Una universidad de Malasia celebra un concurso de carteles para “convertir” alumnos gays en heterosexuales
Denuncian que una universidad de Malasia celebra un concurso de carteles para fomentar la «conversión» de alumnos homosexuales o bisexuales en heterosexuales al considerar que tienen «trastornos en la orientación sexual». Actividades que los alumnos LGBT aseguran son habituales en el entorno universitario.
Denuncian que desde el Ministerio de Educación de Malasia se promueve la celebración de foros como Back to Fitrah, realizado el pasado 24 de marzo por la Asociación de Estudiantes Musulmanes en la Universidad de Ciencias de Malasia (USM por sus siglas: Universiti Sains Malaysia), una de las más antiguas instituciones educativas del país, cuyo campus se encuentra en la isla de Penang, en la que promueve la «conversión» de aquellos alumnos que consideran tienen «trastornos en la orientación sexual» a través de acciones como un concurso de carteles para animar a las personas homosexuales, bisexuales y transexuales a «regresar a sus instintos naturales».
«La comunidad LGBT es lo suficientemente valiente como para hacer sus programas abiertamente», declara Ernest Mah, estudiante universitario de 21 años de edad, señalando que este tipo de iniciativas forman parte de un «patrón de conversación» en las universidades de Malasia. Un país en el que la orientación sexual no heterosexual sigue siendo tabú y su cuyo código penal castiga las relaciones entre personas del mismo sexo, que considera «contra el orden de la naturaleza», y conlleva penas de hasta 20 años de prisión, multas y hasta azotes.
«Una cosa que puedes hacer para que tu corazón se sienta tranquilo» es decir «gracias a Alá, ‘Allahu Akbar’, ‘Allah es grandioso’, y eso te hará sentir paz», declara Fatimah Jamaludin, una de las ganadoras del concurso de carteles, explicando que sólo quiere entender mejor a sus compañeros para ayudarles a sentir paz. En su cartel, una mano se dibuja pasando cuentas de oración Tasbih a otra usando un brazalete de color del arco iris. «Dios condena a quien practica la sexualidad» o «haz algo según tu mente y no tu alma, porque el alma viene con deseos, y los deseos te llevarán al mal» son las premisas que se promulgan en otros carteles.
Cartel para promover al «conversión» de gays en Malasia – Foto: Uso permitido
Desde 2012 las autoridades celebran seminarios en los que se enseña a padres y profesores a detectar signos que revelen la homosexualidad de los niños. Un programa de concientización celebrado por el Departamento de Desarrollo Islámico de Malasia (Jakim) el año pasado en la universidad, provocó críticas por invitar solamente a los musulmanes que habían «dejado» de ser homosexuales, excluyendo a quienes todavía no lo habían hecho y desde febrero del año pasado fomentan oficialmente las terapias de conversión, mientras que hace sólo dos meses un periódico publicaba una guía sobre «cómo reconocer a un gay», desatando la controversia al poner incluso en riesgo la integridad de las personas.
Estas medidas han ido marginado paulatinamente los eventos y actividades a favor de la comunidad LGBT, llegando algunos grupos a recibir amenazas y ser víctimas de violencia por la presión de los sectores más conservadores. «Nadie puede tocar la religión aquí (…) Trabajé muy duro para ingresar a esta universidad. Realmente no quiero ser expulsada», declara otra alumna de la universidad que prefiere permanecer en el anonimato por temor a sufrir represalias de sus padres o de la propia universidad.
Malasia: economía emergente… y LGTBfobia política y social
Malasia, una de las economías emergentes del sudeste asiático, es un país de variada composición étnico-religiosa, aunque de mayoría musulmana, en el que conviven leyes civiles, de obligado cumplimiento para todos, y leyes islámicas, de aplicación a los ciudadanos musulmanes. Las relaciones homosexuales, en cualquier caso, son ilegales y se castigan con penas de hasta 20 años de cárcel. De hecho, allá por 2011 nos hacíamos eco de las intenciones de varios líderes musulmanes malasios de endurecer las medidas contra la homosexualidad y en 2015 el primer ministro, Najib Razak, comparaba a las personas LGTB con el Estado Islámico, alegando que carecen de derechos humanos.
Cartel para promover al «conversión» de gays en Malasia – Foto: Uso permitido
La LGTBfobia social y política imperante en Malasia ha llevado, de hecho, a situaciones que rozan el absurdo, y que hemos recogido en esta misma página. El pasado mes de febrero, en un vídeo promovido por el Departamento de Desarrollo Islámico de Malasia, se sugería a los homosexuales que “aprender” a ser hetero es igual que iniciarse en la equitación. Otros ejemplos son el anuncio de censura de programas con personajes homosexuales; la censura de una escena de La Bella y la Bestia y de una canción de Lady Gaga o la cancelación de un Festival que se celebraba desde 2008 para promover el respeto a la diversidad sexual. Especialmente preocupante fue lo sucedido en 2012, cuando un joven gay musulmán recibió amenazas de muerte por difundir un vídeo en el que animaba a otros homosexuales a salir del armario.
En junio de este año, conocíamos la muerte de un adolescente, T. Nhaveen, después de cinco días en coma y sufrir una dura agresión de carácter homofóbica que le había dejado con varias heridas y quemaduras en la espalda, además de ser sodomizado con una barra. T. Nhaveen, de dieciocho años de edad, había quedado con su mejor amigo, T. Previin, de 19 años de edad, el sábado, 10 de junio, alrededor de las 11 de la mañana en una hamburguesería de Gelugor, un zona residencial de George Town, en Penang, para celebrar que iba a comenzar su vida como estudiante de música en Kuala Lumpur, pero falleció el jueves, 15 de junio, tras ser víctima de una dura agresión homofóbica que le deja en coma durante cinco días. Un episodio más de bullying homofóbico que en esta ocasión había consternado a la sociedad de Malasia por su dureza y violencia. Ante este escenario, podría pensarse que un suceso tan terrible como este debería servir de acicate para que el respeto a la diversidad gane posiciones en Malasia. Mucho nos temíamos que no iba a ser así, a la vista del hecho de que los mismos medios locales y autoridades que han reaccionado con horror ni siquiera precisan que el acoso que el joven sufría era de naturaleza homofóbica. Esperemos, al menos, que se haga justicia con los asesinos de T. Nhaveen.
Y para corroborarlo, en julio radicales religiosos de Malasia e Indonesia se rebelaban contra Starbucks por su apoyo al colectivo LGBT… Y hoy, nos enteramos de esto…
Fuente Universogay/Cristianos Gays
Foto: Youtube
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