Fukuoka se convierte en la segunda gran ciudad de Japón con una ley de uniones de hecho para parejas del mismo sexo
Japón se encuentra entre los países con mayor índice de desarrollo humano del mundo y, sin embargo, es aquel (entre dicho grupo) que cuenta con menos legislación en materia de protección y reconocimiento de derechos LGTB. De hecho, ante la falta de políticas nacionales japonesas en este sentido, son las administraciones locales las que están dando pequeños pasos. Por ejemplo, con la aprobación de leyes de uniones de hecho para parejas del mismo sexo. Estas uniones no solapan el objetivo del activismo de luchar por el matrimonio igualitario, pero son un primer paso ante la inexistencia de cualquier otro reconocimiento hasta su aprobación. Fukuoka se acaba de convertir en la segunda gran ciudad de Japón en aplicar una ley de uniones de hecho, después de que el año pasado lo hiciera Sapporo.
Las parejas del mismo sexo de Fukuoka (una ciudad de un millón y medio de habitantes al norte de la isla japonesa de Kyushu) ya pueden registrar sus uniones de hecho ante la administración. Fue el pasado mes de febrero cuando se aprobó la nueva legislación local, pero el inició de su aplicación se estableció para el presente mes de abril. En septiembre de 2017 el alcalde de Fukuaka, Soichiro Takashima, se mostraba partidario de seguir los pasos Sapporo (la primera gran ciudad de Japón en aprobar una ley de uniones de hecho). “Consideraré la introducción de un marco de apoyo para las minorías sexuales que incluya las uniones de hecho, con la intención de crear una sociedad más inclusiva que reconozca la diversidad”, declaraba Takashima.
Aunque estas uniones no son equivalentes a la figura del matrimonio plenamente igualitario (que sigue siendo objeto de reivindicación por parte del activismo LGTB japonés) reconocen derechos relativos a la vivienda, la posibilidad de beneficiarse de los seguros de la pareja o permitir las visitas hospitalarias, entre otras cuestiones.
El alcalde Takashima entregó el primer certificado de uniones de hecho a la pareja de formada por Miho Yamashita, de 27 años, y Anri Ishizaki, de 33. Ishizaki, que es activista trans y LGTB en Fukuoka Rainbow Educational Networks, aseguraba a los medios de comunicación tras el enlace que “ya hemos pasado nuestras vidas juntas como familia, pero estamos contentas porque sentimos que recibimos felicitaciones de la sociedad”.
En el siguiente vídeo se recogen algunos momentos de la unión de hecho entre esta primera pareja LGTB:
Los primeros antecedentes en Japón
La ciudad de Iga (que ronda los 95.000 habitantes, en la prefactura de Mie) se convertía en diciembre de 2015 en el cuarto municipio japonés en abrir a las parejas del mismo sexo la posibilidad de unirse civilmente. Aunque en Japón, como decíamos, tampoco se ha aprobado todavía el matrimonio igualitario, varias ciudades han tomado la delantera, aprobando la inclusión de parejas del mismo sexo en los registros de uniones de hecho.
La primera administración japonesa que anunció la apertura de uniones civiles entre parejas de gais y lesbianas fue la de Shibuya (un distrito especial de Tokio). Por su parte, Setagaya (como Shibuya, otro de los 23 distritos que conforman la municipalidad metropolitana de Tokio) secundaba poco después la iniciativa y se convertía en el segundo territorio japonés en ponerla en marcha.
Asimismo, en la ciudad de Takarazuka, en la prefectura de Hyogo, se iniciaba el pasado mes de junio la expedición de certificados de asociación a las parejas homosexuales. A diferencia de lo que ocurre en Shibuya, los registros de parejas de hecho en Takarazuka y Setagaya no exigen a las empresas privadas que reconozcan a las parejas homosexuales.
Los resultados de una encuesta realizada en el país nipón a finales de 2015 constatan que un 51% de la ciudadanía sería partidaria de la aprobación del matrimonio igualitario. Una gran evolución, teniendo en cuenta que hasta épocas recientes la homosexualidad era un tema tabú en la sociedad japonesa. Otro importante reconocimiento llegaba en julio de 2016, cuando el Ministerio de Trabajo de Japón incluía la discriminación hacia empleados LGTB como una forma de acoso sexual.
Aunque ningún país asiático ha aprobado por el momento el matrimonio igualitario, la situación del colectivo es diametralmente opuesta en los distintos países del continente. Japón y Taiwán furon pioneros en experimentar avances locales en el reconocimiento de las parejas del mismo sexo (aunque Taiwán está tomando la delantera, a pesar del escoyo de los grupos religiosos). Sin embargo, en algunos como Malasia, Brunéi o la India, , entre otros, las personas LGTB son víctimas de la homofobia de estado y la intransigencia social. Por el contrario, además de Taiwán y Japón, otros países como Vietnam van posicionándose en líneas más aperturistas e igualitarias (si bien no al ritmo que cabría desear).
Fuente Dosmanzanas
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