Ser LGTB no te causa problemas mentales, ser discriminado sí
Un estudio acaba de confirmar que tu salud mental no se resiente por ser LGTB sino por la LGTBfobia que te rodea día sí y día también.
Seguramente te has encontrado más veces de las que te gustaría con gente de tu entorno LGTB que tiene problemas de ansiedad, problemas de depresión, incluso de adicciones. Gente que, de alguna manera, culpa a su condición sexual o a su identidad de género de sus problemas. La LGTBfobia (la externa y la interiorizada, la que está en el propio colectivo) suele echar mano a estadísticas que dicen que las personas LGTB somos más propensas a tener una salud mental frágil, y lo achacan a que llevamos un “estilo de vida” poco a propiado. Pues un estudio australiano ha venido a confirmar que la culpa la tienen ellos, los homófobos
Un equipo de la Universidad Nacional de Australia, capitaneado por el Dr. Richard Burns, ha monitorizado las vidas de 5000 adultos durante ocho años y han llegado a la conclusión de que aunque es cierto que las tasas de problemas mentales y de suicidios son mucho más altas en la población LGTBI, la causa no está en el hecho de que sean LGTBI sino en los estigmas a los que nos tenemos que enfrentar día tras día. Más claro aún: no estás deprimido por ser gay, estás deprimido porque los homófobos hacen que te sientas así.
Puede parecer de perogrullo. Pero viendo la cantidad de LGTBfobia interiorizada que vemos hoy en día, este tipo de estudios son más necesarios que nunca porque dejan claro que no tenemos ningún problema por ser gay o lesbiana o bisexual; que deberíamos dejar de perpetuar los estigmas porque nos estamos haciendo daño a nosotros mismos y a los demás. Y sobre todo da un argumento maravilloso para contrarrestar a los pesados del “ser gay hoy en día no supone ningún problema” y derivados. (“Ya no hace falta el día del Orgullo“, “No sé para qué queréis casaros“, “Una cosa es un homosexual, otra un gay y otra un maricón“…)
Según el doctor Burns ser gay, lesbiana o bisexual no supone un riesgo mayor a largo plazo de desarrollar problemas de salud mental; pero sí es cierto que las personas LGTB son más propensos que las personas heterosexuales a padecerlos: “En un principio descubrimos que había un riesgo a largo plazo de depresión y ansiedad entre los individuos bisexuales, y que había un riesgo a largo plazo de ansiedad en los individuos homosexuales. Pero al ajustar estos a otros factores de riesgo para la salud mental vimos que la orientación sexual no está relacionada con ese riesgo mayor. En igualdad de condiciones no hay un riesgo particular para la salud mental de las personas con orientación homosexual o bisexual.”
Añade además que un trauma sexual en la niñez, los comportamientos insalubres, el tabaco, la falta de apoyo positivo o las interacciones sociales negativas son un riesgo mucho mayor que la propia orientación sexual.
Nuestro cerebro funciona de maravilla, nuestro organismo también. El problema, en caso de que lo tengamos, no lo provocamos nosotros, nos lo están provocando los demás.
El estudio, se publica en Australia justo en mitad del debate sobre el matrimonio igualitario. Uno de los argumentos que los defensores del matrimonio no se cansan de utilizar es que la aprobación de leyes que favorecen la igualdad del colectivo, aunque no nos afecte directamente, es beneficioso para todo el colectivo; del mismo modo que, por ejemplo, someterlas a un referéndum puede causar ansiedad y problemas a las personas del colectivo LGTB.
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