Se acumulan las informaciones negativas procedentes de Indonesia en relación al colectivo LGTB. La radicalización política del país se está transformando en un hostigamiento hacia cualquier expresión igualitaria. En este sentido, la policía ha informado de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor. Las autoridades, sin embargo, han calificado las imágenes como “pornografía”. A estos hechos se suman el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela para personas trans de Indonesia y la persecución de webs LGTB y apps de contactos gais, entre otras cosas.
Aunque ya han sido puestos en libertad, la pareja gay que fue detenida en Indonesia por subir a Facebook unas fotografías afectivas se enfrenta a una posible pena de prisión de hasta siete años. Para las autoridades, estas imágenes representan un fomento de la “pornografía LGTB, al mostrar dos hombres besuqueándose”. En el país de mayoría musulmana más poblado del mundo la “lascivia pública” está perseguida por la ley y cualquier muestra de diversidad suele considerarse una “ofensa a la moralidad”.
Los dos jóvenes, de 22 y 24 años (en la fotografía superior), aparecen con los torsos desnudos compartiendo besos y otras muestras de cariño, junto al texto “nuestro amor durará para siempre”. Taufik, que publicó las imágenes, ya las ha retirado de su muro, disculpándose y asegurando que “no se volverá a repetir”. Una postura comprensible al pensar que su juicio puede convertirse en un escarnio público. De hecho, muchos usuarios le han escrito mensajes ofensivos y homófobos y aún así dice que seguirá pidiendo perdón.
Desgraciadamente, las tropelías LGTBfóbicas se acumulan en Indonesia. Por ejemplo, el gobierno de Indonesia publica una anuncio en el que busca una persona para cubrir un puesto de embajador de la juventud entre cuyos requisitos indica que tiene que demostrar que no pertenece a la comunidad LGTB. Concretamente, el Gobierno está buscando jóvenes con “creatividad” para ocupar una plaza como embajador y, al parecer, solo las personas heterosexuales cuentan con este talento. La convocatoria de la administración incluye, de matera textual, la exigencia de que los candidatos sean “mentalmente sanos, que no sean promiscuos ni con comportamiento sexual desviado, incluyendo personas LGTB, que debe probar mediante certificado médico”, dice el anuncio publicado por el Gerakan Nasional Pemuda Kreatif (Movimiento Nacional creativo para jóvenes), que pretende atraer candidatos, de entre 20 y 27 años de edad, siempre que sean estrictamente heterosexuales, para cubrir un puesto para un programa del Ministerio de Juventud y Deportes que tiene como objetivo buscar a jóvenes creativos en todos los campos que generen proyectos para ayudar al país a reducir el desempleo juvenil.
Desde las redes sociales o han tardado en criticar la ironía de esta convocatoria que busca personas creativas que no sean gays, algo tradicionalmente asociado, precisamente, a las personas de la comunidad LGTB. Un defensor de la igualdad del colectivo LGTB se ha preguntado retóricamente: “¿no saben que [la comunidad LGTB] es la columna vertebral de las artes y la industria creativa?”.
Asimismo, grupos en defensa de los derechos humanos no han dejado de resaltar la fuerte atmósfera de discriminación hacia las personas homosexuales, bisexuales y transexuales a pesar de la legalidad de las relaciones entre personas del mismo sexo, una discriminación que no ha dejado de incrementarse en los últimos meses.
No obstante, además del apoyo de algunas personas jóvenes hacia las personas LGBT, algunos funcionarios han advertido de que el creciente aumento del sentimiento homófobo perjudicará las posibilidades de detener el aumento de las infecciones de VIH en el país. Entre 2007 y 2015, el VIH entre hombres que mantuvieron relaciones con otros hombres en Indonesia pasó del 5,4% al 25,8%, en contraste con la caída de las tasas globales. En parte, el miedo a la discriminación influye en una reducción de las pruebas de detección y, a su vez, esto ocasiona que las personas infectadas no tomen las oportunas medidas de prevención.
Cierra la única escuela musulmana para personas trans
Hace tan solo unos días la única escuela musulmana de toda Indonesia que admitía a alumnos trans se ha visto obligada a cerrar sus puertas al ser señalada como promotora de la “inmoralidad”. Hasta el momento de su cierre, este centro ha sido uno de los referentes de tolerancia de la comunidad LGTB en el mundo musulmán. Para Agnes Dwi Rusjiyati, coordinadora local del grupo activista Bhinneka Tunggal, “por desgracia, en los últimos años los grupos intolerantes han ido imponiendo sus creencias rígidas en las personas”. Y en marzo se clausuró la única mezquita que admitía personas transexuales…
La estigmatización del colectivo LGTB en el ámbito educativo se ha intensificado en Indonesia, especialmente, desde principios de este año. En enero, Muhammad Nasir, ministro de Estudios Superiores de este país asiático apelaba a “normas morales” para perseguir a los alumnos LGTB en la universidad. Pero el sentimiento de odio se ha propagado como un virus en el resto de niveles educativos.
