Archivo

Entradas Etiquetadas ‘Tiempo de Navidad’

25 Diciembre- Solemnidad de la Natividad del Señor

Martes, 25 de diciembre de 2018
Comentarios desactivados en 25 Diciembre- Solemnidad de la Natividad del Señor

Navidad-ciclo-C

“… y habitó entre nosotros”

(Jn 1, 1-18)

Te voy a contar una situación real. Una chica cristiana, no practicante, bastante indiferente ante la iglesia, empezó a trabajar en un centro de educación religioso. A comienzos de diciembre la directora le estuvo enseñando el belén, que ella misma había estado colocando durante el fin de semana con algunos familiares. Un belén muy grande, puesto con mucho cariño y gusto, a sabiendas de que lo iban a admirar los alumnos, los trabajadores del centro, las familias de los alumnos… Tenía un sinfín de detalles, hasta un huerto con calabazas. Esta chica, a pesar de su fe adormilada, estaba enamorada de las fiestas navideñas. Las comidas familiares, cenas con amigos, las luces de las calles, los adornos, villancicos, la cabalgata de los reyes magos, hasta del cortylandia; de todo ese ambientillo que se crea y respira estos días.

Ahí estaba ella, entusiasmada con el belén que tenía delante, cuando se dio cuenta de que faltaba el Niño. Dudó entre decírselo o no a la directora ya que pensaba que se le había olvidado. Al final le preguntó: “¿y el niño?”. La religiosa no disimuló su sorpresa ante la pregunta y tras unos momentos de silencio contestó: “Es que todavía no ha nacido Jesús, lo pondré el día 24 por la tarde”. Más sorprendida se quedó la chica por esa ocurrencia de esperar hasta el día de Nochebuena para poner al Niño en su pesebre, hasta entonces vacío.

Ya ha llegado el día, es Navidad. Y esto de caer en la cuenta de cuándo ponemos al Niño en el belén, puede ser un buen termómetro que nos indique desde dónde celebramos la Navidad: desde el dejarnos llevar por lo externo o desde la fe. Porque, ¿qué celebramos en realidad?, ¿el nacimiento de Jesús, sin más, o que esa Palabra que ya existía en el principio se hizo uno de los nuestros? Sí, uno de los nuestros, un ser humano con su proceso, como tú y yo; desde su nacimiento, hasta la muerte, y, mientras, habitando entre nosotros. Esa Palabra, que es Dios mismo, hoy vuelve a nacer con el deseo de vivir la realidad del mundo, la nuestra.

Oración

Bendita seas, Trinidad Santa.

La que eras en el principio, la que eres hoy y la que serás por todos los siglos. Amén.

*

Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa

***

Biblia, Espiritualidad , , ,

“El Espíritu de Jesús”. El Bautismo del Señor – B (Marcos 1,7-11)

Domingo, 7 de enero de 2018
Comentarios desactivados en “El Espíritu de Jesús”. El Bautismo del Señor – B (Marcos 1,7-11)

09_baut_bJesús apareció en Galilea cuando el pueblo judío vivía una profunda crisis religiosa. Llevaban mucho tiempo sintiendo la lejanía de Dios. Los cielos estaban «cerrados». Una especie de muro invisible parecía impedir la comunicación de Dios con su pueblo. Nadie era capaz de escuchar su voz. Ya no había profetas. Nadie hablaba impulsado por su Espíritu.

Lo más duro era esa sensación de que Dios los había olvidado. Ya no le preocupaban los problemas de Israel. ¿Por qué permanecía oculto? ¿Por qué estaba tan lejos? Seguramente muchos recordaban la ardiente oración de un antiguo profeta que rezaba así a Dios: «Ojalá rasgaras el cielo y bajases».

Los primeros que escucharon el evangelio de Marcos tuvieron que quedar sorprendidos. Según su relato, al salir de las aguas del Jordán, después de ser bautizado, Jesús «vio rasgarse el cielo» y experimentó que «el Espíritu de Dios bajaba sobre él». Por fin era posible el encuentro con Dios. Sobre la tierra caminaba un hombre lleno del Espíritu de Dios. Se llamaba Jesús y venía de Nazaret.

Ese Espíritu que desciende sobre él es el aliento de Dios, que crea la vida, la fuerza que renueva y cura a los vivientes, el amor que lo transforma todo. Por eso Jesús se dedica a liberar la vida, a curarla y hacerla más humana. Los primeros cristianos no quisieron ser confundidos con los discípulos del Bautista. Ellos se sentían bautizados por Jesús, no con agua, sino con su Espíritu.

Sin ese Espíritu, todo se apaga en el cristianismo. La confianza en Dios desaparece, la fe se debilita. Jesús queda reducido a un personaje del pasado, el Evangelio se convierte en letra muerta, el amor se enfría y la Iglesia no pasa de ser una institución religiosa más.

Sin el Espíritu de Jesús, la libertad se ahoga, la alegría se apaga, la celebración se convierte en costumbre, la comunión se resquebraja. Sin el Espíritu, la misión se olvida, la esperanza muere, los miedos crecen, el seguimiento a Jesús termina en mediocridad religiosa.

Nuestro mayor problema es el olvido de Jesús y el descuido de su Espíritu. Es un error pretender lograr con organización, trabajo, devociones o estrategias pastorales lo que solo puede nacer del Espíritu. Hemos de volver a la raíz, recuperar el Evangelio en toda su frescura y verdad, bautizarnos con el Espíritu de Jesús.

No hemos de engañarnos. Si no nos dejamos reavivar y recrear por ese Espíritu, los cristianos no tenemos nada importante que aportar a la sociedad actual, tan vacía de interioridad, tan incapacitada para el amor solidario y tan necesitada de esperanza.

José Antonio Pagola

Audición del comentario

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

“Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”. Domingo 07 de enero de 2017. Bautismo del Señor. Domingo primero ordinario-

Domingo, 7 de enero de 2018
Comentarios desactivados en “Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”. Domingo 07 de enero de 2017. Bautismo del Señor. Domingo primero ordinario-

20160WLeído en Koinonia:

Isaías 42,1-4.6-7: Mirad mi siervo, a quien prefiero.
Salmo responsorial: 28: El Señor bendice a su pueblo con la paz.
Hechos de los apóstoles 10, 34-38: Ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo.
Marcos 1,7-11: Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.

 Hoy, como comunidad de creyentes, celebramos el bautismo de Jesús y, junto con él, nuestro bautismo. Así pues, las lecturas de este día nos ofrecen tres elementos que identifican el verdadero bautismo en el Señor.

Un primer elemento lo encontramos en el texto de Isaías, quien nos habla de la actitud del siervo de Dios; éste ha sido llamado y asistido por el Espíritu para llevar a cabo una especial misión en el pueblo de Israel: hacer presente con su vida la actitud misma de Dios para con la humanidad; es decir, evidenciar que Dios instaura su justicia y su luz por medio de la debilidad del ser humano. Por tanto, la tarea de todo bautizado es testimoniar que Dios está actuando en su vida; signo de ello es su manera de existir en medio de la comunidad; debe ser una existencia que promueva la solidaridad y la justicia con los más débiles, pues en ellos Dios actúa y salva; en ellos se hace presente la liberación querida por Dios.

El segundo elemento está presente en el relato de los Hechos de los Apóstoles. La intención central de este relato es afirmar que el mensaje de salvación, vivido y anunciado por Jesús de Nazaret, es para todos sin excepción. La única exigencia para ser partícipe de la obra de Dios es iniciar un proceso de cambio (respetar a Dios y practicar la justicia), que consiste en abrirse a Dios y abandonar toda clase de egoísmo para poder ir, en total libertad, al encuentro del otro, pues es en el otro donde se manifiesta Dios. A ejemplo de Jesús, todo bautizado tiene el deber de pasar por la vida “haciendo el bien”; tiene la tarea constante de cambiar, de despojarse de todo interés egoísta para poder así ser testigo de la salvación.

El evangelio de Mateo desarrolla el tercer elemento que identifica el verdadero bautismo: La obediencia a la voluntad del Padre. “La justicia plena” a la que se refiere Jesús en el diálogo con Juan el Bautista manifiesta la íntima relación existente entre el Hijo de Dios y el proyecto del Padre. Esto significa que el bautismo es la plenitud de la justicia de Dios, ya que las actitudes y comportamientos de Jesús tienen como fin hacer la voluntad de Dios. Esta obediencia y apertura a la acción de Dios afirma su condición de hijo; es hijo porque obedece y se identifica con el Padre. Esta identidad de Jesús con el Padre (ser Hijo de Dios) se corrobora en los sucesos que acompañan el bautismo: El cielo se abre, desciende el Espíritu y una voz comunica que Jesús es Hijo predilecto de Dios. Es «hijo» a la manera del siervo sufriente de Isaías (Is 42,1): hijo obediente que se encarna en la historia y participa completamente de la realidad humana. El bautismo, en consecuencia, provoca y muestra la actitud de toda persona abierta a la divinidad y voluntad de Dios; y hace asumir, como modo normal de vida, el llamado a ser hijos de Dios, identificándonos en todo con el Padre y procurando, con nuestro actuar, hacer presente la justicia y el amor de Dios. Por desgracia, en la actualidad el bautismo se ha limitado al mero rito religioso, desligándolo de la vida y la experiencia de fe de la persona creyente. Se ha olvidado que el bautismo es el hecho fundamental del ser cristiano, pues evoca la vida, la muerte y la resurrección de Cristo y la participación de todo cristiano en este misterio. El bautismo viene a significar en síntesis, y teniendo en cuenta los elementos descritos anteriormente, la entrega generosa a Dios y a los hermanos a ejemplo del mismo Cristo. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

7.1.18. Bautismo de Jesús, una humanidad (¿una iglesia?) por bautizar

Domingo, 7 de enero de 2018
Comentarios desactivados en 7.1.18. Bautismo de Jesús, una humanidad (¿una iglesia?) por bautizar

a1_teofania-jordanDel blog de Xabier Pikaza:

Terminó ayer (6 del 1) el tiempo de Navidad con la epifanía. De pronto, de un salto, la liturgia nos lleva hasta el Jesús adulto, bautizado por Juan, pasando de los magos sabios que buscan al niño-Dios nacido en Belén, al Jesús re-nacido en el Jordán, para iniciar su tarea de hombre-Dios.

El texto nos pone ante un hecho histórico (Jesús bautizado por Juan), pero el evangelio no narra un puro hecho material, sino la experiencia básica de re-nacimiento de Jesús, renacido del agua, para iniciar su taras mesiánica que culmina en la pascua.

Entre el rito externo (bautismo en agua) y la experiencia personal (bautismo en el Espíritu de Dios, nacer del Padre del cielo) hay una diferencia (son niveles distintos), pero también una profunda unidad, que el mundo actual puede y debe recuperar, si quiere renacer como cristiana. Estos son algunos de sus signos:

1. Nacemos del cosmos, es decir, del agua… Sin agua pura, con viento, con tierra y con fuego…, sin estrellas de cielo y galaxias no podemos nacer… De la tierra con agua brotamos, de un modo especial del agua. Sin bautismo de agua (de mundo) no somos humanos.

2. Nacemos de verdad si nos “nacen” (nos hacen nacer) unos iniciadores, que empieza siendo la madre y el padre, y, en nuestro caso,de un modo especial el profeta-bautista, aquel que nos dice “nace de Dios” (como una iglesia que nos dice: “renace del Padre, del Hijo y del Espíritu). Así bautizan,nos inician otros, haciendo que nos introduzcamos en el misterio, pues nadie renace sólo de sí mismo.

3. Pero tampoco hay bautismo real si no queremos “ser bautizados”, si no nos ponemos en manos del agua de Dios, por medio del “bautista”, en este caso Juan. No nos bautizamos si no dejamos que Dios nos “inmerja” (nos introduzca en su vida), de forma que en su vda vivimos, crecemos, nos movemos y somos, como Jesús (naciendo, al mismo tiempo del agua/vida cósmica y de la palabra del Bautista).

4. Finalmente, no hay bautismo si ese renacer en y por Dios (como Jesús), por el Espíritu, no nos pone (como a él) al servicio de la Vida de Dios, que es la salud y salvación de todos, la fraternidad en justicia, en gesto de amor activo, de compromiso por la libertad, de entrega por la llegada del Reino.

Desde aquí se plantea en la actualidad, año 2018, un gran tema.

1. En los países de vieja cristiandad, la iglesia y las familias han bautizado sin más a los niños, con la promesa de que ellos “asumirán” (aceptarán, desarrollarán) el sentido de este rito místico/social, naciendo de maduros a la vida del Dios de Cristo, al servicio de la comunión humana.

26168029_913501258827067_9096438164609043330_n2. Pero esa promesa bautismal tiende a diluirse…, de manera que apenas podemos asegurar que la iglesia (en esta sociedad, con estas familias…) educará al niño en el misterio del bautismo (que es nacer a la vida desde Dios).Hasta hace poco, el tema de bautizar o no bautizar a los niños era un tema de teoría…Ahora han terminado las puras teorías, pues va aumentando el número de aquellos que no bautizan a sus hijos, y aumentará sin duda, si las cosas no cambian muchísimo.

3. Empezamos a vivir en un mundo que está perdiendo el sentido y deseo del bautismo, en una sociedad que en general no siente la necesidad y el don de nacer de Dios, de renacer a la vida del “espíritu” (y que no bautiza sin más a sus hijos). Por eso se plantea el gran tema (¡tema sin respuesta fácil!) de cómo la iglesia y las familias pueden comprometerse hoy a bautizar a los niños si no tenemos la certeza de que de mayores asumirán el misterio y tarea del bautismo.

4. Pues bien, en esa línea, lo que para algunos es una pérdida (una fatalidad. ¡muchas familias no bautizan a sus hijos!), puede convertirse en una bendición y tarea más alta . Está llegando la hora de recuperar el bautismo como “sacramento original”: El sacramento y misterio de renacer (=nacer más intensamente), desde Dios, en la línea de Jesús. Nos hallamos ante una humanidad (y una iglesia) por bautizar, en invitación y gesto libre (¡en experiencia suprema!) de renacer desde la vida de Dios, retomando así el camino de Jesús, que hoy “comienza” (simbólicamente) a iniciar su tarea bautisma.

5. Evidentemente, no puedo resolver el tema, hoy día del bautismo de Jesús… Pero sé bien que el bautismo cristiano no es un papel administrativo, ni es un número de estadística eclesial, sino un compromiso de nacer y vivir desde (y en) el Dios de Jesús. A partir de aquí quiero desarrollar algunos elementos del evangelio de este domingo, como verá quien siga.

Imagen 1: Icono del bautismo de Jesús (en el agua madre, con Dios que le alumbra desde el “cielo”, con Juan que le inicia, en un mundo de misterio, abierto a lo angélico, a la justicia y comunión de Vida (al Reino).
Imagen 2: Sencillo baptisterio medieval, de una humilde iglesia de pueblo (San Morales, Salamanca, mi parroquia). En una iglesia/edificio, el baptisterio es más importante que el retablo, más importante que el mismo altar). Buen domingo del bautismo a todos los amigos del blog.

