Comentarios desactivados en El Senado australiano aprueba un proyecto de ley de matrimonio igualitario
La apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo suma su primera victoria legislativa en Australia. El Senado aprobó el miércoles el proyecto de ley que presentó el liberal Dean Smith poco después de conocerse los resultados de la consulta postal en la que una mayoría de ciudadanos respaldó la medida. Por 43 votos a favor frente a 12 en contra y ocho abstenciones, los senadores han mostrado un apoyo transversal, liberados por fin de disciplinas de partido. Ahora la propuesta pasará a la Cámara de Representantes, donde se votará previsiblemente la próxima semana. Si todo sucede según lo previsto, el matrimonio igualitario será una realidad antes de Navidad.
La carrera de fondo hacia la igualdad matrimonial en Australia entra en su esprint final. El pasado 15 de noviembre se presentaron los resultados de la consulta por correo postal impuesta por el Gobierno australiano. Al poco de conocerse los datos (61,6 % de votos a favor, 38,4 % en contra con una participación del 79,5 % del censo), el primer ministro se felicitaba públicamente por un resultado “abrumador”. Superado el trámite que él mismo impuso para apaciguar a los sectores contrarios a la igualdad dentro de su partido, Turnbull daba vía libre para la discusión legislativa de la medida y se mostraba convencido de que el proceso culminará con una ley de matrimonio igualitario antes de Navidad.
Casi de manera inmediata, su compañero de filas el senador Dean Smith presentaba un proyecto para reformar la ley de matrimonio de 1961 sustituyendo las palabras “un hombre y una mujer” por “dos personas” donde sea necesario. Smith introdujo en su propuesta una cláusula para eximir a las organizaciones religiosas de la obligación de celebrar enlaces entre personas del mismo sexo. La disposición solo afectaría a los matrimonios religiosos y no a los civiles.
Por el contrario, el fiscal general George Brandis, perteneciente también a la formación conservadora, pretendía ampliar el concepto de “objeción de conciencia” con dos enmiendas al proyecto de Smith: la primera permitiría a los funcionarios negarse a casar a parejas del mismo sexo por motivos de conciencia, también en el caso de enlaces civiles. Una restricción que podría causar muchas dificultades a las personas LGTB para ejercer sus derechos. La otra enmienda perseguía blindar la libertad de expresión de las opiniones contrarias a la igualdad matrimonial, un derecho en cualquier caso ya reconocido por la ley australiana.
Finalmente, ninguna de las enmiendas ha sido aceptada y el Senado ha aprobado la propuesta de Smith en su redacción original. Libres de disciplinas de partido, el apoyo de los senadores ha sido transversal. Han votado a favor 43 (14 liberales, 15 laboristas, nueve verdes y cuatro de otras formaciones), en contra 12 (seis liberales, dos laboristas y cuatro del resto de partidos) y se han producido ocho abstenciones y 11 ausencias. Una imagen simbólica del acuerdo entre diferentes grupos ha sido el abrazo entre la portavoz laborista Penny Wong, abiertamente lesbiana, y Dean Smith, redactor liberal de la propuesta (y abiertamente gay).
Tras el visto bueno del Senado, el proyecto de ley se encamina ahora a la Cámara de Representantes, donde será discutido la semana que viene. Eso sí, la cámara baja podría en teoría aprobar enmiendas a la propuesta, en cuyo caso el Senado tendría que volver a pronunciarse sobre el texto modificado. Sin embargo, no parece probable esta posibilidad y todo indica que se cumplirán las previsiones del primer ministro: tras años de lucha social y política, la igualdad en el acceso al matrimonio será una realidad próximamente en Australia.
Comentarios desactivados en Australia: la oposición laborista rechaza la propuesta de referéndum sobre matrimonio igualitario
Bill Shorten
Continúa la situación de bloqueo en el interminable debate sobre la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo en Australia. El líder de la oposición laborista, Bill Shorten, anunció este martes el rechazo de su grupo a la pretensión del primer ministro de celebrar un referéndum en febrero del año próximo. El Gobierno liberal-conservador amenaza con un encallamiento del asunto en lo que queda de legislatura.
Como avanzábamos el mes pasado, la contienda política sobre el matrimonio igualitario en Australia está llevando el asunto hacia una situación de impasse, a pesar de existir una mayoría tanto social como parlamentaria favorable a la medida. El primer ministro Malcolm Turnbull presentaba ante la Cámara de Representantes un proyecto de ley para autorizar la convocatoria de un referéndum en febrero de 2017. La pregunta propuesta era: “¿Debería cambiarse la ley para permitir a las parejas del mismo sexo casarse?”.
La oposición laborista, que ya había mostrado su descontento con la celebración de una consulta “cara y divisiva”, confirmó este lunes su voto negativo a la propuesta de plebiscito cuando esta llegue al Senado. Los Verdes, que cuentan con 9 senadores, ya habían anunciado que votarían en contra y, como los de Shorten, son partidarios de la tramitación directa por el Parlamento. El líder laborista advirtió de los efectos dañinos, en particular para los jóvenes LGTB, la campaña de un referéndum sobre sus derechos. Si se celebrara la consulta, el Gobierno tendría que subvencionar con la misma cantidad de dinero a los partidarios del “sí” y del “no”. El otro temor de los partidos de la oposición, así como de los activistas LGTB, es que la movilización de los sectores homófobos de la sociedad australiana junto con una escasa participación provocaran una victoria del “no” en la votación.
