Archivo

Entradas Etiquetadas ‘Tiempo de Navidad’

A nuestra imagen y semejanza

Miércoles, 1 de enero de 2020
Comentarios desactivados en A nuestra imagen y semejanza

cristo-en-casa-de-sus-padres-millais-1¿Un Dios nacido en las cadenas de producción y montaje de la Factoría Humanidad?  (Klaas Hendrikse)

1 de enero Octava de la Navidad

Gál 4, 4-7 Envió Dios a su Hijo, nacido de mujer

Lc 2, 16-21

Al verlo, les contaron lo que les habían dicho del niño. Y todos los que lo oyeron se asombraban de lo que contaban los pastores

Los Reyes Magos saben de Jesús, según el relato evangélico de Lucas, lo que los demás les habían dicho. Y cuantos lo oyeron se asombraban de lo que contaban los pastores. Las Biblias de todas las religiones son escritos de pluma y pensamiento humano. En su libro Croire en un Dieu qui n’existe pas, Klaas Hendrikse (1947) afirma que Todo lo que se dice de Dios procede del hombre. De ahí términos como todopoderoso, eterno, omnipresente, creador. Un camino que no parece adecuado: partir de Dios para llegar al hombre. Lo idóneo es lo contrario: partir del hombre para llegar  a Dios. De nosotros, de la vida, de las experiencias de la gente. De la necesidad de la mente humana batallando por configurarle a nuestra imagen y semejanza y no al contrario, como se afirma en el Génesis 1, 26.

Este pastor protestante de la parroquia holandesa de Middelburg y que subtitula su obra Manifeste d’un pasteur athée, añade en su obra esta frase: ¿Un Dios nacido en las cadenas de producción y montaje de la Factoría Humanidad? La Reverenda Kirsten Slattennar, líder de la misma iglesia (la Iglesia del Éxodo) piensa igual que Klass cuando, refiriéndose a Jesús, rechaza la idea central para el Cristianismo de que era divino y humano a la vez. Y manifiesta: “Creo que ‘Hijo de Dios’ es una especie de título. No creo que fuera un dios o mitad dios. Yo creo que era un hombre, pero era un hombre especial”. Posición doctrinal defendida ya por el arrianismo en el siglo IV.

Conocido es el texto del poeta y filósofo griego Jenófanes (570-475 a.C.) sobre cuestiones teológicas: “Chatos, negros: así ven los etíopes a sus dioses. De ojos azules y rubios: así ven a sus dioses los tracios. Pero si los bueyes, caballos y leones tuvieran manos, manos como las personas para dibujar, para pintar, para crear una obra de arte, entonces los caballos pintarían a los dioses semejantes a los caballos, los bueyes semejantes a los bueyes, y a partir de sus figuras crearían las formas de los cuerpos divinos según su propia imagen: cada uno según la suya”.

¿Cuándo se cambiará el rimbombante “Palabra de Dios” del final de la lectura del evangelio dominical, por un sencillo y respetuoso silencio?

Pedro Casaldáliga (1928), pensador, poeta y obispo de Sao Félix de Araguala, Brasil,  nos señala en sus versos que lo importante es vivir en esta tierra nuestra.

POEMAS (Fragmentos)

“¿Por dónde iréis hasta el cielo
si por la tierra no vais?
¿Para quién vais al Carmelo
si subís y no bajáis?”

(Salmos de vigilia)

“Esta es la tierra nuestra
…la tierra de los hombres
que caminan por ella
a pie desnudo y pobre.
Que en ella crecen, de ella,
para crecer con ella,
como troncos de espíritu y de carne.”

(Tierra nuestra, libertad)

Vicente Martínez

Fuente Fe Adulta

Espiritualidad , , , , , , , , , ,

Abrirnos al asombro y la liberación de Dios.

Miércoles, 1 de enero de 2020
Comentarios desactivados en Abrirnos al asombro y la liberación de Dios.

pastoresLc 2, 16-21

Lc 2,16-21

La capacidad de asombro de los pastores puede ser una buena disposición para iniciar el nuevo año. Lo contrario al asombro es la rutina. El ya me lo sé o el siempre ha sido así nos hace inmunes al milagro cotidiano de la vida y sus señales. Necesitamos seguir aprendiendo cada día a mirar con hondura la realidad en sus gestos más pequeños e insignificantes y poner especial atención en lo que el poder y su lógica invisibiliza o desprecia. Quizás solo así captemos el misterio de Amor que la habita.

El Dios de Jesús no es el Dios que lo tiene todo preparado, atado y bien atado, no es el Dios de la inercia o la rutina, sino el Dios que lo hace todo nuevo y por eso nos urge a la renovación permanente y nunca a la instalación (Ap 21, 4). Es el Dios que por no “atar” las cosas ni cerrarlas no cierra ni la creación, por eso nos invita a ser co-creadores y co-creadoras con Él en una creación continua a través del trabajo y la acción humana. Es el Dios de la sorpresa y la libertad; una libertad humana que conduce a situaciones imprevisibles. ¿Cómo descubrimos y experimentamos esta novedad, en nuestra vida, en nuestros contextos, en la historia? ¿Qué quiere hacer Dios de nuevo en nosotras y con nosotras, en nuestros ambientes este año que empieza?

El Dios encarnado, vulnerable, hecho niño, acostado en un pesebre, que se nos revela en Jesús de Nazaret nos urge a no cansarnos de seguir posando nuestra mirada y sensibilidad no en los primeros planos de la historia, ni en los personajes principales, sino en los secundarios y en su revés. La salvación, la liberación que anhelamos acontece en lo cotidiano y desde los últimos y últimas. Requiere también abrirnos a la pedagogía de los procesos y lo seminal, porque como nos recuerda el papa Francisco: “De las semillas de esperanza sembradas en las periferias olvidadas del planeta, de esos brotes de ternura que lucha por subsistir en la oscuridad de la exclusión, crecerán árboles grandes, surgirán bosques tupidos de esperanza para oxigenar el mundo” (Discurso del papa Francisco en el II Encuentro con los movimientos populares, Bolivia, 2015)

Jesús, el hijo de María, nacido de mujer (Gal 4,4) toma de ella su carne y se hace buena noticia de liberación también para nosotras las mujeres. Por eso el espíritu de Evangelio nos urge a no acostumbrados ni naturalizar la violencia de género ni la feminización de la pobreza y a no cansarnos en la lucha por una sociedad y una iglesia donde ninguna mujer sea excluida, hasta que la dignidad sea costumbre, porque ya nadie puede ser esclava, sino que por voluntad del Amor somos herederas de la liberación de Dios (Gal 4,6-7)

Como María de Nazaret guardemos también nuestras perplejidades en el corazón.

Pepa Torres Pérez

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , , ,

La salida al problema de la muerte no está en el hospital, sino está en la resurrección, no en el hospital. La salida al tiempo está en la eternidad.

Miércoles, 1 de enero de 2020
Comentarios desactivados en La salida al problema de la muerte no está en el hospital, sino está en la resurrección, no en el hospital. La salida al tiempo está en la eternidad.

imagesDel blog de Tomás Muro La Verdad es Libre:

  1. feliz año nuevo. consideraciones sobre el tiempo.

En primer lugar feliz año nuevo, feliz vida.

         Los años, los meses son una división artificial del tiempo. De hecho la humanidad computa el tiempo con diversos cómputos provenientes de diversos acontecimientos-criterios.

  • o El calendario gregoriano es el actualmente utilizado de manera oficial en casi todo el mundo. Así denominado por ser su promotor el Papa Gregorio XIII. Vino a sustituir en 1582 al calendario juliano, utilizado desde que Julio César lo instaurara en el año 46 aC. Nuestro calendario parte del nacimiento de Cristo.

¿Qué es el tiempo?

No es fácil saber y definir lo que sea el tiempo. Decía San Agustín: Si no me preguntas, sé lo que es; en cuanto me peguntas, no sé lo que es.

 “Ayer” ya pasó; “mañana” todavía no es. Vivimos entre lo que “ya no es” porque pasó y lo que “todavía no es”, porque “no ha llegado” El “presente” es algo muy fugaz, rápido, se nos escapa como el agua entre las manos. Nuestra existencia transcurre y la vamos llenando de vivencias, acontecimientos, “historia e historias”.

Recordamos fragmentos de nuestra más lejana infancia: los abuelos, el caserío, el pueblo, las fiestas, tal vez una enfermedad, algunas muertes. Más adelante en la adolescencia hicimos las primeras opciones en los estudios, en la vida religiosa, en los primeros balbuceos afectivos. Más tarde trabajamos, estudiamos, tomamos otras opciones de hondo calado: matrimonio, hijos, sacerdocio, vida religiosa, opciones también políticas, sindicales, culturales, etc. En el transcurrir de la vida hemos vivido acontecimientos densos: la muerte de nuestros padres, de alguno de nuestros hermanos, quizás la vida nos ha deparado enfermedades, hemos asistido a acontecimientos políticos notables: la dictadura, conflictos culturales en el euskera; Aranzazu por los años 1950-1960. En la iglesia, hemos vivido acontecimientos muy importantes positivos como el Concilio Vaticano II; también hemos vivido otras momentos eclesiásticas han sido de muy baja calidad.

El tiempo no son los calendarios y agendas que una cierta ilusión estrenamos cada año, cada curso. Decía San Agustín (354-430) que:

El tiempo acontece en el alma, en la intimidad de la propia persona. El tiempo de la existencia humana es la distensión, el transcurrir del alma humana.[1]

         Podemos pensar que el tiempo son todas las vivencias que hemos tenido en nuestro transcurrir. Nuestro pasado personal y colectivo (pueblo – Iglesia) están presentes hoy en nuestra vida. El preconcilio, aquella educación moral férrea, el hambre que pasamos en la larga postguerra en cierto sentido están hoy presentes en nuestra alma (pensamiento), en nuestro modo de pensar e interpretarnos e interpretar la historia

Posiblemente el primer calendario, desde luego el primer calendario laboral es o está en el Génesis. Dios crea los astros, de los que el hombre se ha servido para medir el tiempo, los ritmos de la vida, el día la noche, mares, océanos, etc. En el Génesis encontramos una medición mítica de la semana y del trabajo: el primer día, el segundo, tercero, etc. y el séptimo descanso.

En cierto sentido somos una síntesis de lo que fuimos y lo que queremos ser en el futuro. El futuro al que aspiramos condiciona también nuestro momento presente

  1. El tiempo nos individualiza

         Desconozco cómo estará la cuestión de la clonación. Supongamos que la ciencia sea capaz de clonar un ser humano.[2] Por muy exacto o igual que resulte al copia, el tiempo y la historia los individualizará y surgirán personas distintas: los éxitos y los fracasos, los encuentros y desencuentros los configurarán de manera diversa. Es una cuestión semejante a la de los gemelos, por muy iguales que sean, el tiempo, la historia los hará individuos diferentes.

La historia es principio de individuación. Naturalmente que un ser humano es individuo por naturaleza, por y con los genes y alma que Dios y la vida le han dotado. Pero no es menos cierto que uno es tal por el momento histórico en el que ha nacido, el espacio y época en que vive, la familia, la religión, la cultura, economía y sociedad, en las que vive. Evidentemente que una mujer africana y otra mujer europea son “iguales” a natura, pero no es menos evidente que “no son iguales”, porque la historia (el tiempo y el lugar) las diferencia. No estamos lejos del “yo soy yo y mi circunstancia” de Ortega y Gasset. No es lo mismo haber nacido en el medioevo, en la época tridentina o en la era de la informática. Tal vez por la clonación se logre fabricar individuos “incluso iguales” genéticamente: la historia se encargará de “personalizarlos e individualizarlos” por sus opciones, salud y enfermedades, por sus recorridos existenciales.

  1. Del cronómetro al tiempo vivido: kronos y kairós.

El tiempo medido, el calendario es algo distinto al tiempo vivido.

Cuando estamos enfermos, una noche se nos hace “eterna” y no pasa nunca. Cuando estamos sumidos en un problema, un conflicto, el tiempo es infinitamente “más largo” a cuando estamos en una situación amable, más o menos feliz.

Muy tempranamente en la iglesia al tiempo vivido serenamente como salvación le comenzaron a denominar kairós: tiempo salvifico.

         El nuestro no es un tiempo ciego y un mero transcurrir, sino que estamos en un tiempo, en una historia de salvación. Cristo es el centro del tiempo: principio y fin. Nuestro tiempo y nuestra historia, como la de Cristo, termina en la eternidad.