Texto: Mc 1

En aquel tiempo, proclamaba Juan:
—«Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias.
Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo».
Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán.
Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo:
—Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.

Y fue bautizado por Juan, en el Jordán

No se dice nada sobre el posible tiempo de su estancia junto al río, ni se indica si fue discípulo de Juan, ni si realizó él también, por un tiempo, una tarea de “bautista”, como socio e incluso como “competidor” de Juan (conforme a la noticia el cuarto evangelio: cf. Jn 3, 23-27; 4, 1).

Marcos pasa por alto (silencia u omite) esos aspectos, de tal forma que da la impresión de que Jesús sólo vino a ser bautizado. Vino él (como digo), pero no para quedarse, sino para “ser bautizado” por Juan, quien toma así la iniciativa. Jesús no vino para disponer y hacer, sino para que “hicieran” con él, es decir, para “dejarse hacer”, para que Juan le introdujera en el agua de la confesión de los pecados, en la línea de la esperanza israelita.

De lo que pasa con este bautismo no se dice aquí nada, como suponiendo que fue un rito preparatorio, que pertenece a la fase anterior de Jesús, antes de ser proclamado por Dios como Hijo suyo e investido del Espíritu Santo. En ese sentido podríamos decir que el bautismo por Juan pertenece a la prehistoria mesiánica de Jesús, de manera que no se distingue por eso de las muchedumbres que venían y se bautizaban con Juan.
En este bautismo no pasa nada que pueda ser reseñado, pues todo pertenece al mundo antiguo, con el agua de las purificaciones y del perdón de los pecados, una historia que no es todavía mesiánica (no es la historia del Hijo de Dios, que empezará después, cuando Jesús salga ya del agua). Así culmina la historia de Jesús según la carne, como diría Pablo (cf. Rom 1, 2-3; 2 Cor 5, 16).

Hasta aquí, Jesús ha sido un israelita que podía situarse en la línea de las profecías o promesas de David, un Jesús artesano, un penitente de Juan. Desde aquí comenzará su nueva etapa, como Hijo de Dios que se revela y actúa sobre el mundo, como destinatario y portador del bautismo en el Espíritu Santo.

Vio: Cielos rasgados, Espíritu santo

El bautismo de Juan pertenecía a un plano anterior, de confesión y perdón de los pecados, en un nivel quizá mesiánico, pero previo al bautismo en el Espíritu Santo que iniciará Jesús. Sólo después, una vez que él ha salido del agua, dejando ya de estar en manos del Bautista, empieza el tiempo nuevo de la revelación de Dios, vinculada a la bajada del Espíritu y a la voz de Dios.
Ésta es la experiencia de Jesús, la experiencia que la Iglesia ofrece a todos los cristianos, que pueden y deben descubrirse llenos del Espíritu Santo.

− Y pronto, saliendo del agua…

Del bautismo como tal Mateo, bajo el agua del Jordán, Mateo no dice nada, quizá porque se trata de un rito de conversión “para perdón de los pecados” (1, 4), y lo propio de Jesús ha de ponerse en otro plano… Ciertamente, desde un punto de vista histórico se puede y se debe analizar el sentido que para Jesús pudo tener la experiencia anterior del bautismo de Juan, vinculado a la conversión y confesión de los pecados. Pero a Mateo no le importa y, por eso, aunque lo cita, lo ha dejado a un lado, para hablar sólo de aquello que Jesús vio y escuchó tras salir del agua, esto es, tras el bautismo de Juan, recibiendo su “bautismo en el Espíritu Santo”. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Bautismo de Jesús.

Domingo, 7 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Bautismo de Jesús.

BAUTISMO DE JESUSDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

La elocuencia del silencio

            Acabamos de celebrar la fiesta de la Epifanía, con Jesús niño de menos de dos años, y de repente lo vemos ya adulto, en el momento del bautismo. De los años intermedios, si prescindimos de la visita al templo que cuenta Lucas, no se dice nada.

     Este silencio resulta muy llamativo. Los evangelistas podían haber contado cosas interesantes de aquellos años: de Nazaret, con sus peculiares casas excavadas en la tierra; de la capital de la región, Séforis, a sólo 5 kms de distancia, atacada por los romanos cuando Jesús era niño, y cuya población terminó vendida como esclavos; de la construcción de la nueva capital de la región, Tiberias, en la orilla del lago de Galilea, empresa que se terminó cuando Jesús tenía poco más de veinte años. Nada de esto se cuenta; a los evange­listas no les interesa escribir la biografía de su protagonista.

            Para explicar este silencio se aduce habitualmente la humildad de Dios, capaz de pasar desapercibido tanto tiempo, sin llamar la atención, sin prisas por cambiar al mundo, a pesar de todo lo que tiene que decir. Esta interpretación es válida, y deberíamos sacar de ellas consecuencias personales que frenasen nuestras prisas y deseos de notoriedad. Pero quien viene del Antiguo Testamento percibe también otro motivo. Los grandes personajes que en él aparecen nunca son importantes en sí mismos, sino por lo que contribuyen al progreso de la historia de la salvación. De Abrahán, Moisés, Josué, Isaías, Jeremías, Ezequiel… nos faltan infinidad de datos biográficos. A veces conocemos detalles pequeños sobre su familia o infancia. Pero, en general, su biografía comienza con el momento de la vocación, cuando el personaje queda al servicio de los planes de Dios.

            En el caso de Jesús se aplica el mismo principio, para subrayar la importancia capital del bautismo como experiencia personal que transforma totalmente su vida. Todo lo anterior, aunque nos sorprenda, carece de interés. Es ahora, en el bautismo, cuando comienza la «buena noticia».

El bautismo de Jesús

            Es uno de los momentos en que más duro se hace el silencio. ¿Por qué Jesús decide ir al Jordán? ¿Cómo se enteró de lo que hacía y decía Juan Bautista? ¿Por qué le interesa tanto? Ningún evangelista lo dice. El relato de Marcos, el más antiguo, cuenta el bautismo con muy pocas palabras. Y ni siquiera se centra en el bautismo, sino en lo que ocurre inmediatamente después de él.

            En aquel tiempo, proclamaba Juan:

            ̶  Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.

            Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo:

            ̶  Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.

            Marcos destaca dos elementos esenciales: el Espíritu y la voz del cielo.

            La venida del Espíritu tiene especial importancia, porque entre algunos rabinos existía la idea de que el Espíritu había dejado de comunicarse después de Esdras (siglo V a.C.). Ahora, al venir sobre Jesús, se inaugura una etapa nueva en la historia de las relaciones de Dios con la humanidad.

            La voz del cielo. A un oyente judío, las palabras «Tú eres mi Hijo querido, mi predilecto» le recuerdan dos textos con sentido muy distinto. El Sal 2,7: «Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy», e Isaías 42,1: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero». El primer texto habla del rey, que en el momento de su entronización recibía el título de hijo de Dios por su especial relación con él. El segundo se refiere a un personaje que salva al pueblo a través del sufrimiento y con enorme paciencia. Marcos quiere evocarnos las dos ideas: dignidad de Jesús y salvación a través del sufrimiento. En este sentido, es importante advertir que la vida pública de Jesús comienza con el testimonio de la voz del cielo («Tú eres mi hijo amado, mi predilecto») y se cierra con el testimonio del centurión junto a la cruz: «Realmente, este hombre era hijo de Dios» (Marcos 15,39).

            El lector del evangelio podrá sentirse en algún momento escandalizado por las cosas que hace y dice Jesús, que terminarán costándole la muerte, pero debe recordar que no es un blasfemo ni un hereje, sino el hijo de Dios guiado por el Espíritu.

Los tres testigos: el Espíritu, el agua y la sangre (2ª lectura)

            La idea de la salvación a través del sufrimiento la encontramos también en la segunda lectura. Hablando de Jesús, dice: «Es el que vino con agua y sangre: no sólo con agua, sino con agua y sangre.» Clara referencia al bautismo y a la muerte.

            Al mismo tiempo, la lectura ha sido elegida por la referencia al Espíritu, que da testimonio de Jesús.

Todo el que cree que Jesús es el Mesías, es hijo de Dios; y todo el que ama al Padre ama también al Hijo. Si amamos a Dios y cumplimos sus mandatos, es señal de que amamos a los hijos de Dios. Pues el amor de Dios consiste en cumplir sus mandatos, que no son gravosos. Todo el que es hijo de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. ¿Quién venció al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Es el que vino con agua y sangre: no sólo con agua, sino con agua y sangre. Y el Espíritu, que es la verdad, da testimonio. Tres son los testigos: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres concuerdan. Si aceptamos el testimonio humano, más convincente es el testimonio de Dios.

Nuestro bautismo (1ª lectura)

            El bautismo de Jesús es un momento ideal para reflexionar sobre nuestro bautismo. Al parecer, eso es lo que pretendieron quienes eligieron la primera lectura. Demasiado larga para una misa (la mayoría de la gente no se enterará de nada), se presta sin embargo a una lectura tranquila en privado. Divido el texto en cuatro partes, con brevísimo comentario.

  1. Nos ayuda a vernos como personas con hambre y sed, que intentamos saciar con productos caros e inútiles, sin buscar el verdadero alimento.

¡Atención, sedientos!, acudid por agua, también los que no tenéis dinero: venid, comprad trigo, comed sin pagar, vino y leche de balde. ¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta?, ¿y el salario en lo que no da hartura? Escuchadme atentos, y comeréis bien, saborearéis platos sustanciosos.

  1. El bautismo nos transmite las antiguas promesas y la alianza establecida por Dios con David. Nosotros somos el pueblo desconocido que corre hacia el Señor.

            Prestad oído, venid a mí, escuchadme y viviréis. Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David: a él le hice mi testigo para los pueblos, caudillo y soberano de naciones; tú llamarás a un pueblo desconocido, un pueblo que no te conocía correrá hacia ti: por el Señor, tu Dios; por el Santo de Israel, que te honra.

  1. Si no corremos hacia él, debemos convertirnos, cambiar de camino, buscarlo; él es rico en perdón y se dejará encontrar.

Buscad al Señor mientras se deje encontrar, invocadlo mientras esté cerca; que el malvado abandone su camino y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos ‑oráculo del Señor‑.

  1. Y esto, que puede parecer una ilusión imposible, se realizará porque la Palabra de Dios fecundará nuestra vida como la lluvia y la nieve hacen germinar la semilla.

Como el cielo está por encima de la tierra, mis caminos están por encima de los vuestros y mis planes de vuestros planes. Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que dé semilla al sembrador y pan para comer, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.

***

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Domingo del Bautismo del Señor. 7 de enero, 2018

Domingo, 7 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Domingo del Bautismo del Señor. 7 de enero, 2018

bautismo

“Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán”.

(Mc 1, 7-11)

Estas Navidades parece que las fiestas nos han venido con el 2 x 1. El cuarto domingo de Adviento fue a la vez Noche Buena y ahora la Epifanía y el Bautismo se dan la mano.

El Niño que estaba ayer en pañales y recibía la visita de los Magos es hoy el que se pone a la fila de los pecadores como uno más. El Dios desconcertante. El Dios que aparece donde menos le iríamos a buscar (¡en un establo!) y se escapa de todos nuestros templos y palacios.

Ese es el Dios que nos muestra Jesús. El Dios que rompe nuestros esquemas. Nosotros querríamos que se manifestara con su fuerza. Le invocamos como Dios Omnipotente, Señor de los Ejércitos, pero él viene a que le bauticemos.

Se pone en la fila sin anticipos ni privilegios. Como uno más, como el más corriente. Sin escolta sin anunciar su llegada sin tratos especiales.

Pero, ¿no te das cuenta, Dios Omnipotente, Señor del Cielo y de la Tierra, que así no impresionas a nadie? Déjate asesorar por nosotros. Te falta “marketing”, te falta “puesta en escena”. Hay que cuidar la imagen y medir las palabras. También sería bueno que elijas mejor a las personas con las que te rodeas. Busca a personas influyentes. Rodéate de gente con buena imagen…

¡No hay quien pueda Contigo! Sigues tercamente empeñado en ir por tus caminos y hacer las cosas a tu manera. ¿Qué esconden la vulnerabilidad y la pobreza? ¿Por qué vienes a que te bauticemos en lugar de bautizarnos tú a nosotros? ¿Qué haces tú en la fila de los pecadores?

Así es nuestro Dios encarnado en Jesús. Viene a “necesitarnos”. Primero en la fragilidad de un recién nacido. Ahora como uno más que desea ser bautizado. Vienes a necesitarnos, nosotros querríamos que vinieras a solucionarnos la vida.

Oración

Trinidad Santa, ayúdanos a descubrirte allí donde tú quieras manifestarte. En la cola del autobús, entre quienes cruzan la calle o jugando con los niños del parque. Que como Juan Bautista sepamos reconocerte allí donde hayas querido manifestarte.

*

Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa

***

 

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Jesús nace del agua y del Espíritu.

Domingo, 7 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Jesús nace del agua y del Espíritu.

bautismo-jesusMc 1, 6-11

Estamos en el primer domingo del “tiempo ordinario”, pero no se trata de un cambio radical en la liturgia. Celebramos hoy una de las tres manifestaciones de Jesús que estuvieron durante los primeros siglos integradas en la fiesta de la Epifanía. Las dos lecturas nos preparan para entender el evangelio. Para Mc, este es el comienzo. El relato  es la clave para comprender todo su evangelio. No podemos dudar de la historicidad del hecho. Lo narran los tres sinópticos, y Jn más contundente, lo da por supuesto.

El bautismo de Jesús es el primer dato que se puede constatar históricamente por fuentes extra bíblicas. Es un relato que ningún cristiano se hubiera atrevido a inventar, porque compromete el altísimo concepto que tuvieron de su maestro. Si no hubieran creído en su importancia, seguramente se les hubiera olvidado. De ahí también la necesidad de dejar claras, en todos los relatos, las diferencias entre Jesús y Juan.

El mensaje teológico que se quiere trasmitir con el relato del bautismo de Jesús es de los más importantes de todo el NT. No fue un acto de humildad ni una comedia ante los demás, sino una actitud de búsqueda de su identidad. Resume toda su vida. Para aceptar este punto de vista, tenemos que admitir que fue verdadero hombre. Esto no es tan fácil, a pesar de que un concilio lo definió como dogma de fe. Un hombre al que le hicieron tantas “judiadas” y murió como murió, tiene que obligarnos a aceptar que fue hombre.

Los humanos no podemos aceptar racionalmente que una realidad sea a la vez, dos cosas contradictorias entre sí. Desde nuestra racionalidad, no podemos pensar en un ser que es a la vez hombre y Dios, porque tenemos una idea equivocada de lo que es Dios. Como no podemos pensar en una bola de billar que sea a la vez, blanca y negra. El listo de turno nos puede decir que podemos poner la mitad de pigmento blanco y la mitad negro; pero entonces resultaría una bola gris… Esto es lo que hemos hecho con Jesús.