El primer ministro no ha adelantado si proseguirá la tramitación de la propuesta de referéndum en la cámara alta, dada su probable derrota. Turnbull ha advertido, eso sí, de la posibilidad de que todo el proceso legislativo hacia la igualdad matrimonial entre en vía muerta durante el resto de la legislatura si no se permite la consulta. Y es que el acuerdo entre laboristas, verdes y otros grupos en el Senado, donde la coalición de Gobierno carece de mayoría, haría fracasar sus planes de someter la medida a votación popular.
Ahora, el principal partido de la oposición (que hasta hace pocos años mantenía una posición ambivalente sobre una posible aprobación del matrimonio igualitario) continuará presionando al primer ministro para que permita un voto libre de los proyectos de ley sobre la materia que ya se han presentado en la Cámara de Representantes. Un empeño que se antoja complicado, toda vez que el referéndum fue la solución de compromiso a la que llegaron los partidarios (entre los que se encuentra el propio Turnbull) y los detractores de la igualdad LGTB en el seno de la coalición liberal-conservadora. La consulta, sin embargo, cuenta con el rechazo mayoritario de la sociedad australiana, a tenor de una encuesta reciente. Seguiremos con atención los acontecimientos.
Comentarios desactivados en Emocionantes declaraciones de un político gay elegido como blanco de unos fanáticos homófobos
Unjoven político australiano alienta a no dejarse intimidar tras ver sus carteles electorales manchados con insultos homófobos
El político gay australiano Jason Ball ha sido objetivo de un grupo de fanáticos homófobos, que han llenado los carteles de su campaña de inscripciones con la palabra “fagot” que vendría a ser maricón. Jason Ball, ha decidido alzar la voz y no quedarse callado ante el incidente y ha realizado unas declaraciones muy elocuentes.
Jason Ball, un joven político australiano abiertamente gay, ha publicado en las redes sociales un mensaje de entereza y determinación frente a la intolerancia tras ver sus carteles electorales manchados con insultos homófobos. Ball denuncia que los “actos de odio y violencia son la conclusión lógica de un ‘debate’ público que mantiene que somos anormales y no somos dignos de los mismos derechos y respeto que nuestros conciudadanos”.
Australia celebrará elecciones legislativas el próximo 2 de julio. Las encuestas aventuran un resultado ajustado para los distintos partidos y coaliciones, con bajadas de los mayoritarios y fuertes subidas de los emergentes. Entre estos últimos se encuentran los Verdes, a quien los sondeos otorgan un fuerte incremento de votos que podría incluso hacerles clave para la formación de un posible Gobierno con los laboristas. Aunque el complicado sistema electoral australiano hace prácticamente imprevisible asegurar ningún resultado.
Entre los candidatos de los Verdes se encuentra Jason Ball, un joven de 28 años que también ha destacado por su activismo en defensa de los derechos LGTBI, siendo el primer practicante masculino de fútbol australiano en salir públicamente del armario, en 2012. Su dedicación profesional se circunscribe al campo de la salud mental, que es una de sus prioridades políticas, junto a los derechos LGTBI, la lucha contra el cambio climático y el apoyo a los solicitantes de asilo.
Ball se presenta por el distrito electoral de Higgins, en el estado de Victoria, donde su partido puede incluso convertirse en la segunda fuerza política. Por ello, en las calles de su distrito se pueden ver los carteles con su imagen solicitando el voto de sus conciudadanos. Hace unos días, dos de esos carteles aparecieron con la palabra “fag” (maricón) escrita sobre ellos. Jason Ball no quiso dejarlo pasar, y compartió en las redes sociales una fotografía del insulto homófobo, junto a las siguientes palabras llenas de determinación, denuncia de la hipocresía y entereza:
El político gay ha condenado el ataque y ha querido ser un ejemplo para los jóvenes con las emotivas palabras que ha dejado en su Facebook:
Publico esta imagen sin intención de dar aliento a quienes nos odian, sino para enviar un mensaje a los jóvenes LGBTI a quienes apoyo. Para hacerles saber que no voy a permanecer pasivo ni a callarme frente a la intolerancia.
La última vez que vi esa palabra referida a mí, estaba garabateada en la puerta de un servicio del colegio. Tenía 15 años.
Ahora, en 2016 los homófobos son, afortunadamente, una minoría. Pero actos como este demuestran que hay un largo camino por recorrer. Y estos hechos no ocurren en el vacío.
En los últimos tiempos nuestra comunidad se ha enfrentado a ataques implacables contra nuestra dignidad y nuestros derechos humanos básicos. Los políticos nos han ligado a los pedófilos. Los líderes religiosos han comparado la lucha por la igualdad con el avance del nazismo. Esta semana, comentaristas de los medios de comunicación que anteriormente nos habían vilipendiado, se han cernido sobre la abominable atrocidad de Orlando y han utilizado nuestro dolor como un ariete con el que proseguir con su propia agenda contra otra minoría.
Después se han retorcido las manos y nos han ofrecido sus “oraciones y simpatía”, ignorando convenientemente el hecho de que esos actos de odio y violencia son la conclusión lógica de un “debate” público que mantiene que somos anormales y no somos dignos de los mismos derechos y respeto que nuestros conciudadanos.
No deberíamos tener que temer por nuestra seguridad simplemente por atrevernos a vivir nuestras vidas abiertamente. No debemos tener miedo a ir de la mano de nuestra pareja cuando paseamos por la calle.
Y no podemos ceder a la intimidación cuando defendemos públicamente nuestros valores.
Así que yo no lo haré. Voy a seguir fuera del armario, fuerte y orgulloso de quién soy. Porque el amor es el amor. Y, definitivamente, el amor triunfará.
