisioneros con el triángulo rosa fue la de mover nieve con las manos desnudas de un lado para otro de la calle que había entre los barracones”.
El primero de estos artículos se titula La corona de espinas -prueba del catolicismo del autor- y arranca en 1942, cuando, “junto con otros 300 triángulos rosas, se le convoca y destina a la compañía disciplinaria encargada de trabajar en la fábrica de ladrillos”. La labor consistía en llenar vagones con arcilla y empujarlos por la ladera hasta la fábrica, desde las cinco de la mañana hasta las cinco de la tarde. Detalla el investigador que sólo era “una excusa para exterminarlos” -en dos meses, el grupo se había reducido a un tercio-, y así, además, los explotaban construyendo infraestructuras para la nueva Alemania de Hitler.
“El pan y la muerte fueron dos de los pilares de nuestra existencia allí. No teníamos nada más a lo que agarrarnos”, escribe Leo Classen. “Lo que había fuera, lo que una vez habíamos llamado vida, quedaba lejos, muy lejos, no como el olor de la sangre y la putrefacción, de la agonía y la maldad que nos rodeaban allí, donde nos arrastrábamos bajo la corona de espinas con huesos estridentes de una mañana gris a otra, y nunca más se hizo la luz…”.
Articulos de Leo Classen publicados en la revista Humanitas entre 1954 y 1955
En su segundo y tercer artículo se refiere a la “doble marginación dentro del campo de los triángulos rosas”: los torturaban tanto los oficiales nazis como sus propios compañeros, que también abusaban de ellos. “Se les daba menos comida, se triplicaba su trabajo y se los sometía a múltiples experimentos médicos denominados ‘acciones rosas’”, como apunta Valdivia. Aquí un extracto:
“¿Qué hay de los prisioneros que además fueron destruidos con una sádica crueldad física y mental solo porque vivían y amaban de acuerdo con la ley natural de sus inclinaciones y que por lo demás no eran ni antisociales ni criminales ni opositores políticos? Me refiero a los que llevan el triángulo de la vergüenza, que no fueron tratados ni como personas ni como animales y que fueron declarados proscritos. ¡Los homoeróticos! No estaban para nada preparados para amar a su pueblo y a su patria, pero solo podían hacerlo como miembros libres y dignos de la comunidad de los vivos.
Y no se volvió a hablar ni de la libertad ni de la dignidad humana, especialmente entre aquellos que habían sido designados sacrificios de sangre para asegurar el restablecimiento de la moralidad y la decencia (como denominaron su programa de asesinatos). Se puede matar sin crear cadáveres, y algo así le pasó a la gente homoerótica, y a esto se lo llamó corrección legal de la inferioridad biológica. ¡Esclavitud! ¡Hambre! ¡Burla! ¡Castración! Estos fueron algunos de los hitos en el sufrimiento de estos desafortunados prisioneros en prisión preventiva”.
‘Y Leo Classen habló‘ arroja luz sobre otro hecho que escapa a la homofobia institucional y que, aunque puede imaginarse, él verbaliza así: “Poco se sabe sobre el especial odio, la persecución y la tortura intramuros a los que condenaron los presos a sus propios compañeros de celda: ¡los homosexuales!”. Describe así el aislamiento dentro del campo de concentración que padecían aquellos con el triángulo rosa, burlados por oficiales y prisioneros. “El grupo de condenados estuvo privado de la protección hombro a hombro de sus compañeros”, lamenta.
En el cuarto artículo, Classen relata el uso de prisioneros vivos para probar remedios contra las quemaduras de fósforo: total, los triángulos rosas eran considerados “infrahombres” por los nazis, que también infligieron sobre ellos otros experimentos que se considera “incapaz de relatar” pero que sentencia con un: “¡No volvamos a matar nunca jamás!”.
El quinto artículo, titulado Ecce homo o las puertas del infierno -de nuevo sus referencias bíblicas-, detalla cómo les afeitaron las cabezas al llegar al campo de concentración, cómo les calzaron los uniformes de rayas y les sometieron a palizas y burlas, antes de marcarlos, como a reses, con el triángulo rosa y un punto negro en el uniforme. Aquí otro extracto:
“Nos afeitaron y nos ‘guisaron’. Como cerdos en el basurero…
—Vuestros días de felicidad deben acabar —se burlaron—, y después leed las letras de bronce que cuelgan, de manera invisible pero insistente para vosotros, sobre la puerta de hierro: ‘¡Aquí vuestra voluntad será quebrantada!’.
¡Y todo acabó! Todo lo que amábamos: la libertad, la seguridad, la humanidad. ‘Acabar con los días de felicidad¡, se llama aquí. ¡Se había abierto la segunda puerta al infierno! Nos recibieron con los nudillos”.