A través de la historia del cristianismo, nos hemos visto “obligados” a pensar a Jesús como hombre, olvidándonos de lo divino o pensarlo como Dios, olvidándonos de lo humano. En una palabra, parece que no podemos hacer cristología sin caer en la herejía. Lo mismo que no podemos hacer teología sin hacernos un ídolo. Tenemos dos salidas: a) repetir las formulaciones, aceptándolas sin entender ni palabra. b) aparcar la razón y buscar la vivencia para superara la contradicción: Lo divino y lo humano ni se mezclan ni se excluyen. En Jesús está la plenitud de la humanidad y la plenitud de la divinidad.

Si aceptamos que Jesús es un ser humano, tendremos que admitir una trayectoria humana como la de cualquier hombre. No fue un extraterrestre, sino que tuvo que desarrollarse hasta alcanzar su plenitud. Desde esta perspectiva, podemos entender lo que sería para Jesús descubrir a Juan Bautista. Hacia cientos de años que no aparecían profetas en Israel; es natural que se sintiera atraído por esta figura y que intentara aprender de él. El hecho de que se bautizara, nos lleva mucho más allá de un encuentro fortuito. Jesús aceptó la predicación de Juan y se comprome­tió con ella.

Lo importante no es que narren lo que pasó, sino el cómo nos lo dicen para que descubramos el sentido espiritual del relato. La liturgia de hoy lo pone bien de manifiesto. Las tres lecturas nos hablan del Espíritu. El evangelio, para hablar del Espíritu, tiene que emplear una imagen sensible, como una paloma. No significa que vio una paloma que bajaba sobre él como normalmente se entiende y reflejan pinturas que representan la escena. Oseas 8,1, dice: Como un águila cae el mal sobre la casa de Israel… Quiere decir que el Espíritu cayó sobre Jesús como un ave se lanza “en picado” desde lo alto. En el principio de la Biblia se dice que el Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas.

El Espíritu transforma interiormente a Jesús, y le capacita para llevar a cabo la difícil tarea que le esperaba. En el AT se ungía al rey para que el Espíritu lo capacitara para su misión.  Nos están hablando del nuevo nacimiento “del agua y del Espíritu”. Lo que Jesús pide más tarde a Nicodemo lo vivió primero él mismo. “Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es Espíritu”. No se puede concebir a Jesús sin el Espíritu… Porque nacer de la carne es menos importante que nacer del Espíritu, lo que estamos celebrando hoy es más importante que lo que acabamos de celebrar en Navidad.

No debemos caer en la tentación de pensar en fenómenos aparatosos. La manera de narrar el hecho puede ser una trampa. Ni Espíritu visible, ni voz audible, ni cielo rasgado. Todos estos fenómenos no son más que imágenes para comunicarnos verdades teológicas que nos lleven a la comprensión de Jesús. El Espíritu actúa siempre de la misma manera, silenciosamente, desde dentro, sin ruidos, sin aspavientos, sin violentar la naturaleza porque actúa siempre de acuerdo con ella. “No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha humeante no la apagará”. (Isaías).

Aunque no tenemos datos suficientes para poder adentrarnos en la psicología de Jesús, los evangelios no dejan ninguna duda sobre la relación de Jesús con Dios. Fue una relación que desbordó todo lo conocido. Se atreve a llamarle “Abba” (papá); cosa inusitada en su época. Hace su voluntad: Le escucha siempre. Todo el mensaje de Jesús se reduce a manifestar su experien­cia de Dios. El único objetivo de su misión fue que nosotros lleguemos a esa misma experiencia. Toda esa relación de Jesús con Dios era con un Dios que es Espíritu. En el diálogo con la Samaritana lo dejó claro. Dios es Espíritu…

Tú eres mi Hijo amado. La experiencia de ser amado, es la base del verdadero amor. La comunicación de Jesús con su “Abba” fue a través de su ser profundo. Solo a través de la contemplación, el Hombre Jesús descubrió quién era Dios para él. Lc, dice expresamente: “y mientras oraba…” El descubrimiento de esa presencia nace sencillamente de su concien­cia de hombre. Dios como creador está en la base de todo ser, constituyéndolo en ser. Yo soy yo, porque soy de Dios. Todo lo que tengo de positivo me lo está dando Él. Mi verdadero ser, es el mismo ser de Dios. Una cosa me diferencia de Dios; mis limitaciones.

El cielo rasgado, recuerda unas palabras de Is: “¡Ojalá rasgases el cielo y bajases!”. El cielo se había cerrado. Hacía siglos que no había aparecido un profeta; ahora se abre. La comunicación entre el cielo y la tierra queda abierta para siempre por medio de este ser humano que se siente identificado con Dios. Mc nos está trasmitiendo el descubrimiento de la vocación de Jesús y su conciencia de enviado del Padre.

Pedro nos ofrece el modelo: Pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo porque Dios estaba con él. Dios también está contigo, solo falta que tú respondas como respondió él. La más importante tarea de tu vida es desplegar tus posibilidades de ser. Si despliegas solamente tus posibilidades biológicas, habrás desarrollado solo una parte de ti. Eres también Espíritu y si quieres alcanzar tu plenitud, tienes que desplegar el Espíritu.

Meditación

El Espíritu (Dios) no tiene que venir de ninguna parte.
Ya estaba en él desde siempre,
Como está en cada uno de nosotros.
Descubrir esa presencia es nacer del Espíritu.
Lo que nació de la carne, seguirá siendo carne,
Pero una vez nacido del Espíritu, la carne significará muy poco.

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Hijos queridos.

Domingo, 7 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Hijos queridos.

3edadesEl límite de amar es amar sin medida (San Bernardo)

7 de enero.  Bautismo del Señor

Mc 1, 7-11

Tú eres mi hijo querido, mi predilecto

Uno de los personajes de la obra del Conde Lev Nikoláievich Tolstoi (1828-1910) -un estudiante-, le agradece cuanto ha hecho con ellos: “¿Quién, si no usted, nos ha enseñado, a ver la injusticia del reparto de todos los bienes humanos? Sólo usted con sus libros, ha emancipado nuestros corazones de un Estado, de una Iglesia y de un gobernante que protege la iniquidad que se comete contra los hombres, en lugar de amparar a la humanidad. Usted, y sólo usted, nos ha movido a dedicar toda nuestra vida a que ese falso orden sea definitivamente destruido”. Enseñanzas que todos los hijos queridos del Espíritu esperan recibir de él.

Gustav Klimt (1862-1918) nos muestra en una de sus geniales obras: Las tres edades de la mujer, en óleo sobre lienzo (Galleria Nationale d’Arte Moderna, Roma), el valor y transcendencia del amor a los hijosCristophe André, nos hace este análisis de la obra del pintor simbolista austríaco en su libro El arte de la felicidad“Observen el dedo meñique del niño, un poco separado como para captar mejor la dulzura tibia de la piel materna. La cabeza encajada en el hombro, para formar mejor un cuerpo con su madre. Obsérvese cómo la madre protege. Seguro que no le resulta demasiado cómoda, pero de ese modo ofrece una protección a su hijo, al que estrecha con un brazo grácil. Le alimenta de amor, corazón contra corazón, y también le transmite algo más, cabeza contra cabeza: ese niño es su pasado y su futuro.

Su pasado y su futuro para ella y para nosotros, garantizado por la generosa acogida que, en este caso hace el Padre, de todos sus queridos hijos, recordando las palabras de Mateo en 25, 34 con las que el Rey nos invita a heredar el reino que nos tiene preparado desde la fundación del mundo. Un “Venid benditos de mi Padre” al que el cineasta italiano Franco Zeffirelli puso música en su Película Jesús de Nazareth.

Heredad suficiente para colmar todas nuestras pretensiones, como nos pone de manifiesto el poeta y derviche sufí místico turco Yunus Emre (1240-1320) en el poema que este domingo ponemos como texto. Un paraíso, unos palacios y jardines para gozar del amor en esta vida y en la otra. En ellos, como dijo San Bernardo (1090-1153) fundador del Císter: El límite de amar es amar sin medida”. Otro místico, que soñaba con el amor y la entrega a los demás. Ya en el lecho de muerte, pronunció este memorable testimonio de donación a los demás: “Mi gran deseo es ir a ver a Dios y a estar junto a Él. Pero el amor hacia mis discípulos me mueve a querer seguir ayudándolos. Que el Señor Dios haga lo que a Él mejor le parezca”

Todo lo cual nos lleva a la vivificante conclusión de que el “Tu eres mi hijo querido, mi predilecto” del evangelio de este domingo, también es para nosotros. Y lo es, porque como cantaba La Coral Divertimento de Hoyo de Manzanares el pasado 16 de diciembre en nuestra iglesia de Parquelagos entonando un clásico villancico alemán, Stille Nacht, es un lucero que con su resplandor nos hace ser como Jesús, hijos de Dios: Noche de paz, / noche de amor. / Todo duerme en derredor; / sobre el santo niño Jesús. / Una estrella esparce su luz, / brilla sobre el Rey”.

En el Evangelio de Juan (1, 1-14) podemos disfrutar de la mejor definición de la expresión “Hijos queridos”, con la que hemos titulado nuestra colaboración de esta semana. El visionario de Patmos identifica nuestra filiación divina con la Palabra, que existía desde el principio, que era Dios y que nos hace dioses.

 TÚ ERES TODO LO QUE NECESITO

Tu amor me sacó de mí. Tú eres todo lo que necesito.
Ardiendo estoy día y noche. Tú eres todo lo que necesito.
Ni me contentan las riquezas, ni me asusta la pobreza.
Me basta con tu amor. Tú eres todo lo que necesito.

Tu amor disipa otros amores; los sumerge
en el mar del amor. Tú eres todo lo que necesito.
Tu presencia todo lo llena.
Tú eres todo lo que necesito.
He de beber el vino de tu amor, amarte como loco en el dolor.
Tú eres mi preocupación. Tú eres todo lo que necesito.
Eso que llaman paraíso, unos palacios, unos jardines,
a quien los quiera, dáselos. Tú eres todo lo que necesito.

Aunque tengas que matarme y dar al viento mis cenizas,
mi tierra seguirá diciendo: Tú eres todo lo que necesito.
Yunus, Yunus es mi nombre. Mi amor crece cada día.
En este mundo y en el otro, Tú eres todo lo que necesito.

Yunus Emre

Vicente Martínez

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Nada especial, nada extraordinario: el equilibrio de Jesús.

Domingo, 7 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Nada especial, nada extraordinario: el equilibrio de Jesús.

10_Bautismo_B7 Enero, Bautismo del Señor: Mt 3,13-17

¿Qué es lo que la Tierra tenía que no estaba presente en los otros planetas? Nada especial: sólo el tamaño apropiado para permitir el equilibrio gravitacional y electromagnético. Nada extraordinario: simplemente una posición con respecto al Sol. Estas determinaciones de la materia permitieron al sistema solar evolucionar hacia la creatividad de la Tierra. Si esta cantidad particular de material estelar no se hubiera concentrado en dicha medida y lugar, probablemente el sistema solar habría continuado siendo un lugar sin vida a lo largo de sus miles de millones de años de existencia. Pero ese equilibrio y esas posibilidades emergieron,  y la Tierra se convirtió en una franja evolucionada del sistema solar. (Extracto T. Berry)

Pensaréis que me he equivocado de trabajo, pero no. Estoy tan fascinada ante el significado del Bautismo de Jesús, según lo he ido comprendiendo a lo largo de mi vida de fe, como lo estoy ante la maravilla de la formación de la Tierra.

Entiendo que la formación de la Tierra es posible por filigranas de equilibrio, y así entiendo la experiencia vital de Jesús en su Bautismo. Jesús logra el equilibrio entre lo que siente y piensa con lo que recibe y acoge en su interior “Hijo amado, complacencia del Padre”.

Su experiencia religiosa es tan potente que transforma el modo de entender y vivir a Dios para siempre. Jesús, frente a una religiosidad entendida como “cumplimiento”, con su experiencia, consigue establecer una línea de comunicación (cielo abierto) directa de la persona creyente con Dios, sin necesidad de la mediación de los “asignados” y sin necesidad de ofrecer “sacrificios” para comprar el favor de Dios.

Jesús devuelve el equilibrio al ser humano, liberándolo, con la autoridad que le otorga   su experiencia, de cargas que lo desequilibraban por injustas e inhumanas: sentido del pecado, de la enfermedad, del sacrificio, de la limosna, de las leyes de pureza e impureza…

Jesús encuentra en el interior de su experiencia la autoridad para devolver el equilibrio a la sociedad y religión que consideraba (y sigue considerando) a la mujer inferior. Este desequilibrio provoca que no se utilicen para el bien común y el bien eclesial, más de la mitad de las inteligencias y creatividad de la humanidad. Este hecho, tan obviado, provoca un desequilibrio en multitud de mujeres llamadas y ungidas para la misión de Jesús, con plenos derechos a tomar decisiones, a compartir responsabilidades y tareas. Igualmente a nivel social, en muchas culturas sigue siendo tan ninguneada que parece increíble. Nuestra religión no se libra ni un ápice. De ahí la “desertización” general.

Como consecuencia se da un desequilibrio en las decisiones que se toman porque falta la mitad de todo. El dominio de lo masculino convierte las cosas de por sí en desequilibradas, porque la ausencia de lo femenino en su justa medida, causa que a muchos niveles nos estemos “cargando la vida” en sus múltiples facetas.

Jesús al saberse y sentirse amado infinitamente por un Dios que le llama “Hijo amado” descubre en sí y para todos nosotros el eje de su equilibrio emocional y mental. El amor que experimenta en esa experiencia de su Bautismo se transforma en llamada vocacional, en investidura para una misión universal y liberadora.

Cesa el tiempo de la espera, se abre el cielo, se escucha la voz. Y el varón equilibrado por el Amor que experimenta en su interior, empieza a transformar las mentes desequilibradas por falsas religiosidades que producen temor y sumisión.

Jesús acoge la filiación que se le revela a través de la voz amorosa del Padre, y también de igual manera acoge el Espíritu que le da la fuerza para la tarea, la gran tarea del Reino: equilibrio puro entre diálogo con Dios y acción como consecuencia de ese encuentro que purifica el ego, desintoxica la mente de espejismos de seguridad y éxito para preparar a la persona, día a día, a que continúe la labor de crear equilibrio para seguir la evolución de una humanidad, sueño de Dios.

La pregunta para nosotros y nosotras creyentes podría ser ¿acojo el equilibrio que por Bautismo recibo como capacidad de encuentro con Dios y con ese amor, ir creando equilibrio, que sería otra manera de decir Reino?