Comentarios desactivados en Australia: el Senado pide al nuevo primer ministro que no posponga más la aprobación del matrimonio igualitario
Sigue la parálisis en la tramitación del matrimonio igualitario en Australia, y la oposición pierde la paciencia. El nuevo primer ministro Malcolm Turnbull, que había despertado esperanzas por su posición favorable, no ha cambiado sin embargo los planes de su predecesor de posponer la decisión hasta la celebración de un referéndum sobre la igualdad matrimonial en 2017. El Senado australiano le ha pedido que no se demore más y tramite ya un proyecto de ley en el Parlamento con libertad de voto para todos los diputados.
Dado el juego de mayorías existente hoy en Australia, ello ponía fin a la esperanza de ver aprobado el matrimonio igualitario durante la presente legislatura. El anuncio de un proyecto de ley presentado por diputados de varios partidos, incluyendo por primera vez a la coalición liberal-conservadora, quedaba así en agua de borrajas. Abbott imponía además la tesis (contraria a la opinión que el mismo defendía meses atrás) de que todo cambio en la materia debería producirse mediante un referéndum, convocado en una fecha por definir pero en cualquier caso posterior a las próximas elecciones generales de 2017.
Apenas un mes después de aquello, el liderazgo de Abbott se desplomaba. En pocas horas, y prácticamente por sorpresa, Abbott se veía obligado a convocar una votación entre sus parlamentarios para decidir sobre su liderazgo. Malcolm Turnbull daba un paso adelante, dimitía como ministro y retaba a Abbott, con éxito: 54 parlamentarios le apoyaron, frente a 44 que permanecieron fieles a Abbott. El nuevo primer ministro, favorable a que los liberales tengan libertad de voto para apoyar el matrimonio igualitario, ha decidido sin embargo adherirse a la hoja de ruta de Abbott y mantener el referéndum como paso previo para aprobar la medida.
Mientras tanto, el Senado (controlado por la oposición) ha aprobado una moción para pedir a Turnbull que no posponga el proceso hasta 2017 e inicie ya la tramitación parlamentaria, toda vez que las encuestas dejan claro que una amplia mayoría de australianos es favorable al matrimonio igualitario. Los senadores de la oposición argumentan que no está justificado mantener a miles de parejas y familias en la incertidumbre legal, cuando la solución está en manos del primer ministro y prácticamente se reduce a que este otorgue libertad de voto a sus correligionarios.
“Los australianos no quieren otra encuesta de opinión sobre este asunto, quieren que el Parlamento legisle”, afirmaba el senador de Los Verdes Robert Simms, que calificaba la opción del referéndum de “divisiva y costosa”. El activista Erin McCallum, de Australian Marriage Equality, aseguraba por su parte que si se permitiera un voto libre de disciplina partidista en la Cámara de Representantes, solo haría falta convencer a seis diputados para conseguir la mayoría necesaria. “Sabemos que es una meta alcanzable si nos unimos y alzamos nuestras voces”, aseguró.
Una sociedad favorable con líderes contrarios la igualdad
El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de muy lejos. Ya antes de las elecciones de 2013, que dieron la victoria a Abbott, fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que ya en su congreso nacional de 2011 el partido incorporaba la defensa del matrimonio igualitario a su ideario. Ideario que Gillard se encargó de convertir en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas –cuyos votos eran todos necesarios, debido a lo ajustado de su mayoría– tuvieran libertad de voto. Una libertad que Tony Abbott negó entonces a los suyos y que desembocó en el fracaso de la iniciativa. De la mano de Gillard, Australia perdía una primera oportunidad histórica.
La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro (mediante una maniobra similar a la que ahora ha destronado a Abbott, y que a su vez antes había utilizado Gillard para sustituir a Rudd). Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal. Pero la sustitución de Gillard no evitó la derrota laborista, y tras las elecciones Abbott (un católico conservador fuertemente opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana) se convertía en primer ministro. Su victoria alejó las expectativas de aprobación, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho ya desde el principio el propio Abbott reconoció que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia. Lo consiguió… pero el empeño contribuyó a la gran bajada de popularidad que finalmente acabó por costarle el puesto.
Comentarios desactivados en Australia se moviliza por el matrimonio igualitario ante su posible tramitación parlamentaria en las próximas semanas
El pasado mes de julio, avanzábamos la iniciativa parlamentaria para la aprobación del matrimonio igualitario en Australia. En las próximas semanas, se prevé que el Parlamento someta a debate y a votación el proyecto de ley, en el que han participado representantes liberales, laboristas, verdes e independientes. Un proyecto que, sin embargo, cuenta con la oposición del primer ministro, el liberal Tony Abbott. Ante este panorama político, miles de activistas y ciudadanos de todo el país han participado en distintas manifestaciones, a lo largo del fin de semana, para visibilizar el apoyo a la igualdad. El aeropuerto de Canberra, de capital privado, se ha iluminado con los colores del arcoíris y luce el lema de la campaña nacional de Australian Marriage Equality: #WeCanDoThis. El recinto aeroportuario recibe así a los diputados federales que llegan a la capital para debatir sobre el matrimonio entre personas homosexuales.
Las calles de Sídney, Hobart, Brisbane, Melbourne o Perth han acogido, entre otras ciudades, distintas marchas y acciones en favor del matrimonio igualitario. El activismo LGTB de Australia, consciente de lo mucho que se juega en estos momentos, se está movilizando para visibilizar sus reivindicaciones y concienciar a los parlamentarios de cara al debate y a la votación de la ley que permitiría las uniones entre personas del mismo sexo. En los últimos años, la sociedad australiana ha evolucionado, mayoritariamente, hacia posturas inclusivas e igualitarias. Si en 2004 solo un 33 % de la población era partidaria de las bodas entre personas homosexuales, en la actualidad el apoyo ha ascendido hasta el 72 %.
