Israel aprueba los permisos de paternidad para familias homoparentales en el Ejército
Israel avanza en igualdad hacia la comunidad LGBT.
El Ejército israelí (Tsahal) figura entre los poco más de 20 en el mundo que permite servir en sus filas a personas que abiertamente declaran su homosexualidad, algo en lo que va por delante de la sociedad. En los últimos años asociaciones de gays, lesbianas y transexuales imparten conferencias y organizan talleres para que, desde el recluta recién llamado a filas hasta el comandante, conozcan cuáles son los principales problemas a los que se enfrentan los miembros de la comunidad dentro del Ejército.
Y es que el Ejército ha reconocido que las parejas homosexuales no podrán ser llamadas a filas al mismo tiempo si tienen hijos, un derecho restringido hasta ahora a las familias heteroparentales.
La Fuerza de Defensa de Israel ha aprobado una norma que establece que si, en hogares con una pareja del mismo sexo e hijos, ambos son llamados a la vez para servir en la reserva, uno de ellos podrá eximirse de la obligación, estén o no casados legalmente, para que el menor se pueda quedar a su cargo, según informa la prensa israelí.
En Israel no existe el matrimonio homosexual, puesto que solamente se reconocen los casamientos religiosos, pero el estado reconoce los matrimonios llevados a cabo fuera del país, incluidos los homosexuales.
La nueva normativa fue distribuida esta semana entre las unidades del Ejército y afectará a cualquier pareja que esté reconocida como una familia con un hijo por el Instituto Asegurador Nacional, sin que sea necesario que los dos tengan la custodia del menor.
En Israel es obligatorio el servicio militar, de cerca de tres años para los hombres y dos para las mujeres, y una vez licenciados son llamados a la reserva para entrenar o para participar en actividades militares varias semanas al año.
Este aperturismo llega mucho más lejos y ya hace dos años, la página oficial en Facebook del cuerpo militar israelí subió una foto de dos soldados cogidos de la mano en una calle de Tel Aviv. Fue un éxito: en apenas unos minutos, la foto ya tenía multitud de comentarios, “me gusta” y se había compartido por toda la red. Una campaña que sorquestó con motivo de celebrarse el Mes del Orgullo en Israel.
Dentro del Ejército de Israel los homosexuales viven una situación ambivalente, pues en los últimos años cada vez son más los jóvenes y militares de carrera que deciden salir del armario al contar con el respaldo de la legislación castrense, que prohíbe expresamente y castiga cualquier tipo de discriminación.
En Israel los homosexuales no se pueden casar porque la ortodoxia judía -que sólo contempla la unión heterosexual- domina la legislación matrimonial. Sin embargo, el Ejército es la primera institución que permite a parejas homosexuales registrarse como tales y tener el mismo estatus y derechos que una persona casada a la hora de recibir asistencias sociales y económicas, según una sentencia del Tribunal Supremo de 1994″, asegura Amit Lev, portavoz de la organización Casa Abierta, que convoca la marcha del orgullo gay en Jerusalén.
Lev cuenta el caso de un alto mando que falleció en 1996 de cáncer y su compañero sentimental recibió los mismos derechos que el Ejército otorga a una viuda en estas circunstancias. También se facilita a las personas que deciden cambiar de sexo completar ese proceso dentro de las Fuerzas Armadas. “Si eres transexual y comienzas la transición dentro del Ejército, éste te puede cambiar de unidad y presentarte con el género que sientes que tienes“, apunta Dafni.
En Israel nunca se ha prohibido formalmente realizar el servicio militar a homosexuales, principalmente porque el reclutamiento es obligatorio -tanto para hombres como para mujeres-, aunque antes de 1980 se destituía a militares que se sabía que eran gays. En 1983 se reguló por primera vez su integración en el Ejército pero no su acceso a puestos destacados en la inteligencia.
Una década después, el primer diputado abiertamente gay, Uzi Eben, reveló que había sido destituido del cargo de oficial y se le había impedido acceder a determinados contenidos dentro de la inteligencia militar por la única razón de su condición sexual.
Su testimonio en el Parlamento en 1993 provocó una tormenta política y forzó al Ejército a cambiar las prácticas restrictivas a los homosexuales, que desde entonces han recorrido un largo trecho en defensa de sus derechos en las Fuerzas Armadas de Israel.
Pese a su política abierta, una encuesta de 2011 realizada por la organización “Juventud Gay de Israel” encontró que alrededor del 40 por ciento de los soldados gays y lesbianas sufren el acoso el cuerpo militar por su condición sexual. Persiste la homofobia en un estamento caracterizado por la demostración de la fuerza, la hombría y otros estereotipos.
“Tu situación varía según la unidad en que sirvas, cada vez la gente es más abierta hacia los homosexuales pero todavía existen temores y mucha ignorancia”, explica un soldado de 21 años que trabaja en una unidad de documentación. Este joven prefiere ocultar su homosexualidad a sus compañeros, aunque reconoce que “son casos aislados quienes tienen problemas por su condición”. Avner Dafni, director de la organización de gays, lesbianas y transexuales Camoni-Camoja (Como yo-Como tú), revela a un caso en el que soldados homosexuales fueron golpeados por sus compañeros en una operación en territorio palestino ocupado. “Esto no ha salido a la luz porque las víctimas acudieron a nosotros y prefirieron que el Ejército lo resolviera directamente. Hablamos con los comandantes y los agresores pagaron por lo que hicieron”, agrega.
Israel se presenta como una sociedad amiga de los LGTB, promueve a Tel Aviv como la “capital gay de Oriente Medio”.
Foto: Israel Defense Forces
Fuente Ragap
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