Nada especial, nada extraordinario. Simplemente si estamos en el lugar adecuado, y utilizamos la medida idónea emergerá una Vida nueva, la de Dios en nosotros.

¿Cuál es el lugar? ¿Cuál la medida? he ahí el reto, sólo los que se sumergen en las aguas aparentemente de perdón, salen empoderados de Espíritu y filiación. Y van descubriendo el lugar, y también la medida para que la Vida viva.

Jesús recrea la historia a partir de una experiencia y un proceso asumido de evolución hacia devolverle a la humanidad su equilibrio perdido. Esa es nuestra tarea, esa es la fuerza que nos impulsa. Sé por experiencia que frenarla, reprimirla es mucho más difícil que dejar que trabaje en nosotras. Eso sí, de tan sencillo se nos escapa.

Si en esa fracción de segundo en el que todo coincidió para que la energía formara la materia, no hubiese estado todo atento y a punto, la vida según la conocemos no existiría. Tal vez sea esa la tarea, estar atentos y disponibles en la fracción de segundo que para muchos una vez en la vida el Espíritu de Dios nos cubre con su sombra.

Magdalena Bennásar Oliver

www.espiritualidadintegradoracristiana.es

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

“¿Orientarnos hacia Dios”. Epifanía del Señor – B (Mateo 2,1-12) 6 de enero 2015

Sábado, 6 de enero de 2018
Comentarios desactivados en “¿Orientarnos hacia Dios”. Epifanía del Señor – B (Mateo 2,1-12) 6 de enero 2015

epifania6-1024x785No hay técnicas ni métodos que conduzcan de forma automática hacia Dios. Pero sí hay actitudes y gestos que nos pueden disponer a las personas a prepararnos al encuentro con él. Más aún. Las palabras más bellas y los discursos más brillantes sobre Dios son inútiles si cada uno no nos abrimos él. ¿Cómo?

Lo más importante para orientarnos hacia Dios es invocarlo desde el fondo del corazón, a solas, en la intimidad de la propia conciencia. Es ahí donde uno se abre confiadamente al misterio de Dios o decide vivir solo, de forma atea, sin Dios. Pero ¿se puede invocar a Dios cuando uno no cree en él ni está seguro de nada? Carlos de Foucauld y otros no creyentes iniciaron su búsqueda de Dios con esta invocación: «Dios, si existes, muéstrame tu rostro». Esta invocación humilde y sincera en medio de la oscuridad es, probablemente, uno de los caminos más puros para hacernos sensibles al misterio de Dios.

Para orientarnos hacia Dios también es importante eliminar de la propia vida aquello que nos está impidiendo encontrarnos con él. Si uno, por ejemplo, tiene la pretensión de saberlo todo y de haber comprendido ya el misterio último de la realidad, del ser humano, de la vida y de la muerte, es difícil que busque de verdad a Dios. Si uno vive encogido por diferentes miedos o hundido en la desesperanza, ¿cómo se abrirá con confianza a un Dios que lo ama sin fin? Si alguien se encierra en su propio egoísmo y solo siente desamor e indiferencia hacia los demás, ¿cómo podrá abrirse a un Dios que es solo Amor?

Para orientarnos hacia Dios es importante mantener el deseo, perseverar en la búsqueda, seguir invocando, saber esperar. No hay otra forma de caminar hacia el Misterio de quien es la fuente de la vida. El relato de los magos destaca de muchas formas su actitud ejemplar en la búsqueda del Salvador. Estos hombres saben ponerse en camino hacia el Misterio.

  • Saben preguntar humildemente,
  • superar momentos de oscuridad,
  • perseverar en la búsqueda
  • y adorar a Dios encarnado en la fragilidad de un ser humano.

 

José Antonio Pagola

Audición del comentario

Marina Ibarlucea

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

”Venimos de Oriente para adorar al Rey”. Sábado 6 de enero de 2017

Sábado, 6 de enero de 2018
Comentarios desactivados en ”Venimos de Oriente para adorar al Rey”. Sábado 6 de enero de 2017

08-epifania (C) cerezoLeído en Koinonia:

Isaías 60, 1-6: La gloria del Señor amanece sobre ti.
Salmo responsorial: 71: Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.
Efesios 3, 2-6: Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos.
Mateo 2, 1-12: Venimos de Oriente para adorar al Rey

Hoy la Iglesia católica celebra con gozo desbordante la fiesta de los reyes magos. Litúrgicamente se denomina “epifanía” que significa manifestación de la salvación de Dios. Con esta fiesta vamos concluyendo el ciclo de navidad que nos permitirá contemplar a Jesús pequeño, humilde y pobre… niño que, a su vez, revela la grandeza del amor de Dios.

El profeta Isaías exalta la grandeza de la ciudad de Jerusalén porque se convertirá en luz para todos los pueblos. Es la luz para toda la humanidad, es la esperanza para los pobres. La oscuridad de la injusticia y la violencia, la opresión y la marginación será vencida definitivamente por la presencia luminosa de Dios manifestada en el niño de Belén. El salmo 71 también canta las maravillas que hace Dios en medio de su pueblo. Manifiesta la esperanza que todos los reyes y poderosos se abajen y se postren ante la pequeñez y la humildad. Los motivos de la alabanza es la justicia de Dios que derrota a los opresores y defiende a los pobres y oprimidos. La justicia de Dios a favor de lo empobrecidos y excluidos de todos los tiempos se hace motivo de regocijo y alabanza para el salmista.

 La época en que se escribe esta parte del libro del profeta Isaías (Tercer Isaías) corresponde a la restauración, es decir, al regreso a Jerusalén de los exiliados en Babilonia, regreso a la gran ciudad de Dios. Cuando este grupo de exiliados llegó a Israel encontró sus ciudades destruidas, sus campos abandonados o apropiados por otras familias, las murallas derruidas y el templo, el lugar donde Yahvé habitaba, incendiado. Esta dramática realidad los desanimó completamente, centrando sus esperanzas y sus motivaciones únicamente en la reconstrucción de sus viviendas y sus campos, dejando de lado la restauración del templo y, con ello, la confianza en la venida gloriosa de Yahvé, quien traería para Israel la salvación plena en la misma historia. Isaías anima la fe de su pueblo, los invita a poner nuevamente su fe y su corazón en la fuerza salvífica de Yahvé, quien traerá la paz y la justicia a su pueblo, por ello Jerusalén será una ciudad radiante, llena de luz, en donde la presencia de Dios como rey hará de ella una nación grande, ante cuya presencia se postrarán todos los pueblos de la tierra. El profeta manifiesta con esta gran revelación que Dios es quien dará inicio a una nueva época para Israel, una época donde reinará la luz de Dios y serán destruidas todas las fuerzas del mal, pues Dios se hace presente en Israel y ya más nadie podrá hacerle daño.

Esta visión profética posee una comprensión muy reducida de la acción salvífica de Dios, ya que es asumida como una promesa que se cumplirá en beneficio única y exclusivamente del pueblo de Israel y no de toda la tierra.

En la carta de Pablo a la comunidad de Éfeso hace caer en cuenta a todos los creyentes que las promesas hechas al pueblo de la ley y la alianza ahora se extienden a los gentiles, es decir, a toda la humanidad. De tal manera que la salvación no será propiedad exclusiva de un pueblo sino de todos los pueblos, del gran pueblo de Dios, es decir, de todos los seres humanos que se abren a la buena noticia de la salvación.

Pablo, a través de la carta a los Efesios, ampliará esa comprensión, afirmando que la salvación venida por Dios, a través de Jesús, es para “todos”, judíos y paganos. El plan de Dios, según Pablo, consiste en formar un solo pueblo, una sola comunidad creyente, un solo cuerpo, una sola Iglesia, un organismo vivo capaz de comunicar a toda la creación la vida y la salvación otorgada por Dios. La carta a los Efesios expresa que el misterio recibido por Pablo consiste en que la Buena Nueva de Cristo se hace efectiva también en los paganos, ellos son coherederos y miembros de ese mismo Cuerpo; esto significa que Dios se ha querido revelar a toda la humanidad, actúa en todos, salva a todos, reconcilia a todos sin excepción.

Dos actitudes totalmente opuestas se reflejan en el relato de la visita de los reyes, sabios o magos de oriente que presenta el evangelista Mateo. Más allá de si es o no es un acontecimiento histórico, lo hermoso de este texto es hacer ver al lector cómo el corazón de los poderosos de Israel se cierra ante la presencia de la pequeñez del niño de Belén. En cambio los gentiles, los paganos o extranjeros se abajan de su realeza para reconocer en la pobreza, humildad y pequeñez de aquel niño la revelación de la propuesta salvífica de Dios ofrecida a toda la humanidad que le busca con sincero corazón. ¿En qué personas y situaciones de la vida reconoces a Jesús?

El evangelio que leemos hoy, en la Fiesta de la «Epi-fanía», confirma este carácter universal de la salvación de Dios. Mateo expresa, por medio de este relato simbólico, el origen divino de Jesús y su tarea salvífica como Mesías, como rey de Israel, heredero del trono de David; para ello el evangelista insiste en nombrar con exactitud el lugar donde nació Jesús y en confirmar, a través del Antiguo Testamento, que con su presencia en la historia se da cumplimiento a las palabras de los profetas. Por otro lado, el rechazo de este nacimiento por parte de las autoridades políticas (Herodes) y religiosas (sumos sacerdotes y escribas) del pueblo judío y el gozo infinito de los magos, venidos de Oriente, anuncian desde ya ese carácter universal de la misión de Jesús, la apertura del evangelio a los paganos y su vinculación a la comunidad cristiana. La Epifanía del Señor es la celebración precisa para confesar nuestra fe en un Dios que se manifiesta a toda la humanidad, que se hace presente en todas las culturas, que actúa en todos, y que invita a la comunidad creyente a abrir sus puertas a las necesidades y pluralidades del mundo actual.

En un tiempo como el que vivimos, marcado radicalmente por el pluralismo religioso, y marcado también, crecientemente, por la teología del pluralismo religioso, el sentido de lo «misionero» y de la «universalidad cristiana» han cambiado profundamente. Hasta ahora, en demasiados casos, lo misionero era sinónimo de proselitismo, de «convertir al cristianismo» a los «gentiles», y la «universalidad cristiana» era entendida desde la centralidad del cristianismo: éramos la religión central, la (única) querida por Dios, y por tanto, la religión-destino de la humanidad. Todos los pueblos (universalidad) estaban destinados a abandonar su religión ancestral y a hacerse cristianos… Tarde o temprano el mundo llegaría a su destino: a ser «un sólo rebaño, con un solo pastor»…

Hoy todo esto ha cambiado, aunque muchos cristianos (incluidos muchos de sus pastores) todavía siguen en la visión tradicional. Buen día hoy, pues, para presentar estos desafíos y para profundizarlos. No desaprovechemos la oportunidad para actualizar también personalmente nuestra visión en estos temas. En la RELaT (servicioskoinonia.org/relat) hay muchos materiales para estudiar el tema, así como para debatirlo en grupos de estudio o de catequesis.

En el Nuevo Testamento, además de Juan 7,42, encontramos referencias a Belén en las narraciones de Mateo 2 y Lucas 2 acerca del nacimiento del Salvador en la ciudad de David. La tradición de que el Mesías debía nacer en Belén tiene su base en el texto de Miqueas 5,2, donde se señala que de Belén Efrata debía salir quien gobernaría Israel y sería pastor del pueblo. Hoy ya sabemos que Jesús nació probablemente en Nazaret, y que la afirmación de que nació en Belén es una afirmación con intenció teológica.

El término “magos” procede del griego “magoi”, que significa matemático, astrónomo y astrólogo. Estas dos últimas disciplinas eran una misma en la antigüedad, por lo que con ambas se podía estudiar el destino y designio de las personas. Es decir, los «reyes magos» no fueron ni reyes ni magos en el sentido actual de estas palabras; habrían sido astrólogos o estudiosos del cielo. Fue el teólogo y abogado cartaginés Tertuliano (160-220 d.C.) quien aseguró que los magos serían reyes y que procederían de Oriente. En la visita de los magos a Jesús, los Padres de la Iglesia vieron simbolizadas la realeza (oro), la divinidad (incienso) y la pasión (mirra) de Cristo. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

6.I.18. Magos de Oriente: Son sabios, no reyes. Epifania

Sábado, 6 de enero de 2018
Comentarios desactivados en 6.I.18. Magos de Oriente: Son sabios, no reyes. Epifania

26167934_912510362259490_2707551226322798223_nDel blog de Xabier Pikaza:

Epifania es manifestación (de Dios) y conocimiento profundo de los hombres. No es una parte final de la Navidad, sino la Navidad entera.

Por eso se celebra esta tarde la cabalgata de magos, los sabios que vienen de “oriente” (amanecer de la luz) en busca del Niño, y mañana será la gran Epifanía, que hoy presento con el Icono de Navidad del Monasterio Copto de Santa Catalina del Sinai, de formas casi etíopes, de origen egipcio , del que trataré al fin de esta postal.

Éste es quizá el más significativo y completo (antiguo) de los iconos del misterio completo de la Navidad, anterior a la gran lucha de los iconoclastas. Éste es en resumen su sentido:

a- Del Círculo más alto (divino) con la tres estrellas de Dios Padre, desciende a Jesús y en él se encarna. como “rayo” de vida, la Palabra hecha carne, por el Espíritu que todo lo viste de rojo… Jesús en una cuna, con aureola de Cruz (se condensa así en el niño toda el misterio del Cristo pascual)

b- En el panel superior están los cuatro Arcángeles, que cantan la gloria de Dios y anuncian la epifanía a los tres magos (cf. arcángel de la derecha); este mundo angélico,presente en los grandes libros sagrados de Daniel y Henoc, desemboca en la encarnación de la Palabra de Dios, a cuyo servicio se pone.

c. En el panel del centro está María, humanidad que da a luz al Niño, entronizado con Cruz en la cuna, y a su lado vienen los tres magos, para descubrir la Sabiduría de Dios que es Jesús (vienen ya a pie, los caballos quedan abajo, a la izquierda). No son “reyes” (poder político), son “magos”, esto es los “sabios” más grandes de Babilonia,de Persia y de Egipto/Etiopía, las tres partes del mundo, en la línea de los sabios de gran conocimiento del libro de Daniel.

d. En el panel inferior, un ángel músico entre cabras llama con su flauta a los pastores, y hay así aparece uno de ellos, a la derecha,con su zurrón. Los caballos de los magos están prontos a la izquierda, junto a José (que es Israel) pensativo y descubriendo el misterio, mientras dos mujeres (que son la humanidad entera, una de las cuales ha de ser María ¿y la otra Isabel?) limpian y visten al niño. Los caballos de los sabios aguardan a la izquierda, para llevar el buen conocimiento al mundo entero, en cabalgata de Navidad y Pascua.

