Detenidos seis jóvenes en Nigeria, acusados de mantener relaciones homosexuales
Descubiertos por una patrulla anti-vicio, 6 individuos han sido acusados de practicar la homosexualidad en el estado de Edo.
La Policía de Nigeria ha comunicado la detención de seis varones jóvenes, acusados de mantener relaciones homosexuales. Desde la portavocía policial se ha ofrecido a la prensa todo tipo de datos de los acusados, cuyos nombres, edad y fotografía se han difundido ampliamente por los medios de comunicación, con el consiguiente peligro de represalias y estigmatización por parte de una sociedad profundamente homófoba. Los cargos presentados pueden ocasionarles una condena de hasta 14 años de prisión.
Las detenciones se produjeron en Benin City, capital del estado sureño de Edo, por parte de agentes de la brigada antivicio. Cinco de los jóvenes fueron apresados el pasado 9 de mayo, a las 6 de la tarde del miércoles, 11 de mayo, en las inmediaciones de la Universidad de Benson Idahosa, cuando intentaban escapar de la ciudad. mientras que el restante lo fue el día 11, cuando intentaba huir de la ciudad.
El subinspector general de Policía a cargo de la zona 5 de Benin, Musa Daura, no ha tenido escrúpulos a la hora de exhibir a los sospechosos y obligó a los detenidos a posar para una fotografía, si bien de espaldas, que fue facilitada a los medios de comunicación. También difundió sus nombres completos y edades, que están comprendidas entre los 20 y 28 años. Además ofreció una supuesta confesión, en la que los jóvenes admitían estar manteniendo relaciones homosexuales desde el año 2006.
La prensa, tan homófoba como la sociedad a la que se dirige, ha titulado la noticia como la detención de “una banda gay”, con profusos datos de acusaciones entrecruzadas de los detenidos, cuya obtención y veracidad deben mantenerse en duda. También ha destacado las declaraciones del subinspector Daura, que calificaba así la detención: “Estarán de acuerdo conmigo en que este delito es un delito contra la humanidad y la naturaleza, un acto abominable que debe ser condenado en todas sus ramificaciones”. El subinspector justificaba su actuación en que la homosexualidad es una “tendencia preocupante” en Nigeria.
Con un lenguaje repugnantemente homófobo la prensa describe así el asunto: Al parecer uno de los detenidos, Festus Osagiede, considerado el líder del grupo, se dedicaba a atraer a los demás hasta un establecimiento de ocio, donde los seducía una vez estaban en estado de embriaguez. «Después de que se emborrachó el tercer sospechoso, Festus Osagiede le invitó a su casa y le forzó a tener relaciones carnales con él (…). Desde entonces, han estado cometiendo el mismo crimen con los otros hasta el 9 de mayo de 2016, cuando una de sus víctimas salió corriendo y alertó a los detectives», la denominada patrulla anti-vicio de zona, según explica el inspector.
El más joven de los sospechosos, Hyacinth, alega que se vio forzado a cometer el acto sexual con Osagiede, quien le amenazó con matarlo si le contaba lo sucedido a alguien. Según explica «todo sucedió a finales del año pasado, cuando volvía de una fiesta de cumpleaños por la noche. No pude conseguir un transporte público para volver a casa. Me encontró con Festus de camino, me preguntó por qué estaba vagabundeando. Le pregunté si podía pasar la noche en su casa. Esa noche me tocó (…). Me penetró a la fuerza (…). Me dijo que si se lo decía a alguien, sabría dónde encontrarme a mí y a mi familia, que me iba a matar».
Sin embargo, la policía no parece aceptar su versión, describiendo el crimen como una «perturbadora tendencia» mediante la que los autores han formado camarillas, por lo que serán todos acusados hoy mismo, viernes. «Usted estaría de acuerdo conmigo en que este delito es una ofensa contra la humanidad y la naturaleza, un acto abominable que debería ser condenado por todos», explica el policía.
