Del blog Amigos de Thomas Merton:
“Todas las cosas se aman. La naturaleza toda tiende hacia un tú. Todos los seres vivos están en comunión unos con otros. El fenómeno del mimetismo hermana a todas las plantas y animales y cosas: hay insectos que imitan a las flores y flores que imitan insectos, animales que imitan el agua o las rocas o la arena del desierto o la nieve o los bosques o a los otros animales. Y todos los seres vivos se aman y se comen unos a otros en ese vasto proceso del nacimiento y del crecimiento y de la reproducción y de la muerte.”
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Ernesto Cardenal.
Vida en el amor.
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“En una época de conflicto, angustia, guerra, crueldad, confusión, el lector se podrá sorprender con este libro que es un himno al amor, y que nos dice que todos los seres se aman.
El psicoanálisis nos ha enseñado que muchos odios desconocidos y temores y aún enfermedades físicas con frecuencia no son sino amor que rehúsa reconocerse como tal, amor que se ha vuelto enfermo porque no reconoce su verdadera naturaleza y ha perdido de vista su objetivo.
Los conflictos en el mundo no se deben a la ausencia del amor, sino al amor que no se reconoce a sí mismo, que es infiel a su propia realidad. La crueldad es el amor sin dirección. El odio es el amor frustrado.
El amor no está sólo en la mente o el corazón, es más que el pensamiento y el deseo. El amor es acción: y solamente en el acto del amor alcanzamos la intuición contemplativa de la sabiduría amorosa. Esta intuición contemplativa es un acto de una especie más elevada, un amor más puro. El amor disuelve la aparente contradicción entre la acción y la contemplación.
Para alcanzar un maduro acto de amor, debemos primero experimentar contradicción y conflicto. El amor es una cima de libertad y de plena conciencia personal. El amor se encuentra a sí mismo solamente en el acto. El amor que actúa sin conocimiento, a pesar de él mismo y en contra de su misma naturaleza, no alcanza la plena conciencia de sí mismo. Queda escondido de sí mismo. También no logra actuar perfectamente como amor. Es visto como algo distinto del amor.
Todo amor que no es entrega de sí mismo totalmente libre y espontánea, tiene en sí mismo un sabor a muerte. Esto quiere decir que todo nuestro amor como hombres ordinarios que no somos santos ni místicos, está lleno de contradicción, conflicto, amargura. Y tiene ese sabor a muerte.
Y podríamos añadir que es en el conflicto y la contradicción del amor que no es todavía verdadero, donde podemos descubrir el camino del amor verdadero. Es aceptando en nuestra plena conciencia un amor imperfecto, cuando el amor llegará a su perfección.
El primer paso para alcanzar la verdad y pureza del amor es reconocer en nosotros ese amor que no es todavía puro, pero que sin embargo es amor, y que aspira por su misma naturaleza a ser puro.
Todas las virtudes son aspectos del amor, y todos los vicios son también aspectos del amor. Las virtudes son manifestaciones de un amor que está vivo y sano. Los vicios son síntomas de un amor enfermo porque rehúsa ser él mismo.
En realidad no hay más que amor. Pero este amor podría estar en contradicción consigo mismo. Puede ser al mismo tiempo amor y odio, amor y codicia, amor y miedo, amor y celos, amor y lujuria. Su destino es ser simplemente amor, sin ninguna otra cosa contradictoria. Pero no puede cumplir este destino si nosotros tratamos únicamente de suprimir el odio, la codicia, el miedo, los celos, la lujuria. Estas fuerzas malignas reciben su poder solamente del amor. Suprimirlas es suprimir el amor. Debieran más bien, por el contrario, ser conscientes de sí mismas como amor, y cuando lo sean, ya no desviarán la energía del amor para servir a lo que no es amor.”
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Thomas Merton.
Fragmentos del prólogo al libro “Vida en el amor” de Ernesto Cardenal.
(citados en El Blog de Grego)
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