“El sexto artículo narra la ejecución de tres triángulos rosas ajusticiados en la horca por intentar escapar: Scharley, Hans y Herbert. Aprovecha el tema para referirse al silencio guardado por otros presos, entre los que se incluye, y que considera de alguna manera cómplices de tal crimen”, contextualiza Valdivia.
“¡Tres camaradas! ¡Tres jóvenes muchachos en flor! Jóvenes que no habían hecho nada más que, como todos los hombres presos, guardar en su corazón un deseo y anhelo hasta verlo cumplirse un día: ¡huir libres! Pero ya no había libertad por la que valiera la pena huir. La muerte, la violencia y el odio estaban por todas partes. Ni siquiera más allá de los altos muros quedaba ningún refugio. Alemania se había convertido en un desierto de cuya arena caliente salían las llamas de la perdición.
(…)
Antes de permitirles morir, los cubrieron de burlas y mofas, enterrados vivos en dolor y angustia. Les provocaron sed con comida salada y los azotaron en el potro, después les ataron un gran tambor al cuello que tenían que golpear y gritar: ‘¡Hurra! ¡Hemos vuelto! ¡Hurra! ¡Hurra! ¡Hurra!’. Convertidos en estatuas de sal, hicimos una pausa silenciosa y lanzamos nuestra compasión y nuestro tormento hacia el cielo glorioso (…) El silencio se cernió sobre nosotros y oscureció el sol naciente. Cum tacent, clamant (‘Cuando callan, gritan’)… ¡sólo en ese momento conseguí entenderlo! ¡Scharley, Hans, Herbert! ¡Tres compañeros! ¡Tres amigos! ¡Tres de los nuestros! Homosexuales…”.
Es complicado establecer una cifra aproximada de homosexuales que fueron recluidos o asesinados en campos de concentración durante el nazismo. Tras la liberación de los campos, la homosexualidad seguía estando estigmatizada y estas víctimas fueron, una vez más, las que obtuvieron peor reparación. En la exposición ‘Auschwitz. No hace mucho. No muy lejos‘, una de las más importantes sobre el Holocausto celebrada en España en los últimos años, se hablaba de “varios miles”.
“Varios miles” que demuestran la falta de precisión e investigación sobre este colectivo en y después del Holocausto. Una inexactitud sobre la que Valdivia trata de arrojar luz citando diversos estudios, publicados en los últimos años, en los que se habla de 50.000 condenados y entre 5.000 o 15.000 varones presos homosexuales asesinados en campos de concentración. “El porcentaje de mortandad de los homosexuales encarcelados por los nazis era, al parecer, relativamente más alto, en los campos y tras la liberación, que el de otros grupos perseguidos”, publicó el escritor e investigador Richard Plant en su libro ‘The Pink Triangle‘.
Estas impresionantes traducciones adquieren aún más enjundia gracias a la introducción en la que el autor de Y Leo Classen habló, Valdivia, repasa la situación del colectivo LGTBI previa a la dictadura nazi y el paso de los hombres homosexuales por los campos de concentración alemanes. Lo más escalofriante es que a día de hoy apenas se han recopilado datos y cifras sobre el número de víctimas homosexuales que cayó en manos del nazismo.
El de Classen, que falleció en 1972, es el testimonio más antiguo que se publica de un triángulo rosa, pero no el único. Hasta la fecha han relatado sus memorias en los campos nazis otros tres hombres, con perspectivas diferentes pero puntos en común. En 1972, Josef Kohout publicó, con la ayuda del escritor Heinz Heger, ‘Los hombres del triángulo rosa: memorias de un homosexual en los campos de concentración nazis‘; en 1994, Pierre Seel escribió sus memorias -las únicas de un superviviente gay francés-, junto al periodista Jean Le Bitoux; y en 2010, Rudolf Brazda, el único superviviente homosexual con una placa en su honor, publicó ‘Rudolf Brazda, itinerario de un triángulo rosa‘, con el escritor Jean-Luc Schwab. Los tres únicos homosexuales que, según sabemos hoy, sobrevivieron al exterminio nazi y compartieron su desgarro por escrito.
“Fíjate, cuatro testimonios. Son los grandes olvidados de esta recuperación de la memoria histórica”, llama la atención Carlos Valdivia. Muy pocos si se compara con la exposición y el estudio de otros colectivos perseguidos durante el nazismo. “Los cuatro hacen mucho hincapié en que después del Holocausto se han estudiado muchísimas cosas, pero no a los triángulos rosas”, explica. Un hecho que puede explicarse, en parte, por la homofobia, legal y social, imperante también tras la II Guerra Mundial. En Alemania, el artículo 175 no dejó de castigar las relaciones entre hombres adultos hasta 1969 y siguió en vigor hasta 1994. Como tras la liberación de los campos las relaciones entre hombres siguieron siendo delito, a algunos supervivientes homosexuales se les llegó a recomendar cambiar el color de su triángulo para optar a una pensión. Kohout, por ejemplo, no la consiguió hasta 1992.
