Andras Janos Vass y Viktor Berki

Dos individuos  que fueron detenidos en 2014 son condenados por tráfico de personas tras mantener a otros tres individuos como esclavos sexuales contra su voluntad en una vivienda en el condado de Miami-Dade.

Tras sólo cuatro horas de deliberación, este miércoles, 2 de febrero, un jurado de Miami-Dade declara culpables de conspiración, extorsión y tráfico de personas a Gabor Acs, de 31 años de edad, y Viktor Berki, de 28 años, ambos de nacionalidad húngara, quienes habrían retenido contra su voluntad a 3 hombres homosexuales a los que habrían obligado a cometer actos sexuales y prostituirse a lo largo de varios meses en Miami y Nueva York. Visto para sentencia, los acusados se enfrentan a penas de hasta 200 años de cárcel.

«Lo que dijeron sobre la coacción nunca sucedió (…). Estaban haciendo lo que querían hacer y lo hacían de la manera que querían», declaraba Ronald Manto, abogado de Berki en el juicio, quien ha basado su estrategia de defensa en que los acusados son unos oportunistas que han utilizado a sus clientes para conseguir el visado estadounidense, inventando una denuncia falsa con el objetivo de evitar su deportación de vuelta a Hungría. De esta manera, el jurado ha tenido que determinar si las víctimas formaban o no parte de las actividades sexuales de manera consentida.

Destapado por el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, en octubre de 2013, al sospechar que se estaba cometiendo un delito de tráfico de personas, se trata en realidad del segundo juicio referente a este caso, después de que la Unidad de Tráfico Humano del Fiscal del Estado de Miami-Dade consiguiera en 2015 una condena de poco más de 11 años para un tercer hombre involucrado en la operación, Andras Janos Vass, de 24 años de edad y el primer procesado por prostitución gay en Florida.

Según ha determinado la investigación, Acs y Berki entraron en contacto con sus víctimas en Hungría, con dos a través de una página de contactos, GayRomeo.com, mientras que contactaron con la tercera a través de Facebook, quien ya se encontraba en ese momento ejerciendo la prostitución «viviendo con gitanos». Las tres víctimas han declarado que fueron engañados para viajar hasta Nueva York, donde les habían prometido trabajar en un negocio legal en los Estados Unidos. Posteriormente serían trasladados a Miami, donde han estado viviendo en condiciones precarias, aislados entre sí, indocumentados, sometidos bajo amenazas y violencia si intentaban escapar. Además de que les proporcionaban una alimentación escasa, les obligaban a practicar actos sexuales durante todo el día, en ocasiones con juguetes eróticos, a veces delante de cámaras online.

«Estas víctimas no encajan con estos acusados. Tenían 20 años de edad y no tenían la suficiente formación, estaban desesperados por el dinero, vinieron aquí sin hablar el idioma, sin apenas dinero estadounidense a su nombre (…). El tráfico humano, la esclavitud moderna, no se tolera para nadie, y todos están protegidos», declaraba la fiscal, Branda Mezick, en su alegato final.

Fuente Universogay

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Las víctimas eran obligadas a tener relaciones sexuales con los clientes hasta 20 horas al día. Antes de convertirse en un cómplice de esta red de prostitución uno de sus promotores, Andras Vass, de 25 años de edad, fue él mismo una víctima y le obligaron a casarse con un hombre. El detenido se enfrentaba a una pena máxima de 155 años pero un tribunal de Florida le ha condenado este martes, 15 de diciembre, a 11 años de prisión. Vass, de origen húngaro, fue declarado culpable de tráfico de personas y de crimen organizado el pasado mes de abril.

Vass y otras dos personas captaban a hombres húngaros con edades comprendidas entre los 20 y 22 años de edad para trabajar para su empresa – Never Sleep Inc – con promesas de pagarles entre 3500 a 5000 dólares (3200 a 4600 euros) mensuales por trabajar como escoltas.

En cambio, fueron ‘encarcelados’ en un apartamento de un dormitorio en el condado de Dade, en Miami y forzados a tener relaciones sexuales con los clientes masculinos o con personas a través de la webcam con jornadas maratonianas que duraban entre 18 a 20 horas al día.

Los hombres no sabían hablar inglés y rara vez se les permite salir del apartamento. Además les confiscaron todo el dinero que ganaban y sus documentos de identidad y pasaportes.