  1. Ex memoria, spes: La esperanza nace de nuestra memoria, de nuestro recuerdo.

         Esto es algo que los hijos de la ilustración no aceptamos de buen grado, porque pensamos que la salida a la vida está en el progreso y en el futuro de la ciencia, cuando en realidad la salida al tiempo, a la vida (y a la muerte) está en el pasado vivido por Cristo. La salida al problema de la vida -y de la muerte- está en la resurrección, no en el hospital.

         La salida al tiempo está en la eternidad.

  1. Como María.

         En este día de año nuevo, celebramos la fiesta de María, la como Madre del Señor. En el transcurrir de nuestra vida, tengamos la actitud de María, que meditaba todas estas cosas, guardándolas en su corazón.

[1] San AGUSTÍN, Las confesiones, libro XI, cp 26, n 33

[2] No es el momento de entrar ahora en la cuestión moral

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , , ,

“Abiertas al proyecto de Dios”. Sagrada Familia – A (Mateo 2,13-15.19-23)

Domingo, 29 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en “Abiertas al proyecto de Dios”. Sagrada Familia – A (Mateo 2,13-15.19-23)

Dios es FamiliaLos relatos evangélicos no ofrecen duda alguna. Según Jesús, Dios tiene un gran proyecto: construir en el mundo una gran familia humana. Atraído por este proyecto, Jesús se dedica enteramente a que todos sientan a Dios como Padre y todos aprendan a vivir como hermanos. Este es el camino que conduce a la salvación del género humano.

Para algunos, la familia actual se está arruinando porque se ha perdido el ideal tradicional de «familia cristiana». Para otros, cualquier novedad es un progreso hacia una sociedad nueva. Pero ¿cómo es una familia abierta al proyecto humanizador de Dios? ¿Qué rasgos podríamos destacar?

Amor entre los esposos. Es lo primero. El hogar está vivo cuando los padres saben quererse, apoyarse mutuamente, compartir penas y alegrías, perdonarse, dialogar y confiar el uno en el otro. La familia se empieza a deshumanizar cuando crece el egoísmo, las discusiones y malentendidos.

Relación entre padres e hijos. No basta el amor entre los esposos. Cuando padres e hijos viven enfrentados y sin apenas comunicación alguna, la vida familiar se hace imposible, la alegría desaparece, todos sufren. La familia necesita un clima de confianza mutua para pensar en el bien de todos.

Atención a los más frágiles. Todos han de encontrar en su hogar acogida, apoyo y comprensión. Pero la familia se hace más humana, sobre todo, cuando en ella se cuida con amor y cariño a los más pequeños, cuando se quiere con respeto y paciencia a los mayores, cuando se atiende con solicitud a los enfermos o discapacitados, cuando no se abandona a quien lo está pasando mal.

Apertura a los necesitados. Una familia trabaja por un mundo más humano, cuando no se encierra en sus problemas e intereses, sino que vive abierta a las necesidades de otras familias: hogares rotos que viven situaciones conflictivas y dolorosas, y necesitan apoyo y comprensión; familias sin trabajo ni ingreso alguno, que necesitan ayuda material; familias de inmigrantes que piden acogida y amistad.

Crecimiento de la fe. En la familia se aprende a vivir las cosas más importantes. Por eso, es el mejor lugar para aprender a creer en ese Dios bueno, Padre de todos; para conocer el estilo de vida de Jesús; para descubrir su Buena Noticia; para rezar juntos en torno a la mesa; para tomar parte en la vida de la comunidad de seguidores de Jesús. Estas familias cristianas contribuyen a construir ese mundo más justo, digno y dichoso querido por Dios. Son una bendición para la sociedad.

José Antonio Pagola

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

“Coge al niño y a su madre y huye a Egipto”. Domingo 29 de Diciembre. Sagrada Familia de Nazaret

Domingo, 29 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en “Coge al niño y a su madre y huye a Egipto”. Domingo 29 de Diciembre. Sagrada Familia de Nazaret

Huida a Egipto_ 37_7 x 31 cm_ Siglo XVIIILeído en Koinonia:

Eclesiástico 3,2-6.12-14: El que teme al Señor honra a sus padres.
Salmo responsorial: 127: Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.
Colosenses 3,12-21: La vida de familia vivida en el Señor.
Mateo 2,13-15.19-23: Coge al niño y a su madre y huye a Egipto

 Celebramos hoy la fiesta de la Sagrada Familia. Los textos de la liturgia hacen referencia a temas familiares. En la primera lectura, tomada del libro del Eclesiástico, escuchamos los consejos que un hombre, Ben Sirac, que vivió varios siglos antes de Jesucristo, da a sus hijos. El respeto y la veneración de éstos hacia sus padres es cosa agradable a los ojos de Dios, que éste no dejará sin recompensa. Los hijos que veneren a sus padres serán venerados a su vez por sus propios hijos. Todos estos consejos, aun conservando hoy plena validez, parecen insuficientes, puesto que están dados desde una mentalidad meramente rural, en la que otros aspectos de la vida familiar no son tenidos en cuenta. No sólo importa hablar hoy del respeto que los hijos deben a los padres, sino de la actitud de éstos con relación a los hijos. Esta insuficiencia resulta particularmente notable en momentos como los actuales, cuando la familia tiene planteados problemas de pérdida de sus funciones.

Desde una perspectiva cristiana, la familia continúa teniendo una función insustituible: ser una comunidad de amor en donde los que la integran puedan abrirse a los demás con una total sinceridad y confianza. Dejando aparte los consejos que en último lugar da san Pablo, y que son puramente circunstanciales y muy ligados a las costumbres y mentalidad de la época, la exhortación a la mansedumbre, a la paciencia, al perdón y, sobre todo, al amor, es algo realmente básico para la familia de nuestro tiempo.

En este año, evangelio de Mateo que leemos «nos narra» la llamada «huida a Egipto de la Sagrada Familia». Y decimos que «nos narra», nos cuenta, nos relata… Entra de lleno en el género narrativo. No es un género lírico, ni dramático… El género literario principal de los textos sagrados, de las Escrituras es el narrativo. Es importante caer en la cuenta de ello. Los humanos (los sapiens, pero quizá también los anteriores), somos seres narrativos. Antes que reflexionar, filosofar, esquematizar, elaborar tesis… nos hemos basado en narraciones. A la luz de la hoguera, todas las noches, nuestros ancestros han contado sus tradiciones, avivando el fuego de la identidad cultural y religiosa.

Esta narración de la huida a Egipto nos quiere transmitir varias cosas. La principal es que Jesús «también» pasó por Egipto, como el pueblo de Israel, para quien también Egipto fue una de sus vivencias principales. Como Israel, también Jesús «vino de Egipto». Además, se cumplieron en él predicciones que estaban en la Escritura: aplica a Jesús frases veterotestamentarias con las que transmitir un mensaje. Todo esto se podría haber transmitido en un lenguaje directo, reflexivo, abstracto, a manera de un elenco de tesis que transmitan el mensaje directamente. Pero no es ése el estilo antiguo, ni el estilo de las Escrituras de las religiones. El estilo es el narrativo: una especie de cuento fácil de retener y de repetir, tras cuya escucha se puede comentar y deducir el mensaje abstracto que ahí va narrativamente encarnado. Es el modus operandi de las Escrituras, también del evangelio de Mateo en este punto.

Pablo da algunos consejos para la convivencia con otros. Se requiere humildad, acogida mutua, paciencia. Y si fuese necesario, perdonar. Así procede Dios con nosotros. Su actitud debe ser el modelo de la nuestra (v. 12-13). Pero, “por encima de todo”, está el amor, de Él tenemos que revestirnos, dice Pablo empleando una metáfora frecuente en sus cartas (v. 14). De este modo “la paz de Cristo” presidirá en nuestros corazones (v. 15).

Si el amor es el vínculo que une a las personas, la paz se irá construyendo en un proceso, los desencuentros irán desapareciendo (los enfrentamientos también) y las relaciones se harán cada vez más trasparentes. En el marco de la familia humana, esos lazos son detallados en el texto del Eclesiástico (3,3-17).

Lucas nos presenta a la familia de Jesús cumpliendo sus deberes religiosos (vv. 41-42). El niño desconcierta a sus padres quedándose por su cuenta en la ciudad de Jerusalén. A los tres días, un lapso de tiempo cargado de significación simbólica, lo encuentran. Sigue un diálogo difícil, suena a desencuentro; comienza con un reproche: “¿Por qué nos has hecho esto?”. La pregunta surge de la angustia experimentada (v. 48). La respuesta sorprende: “¿Por qué me buscaban?” (v. 49), sorprende porque la razón parece obvia. Pero el segundo interrogante apunta lejos: “¿No sabían que yo debía estar en las cosas de mi Padre?”. María y José no comprendieron estas palabras de inmediato, estaban aprendiendo (v. 50).

La fe, la confianza, suponen siempre un itinerario. En cuanto creyentes, María y José maduran su fe en medio de perplejidades, angustias y gozos. Las cosas se harán paulatinamente más claras. Lucas hace notar que María “conservaba todas las cosas en su corazón” (v. 51). La meditación de María le permite profundizar en el sentido de la misión de Jesús. Su particular cercanía a él no la exime del proceso, por momentos difícil, que lleva a la comprensión de los designios de Dios. Ella es como primera discípula, la primera evangelizada por Jesús.

No es fácil entender los planes de Dios. Ni siquiera María “entiende”. Pero hay tres exigencias fundamentales para entrar en comunión con Dios: 1) Buscarlo (José y María “se pusieron a buscarlo”); 2) Creer en Él (María es “la que ha creído”); y 3) Meditar la Palabra de Dios (“María conservaba esto en su corazón”). Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

29. 12. 19. Domingo de la “sagrada” Familia. De la estirpe de Dios, hermanos de los crucificados

Domingo, 29 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en 29. 12. 19. Domingo de la “sagrada” Familia. De la estirpe de Dios, hermanos de los crucificados

are7Del blog de Xabier Pikaza:

Discurso de Pablo en Atenas

Se celebra hoy (29.12.19) la fiesta de la Sagrada Familia, evocando de un modo especial la pequeña familia de Jesús con José y María, en Belén y/o Nazaret. Este motivo y esta fiesta fueron objeto de grandes celebraciones de un tipo de nacional‒catolicismo hispano en los primeros años del siglo XX.

Actualmente, tras la llegada del Papa Francisco y los sínodos sobre la familia (2014‒2015), que no han sido rectamente recibidos todavía, el tema resulta por un lado más tranquilo (no se celebran ya en España las manifestaciones plebiscitarias de antaño), aunque por otro se ha vuelto quizá hiriente, porque sigue habiendo  (¡no sólo en España!) opiniones discordantes, con ataques que se elevan incluso contra el Papa, desde “altas esferas” eclesiales.
En ese contexto, sin entrar en la polémica concreto, para llegar mejor a sus raíces, he querido recoger y comentar el texto quizá más significativo sobre la familia de Dios (que es la familia de Jesús crucificado), que es el sermón de Pablo en el Sermón del Areópago de Atenas, lugar que en aquel contexto tenía el sentido y simbolismo que hoy puede tener la ONU y la UNESCO. San Pablo apela en ese contexto a dos principios fundamentales.

(a) Hay un principio universal, válido para cristianos y no cristianos: Los hombres formamos parte de la gran familia humana que, que, según un poeta griego, es “familia de Dios, pues somos de su estirpe, ya que en él, en Dios, vivimos, nos movemos y somos todos.

(b) Hay un principio mesiánico, vinculado a la muerte y resurrección de Jesús, que hace que todos seamos hermanos del crucificado (es decir, de los crucificados), esto es, hermanos y servidores de los más pequeños (como ratifica Mt 25, 31‒46).

Misión universal, somos parientes de Dios (Hch 17,16-29).

Jesús resucitado ha enviado a sus discípulos hasta los confines de la tierra, que se centraba entonces, desde la perspectiva occidental, en Roma (lugar donde convergen personas de todos los pueblos), donde llega Pablo para anunciar el evangelio universal, estando encadenado. Pero, en otro plano, el confín y centro del mundo donde Pablo anuncia el evangelio es Atenas, signo de la cultura universal griega, cuyo encuentro y desencuentro con la Biblia he presentado en cap. 12, al ocuparme de los Macabeos.

la-familia-en-la-biblia-ultimo-libro-de-pikaza-en-verbo-divino-1-550x275En otro tiempo (cuando los Macabeos), el rey helenista de Siria había mandado a Jerusalén a un Geronte (= anciano‒sabio) ateniense, para instruir a los judíos y enseñarles la “religión universal” a los griegos (cf. 2 Mac 6,1‒2). Pues bien, ahora, invirtiendo aquella situación, es Pablo, el cristiano que viene de Jerusalén, camino de Roma, el que viene a Jerusalén para enseñar la religión universal de Cristo a los sabios griegos.