Los movimientos de liberación LGTBI en auge, principalmente, en Estados Unidos a partir de los años 70 y 80 favorecieron la conciencia de la persecución que habían sufrido los homosexuales a lo largo de la historia. Fue entonces cuando el triángulo rosa invertido se resignificó como un símbolo del colectivo, que reclamó con más fuerza su visibilidad.
El de Classen es un testimonio crudo de la violencia y el horror que vivieron los hombres homosexuales en los campos de concentración. “No consigo recordar ningún proceso de abandono tan sombrío en el libro de la historia de la humanidad que haya dejado tal rastro de sangre y lágrimas como lo hizo aquella fábrica de ladrillos”, dice en referencia a la fábrica del campo a la que se les enviaba a trabajar hasta la extenuación, a morir, como parte de la “acción rosa”.
Pero, pese a ese intento por quebrar su voluntad y a que “es imposible expresar con palabras actos tan viles”, se desprenden de los textos de Classen, del que se sabe poco más que su fecha de nacimiento y de defunción, reivindicaciones de las que el colectivo LGTBI lleva años haciendo bandera: “Perdóneme, querido lector, si le recuerdo una y otra vez las instituciones y los sucesos ocurridos durante el Reich de los doce años y le ruego que nunca repita, tolere o admita los métodos y las medidas aplicados durante esa época, porque tan solo mediante el conocimiento y la observación se podrá proteger el futuro para evitar la repetición y los efectos del pasado”.
FICHA TÉCNICA
Editorial: Egales ISBN: 978-84-18501-18-0 Fecha de edición: 2021 País: Idioma: Castellano Encuadernación: Rústica Dimensiones: 12 cm x 20 cm Nº páginas: 124 Materias:Biografía/Memorias/Diarios/Cartas / Ensayo /
Carlos J. Valdivia Biedma (Priego de Córdoba, 1993) se graduó en Traducción e Interpretación por la Universidad de Córdoba, y cursó un máster de Traducción Literaria por la Universidad Complutense de Madrid. A la vez que realizaba estos estudios, comenzaba a desarrollar una latente faceta artística, bajo el pseudónimo artístico Aplatie, término francés que hace referencia a los fondos lisos de la mayoría de sus obras, de estilo minimalista y neopop. Son temas recurrentes en sus retratos la cultura pop española y extranjera, la religión, lo queer y el lenguaje del cómic.
Comentarios desactivados en “Yo soy el que soy”, por Aaron Lee, una historia de resiliencia…
Aaron Lee es un gran violinista, fue el integrante más joven de la Orquesta Nacional, adonde logró llegar después de vivir un infierno personal que se desató al declarar su homosexualidad. con una historia de superación frente a la adversidad y la homofobia religiosa.
Nació en Chamberí, Madrid en 1988, en el seno de una familia surcoreana de costumbres tradicionales. Su madre es pianista y su padre director de orquesta y Aaron estudió violín desde los cuatro años, con los maestros más estrictos. Como el primogénito de la familia, tenía que ser en hijo perfecto y lo era. Un niño prodigio. Buen estudiante y buen músico. Se especializó en violín en música española. Llegó a ser el instrumentista más joven admitido por la Orquesta Nacional de España, con 20 años. Sin embargo, llegar a ello no fue fácil, más bien al contrario. Cuando Aaron reveló su homosexualidad, comenzo su particular infierno… en su propia casa.
Su padre, pastor evangélico, le acusó de romper a la familia y tras amenazarle con un cuchillo y golpearle repetidamente, decidió internarlo para “curarlo”. Con la excusa de una vacaciones en Corea, Aaron fue encerrado en una pequeña isla del Pacífico de donde no podría salir hasta que se “curase” de su “enfermedad”. Lee cuenta todo en su autobiografía, “Yo soy el que soy” (Letrame), escrita a partir de sus propios diarios, en los que, con apenas 15 o 16 años trata de comprender y de dejar de culparse. La escritura del libro surgió a raíz de una campaña en la que colaboró con la Policía Nacional. “En ella, animaba a que el colectivo LGTBI denunciase a la Policía cuando somos atacados por nuestra condición. Esto sigue pasando y la gran mayoría de la gente no lo hace porque piensa que la Policía no les va a apoyar o se va a reír. Es algo muy habitual. Y así es como comencé a contar mi historia”, explica Lee.
Si tuviese que definirme en pocas palabras, diría que soy una persona resiliente. He aprendido a adaptarme y crecerme ante las adversidades canalizando lo negativo en algo constructivo y positivo. Esta filosofía de vida se puede aplicar en la música, en el emprendimiento, en las relaciones sociales, etc.
La música es una parte importante de mí, pero no deja de ser un 2% que da color al resto. Antes pensaba que era lo que daba sentido a mi vida. Es un error.