En declaraciones a ‘Same Same’, un medio LGTB australiano, los organizadores de la marcha de Sídney aseguraban que si “ganamos la igualdad de matrimonio en Irlanda y en los Estados Unidos, también podemos ganar aquí”. Por su parte, los activistas de Brisbane advierten de que “si todos los años de campaña nos han enseñado algo es que no hay garantías cuando se trata de los grandes partidos y tenemos que mantener la presión”. Precisamente, por este último motivo (ejercer presión) se han sucedido este fin de semana las marchas igualitarias en distintas ciudades del país. En todas ellas, se ha leído un manifiesto y los participantes han recorrido los centros de los cascos urbanos, elevando sus mensajes por la inclusión legislativa.
Antes de que finalice agosto, está previsto que la Cámara de Representantes de Australia (el equivalente al Congreso de los Diputados) aborde el proyecto de ley sobre el matrimonio igualitario, en el que han participado representantes de las distintas fuerzas políticas australianas (liberales, laboristas, verdes e independientes). Cabe recordar que el primer ministro, Tony Abbott, perteneciente a la Coalición Liberal-Nacional, no ha escondido su oposición a la ley igualitaria. Todavía está en el aire si su postura contraria condicionará el voto de los ministros del Gobierno o, si por el contrario, estos votarán en libertad de conciencia. Para que el texto legislativo obtenga la luz verde es necesario que sea aprobado por la Cámara de Representantes y ratificado, posteriormente, por el Senado. Si la propuesta de ley consigue llegar a la Cámara Alta (Senado), según los últimos cálculos de The Guardian, el resultado podría llegar a depender de tan solo dos votos.
Guiño del aeropuerto de Canberra
Al activismo LGTB de Australia también se ha sumado el respaldo de otros sectores sociales como el empresarial. Uno de los apoyos más sonados ha sido el del aeropuerto de la capital política del país. El recinto aeroportuario se ha engalanado con los colores de la bandera del arcoíris (emblema LGTB), en forma de luces nocturnas, y ha instalado, con grandes letras, el lema de la campaña nacional de Australian Marriage Equality: #WeCanDoThis. Es su forma de dar la bienvenida a los diputados que, en las próximas semanas, tendrán la posibilidad de conseguir una sociedad más justa e igualitaria.
El aeropuerto es una institución de capital privado, controlado por la familia Snow. Uno de los hermanos, Tom Snow, contrajo matrimonio el año pasado con su marido Brooke Horne en Nueva Zelanda. En la actualidad, la pareja tiene tres hijos. Stephen Byron, director gerente del aeropuerto, defiende que con estas acciones pretenden mostrar su rechazo a la discriminación “ridícula” en contra de las parejas del mismo sexo. Byron ha instado al parlamento a actuar y a que sea “cuanto antes, mejor”, ya que se trata de “un problema que trasciende a la política”.
El activismo LGTB, por su parte, ha alabado esta iniciativa. En palabras de Rodney Croome, uno de los integrantes de Australian Marriage Equality , “el respaldo de las empresas, que normalmente no se involucran en temas sociales, muestra la fuerza de la sensibilidad en la comunidad australiana en el apoyo de la igualdad de matrimonio”. Además, Croome ha añadido que empresas como esta “saben que el matrimonio igualitario no es solo lo que hay que hacer, sino que también es popular entre su personal y clientes”.
Batalla entre partidarios y detractores en TV
Como suele pasar en casi todas las sociedades que plantean avanzar en los derechos de las personas LGTB, en Australia no han faltado las voces representativas de los grupos más reaccionarios. En junio publicábamos la hilarante noticia de una pareja australiana que amenazaba con divorciarse en caso de aprobarse el matrimonio igualitario. Una historia que se convirtió en viral y que fue respondida con toca clase de memes y respuestas humorísticas. Incluso se creó un grupo de Facebook para celebrar su divorcio. No obstante, es digno de mención el hecho de que muchas parejas australianas se niegan a oír textos LGTBfobos en sus bodas, como recogimos hace una semana en dosmanzanas.
La última acción de los sectores conservadores ha sido la puesta en marcha de una campaña de televisión homófoba. Marriage Alliance asevera que “la aprobación no es tan simple como piensa”. Asimismo, plantean preguntas de la siguiente calaña: “¿cómo va a afectar a los niños?”, “¿cómo va a afectar a la educación sexual en las escuelas?” o “¿qué derechos puede perder usted?”. Dos canales, Chanel 7 y Chanel 10, se han negado a emitir el spot de Marriage Alliance, mientras que Foxtel y Chanel 9 la han aceptado en espacios muy selectivos. A continuación, podéis ver el vídeo del citado anuncio homófobo:
En el extremo contrario, Australian Marriage Equality también ha desarrollado una campaña de televisión, que no ha contado hasta el momento con el impedimento de ningún canal. Para mantener su continuidad, la organización LGTB ha abierto, en una página de financiación colectiva, una llamada a las donaciones ciudadanas. El objetivo es recaudar 20.000 dólares australianos (en el momento de publicar esta noticia se habían obtenido 9.575). En el spot en favor de la igualdad aparecen rostros populares en Australia tales como los de Hugo Weaving, Julia Morris, Julie Goodwin, o de jugadores del St Kilda y el Hawthorn, entre otros. Os dejamos con los spots de Australian Marriage Equality:
Comentarios desactivados en Nueva iniciativa parlamentaria para aprobar el matrimonio igualitario en Australia
La larga batalla por la igualdad LGTB en Australia toma de nuevo impulso al calor de los últimos y cruciales avances en Irlanda y Estados Unidos. Diputados de casi todos los grupos presentes en la Cámara de Representantes, incluyendo por primera vez a la coalición liberal-conservadorade Gobierno, presentarán el próximo mes de agosto un proyecto de ley de matrimonio igualitario. Ahora está en manos del primer ministro la decisión de permitir su tramitación.
