Varios científicos de la Universidad de Arkansas han elaborado un estudio sobre el olfato y su relación con la motivación, la emoción y la homofobia titulado “El asco y las políticas sexuales” y publicado por la revista científica PLOS ONE. Entre otras cosas, el trabajo concluye que las personas expuestas a un ambiente impregnado de malos olores son menos propensas a aceptar o apoyar el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El trabajo tiene por objeto determinar cómo el asco puede ser un agente capaz de influir en las actitudes y comportamientos sociopolíticos. Para ello, el estudio contó con la colaboración de 57 participantes, aleatoriamente divididos en un grupo control y en un grupo experimental expuesto al hedor causado por ácido butírico –responsable del olor desagradable que encontramos en la mantequilla rancia o el sudor- puesto en las pistas de algodón ocultas en la habitación.

Se pidió a los participantes que cuantificaran en ese momento su sensación subjetiva de nausea, asco o repulsión en una escala que iba de “en absoluto” a “mucho”. Asimismo, se les pasó una serie de cuestionarios para que expresaran su grado de acuerdo o desacuerdo con varias cuestiones de índole sociopolítica. Cuatro ítems se referían al matrimonio entre personas del mismo sexo. También se les pidió que se definieran en una escala que iba de ”muy liberal” a “muy conservador” y que expresaran el grado de asco que les producían determinadas situaciones físicas, morales y sexuales. Estos dos últimos cuestionarios les fueron aplicados a los dos grupos en igualdad de condiciones ambientales (un tiempo después de que el grupo experimental se hubiera sometido al estímulo desagradable) para eliminar posibles sesgos.

Tras hacer el análisis estadístico los investigadores encontraron diferencias significativas entre los dos grupos al respecto de su opinión sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, que no eran atribuibles a otros factores. Así por ejemplo un 25,9 % de las personas expuestas al ambiente oloroso desagradable reaccionaron con una respuesta extremadamente negativa a la pregunta “si un amigo íntimo de la familia fuera gay, apoyaría su derecho a contraer matrimonio con alguien de su mismo sexo”, cosa que no sucedía en el grupo control (figura 1 del estudio).

De hecho, según concluye el estudio, la repugnancia basada en el olor parece guardar una estrecha correlación con las actitudes respecto a la moralidad. Los participantes expuestos al olor del ácido butírico se mostraron más conservadores sobre el sexo prematrimonial, la pornografía o la creencia en la literalidad bíblica, aunque el rechazo al mayor rechazo al matrimonio igualitario era el aspecto más destacado.

Esta investigación podría ser utilizada para explorar la manera de reducir la brecha causada por tales reacciones emocionales. “Estamos muy contentos por el interés que han despertado nuestros resultados y esperamos que puedan ser utilizados para abrir un diálogo entre partidarios y opositores del matrimonio homosexual, ayudando a las partes a comprender mejor lo que está impulsando sus intereses”, ha declarado Patrick Stewart, uno de los autores de la investigación.

General Ácido butírico, Olor, Patrick Stewart, PLOS ONE, Universidad de Arkansas