El libro de los Hechos desarrolla también otros motivos histórico‒teológicos con motivo del largo viaje de Pablo desde Jerusalén a Roma. Pues bien, en un plano teológico estricto, el centro y cumbre de esos motivos se condensa y explicita en el discurso de Pablo en el Areópago de Atenas. Este discurso traza la relación la relación del evangelio con el pensamiento humano, tal como ha culminado (desde una perspectiva greco‒romana) en Atenas:

‒ Pablo, en pie en medio del Areópago, dijo: ¡Atenienses! Veo, en todos los aspectos, que vosotros sois muy religiosos. Pues recorriendo (la ciudad) y observando vuestros signos de veneración he encontrado incluso un altar dedicado: ¡Al Dios desconocido! Pues bien, eso que veneráis sin conocerlo es lo que yo os anuncio (Hch 17, 22-23).

‒ El Dios que ha hecho el cosmos y todas las cosas que hay en él… no habita en templos construidos por mano humana… pues él concede a todos vida, respiración y todas las cosas. Pues hizo de uno (ex henos) toda la raza humana, para habitar sobre toda la faz de la tierra… a ver si acaso lo palpaban y encontraban, pues no está lejos de cada uno de nosotros, porque en él vivimos, nos movemos y existimos… Siendo, pues, de estirpe divina no debemos creer que lo divino es una cosa semejante a oro, plata o piedra, a una escultura (producto del arte o de la fantasía humana) (Hch 17, 24-29) [1].

La escena podría conservar un fondo histórico. Pero más que un simple dato del pasado expone un elemento central de la teología cristiana: los discípulos del Cristo, habiendo surgido de un lugar alejado (Galilea, Jerusalén) y apoyándose en una Escritura que parecía extraña a la Sabiduría griega (cf. 1 Cor 1, 22), han decidido dialogar con ella, en la misma Atenás, de donde había salido el instructor (cf. cap. 11). Éste es un momento clave del despliegue teológico cristiano, en diálogo con el pensamiento griego, entendido en forma universal. En este discurso, Pablo no se apoya en la Biblia: No cita a los patriarcas israelitas, ni alude al éxodo, ni a los profetas, sino que retoma unos motivos importantes de la sabiduría griega, desde un fondo judío.

1181561 ‒Exordio o proemio (17,22b-23). Para conectar con sus oyentes, Pablo empieza recordando que en Atenas había un altar particular (un bômon) dedicado al Dios desconocido. Parece que de hecho no existía tal altar a un Dios en singular sino a los dioses desconocidos, en plural. Pero esa distinción resulta aquí secundaria, pues Lucas identifica a esos dioses como Dios (o lo divino). Sabe que los atenienses han sido y siguen siendo buscadores de Alguien al que ignoran, y así les dice: eso que veneráis sin conocerlo (touto, en neutro) es El Dios que yo os anuncio. Lucas acepta, según eso, la búsqueda filosófico-religiosa de los griegos, insistiendo en un Dios que no necesita sacrificios ni templos, pues él mismo ofrece vida a todos los hombres.

Un Dios sin sacrificios ni templos (17, 24-25). Dios lo ha creado todo (todo es suyo), de manera que no habita en santuarios construidos por los hombres, ni necesita su culto y sacrificio. De esa forma se opone no sólo a los templos de los griegos, sino al mismo templo de Jerusalén, diciendo que Dios no recibe culto de manos humanas, mostrándose profundamente iconoclasta. Su discurso es propio de un judío radical que trasciende el plano cerrado de su ley y templo, en palabra que muchos pensadores griegos pueden aceptan gustosos.

‒ Dios de todos los hombres (17, 26-29). El discurso de Pablo nos lleva del nivel cósmico al plano de la historia, con afirmaciones que pueden ser judías (todos provenimos de un mismo Adán) y helenistas (somos genos, familia, de Dios). Pablo expone así la fe judía, pero en términos universales, superando el posible particularismo de Ley y Pueblo (raza), lo mismo que un posible particularismo elitista de los griegos que se piensan superiores a los pueblos por su conocimiento. Sólo un Dios creador vincula para Lucas a todos los humanos, sin distinción entre varones y mujeres, judíos y griegos, esclavos y libres.

             Desde ese fondo universal, Pablo puede afirmar que Dios ha creado a los hombres como una sólo humanidad, un mismo ethnos, con dos finalidades básicas.

(a) Para habitar (katoikein) en la tierra, conforme a la palabra de Gen 1, 28: creced, multiplicaos, llenad la tierra, sin prioridad de un pueblo sobre otros, rechazando así en posible particularismo griego o judío, pues la tierra entera es de todos y para todos los hombres.

(b) Para buscar (dsêtein) a Dios. Esta es la tarea humana: Habitar en el mundo y buscar a Dios. Estos dos gestos forman las dos caras de una misma tarea humana, como sabe la Biblia israelita, y como puede aceptar el pensamiento griego, pues en Dios vivimos, nos movemos y somos, siendo todos de su estirpe (citando como autoridad o Escritura al poeta pagano Arato, Phaen. 5)[2].

(c) En Dios vivimos, nos movemos y somos…  Dios nos une así como “familia”, pues todos compartimos una misma vida (un origen), un mismo despliegue creador (nos movemos), una misma identidad “ontológica” (si vale esta palabra), pues en Dios “somos” (existimos, recibimos identidad y valor absoluto). Por nuestra raíz e identidad divina nos vinculamos…

(d) Pues somos todos de su estirpe… Ése es uno de los pocos lugares donde la Escritura cristiana (Pablo) cita como autoridad a un poeta pagano, que “genos” (estirpe, familia) de Dios… Otros pueblos se distinguían por tribus, lengua y naciones, como dice sin cesar la Biblia. Pues bien, los cristianos nos definimos como “única familia” de Dios. Él es la raíz e identidad de nuestra tribu humana.

Novedad cristiana: el Dios del resucitado, es decir, del crucificado (=de los crucificados (Hch 17, 30‒33).

             Con estas palabras cambia el tono del discurso, pasando de la universalidad anterior (por nacimiento, por generación, somos parientes de Dios) a la identidad mesiánica de los seguidores de Jesús, que se hacen y son hermanos de los crucificados (en la línea de Mt 25, 31‒45), pues Jesús ha muerto por ellos, y con ellas ha resucitado,  de esa forma llama “hermanos suyos” a los más pequeños (los que tienen hambre y sed, los exiliados y desnudos, los enfermos y encarcelados…). Éste es el tema de fondo que ha recogido en otro “estilo” el discurso de Pablo:

Prosiguió Elihu su razonamiento y dijo:

2 ¿Piensas que ha sido correcto decir: Mi justicia excede a la de Dios?

3 Porque tú dices: ¿Qué ventaja hay para ti, qué me aprovecha no haber pecado?

4 Yo te responderé con razones, y a tus compañeros contigo.

 Pasando pues por alto los tiempos de ignorancia: Dios anuncia ahora a los hombres la conversión para todos, en todas partes; pues ha determinado el día en que va a juzgar el universo con justicia por medio del hombre a quien ha designado, dando a todos prueba de ello al resucitarlo de los muertos. Algunos, al oírle decir resurrección de los muertos se echaron a reír; otros decían te escucharemos otra vez acerca de esto. Y así, Pablo salió de en medio de ellos. Pero algunos, asociándose a él, creyeron, entre los cuales estaban Dionisio el Areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos otros (Hch 17, 30-33).

             En la parte anterior, Pablo hablaba a judíos helenistas y griegos, empleando sus mismos argumentos: revelación divina, búsqueda universal humana, en línea de sabiduría. Ahora, llegando al final del argumento filosófico, proclama de pronto la novedad bíblica de la resurrección, centra en Cristo:

 ‒ Dios ha pasado por alto (hyperidôn) los tiempos de ignorancia (agnoia) de los hombres. Pablo supone que Dios se había manifestado, pero que los hombres no le habían acogido/conocido; y eso lo dice en Atenas, lugar de la más alta sabiduría, que él entiende y presenta aquí como ignorancia, para añadir que el verdadero Dios ha querido ofrecer a todo un conocimiento superior de su realidad (y de su obra). Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Una Sagrada Familia doblemente refugiada.

Domingo, 29 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en Una Sagrada Familia doblemente refugiada.

1440598291_029854_1440599681_noticia_normalDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre:

Suele decirse que la familia está en crisis. Los matrimonios por la Iglesia, y también los civiles, disminuyen de forma notable; los divorcios y las separaciones crecen. ¿Qué mensaje puede esperar el cristiano que acude a misa el día de la Sagrada Familia? Sea lo que sea, se puede llevar una gran sorpresa.

Hijos adultos y padres ancianos (Eclesiástico 3,3-7.14-17a)

Curiosamente, la primera lectura no se dirige a los padres, sino a los hijos. Pero no se trata de hijos pequeños, sino de personas adultas, casadas, que conviven con sus padres ancianos (cosa frecuente en el siglo I). El texto de Jesús ben Sira (autor del libro del Eclesiástico) da por supuesto que esos hijos tienen suficientes recursos económicos y, al mismo tiempo, vivencia religiosa. Son personas que rezan y piden perdón a Dios por sus pecados. Pero, según ben Sira, el éxito a todos los niveles, humano y religioso, dependerá de cómo trate a sus padres ancianos. En una época en la que no existía la Seguridad Social, “honrar padre y madre” implicaba también la ayuda económica a los progenitores. Pero no se trata sólo de eso. Hay también otros consejos de enorme actualidad: “Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras viva; aunque flaquee su mente, ten indulgencia, no lo abochornes”. Esta actitud de respeto y cariño hacia el padre y la madre es lo único que garantiza que su oración sea escuchada y que sus pecados “se deshagan como la escarcha bajo el calor”.

Maridos, mujeres, hijos y padres (Colosenses 3,12-21)

El texto de la carta a los Colosenses comienza con una serie de consejos válidos para toda la comunidad cristiana, entre los que destacan el amor mutuo y el agradecimiento a Dios. Pero ha sido elegido para esta fiesta por los breves consejos finales a las mujeres, los maridos, los hijos y los padres.

El que resulta más problemático en la cultura actual es el que se dirige a las mujeres. En una época de igualdad, desentona decirles: “Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor.” Pero en la situación del imperio romano durante el siglo I, cuando sobre todo las mujeres de clase alta presumían de independencia y organizaban su vida al margen del marido, no es raro que el autor de la carta pida a la esposa cristiana un comportamiento distinto. El consejo a los maridos, amar a sus mujeres y no ser ásperos con ellas sigue siendo válido en una época donde abunda la violencia de género. Los consejos finales a padres e hijos sugieren el ideal de las relaciones entre ambos: un hijo que obedece con gusto, un padre que no se impone a gritos e insultos.

Una familia de refugiados y emigrantes (Mateo 2,13-15.19-23)

Las dos primeras lecturas se adaptan bien a la situación de las familias del Primer Mundo. El evangelio nos hace pensar en los miles de familias de refugiados y desplazados del mundo entero. Padres que emigran con su familia y sus pocos bienes, no por miedo a Herodes, sino a la guerra, las bombas o el hambre. Sin ningún ángel que les avise ni les proteja. En el relato de Mateo, el principal protagonista es José. “El niño y su madre” son personajes pasivos, que se dejan llevar a Egipto en mitad de la noche y terminan estableciéndose en Nazaret sin que nadie les consulte. Alguien podrá acusar a este evangelio de “patriarcal”, de centrarse en el padre. Pero no es un tarea agradable la que se encomienda a José: refugiarse en un país extranjero para que no maten a su hijo. La continuación de la historia es significativa. Hasta ahora, José se ha limitado a obedecer, Al morir Herodes, toma la iniciativa e interpreta la orden del ángel como considera más oportuno. Siente miedo a Arquelao y no vuelve a Belén; decide trasladarse mucho más al norte, a una aldea miserable, “de la que no sale nada bueno”, Nazaret. Pero así, sin que él lo sepa, se cumplirá lo dicho por los profetas, “que se llamaría Nazareno”.