El debate sobre este asunto viene de lejos: antes de las elecciones de septiembre de 2013 fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno al matrimonio igualitario. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista -en teoría mayoritarios- trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que en su congreso nacional de 2011 el partido lo incorporaba a su ideario.
La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro. Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como jefe del Gobierno se caracterizó también por un rechazo frontal al mismo. Pero la sustitución de Gillard no fue suficiente para evitar la derrota laborista, y tras las elecciones el liberal Tony Abbott se convertía en primer ministro. Su victoria alejó las expectativas de aprobación a corto plazo, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho el propio Abbott reconoció que resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia.
La presentación de un proyecto de ley de matrimonio igualitario por parte del senador liberal-demócrata David Leyonhjelm (que finalmente no fue sometida a votación) y la aprobación de una moción de los Verdes pidiendo la libertad de voto precipitaron los acontecimientos. Partidarios y opositores al matrimonio igualitario se movilizaban, y la organización Australian Marriage Equality conseguía reunir más de un millón de correos electrónicos para los parlamentarios del Partidos Liberal y de su socio minoritario, el Partido Nacional (con el que está coaligado a nivel federal), pidiéndoles un voto en conciencia. El pasado mes de abril, el ministro de Comunicaciones australiano, Malcolm Turnbull, aseguraba que antes de que acabe el año se debatirá en el Parlamento el matrimonio igualitario y que los diputados que sostienen al Gobierno liberal-conservador dispondrán de libertad de voto.
La decisión, en manos de Tony Abbott
Poco después de conocerse el resultado del referéndum irlandés, el líder del opositor Partido Laborista, Bill Shorten, anunció la presentación de un proyecto de ley sobre esta materia, sin que se admitiera su votación en el Pleno. Por esas fechas, además, el primer ministro Abbott establecía las condiciones para permitir el voto en conciencia a sus representantes: “Si nuestro Parlamento tuviera que tomar una decisión en un asunto como este, quiero que la iniciativa pertenezca al Parlamento, no a ningún partido en particular”.
Y esa es precisamente la labor que ha desarrollado un grupo de trabajo que aúna a representantes liberales, laboristas, verdes e independientes, los cuales han alcanzado un acuerdo para someter un proyecto de ley de matrimonio igualitario a consideración del Parlamento el próximo mes de agosto. Se trata de la primera vez en la que parlamentarios liberales copatrocinan una iniciativa de este tipo, pero sus esfuerzos se topan con la reticencia del primer ministro. Pese a que la iniciativa cumpliría los requisitos establecidos para permitir el voto en conciencia de los miembros de su partido, Abbott no quiere facilitar su tramitación. Las presiones de los representantes del ala más conservadora (que califican la jugada de “emboscada”) y las prioridades de su agenda, centrada en la economía y la seguridad, son algunos de los motivos que explican esta actitud.
La clave para desbloquear el asunto está en el comité que se encarga de seleccionar los proyectos de ley que serán sometidos a votación, un órgano que se encuentra bajo control del Gobierno y que ha sido el responsable de que el proyecto de Shorten no alcanzara la fase de discusión por el Pleno. Solo el primer ministro tiene en sus manos permitir que se vote el nuevo texto, fruto de un consenso multipartito. Según un recuento de los representantes de los diversos partidos que han expresado públicamente su apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo a fecha de mayo, se estaría tan solo a un voto para lograr la mayoría en la Cámara de Representantes (la cámara baja del Parlamento australiano), y ya se contaría con una mayoría en el Senado (la cámara alta). La incógnita reside en quienes aún no se han pronunciado, pero las perspectivas parecen favorables. Seguiremos atentos a los próximos movimientos…
Todos los observadores dan por seguro que, en el momento en que los diputados liberales tengan libertad de voto, el matrimonio igualitario será una realidad en Australia. Precisamente el pasado 26 de marzo, el senador liberal demócrata David Leyonhjelm decidía no presentar a debate el proyecto de ley que permitiría el matrimonio entre personas del mismo sexo, cuya tramitación inició el pasado mes de noviembre, al no garantizarse que existiese el voto en conciencia. Apenas una semana antes, el mismo Senado, a iniciativa de los Verdes, había instado al Gobierno de Tony Abbott a que diera libertad de voto a sus correligionarios. Sin embargo, Abbott, un católico conservador opuesto al matrimonio igualitario, sigue sin reconocer ese derecho a los miembros de su partido.
Por ello han destacado las declaraciones del componente más veterano del Gobierno australiano, el ministro de Comunicaciones Malcolm Turnbull, efectuadas durante la celebración de un foro a las afueras de Sídney el pasado 16 de abril. Acompañado de Fiona Scott, miembro local del Partido Liberal, Turnbull fue interrogado sobre el matrimonio igualitario y los recientes acontecimientos en el Senado australiano. Turnbull aseguró a los allí presentes que el proyecto de ley que permitirá el matrimonio entre personas del mismo sexo será debatido antes de que finalice el año, y que los diputados y senadores liberales que sostienen al Gobierno de Tony Abbott gozarán de libertad de voto al respecto. Fiona Scott, por su parte, aseguraba que intentaría reflejar el punto de vista de sus votantes cuando se debatiera este asunto en el Parlamento.
