El cardenal O’Malley pide a Roma mayor dureza contra los obispos acusados de abusos a menores
El presidente de la Comisión Antipederastia cree que la Iglesia está ante una situación “crítica”
Ex monjas chilenas denuncian haber sido acosadas “durante años” por curas
El cardenal Sean O’Malley, presidente de la Comisión Antipederastia del Vaticano, ha instado a la Santa Sede a adoptar “rápida y decisivamente” políticas de tolerancia cero respecto a los casos de abusos en los que estén implicados obispos y responsables diocesanos y religiosos.
El arzobispo de Boston, quien afirmó estar “profundamente preocupado” por el caso del cardenal McCarrick, lamentó que aunque la política antiabusos está comenzando a dar sus frutos, “cuando se presentan cargos sobre un obispo o un cardenal, aún existe una brecha amplia en las políticas de la Iglesia sobre conducta sexual y abuso sexual“.
El mes pasado, el Vaticano ordenó a McCarrick, el arzobispo retirado de Washington, D.C., de 88 años, que deje el ministerio público después de encontrar que las acusaciones de abuso a un adolescente hace casi 50 años eran creíbles.
Desde entonces, varios hombres se han animado a denunciar que McCarrick los había forzado a dormir con él en una casa de playa en Nueva Jersey cuando eran seminaristas adultos que estudiaban para el sacerdocio.
“La Iglesia necesita una política fuerte y abarcadora para abordar las violaciones de los obispos de los votos de celibato en los casos de abuso criminal de menores y en los casos que involucran a adultos”, subrayó O’Malley. “La Iglesia necesita tomar acción rápida y decisivamente sobre estos asuntos de importancia crítica“, agregó.
El cardenal McCarrick, con George Bush jr.
Por otro lado, un grupo de monjas que dejaron la Iglesia católica denunciaron haber sido “por años” abusadas sexualmente por curas y desoídas por las autoridades eclesiásticas en la congregación “Hermanas del Buen Samaritano”, en la región chilena de Maule, según informaciones publicadas por una televisión local.
En declaraciones al programa de investigación periodística “Informe Especial”, emitido la noche del martes por la red pública de la televisión chilena (TVN), las religiosas aseguraron haber sido también víctimas de abusos laborales en el convento situado en el municipio de Molina, a 210 kilómetros al sur de Santiago.
Tras denunciar los abusos a sus superioras, fueron castigadas y expulsadas de la congregación sin ninguna compensación.
Yolanda Tondreaux, una de ellas, dijo que sufrió abusos apenas se puso los hábitos: “Un sacerdote se me acercó, me tocó el pecho y me dio besos en la cara llegando hasta los labios”.
“Me manoseó. Me dio asco”, añadió y aseguró que acudió de inmediato ante la madre superiora, Patricia Ibarra, y denunció lo ocurrido, pero ella, lejos de ayudarla, la trató de “mentirosa” y le ordenó confesarse con el mismo cura denunciado.
“Las chicas jóvenes se fueron del convento por lo mismo, porque habían curas que las manoseaban”, sostuvo Tondreaux en el reportaje del medio chileno.
Afirmó haber visto durante su vida de monja entregar cheques de hasta 20 millones de pesos (unos 30.700 dólares al cambio actual) a sacerdotes que afrontaban denuncias por abusos.
En cambio, ella fue parte de un grupo de 23 monjas que fueron expulsadas de la congregación sin ningún resarcimiento económico por haber denunciado abusos, aseveró.
Otra exmonja, Eliana Macías, relató que además de sufrir y presenciar manoseos a las religiosas, vio a un sacerdote entrar a las habitaciones de las monjas “para realizar actos impropios o para verlas sin ropa”. “Decía que nunca había visto una mujer desnuda, que por eso lo hacía. El cura también iba al patio y se desnudaba. Lo sabía la madre superiora. A mí me daba asco, repugnancia”, sostuvo.
También habló en el programa Consuelo Gómez, monja de la misma congregación entre 1998 y 2017, que el pasado mayo denunció haber sido abusada por sacerdotes en Chile y por otra religiosa de la misma orden en España, donde estuvo durante un tiempo.
“Yo fui abusada sexualmente por una monja en España, que también era chilena y superior a mí, varias y repetidas veces. Y todos sabían y me hicieron callar”, dijo Gómez en esa oportunidad. “Me hicieron sentir a mí que era culpable de todo. Pero ahora comprendí que esta es una historia que yo viví, que es mía, y que no soy la única”, añadió, en declaraciones al portal Emol.
Fuente Agencias/Religión Digital
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