Esta historia supone el final de una etapa vital que me ha marcado mucho, pero para poder avanzar al futuro sin arrastrar los grilletes del pasado, he querido plasmar estas vivencias con el fin de ayudar y acompañar a tanta gente que sigue viviendo situaciones parecidas o aún más duras. De esta manera, cierro un capítulo dándole sentido a todo el sufrimiento vivido.
En el colegio le ven como “el chino” y “el marica” y apenas tenía amigos. Se aplicó en los estudios y el aprendizaje musical. En el instituto aún fue peor y optó por automarginarse pero a pesar de todo, sobrevive. Cuando su padre observa que en la factura del teléfono aparece un número repetidamente. surge la pregunta y se ve obligado a declarar su homosexualidad.
Ni siquiera cuando otros miembros de su congregación evangélica en Madrid les trataban de explicar a los indignados padres que todo estaba bien, ellos no podían aceptarlo. Su padre le amenaza con un cuchillo, le golpea, le azota, le insulta. Le siguen cuando sale de casa.
Como Aaron no se “cura”, sus padres deciden llevarle a Corea, a la pequeña isla volcánica de Ulleung Do, a unos 120 kilómetros de la península de Corea, entre esta y Japón. Le quitan el móvil y le dicen que no saldrá de la isla hasta que deje de ser homosexual. Tras varias semanas de aislamiento y un fallido intento de escapada que termina en paliza, fingirá. Regresa a Madrid declarándose heterosexual pero al poco tiempo se mudan a Corea por exigencias laborales de sus padres. Y allí, cuando toda la familia cree que ha “dejado de ser gay”, le encuentran un disco de la Terremoto de Alcorcón y todo se precipita, deja a su familia para siempre y vuelve a Madrid, donde vive precariamente.
“No, nunca he sido rencoroso. En el libro digo que yo perdoné a mi padre. Que no comparto las cosas que hace ni que ha hecho ni su forma de comprender la vida. Pero entiendo que él pensaba que era lo mejor para mí. No lo hizo por maldad, sino como una medida desesperada por salvar el alma de su hijo. Y una cosa importante que quiero decir es que nadie que lea esto o mi libro debe demonizar a mi padre. Vayamos más allá. Mis padres tienen unas profundas complejidades. No es el malo que tiene un cuchillo o un látigo y me golpea. Me pregunto en el diario: ¿Qué habrá detrás para que responda de esa manera tan dura?”, explica Aaron .
A pesar del castigo físico, le dolió más la incomprensión, la negación de su identidad, el rechazo de toda su familia. Sentirse una decepción era algo de lo que solo se olvidaba tocando música, que es una situación en la que Aaron no es capaz de pensar a la vez con palabras. “La música fue un bálsamo, especialmente en la isla… Pero no lo es todo en la vida. Si quieres un porcentaje, sería un 2, 3 o 5%. La gente se sorprende cuando lo digo, porque le dedico horas, esfuerzo y pasión. Pero si mañana tengo un accidente y no puedo seguir tocando el violín seguiré creando y para mí es importante pero no lo es todo”.
Cuando regresó a Madrid, perdido, se buscó la vida. Obtuvo una plaza en la Orquesta Nacional de España, con 20 años, el instrumentista más joven en ese momento. Estuvo en la orquesta un tiempo. “Me vino muy bien porque durante la crisis de 2008, recién vuelto a Madrid, pasé necesidades y hambre. Pero al poco, lo dejé. Hice las giras que tenía que hacer, grabé con la Deutsche Gramophon, lo llevo con orgullo”.
En 2015 ideó una fundación, Arte que Alimenta,. “Hemos dado un montón de becas a mucha gente. Jóvenes con historias tremendas, en situación de drogas o prostitución que han tenido que huir. Me llena esto más que la seguridad de la orquesta. ”.
Y lo tiene muy claro…“Nunca (he querido) ir de víctima, no quiero vivir del pasado con la pena toda la vida. Las cosas malas pasan, pero quería dirigir la rabia y la frustración, que son energías tan potentes como el amor, en una dirección positiva”. Como él dice, lo más importante es “vivir en el aquí y en el ahora”.
En cualquier caso, conviene recordar que el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de toda España, emitió ya en 2017 un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen «curar» la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida. Mientras, el año pasado sufrimos un seminario sobre “ayudar a cambiar sentimientos homosexuales”. En todos casos, nuestros amigos de HazteOir estuvieron ahí apoyando a los homófobos…
En abril se les unía Puerto Rico, estado asociado a los Estados Unidos, aunque en este caso lo hacía mediante una orden ejecutiva firmada por su gobernador, Ricardo Roselló, después de que la Cámara de Representantes puertorriqueña rechazara tramitar un proyecto de ley aprobado por el Senado. Y el pasado 8 de mayo, la Cámara de Representantes de Maine aprobó el proyecto de ley 1025 por 91 votos a favor (de demócratas, independientes y cinco republicanos) frente a 46 en contra (todos ellos republicanos). Su tramitación continuó en el Senado, donde salió adelante el día 21 de mayo por 25 votos afirmativos (de los demócratas y cinco republicanos), frente a 9 contrarios (todos republicanos).
