Michel Foucault, 30 años de la muerte de un genio gay
Filósofo homosexual y revolucionario en las formas de entender el poder, el saber y las relaciones humanas. Fue defensor de la libertad sexual y una de las primeras víctimas del sida en Francia.
José Luis Villalobos. 05 Julio 2014
Historiador, teórico social y filósofo, Michel Foucault nació en Poitiers (Francia) en 1926. Fue profesor en varias universidades francesas y estadounidenses como catedrático de Historia de los sistemas de pensamiento. Su trabajo ha ejercido una influencia muy notable en las Ciencias Sociales y Humanidades.
Ya desde su juventud se interesó especialmente por la Historia, Filosofía, Psicología, Sociología y otras ciencias, centrando su carrera académica en estas disciplinas. Sus ámbitos de estudio fueron estudios críticos sobre instituciones sociales (como medicina, ciencias humanas o sistema de prisiones), siendo el más popular su Historia de la sexualidad humana.
Durante su estancia en la École Normale Supérieure sufrió una depresión a causa de la angustia por su homosexualidad, e incluso intentó suicidarse varias veces. Esto le llevó a su adicción alcohólica, que mantendría a lo largo de su vida. Por ello fue llevado a un psiquiatra, quien le ayudó a evitar los pensamientos suicidas. Foucault quedó fascinado por la psicología y acabó estudiando esta licenciatura poco después, al mismo tiempo que sus estudios de Filosofía e Historia.
Su pensamiento estuvo asociado al estructuralismo, rechazando las ideas posestructuralistas y postmodernistas, siendo influido, tal como él mismo señalaba, por Nietzsche y Heidegger. Mientras que, por otra parte, hizo crítica del pensamiento de Kant, Marx o Sigmund Freud, por poner algunos ejemplos.
En 1953 comenzó a impartir clases en la Universidad de Lille, pero tras un curso académico decidió abandonar Francia. Suecia, Polonia y Alemania fueron algunos de sus destinos. Estas estancias en el extranjero le ayudaron a expandir sus ideas y conocimientos.
En 1960 volvió a Francia para finalizar su doctorado y posteriormente asumió la docencia de Filosofía en la Universidad de Clermont-Ferrand. Fue aquí donde conoció al filósofo Daniel Defert, quien sería su pareja durante veinte años. De hecho, en 1965, cuando Defert fue enviado a Túnez (aún colonia francesa) para realizar el servicio militar, Foucault solicitó un puesto en la Universidad de Túnez.
Tras las revueltas estudiantiles de mayo del 68 fue el primer jefe del Departamento de Filosofía de la recién formada universidad experimental París VIII, en Vicennes. Fue formada por un gran número de jóvenes universitarios de izquierdas que recibieron críticas del gobierno por su ideario marxista.
Su permanencia aquí fue breve ya que en 1970 fue elegido para formar parte del cuerpo académico más prestigioso: el Colegio de Francia, ocupando la cátedra de Historia de los sistemas de pensamiento. Escribió Vigilar y castigar (1975) donde se preguntaba si el encarcelamiento es un castigo más humano que la tortura. La influencia de Foucault dentro de los intelectuales de izquierda es sumamente notable.
También emprendió su proyecto más ambicioso, comenzando a escribir los seis volúmenes sobre La historia de la sexualidad, que no pudo completar, sorprendiendo a gran parte de los académicos y lectores del mundo.
Es en esta década cuando Foucault comienza a pasar más tiempo en Estados Unidos, en especial en la Universidad de California en Berkeley. Aquí estableció contacto con la comunidad LGTB de california y donde, parece ser, contrajo el VIH. Como anécdota decir que fue aquí donde comenzó a tomar LSD, algo que más tarde afirmaría que fue la mejor experiencia de su vida.
Su pareja también contrajo esta enfermedad. Por ello, tras la muerte de Foucault, Defert comenzó a trabajar para concienciar sobre esta enfermedad. Actualmente es un histórico activista y presidente de AIDES, organización de sensibilización sobre el sida en Francia.
Conforme menguaba su salud en los últimos años de vida de Foucault, comenzaron a surgir muchas voces críticas hacia su pensamiento y las ideas que había establecido, acusándole de caer en contradicciones, algo a lo que el mismo Foucault respondió en una entrevista: “Cuando la gente dice, ‘Bueno, usted pensaba esto hace unos años y ahora dice otra cosa,’ mi respuesta es… [risas] ‘Bueno, ¿crees que he trabajado duro todos estos años para decir lo mismo y no ser cambiado?’“.
Foucault murió en la ciudad de París en 1984 a causa del sida. Fue la primera personalidad francesa popularmente conocida que fallecía a causa de esta enfermedad, que aún era desconocida para la mayor parte del público.
Fue un firme defensor de la sexualidad, más allá de la división homosexual-heterosexual. Foucault escribe, en el Uso de los Placeres, que los griegos no oponían, como dos elecciones diferentes, el deseo homosexual al deseo heterosexual. Era más importante, a la hora de juzgar la fortaleza moral de un hombre, si era temperante y dueño de sí mismo tanto con hombres como con mujeres: “Tener costumbres relajadas -explica Foucault- era no saber resistirse a las mujeres ni a los muchachos, sin que lo uno fuera más grave que lo otro”. Lo que hacía que un hombre deseara a una mujer o a un hombre era la atracción que la naturaleza le había implantado en su corazón hacia todo lo que fuera bello.
Afirmó que siempre ha habido homosexuales a lo largo de la Historia y se le atribuye la frase: “Debemos empeñarnos en devenir homosexuales y no obstinarnos en reconocer que lo somos“.
Fuente Cáscara Amarga
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