El matrimonio del Primer Mundo, aunque no haya tenido que huir ni emigrar, puede sacar también una buena enseñanza de este evangelio. Las dificultades siempre existen, y es raro el que no ha debido enfrentarse a situaciones imprevisibles (enfermedades, problemas económicos o laborales, tensiones con los hijos…). Pocas veces, o nunca, habrá sido Dios el que mande un ángel a decir lo que se debe hacer. La reflexión, la oración, el diálogo habrán ayudado a tomar la decisión más justo. Y aunque pueda parecer un fracaso humano, como la ida a Nazaret, así se cumple también la voluntad de Dios.

Tres apéndices: el miedo a Arquelao, Nazaret y Nazareno

 

1.- ¿En qué basa Mateo el temor de José? No lo dice. Podemos imaginarlo basándonos en lo que cuenta Flavio Josefo. En primer lugar, por los disturbios que siguieron a la muerte de Herodes. Al principio la gente se limitó a pedir disminución de las tasas, abolición de los impuestos, liberación de los prisioneros y castigo de los favoritos de Herodes (Guerra II 4-7). Muy pronto, mientras Arquelao se encuentra en Roma, de las peticiones se pasa a las armas. El día de Pentecostés se produce una revuelta en Jerusalén que causó muchos muertos (Guerra II 39-54).

En segundo lugar, por la conducta tiránica y cruel de Arquelao. Este hijo de Herodes el Grande y de Maltace, fue constituido etnarca por César Augusto, «prometiéndole que lo honraría con el título de rey si demostraba ser merecedor de esta dignidad». Pero solo gobernó diez años (del 4 a.C. al 6 d.C.), debido a la crueldad con que trataba a sus súbditos. «En el año décimo del gobierno de Arquelao, los principales de los judíos y de los samaritanos, no pudiendo soportar más su crueldad y su tiranía, lo acusaron ante el César, especialmente porque creían que procedía contra las órdenes del César, que le había mandado tratarlos con moderación.» El César, una vez que hubo oído la acusación, lo obligó a ir a Roma, lo condenó y desterró a Viena, en la Galia, y le confiscó sus bienes. En Mateo 2,22 se lo llama, inadecuadamente, «rey de Judá». El César solo le concedió el título de etnarca.

2.- Nazaret. Al turista moderno le resulta difícil hacerse una idea de cómo era Nazaret en tiempos de Jesús. Hoy día es una ciudad de más de setenta mil habitantes, extendida a lo alto y a lo bajo de numerosas colinas, animada por un flujo continuo de visitantes. La Nazaret de tiempos de Jesús era muy distinta. Cuando se viene del lago de Tiberíades, tras contemplar las hermosas llanuras de Genesaret y de Bet Netofa, impresiona el contexto tan árido y agreste de la aldea primitiva. Encerrada entre tres colinas, en la falda de una de ellas, carecía de horizonte. Ni siquiera se veían la cercana llanura de Esdrelón o el monte Tabor, si bien era posible divisarlos desde un elevado monte situado al sureste. La aldea en cuanto tal la conocemos bien gracias a la espléndida labor arqueológica de los franciscanos: unos doscientos habitantes, con las casas excavadas en ligera pendiente, recordando las cuevas del Sacromonte granadino o de Guadix. Nazaret nunca es mencionada en el Antiguo Testamento, ni en las obras de Flavio Josefo, que conocía muy bien Galilea. No es raro que sus vecinos de Caná dijesen con desprecio: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?». Aquí se desarrolló durante años la vida de Jesús.

3.- Nazoreo o Nazareno. La idea de refugiarse en Nazaret es propia de Mateo. Según Lucas, la familia era originaria de esa aldea. Pero Mateo ve aquí el cumplimiento de la profecía anunciada por diversos profetas (¡en plural!): «se llamará nazoreo» (Nazwrai/oj klhqh,setai).

«Jesús el nazoreo» (VIhsou/j o` Nazwrai/oj) lo llaman en Lc 18,37; Hch 6,14; es el título que figura en la cruz (Jn 19,19), y el que él mismo se aplica en la aparición a Pablo (Hch 22,8). Generalmente se traduce «nazareno», considerándolo equivalente al «Jesús nazareno» (VIhsou/j o` Nazarhno,j) que aparece en Mc 1,24; 10,47; 14,67; 16,6; Lc 4,34; 24,19; pero ninguna profecía dice el Mesías fuese de Nazaret. Otros lo relacionan con Sansón, «consagrado (nazirai/on) a Dios» (Jue 13,5.7). Más adecuado resultaría, recordando el texto hebreo, no el griego, ver una alusión a Is 11,1: «retoñará el tocón de Jesé, de su cepa brotará un vástago (nëcer)». De todos modos, también Esd 9,10ss alude a la profecía de varios profetas que no se encuentra en ningún libro del AT.

Los apéndices están tomados de J. L. Sicre, El evangelio de Mateo. Un drama con final feliz. Verbo Divino, Estella 2019, pp. 63-65,

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

29 Dic Fiesta de la Sagrada Familia. Ciclo A

Domingo, 29 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en 29 Dic Fiesta de la Sagrada Familia. Ciclo A

0B714FC7-0EC0-4B58-9FBF-5FBCB8DBF595

Y avisado en sueños, se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret”

(Mt 2, 13-15.19-23)

¿Qué más soñó José? no lo sabemos. De María y de José sabemos muy poco pero es más que probable que sepamos aquello que es verdaderamente importante.

De María sabemos que “guardaba” las cosas en el corazón, que hacía de su cotidianidad el lugar de encuentro con Dios. Y de José sabemos que cumplía con sus sueños, que se fiaba de la voz de Dios en su vida y caminaba por sus caminos. De Jesús sabemos más, aunque también nos parece poco. Muchas veces al leer los evangelios querríamos saber más, mucho más.

La Sagrada Familia: María, José y Jesús. Una familia pequeña perteneciente a un pueblo castigado y oprimido en un tiempo que se nos hace lejano, ¡más de 2000 años de historia!

Pero en estas fechas se nos hacen “como de casa”. Se cuelan en nuestros salones (¿quién no tiene un nacimiento?, aunque sea en postal…). Y si no es en casa es en la calle, en el centro comercial, en el escaparate de las tiendas. Esta familia nos es muy familiar.

En este tiempo de Navidad podemos quedarnos con la Sagrada Familia como modelo de grupo, de comunidad que camina tras sus sueños. Normalmente todas las comunidades o grupos de cualquier tipo suelen tener un “proyecto” y está bien. Como personas humanas nos es más sencillo movernos en los márgenes seguros de un proyecto y nuestras pequeñas verdades.

Pero hay momentos en los que debemos estar dispuestas a seguir la voz de nuestros sueños. Hay momentos en los que solo crecemos como comunidad y como personas si nos atrevemos a ir más allá de nuestras normas, nuestros proyectos y nuestras seguridades.

 

Oración

Danos, Trinidad Santa, esa pizca de locura (o un poco más) para que nos atrevamos a caminar detrás de nuestros sueños.

 

*

Fuente: Monasterio Monjas Trinitarias de Suesa

***

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Toda familia es sagrada.

Domingo, 29 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en Toda familia es sagrada.

1 imagenMt 2,13-23

El tipo de familia de Nazaret que se nos ha propuesto, es muy probable que no haya existido nunca. Los evangelios no nos dicen nada sobre el tema. Lo razonable es pensar que fue una familia normal. Mientras más nos alejemos de lo normal, se convertirá en más improbable. El modelo de familia del tiempo de Jesús era el patriarcal. La familia molecular (padres e hijos) era inviable, tanto social como económicamente. Cuando nos dice que José recibió a María en su casa. Quiere decir que María dejó de pertenecer a la familia de su padre y pasó a integrarse en la familia de José. El relato de la pérdida del Niño es impensable en una familia de tres.

El valor supremo de la familia era el honor. En la honorabilidad estaban basadas todas las relaciones sociales, desde las económicas hasta las religiosas. Si una persona no pertenecía a un clan respetado, no era nadie. En consecuencia, el primer deber de todo miembro de la familia era el mantener y aumentar su honorabilidad. Esto explica las escenas evangélicas donde se dice que su madre y sus hermanos vinieron a llevarse a Jesús, porque decían que estaba loco. Querían evitar a toda costa el peligro del deshonor de la familia. Lo que pasó confirmó sus temores.

Las instituciones son entes de razón, son medios que el hombre utiliza para regular sus relaciones sociales. Son imprescindibles para su desarrollo como persona humana. Como todo instrumento, ni son buenas ni son malas en sí mismas. La bondad o malicia depende de su utilidad para conseguir el fin. Todas las instituciones pueden ser mal utilizadas, con lo cual, en vez de ayudar al ser humano a perfeccionarse, le impiden progresar en humanidad. La familia también puede ser utilizada para oprimir y someter. La familia debe estar al servicio de cada persona y no al revés.

En los evangelios no encontramos ningún modelo especial de familia. Se dio siempre por bueno el ya existente. Más tarde se adoptó el modelo romano, que tenía muchas ventajas, pues desde el punto de vista legal, era muy avanzado. No sólo se adoptó sino que se vendió después como cristiano, sin hacer la más mínima crítica a los defectos que conllevaba. Voy a señalar sólo tres:

No contaba para nada el amor. El contrato era firmado por la familia según sus conveniencias materiales o sociales. Una vez firmado por las partes, no había más remedio que cumplirlo, sin tener en cuenta para nada a los contrayentes.

La mujer quedaba anulada como sujeto de derechos y deberes jurídicos. De un plumazo se reducían a la mitad los posibles conflictos legales. Esto ha tenido vigencia prácticamente hasta hoy. Hasta hace unos años, la mujer no podía abrir una cuenta corriente sin permiso del marido.

El fin del matrimonio era tener hijos. Al imperio romano lo único que le importaba es que nacieran muchos hijos para nutrir las legiones romanas que eran diezmadas en las fronteras. Hoy se sigue defendiendo esta ideología en nombre del evangelio. El número de hijos no tiene por qué afectar a la calidad de una paternidad; siempre que la ausencia de hijos no sea fruto del egoísmo.

Aunque esos fallos no están superados del todo, hoy son otros los problemas que plantea la familia. La Iglesia no debe esconder la cabeza debajo del ala e ignorarlos o seguir creyendo que se deben a la mala voluntad de las personas. No conseguiremos nada si nos limitamos a decir: el matrimonio indisoluble, indisoluble, aunque la estadística nos diga que el 50 % se separan.

Dos razones de esta mayor exigencia son: a) La estructura nuclear de la familia. Antes, las relaciones familiares eran entre un número de personas mucho más amplio. Hoy, al estar constituidas por tres o cuatro miembros, la posibilidad de armonía es mucho menor, porque los egoísmos se diluyen menos. b) La mayor duración de esa relación. Hoy es normal que una pareja se pase sesenta u ochenta años juntos. En un tiempo tan prolongado, es más fácil que en algún momento surjan diferencias insuperables.

Como cristianos, tenemos la obligación de hacer una seria autocrítica sobre el modelo de familia que proponemos. Jesús no sancionó ningún modelo, como no determinó ningún modelo de religión u organización política. Lo que Jesús predicó no hace referencia a las instituciones, sino a las actitudes que debían tener los seres humanos. Jesús enseñó que todo ser humano debía relacionarse con los demás como exige su verdadero ser, a esta exigencia le llamaba voluntad de Dios. Cualquier tipo de institución que favorezca esta actitud humana, es válido y cristiano.

Es verdad que la familia está en crisis, pero las crisis no tienen por qué ser negativas. Todos los cambios profundos en la evolución de la humanidad vienen precedidos de una crisis. La familia no está en peligro, porque es algo completamente natural e instintivo. Como cristianos tenemos la obligación de colaborar con todos lo hombres en la búsqueda de soluciones que ayuden a todos a conseguir mayores cuotas de humanidad. Tenemos que demostrar con hechos, que el evangelio es el mejor instrumento para conseguir una humanidad más justa, más solidaria, más humana.

Si tenemos en cuenta que todo progreso verdaderamente humano es consecuencia de las relaciones con los demás, descubriremos el verdadero valor de la familia. En efecto, la familia es el marco en que se pueden desarrollar las más profundas relaciones humanas. No hay ningún otro ámbito o institución que permita una mayor proximidad entre las personas. En ninguna otra institución podemos encontrar mayor estabilidad, que es una de las condiciones indispensables para que una relación se profundice.