En abril se les unía Puerto Rico, estado asociado a los Estados Unidos, aunque en este caso lo hacía mediante una orden ejecutiva firmada por su gobernador, Ricardo Roselló, después de que la Cámara de Representantes puertorriqueña rechazara tramitar un proyecto de ley aprobado por el Senado. Hay además numerosos condados y ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares. Denver, precisamente la capital de Colorado, lo aprobó por ejemplo el pasado enero por decisión unánime de sus concejales, así como el estado de Utah.
No” rotundo de los especialistas a las “terapias” reparadoras.
“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. Precisamente en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
Comentarios desactivados en Leonardo Boff: “San José tiene todas las características para ser la personificación del Padre en la Trinidad”
El silencio de san José, padre de la palabra
El papa Francisco ha declarado el año 2021 como el año dedicado a la figura de san José con motivo del 150 aniversario de su proclamación como patrono de la Iglesia Universal
Leonardo Boff, que lo consdera el padre de la Iglesia doméstica, contribuyó con su libro San José, padre de Jesús en una sociedad sin padre a conocer mejor su figura
“El libro es un pequeño tratado de josefologia, cubriendo los aspectos bíblicos de la tradición, de la reflexión tardía y moderna sobre él e intentando renovar la comprensión de San José”
“Si Dios es esencialmente trinidad de divinas Personas, todas ellas, actuando siempre juntas, cada una en su singularidad, entonces ellas se han autocomunicado en la historia de la salvación”
“Por sus sueños que, según la tradición psicoanalítica, representa lo más profundo del ser humano, el inconsciente colectivo y por ser un trabajador, san José tiene todas las características del Padre”
“El silencio de san José tiene un sentido espiritual y existencial. En la Iglesia oficial son los papas, los obispos y sacerdotes los que hablan. El pueblo de Dios vive, generalmente un profundo silencio”
| Grupo de Comunicación Loyola
(Grupo de Comunicación Loyola).- El papa Francisco ha declarado el año 2021 como el año dedicado a la figura de san José con motivo del 150 aniversario de su proclamación como patrono de la Iglesia Universal. Con corazón de padre: así José amó a Jesús, llamado en los cuatro Evangelios «el hijo de José», describe en su carta apostólica Patris Corde. Todo un acontecimiento celebrado por el teólogo Leonardo Boff por entender que san José es más bien el patrón de la Iglesia doméstica que de la Iglesia-gran institución. Él mismo ya contribuyó con su libro ‘San José, padre de Jesús en una sociedad sin padre’ a conocer mejor su figura. Le dedicó esta reflexión en Sal Terrae teniendo en cuenta la Biblia, la tradición, la doctrina del magisterio y de los teólogos, la liturgia y la piedad popular.
Como ha expresado el papa Francisco, los dos evangelistas que evidenciaron su figura, Mateo y Lucas, fue muy escasamente, “pero lo suficiente para entender qué tipo de padre fue y la misión que la Providencia le confió”. Y este libro profundiza en ese san José trabajador, esposo, padre y educador y expone de qué manera ilumina las cuestiones actuales de la familia y de la figura del padre. En el prólogo, Paulo Coelho dedica estas bonitas palabras: «Me complazco en la idea de que la mesa en la que Jesús consagró el pan y el vino habría sido hecha por José, porque allí habría quedado impresa la huella de la mano de un carpintero anónimo que se ganaba la vida con el sudor de su rostro y, precisamente por ello, permitía que los milagros se manifestaran».
Pues ya está lista la 3ª edición de #SanJosé 😍
Una figura única en la vida de Jesús de la que solemos conocer muy poco. Y sin embargo a través de José podemos ver y entender mejor a Dios.
Este es un libro imprescindible para este Año de San José 😇
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– A la luz de su libro San José (Sal Terrae 2011) y las palabras del papa Francisco en su declaración del año 2021 Año de San José, ¿cree que la figura de san José hay que revalorizarla?
En la Iglesia prácticamente hasta los años 800 poco se menciona a san José. Como no dejó ninguna palabra, ha tenido solamente sueños, no sabían qué hacer con él. Solamente en 1870 fue proclamado patrono de la Iglesia universal, no directamente por el Papa Pio IX, sino por un decreto de la Congregación de los Ritos. El Papa Juan XXIII era un gran devoto del santo y le confió el Concilio Vaticano II. Hizo más: introdujo “san José, esposo de María” en el canon de la Misa. La Exhortación Apostólica Patris Amore del papa Francisco y la proclamación de un año josefino le confirió más relevancia, particularmente por las siete virtudes que analizó en un sentido espiritual y pastoral. Pero hay que reconocer que la Santa Sede fue la última en ser conquistada por la devoción a san José. El pueblo siempre ha tenido una gran devoción por él, basta ver que el nombre José es dado a muchísimas personas, a escuelas, a calles etc. De hecho san José es más bien el patrón de la Iglesia doméstica que de la Iglesia-gran-institución.
