Católicos LGBTQ+ en Filipinas decididos a ser visibles y ser parte de la Iglesia
En Filipinas, los católicos abiertamente LGBTQ+ están desafiando la noción de que uno no puede ser a la vez queer y fielmente católico. En esta nación insular donde el 85% de la población es católica, el tema está ganando cada vez más visibilidad, incluso en un perfil reciente de Time.
El artículo destacaba la historia de Gabb’z Gabriel, un filipino católico gay que está decidido a seguir siendo parte de la iglesia sin ocultar su identidad sexual. La historia de Gabriel arroja luz sobre el acto de equilibrio que muchos católicos LGBTQ+ en Filipinas mantienen a diario. Él afirmó:
“‘Creo que el reconocimiento de que una persona tiene múltiples dimensiones me hizo más fácil vivir esta vida. No estoy viviendo vidas separadas, no estoy viviendo como una persona LGBT fuera de la Iglesia y luego católica dentro de la Iglesia’”.
La experiencia de ser LGBTQ+ y católico en Filipinas es única: si bien se considera que el país tiene “normas sociales relativamente relajadas sobre temas LGBT”, la cultura profundamente católica presenta su propio conjunto de desafíos.
El artículo de Time explica que en la historia precolonial, la cultura filipina abrazó lo que hoy podría describirse como inconformidad de género y sexualidad queer. Estaba permitido que dos hombres se casaran y que la expresión de género de los hombres fuera femenina. Sólo con la colonización y los misioneros católicos se denigraron tales expresiones de género y sexualidad.
El catolicismo ha estado profundamente arraigado en la vida diaria filipina desde entonces, incluidas sus enseñanzas y actitudes hacia las personas LGBTQ+. En Filipinas, como en otros lugares, los líderes católicos en el gobierno tienen opiniones encontradas sobre los derechos LGBTQ+. Algunos senadores católicos, por ejemplo, consideran que las leyes contra la discriminación están en consonancia con su fe, mientras que otros se oponen firmemente.
Sin embargo, los católicos LGBTQ+ como Gabriel siguen decididos a lograr un equilibrio y creen que las generaciones más jóvenes no están dispuestas a tolerar la discriminación contra las personas LGBTQ+.
Mientras tanto, Gabriel se compromete a seguir siendo visiblemente gay y visiblemente católico. Contó la historia de un encuentro que tuvo con una mujer en su parroquia que “se ofendió por su atuendo femenino mientras cantaba con el coro durante la misa”.
“Solo le dije: ‘Entiendo. Puede que no te sientas cómodo viendo a alguien como yo en la iglesia’”, dijo Gabriel. “‘Pero las personas que dijiste que me estaban mirando, se me acercaron después del servicio e incluso me felicitaron porque nuestro coro se desempeñó muy bien. No me ven como me visto, sino como sirvo”.
En esta historia, Gabriel captura un deseo que comparten muchos católicos LGBTQ+: el deseo de que su ministerio sea visto tan valioso como el de los católicos heterosexuales y cisgénero. Su testimonio en Filipinas ayuda a la iglesia a convertirse en un lugar donde los dones de todos los ministros, independientemente de su género o sexualidad, sean bienvenidos y valorados.
—Grace Doerfler (ella/ella), New Ways Ministry, 29 de junio de 2022
Fuente New Ways Ministry
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