Según Wayne Chilver, activista LGTB presente en el foro, Scott pidió al público presente que alzara su mano si apoyaba el matrimonio igualitario. Lo hicieron entre un 70 y un 80 % de los asistentes. Para Chilver, “fue genial ver ese fuerte apoyo en una audiencia que es una muestra representativa de la comunidad”, por lo que espera que Fiona Scott“escuche a los foros de la comunidad como esta y vote por el matrimonio igualitario cuando llegue el momento”.
Como señalábamos anteriormente, aunque en este momento no es posible asegurar un resultado, todo apunta a que si a los liberales se les permite votar en conciencia una parte significativa de ellos apoyará el matrimonio igualitario. Junto al voto de la que en buena lógica debería ser la mayoría de los laboristas (y de los Verdes, que tienen solo un voto en la Cámara de Representantes pero disponen de 10 escaños en un Senado de 76 miembros) debería bastar para inclinar la balanza.
Hay que tener además en cuenta que desde septiembre de 2012, última vez que se votó el tema, la coyuntura internacional ha cambiado mucho en países con los que Australia mantiene estrechos vínculos. Además de los avances experimentados en Estados Unidos, el matrimonio igualitario ha sido aprobado con un gran consenso en la vecina Nueva Zelanda (que de hecho se ha convertido en destino preferente de las parejas australianas del mismo sexo) así como en Inglaterra y Gales y Escocia. Irlanda celebrará un referéndum al respecto el próximo mes de mayo.
En Australia, la vía de los estados, que los partidarios del matrimonio igualitario también han intentado, está definitivamente cerrada. El Territorio de la Capital Australiana (ACT), donde se ubica Canberra, la capital federal, aprobó de hecho una ley de matrimonio igualitario en octubre de 2013, pero fue inmediatamente recurrida ante el Tribunal Supremo, que le dio la razón al Gobierno federal en diciembre de ese mismo año. El alto tribunal dejaba abierta eso sí la puerta a un posible cambio en la legislación matrimonial siempre que fuera a nivel federal.
Comentarios desactivados en Envían más de un millón de correos electrónicos en Australia en favor del matrimonio igualitario
Más de un millón de correos electrónicos han sido enviados a los parlamentarios australianos que sostienen al gobierno liberal-conservador para pedirles que voten en conciencia el proyecto de ley de matrimonio igualitario que promueve el senador liberal David Leyonhjelm.
Han sido cerca de un millón de correos electrónicos los recibidos por el portal Australian Marriage Equality dirigidos a los 134 miembros de la coalición exigiendo la libertad de voto en el matrimonio gay para los integrantes del gobierno australiano. Se trata de una gran reacción de la sociedad de Australia, que con este masivo envío de correos electrónicos, pide la libertad de voto para los matrimonios entre homosexuales.
Australian Marriage Equality asegura que han sido un total de 7,634 australianos los que redactaron correos a favor del matrimonio gay. Rodney Croome, coordinador nacional del sitio web Australian Marriage Equality, afirma que “la mayoría de los austriacos que han enviado correos a los miembros del gobierno federal reflejan un fuerte apoyo para un voto libre de igualdad en el matrimonio”. Mientras tanto, algunos ciudadanos austriacos que han enviado sus correos electrónicos argumentan que “es hora de que los partidos Liberal y Nacional estén a la altura de su principio de la libertad individual, al permitir a sus miembros parlamentarios la libertad de votar por la igualdad del matrimonio”. “Espero que los miembros de estos partidos sepan apreciar nuestra implicación y luchen por el reconocimiento de este oleaje de apoyo comunitario para una votación libre por el matrimonio gay”, ha manifestado otro ciudadano que ha participado en el envío de un millón de correos electrónicos en Australia.
La cuestión de la libertad de voto es la que está centrando en estos momentos el debate: todos los observadores dan por seguro que en el momento en que los parlamentarios liberales dispongan de libertad de voto, el matrimonio igualitario será una realidad en Australia.
Hace ahora una semana revisábamos precisamente el estado de la situación, a raíz de la aprobación por el Senado australiano de una moción de los Verdes a favor de la libertad de voto en esta materia. El debate viene de lejos: antes de las elecciones de septiembre de 2013 fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno al matrimonio igualitario. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista -en teoría mayoritarios- trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que en su congreso nacional de 2011 el partido lo incorporaba a su ideario. Ideario que Gillard se encargó de convertir en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas tuvieran libertad de voto, política que hasta ahora el partido no ha modificado. Una libertad que el liberal Tony Abbott negó entonces a los suyos, obligándolos a acatar la disciplina de partido contraria a la igualdad, y que desembocó en el fracaso de la iniciativa.
La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro. Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal al mismo. Pero la sustitución de Gillard no fue suficiente para evitar la derrota laborista, y tras las elecciones el liberal Tony Abbott se convertía en primer ministro. Abbott es un católico conservador opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana. Su victoria alejó las expectativas de aprobación a corto plazo, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho el propio Abbott reconoció que resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia.
El verano pasado (invierno en Australia), el senador liberal David Leyonhjelm anunciaba por fin sus intenciones de presentar un proyecto de matrimonio igualitario y hacía un llamamiento a los “verdaderos liberales” a dar su apoyo al proyecto. El senador insistió entonces en que solo lo presentaría cuando tuviera la seguridad de que su partido permitiría votar en conciencia. Por ello, a pesar de que medios australianos daban por prácticamente seguro que Leyonhjelm presentaría la iniciativa pasadas unas pocas semanas, el senador se contuvo tras escuchar a los partidarios del matrimonio igualitario, que le pidieron esperar al momento idóneo. Finalmente, el pasado 26 de noviembre Leyonhjelm presentaba el proyecto. El senador revelaba además que el primer ministro Tony Abbott le había pedido que no lo hiciera. Según el senador, la intención del líder del Ejecutivo era retrasar indefinidamente la medida para no tener que permitir a sus diputados votar libremente. Es por ello que decidió iniciar la tramitación.