– Probablemente, el objetivo de su libro fuera revalorizar la figura de san José. ¿Qué ecos ha recibido a lo largo de estos años de sus lectores y creyentes?
El libro fue muy bien recibido por la comunidad de los teólogos y por la Iglesia en general. Ha sido traducido en varios idiomas. Por ejemplo el cardenal Aloisio Lorscheider al leer mi libro recibió un gran impacto y no se había dado cuenta de cuánto se podía aprender de este santo singular. Personalmente me confesó que los últimos tres retiros espirituales que predicó fueron todos a la luz de lo he expuesto en mi texto. Lo que escribí es, en verdad, un pequeño tratado de josefologia, cubriendo los aspectos bíblicos, de la tradición, de la reflexión tardía y moderna sobre él e intentando renovar la comprensión de San José, especialmente, en una línea apuntada por el Papa Juan Pablo II en su Exhortación Apostólica Redemptoris Custos de 15 de agosto de l989: su asunción en el misterio de la Encarnación dándole así una cierta dimensión hipostática.
– ¿Qué es lo que más desconocido de la figura de san José que cree más necesario destacar?
La tarea de la teología es descubrir más y más dimensiones del misterio inagotable de Dios. En el sentido de la Dei Verbum del Vaticano II, la revelación de Dios es más que dar a conocer verdades ocultas, sino significa más bien, una autocomunicación de Dios mismo, así como es. Si Dios es esencialmente trinidad de divinas Personas, todas ellas, actuando siempre juntas, cada una en su singularidad, entonces ellas se han autocomunicado en la historia de la salvación. Conocemos el Espíritu Santo que armó su tienda sobre María (Lc 1,35), el Hijo que también armó su tienda sobre Jesús (Jo 1,14) y no se hacia una reflexión sobre la autocomunicación del Padre, misterio fundamental, de toda divinidad. Cual seria la persona humana más adecuada a recibir la persona divina del Padre? Yo sostengo que san José tiene todas las características para ser la personificación del Padre.
Primero por sus sueños que, según la tradición psicoanalítica, representa lo más profundo del ser humano, el inconsciente colectivo; además no dijo ninguna palabra porque quien habla no es el Padre, sino el Hijo, el Verbo eterno. Por ultimo se dice en el evangelio de San Juan que el Padre trabaja, lo que es la característica de San José, de ser un trabajador. El seria, como padre terrestre, el sujeto de la recepción de la autocomunicación del Padre celeste. Así tendríamos la entera familia divina del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo presente en la familia humana. Dios se ha de hecho autocomunicado enteramente al mundo teniendo una presencia personal especifica en María, en Jesús y en José. Esta es una contribución que intenté dar a la josefología, no afirmada con esta claridad en la tradición. Esto no es todavía una doctrina oficial, sino, como se dice en teología un teologúmeno, una hipótesis bien fundada, siempre bajo la apreciación de la comunidad teológica y del Magisterio.
– Su libro ahonda en el silencio del esposo de María….un silencio que no le impide ser protagonista….¿qué podríamos aprender hoy en el siglo XXI de ese silencio?
El silencio de san José no es sin sentido. En nuestra interpretación es el modo en el que asume el misterio del Padre eterno, fuente y origen de toda la divinidad, lo que lo hace el sujeto adecuado para recibir el Padre en su autocomunicación. Pero tiene también un sentido espiritual y existencial. En la Iglesia oficial son los papas, los obispos y sacerdotes los que hablan. El pueblo de Dios vive, generalmente un profundo silencio. Hay un poderoso cristianismo popular, cotidiano y anónimo del que pocos se dan cuenta. Em esta situación de silencio viven gran parte de los cristianos, nuestros abuelos y abuelas, nuestros padres y los demás cristianos que toman em serio el evangelio y siguen el camino de Jesús. San José, por su silencio y anonimato, se inscribe dentro de este tipo de mundo.
Es el representante de los humildes, “gente de bien”, sepultados en su cotidianeidad de cenizas, ganando su vida con el trabajo generalmente mal pagado y llevando honradamente sus familias por el camino de Jesús, del amor, de la solidaridad, de la piedad familiar. Verdaderamente san José es el patrón de esta iglesia popular, anónima de los que Jesús llamó de “mis hermanos y hermanas menores” del capítulo 25 del Evangelio de San Mateo. De este silencio podemos sacar actitudes poco presentes en este mundo, lleno de palabras, de sonidos y de todas las formas de comunicación. El ser humano necesita de silencio, primero para escuchar el otro y después, auscultar su propio corazón, su interioridad que nadie puede penetrar sino Dios mismo. En este ambiente vivió San José y el mismo Jesús por 30 años antes de iniciar el anuncio del Evangelio.
