Candice Wiggins: “Sufrí acoso en la WNBA por ser heterosexual, el 98% de las jugadoras de allí son lesbianas”
Candice Wiggins dejó el baloncesto hace casi un año tras ocho temporadas en la NBA femenina.
Supongamos que por un casual no eres un varón blanco cishetero y que por tanto, no has disfrutado de sus privilegios adquiridos de forma inherente. Son cosas que pasan: la sociedad ha sido creada por y para ellos. Probablemente habrás sufrido algún tipo de discriminación e injusticia, mayor o menor, a lo largo de tu vida. ¿Pero qué pasa cuando comienzas a alzar la voz y reclamar una sociedad más justa y que respete la diversidad? Que los sectores del establishment se siente atacados y comienzan a denunciar cosas absurdas. ¿La última de todas? La heterofobia.
Seguro que en las redes sociales ya has leído a algun ignorante usar este término, pero esta vez ha sido la estrella de la WNBA – la NBA en su versión femenina – Candice Wiggins la que ha asegurado haberla sufrido durante su carrera porque el 98% de las jugadoras de basket profesionales son lesbianas. El porcentaje lo ha dicho ella, pero ya sabéis que inventarse los porcentajes para respaldar un argumento siempre aporta un je ne sais quoi que le da más empaque.
Candice Wiggins ya ha colgado las botas, pero antes jugó en la élite durante ocho temporadas para los Minnesota Lynx, Tulsa Shock, Los Angeles Sparks y New York Liberty equipo en el que puso fin a su carrera, donde según sus propias palabras sufrió bullying por ser heterosexual. Precisamente fue esa cultura “tóxica” (sic) la que le hizo retirarse. Abandonó el deporte por la presión que, según ella, se ejerce sobre las jugadoras en una Liga que define como de “supervivencia”. “No fue como si mis sueños se hicieran realidad, sino todo lo contrario. Hay un estado depresivo en la WNBA. No genera interés. Cada vez está más devaluada. Se hace cada vez más difícil. No me gustaba la cultura interna y aunque no puedo decir mucho más, era tóxica para mí. Mi alma se estaba rompiendo”, comentó al San Diego Union Tribune la exjugador del Ros Casares.
Su situación, según ella, era complicada desde el principio por su heterosexualidad. En su entrevista al San Diego Union Tribune declara:
No me gustaba la cultura que había en la WNBA, y sin querer dar muchos detalles, era tóxica para mi. Ser hetero abiertamente fue todo un hito en ese entorno. Diría que el 98% de las personas de la WNBA son lesbianas, y ellas aplican sus propias normas de juego. Había muchos celos y competitividad… y mi forma de jugar y competir generaba tensión. Me intentaban perjudicar todo el tiempo. Me afectó tanto que aunque quise estar otras dos temporadas más, lo dejé. (…) El estado actual de la WNBA es deprimente, nadie la ve, se ha devaluado. La gente de manera deliberada intentaba herirme constantemente. Nunca en mi vida me habían llamado puta tantas veces como en mi temporada de rookie. Hizo que cayera al suelo varias veces. El mensaje era: queremos que sepas que no nos gustas”.
Tras esos comentarios, varias jugadoras de la Liga norteamericana contestaron a Wiggins a través de la ESPN. “Nunca he visto el tipo de acoso que describe Candice en la entrevista. No significa que no haya sucedido, pero estoy orgullosa de formar parte de una liga que apoya la inclusión y acepta a todas las jugadoras sin importar su raza, religión o sexualidad. Somos una familia hecha de jugadora que amamos y respetemos el baloncesto”, declaró Monique Currie, jugadora con 11 años de experiencia en la WNBA.
No fue la única. “Nunca he vivido ni he visto que hayan acosado a otras compañera. No creo desacreditar su vivencia, en el caso de que se haya sentido así. Pero que nadie en la WNBA se preocupa y que el 98% de las jugadoras son lesbianas es completamente falso. Para mí es difícil darle credibilidad a esas declaraciones cuando los hechos son falsos”, aseguró Ticha Penicheiro, máxima asistente de siempre en el campeonato.
Posteriormente, y ante las reacciones desatadas, Wiggins aclaró ese porcentaje del 98%: “Era mi manera de ilustrar el aislamiento que sentía personalmente. Me sentí como el 2 por ciento frente al 98 por ciento”.
Actualmente Wiggins está escribiendo sus memorias tituladas Los diarios de la WNBA para dar a conocer ese mundo que en su día fue un sueño pero que terminó en pesadilla. “No trato de aplastar sueños o aspiraciones de nadie que quiera jugar en la WNBA. Quiero que todo vaya bien, pero al mismo tiempo es importante que sea honesta en mis reflexiones”.
Fuente PinkNews, vía AmbienteG/Cáscara amarga
General, Homofobia/ Transfobia.
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