“Sé muy bien que soy culpable”, dijo Vass a la corte. “Después de que cumpla mi condena me gustaría empezar una nueva vida limpia. Lo estoy pidiendo con la ayuda de Dios y rezo todos los días para lograr el perdón“, ha dicho el acusado durante el juicio.

Los otros dos hombres acusados de dirigir la red de prostitución, Viktor Berki y Gabor Acs, todavía están a la espera de juicio.

Fuente Ragap

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Andras Janos Vass y Viktor Berki son dos de los sujetos detenidos por tráfico sexual

Les obligaban a mantener relaciones sexuales o hacer shows ante webcam durante 18 horas al día

Tres personas de nacionalidad húngara atrajeron con engaños a tres muchachos gays a Estados Unidos para hacerlos trabajar como “esclavos sexuales” por hasta 20 horas al día en Nueva York y Miami, dijo la fiscalía el viernes.La industria del porno gay ha mitificado la figura del macho húngaro, algo que han tratado de explotar en Florida durante los últimos años una red de prostitución que atraía a jóvenes de 20 años de aquel país con la promesa de que iban a cumplir el sueño americano y, finalmente, lo que obtenían era una vida de esclavos sexuales, como ha descrito la policía después de su desarticulación.

Los sospechosos de ser jefes de la banda, tres ciudadanos húngaros,   — Gabor Acs, Viktor Berki y Andras Janos Vass — fueron encausados en el tribunal estatal de Miami-Dade bajo cargos de tráfico humano y crimen organizado y se enfrentan a cargos de tráfico sexual como presuntos cabecillas de la red que operaba en el Sur de Florida. Acs, Berki y Vass dirigían una compañía llamada Never Sleep Inc.

De acuerdo con las autoridades, los jefes de la banda conocieron a dos de las víctimas en Hungría a través de un website llamado GayRomeo.com. Otra víctima estaba “viviendo con los gitanos” como prostituto cuando conoció a Acs a través de Facebook.

En el 2012, las tres víctimas — todos de poco más de 20 años — fueron llevados a Nueva York para trabajar en lo que ellos creían era un negocio legal en Estados Unidos. Las víctimas “creyeron que sólo estarían en Nueva York por unos pocos meses para hacer decenas de miles de dólares antes de regresar a su país y a sus familias”, escribió la agente federal Melissa Pavlikowski en una orden de arresto. 

Pero en Nueva York, los jóvenes fueron obligados a vivir en un diminuto apartamento de un dormitorio y a llevar a cabo actos sexuales día y noche, a veces con clientes y otras en cámaras en vivo, de acuerdo con la orden de arresto. Hasta ocho hombres vivieron y trabajaron en el apartamento.

Las víctimas recibían muy poco dinero, les arrebataron sus documentos de viaje y no se les permitía salir del apartamento. Uno de ellos tenía terror de irse luego que “Berki le dijo que él era policía en Hungría y tenía muchos contactos allí, lo cual [la víctima] interpretó como una amenaza a él y a su familia”, afirmó la orden de arresto. Cuando otra víctima insistió en que quería regresar a Hungría, Berki le dijo que él “podría hacerlos desaparecer a todos como si nunca hubieran existido”.

“Estos individuos vinieron de otro país a explotar a personas vulnerables, pero usaron los mismos métodos básicos de miedo e intimidación que usan los traficantes de todas partes para sacar ganancias”, dijo la fiscal estatal de Miami-Dade Katherine Fernández-Rundle.

En agosto del 2012, el grupo se mudó a Miami, donde los jefes de la banda insistieron que los jóvenes no tendrían que seguirse prostituyendo. Pero su negocio empezó a operar de nuevo desde una casa de la cuadra de los 13300 de NW 8 Lane. Una vez en Miami, los hombres se veían obligados a ejercer la prostitución o actos sexuales  delante de una webcam durante 18-20 horas al día, aseguran los fiscales. Todos los pagos de estas actuaciones sexuales y online iban a parar a las cuentas  de Acs, Berki y Vass, según ha sido acreditado por los investigadores.

Las víctimas aseguran que los sospechosos “utilizan diversas técnicas para mantenerlos esclavizados, como aislarlos de los demás, la retención de sus documentos de viaje así como la identificación y el uso de la manipulación financiera para mantenerlos en deuda constante”, según asegura la oficina del Fiscal del Estado en un comunicado.

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