Un periódico conservador polaco invita a sus lectores a señalar zonas «libres de LGTB»
El semanario derechista Gazeta Polska ha obsequiado a sus lectores con una pegatina LGTbfoba. La iniciativa, que arrancó el pasado 24 de julio, busca normalizar el discurso del odio contra la diversidad sexual en el ámbito público. El medio es un conocido defensor de las tesis del ultraconservador Ley y Justicia (PiS), el partido que gobierna en Polonia.
Nuevo peldaño en la escalada de LGTBfobia que vive Polonia. El semanario derechista Gazeta Polska ha obsequiado a sus lectores con un adhesivo con un mensaje abiertamente LGTBfobo: una bandera arcoíris tachada con una X negra acompañada del lema «Strefa wolna od LGBT» («Zona libre de LGTB»). Un símbolo que persigue atemorizar a las personas LGTB allí donde se coloque e impedir que estas se sientan libres y seguras, demonizándolas y convirtiéndolas, en el imaginario colectivo, en un perjuicio para la integridad moral del país.
No hablamos, conviene precisar, de un medio de comunicación marginal, sino una de las principales publicaciones periódicas del país (la séptima en difusión). No es de extrañar que muchos hayan establecido paralelismos entre estas pegatinas y carteles como los utilizados en los territorios ocupados por la Alemania nazi en los que se prohibía la entrada «a perros y a judíos» a distintos establecimientos y negocios.
La campaña de odio ha despertado múltiples críticas. Paweł Rabiej, vicealcalde de Varsovia -la capital polaca-, ha anunciado una demanda ante la Fiscalía. «Los nazis crearon zonas libres de judíos.Una tradición que cuenta con fieles seguidores, en esta ocasión en Polonia», señaló en redes sociales, añadiendo que todo esto sucedía «bajo el paraguas» del Gobierno polaco y de los obispos. Rabiej, abiertamente gay, forma parte de una de las escasas administraciones LGTB-friendly del Estado polaco: el alcalde de Varsovia, Rafał Trzaskowski, firmó hace unos meses una declaración de apoyo a la comunidad LGTB y lucha contra la discriminación (la primera de este tipo que se aprobaba en Polonia).
Una respuesta que ha tenido especial repercusión ha sido la de la embajadora de Estados Unidos en Polonia, Georgette Mosbacher. A través de Twitter, la diplomática publicó un mensaje en el que se mostraba «decepcionada y preocupada» por la difusión de pegatinas que promueven «el odio y la intolerancia». «Respetamos la libertad de expresión, pero debemos estar unidos del lado de valores como la diversidad y la tolerancia», añadía Mosbacher, cuya embajada se implicó de forma destacada en el pasado Orgullo de Varsovia. El director de Gazeta Polska, Tomasz Sakievicz, respondió a la embajadora que las pegatinas eran la respuesta de su periódico a los que querían «imponer sus puntos de vista a la fuerza», en referencia al colectivo LGTB y recordó el apoyo histórico que Polonia ha brindado a los Estados Unidos.
Un tribunal paraliza la difusión de las pegatinas
Habrá que ver el alcance de una iniciativa que para bien o para mal cuenta ya con el éxito de haber tenido gran repercusión internacional, y que se suma a otros pasos atrás que se vienen dando en el país eslavo, como la oposición (junto a Hungría) del Gobierno polaco a la aprobación de un documento de la Unión Europea favorable a los derechos del colectivo LGTBI, la posición favorable de su presidente a prohibir en las aulas la educación en la diversidad afectivo-sexual y de género, la prohibición del Orgullo de Lublin el pasado año o los graves incidentes de hace pocos días contra los participantes en el primer Orgullo de Białystok.
Por lo pronto, un tribunal de Varsovia ha paralizado cautelarmente la distribución de las pegatinas, en respuesta a una demanda del activista Bartosz Staszewski. Además de esta y de la anunciada por el vicealcalde de Varsovia, al menos otra tercera demanda ha sido interpuesta por varias personalidades del país, entre las que se encuentra la conocida directora de cine Agnieszka Holland. Numerosas librerias se han negado a distribuir el semanario con la pegatinas. Es poco probable, sin embargo, que este tipo de protestas hagan mella en el sector más conservador de la sociedad polaca, que continúa apoyando sin fisuras al PiS, ganador de las pasadas elecciones europeas y firme candidato a revalidar su triunfo en las próximas elecciones generales (que deben tener lugar no más allá del mes de noviembre). El PiS, recordemos, es aliado en el Parlamento Europeo de Vox, la formación española de extrema derecha con la que comparte ideario contrario a los derechos LGTBI.
Fuente Dosmanzanas
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