Podemos estar seguros que las primeras lecciones de humanidad las recibió Jesús en el entorno familiar. Este entorno no se redujo a José y a María; comprendía también a sus hermanos (si los tuvo) a sus primos, a sus tíos y abuelos (sobre todo paternos). En una familia auténticamente israelita, la base de todo conocimiento y de todo obrar era la Biblia. Sin este trasfondo sería impensable el despliegue de la figura del hombre Jesús. Jesús fue mucho más allá que el AT en el conocimiento de Dios y del hombre, pero allí encontró las orientaciones que le permitieron descubrir al verdadero Dios.

Debemos olvidarnos de espectacularidades externas y descubrir su infancia como la cosa más normal del mundo. Fue una familia completamente normal. Nada de privilegios ni protecciones especiales, ni su familia ni sus vecinos pudieron enterarse de lo que ese niño iba a ser, porque también él fue completamente normal. Es en esa absoluta normalidad donde tenemos que ver lo extraordinario, su vida interior y su cercanía a Dios, que era lo que les mantenía unidos y entregados unos a otros, como soporte de la convivencia.

Jesús fue un ser humano, aunque en esa humanidad se estaba manifestando la plenitud de la divinidad. Es Dios el que se hace hombre, no Jesús el que se hace Dios. Si a Jesús le hacemos Dios, nosotros quedamos al margen de ese acontecimiento. Si descubrimos que Dios se hace hombre, podré experimentar que se está haciendo en mí. Este es el verdadero mensaje del evangelio. Esta es la buena noticia que nos aportó Jesús.

Meditación

La familia es el marco más íntimo de relaciones humanas.
Es, por tanto, el marco privilegiado de humanización.
Ahí debe manifestarse y potenciarse nuestra plenitud humana.
Dentro de mí, en lo hondo de mi ser, debo descubrir esa necesidad de amar.
Los lazos familiares me ayudan a salir de mí e ir al otro.
La familia es el mejor campo de entrenamiento para hacerme más humano.

 

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Una familia cariñosa.

Domingo, 29 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en Una familia cariñosa.

fam-felizDebes recordar que la familia nace a menudo de la sangre, pero no depende de la sangre. Tampoco es exclusivo de la amistad. Los miembros de tu familia pueden ser tus mejores amigos. Y los mejores amigos, estén o no relacionados contigo, pueden ser tu familia (Trenton Lee Stewart)

29 de diciembre. DOMINGO DE LA SAGRADAFAMILIA

Mt 2, 13-15 y 19, 23

Así se cumplió lo que el señor anunció por el profeta: Llamé a mi hijo que estaba en Egipto

En el Antiguo Testamento, la familia es núcleo de vida civil y religiosa, y en los tiempos patrimoniales abarca, varias generaciones, ramas colaterales y empleados, es tema que domina el las relaciones hereditarias en el Génesis, y puede ser responsable de penas y sanciones, como se dice en Números 16.

En la familia se transmite la propiedad, el nombre, y a veces el oficio.

En la literatura sapiencial, las relaciones son tema permanente, y se habla específicamente de la educación de los hijos, de los deberes de éstos para con los padres, de la esposa y de la convivencia; temas que aparecen igualmente referidos a la plegaria, y de modo partículas en los Salmos, siendo objeto de imágenes teológicas.

La familia es la unidad cúltica de Pascua.

Y en el Nuevo, en Mateo 7, 8-12 se resalta el deber de sustentar a los padres y cuidar de los hijos. ¡Quién de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? (Mt 7, 8).

Y en el mismo evangelista, 13, 12, Jesús pone límites al amor a la familia, subordinándola al amor a su persona, y estableciendo una nueva familia, cuyo vínculo es cumplir la voluntad del Padre (Mt. 12, 46).

Pablo dice en Colosenses 3 que los empleados formaban parte de la unidad familiar.

¡¡ Qué maravillosamente siguen los del Opus estas doctrinas cuando dicen a sus aspirantes que “vosotros ya no pertenecéis a vuestra, familia, nosotros somos la familia vuestra” !! (Ojalá fuera cierto en sentido recíproco)

 

Cuando los conquistadores españoles llegaron al área de las Islas Filipinas, nos cuenta el italiano Antonio Pigafetta en su libro Primer viaje en torno del globo, lo siguiente: Y cosa sorprendente lo de que aquellos empleaban, como Jesús en el Padrenuestro quince siglos antes, la palabra Abba, que para ellos significaba Dios.

En un documento del IV domingo de Adviento, el papa Francisco propone tres aptitudes para ir al encuentro de Dios, diciendo en una de ellas:

“Estamos en camino para encontrarle a él, en camino para encontrarme, y cuando nos encontremos veamos que la gran sorpresa es que él me está buscando antes de que yo comenzara a buscarle”.

Pero lo que no sabía el italiano, es que en aquellas tierras filipinas todos sus habitantes eran moros, y que los relatores de Mahoma habían heredado esa palabra aramea, del judaísmo.

Como en el Acto II de ópera I Pagliacci de Ruggiero Leoncaballo, el público encuentra espléndida la representación y grita: ¡Bravo!, mientras Neda se da cuenta de lo que está ocurriendo; que estamos regresan do de Egipto a la Familia Prometida.

El poeta Christian Manríquez escribió este poema:

Uno se siente como en su hogar, el confort cálido y suave
de todas las cosas familiares.

Uno se siente como en el hogar,
un lugar seguro, tranquilo y confortable,
donde uno se puede relajar y ser libre.

Con tu sonrisa de complicidad,
me puedes poner a reír de gusto,
porque maravillosamente eres mi madre.

Cuando vives con tu familia no lo sabes apreciar,
el amorque te dan de forma incondicional, demostrándote
que te querían ya antes de nacer,
sin necesidad de demostrarles nada.

Han pasado muchos años desde entonces,
viviendo solo y sin mirar atrás,
pero el amor que en su momento me demostrasteis
es algo que no se olvida ni en el mayor de los tormentos.

Vicente Martínez

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

¿Sabes, José?… te admiro.

Domingo, 29 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en ¿Sabes, José?… te admiro.

552625620dfa0c8d469d565befd68aa0Mt 2, 13-15.19-23                                                        

El espacio del sueño era para ti, José, rico en mensajes que no te tomabas a la ligera. Soñabas, y al despertar, en ese misterioso espacio entre el sueño y el no-sueño, espabilabas interpretando el mensaje.

Podrías haber dejado de lado los sueños, que ya sabemos se evaporan si no llegan a ser entendidos como mensajes a discernir y valorar.

soñabas y, aun superándote la responsabilidad a la que te habías comprometido, te ponías en marcha.

Pero no sólo tú soñabas, también “los magos, avisados en sueños(Mt 2, 12)  de las maniobras del  poder manipulador, faltaron a la cita del embaucador, que al sentirse “burlado por los magos, se enfureció terriblemente y mandó matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, menores de dos años” (Mt 2, 16-18). Eligió la violencia, como suele pasar.

¿Sabes, José?… por aquí se sueña poco, y lo poco que se sueña suele hacerse  despiertos; son sueños que tiene que ver con el dinero, el poder, la imagen. Se sueña con la inmediatez de ver realizado el sueño instantáneamente; se sueña pidiendo resultados rápidos que liberen de preocupaciones, de compromisos, de esfuerzo. Se sueña con cosas que puedan adquirirse, consumirse, atesorarse, con la ilusión de que traerán la suprema felicidad, pero que cuando se esfuman dejan un vacío incómodo que ha de ser llenado a toda prisa. ¿Llenado de qué?, de lo mismo.

En el primer sueño “tomas al niño y a su madre” y os convertís en una familia de refugiados en país extranjero.

¿Sabes, José?… en el mundo en que vivo millones de familias están en movimiento huyendo de la violencia, del hambre, de la falta de oportunidades para llevar una vida digna. Caminan y topan con alambradas, muros de hormigón, desiertos imposibles y mares en la noche, y lo que es peor: rechazo, incomprensión, violencia, violación, degradación, abandono y torturas burocráticas que invisibilizan a las personas convirtiéndolas en datos estadísticos.

Hace unos días se celebraba el Día del Migrante y según datos de Naciones Unidas “en 2019, el número de migrantes alcanzó la cifra de 272 millones, 51 millones más que en 2010”. Esto va mal y no parece que haya voluntad política internacional de querer arreglarlo.

Pero sigamos con tus sueños“el ángel del Señor se te apareció de nuevo en sueños” en Egipto y te dijo: “Levántate, coge al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel, porque han  muerto los que atentaban contra la vida del niño”.

Puedo imaginar tu alegría en medio de la noche o a punto del amanecer, recogiendo lo poco que puede recoger una familia migrante para volver a su tierra, al lugar de donde salió a toda prisa y de noche.

¿Sabes, José?… Creo que te mueves bien entre el sueño y el no-sueño; sabes que  suceden cosas, llegan mensajes en forma de intuición, despertando y sobresaltando…  Tú sabías que esos susurros venían directos del corazón de un Dios-Padre que ama y protege pero que no limita la libertad humana: pudiste haber elegido quedarte en la tierra que te acogió, o sencillamente seguir durmiendo no sólo de noche como sucede tantas veces en la vida cuando nos dejamos llevar por la rutina sin plantearnos cambios.

De vuelta a casa, pisando ya la tierra de Israel, supiste quien era el sucesor del que os hizo huir. El miedo te puso en guardia e hicisteis un alto en el camino. Otra vez se repite la historia: “Y avisado en sueños se retiró a Galilea y se estableció en una ciudad llamada Nazaret”. Dejaste el desvío hacia Judea y emprendiste camino hacia Galilea.

¿Sabes, José?… ¡Te admiro! Vives contando con la presencia de Dios, aun durmiendo, pero tomas decisiones, eres responsable y sabes parar cuando hay que parar. Para mí eso significa que colaboras en primera persona. Practicas una obediencia activa. Y recordemos que obedecer viene de escuchar. Reconozco en tu modo de actuar que esa obediencia es la de alguien que ha comprendido que su pequeño proyecto de vida está insertado en un Proyecto Mayor: el que Dios quiere para cada uno de nosotros que se cumple estando a la escucha y poniendo toda la carne en el asador, es decir, comprometiéndose en la misión encomendada confiando en Quien envía.

La familia se instaló en Nazaret, lugar del que después supimos que se decía que “no podía haber nada bueno” (Jn 1, 46).  El niño fue creciendo en estatura y sabiduría dentro de una familia sencilla rodeado de amor. Sin lugar a dudas podemos decir que de Nazaret salió Alguien muy bueno.

Mari Paz López Santos

Fuente Fe Adulta – 29 diciembre 2019

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Fiesta de la “Sagrada Familia”: Reaccionar o responder

Domingo, 29 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en Fiesta de la “Sagrada Familia”: Reaccionar o responder

A5D28193-D3E9-43D1-BD5F-87EE504075A229 diciembre 2019

Mt 2, 13-15.19-23

           Parece seguro que el presente texto –exclusivo de este evangelio– ha sido construido por Mateo con un objetivo bien definido: presentar a Jesús como el “nuevo Moisés” que habría de liberar al pueblo y dar razón del nombre de “nazareno” aplicado a Jesús.

          En el relato destaca la disponibilidad y prontitud de José para responder a lo que le es indicado: se percibe a José como un hombre lúcido, consciente y disponible, que responde adecuadamente a las situaciones que se le presentan. En una lectura simbólica, la respuesta resulta adecuada para liberar a Jesús del peligro.

          Ante los diferentes acontecimientos o circunstancias, los humanos podemos responder o reaccionar, con resultados completamente diferentes.

          La reacción se define por el automatismo ante cualquier estímulo. Nace de las necesidades, de las frustraciones o de las defensas –ese es el triple “nivel” en el que nos movemos mientras estamos atrapados por la herida emocional–. Su tema es la venganza y/o la culpa. Y siempre que reaccionamos lo hacemos para defendernos o para atacar. El resultado es obvio: vamos por la vida como víctimas o como verdugos o, quizás más exactamente, alternando ambos papeles.

          La respuesta, por el contrario, nace de lo mejor de la persona, porque se es capaz de “tomar distancia”, tanto del estímulo como del propio ego (necesidades, frustraciones y defensas). Su tema es la responsabilidad. Y vivimos como cauces desapropiados, permitiendo que la vida se exprese a través de nosotros. Requiere situarse en el lugar del “observador” de los propios movimientos mentales y emocionales, y recibir todo lo que nos ocurre como un “despertador” o “mensajero”.