Desde los medios LGTB, como NoStringNg, se cuestiona incluso la propia acusación: “Es un hecho espantoso, ni ha habido ni aún hay ninguna evidencia en absoluto que demuestre que estos hombres son homosexuales, aparte de lo que han dicho en su confesión, que podrían haber proporcionado bajo coacción o llevados por el miedo. Y teniendo en cuenta que los sospechosos aún no han sido condenados por ningún delito, ¿por qué se dan a conocer sus nombres a los medios de comunicación? ¿Para difamarlos?”.
Los seis detenidos serán puestos a disposición judicial de inmediato, enfrentándose a la posibilidad de ser condenados hasta a 14 de prisión. En todo caso, sea cual sea la sentencia, es de temer que la amplia difusión de sus datos ya les haya condenado al ostracismo y a la violencia por parte de sus propios vecinos y familiares.
Violencia social y de estado
La homosexualidad es ilegal en Nigeria según los artículos 214 y 217 de su Código Penal y puede tener penas de hasta 14 años de cárcel.
La ley nigeriana castiga con penas que pueden llegar hasta los 14 años de cárcel (en el sur cristiano) o incluso hasta la muerte por lapidación (en los estados del norte en los que se aplica la ley islámica) por el delito de sodomía, es decir, por relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Pero desde la promulgación de una ley que agrava el tratamiento penal para todo aquello relacionado con la homosexualidad, no han cesado de sucederse los actos de barbarie de la población civil contra las personas LGTB, alentados por los líderes políticos y religiosos que han creado un ambiente de profunda homofobia social. La reforma contempla penas de 10 años de prisión por la exhibición pública o privada de una relación afectiva entre dos personas del mismo sexo, así como la pertenencia a cualquier tipo de asociación u organización de defensa de los derechos LGTB.
Hemos informado de algunos de estos terribles hechos, aunque es de suponer que la información de la mayoría de este tipo de actos execrables no alcance a los medios de comunicación occidentales.
En enero de 2014, una multitud de miles de personas rodeaba un tribunal islámico, donde se juzgaba a once hombres acusados de practicar la homosexualidad, exigiendo su ejecución inmediata. Meses después, cuatro de los detenidos, que confesaron los hechos probablemente bajo tortura, fueron condenados a recibir públicamente 15 latigazos y al pago de una multa o un año de prisión.
En febrero del mismo año, otra horda enfurecida asaltó los domicilios de doce homosexuales en la capital, Abuja, a quienes terminaron por arrancar de sus casas y golpearles incluso ante las puertas de la comisaría local. En las mismas fechas, en la localidad sureña de Port Harcourt, otros dos homosexuales fueron arrastrados fuera de su hogar y obligados a realizar actos sexuales ante una multitud agresiva.
En enero de 2015, la policía islámica de Kato, una ciudad al norte de Nigeria, comunicaba la detención de doce personas por participar en la celebración de una supuesta boda entre dos personas del mismo sexo. La ley vigente en Nigeria, anteriormente citada, castiga con hasta 14 años de prisión a quienes participen en una ceremonia de unión homosexual.
Actuaciones de este tipo provocaron que el Parlamento Europeo aprobara en marzo de 2014, con el acuerdo de los principales grupos, una resolución de condena a las leyes homófobas de Uganda y Nigeria. El texto de la resolución solicitaba su derogación y proponía que si no había marcha atrás se suspendiese a los dos países del acuerdo de Cotonú sobre intercambio comercial y asistencia entre la Unión Europea y los estados de África, Caribe y Pacífico.
Sin embargo, la directora del programa africano del Centro Europeo para la Gestión de Políticas de Desarrollo (ECDPM), Faten Aggard-Clerx, muy crítica con lo que considera una postura hipócrita de la Unión Europea, se preguntaba, en referencia a Nigeria, si el organismo europeo está dispuesto a “mantener sus valores a pesar de sus intereses en algunas partes de África”. Aggard-Clerx denunciaba que la Unión Europea no había alzado la voz contra las leyes homófobas aprobadas en Etiopía en 2004, pero sí lo hacía una vez que las condenas por homosexualidad iban a carecer de la posibilidad de indulto. También ponía el ejemplo del presidente de Uganda, Yoweri Museveni, muy criticado por aprobar una ley fuertemente homófoba, pero alabado por su papel en Sudán del Sur.
Fuente Dosmanzanas/ Universogay
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