Sin ver a sus hijos por ser transexual
La Fiscalía no apoya la adopción de los bebés de una transexual asturiana, nacidos por gestación subrogada, porque considera que ya no existe apego al llevar cuatro meses sin verla.
“Ha hecho un discurso tránsfobo, de descalificarme como madre por mi condición”
Miriam Ruiz y su marido acudían al Juzgado de Primera Instancia número 9 de Oviedo, donde iba a tener lugar el juicio por la adopción de los bebés de ambos, que habían nacido fuera de España por gestación subrogada.
Pero esta vez no se trataba de dos padres unidos en un proceso judicial para que se reconozcan sus derechos parentales. De hecho, llegaron al juzgado por separado y llevaban sin verse desde el pasado 30 de noviembre, cuando él huyo del hogar conyugal y se llevó a sus dos hijos.
Hace cuatro meses que no sabe nada de sus hijos y Miriam tuvo que escuchar cómo su marido justificaba su atrocidad diciendo que le asusta “como madre por ser una mujer transgénero”.
Por si la transfobia de su propio marido fuese poco, la asturiana tuvo que enfrentarse también a una más dolorosa si cabe, la transfobia institucional, ya que la Fiscalía le ha dicho que no apoya la adopción de los bebés porque al llevar cuatro meses sin verla, ya no existe vínculo de apego. Miriam salió del juzgado sin noticias de sus hijos y con la negativa a la adopción. “Ha sido muy duro. La primera vez que le veo desde que huyó con nuestros bebés, el 30 de noviembre pasado, y ni una palabra sobre dónde están nuestros hijos y cómo se encuentran. No hay dolor mayor”, lamentaba la asturiana.
Miriam había denunciado ante los medios el “secuestro parental” cuando su todavía marido desapareció del hogar familiar en Alemania con los bebés de ambos, unos hijos que, dada su condición de transexual, decidieron tener por gestación subrogada, por lo que en España es obligatorio pasar por el proceso de adopción para que se reconozca la maternidad.
Una destrozada Miriam ha explicado su dolor: “En octubre vinimos a Asturias a que las familias conocieran a los bebés y, también, a iniciar el proceso de adopción. Ante notario él certificó que yo era, como aparezco en el certificado de Ucrania, la madre de los niños. Además, decía que soy una buena madre”.
Por eso no daba crédito a sus explicaciones ante el juez: “Ha hecho un discurso tránsfobo, de descalificarme como madre por mi condición”. La asturiana lamentaba también la decisión de la Fiscalía “que dice que no apoya la adopción porque cree que, como llevan cuatro meses sin verme, ya no tienen apego conmigo. Eso es una barbaridad. Esos bebés son mis hijos, iniciamos el proceso porque yo quería ser madre, los crié seis meses y si no los veo desde noviembre es porque mi marido los ha secuestrado”. El caso quedó visto para sentencia.
Fuente Agencias, vía Cáscara Amarga
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