Los registros de Chile comienzan a tramitar las primeras peticiones de unión civil entre personas del mismo sexo
Este acuerdo no refrenda el derecho a la adopción de parejas homosexuales. El AUC también reconoce las uniones civiles realizadas en el extranjero.
Parejas homosexuales acudieron este jueves a oficinas del Registro Civil en Chile para reservar una hora con el fin de acceder al Acuerdo de Unión Civil (AUC), una inédita medida que les permitirá legalizar su situación de pareja. El AUC, aprobado en enero de este año en el Congreso chileno, permite a las parejas del mismo o diferente sexo regular su convivencia y crea un nuevo estado civil accesible a parejas heterosexuales y homosexuales, una demanda histórica de la comunidad gay.
“Fuimos la primera pareja inscrita para el AUC en Viña del Mar (centro), la funcionaria en foto”, anunció Felipe Egido en su cuenta de Twitter este jueves, en un mensaje que aparece acompañado de una foto de su pareja y de la funcionaria del registro civil que los inscribió.
A principios de año informábamos sobre la aprobación definitiva, en el Parlamento de Chile, del Acuerdo de Unión Civil (una ley de parejas de hecho, abierta a parejas del mismo y de distinto sexo) y en abril, de su promulgación por la presidenta Michelle Bachelet. El pasado jueves día 9, se abrió el plazo de petición de horario en todas las oficinas del Registro para las parejas que deseen celebrar su unión civil a partir del 22 de octubre. La cuenta de Twitter del MOVILH (Movimiento de Integración y Liberación Homosexual) recoge solo algunos de los mensajes de celebración que han circulado (y siguen haciéndolo) en esta popular red social. Con todo, y a pesar de la lógica alegría, la comunidad LGTB continúa sin renunciar al matrimonio plenamente igualitario y a la adopción por parte de familias homoparentales. “Esperamos poder solucionarlo en el corto plazo con una ley de matrimonio igualitario”, asegura Óscar Rementería, uno de los portavoces del MOVILH.
La propia organización LGTB chilena destacaba en un tuit que no hay “nada más emocionante que ver feliz a una pareja que esperó igualdad por 30 años” y expresaba que “tarde o temprano, así es. Qué felicidad”. Precisamente, la pareja a la que se refería el MOVILH es la que podéis ver en la fotografía de arriba. Tal y como resume Rementería, esta ley es el primer reconocimiento en Chile de las uniones afectivas entre personas del mismo sexo y, además, regula aspectos fundamentales de la convivencia como algunos relacionados con derechos sanitarios, patrimoniales, de seguridad social, de herencia o de reconocimiento de estado civil específico, entre otros. Hasta la llegada de esta ley, si uno de los miembros de una pareja de hombres o de mujeres era ingresado en un hospital, por ejemplo, podía encontrarse con la amarga situación de no ser visitado en el hospital por la persona amada, en caso de tener una familia biológica homófoba que lo impidiera.
Podéis ver a continuación la entrevista que CNN Chile le realiza al activista Óscar Rementería:
A partir de las 08:30, hora local, parejas homosexuales acudieron a las salas del registro para inscribirse sin costo alguno en el AUC, y poder celebrar esta inédita unión que fue un proyecto de ley que el expresidente derechista Sebastián Piñera envió al Congreso en 2011. Cuatro años después, el AUC se aprobó bajo el gobierno de Michelle Bachelet, y permitirá contraer un vínculo civil a partir de octubre.
“Es un momento histórico. El Estado por fin reconoce a las parejas que conviven“, dijo la ministra de Justicia, Javiera Blanco. El AUC permite a las parejas no casadas compartir bienes a nivel jurídico, recibir herencias y pensiones o ser carga en el sistema de salud, entre otros derechos. Este acuerdo no refrenda el derecho a la adopción de parejas homosexuales. Sin embargo, en caso de que los padres biológicos estén inhabilitados por alguna razón, el cuidado de los menores se otorgará a los convivientes si esto se considera del interés del niño. El AUC también reconoce las uniones civiles realizadas en el extranjero. Para acceder al AUC, las parejas deben cumplir requisitos como ser mayores de edad, no estar casados, contar con una libre administración de sus bienes y consentir de manera voluntaria el acuerdo en Chile, un país tradicionalmente conservador y de gran influencia de la iglesia Católica.
Como decíamos al principio de este post, la aprobación del Acuerdo de Unión Civil no significa, en absoluto, que los activistas LGTB chilenos abandonen la lucha por el matrimonio igualitario, que Michelle Bachelet prometió promover en campaña (“Matrimonio igualitario: convocaremos a un debate abierto, con participación amplia para la elaboración y posterior envío de un proyecto de ley en esta materia”, decía literalmente su programa). Aunque no queda duda, por otra parte, que este nuevo marco legal de uniones civiles allana el camino del matrimonio igualitario. En febrero el Gobierno de Chile y el MOVILH acercaban posturas para llegar a una solución amistosa a la demanda interpuesta por este colectivo en 2012 contra el estado chileno, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIHD), por prohibir el matrimonio igualitario.
La reciente ley de parejas de hecho o de uniones civiles incluye dos aspectos importantes: por una parte, el reconocimiento de los matrimonios LGTB contraídos fuera de Chile (MOVILH cita, por ejemplo, los celebrados en Argentina o en España) y, por otra, la posibilidad de mantener la custodia de los hijos de la pareja en caso de fallecimiento o inhabilitación de los padres biológicos. No obstante, la adopción es un tema aparte. En estos momentos se está debatiendo en el Congreso Nacional su posible aprobación. El Gobierno de Bachelet es partidario de que se de luz verde a la adopción homoparental. Así lo transmitió la ministra de Justicia, Javiera Blanco, tras reunirse con el MOVILH, la principal organización LGTB de Chile.
Al igual que ocurre en países como el nuestro, con avanzadas leyes a favor de la igualdad LGTB (que no invalidan, por otra parte, la reivindicación continua por mejorar el techo legislativo), los avances políticos y legales no radican la homofobia social y las deleznables expresiones o actos motivados por el odio. Nuevamente, los ultras han utilizado las redes sociales para escupir la bilis que les genera el camino hacia una sociedad igualitaria. Por citar alguno, nos parece especialmente repugnante el tuit (ya borrado) del usuario ‘Patria y Libertad’ (sic), que decía, textualmente, lo siguiente: “púdranse con su promiscua causa gay. Que el sida los acabe a todos luego, maricones repulsivos”. Nuestra intención no es hacerle publicidad a este tipo de personajes desalmados, sino denunciar la impunidad de sus acciones y exigir responsabilidades punitivas por la incitación al odio y a la discriminación.
Otro usuario de Twitter, Tommy Malbran, se hacía eco del tuit de este sujeto radical (que se autodefine como “nacionalista, patriota anticomunista, católico-cristiano, antiaborto y siempre por la derecha”) y se lamentaba de que “esto siga ocurriendo… ¿libertad? ¿De que libertad habla?”. En realidad, conocemos bien la libertad por la que aboga este perfil de ultras: la suya, para decidir el modelo social que imponer a la ciudadanía y para someter a los que piensan o sienten de modo diferente.
Fuente Dosmanzanas y Cáscara amarga
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