Zinegoak premia a Hassan Kamoga a través del festival de cine LGBT que dirige en Uganda
El activista y cienasta Hassan Kamoga recibe el premio especial Zinegoak 2017 con el que el festival de cine LGBT vasco premia su extraordinaria y arriesgada labor al dirigir un festival de cine LGBT en un país como Uganda donde la homosexualidad es ilegal.
Tras formar parte del jurado de los premios Teddy en la Berlinale 2017, el activista y cineasta ugandés, Hassan Kamoga, recogió el pasado viernes, 24 de febrero, el premio especial Zinegoak 2017 que el festival vasco otorga al Queer Kampala Internacitional Film Festival, un festival de cine LGBT « comprometido y valiente » que Kamoga dirige en un país tan complicado para este tipo de muestras como Uganda. «Cuando nos enteramos de que se estaba gestando, nos pareció una noticia impactante, sorprendente, necesaria, valiente, porque se trata de un país donde la homosexualidad está prohibida, donde el propio Hassan, por organizarlo, se arriesga a estar encarcelado por 14 años”, declara Pau G. Guillén, director de Zinegoak, explicando los motivos para premiar a Kamoga y su festival.
«Es mi primera vez en España y no sabía con qué iba a encontrarme. Uno se siente bien cuando puede hablar con libertad sobre la homosexualidad», declaraba Kamoga en un una rueda de prensa celebrada el pasado miércoles, 22 de febrero, agradeciendo el excelente trato recibido, habida cuenta de la situación del colectivo LGBT en su país de origen, Uganda, en el que alrededor de quinientas mil personas se consideran gays, enfrentándose a penas de hasta 14 años de cárcel por mantener relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, aparte de la vulnerabilidad en la que viven en una sociedad que no acepta la homosexualidad.
Un informe de Sexual Minorities Uganda asegura que en el último año se producían hasta 264 casos de discriminación contra personas del colectivo LGBT , incluyendo amenazas físicas, ataques violentos, tortura, arresto, chantaje, desalojo, justicia popular y destierro familiar. Un país en el que esterilizan a las mujeres embarazadas enfermas de sida sin su consentimiento, en el que se habría iniciado un programa de terapias de conversión obligatorias para todos los homosexuales y cuyo presidente, Yowero Museveni, sostiene que la homosexualidad fue importada por los colonizadores blancos, una opinión que no comparte el cineasta: «Hay mucha gente que piensa que en Uganda ser gay es un estilo de vida o una moda importada de los países occidentales, pero en Uganda la realidad es que si eres homosexual puedes ser asesinado, entonces ¿cómo vas a elegir una opción que puede llevarte a la muerte?».
En su primera jornada en Zinegoak, Kamoga participa en un encuentro con el público tras el pase de una de sus obras, Outed: The painful reality, basada en la historia real de John Alex Kigozi, una de las personas que fue denunciada públicamente como homosexual al publicar su imagen en la portada del principal periódico de Uganda. «Si fuera un abogado lo llevaría a los tribunales, pero soy director de cine así que la cinematografía es mi herramienta», aclara Kamoga, quien también llegó a sufrir la fuerte presión social al celebrar su festival, a pesar de que lo hiciera de forma clandestina, movilizando a su público a través de las redes sociales, correos electrónicos, wasap y mensajes de texto, lo que no pudo evitar que fueran intervenidos por la policía, como también lo fuera la celebración del orgullo este último año.
A pesar de las trabas y los inconvenientes, Kamoga aspira a celebrar una segunda edición de su festival «El movimiento tiene que ser fuerte: el cambio de Uganda será graudal (…). Este es un camino del que yo seguro no veré el final pero al menos aspiro poner las bases».
Uganda: una pesadilla continua
La situación de las personas LGTB en Uganda es muy complicada. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insiste en reintroducir la ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, aprobada por el Parlamento en diciembre de 2013 y a la cual ella misma llegó a llamar “un regalo de Navidad”. Esta ley, que provocó la indignación internacional, fue anulada por vicio de forma por el Tribunal Constitucional en agosto de 2014.La ley finalmente fue invalidada por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había aprobado sin el quórum necesario.
Por otra parte, se suceden los ataques a la libertad de reunión y asociación que citábamos antes. En noviembre de 2015, de hecho, se aprobó una ley que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al “interés público” o si son “contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda”. Las asociaciones LGTB ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTB a la ilegalidad.
Queda la esperanza de que la presión exterior, como ha sucedido en ocasiones anteriores, rebaje la intensidad de los ataques que desde el Estado ugandés está recibiendo el colectivo LGTB. La administración Obama, por ejemplo, ha jugado un papel importante en este sentido (papel que corre peligro cierto si los republicanos recuperan en noviembre la Casa Blanca). Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico. La sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha. Son muy numerosos los frentes en los que hay que seguir trabajando.
En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es continuo.
Fuente Universogay/Cristianos Gays
Cine/TV/Videos, General, Historia LGTBI, Homofobia/ Transfobia.
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