          Todo ello queda recogido en este esquema:

REACCIÓN RESPUESTA
Automatismo.Desde las necesidades, frustraciones o defensas.

Tema: venganza o culpa.

Para defendernos o atacar.

Víctimas o/y verdugos.

Toma de distancia.Desde lo mejor de la persona.

Tema: responsabilidad.

Dejar que la Vida se exprese.

Cauces desapropiados.

         El paso de la reacción a la respuesta requiere un trabajo psicológico –solo la curación o gestión adecuada de las propias heridas permite la toma de distancia frente a los estímulos– y espiritual –gracias al cual va cesando o menguando la identificación con el ego–. Son las dos condiciones para crecer en libertad interior, sin la que es imposible salir de los automatismos reactivos.

¿Cuándo reacciono y cuándo respondo? ¿Lo distingo con facilidad?

Enrique Martínez Lozano

Fuente Boletín Semanal

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Cambios socio-culturales en la familia

Domingo, 29 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en Cambios socio-culturales en la familia

índiceDel blog de Tomás Muro La Verdad es Libre:

  1. Lo que no es una homilía.

         La homilía de hoy va a consistir en unas consideraciones, algunos soliloquios sobre la familia. No serán afirmaciones tajantes porque ni yo mismo tengo las cosas claras y definidas acerca de esta realidad primaria y elemental, así como tampoco tengo resueltas todas las dimensiones que la familia implica. Esta homilía será un apuntar los problemas para los que yo mismo no tengo respuesta. (Absténganse fanáticos, frívolos de pensamiento y legislación, así como eclesiásticos “sabelotodo”).

Tampoco en una homilía se pueden tratar todos los aspectos de la familia y probablemente se me pase por alto más de uno.

“Todo” lo que voy a decir es discutible. No pretendo tener razón, porque no tengo la verdad. La única finalidad de esta homilía es ayudar a pensar un poco y, quizás, pro-vocar (“llamar a”) pensar las cosas, tal vez una conversación ulterior (conversar no es discutir).

  1. La familia que hemos conocido.

         Gran parte de los que estamos aquí reunidos hemos nacido en el seno de una familia “tradicional” más o menos amplia, con sus problemas, pero bien estructurada.

Ahora bien: ¿Qué es la familia? Vayan dos aproximaciones a una definición de lo que es la familia: una de la Declaración de los derechos Humanos y otra entresacada de un discurso de Benedicto XVI:

La declaración Universal de los derechos humanos dice que la familia es: el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado, y se fundamenta en la afinidad y el matrimonio.

Benedicto XVI en un discurso[1] a un Congreso de la Diócesis de Roma dice:

Matrimonio y familia no son una construcción sociológica casual, fruto de situaciones particulares históricas y económicas. Por el contrario, la cuestión de la justa relación entre el hombre y la mujer hunde sus raíces en la esencia más profunda del ser humano.

  1. dimensiones, cambios y problemas implícitos en la familia

         La familia es, pues,  la institución primaria en la que el ser humano inicia y realiza su existencia afectiva y en la que accedemos a la vida en el más pleno sentido.

         La familia se compone de amor, encuentro, afectos, sexualidad, convivencia, acceso a la vida y múltiples elementos culturales. Es una amalgama de muchas dimensiones y criterios, muchos de los cuales han dado un giro copernicano o han entrado en crisis:

  • o Nosotros conocemos la monogamia. Es nuestro modo de entender y vivir la sexualidad, la afectividad, el amor. Hubo otra forma de vivir estas cosas, de hecho en África viven en poligamia, como Abraham. La monogamia parece que es más humanista-humanizadora que la poligamia. ¿Y si el mundo islámico propusiera la poligamia como modelo cultural? ¿Occidente valora o soporta la monogamia?
  • o amor – sexualidad. Hemos sido educados y hemos y vivido una concepción más bien negativa de la sexualidad (pensamiento griego) y represora (una moral en la que todo era pecado y pecado mortal).

Estamos asistiendo a una revolución copernicana en la comprensión y vivencia de la sexualidad. La sexualidad es una hermosa dimensión y potencia humana, pero no es un juguete, no es un juego, un divertimento, al menos no es solamente eso.

Posiblemente la nuestra es una civilización una sociedad obsesivamente erotizada: desde el turismo erótico, programas de tv de un erotismo de “baja -o alta- intensidad”, medios de comunicación: pornografía en internet (adicciones) criterios a la hora de las parejas, de comprender el matrimonio, etc.

El amor es algo distinto de la genitalidad y del enamoramiento eternamente adolescente. Amar (agapé-caridad) es la capacidad de querer y entregarse a una persona (a un ideal) más allá de lo físico.

Por otra parte el sexo, el género y la identidad se valoran y se viven hoy en día de modo muy diferente a como se hacía hace tan sólo unas décadas. Así surgen “núcleos familiares” que tienen poco que ver con lo que tradicionalmente hemos conocido como familia.

¿Los hijos que hemos vivido los polos (educativos) masculino – femenino desde nuestro padre y madre, verán por igual los modelos de identidad en las parejas del mismo sexo? ¿El sexo oscila como uno puede cambiar la ideología?

  • o virtudes y actitudes (valores).

Uno de los significados de la palabra virtud es energía, fuerza. Algunas virtudes, cualidades y maneras que alentaban nuestra existencia en gran medida han sido aparcadas o incluso se tienen antiguallas: el trabajo bien hecho, la capacidad de esfuerzo y de sufrimiento, la paciencia, la fidelidad, el perdón, saber que la vida es lo que es y da de sí lo que da, saber que la muerte está presente en la vida, etc.

Sin estas “herramientas” o sin estos “programas”, ¿el “ordenador” familiar, convivencial, comunitario podrá funcionar?

  • o Los hijos y los “roles” familiares. En otros momentos culturales los hijos eran un bien. ¿Hoy los hijos más que un bien, no son una carga? El papel de la madre era tener hijos, cuidar de la casa y tareas domésticas; el padre trabajaba en el campo, en la oficina o en la fábrica. Como paradigma eso ya no es así. La mujer y el hombre son iguales en competencias, derechos, tareas, etc. La mujer trabaja fuera de casa, el hombre también. Los pocos hijos, si los hay, pasan a manos de los abuelos o de la guardería… ¿Esto es así, tiene que ser así? ¿Sabemos cuál es el papel del hombre y de la mujer, del padre y de la madre?
  • o El concepto de persona se ha vuelto inestable. El problema del aborto y el de la “eutanasia” es el mismo sea por el principio o por el final de la vida. Se trata de una cuestión tan importante como delicada. Aquí hay muchos y graves problemas implícitos. Influye mucho el concepto de persona y de realización de la misma que circula en nuestro habitat socio-cultural. Si el ideal de vida es “pasarlo bien”, entonces lo mejor que podemos hacer ante un cáncer es terminar cuanto antes. Si una chiquita de quince años queda embarazada, no se va a desgraciar la vida por un hijo.
  • o Yo creo que estas cosas -y otras- no se pueden ventilar de un plumazo y dos leyes. Me parece a mí que se legisla demasiado frívolamente y sin pensamiento. Muchas leyes no tienen detrás el más mínimo respaldo filosófico y humanista. Y lo que es peor, se legisla por el impacto social que una ley puede causar y el número de votos que puede aportar o restar a una ideología. Las realidades de persona, de familia, de padres-hijos, divorcio, fecundación in vitro, aborto, homosexualidad, bio-ética son demasiado importantes como para dejarlas en manos de los políticos. Estas cosas no pueden estar únicamente en manos de los parlamentos, sino que han de ser pensadas por la Universidad, la ética, la iglesia, por la fe, la medicina (humanista), la sociología, etc. Conviene que los bueyes vayan por delante del carro.
  • o Acceso a la vida.

La familia es la cuna y el humus en el que se accede a la vida física, cultural, religiosa, a la sociedad. Sentirse acogido en la vida después de esa expulsión del paraíso terrenal que es el parto-nacimiento acontece en la familia.

El universo de sentido: relaciones de afecto de los padres y fraternales, la fiesta, la vivencia del dolor, la responsabilidad, el sentido del trabajo, de la transcendencia, el amor a lo propio: pueblo, cultura, el idioma, todo eso se transmite inicial e insensiblemente en la familia.

¿Cómo será capaz la sociedad de comunicar –socializar y educar- a los niños / adolescentes cuyos padres se han separado / divorciado y que son ya más de la mitad de los que se casan? ¿Cómo accederán a la vida: serena o turbulentamente?

Tiene que haber separaciones y divorcios (nulidades), pero que no se nos olvide que el divorcio es un fracaso en el amor. No pensemos que el divorcio es un éxito en la vida, si bien todo el mundo tiene derecho a rehacer la vida.

¿Todo el mundo puede casarse sin más?

  • o La economía: No es cierto, creo, que la escasez de medios lleve a la ruptura familiar y la riqueza lleve al éxito. Muchas de nuestras familias que vivimos en mucha estrechez y penuria económica, vivimos más unidos que familias que hoy en día viven boyante en el plano económico. Riqueza y felicidad no son sinónimos, ni pobreza e infelicidad.

No es lo mismo nacer en la emigración por razones de trabajo, de exilio, etc. a nacer en el propio pueblo y cultura.

No es lo mismo que los jóvenes tengan o no tengan trabajo y, por tanto, no puedan pensar en construir su futuro y tener una cierta estabilidad de trabajo.

Agradezcamos la familia en que nacimos.

[1] 17 de junio de 2005.

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Natividad del Señor

Miércoles, 25 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en Natividad del Señor

05-navidad (C) cerezo

 

Leído en Koinonia:

Misa del día

Isaías 52,7-10

Verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios

¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la Buena Nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión: “Tu Dios es rey”! Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor, que vuelve a Sión. Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el Señor consuela a su pueblo, rescata a Jerusalén; el Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.

*

Salmo responsorial: 97

Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.

Tañed la cítara para el Señor
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R.

*

Hebreos 1,1-6

Dios nos ha hablado por el Hijo

En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo. Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas; tanto más encumbrado que los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado. Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: “Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado”, o: “Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo”? Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: “Adórenlo todos los ángeles de Dios.”

*

Juan 1,1-18

La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros

En principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. [Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.] La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.

Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. [Juan da testimonio de él y grita diciendo: “Éste es de quien dije: “El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo.”” Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.]

Homilía de Monseñor Romero sobre los textos litúrgicos de hoy
(25 de diciembre de 1977)

Hoy llega a nosotros la noticia del nacimiento de Cristo a través de su Iglesia. Cómo María, como nos cuenta el evangelio, al irse los pastorcitos que vinieron invitados por los ángeles a adorar al Niño Jesús, María se quedó reflexionando todo esto en su corazón. Para una comunidad cristiana la Navidad no tiene sentido si no es a base de una profunda reflexión, por eso para muchos cristianos la Navidad no es más que una fiesta que se espera y que luego pasa efímera, como la pólvora que se quema, y no deja más que basura en las calles. Para el cristiano es algo más que un cohetillo, es la gran noticia que debe reflexionarse y comprometer al hombre con este episodio en que Dios se hace hombre, no en una forma transitoria, sino para siempre, y el hombre debe también reflexionar ante el Señor.

Ese Cristo en Belén lo podemos representar hoy en esta homilía con este título: Cristo manifestación de Dios, Cristo manifestación del hombre y en tercer lugar, la Iglesia manifestación de Cristo.

PROLONGAR LA ENCARNACIÓN

Por eso la Iglesia, que prolonga la encarnación, o sea el Dios hecho hombre, no puede prescindir de la historia. Desde aquel momento Dios ha asumido la humanidad y ha dejado ese encargo de seguir asumiendo hacia Dios a todos los hombres, a la Iglesia, la cual, por tanto, peregrina en la historia, va recogiendo, no puede dejar de vivir las circunstancias en las cuales ella va prolongando esa encarnación. Por eso hermanos, estas noticias en las cuales yo reflejo lo más sobresaliente de la semana, no es con el afán de hacer aquí un noticiero. Lo hace mucho mejor cualquier instrumento de comunicación social, sino que es simplemente decirles a todos mis queridos hermanos, que vivimos en esta semana, en esta hora, que esta Navidad de 1977, siendo la eterna Navidad de Cristo, se ha vivido aquí en El Salvador en estas circunstancias de las cuales no podemos prescindir.

