La Corte Suprema de Taiwán avala el matrimonio igualitario
El Tribunal da un plazo de dos años para modificar la ley actual, que restringe el matrimonio a uniones de personas de distinto sexo.
Taiwán será el primer lugar de Asia en permitir estas uniones.
La Corte Suprema de Justicia de Taiwán ha declarado inconstitucional la restricción del matrimonio a uniones de personas de distinto sexo y exigió la legalización del matrimonio homosexual, lo que como anunciábamos hace unos meses, convertirá a la isla en el primer lugar de Asia en permitirlo.
La actual ley que no legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo es inconstitucional y debe ser modificada en el plazo de dos años, anunció el secretario general de la corte, Lu Tai-lang, en rueda de prensa.
La máxima autoridad judicial de Taiwán, conocida como Yan Judicial, dicta este miércoles, 24 de mayo, una sentencia mediante la que promueve la legalización del matrimonio igualitario en Taiwán al considerar que las actuales leyes sobre el matrimonio, que expresan literalmente que sólo se puede producir entre un hombre y una mujer, suponen una violación de los derechos constitucionales de las parejas del mismo sexo, otorgando un plazo de dos años para que el gobierno modifique la ley o aprobando una nueva ley que contemple con claridad a las parejas del mismo sexo. De esta manera Taiwán se convertiría en el primer país del continente asiático en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
“Se ha hecho realidad un sueño que llevo esperando más de 16 años”, dijo Chi, tras conocer la decisión, en medio de la algarabía de numerosos grupos a favor del matrimonio homosexual que esperaban expectantes la sentencia.
Ninguno de los dos partidos mayoritarios de Taiwán ha adoptado hasta ahora una postura clara sobre el matrimonio igualitario, aunque la presidenta del país y dirigente del Partido Demócrata Progresista (PDP), Tsai Ing-wen, sí ha expresado su apoyo en alguna ocasión.
Desde el 11 de enero de 2017, las parejas del mismo sexo pueden registrar legalmente sus uniones en once de las ciudades y condados de Taiwán, lo que representa el 80 %.
Legalizando el matrimonio igualitario, el colectivo LGBT aspira a conseguir los mismos derechos que disfrutan las parejas heterosexuales, incluyendo todo lo referente a la adopción de menores de edad, la crianza de los hijos, los derechos de herencia y las responsabilidades para autorizaciones relacionadas con emergencias sanitarias. Sin embargo son conscientes de que su gobierno podría simplemente legalizar la unión legal entre personas homosexuales, pero excluir algunas de estas cuestiones, como defienden grupos religiosos radicales que sostienen que asuntos que afectan a toda la sociedad no deberían ser decididos por unos cuantos magistrados, sino a través de un referéndum. Ambos colectivos se centran ahora en persuadir a los legisladores que tengan en cuenta sus respectivas posturas.
Aunque China sigue reclamando la soberanía de Taiwán, el pequeño país asiático tiene su propio gobierno, y es conocido por sus valores liberales, siendo Taipei la ciudad que acoge el evento anual del orgullo LGBT más multitudinario de Asia, convirtiéndose la legalización del matrimonio igualitario en una posibilidad real desde el momento en que asciende al poder la actual presidenta, Tsai ing-wen, permitiéndose en Taipei la inscripción en el registro de las parejas del mismo sexo desde enero de 2016, y celebrándose incluso bodas simbólicas entre personas del mismo sexo con el objetivo de conseguir la modificación de la ley.
Pero al igual que otros países europeos y americanos, esta postura ha provocado la movilización de grupos de radicales religiosos conservadores, que deben temer que les obliguen a contraer matrimonio con personas del mismo sexo, lo que no impide que una vez el tribunal constitucional, formado por 14 jueces, halla fallado en favor de la legalización del matrimonio igualitario, el gobierno comience el proceso para enmendar la actual legislación reaccionaria o introducir una nueva ley que de cobertura legal a todas las parejas, independientemente de que sean heterosexuales u homosexuales.
Fuente Universogay/Cáscara Amarga
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