– ¿El hombre actual puede responder al modelo de un padre y hombre como san José ?
San José fue un esposo, un padre, un artesano y un educador que inició a su hijo Jesús en la piedad y en las tradiciones religiosas de su pueblo. Las virtudes citadas por el Papa Francisco en su Patris amore son las virtudes naturales de quien vive una vida como la vivió san José: el ser un padre amable, tierno, obediente, acogedor, de un coraje creativo, trabajador y vivir en la sombra, es decir, en el anonimato común de la mayoría de las personas. Son valores transculturales. San José lo vivió en su cultura hebraica, nosotros, en otro tiempo, damos a estas virtudes fundamentales las características de nuestra época. Cambian los tiempos, pero no cambian las actitudes fundamentales. Por eso san José puede se presentado como referencia de un padre y de una familia bien integrada. El gran poeta Paul Claudel tenia una especial admiración por el silencio de san José. En una carta de 1934 a un amigo escribió: ”El silencio es el padre de la Palabra. Allí en Nazaret hay solamente tres personas muy pobres que sencillamente se aman. Son aquellos que van a cambiar el rostro de la Tierra”.
Comentarios desactivados en Felisa Elizondo: La sensibilidad al dolor de Emmanuel Mounier (I)
“En meses pasados entre alarma e incertidumbre, volví a ojear un pequeño libro: ‘Cartas desde el dolor’ (Ediciones Encuentro, 1995) que recoge la extraordinaria sensibilidad de Emmanuel Mounier”
“Sus páginas y del conocido Manifiesto a favor del personalismo, representan una comprensión de la persona intrínsecamente vinculada a la de comunidad”
“En el espacio de este artículo nos detendremos tan sólo en algo que se puede entrever repasando su biografía y releyendo algunas de sus páginas, su atención y modo de hablar del dolor, del propio y del de los otros”
“Una mirada conmovida que ha quedado reflejada en textos breves, en los escritos más personales y, desde luego, en su correspondencia, recogida en parte en las ‘Cartas desde el dolor'”
| Felisa Elizondo
Un testigo luminoso en tiempos de penumbra
En meses pasados entre alarma e incertidumbre, cuando llegaban noticias de fallecimientos de gentes queridas, volví a ojear un pequeño libro: ‘Cartas desde el dolor’ (Ediciones Encuentro, 1995) que recoge la extraordinaria sensibilidad de Emmanuel Mounier, un pensador conocido más que nada por su aportación a la filosofía de la persona. Años atrás, de la lectura de su semblanza, escrita por uno de sus estrechos colaboradores, me había quedado la impresión de un hombre que traslucía e sus expresiones una bondad humilde y una llamativa audacia. La figura admirable y amable de alguien comprometido hasta el límite de sus fuerzas para que en su tiempo – de guerra y postguerra – se preparara otro mejor. Un cristiano “a cuerpo descubierto”, como deseaba ser él mismo y lo esperaba de otros en momentos de dificultad. Un “testigo luminoso” como dice de él Carlos Díaz, que se ha esforzado por darlo a conocer en nuestros ambientes.
Nacido en Grenoble (Francia) en 1905 de una sencilla familia de campesinos de la que siempre se sintió deudor, cursó años de filosofía e hizo su tesis doctoral sobre Charles Péguy, el poeta y escritor muerto en la I Guerra con quien sintió una afinidad más que notable en la manera de sentir lo cristiano, Tanto en la atención al sufrimiento como en la “difícil” esperanza : ”el secreto de este revolucionario que cantaba poemas y plegarias hay que recogerlo en esa mirada cargada de dulzura lejana que no nos permite ignorar de qué fuente tomaba sus destellos”, escribió. Recordó más veces la afirmación del maestro de que los santos son en cada época los que rompen la desesperanza curando “el pequeño miedo” que atenaza a sus contemporáneos. Y, sin imaginar que la suya iba a durar poco, pensaba que una vida “rota” no es tal si ha dado testimonio, si no ha violado la ley que nadie puede violar: la dignidad de cada ser humano.
Fundador de “Esprit”
Mounier no siguió el esperable itinerario universitario. En 1932, dejó de lado una carrera de profesor para dedicar sus energías a la fundación de una revista que incorporó firmas de autores que han quedado en la historia cultural del siglo. La revista se ofrecía con una voluntad de entendimiento que superaba estrecheces tanto ideológicas como confesionales, lo que no ahorró dificultades a su director, además de exigirle una trabajosa búsqueda de medios económicos en años de penuria como fueron los de su salida a la luz y los de su reedición tras la guerra. Esprit ofrecía espacio al diálogo sincero cuando apenas lo consentía la tensión entre izquierdas y derechas, enfrentadas política e ideológicamente. Consciente de vivir el final de época de la cristiandad, su creador prefirió sumar al proyecto a los que pudieran sintonizar de algún modo con el humanismo personalista y comunitario que propugnaba como ideario de base. Muchas de las páginas salieron a la luz gracias a la dedicación y escritura personal de su iniciador, que soñó con un instrumento que reuniera a muchos en el afán por una sociedad y un cristianismo renovados.