NAVIDADES TRISTES

Así es como tienen un sentido profundo, en medio de tarjetas y telegramas de Navidad, me hayan llegado cartas que son lamentos profundos, por ejemplo de aquellas madres y esposas que “en esta celebración de Navidad que con júbilo espera todo el pueblo cristiano, nosotras expresemos no una Navidad sino el profundo dolor de un calvario al albergar en nuestro corazón esa separación insuperable de nuestros hijos y esposos”. En otra carta parecida dice: “Estamos angustiadas y tristes por el llanto de nuestros hijitos que a cada momento que se despiertan en la noche están llamando a sus padres y de ellos no nos dan ninguna razón en los cuerpos de seguridad”. Y cartas de expresión así dolorosa, pues, son muchas las que llegan. Por nuestra parte hemos tratado de hacer todo lo que está a nuestro alcance recurriendo a recursos jurídicos y estamos dispuestos siempre, pues, a ayudar el dolor de la humanidad. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , ,

“Volver a Belén”. Natividad del Señor – A (Lucas 2,1-14)

Miércoles, 25 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en “Volver a Belén”. Natividad del Señor – A (Lucas 2,1-14)

05-navidad-a-600x1022

En medio de felicitaciones y regalos, entre cenas y bullicio, casi oculto por luces, árboles y estrellas, es posible todavía entrever en el centro de las fiestas navideñas «un niño recostado en un pesebre». Lo mismo sucede en el relato de Belén. Hay luces, ángeles y cantos, pero el corazón de esa escena grandiosa lo ocupa un niño en un pesebre.

El evangelista narra el nacimiento del Mesías con una sobriedad sorprendente. A María «le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo». Ni una palabra más. Lo que realmente parece interesarle es cómo se acoge al niño. Mientras en Belén «no hay sitio» ni siquiera en la posada, en María encuentra una acogida conmovedora. La madre no tiene medios, pero tiene corazón: «Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre».

El lector no puede continuar el relato sin expresar su primera sorpresa: ¿En este niño se encarna Dios? Nunca lo hubiéramos imaginado así. Nosotros pensamos en un Dios majestuoso y omnipotente, y él se nos presenta en la fragilidad de un niño débil e indefenso. Lo imaginamos grande y lejano, y él se nos ofrece en la ternura de un recién nacido. ¿Cómo sentir miedo de este Dios? Teresa de Lisieux, declarada en 1997 doctora de la Iglesia, dice así: «Yo no puedo temer a un Dios que se ha hecho tan pequeño por mí… ¡Yo le amo!».

El relato ofrece una clave para acercarnos al misterio de ese Dios. Lucas insiste hasta tres veces en la importancia del «pesebre». Es como una obsesión. María lo acuesta en un pesebre. A los pastores no se les da otra señal: lo encontrarán en un pesebre. Efectivamente, en el pesebre lo encuentran al llegar a Belén. El pesebre es el primer lugar de la tierra donde descansa ese Dios hecho niño. Ese pesebre es la señal para reconocerlo, el lugar donde hay que encontrarlo. ¿Qué se esconde tras ese enigma?

Lucas está aludiendo a unas palabras del profeta Isaías en las que Dios se queja así: «El buey conoce a su amo; el asno conoce el pesebre de su señor. Pero Israel no me conoce, no piensa en mí» (Isaías 1,3). A Dios no hay que buscarlo en lo admirable y maravilloso, sino en lo ordinario y cotidiano. No hay que indagar en lo grande, sino rastrear en lo pequeño.

Los pastores nos indican en qué dirección buscar el misterio de la Navidad: «Vayamos a Belén». Cambiemos nuestra idea de Dios. Hagamos una relectura de nuestro cristianismo. Volvamos al inicio y descubramos un Dios cercano y pobre. Acojamos su ternura. Para el cristiano, celebrar la Navidad es «volver a Belén».

José Antonio Pagola

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

“La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.” Miércoles 25 de diciembre de 2019. Natividad del Señor

Miércoles, 25 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en “La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.” Miércoles 25 de diciembre de 2019. Natividad del Señor

08-navidada4-cerezoLeído en Koinonia:

Misa del día

Isaías 52,7-10: Verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.
Salmo responsorial: 97: Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Hebreos 1,1-6: Dios nos ha hablado por el Hijo.
Juan 1,1-18: La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.

Hoy celebramos la fiesta del nacimiento de Jesús de Nazaret, pero en realidad en esta fiesta hay muchos componentes, de muy diverso género, y no sería bueno tratarlos todos como dimensiones teológicas racionalmente interpretables. Hay también elementos culturales, sociales, históricos, afectivos… Esta mezcla hace desaconsejable echar mano sólo de la lupa teológica racional. Quizá es ésta una fiesta en la que hay que dejar a un lado esa perspectiva racional, y hacernos niños, y celebrar con la ingenuidad del niño/a que todos/as llevamos dentro.

Pero digamos en todo caso una palabra sobre cada lectura.

La lectura de Isaías es un canto de alabanza de la próxima liberación de Jerusalén. Dos imágenes enmarcan la lectura, por una parte la de los mensajeros que sobre los montes de Judá traen la noticia de la próxima liberación, y gritan: ¡Yahvé reina! La segunda imagen es la de los centinelas que prorrumpen en júbilo porque ven el retorno de Yahvé a Sión y exclaman alborozados cómo el Señor ha consolado a su pueblo y ha rescatado a Jerusalén. Y es que en el contexto en que se escribe el libro de Isaías, la mayoría del pueblo de Israel se encuentra exiliado en Babilonia, son esclavos de los asirios. Sin embargo, ven como muy positivo que Darío asuma el poder, y ponen sus esperanzas en que el será el «rescatador», que les permitirá retornar a su tierra. Esta realidad es inminente, por lo que el escritor canta ya la alegría del retorno a la tierra. Para nosotros hoy, esos pies del mensajero anuncian el nacimiento del Señor, y nosotros, como los centinelas, proclamamos alegres la presencia del Salvador que se hace vida en medio de nosotros.

El salmo responsorial corresponde a un himno de alabanza dirigido a Yahvé porque ha obrado maravillas y porque ha revelado la justicia a las naciones acordándose de la lealtad de Dios a Israel. El salmista invita a toda la creación (mar, ríos y montes) a aclamar a Yahvé que llega a juzgar el mundo con justicia y los pueblos con equidad. Esa felicidad la compartimos nosotros con el salmista cuando recibimos a Jesús que llega, que nace. Él es Dios mismo que se convierte en Buena Noticia, anuncio de salvación para todos los pueblos, que asume nuestra condición humana y por ello estamos alegres y cantamos llenos de júbilo y esperanza.

La carta a los hebreos refuerza aún más la alegría de esta celebración de la Natividad del Señor Jesús. Expresa que «muchas veces y de múltiples maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas, pero en estos últimos tiempos nos habló por medio de su Hijo a quien instituyó heredero de todo». Hermanos, estamos en los últimos tiempos pues la revelación a llegado a su plenitud en Jesucristo. Él es imagen de Dios invisible, quien le ve a él ve al Padre; pues al asumir la condición humana y al nacer en un establo, como un hombre pobre; Dios se ha manifestado como solidario con todos los hombres de la tierra y por medio de Jesús ha mostrado el camino de la salvación.

La liturgia de hoy, la de la misa del día, como la más solemne –porque otra es la de la media noche–, proclama el prólogo del evangelio de Juan. Un texto bien solemne, y muy especial. Haríamos mal en leerlo como cualquier otro de los relatos evangélicos de la Navidad, en torno al nacimiento de Jesús, como los evangelios de la infancia. El texto de Juan pudo ser escrito treinta años más tarde, el último de entre los textos evangélicos hoy canónicos, en torno al año 100 d.C. Entenderlo como un relato «descriptivo» que nos trasmite información sobre «cómo sucedieron las cosas», información transmitida a Juan evangelista como por revelación directa, sería un error. Hoy la ciencia bíblica enfoca este texto con otra luz, conoce mejor su naturaleza y sabe que se trata de otra cosa.

En todo caso, es un texto clave, uno de los pocos textos de los que se puede decir que han sido sencillamente decisivos para la configuración concreta del desarrollo del cristianismo. Muchos opinan que fue Pablo el creador del cristianismo, más que los evangelios sinópticos por ejemplo. Otra opinión también común es la de que quien fundó el cristianismo fue en realidad Juan, al fundamentarlo con esta visión fantástica genial que nos entrega este texto, que catapultó la reflexión sobre Jesús a su máxima dimensión.

Más allá de lo que de este texto hubiera de ser retenido o no, la dimensión de encarnación que daría al cristianismo lo ha marcado, realmente. Encarnación, y su complemento, la divinización, son como una columna vertebral del cristianismo, y una de las marcas registradas de su espiritualidad y su compromiso histórico.

En la dimensión concreta de la historicidad, ya sabemos: no tenemos ninguna noticia histórica de la fecha del nacimiento de Jesús. El 25 de diciembre fue tomado de la fiesta romana del nacimiento del Sol, pues a partir de ese día –hoy sabemos que no exactamente– comienza a aumentar el tiempo de insolación (en el hemisferio norte, obviamente, y locontrario en el sur); el Sol en estos días superaba su período anterior invernal, de muerte y disminución. Si a Jesús se le llamaba «el Sol de Justicia», qué mejor fecha para datar su nacimiento que el día del re-nacimiento del Sol astronómico, que en el mundo romano era considerado divino. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Dios en Salida: La Tierra, Planeta de Navidad

Miércoles, 25 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en Dios en Salida: La Tierra, Planeta de Navidad

D8ED4929-29B6-4171-8BDB-0213A3DA8E99Del blog de Xabier Pikaza:

Feliz Navidad 2019

Que los hombres se hablen y amen: Así nace Dios

 

De manera sorprendente  el evangelio de Juan (1, 12-13) amplía y aplica la Navidad de Jesús (nacer de Dios, concepción por el Espíritu) a todos los que escuchan y acogen la Palabra:

A quienes la recibieron (a la Palabra de Dios) les dio el poder de ser Hijos de Dios; los cuales no han nacido (no han sido engendrados) ni de las sangres, ni del deseo (=voluntad) de la carne, ni del deseo (voluntad) de un varón, sino que han nacido de Dios.

               Desde ese fondo quiero ofrecer una sencilla Teología de la Navidad, como introducción a esta gran fiesta de Dios y del Hombre que celebran (celebramos) los cristianos. Nace Dios en nosotros, es su fiesta. Nacemos nosotros en Dios, es nuestra fiesta.

Nacemos todos y somos, unos en los otros, ésta es la fiesta universal de la vida sagrada, en este diminuto Planeta de la Navidad, que es la tierra, perdida en un espacio infinito de fuerzas, movimientos, astros y asteroides que parecen vagar y perderse en su nada. Dios en salida, esto es la tierra, es Navidad.

Jesús, nacimiento universal

 410F6C62-ACD8-42D8-BC46-AA8155E2AD77        Conforme al texto citado de Jn 1, 12‒13, todos los que confían en el Dios de la Vida y de él provienen (provenimos) son Palabra de Dios encarnada, como ha sido Jesús (Palabra hecha carne: Jn 1, 14). En esa línea quiero hablar de un mesianismo universal de la Palabra proclamada y compartida, en contra de otros de tipo particular[1]:

‒ Éste no es un mesianismo guerrero, Cristo no es un conquistador.Los Salmos de Salomón recuerdan que Dios escogió a David por rey y aseguró con juramento que sus hijos gozarían del reino para siempre (Sal Sal 17, 5). Pero ese salmo sigue diciendo que el pecado de Israel truncó la promesa (Sal Sal 17, 6-22), de forma que debe elevarse la voz del orante: “Mira, oh Señor, y ensalza entre ellos a su rey…; cíñele de fuerza, de manera que pueda aniquilar a los poderes enemigos y limpie a Jerusalén de los paganos…” (17, 23-24).

            El rey a quien espera el orante de este salmo es Hijo de David (17, 5. 23) y Ungido del Señor (17, 36; 18, 6. 8). Su tarea primordial será instaurar el reino de Israel, venciendo a los poderes enemigos y logrando así el dominio sobre todos los pueblos de la tierra (17, 23-27). Pues bien, conforme a todo lo que venimos indicando, un reino extendido por dominio militar va en contra del Cristo Jesús. En la Navidad no celebramos, por tanto, un mesianismo guerrero de grandes vencedores, sino la Navidad de la Vida en los pequeños y los pobres, en los niños.