La presentación del proyecto y la aprobación de la moción de los Verdes precipitaron los acontecimientos. Partidarios y opositores al matrimonio igualitario se movilizaban, y la organización Australian Marriage Equality conseguía reunir más de un millón de correos electrónicos (enviados por casi 8.000 personas) para los parlamentarios del Partidos Liberal y de su socio minoritario, el Partido Nacional (con el que está coaligado a nivel federal), pidiéndoles un voto en conciencia. Eso sí, los activistas han tenido la cortesía de “empaquetar” todos los correos en un único archivo para no bloquear los correos electrónicos de los parlamentarios.
Una demanda, la del voto en conciencia, que a día de hoy sigue sin ser reconocida por Abbott, lo que ha motivado que Leyonhjelm decidiera no presentar al debate el proyecto este jueves 26 de marzo, tal y como en principio se esperaba.
Comentarios desactivados en El Senado de Australia pide que se otorgue libertad de voto sobre el matrimonio igualitario
El Senado de Australia (la cámara alta de su Parlamento) ha aprobado una moción de los Verdes que insta al Gobierno de Tony Abbott a que permita a sus correligionarios votar en conciencia sobre el futuro proyecto de ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, sin que ello suponga ninguna sanción. La libertad de voto es, en la práctica, el último escollo para que el país oceánico instaure por fin la igualdad matrimonial.
El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de lejos. Antes de las elecciones de septiembre de 2013 fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista -en teoría mayoritarios- trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que en su congreso nacional de 2011 el partido lo incorporaba a su ideario. Ideario que Gillard se encargó de convertir en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas tuvieran libertad de voto, política que hasta ahora el partido no ha modificado. Una libertad que el liberal Tony Abbott negó entonces a los suyos, obligándolos a acatar la disciplina de partido contraria a la igualdad, y que desembocó en el fracaso de la iniciativa.
La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro. Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal al mismo. Pero la sustitución de Gillard no fue suficiente para evitar la derrota laborista, y tras las elecciones Tony Abbott se convertía en primer ministro. Abbott es un católico conservador opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana. Su victoria alejó las expectativas de aprobación a corto plazo, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho el propio Abbott reconoció que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia.
El verano pasado, el senador demócrata liberal David Leyonhjelm anunciaba sus intenciones de presentar un proyecto de ley de matrimonio igualitario, al considerar que “no hay lugar en Australia para ciudadanos de segunda clase” e hizo un llamamiento a los que llamó “verdaderos liberales” a dar su apoyo al proyecto. El senador insistía entonces en que solo lo presentaría cuando tuviera la seguridad de que el Partido Liberal permitirá votar en conciencia. Por ello, a pesar de que medios australianos daban por prácticamente seguro que Leyonhjelm presentaría la iniciativa en otoño, el senador se contuvo tras escuchar a los partidarios del matrimonio igualitario, que le pidieron esperar al momento idóneo para no perder otra votación. “Políticos de ambos lados me han sugerido que el momento no es el óptimo, y si quiero ganar, en lugar de hacer algo meramente simbólico, necesito esperar. No me interesa el simbolismo”, remachaba Leyonhjelm en octubre del año pasado, “quiero ganar”. “Será una cuestión de semanas o meses, no años”, adelantaba además.
Y así fue: el pasado 26 de noviembre, el senador presentaba un proyecto de ley para garantizar el derecho al matrimonio de todos los australianos “con independencia del sexo, orientación sexual e identidad de género”. Leyonhjelm revelaba que el primer ministro Tony Abbott le había pedido que no presentara la iniciativa, porque causaría más división en un Gobierno con muchos frentes abiertos. Según el senador, sin embargo, la intención del líder del Ejecutivo era retrasar indefinidamente la medida para no tener que permitir a sus diputados votar libremente. Es por ello que decidió iniciar la tramitación y someterla al debate del Pleno en cuanto se asegure de que cuenta con votos suficientes para ser aprobada.
Ya entonces, los Verdes, que defienden la medida, exigieron al partido liberal-conservador de Abbott que permitiera a sus miembros el voto en conciencia sin represalias. Una reclamación que esta semana, ante la falta de respuesta del primer ministro, han elevado a petición parlamentaria. El Senado ha aprobado la moción de Sarah Hanson-Young para que caiga la que probablemente sea la última barrera al matrimonio igualitario en Australia. La moción ha sido aprobada con el voto en contra del partido de Abbott, en cuyas manos está ahora la decisión. Hanson-Young ha hecho un llamamiento a la bancada liberal para que su líder “se ponga al día” con la opinión pública australiana, que según todas las encuestas apoya el matrimonio igualitario de forma mayoritaria.
En este momento no es posible asegurar un resultado, pero todo apunta a que si a los liberales se les permite votar en conciencia una parte significativa de ellos apoyará el matrimonio igualitario. Junto al voto de la que en buena lógica debería ser la mayoría de los laboristas (y de los Verdes, que tienen solo un voto en la Cámara de Representantes pero disponen de 10 escaños en un Senado de 76 miembros) debería bastar para inclinar la balanza.