Ciertamente el eco de estos planeamientos pudo ser recogido sólo en parte por su iniciador, ya que tuvo una vida corta en la que tampoco faltaron dificultades y decepciones aunque, como creyente, se acogía invariable – heroicamente, diríamos también – a la esperanza.
Murió con sólo 45 años por el fallo de un corazón que se había desgastado en el denuedo de vivir, y de impulsar círculos y discusiones en torno a la revista, que siguió siendo durante años, un despertador de conciencias por el conjunto de valores que representaba.
La persona en el centro
Sus páginas, muchas veces escritas en el tracateo de viajes constantes, y desde luego el conocido Manifiesto a favor del personalismo, representan una comprensión de la persona intrínsecamente vinculada a la de comunidad. Un personalismo que desborda tanto el individualismo como el colectivismo, que ha entrado a contar en la historia del pensamiento y, desde luego, en la ética y la acción política.
A través de los ensayos y notas, en su mayor parte publicados en Esprit, se puede seguir su preocupación por una Europa necesitada de aliento para superar el trauma de la guerra que arruinó a toda una generación. Y se puede percibir cómo vivió la urgencia de decidir y actuar en situaciones nada fáciles, en momentos en que ni el comunismo igualador ni el individualismo burgués salvaban el modo de pensar que venía propugnando. Basta releer su “definición” y tratamiento del término persona para advertir la conmoción y el respeto con que se situaba ante la realidad de cada ser humano, singular e inagotable.
Según esta visión, el ser personal se desborda y trasciende en un existir que es amar y la vida es experiencia de comunión. El actuar de cada uno, siempre original, se eleva y transforma al entrar en comunión con otros. Toda vida humana es única y valiosa y, aunque marcada por el fracaso o el dolor, acrecienta la humanidad con su peso impagable y silencioso.
Quienes lo conocieron personalmente aseguran que respiraba “el olor a suelo” en su tarea de escritor, de hombre arraigado en una tierra y entre unas gentes concretas, de intelectual comprometido con los problemas acuciantes de su tiempo. Sin dejar de valorar la paciencia que no anestesia, mostraba una cercanía familiar y una confianza cristiana que, decía, “vive de desesperanza en desesperanza”. Como su admirado Péguy, guardó para con la realidad “una mirada inventada para otra luz” y, a pesar de bastantes pesares en forma de incomprensiones, de escasez de medios, encarcelamiento y censuras, pudo sostener que “lo contrario del pesimismo no es el optimismo. Es una mezcla indescriptible de simplicidad, de piedad, de obstinación y de gracia”. Así entendía que los cristianos, después de tomar conciencia de las sacudidas del siglo que les desbordan, “deberían redescubrir, a tientas, la naturaleza paradójica del Reino, desarmado y triunfante, inasequible y arraigado. A tientas”.
En suma, fue un testigo y un pensador de cuestiones de fondo que nos afectan como humanos. Pero en el espacio de este artículo nos detendremos tan sólo en algo que se puede entrever repasando su biografía y releyendo algunas de sus páginas: se trata de su atención y modo de hablar del dolor, del propio y del de los otros. De una mirada conmovida que ha quedado reflejada en textos breves, en los escritos más personales y, desde luego, en su correspondencia, recogida en parte en las Cartas desde el dolor.
El dolor compartido
Esa atención al dolor (tomado aquí con la misma amplitud de sufrimiento) concuerda, por supuesto, con sus convicciones más hondas y orientó sus decisiones. Responde también a una fe que le consentía mirar la realidad “a otra luz”. Su propia biografía estuvo afectada muy seriamente por la depresión económica y el enorme drama de la segunda guerra. Por supuesto, lo estuvo por algunos distanciamientos y la muerte de colaboradores y amigos. También por la enfermedad, incrustada en su hija Francine, el centro familiar, y por la inseguridad y la escasez en que aceptó vivir por ser consecuente con sus opciones de fondo, Llegó a confesar, con tono modesto, que su evangelio era “el de los pobres”. Y lo atestiguó sin alardes, eligiendo una vida alejada de la instalación y de la comodidad.
Pero nunca desistió de la conversación, la colaboración y de ser en comunidad, inherentes a su comprensión de la persona.. Quiso una vida compartida en ideas, bienes y amistad. Una amistad ensanchada, aunque apreciaba como don singular la de aquellos amigos con los que podía aliviar en algo su soledad. Según su propia confesión, la suya había sido desde muy pronto una vida en la que el sufrimiento y la soledad cubrieron algunos tramos. De ahí que entendiera muy bien lo que significan la compasión y la piedad auténticas, las que consideran que el dolor de cada persona es siempre único y siempre por aliviar.
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