Hay más elementos en la escena, pero voy a quedarme con estos. Es evidente que estos “magos” no son reyes, sino sabios. Vienen de oriente (lugar donde nace el Sol de la Sabiduría, encarnada ahora en Jesús: el rayo de Dios le llena). Estos sabios representan la sabiduría ancestral de oriente, en línea de misterio y humanidad sagrada, más que la filosofía griega y la política de Roma. Así queda representada en la Epifanía de Dios que es Jesús Niño la sabiduría universal del mundo, en claves simbólicas.

Ésta es quizá una recreación del más misterioso de los libros del Antiguo Testamento, el de Daniel, que es una disputa de sabios/magos babilonios, persas, sirios… con Daniel y sus tres amigos sabios judíos (y en esa línea se sitúan otros elementos de la literatura profético-apocalíptica de Isaías a Henoc, recreada por los evangelios de Lucas, Mateo y Juan.

Pero aquí la Sabiduría de Dios no es una palabra apocalíptica sobre el fin del mundo, sino la vida del Niño/Dios que se dispone a recorrer con los hombres el camino de la humanidad, de la historia cósmica.

Ésta escena muestra que la Sabiduría de Dios y de los Hombres es un Niño que Nace, con los cuatro arcángeles arriba, María y los sabios junto al Niño en el centro, y el otro ángel músico con cabras y pastores que vienen, en un entorno de naturaleza sagrada, mientras José medita, los caballos están listos para llevar por todo el mundo el mensaje y dos mujeres acogen y cuidan al Niño.

La revelación de Dios es un niño

Éste es, a mi juicio, el contenido más hondo de la experiencia natal de las antiguas iglesias de Oriente, y en especial de la copta (de Egipto y de Etiopía), que presenté con extensión hace algunas semanas en este mismo blog.

La revelación del Dios niño enciende su Estrella (tres estrellas) en lo más alto del icono (el Oriente es la altura divina), para que todos los pueblos puedan contemplar y aceptar el misterio de la vida que nace.

La estrella de la sabiduría-vida de Dios conduce a los sabios del mundo, de oriente y occidente, hasta un Niño que, siendo el Dios-Sabiduría en plenitud, sólo podrá vivir si le acogemos y cuidamos, como María y José, con la otra mujer y con los pastores,que acogieron, celebraron y cuidaron al Niño, conforme a este icono de la Natividad.

Ángeles y hombres, con los tres sabios, están aquí al servicio del niño más frágil, para descubrir en él y con él (en camino de entrega de la vida, en anticipo de Cruz y de Resurrección) la Sabiduría divina.

Creer en Dios significa cuidar a los niños, a todos, y con ellos a los seres más frágiles del mundo. Eso es Navidad.

Texto. Mt 2, 1-12

Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:

— ¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.

Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron:

— En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el Profeta: “Y tú. Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá; Pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel”.

Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén diciéndoles:

— Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo.

Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que había visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas, lo adoraron: después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.

Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.

1. Un niño, Sabiduría de Dios, Rey de los judíos

Los magos vienen a Jerusalén porque han visto en oriente la estrella del Rey de los judíos… Ese tema nos sitúa en el centro de una extensa tradición astro-lógica y asto-nómica que vincula al ser humano (y especialmente al salvador) con un (=el) Astro del cielo: es como luz en el firmamento y futuro de la historia. Por eso, allí donde ha nacido el Rey de los judíos ha debido encenderse una luz, se expande una esperanza de salvación sobre la tierra.

Esa luz atrae a los “magos”, que vienen hacia Jerusalén, iniciando la marcha de los pueblos hacia el futuro de su plena humanidad. Por eso, como venimos suponiendo, este pasaje debe interpretarse en la línea que lleva al mesianismo universal de Mt 28, 16-20.

Los magos preguntan por el Mesías en Jerusalén, pero no lo encuentran allí (en la ciudad del templo, donde habita un rey de este mundo), sino en Belén, capital donde se centran y cumplen las promesas. De esa forma, este segundo capítulo de Mt, con su procesión de pueblos buscando al Mesías, puede entenderse ya como anuncio de la culminación pascual del evangelio: una prolepsis de lo que será la misión final cristiana, interpretada aquí en forma centrípeta (desde el modelo de la gran peregrinación de pueblos hacia el centro de la tierra, que es Jerusalén). Esta es la salvación: buscar la presencia de Dios en un niño, en todos los niños del mundo.

Adorar a Dios, encontrar a Cristo en los niños

– Los magos son signo de todos los pueblos paganos de Oriente (y del mundo entero: tres es la totalidad humana) que vienen hacia Jerusalén, para adorar al Rey de los judíos, que ha nacido ya, pues ha surgido su Estrella. Ellos, los magos, son signo de un camino de búsqueda y fe universal, que desborda el nivel israelita, tanto por su origen como por su meta.

Por su origen:
la fuerza que les lleva hacia Jesús no es la ley de Israel, sino la luz o estrella de su propia religión (de su paganismo), desde Persia y/o Babilonia, desde el mundo entero.

Por su meta: tras adorar a Jesús no quedan allí, para formar un pueblo espacial, sino que vuelven a sus tierras, como indicando que el camino y luz del Rey israelita ha de interpretarse desde sus propias tradiciones religiosas y culturales. Ellos conocen la nueva verdad: Dios está en un niño, en todos los niños necesitados.

Por eso, al final del evangelio (Mt 28, 16-20), los cristianos tienen que salir de Belén y Galilea, para llevar a todos los pueblos el nuevo mensaje, propio de los Magos (que son judíos o cristianos, musulmanes o hindúes… o gentes que no tienen religión externa). Dios se ha hecho niño, Dios se encuentra y vive (alienta, espera) en todos los niños del mundo. Siendo religión del nacimiento, el cristianismo es religión de amor ofrecido a todos los necesitados de la tierra, empezando por los más necesitados de todos, que son los niños. Los discípulos de Jesús deben llevar ese mensaje, pero no desde Jerusalén (pues los sacerdotes no quieren ir), sino desde la montaña de la pascua.

Expertos en buscar y cuidar a los niños. Conclusiones

1. Jesús, Mesías de Dios, no está encerrado en el templo y ley de Jerusalén, sino abierto en Belén para todos los que vengan, como niño que necesita de todos. No es Rey que impone su derecho en Pión, sino Niño necesitado, en brazos de su madre. No es Sacerdote que expande la sacralidad divina desde el tabernáculo del templo, sino niño amenazado, que debe exiliarse en Egipto, asumiendo así la historia del autentico Israel, Hijo de Dios (cf. 2, 15). Jesús es la sabiduría angélica, la sabiduría de la naturaleza (pastores y cabras), con la mujer María y su compañero, con José y con los magos-

2. Los representantes religiosos y sociales de Israel no han venido a Belén para adorar al Rey de los judíos, no quieren una religión de niños. Ellos conocen de algún modo el misterio (saben que el Mesías debe nacer en Belén), pero no quieren buscarle, ni le ofrecen el tesoro de su vida (cf. 2, 11), pues están muy preocupados en sus sacralidades nacionales y sociales. Esta es la paradoja de un Mesías Niño, que nos cuesta aceptar. Queremos otras cosas, no sabemos dejar todo y cuidar a los niños

3. Herodes rey no acepta el mesianismo de Jesús y decide matarle. De manera consecuente, la venida de los magos se inscribe en un contexto de persecución: el rey de turno persigue al verdadero Rey de los judíos, obligándole a exilarse, mientras los buscadores mesiánicos de oriente vuelven a sus tierras por otro camino. Herodes tiene miedo de los niños que pueden nacer fuera de su dominio, hijos de exilados, de emigrantes… Tiene miedo de que los niños que hoy nacen le quiten el trono. Por eso está dispuesto a matar a los niños, de un modo o de otro, para mantener su dominio.

4. La verdadera sabiduría y santidad consiste en acoger y cuidar a los niños, a los propios, a los ajenos, a todos los niños. Tomado así, el dogma cristiano es muy sencillo: sólo hay un Dios, aquel que se manifiesta como Padre en todos los niños, aquel que nace como Hijo, hijo de todos. Ésta es la sabiduría, ésta es la santidad: acoger y cuidar a los niños, abriendo para ellos las puertas de paz de este mundo.

Conclusión

Miremos de nuevo otra vez este icono, que nos llega de una de las iglesias más ricas de la cristiandad, antes de la gran disputa de los iconoclastas (los que destruían las imágenes). Estas pueden ser las conclusiones:


— La Sabiduría de Dios es un niño que nace
, Dios encarnado. La navidad es cuidar a los niños y necesitados

— Los sacerdotes de esta Navidad son ante todo María y los Magos, la mujer grávida de Dios, los magos buscadores de su sabiduría, que llegan a pie (sus caballos quedan ya sin jinetes en la parte bajo, a la izquierda).

— Éste es el gran misterio para José el Varón Israelita, mientras toca música el ángel de la flauta y llegan también los pastores…

Nota sobra la imagen:

Vengo evocando esta postal desde hace varios días, desde que presenté la Navidad como fiesta judía de “natalidad” con H. Harendt (y desde que expuse en el blog hace un mes el sentido y trayectoria de la Teología Copta, centrada en el nacimiento humano de Dios Niño).

Para presentar el tema pensé en este icono que conozco hace tiempo, pero en versiones menos claras (como la que pongo en segundo lugar…).
Pero tuve la suerte de descubrir la versión que había colgado en FB mi colega/amigo Rafael Castellano (con P. d’Ors) y pregunté sobre su origen, suponiendo que que era de Etiopia, y me respondió (en mi FB) Gerardo Jofre GG, experto y sabio colega, diciéndome que este icono de la Natividad proviene del Monasterio de Santa Catalina del Sinaí (Egipto), y que es del VII/IX dC (cf. Inventario Michigan 171, Universidad de Princeton USA).

Hay otras versiones del icono en google: Iconos del Monasterio de Santa Catalina

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

“Los reyes magos somos nosotros.” Epifanía. Ciclo B

Sábado, 6 de enero de 2018
Comentarios desactivados en “Los reyes magos somos nosotros.” Epifanía. Ciclo B

los-reyes-magos-ante-el-senadoDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

El autor del primer evangelio (el de Mateo), que probablemente reside en Antioquía de Siria, lleva años viviendo una experiencia muy especial: aunque Jesús fue judío, la mayoría de los judíos no lo aceptan como Mesías, mientras que cada vez es mayor el número de paganos que se incorporan a la comunidad cristiana. Algunos podrían interpretar este extraño hecho de forma puramente humana: los paganos que se convierten son personas piadosas, muy vinculadas a la sinagoga judía, pero no se animan a dar el paso definitivo de la circuncisión; los cristianos, en cambio, no les exigen circuncidarse para incorporarse a la iglesia.

Mateo prefiere interpretar este hecho como una revelación de Dios a los paganos. Para expresarlo, se le ocurre una idea genial: anticipar esa revelación a la infancia de Jesús, usando un relato que no debemos interpretar históricamente, sino como el primer cuento de Navidad. Un cuento precioso y de gran hondura teológica. Y que nadie se escandalice de esto. Las parábolas del hijo pródigo y del buen samaritano son también cuentecitos, pero han cambiado más vidas que infinidad de historias reales.

La estrella

Los antiguos estaban convencidos de que el nacimiento de un gran personaje, o un cambio importante en el mundo, era anunciado por la aparición de una estrella. Orígenes escribía en el siglo III:

“Se ha podido observar que en los grandes acontecimientos y en los grandes cambios que han ocurrido sobre la tierra siempre han aparecido astros de este tipo que presagiaban revoluciones en el imperio, guerras u otros accidentes capaces de trastornar el mundo. Yo mismo he podido leer en el Tratado de los Cometas, del estoico Queremón, que han aparecido a veces en vísperas de algún aconteci­miento favorable; de lo que nos proporciona numerosos ejemplos” (Contra Celso I, 58ss).

Sin necesidad de recurrir a lo que pensasen otros pueblos, la Biblia anuncia que saldrá la estrella de Jacob como símbolo de su poder (Nm 24,17). Este pasaje era relacionado con la aparición del Mesías.

El bueno: los magos

De acuerdo con lo anterior, nadie en Israel se habría extrañado de que una estrella anunciase el nacimiento del Mesías. La originalidad de Mt radica en que la estrella que anuncia el nacimiento del Mesías se deja ver lejos de Judá. Pero la gente normal no se pasa las noches mirando al cielo, ni entiende mucho de astronomía. ¿Quién podrá distinguirla? Unos astrónomos de la época, los magos de oriente.

La palabra “mago” se aplicaba en el siglo I a personajes muy distin­tos: a los sacerdotes persas, a quienes tenían poderes sobrenaturales, a propagandis­tas de religiones nuevas, y a charlatanes. En nuestro texto se refiere a astrólogos de oriente, con conocimientos profundos de la historia judía. No son reyes. Este dato pertenece a la leyenda posterior, como luego veremos.

El malo: Herodes, los sumos sacerdotes y los escribas

La narración, muy sencilla, es una auténtica joya literaria. El arran­que, para un lector judío, resulta dramático. “Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes”. Cuando Mt escribe su evangelio han pasado ya unos ochenta años desde la muerte de este rey. Pero sigue vivo en el recuerdo de los judíos por sus construcciones, su miedo y su crueldad. Es un caso patológico de apego al poder y miedo a perderlo, que le llevó incluso a asesi­nar a sus hijos y a su esposa Mariamme. Si se entera del nacimiento de Jesús, ¿cómo reaccionará ante este competidor? Si se entera, lo mata.

Un cortocircuito providencial

Y se va a enterar de la manera más inesperada, no por delación de la policía secreta, sino por unos personajes inocentes. Mt escribe con asombrosa habili­dad narrativa. No nos presenta a los magos cuando están en Oriente, observando el cielo y las estre­llas. Omite su descubrimiento y su largo viaje.

La estrella podría haberlos guiado directamente a Belén, pero entonces no se advertiría el contraste entre los magos y las autoridades políticas y religiosas judías. La solución es fácil. La estrella desaparece en el momento más inoportuno, cuando sólo faltan nueve kilómetros para llegar, y los magos se ven obligados a entrar en Jerusalén.

Nada más llegar formulan, con toda ingenuidad, la pregunta más compromete­do­ra: “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella y venimos a adorarlo”. Una bomba para Herodes.

El contraste

Y así nace la escena central, importantísima para Mt: el sobresalto de Herodes y la consulta a sacerdotes y escribas. La respuesta es inmediata: “En Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas”. Herodes informa a los magos y éstos parten. Pero van solos. Esto es lo que Mt quiere subrayar. Entre las autori­dades políticas y religiosas judías nadie se preocupa por rendir homenaje a Jesús. Conocen la Biblia, saben las respuestas a todos los proble­mas divinos, pero carecen de fe. Mientras los magos han realizado un largo e incómodo viaje, ellos son incapa­ces de dar un paseo de nueve kilómetros. El Mesías es rechazado desde el principio por su propio pueblo, anunciando lo que ocurrirá años más tarde.