Muhammad Nasir, a la sazón ministro de Investigación, Tecnología y Estudios Superiores, aseveraba que el colectivo LGTB representa “una grave amenaza para la nación”. Nasir, además, negaba que las universidades sean el marco para la “discusión” o la elaboración de “trabajos científicos” relacionados con la comunidad LGTB, una circunstancia que calificaba de “grave”, por ser contraria a la “moral”.
Prohibición de apps de contactos gais y castración química
En febrero, las autoridades indonesias anunciaban su intención de solicitar que Facebook y WhatsApp eliminaran los emojis que aludían a la comunidad LGBT y bloquearan ciertas cuentas de Tumblr por su contenido. Desde el pasado mes de septiembre, por orden del Gobierno de Indonesia, se ha bloqueado Grindr y otras 80 aplicaciones (apps) de contactos gais, así como webs LGTB que, supuestamente, contribuyen a la “propaganda desviada”. Líderes musulmanes iniciaban una campaña contra el colectivo LGTB, poniendo en peligro incluso destinos turísticos como Bali, para posteriormente retener un cargamento de preservativos cuyo único objetivo era el de luchar contra el aumento del VIH en Indonesia y el mes pasado bloqueaban tres aplicaciones de citas
Pero Indonesia no es el único país con homofobia de estado que censura webs LGTB o que prohíbe o utiliza las apps de contacto para perjudicar a hombres gais. En países como los Emiratos Árabes tampoco está permitida la descarga de Grindr y en Egipto la policía utiliza estas apps para “cazar” homosexuales y enjuiciarlos.
Los detractores de los derechos LGTB en Indonesia han construido un peligroso discurso público de asociación de la pedofilia y la homosexualidad, algo similar a lo ocurrido en Rusia con los mensajes de grupos ultras como Occupy Pedofilyaj. Precisamente, por esta acientífica e injusta equiparación, resulta especialmente preocupante la denuncia que hace unas horas ha realizado Amnistía Internacional: el Gobierno empezará a aplicar la castración química a “pedófilos” y “violadores”.
Nadie defiende la impunidad de las personas que abusen de menores o de otros adultos. Según ha explicado Papang Hidayat, investigadora en Indonesia de Amnistía Internacional, “el abuso sexual de los niños es indescriptiblemente horrible. Pero someter a los delincuentes a la castración química o a ejecuciones no es justicia sino que es la adición de una crueldad a otra”. Algunos grupos de médicos han adelantado que se niegan a aplicar estas prácticas porque violan la ética médica. Y también violan el derecho internacional sobre la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes que figura en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y en la Convención Contra la Tortura y Otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT), del que Indonesia es uno de los estados firmantes.
Sin embargo, a pesar de la crueldad de estas medidas para cualquier condenado, la castración química puede ser una peligrosa arma incluso para personas completamente inocentes. Falsas acusaciones o malentendidos por la ignorancia de la realidad LGTB pueden provocar la privación de la sexualidad física a personas que únicamente tengan una orientación sexual o una identidad de género diversa o contraria a la heteronormatividad.
Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB
No se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero dosmanzanzanas publicaba un post recogiendo cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada ver más a la población LGTB.
Recordemos que la provincia autónoma de Aceh (en la zona norte de Sumatra) aprobó en septiembre de 2014 una penosa ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015. Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.
Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción es Aceh, donde desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. La de Aceh es desde luego la peor situación, puesto que como decíamos arriba la homosexualidad no es formalmente delito en el resto del país. Ello no significa que en otras partes sea buena. En 2004, las autoridades municipales de Palembang, en Sumatra Meridional, dictaron por ejemplo una regulación en la que aglutinaban la actividad de las personas LGTB como “prostitución”. En virtud de ese reglamento, todas las personas acusadas de cometer cualquiera de esas actividades se enfrentan a la perspectiva de un máximo de seis meses de prisión o 5.000.000 de rupias (360 euros, 380 dólares) de multa.
En otras zonas existe una actitud algo más tolerante, especialmente en zonas urbanas como Yakarta. Con todo, la influencia de los islamistas más radicales se hace sentir cada vez más.En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga, abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.
Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos.
En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es elevada.
Indonesia también votó el pasado 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.
Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays/Universogay
General, Homofobia/ Transfobia., Islam
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