Proponen una ley en Carolina del Sur para convertir el matrimonio gay en “matrimonio parodia”
Seis legisladores republicanos de Carolina del Sur presentan una ley para separar los matrimonios heterosexuales (normales) de los homosexuales (parodias).
La ley establece además que el estado no apoye de ninguna forma los “matrimonios parodia” porque no son naturales y porque, según ellos, no se trata de un tema de discriminación homófoba.
Steven Wayne Long, William M. Chumley, James Mikell Burns, John R. McCravy III, Josiah Magnuson y Richard Martin. Estos señores:
Son seis legisladores republicanos del estado de Carolina del Sur (Estados Unidos) que acaban de apoyar una ley que quiere redefinir el término “matrimonio” para separar al matrimonio heterosexual del homosexual. Sí, Estados Unidos, 2018. Tres años después de que el Tribunal Supremo del país legalizara de facto el matrimonio igualitario a estos seis iluminados se les ha ocurrido dar una vuelta de tuerca porque así son ellos: blancos, heterosexuales (o eso dicen), republicanos y homófobos.
La “Ley de Restauración del Matrimonio y la Constitución” fue leída por primera vez el pasado 15 de febrero y ha sido enviada para su tramitación. No creemos que vaya a ninguna parte, pero presta atención porque aunque en tu país el matrimonio entre personas homosexuales sea legal nada te asegura que no te aparezcan seis energúmenos como éstos. Esa ley, básicamente, “define ciertos términos, incluyendo ‘matrimonio parodia’ y ‘matrimonio’; para aclarar que las políticas en torno a los matrimonios parodia son de naturaleza no secular“. Y además quiere “prohibir al estado que muestre su respeto, apoyo o reconocimiento a cualquier política de matrimonios parodia que trate la orientación sexual como una ‘suspect class’“.
“Suspect Class” no es exactamente una “clase sospechosa“, es un término legal acuñado por el Tribunal Supremo para definir a grupos de población que son proclives a ser discriminados. El colectivo LGTB, obviamente, forma una “suspect class“. Y la ley presentada por estos seis indocumentados quiere, básicamente, dejar claras dos cosas: que los matrimonios igualitarios no tienen una raíz religiosa (casi mejor) y por lo tanto no han de ser respetados ni reconocidos; y que el estado no reconozca a las personas homosexuales como posibles víctimas de discriminación para asegurar que sus matrimonios serán “parodias” y no matrimonios reales.
El movimiento es absurdo: intentan volver a ilegalizar el matrimonio entre personas homosexuales convirtiéndolo en una figura jurídica sin valor alguno y se aseguran evitar posibles demandas diciendo, básicamente, que la homofobia no existe. Es un poco como intentar acabar con el racismo haciendo una ley que asegura que las personas racializadas no lo sufren.
La idea de estos seis legisladores es, crear un matrimonio de dos carriles: si eres hetero te casas en un matrimonio normal y si eres homosexual te casas en un matrimonio paródico. ¿Y por qué es una parodia? Porque, como explica la ley (y como los homófobos llevan repitiendo 20 años), “durante milenios las civilizaciones han definido el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. Ese matrimonio surgió de la naturaleza de las cosas y es un matrimonio natural, neutral y no controvertido; a diferencia de las formas paródicas del matrimonio.” Sí. Para los republicanos el matrimonio entre personas del mismo sexo es una broma de mal gusto, pero no te quejes porque ellos no son homófobos… ¡es que no existe la homofobia!
Además todos sabemos que el matrimonio heterosexual (sobre todo el de los políticos republicanos) no es una parodia de nada porque los heteros siempre se casan por amor y para tener hijos y nunca tienen aventuras, ni se acuestan con prostitutas pagadas con dinero público y por supuesto no son gais aunque les pillen en una habitación de hotel con un chapero menor de edad.
El texto de la ley asegura además que desde que se aprobó el matrimonio igualitario no ha habido un auge descomunal de bodas gays, pero sí ha crecido la persecución a los cristianos heterosexuales por parte de “Humanistas Seculares” que se dedican a infiltrarse y adoctrinar a los menores en escuelas públicas para inculcarles “una visión del mundo que es moralmente cuestionable, obscena y no secular“. Y rizan el rizo al añadir que “no está decidido si la orientación sexual es inmutable o genética y se trata, por lo tanto, de un asunto de fe.”
No creemos que este insulto en forma de ley llegue a ninguna parte, pero su propia existencia ya es indignante. Sarah Warbelow, Directora Legal de la Human Rights Campaign, ha cargado contra la idea aclarando que “el matrimonio igualitario es la ley indiscutible de este país” y añade que los seis políticos deberían dedicarse a los verdaderos problemas que sufren sus votantes “y no obsesionarse con un tema zanjado que cuenta con el apoyo de la mayoría de americanos“. Desde SC Equality su director ejecutivo, Jeff Ayers, ha señalado al legislador Steven Wayne Long por utilizar el odio para ganar las elecciones: “Esto no es más que el intento de un representante primerizo por contentar a su electorado de extrema derecha en un año electoral. Leyes como ésta promueven el odio, son discriminatorias y solo consiguen que sea más complicado atraer negocios a Carolina del Sur.”
Fuente | Gay Star News, vía EstoyBailando
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