Los magos no se extrañan ni desaniman. Emprenden el camino, y la reapari­ción de la estrella los llena de alegría. Llegan a la casa, rinden homenaje y ofrecen sus dones. Estos regalos se han interpretado desde antiguo de manera simbólica: realeza (oro), divinidad (incienso), sepultura (mirra). Es probable que Mt piense sólo en ofrendas de gran valor dentro del antiguo Oriente. Un sueño impide que caigan en la trampa de Herodes.

Los Reyes magos no son los padres, somos nosotros

A alguno quizá le resulte una interpretación muy racionalista del episodio y puede sentirse como el niño que se entera de que los reyes magos no existen. Podemos sentir pena, pero hay que aceptar la realidad. De todos modos, quien lo desee puede interpretar el relato históricamente, con la condición de que no pierda de vista el sentido teológico de Mt. Desde el primer momento, el Mesías fue rechazado por gran parte de su pueblo y aceptado por los paganos. La comunidad no debe extrañarse de que las autoridades judías la sigan rechazando, mientras los paganos se convierten.

La mitificación de la estrella

La estrella ha atraído siempre la atención, y sigue ocupando un puesto capital en nuestros naci­mientos. Mt, al principio, la presenta de forma muy sencilla, cuando los magos afirman: “hemos visto salir su estrella”. Sin embargo, ya en el siglo II, el Protoevangelio de Santiago la aumenta de tamaño y de capacidad lumínica: “Hemos visto la estrella de un resplandor tan vivo en medio de todos los astros que eclipsaba a todos hasta el punto de dejarlos invisibles”. Y el Libro armenio de la infancia dice que acompañó a los magos durante los nueve meses del viaje.

En tiempos modernos incluso se ha intentado explicarla por la conjunción de dos astros (Júpiter y Saturno, ocurrida tres veces en 7/6 a.C.), o la aparición de un cometa (detectado por los astrónomos chinos en 5/4 a.C.). Esto es absurdo e ingenuo. Basta advertir lo que hace la estrella. Se deja ver en oriente, y reaparece a la salida de Jerusalén hasta pararse encima de donde está el niño. Puesta a guiarlos, ¿por qué no lo hace todo el camino, como dice el Libro armenio de la infancia? ¿Y cómo va a pararse una estre­lla encima de una cuna? Para Dios «nada hay imposible», pero dentro de ciertos límites.

El número y nombre de los magos

En el Libro armenio de la infancia (de finales del siglo IV) se dice: “Al punto, un ángel del Señor se fue apresurada­mente al país de los persas a avisar a los reyes magos para que fueran a adorar al niño recién nacido. Y éstos, después de haber sido guiados por una estrella durante nueve meses, llegaron a su destino en el momento en que la Virgen daba a luz… Y los reyes magos eran tres hermanos: el primero Melkon (Melchor), que reinó sobre los persas; el segundo, Baltasar, que reinó sobre los indios, y el tercero, Gaspar, que tuvo en posesión los países de los árabes”. Para Mt, el dato esencial es que no son judíos, sino extranjeros.

Según Justino proceden de Arabia. Luego se impone Persia. En cuanto al número, la iglesia siria habla de doce.

El contraste entre la primera lectura y el evangelio

La liturgia parece ver en el relato de los magos el cumplimiento de lo anunciado en el libro de Isaías (Is 60,1-6).

¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz;

la gloria del Señor amanece sobre ti!

Mira: las tinieblas cubren la tierra, y la oscuridad los pueblos,

pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti.

Y caminarán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora.

Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti;

tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.

Entonces lo verás, radiante de alegría;

tu corazón se asombrará, se ensanchará,

cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar

y te traigan las riquezas de los pueblos.

Te inundará una multitud de camellos,

de dromedarios de Madián y de Efá.

Vienen todos de Saba, trayendo incienso y oro,

y proclamando las alabanzas del Señor.

Sin embargo, la relación es de contraste. En Isaías, la protagonista es Jerusalén, la gloria de Dios resplandece sobre ella y los pueblos paganos le traen a sus hijos, los judíos desterrados, la inundan con sus riquezas, su incienso y su oro. En el evangelio, Jerusalén no es la protagonista; la gloria de Dios, el Mesías, se revela en Belén, y es a ella adonde terminan encaminándose los magos. Jerusalén es simple lugar de paso, y lugar de residencia de la oposición al Mesías: de Herodes, que desea matarlo, y de los escribas y sacerdotes, que se desinteresan de él.

***

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Dios se manifiesta siempre, pero desde dentro.

Sábado, 6 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Dios se manifiesta siempre, pero desde dentro.

1_epifaniaMt 2, 1-12

Esta fiesta es la más antigua que se conoce. Fue la única fiesta de Navidad que se celebró en toda la Iglesia, hasta que en Occidente se empezó a celebrar el 25 de Diciembre la Natividad. La palabra “Epifanía” significa en griego “manifestación”, sobre todo la aparición de la primera claridad de la mañana, antes de que aparezca el sol. Siguió celebrándose la fiesta de Epifanía, pero con otros significados. Durante mucho tiempo se celebraban en ella tres “epifanías”: la adoración de los Magos, el bautismo de Jesús y las bodas de Caná. El 6 de Enero se celebraba en Roma el triple triunfo de Augusto César.

Empezábamos el tiempo de Navidad con un relato del evangelista Lucas que hablaba de pastores, ángeles y el niño en el pesebre. Hoy terminamos con otro relato no menos fantástico de Mt, sobre unos magos que vienen a adorar a Jesús. En esta “historia” está recogida la tradición del AT y la experiencia de los primeros cristianos. Se intenta expresar una cristología ya avanzada. Debemos recordar que el título de Rey no se le dio a Jesús hasta después de su muerte. También debemos tener presente que los tres títulos que en el relato se sobreentienden (Rey, Hijo de Dios y Mesías) se implican unos en otros.

La apertura de los primeros cristianos a los paganos fue un salto cualitativo en la manera que tenía el pueblo judío de interpretar sus relaciones con Dios. Este cambio de perspectiva no se llevó a cabo sin traumas dentro de la primera comunidad. Los escritos del NT dejan bien claro que solo se consiguió después de muchas discusiones y mucha reflexión. No nos debe extrañar esta dificultad. Los judíos se consideraban el pueblo elegido. Creían sinceramente que Dios había hecho por ellos prodigios que no había hecho con ningún otro pueblo. Todavía nos cuesta mucho a nosotros aceptar que Dios no puede tener privilegios con ninguna persona ni con ningún pueblo ni con ninguna religión.

Esta universalidad del mensaje es el tema de las tres lecturas e incluso del salmo de la liturgia de hoy. Desde distintos ángulos, todas nos hablan de una novedad en la relación de Dios con los hombres. Dios se manifiesta siempre a todos, aunque solo le descubre el que le busca. La originalidad de la experiencia religiosa del pueblo judío, no la puso Dios sino la peculiar manera de ser de este pueblo, capaz de interpretar los acontecimientos de la vida como manifestación del amor de Dios hacia ellos. En realidad, Dios no puede hacer por uno lo que no hace por otro. Dios es AMOR absoluto y total. En Él, el amor es su esencia, no una cualidad, que podría tener o no tener, como pasa en nosotros.

Dios constantemente se está manifestan­do en su creación, para todo aquel que está atento. Esa atención no se refiere a los sentidos sino al ser. Muchas veces os he dicho que Dios no actúa desde fuera como las causas segundas, sino desde el ser de cada criatura y acomodándose a la manera de ser de cada una; por lo tanto, será inútil todo intento de percibir esas acciones con nuestros sentidos. Para descubrir esas manifestaciones de Dios  hay que desplegar una muy especial atención, dirigida al centro de nuestro propio ser.

El relato de los Magos va en esta dirección. Ellos descubrie­ron la estrella, porque se dedicaban a escudriñar el cielo; fueron capaces de levantar los ojos de la tierra… Ellos a pesar de estar lejos vieron la estrella; la inmensa mayoría de los que estaban alrededor del recién nacido, ni se enteraron. Nuestra religiosidad no consigue su objetivo, porque nos empeñamos en encontrar a Dios donde no está. Porque nos empeñamos en descubrir, no al verdadero Dios, sino al ídolo que nos hemos fabricado.

Dios no está en los fenómenos que percibimos por los sentidos. Mejor dicho, Dios está en todos los fenómenos, aunque no de una manera especial en los que nosotros percibimos como maravillosos. Nosotros nos empeñamos en descubrirlo solo en lo extraordina­rio, pero la verdad es que Dios se manifiesta exactamente igual en los acontecimientos más sencillos y cotidianos. Hay que aprender a descubrir esa presencia. En la fragancia de una flor, en un amanecer, en la sonrisa de un niño, en el sufrimiento de un enfermo, etc.

La experiencia de todos los místicos les llevó a concluir que Dios es siempre el escondido, el ausente. S. Juan de la Cruz: “A donde te escondiste, Amado y me dejaste con gemido. Como el ciervo huiste, habiéndome herido. Salí tras ti clamando y eres ido.” Y el místico sufí persa Edwin Rumi dice: Calla mi labio carnal. Habla en mi interior la calma, voz sonora de mi alma, que es el alma de otra Alma eterna y universal. ¿Dónde tu rostro reposa, Alma que a mi alma da vida? Nacen sin cesar las cosas, mil y mil veces ansiosas de ver Tu faz escondida. También dice Pascal: Toda religión que no predique un Dios escondido, es falsa. De Dios nunca se podrá decir está aquí o está allí, es esto o es lo otro. Y cuando lo hacemos, fallamos estrepitosamente.

Me preocupa que los católicos estemos convencidos de que no hay nada que aprender sobre Dios, porque ya lo sabemos todo. Sea en cuanto a las verdades, sea en cuanto a las normas morales, sea en cuanto a las celebraciones litúrgicas, el hecho de que no haya capacidad de innovación, es la mejor prueba de que estamos en una religión sin vivencia, es decir en una religión muerta. Dios se manifiesta siempre como novedad. Si encontramos dos veces el mismo dios, estamos relacionándonos con un ídolo.

Ya hemos dicho que la clave de esta celebración es la universalidad del mensaje. En Navidad veíamos a Dios encarnado. Hoy celebramos a Dios manifestado. La manifestación de Dios es universal, en cuanto al tiempo y en cuanto a espacio; es decir, se está siempre manifestando y se manifiesta en todo lo creado. Esto no lo hemos asumido del todo los cristianos. Seguimos creyéndonos unos privilegiados porque conocemos a Jesús. Seguimos lamentando la situación de los que no creen en él, porque los pobrecitos no podrán participar de su salvación. Es verdad que desde el Vaticano II, hemos avanzado mucho en esta materia, pero no hemos dado el paso definitivo.

Hoy debíamos tener ya muy claro que Jesús no vino a fundar una religión frente a la religión judía; ni una Iglesia frente a otras Iglesias. Jesús predicó el Reino de Dios. Jesús nos trajo un evangelio (buena noticia) para todas las religiones, para todas las Iglesias, para todos los pueblos, para todos y cada uno de los seres humanos. Nuestra religión, como todas las demás, tiene que estar abierta a la buena noticia de Jesús. No debemos dar por supuesto que somos portadores de esa buena noticia; mucho menos que somos los únicos depositarios de ella.

Es curioso que el término “católica” que significa universal, haya terminado significando solamente una parte de los seguidores de Jesús. Claro que el término universal se puede entender de dos maneras. Universal porque todos pertenezcan a ella (así lo hemos entendido siempre). Universal por el objetivo de nuestra preocupación y nuestra entrega. Para mí, este segundo aspecto sería mucho más evangélico que el primero. Que el objeto de la preocupación, del cariño; en una palabra, del amor, fueran todos los seres humanos sin excepción. Si no tenemos claro lo segundo, es que no hemos entendido el evangelio.

El relato era completamente verosímil en aquel tiempo. Todos, incluidos los más ilustrados, creían que el nacimiento de grandes personajes estaba precedido de fenómenos astrológicos. La aparición de una nueva estrella era el más común. El hecho de que fuera verosímil no quiere decir que el relato sea histórico. Los cristianos tenían motivos para apoyarse en tales relatos, una vez que estaban convencidos del significado de Cristo a todos los niveles.

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

“Epifanía: Atención a la luz”, por Rogelio Cárdenas.

Sábado, 6 de enero de 2018
Comentarios desactivados en “Epifanía: Atención a la luz”, por Rogelio Cárdenas.

1106DiosesluzAun habiendo estrenado el año con la colectiva expectativa de que las cosas sean mejores, en todos los sentidos, persisten muchas situaciones que oscurecen y ensombrecen la vida de mucha gente. Como cada año, no faltan las profecías fatalistas, que ennegrecen el panorama. En medio de eso, celebramos una fiesta que, más allá de las tradiciones populares, embellece la etapa final del tiempo de Navidad y nos ofrece pistas sugerentes para la vuelta paulatina a la vida cotidiana en la luz.

Tenemos en todas partes vestigios de oscuridad. Millones de personas en el mundo, sobreviven como pueden, entre el acecho y la amenaza. La violencia cobra cada día más víctimas, y padecemos las consecuencias de la avaricia y el egocentrismo crispado. Constatamos además lo que sucede cuando las ideologías se crispan, y los narcisismos gobiernan. Sobran razones para la incertidumbre y el pesimismo.

El punto de partida de la fiesta de la Epifanía es la luz de Dios, que se manifiesta en medio de la densa oscuridad. El primer elemento es la luz del astro que llamó la atención de los magos de Oriente. Dios expresa su amor incondicional, poderoso en todo, que nos ofrece luz que orienta nuestros pasos, y nos llena de inmensa alegría. La luz de Dios mueve a seguir andando, buscando el reinado de paz para todo el mundo, sin darnos por vencidos. Por más densa que sea la oscuridad, hay luz.

No quepa duda alguna: Dios manifiesta su gloria, que resplandece en medio de la oscuridad; pero es preciso que pongamos atención, pero necesitamos poner atención, y fijarnos bien, y buscar, y adorar y ofrecer; para sentir inmensa alegría. ¿De qué serviría la luz si no nos percatáramos de ella? Vivamos mirando, pero no de manera descuidada, sino poniendo atención. Vivir lo más atentamente posible, reconociendo lo que en realidad está sucediendo, y lo que ante ello pensamos y sentimos.

Caminar atentamente, sí, pero en actitud de búsqueda. Porque mirar y escuchar, entre tantos destellos deslumbrantes que saturan los caminos, puede ser muy complicado. Buscar a Dios nos da rumbo, nos orienta y da sentido al camino, para no rendirnos. No tiene sentido andar por andar, hay que saber por qué y para qué, o para quién caminamos. Buscamos a Dios en el camino. Vivamos poniendo atención, sí, pero ejercitando la capacidad de captar la presencia divina en cada circunstancia.