Hay que tener además en cuenta que desde septiembre de 2012, última vez que se votó el tema, la coyuntura internacional ha cambiado mucho en países con los que Australia mantiene estrechos vínculos. Además de los avances experimentados en Estados Unidos, el matrimonio igualitario ha sido aprobado con grandísimo consenso en la vecina Nueva Zelanda (que de hecho se ha convertido en destino preferente de las parejas australianas del mismo sexo) así como en Inglaterra y Gales y Escocia. Irlanda celebrará un referéndum al respecto el próximo mes de mayo.
En Australia, la vía de los estados, que los partidarios del matrimonio igualitario también han intentado, está definitivamente cerrada. El Territorio de la Capital Australiana (ACT), donde se ubica Canberra, la capital federal, aprobó de hecho una ley de matrimonio igualitario en octubre de 2013, pero fue inmediatamente recurrida ante el Tribunal Supremo, que le dio la razón al Gobierno federal en diciembre de ese mismo año. El alto tribunal dejaba abierta eso sí la puerta a un posible cambio en la legislación matrimonial siempre que fuera a nivel federal.
Comentarios desactivados en La pareja de Tori Johnson, uno de los “héroes de Sídney” y abiertamente gay, da las gracias por el apoyo recibido tras su muerte
Thomas Zinn (a la derecha en la fotografía), pareja de Tori Johnson (a la izquierda), una de las dos víctimas mortales de la toma de rehenes en el Lindt Chocolate Café de Sídney, y cuya conducta heroica ha merecido el homenaje de sus compatriotas australianos, ha querido agradecer las muestras de afecto y cariño hacia su pareja. Zinn y Johnson eran pareja desde hace 14 años y su deseo era el de contraer matrimonio tan pronto como las leyes de su país lo permitieran.
En declaraciones a la televisión australiana, Thomas Zinn ha definido a Tori Johnson como una persona humilde y generosa, para quien la familia era lo más importante de su vida. Zinn se ha mostrado especialmente conmovido por el hecho de que la céntrica plaza de Sídney donde se encuentra el Lindt Chocolate Café, del que su pareja era gerente y en el que ocurrieron los hechos, se haya convertido en una inmensa alfombra de flores como homenaje a las víctimas. Y es que Johnson, según cuenta su pareja, adoraba las flores:
Para Lisa Wilkinson, la periodista y presentadora que entrevistó a Thomas Zinn, se trató de hecho de “la entrevista más dura que he hecho en mi vida”. La propia Wilkinson ha desvelado que Zinn y Johnson deseaban contraer matrimonio en cuanto las leyes de su país se lo permitieran.
Ya antes incluso de que se conociera esta circunstancia, el hecho de que Tori Johnson esté siendo honrado como un héroe por un país cuya clase política lleva años bloqueando la aprobación del matrimonio igualitario llamaba la atención de analistas como James Peron, presidente del Moorfield Storey Institute, que en un artículo publicado en la sección Gay Voices de The Huffington Postrecordaba que Johnson era un ciudadano de segunda clase en su propio país: “El primer ministro australiano Tony Abbott ha calificado a Tori Johnson y a la otra víctima de ‘buena gente’. Sí, Tori era buena gente, pero para Abbott no era aún lo suficientemente bueno, al menos cuando de poder contraer matrimonio se trata. Tori y su pareja de 14 años, Thomas, no han podido casarse en Australia. Tori y Thomas merecían los mismos derechos que el resto de los australianos. Pero ese derecho les fue negado. Para Tori ya es demasiado tarde”.
“El primer ministro Tony Abbott llevó flores y dijo bonitas palabras, pero sigue luchando para negar el derecho al matrimonio a ‘buena gente’ como Tori Johson”, añade Peron, que considera que lo mejor que podría hacer Abbott para honrar a Johnson es promover el matrimonio igualitario, o al menos permitir a los diputados de su partido pronunciarse en conciencia sobre la materia.
Presentada una nueva propuesta de matrimonio igualitario
Precisamente hace poco más de tres semanas el senador David Leyonhjelm (liberal, como Abbott) presentaba, a título particular, un nuevo proyecto de ley de matrimonio igualitario en el Parlamento de Australia, después de que el anterior intento fracasara en septiembre de 2012. La clave estará, en esta ocasión, en si por fin el Partido Liberal concederá libertad de voto a sus representantes.
Tras las elecciones de 2013, Abbott se convirtió en primer ministro. Se trata de un católico conservador opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana. Su victoria alejó las expectativas de aprobación a corto plazo, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios, y de hecho el propio Abbott reconoció que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia.
David Leyonhjelm lleva meses anunciando, de hecho, sus intenciones de presentar un proyecto de matrimonio igualitario. De tradición libertaria, Leyonhjelm considera que los “verdaderos liberales” no pueden sino estar a favor. Ahora el proyecto ya ha sido presentado, y habrá que ver cual es su posible evolución. A día de hoy no es posible asegurar un resultado, pero todo apunta a que si a los liberales se les permite votar en conciencia una parte significativa de ellos lo apoyará. Junto al voto de la que en buena lógica debería ser la mayoría de los laboristas (y de los Verdes, que tienen solo un voto en la Cámara de Representantes pero disponen de 10 escaños en un Senado de 76 miembros) debería bastar para inclinar la balanza.
Hay que tener además en cuenta que desde septiembre de 2012, última vez que se votó el tema, la coyuntura internacional ha cambiado mucho en países con los que Australia mantiene estrechos vínculos. Además de los avances experimentados en Estados Unidos, el matrimonio igualitario ha sido aprobado con un grandísimo consenso en la vecina Nueva Zelanda (que de hecho se ha convertido en destino preferente de las parejas australianas del mismo sexo) así como en Inglaterra y Gales y Escocia. Por no hablar de las encuestas, que sistemáticamente revelan un apoyo muy mayoritario entre la población australiana.
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