Iniciemos el año proponiéndonos vivir con atención y buscando a Dios; a ejemplo de los magos de Oriente, que buscaban al Rey.  No confundamos vivir en búsqueda, con vivir en ansiedad; no confundir la sana esperanza, con la enfermiza expectativa. Busquemos a Dios; aprendiendo a agradecer y celebrar. Busquemos primero, no el propio confort; sino el reinado de Dios, tal como nos enseñó Jesús, y ayudándonos unos a otros a buscar lo que en realidad necesitamos, nos da luz y paz.

Otra pista sugerente para iniciar el año, en la escena evangélica de los magos de Oriente, es cuando, al encontrarse con Jesús y su familia, aquellos sabios, reconociendo en esa pequeña humanidad, la más hermosa manifestación de la divinidad, se postraron y le adoraron. Adorar en este tiempo, tan de narcisismos, no es fácil. Mucha gente idolatra su imagen, inflada de elogios y mesianismos, o maquillada con causas aparentemente razonables. Vivir sin adorar, a nadie más que a Él, nos libera y llena de inmensa alegría.

Nos gusta, sin duda, no solamente idolatrar, sino ser el centro. Que nos regalen, presos de la compulsión obsesiva de retener, acumular, negociar o recibir reconocimiento. De los magos de Oriente que, adorando a Dios, abren sus cofres y ofrecen los tesoros que han llevado consigo a Jesús, aprendemos otra importante actitud: Ofrecer. Cuando ponemos atención en Dios, podemos abrir nuestros cofres y ofrecer; no sólo lo que tengamos, sino quienes seamos. Del miedo a perder, que difícilmente nos libera del propio ego, sanamos dándonos gratuitamente, generosamente, humildemente.

Así que, al iniciar el año, no nos dejemos vencer por el miedo y la oscuridad y, poniendo atención a la luz divina que se manifiesta, caminemos buscando y ofreciendo, para sentir inmensa alegría…

¡Atención, mucha atención en Epifanía!

Miremos con atención, para percatarnos de la Luz.

Dejémonos conmover con la alegría que sólo puede venir de Dios.

Adorémosle con cariño y gratitud, y ofrezcámonos como don a los demás.

Hoy Dios se está manifestando en nuestra vida…

Recibamos con gratitud, los regalos que nutren nuestra vida.

Recuperemos la capacidad de encontrar y dejarnos guiar por la luz.

Recordemos la alegría que viene de encontrarnos y contemplar a Jesús.

Regalemos, no sólo cosas, sino lo mejor de nosotros mismos a los demás…

Rogelio Cárdenas, msps

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Cuando nace un niño, se enciende una estrella

Sábado, 6 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Cuando nace un niño, se enciende una estrella

estrella_belenDel blog de Tomás Muro La Verdad es libre:

01. OSCURIDAD Y NOCHES EN LA VIDA.

Hoy en día no andamos muy lejos de lo que hemos escuchado al profeta Isaías en la primera lectura: las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos.

Y no es menos cierto que también vivimos en lo que anunciaba Isaías: sobre ti amanecerá el Señor, que es lo que hemos celebrado, estamos
celebrando estos días de Navidad y Epifanía.

Sigamos el consejo de Juan XXIII y no seamos “profetas de calamidades”, pero no es menos cierto que es densa la noche cultural, política, económico-consumista, eclesiástica (si no fuese por la brecha hacia la luz que abre el papa Francisco), que nos embarga.

02. CUANDO NACE UN NIÑO, SE ENCIENDE UNA ESTRELLA.

Tal vez el relato de los magos y la estrella tenga sus raíces en la hermosa tradición judía que dice: cuando un niño nace, se “enciende” una estrella en el cielo. Por eso en el cielo hay tantas estrellas. Cuando nace un niño se enciende una luz, un mundo de posibilidades, un universo personal en el ámbito de la comunidad humana.

Sigamos en el mundo poético y pensemos que cuando Jesús nació, una gran luz, una estrella se nos ha aparecido el cielo. (Quizás habríamos de tener una sensibilidad más poética a la hora de escuchar el EVANGELIO, los evangelios).

tumblr_o15rzkf2ys1qfcut3o1_128003. ¿ADÁN, DÓNDE ESTÁS? ¿DÓNDE ESTÁ EL REY DE LOS JUDÍOS?

Los Magos preguntan a Herodes: ¿Dónde está el Rey de los judíos?

Tras el mal uso de la libertad del ser humano (pecado), lo primero que Dios le pregunta es ¿Adán dónde estás? (Gn 3,9).

Es evidente de que no se trata de una pregunta “geográfica”.

La pregunta “¿dónde estás?”,” ¿dónde está?” no es una pregunta banal.,

En la Biblia aparece con alguna frecuencia

o Tras el mal uso de la libertad, Dios le pregunta a Adán ¿Dónde estás?, (Gn 3,9).

o Cuando Caín mata a Abel, Dios le pregunta ¿Dónde está tu hermano? (Gn 4,9).

o Job en su desgracia se encara con Dios con una pregunta semejante a la del evangelio de los Magos: ¿dónde está Dios?, (Job 20,7)

o Job se pregunta: ¿dónde estará el hombre a su muerte? (Job 17,15)

o Ojalá si pudiera saber dónde hallar a Dios (Job 23,3 / 35,1)

o María Magdalena vuelve desconcertada del sepulcro de Jesús al grupo de discípulos y les dice: se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto, (Jn 20,2).

¿Dónde estoy yo? ¿Dónde me encuentro en la vida?, ¿dónde está Dios? son cuestiones de hondo calado en las que se ventila el sentido de una existencia realizadora y serena

A veces hemos de pararnos, como los magos, en la vida, para pensar y siempre preguntar-nos, también como los magos: ¿dónde estoy? ¿En qué momento de la vida me encuentro? Cada cual con nuestras situaciones, PROBLEMAS, CAMINOS, DESORIENTACIONES en la vida.

El “dónde” del ser humano es Dios.

04. MAGOS DE ORIENTE: MOMENTO ECLESIAL.

Los Magos, no eran judíos, sino gente pagana y extranjera; pero han visto salir la luz en la noche de la vida.

Pero Herodes, la institución, no sabe dónde tenía que nacer la luz, el mesías. “Los sabios y entendidos” (el poder) lo saben todo, pero no creen en nada. Conocen la verdad, pero están lejos de ella, no la aman. Los amigos de Job conocían la doctrina respecto de la escatología, y la repiten como “charlatanes de feria”, pero no dan un paso “siguiendo la estrella” en búsqueda de la verdad y la esperanza.

Es lo que suele ocurrir en la Iglesia. En el Obispado, en los ámbitos de poder. Ya Cristo bendecía a Dios porque has escondido estas cosas a los inteligentes y poderosos de este mundo y se las has revelado a la gente sencilla

Quienes ven la luz, la estrella son unos extranjeros. Son los paganos quienes buscan y encuentran la luz.

Este relato de Mateo, escrito para cristianos de cultura judía, le tuvo que sentar muy mal al mundo judío, porque son los paganos, extranjeros los ven la luz. Dios no es patrimonio exclusivo de un lugar o de una nación. Dios se da a todos, sean de la nación que sean, Rm 2,11).

Lo estamos viendo ahora mismo con lo que le está ocurriendo al papa Francisco. Los sabios y entendidos, la curia, etc. son los que se oponen a la luz, a la estrella, a una Iglesia más evangélica como quiere seguir Francisco. Sin embargo, los sencillos, los marginados son los que caminan con el momento eclesial de Francisco. (Sínodo, iglesia sinodal significa caminara juntos como Abrahán, como el éxodo, como los Magos, los dos de Emaús, etc…).

fcf5d57e040d7eed0863aa41d0e89c66-stained-glass-panels-stained-glass-patterns05. LOS MAGOS VIENEN DE ORIENTE.

Sigamos leyendo y pensando estas cosas poéticamente.

Los Magos vienen de ORIENTE, -de donde nace el sol- y caminan hacia la luz. Están ORIENTADOS. Oriente es donde nace el sol, la luz. Los Magos siguen la luz, siguen la estela de la estrella. Aman y, por ello, buscan la verdad.
Las palabras tienen significados que, con el uso y el tiempo, pueden quedar olvidados o gastados. En castellano decimos: “ORIENTAR”, “estoy DESORIENTADO”, etc. Oriente significa donde nace la luz. La desorientación es la pérdida del sentido, del camino.

La vida nos puede ser favorable o menos, podemos atravesar por noches oscuras y valles de tinieblas, pero como antiguamente Abraham y los Magos, si miramos la estrella, viviremos ORIENTADOS, quizás sufrientes, pero ORIENTADOS

Decía San Agustín que “El alma (el ánima) está más presente donde ama (en el “lugar”, en la persona que ama) que en el cuerpo que la anima”. (San Agustín). La luz está más presente en la estrella del cielo y en quien la mira con nostalgia que en Jerusalén y en los entendidos. Abraham miró las estrellas y creyó.

06. EPIFANÍA ES ABRIR CAMINOS:

Epifanía es buscar y caminar hacia la luz:

01. DIÁLOGO INTERCRISTIANO. Muchas cosas hemos de repensar los cristianos y las iglesias, pero no desde el poder (Herodes), sino desde la Luz.

02. DIÁLOGO INTERRELIGIOSO: la globalización y el mismo concepto de revelación nos ha de llevar a pensar que Dios también ha hablado a otros pueblos y culturas. La estrella está y sale en el cielo (Dios) para todos, no para unos pocos.

03. PENSAMIENTO INTRACATÓLICO: La revelación, la estrella, están en el flujo de la historia de la Iglesia, los creyentes, las comunidades cristianas hemos de procurar hacer nuestra esa luz para que ilumine cada situación humana y eclesial. No está dicho todo, no está todo formulado definitivamente, caminante no hay camino, se hace camino al andar…

04. Abrir caminos en la VIDA SOCIO-POLÍTICA, en la pacificación de los pueblos, incluido el nuestro. No todo está dicho ni hecho: ser cristiano –y humano- es saber ver o cuando menos buscar la luz –salidas- en las diversas situaciones y problemas.

05. MIGRACIONES. Por muy diversas circunstancias estamos viviendo una gran movilidad de gentes: migraciones desde todas y a todas las partes del mundo. Siempre se han producido movimientos migratorios: desde la época bíblica, las migraciones del norte de Europa hacia el sur, los movimientos de Asia hacia Europa, la deportación de negros africanos a América, migraciones de nuestro propio pueblo a América por motivos de trabajo (pastores, pelotaris) o por motivos políticos (guerra civil española). No está lejana la gran emigración interna dentro de España de los años 40´, después en los años 50-60 a Europa, así como la emigración del sur al norte de Europa allá por los años 60.

Por otra parte, hoy en día vivimos en una gran movilidad: cualquier chaval puede hacer un Erasmus en Hamburgo o en Inglaterra. La movilidad por motivos profesionales, de estudios o simplemente de vacaciones, vivimos en una gran movilidad. Ante las migraciones podemos seguir los caminos de Herodes, que en gran medida son los nuestros cuando no los acogemos, o les hacemos un contrato basura, o les despreciamos porque son de otro color o no tienen nuestros modos de vivir. (Mostrad, pues, amor al extranjero, porque vosotros fuisteis extranjeros en la tierra de Egipto. Dt 10,19).

07. EL SUEÑO: LOS MAGOS SE VUELVEN A SU CASA POR OTRO CAMINO.

Los magos, como José, son sensibles y reciben el mensaje de Dios en sueños. Le oyen, le escuchan.

Los Magos se vuelven a su casa por otro camino. Y no cambian de camino para evitar a Herodes, sino porque han encontrado el camino, Yo soy el camino, la verdad, la vida (Jn 14,6).

Jesús, la luz, no está en los caminos y pretensiones de Herodes (y hay mucho Herodes y faraones sueltos por la historia), sino en el débil y acostado en un pesebre.

Herodes fue un rey, pero todos llevamos un Herodes dentro de nosotros mismos, podemos tener temores de que nos quiten nuestra cota de poder.

Cuando uno escucha a Dios se da cuenta de que los caminos de Herodes: del poder, del anquilosamiento producen muerte (inocentes).

Como los magos, levántate y volvamos a casa por otro camino.

***

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Santa María Madre de Dios. Lunes 01 de Enero de 2018

Lunes, 1 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Santa María Madre de Dios. Lunes 01 de Enero de 2018

De Koinonia:

0108

 

 

Números 6,22-27

Invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré

El Señor habló a Moisés:

“Di a Aarón y a sus hijos: Ésta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas:

“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor se fije en ti
y te conceda la paz”.

Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré.”

Salmo responsorial: 66

El Señor tenga piedad y nos bendiga.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.

Gálatas 4,4-7

Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer

Hermanos:

Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama: “¡Abbá! (Padre).” Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Aleluya Heb 1, 1-2

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. En muchas ocasiones habló Dios antiguamente
a los padres por los profetas.
En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo. R.

Lucas 2,16-21

Encontraron a María y a José, y al niño.

A los ocho días, le pusieron por nombre Jesús

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.

Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

*

Homilía de Monseñor Romero sobre los textos litúrgicos de hoy
(1 de enero de 1978)

Amados hermanos, amados radio-oyentes:

Con el saludo bíblico que Dios mandaba cuando se dirigía a su pueblo, ya que los cristianos hoy somos el Israel espiritual de Dios, somos el pueblo de Dios, y para nosotros es este precioso augurio de Año Nuevo: “El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz”, no podía hacerse un saludo más oportuno y espléndido para el año nuevo que estas palabras que la Biblia pone a nuestra consideración esta mañana, y al mismo tiempo unir a esta buena voluntad de Dios la presencia de María, la Virgen Madre.

Hay una fiesta oficial de la Iglesia en honor de María y es hoy, 1º de enero. Ocho días después de dar a luz al Redentor del mundo la Iglesia quiere llamar la atención de todos sus hijos para celebrar la solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Así se inicia el año bajo la bendición directa de Dios y bajo este título que es toda una inspiración de confianza en el poder de la Virgen, por ser de Dios. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , , , , ,

“Hoy”. Santa María, Madre de Dios – B (Lucas 2,16-21)

Lunes, 1 de enero de 2018
Comentarios desactivados en “Hoy”. Santa María, Madre de Dios – B (Lucas 2,16-21)

07_Santa_Maria_B-180x300Lucas concluye su relato del nacimiento de Jesús indicando a los lectores que «María guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón». No conserva lo sucedido como un recuerdo del pasado, sino como una experiencia que actualizará y revivirá a lo largo de su vida.

No es una observación gratuita. María es modelo de fe. Según este evangelista, creer en Jesús Salvador no es recordar acontecimientos de otros tiempos, sino experimentar hoy su fuerza salvadora, capaz de hacer más humana nuestra vida.

Por eso Lucas utiliza un recurso literario muy original. Jesús no pertenece al pasado. Intencionadamente va repitiendo que la salvación de Jesús resucitado se nos está ofreciendo hoy, ahora mismo, siempre que nos encontramos con él. Veamos algunos ejemplos.

Así se nos anuncia el nacimiento de Jesús: «Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador». Hoy puede nacer Jesús para nosotros. Hoy puede entrar en nuestra vida y cambiarla para siempre. Ahora mismo podemos nacer con él a una existencia nueva.

En una aldea de Galilea traen ante Jesús a un paralítico. Jesús se conmueve al verlo bloqueado por su pecado y lo sana ofreciéndole el perdón: «Tus pecados quedan perdonados». La gente reacciona alabando a Dios: «Hoy hemos visto cosas admirables». También nosotros podemos experimentar hoy el perdón, la paz de Dios y la alegría interior si nos dejamos sanar por Jesús.

En la ciudad de Jericó, Jesús se aloja en casa de Zaqueo, rico y poderoso recaudador de impuestos. El encuentro con Jesús lo transforma: devolverá lo robado a tanta gente y compartirá sus bienes con los pobres. Jesús le dice: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa». Si dejamos entrar a Jesús en nuestra vida, hoy mismo podemos empezar una vida más digna, fraterna y solidaria.

Jesús está agonizando en la cruz en medio de dos malhechores. Uno de ellos se confía a Jesús: «Acuérdate de mí cuando estés en tu reino». Jesús reacciona inmediatamente: «Hoy estarás conmigo en el paraíso». También el día de nuestra muerte será un día de salvación. Por fin escucharemos de Jesús esas palabras tan esperadas: «Descansa, confía en mí, hoy estarás conmigo para siempre».

Hoy comenzamos un año nuevo. Pero ¿qué puede ser para nosotros algo realmente nuevo y bueno? ¿Quién hará nacer en nosotros una alegría nueva? ¿Qué psicólogo nos enseñará a ser más humanos? De poco sirven los buenos deseos. Lo decisivo es estar más atentos a lo bueno que Jesús despierta en nosotros. La salvación se nos ofrece cada día. No hay que esperar a nada. Hoy mismo puede ser para mí un día de salvación.

José Antonio Pagola

Audición del comentario

Marina Ibarlucea

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , ,

Tres actitudes para el nuevo año. Fiesta de Santa María, Madre de Dios

Lunes, 1 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Tres actitudes para el nuevo año. Fiesta de Santa María, Madre de Dios

0704131434_21Del blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

Un extraño cambio en 1970

Cualquier judío sabe que a un niño hay que circuncidarlo a los ocho días de nacer. Así lo ordenó Dios a Abrahán: “A los ocho días de nacer, todos vuestros varones de cada generación serán circuncidados” (Génesis 17,12). Por consiguiente, cuando la iglesia adoptó el 25 de diciembre como fecha del nacimiento, el 1 de enero pasó a celebrarse la fiesta de la circuncisión e imposición del nombre de Jesús.

            Existía también una fiesta de Santa María, Madre de Dios, solemnidad que se había introducido en las iglesias orientales hacia el año 500 y que la iglesia católica romana terminó celebrando el 11 de octubre. Parecía lógico relacionar más estrechamente esta fiesta de la maternidad de María con el nacimiento de Jesús. Por eso, a partir de 1970 se trasladó la fiesta al 1 de enero.

            Esto implicó unir dos celebraciones importantes el mismo día: nombre de Jesús y Maternidad divina de María. Por si fuera poco, a Pablo VI se le ocurrió celebrar también el 1 de enero la Jornada Mundial por la Paz.

            Dado que incluso los cristianos más piadosos celebran el Fin de Año y no están al día siguiente con la cabeza demasiado despejada, se ha decidido aligerar un poco de celebraciones el 1 de enero.

            Y lo ha pagado quien menos se podía imaginar. La fiesta del Nombre de Jesús ha perdido la categoría de fiesta y pasa este año 2016 a celebrarse el día 3 de enero, aunque se mantiene en la misa del día 1 la referencia a la circuncisión e imposición del nombre.

El libro bíblico de los Números no lo escribió san Francisco de Asís

            La primera lectura de hoy dice:

El Señor habló a Moisés: Di a Aarón y a sus hijos: Ésta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas: “El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz.” Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré.»

            Muchas personas piensan que esta bendición es de san Francisco de Asís. La escribió muchos siglos antes un autor bíblico para que la pronunciaran los sacerdotes sobre los israelitas. Es tan breve, clara y profunda que cualquier comentario sólo sirve para estropearla.

Tres actitudes para el nuevo año (Lucas 2,16-21)

            En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño.

            Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores.

            María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

            Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.

            Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

            El texto relaciona dos acontecimientos muy distintos, separados por ocho días de distancia. El primero, la visita de los pastores, es lo mismo que leímos el 25 de diciembre en la segunda misa, la del alba. En la escena se distinguen diversos personajes:

  • ü Empieza y termina con los pastores, que corren a Belén y vuelven alabando y dando gloria a Dios. Los pastores simbolizan la “política incorrecta” de Dios. El gran anuncio del nacimiento del Mesías no se comunica al Sumo Sacerdote de Jerusalén, ni a los sacerdotes y levitas, ni a los estudiosos escribas, ni a los piadosos fariseos. Se comunica a unos pastores que, en la escala social de aquel tiempo, ocupan el penúltimo lugar, el de las clases impuras, porque su oficio se equipara al de los ladrones. Sin embargo, esta gente tan poco digna socialmente, corre hacia Jesús, cree que un niño envuelto en pañales y en un pesebre puede ser el futuro salvador, aunque ellos no se beneficiarán de nada, porque, cuando ese niño crezca, ellos ya habrán muerto. La visita de los pastores simboliza lo que dirá Jesús más tarde: “Te alabo Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla.”
  • ü Está también presente un grupo anónimo, que podría entenderse como referencia a la demás gente de la posada, pero que probablemente nos representa a todos los cristianos, que se admiran de lo que cuentan los pastores.
  • ü Finalmente, el personaje más importante, María, que conserva lo escuchado y medita sobre ello. En los relatos de la infancia, Lucas ofrece dos imágenes muy distintas de María. En la anunciación, Gabriel le comunica que será la madre del Mesías, y ella termina alabando en el Magnificat las maravillas que Dios ha hecho en ella. Pero, cuando Jesús nace, Lucas habla de María de forma muy distinta. A partir de ese momento, todo lo relacionado con Jesús le resulta nuevo y desconcertante: lo que dicen los pastores, lo que dirá Simeón, lo que le dirá Jesús a los doce años cuando se quede en Jerusalén. En esas circunstancias, María no repite “proclama mi alma la grandeza del Señor”. Se limita a callar y meditar, igual que hará a lo largo de toda la vida pública de Jesús.

            Estas tres actitudes se complementan: la admiración lleva a la meditación y termina en la alabanza de Dios. Tres actitudes muy recomendables para el próximo año.

            La segunda escena tiene lugar ocho días más tarde. Algo tan importante y querido para nosotros como el nombre de Jesús lo cuenta Lucas en poquísimas palabras. Su sobriedad nos invita a reflexionar y dar gracias por todo lo que ha supuesto Jesús en nuestra vida.

En vez de propósitos y buenos deseos, una buena compañía

            El comienzo de año es un momento ideal para hacer promesas que casi nunca se cumplen. También se formulan deseos de felicidad, generalmente centrados en la clásica fórmula: salud, dinero y amor. La liturgia nos traslada a un mundo muy distinto. Abre el año ofreciéndonos la compañía de Dios Padre, que nos bendice y protege, de Jesús, que nos salva, de María, que medita en todo lo ocurrido.

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , , ,

Fray Marcos: Todo pasa pero Algo permanece.

Lunes, 1 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Fray Marcos: Todo pasa pero Algo permanece.

10606318_617273248399111_8746883897478240454_nLc 2, 16-21

El texto de Lc que acabamos de leer está en línea con lo que venimos diciendo estos días: total inserción de Jesús en las tradiciones judías. Al decirnos que María rumiaba todo esto, está apuntando a la importancia de lo que estaba pasando dentro de ella y de los demás protagonistas. Importante el nombre: Jesús=Dios salva, lo dice todo.

El tema de María Madre merecería más aclaración de la que permite este pequeño comentario. ¡Claro que la maternidad de María es un dogma! Pero no se discutió en el concilio como un tema mariológico, sino cristológico. Fue definido en Éfeso en el 431. Inmediatamente fue mal entendido (hay que tener en cuenta que, en aquella ciudad, se veneraba a la “Magna Mater”, diosa virgen Artemisa o Diana) y tuvo que ser aclarado veinte años después por el concilio de Calcedonia (451) matizando lo formulado en Éfeso, concretando que María era madre de Dios “en cuanto a su humanidad”.

Debemos tener en cuenta el contexto en que fue formulado este dogma. Se definió como un intento de confirmar, contra la herejía nestoriana que afirmaba dos personas en Jesús, que el fruto del parto de María fue una única persona. No olvidemos que el concilio de Éfeso lo promovió Nestóreo para condenar como hereje a Cirilo, que proclamaba una sola persona en Cristo; y por lo tanto que María era con pleno sentido, madre de Dios. A Nestóreo le salió el tiro por la culata, pero faltó el canto de un duro para que se condenara como herejía lo que se definió como dogma.

En efecto, en una primera sesión, sin la asistencia de Nestóreo, que no quería que se celebrara antes de que llegara su amigo el patriarca de Antioquia, se definió el dogma condenando a Nestóreo. Cuando a los pocos días llegó su amigo Juan de Antioquia, se celebró una sesión paralela y definieron lo contrario, condenando como hereje a Cirilo. Visto lo cual, el Emperador Teodosio depone a los dos, (Cirilo y Nestóreo) y los encarcela. Unos días más tarde, cuando llegan los delegados del Papa, convencen al emperador para que acepte lo definido en la primera sesión y libere a Cirilo. A Nestóreo le obligó a retirarse a un monasterio. Teodosio decidió qué era dogma y qué era herejía.

Este dogma es el mejor ejemplo de cómo conservando las palabras, tergiversamos el sentido. Cuando se definió el dogma, se tenía una idea completamente distinta de la maternidad. Se creía entonces que la madre era solo el recipiente donde el varón depositaba la semilla del nuevo ser, en el que la madre no tenía más misión que la de acogerle y alimentarle. De hecho la traducción correcta del termino griego “theotokos”, sería “la que pare a Dios”. Solo desde esa concepción de la maternidad, se pudieron desarrollar las mitologías sobre seres humanos que se consideraron hijos de Dios.

Lo que estamos celebrando es que María hace presente a Dios alumbrando a Jesús. S. Agustín dice que María fue madre de Dios, no por su relación biológica, sino por haber aceptado el proyecto de Dios. El evangelio deja bien claro lo que es importante en María. Cuando le dicen a Jesús, que su Madre y sus hermanos están fuera, contesta: ¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos? El que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre.

Año Nuevo.- Estamos en el tiempo para darme cuenta de mi verdadero ser y descubrir que estoy ya en la eternidad, que mi verdadero ser no está en el chronos sino en el kairos. Seré cada año más joven si soy cada día más libre. Mi verdadero ser lo constituye lo que de divino hay en mí, y eso es eterno. No tengo que esperar nada. Soy ya la plenitud y estoy en lo eterno. Mi singularidad e individualidad es apariencia. No debemos empeñarnos en meter a Dios en el tiempo, sino en salir nosotros de él. Soy la ola que aun no se ha dado cuenta de que es océano. El océano aun no se ha reflejado en mí. Tengo que darme cuenta de que soy océano y entonces el océano me dirá que él es ola. Cuando Jesús dice: “Yo y el padre somos uno”, no lo dice desde el falso yo, sino desde su verdadero ser. Es lo que hay en mí de Dios quien dice: Yo y Dios somos uno.

El tiempo en el que se desarrolla nuestra existencia tiene mucha importancia, pero solo como medio para conseguir esa toma de conciencia que me hará trascender. Nuestra reflexión de hoy tiene que estar encaminada a descubrir qué estoy haciendo yo con mi tiempo. Puedo estar malgastando o perdiendo lo que se me ha dado para que lo aproveche. Van pasando mis años y con ellos las oportunidades de dar verdadero sentido a mi vida. Esta tiene que ser mi preocupación cuando estamos pasando de un año a otro.

Día de la paz.- Creo que merece la pena hacer una denuncia de las circunstancias en las que nos encontramos y tratar de poner un poco de luz en la maraña de informaciones e intereses que nos envuelven. En nombre de la libertad, no se puede defender todo. En nombre de la libertad religiosa no se puede propugnar ideas que vayan contra los más elementales derechos de las personas ni siquiera de una sola persona. En nombre de la libertad política no se pueden defender ideas que no respeten los derechos fundamentales de los demás. Tengo la obligación de defender mis derechos; pero mis derechos terminan donde empiezan los derechos del otro, que se convierte en obligaciones para mí.

Debemos desenmascarar el fariseísmo de nuestro mundo occidental, que se atreve a celebrar un día mundial de la paz, mientras está sosteniendo, por acción o por omisión, situaciones de injusticia que claman al cielo. Nos hemos arrogado el derecho de decidir quién es el bueno y quien es el malo. Nos hemos colocado en estadios éticos anteriores a la ley del talión. En ella se decía que si te rompen un diente, tienes derecho a romperle un diente al agresor, no más. Hoy estamos oyendo todos los días, que hay que romperle todos los dientes al otro, porque si no, el día de mañana me puede morder.

No es deseable la paz a cualquier precio. A nadie le interesa la paz de los cementerios. Tampoco debía interesarnos la paz sobre la que se fundaron todos los imperios, desde el egipcio hasta el que padecemos hoy. La paz que se basa en la fuerza no es verdadera paz. No se trata solo de la fuerza física; también la fuerza de una legalidad que hemos construido los poderosos basados en la ley del embudo. La norma debe ser la verdadera justicia. Hemos pasado milenios predicando la guerra justa. No he encontrado esa idea en ninguna parte del evangelio. Toda violencia es inhumana.

La paz no se puede conseguir directamente. Es un fruto y, como tal, si quiero recogerlo, tengo que plantar primero el árbol y cuidarlo. El mínimo indispensable para que surja la paz es la justicia. La paz para el que tiene el poder, es que nadie se mueva. Para el que está sometido a la injusticia será algo muy distinto. Si nos interesa la paz, debemos luchar cada día por abandonar toda opresión (el pecado del mundo) y entrar en la dinámica del amor. Si de verdad queremos la paz, tendremos que dar voz a los que sufren la violencia injustificada. Ellos nos indicarían como alcanzar la verdadera justicia.

Meditación

María no entiende nada de lo que está pasando,
pero hace un esfuerzo de penetración del misterio.
Tanto las cosas como los acontecimientos tienen varias lecturas.
Podemos quedarnos en una comprensión superficial,
o podemos profundizar en el mensaje que toda realidad
aporta, más allá de si misma.

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , ,

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.