‒ Éste no es un mesianismo clerical, Cristo no es sacerdote superior, ni un mago celeste de templo. Los ambientes sacerdotales del entorno de Jesús consideraban primordial el orden cúltico y religioso del templo. Por eso, junto al mesías de David (guerrero) insistían en el Mesías de Aarón (Gran Sacerdote). Esta dualidad mesiánica, insinuada en Zac 6, 9-14, ha sido temáticamente desarrollada en Test XII Pat y en algunos textos Qumrán. El rey, mesías de David (o de Israel) dirigirá el combate, como jefe de batalla, pero ha de hallarse sometido a la norma y dirección del Sumo sacerdote, jerarca sacral y mediador de Dios para los hombres. Cf. Test Levi 18; Test Judá 24; CD VII, 18 XIX, 7; 1Q Sa II, 12 1Q Sb V, 20.

  historia-de-jesus          Pues bien, en contra de eso, Jesús se opuso al orden sacerdotal del templo, con su jerarquía de levitas superiores. El Cristo que ha nacido en Belén no ha sido un mesías sacerdotes, sino un niño de pueblo, en el entorno de Jerusalén, un niño de todos, para todos, la humanidad entera como “niño de Dios”, Dios hecho niño, aprendiendo a vivir y viviendo en la trama de dura y tierna historia de los hombres.

En una línea regia y/o sacerdotal, Jesús no hubiera sido mesías para todos. Conforme a la “lógica de Dios”, Jesús (Dios niño) no ha impuesto el Reino por la fuerza, ni ha sido Sumo Sacerdote de Jerusalén,  sino  Mensajero y Presencia (=Palabra) de un Dios que es principio de comunión (=salvación) universal. Posiblemente se consideraba “hijo de Dios”, pero no para imponerse sobre otros, sino para abrir entre (para) todos un camino de Palabra compartida.

No vino de un cielo superior de imposición, de manera sólo transcendente, para realizar un juicio supra-temporal, sino que surgió en la historia de esperanza de su pueblo, centrada, simbólicamente, en la figura de David. En esa línea, él actuó como rey sin reino (sin ejército, dinero o territorio, sin estrategia militar…), como hombre de Dios, Dios-hombre al servicio de los pobres, desde Galilea, mirando hacia Jerusalén, donde subirá para proclamar su (una) Palabra que es presencia salvadora, universal de Dios, nueva humanidad.

Nacer de Dios, ésa es la Palabra

Éste es el testimonio clave de la Navidad, conforme a Jn 1, 14: La Palabra se hizo carne,es decir, un niño. Jesús es la Palabra que nace, el mensaje de la vida que es Dios, esperanza de resurrección (de culminación) para los hombres. . En ese contexto debo insistir en la importancia de una cristología de la Palabra resucitada y resucitadora, mostrando así que Jesús es Cristo por ser (y siendo) palabra de Dios encarnada:

FA599D0D-CB97-4A92-BFC8-725BB9ADB478

‒ Jesús es “palabra creadora”, en la línea del Logos-Dabar de Gen 1 y de los profetas. Pero el autor del Génesis y los profetas suponen que Dios‒Palabra no se ha encarnado del todo en los hombres. Ciertamente, ellos han proclamado un mensaje muy hondo, como muestran Amós y Jeremías, Ezequiel e Isaías II, pero (conforme a una visión recogida en Hbr 1, 1‒4, cf. cap. 5‒8, 19) ellos nunca han dicho plenamente la Palabra, de forma que no se identifica con Dios en amor, en sanación, en presencia personal (resucitada).

‒ Jesús es Palabra‒Persona,de manera que en él se identifica lo que él es y lo que dice, con lo que dice y es Dios, de tal forma que sus seguidores le han podido llamar Palabra de Dios (=Dios Palabra humana). Ciertamente, él no ha dicho “yo soy la Palabra de Dios”, pero sus discípulos le han visto así, y así le han comprendido, como ha puesto de relieve el evangelio de Juan. En ese sentido podemos afirmar que él ha muerto por ser Palabra de Dios (como a profeta falso le han condenado), y sólo así, por ser Palabra Viva (=Dios Palabra) ha resucitado.

              Los profetas habían sido “portadores de la Palabra”, y de esa forma ratificaban sus oráculos con la expresión: ¡Así dice Yahvé, Palabra de Dios! Pues bien, Jesús no ha sido sólo Palabra de Dios por lo que ha dicho, sino por lo que ha sido, de manera que le llamamos Mesías (Hijo de Dios, Salvador…) por ser Palabra, principio de comunicación universal, como ratifica su pascua. Ciertamente, en un sentido, “Jesús ha muerto”, pero ha muerto por hacerse (=para hacerse) palabra de comunicación universal, en amor, sobre la muerte.

Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

“Natividad del Señor”. 25 de diciembre

Miércoles, 25 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en “Natividad del Señor”. 25 de diciembre

62A8447D-D6C4-4A16-A106-872D8E4E133ADel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

Natividad del Señor

Tres misas el mismo día

No sé cuándo comenzó la tradición de celebrar tres misas el día de Navidad; imagino que debe de ser muy antigua. Se comienza con la famosa misa del Gallo, por la noche, sigue la misa del alba y se termina con la del día. Cada una de ellas tiene sus lecturas propias, las mismas en los tres ciclos (A, B, C). Indicaré algo que pueda ayudar en la del Gallo (la de la noche) y en la del día (con el evangelio más difícil).

Misa de la noche

Tres motivos de alegría (Isaías 9,2-7)

En una película ambientada en la Segunda Guerra Mundial (no consigo recordar su título), la noche de Navidad, en medio del frío y la nieve, un grupo numeroso de soldados y refugiados comienza a cantar el villancico “Noche de Dios”. Ese es el ambiente adecuado para entender la primera lectura. El profeta se dirige a un pueblo que camina en las tinieblas, que ha sufrido durante un siglo la opresión del imperio asirio, y le anuncia un cambio prodigioso: un mundo de luz y alegría. Por tres motivos: el fin del opresor, el fin de la guerra y el nacimiento de un niño. Es esto último lo que atrae la mayor atención. El niño será un heredero de David, adornado con los nombres y cualidades más admirables que se pueden esperar de un gobernante: que sepa aconsejar, que sepa defender, que se comporte como un padre con sus súbditos, que traiga un reinado de paz.

El evangelio de Mateo citará esta profecía, pero aplicará a Jesús solo el comienzo: “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz”. Jesús no termina con el opresor romano, no se acaban las guerras, y no reinstaura el trono de David. Pero su palabra y su acción irradian luz y alegría en toda Galilea.

Dos motivos de compromiso (Carta a Tito 2,11-14).

El autor une la primera venida de Jesús (“ha aparecido la gracia de Dios”) con la segunda y definitiva (“la aparición gloriosa del gran Dios y salvador nuestro, Jesucristo”). ¿Motivos de alegría? Sin duda. Pero estos dos venidas son también motivo de compromiso. Amor con amor se paga. Hay que renunciar a la vida sin religión y los deseos mundanos, llevar una vida sobria y honrada, esperar la vuelta del Señor, dedicarse a las buenas obras.

El anuncio más desconcertante a las personas más inesperadas (Lucas 2,1-14)

Lucas, evangelista de los pobres y la pobreza, lo subraya desde el primer momento. Gabriel ha anunciado a María que concebirá un hijo prodigioso, que heredará el trono de David y reinará en la casa de Jacob para siempre. A la hora de la verdad, el niño no dispone ni siquiera de una cuna, solo de un pesebre. Porque la familia no encuentra sitio en el piso de arriba, donde se alojan las personas, y debe permanecer en el de abajo, donde están los animales.

En la misma línea, el anuncio del nacimiento, a pesar de toda la parafernalia del ejército del cielo cantando, se dirige a “unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño”. La profesión de pastor, aunque a algunos le recuerde a los antiguos patriarcas de Israel, era de las más despreciadas y odiadas en aquel tiempo, sobre todo por los campesinos. Y pasar la noche a aire libre vigilando el rebaño no es la ocupación más agradable. A estas personas se dirige el mensaje: “Os ha nacido un salvador, el Mesías, el Señor”.

Lucas juega con el lector, lo desafía. ¿Qué salvador les ha nacido a los pastores? ¿Y qué señal portentosa puede ser un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre? Al día siguiente, los pastores estarán de nuevo con el rebaño, vigilando en medio del frío. Pero su vida ha cambiado. Después de encontrar a María, a José y al niño acostado en el pesebre volverán dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído (evangelio de la Misa de la aurora).

Los pastores son un ejemplo perfecto para el cristiano. La Navidad no nos habla de un gran rey, deslumbrante de riqueza y esplendor. El ángel lo presenta “envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. Y en este ser tan débil y poco aparente debemos depositar la confianza de que nos salvará. Y por él debemos alabar y dar gloria a Dios.

Misa del día

Presupuesto para entender el Prólogo

Las conquistas de Alejandro Magno, a finales del siglo IV a.C., supusieron una gran difusión de la cultura griega. En Judea, como en todas partes, los griegos ejercían un influjo enorme: cada vez se hablaba más su lengua, se imitaban sus costumbres, se construían edificios siguiendo su estilo, se abrían gimnasios, se enseñaba la doctrina de sus filósofos. Los judíos, al menos la clase alta, estaban encandilados con la sabiduría de Grecia. Sin embargo, algunos autores no compartían ese entusiasmo. Para ellos, la sabiduría griega era un producto reciente, obra del ingenio humano, y tenía su templo en un lugar pagano: Atenas. La verdadera sabiduría es eterna, procede de Dios, y reside en Jerusalén. Esto puede decirse con palabras vulgares, o poéticamente, presentando a la sabiduría como una mujer y contando su historia. Basándonos en diversos textos bíblicos podemos reconstruir esa historia de la Sabiduría.

La historia de la Sabiduría de Dios

1ª etapa: la Sabiduría junto a Dios desde el comienzo (Proverbios 8,22-36).

El Señor me estableció al principio de sus tareas,

al comienzo de sus obras antiquísimas.

En un tiempo remotísimo fui formada,

antes de comenzar la tierra.

Antes de los océanos fui engendrada,

antes de los manantiales de las aguas.

Todavía no estaban encajados los montes,

antes de las montañas fui engendrada.

No había hecho aún la tierra y la hierba

ni los primeros terrones del orbe.

2ª etapa: la Sabiduría y la creación

Cuando colocaba el cielo, allí estaba yo;

cuando trazaba la bóveda sobre la faz del océano;

cuando sujetaba las nubes en la altura

y fijaba las fuentes abismales.

Cuando ponía un límite al mar,

y las aguas no traspasaban su mandato;

cuando asentaba los cimientos de la tierra,

yo estaba junto a Él, como aprendiz, yo era su encanto cotidiano,

todo el tiempo jugaba en su presencia;

jugaba con la bola de la tierra

disfrutaba con los hombres.

Tercera etapa: la Sabiduría se instala en Jerusalén (Eclesiástico, 24).

Por todas partes busqué descanso

y una heredad donde habitar.

Entonces el creador del universo me ordenó,

el creador estableció mi morada:

Habita en Jacob, sea Israel tu heredad.

En la santa morada, en su presencia ofrecí culto

y en Sión me establecí;

en la ciudad escogida me hizo descansar,

en Jerusalén reside mi poder.

Eché raíces entre un pueblo glorioso,

en la porción del Señor, en su heredad.

Sin embargo, cabe la posibilidad de que algunos rechacen los consejos de la sabiduría. De hecho, muchos judíos no aceptaban este mensaje. Otro autor presenta a la Sabiduría como una mujer que se queja de no ser escuchada (Proverbios 1,22-25).

Os llamé, y rehusasteis;

extendí mi mano, y no hicisteis caso;

rechazasteis mis consejos,

no aceptasteis mi reprensión.

En resumen: la sabiduría de Dios está junto a él desde el principio, lo acompaña en el momento de la creación, disfruta con los hombres, se establece en Israel. Pero muchos no disfrutan con ella. Prefieren seguir otro camino, no le hacen caso.

La historia de la Palabra

El autor del Prólogo aplicó las ideas anteriores a Jesús, introduciendo algunos cambios. Ante todo, en vez de llamarlo sabiduría de Dios, prefirió llamarlo la Palabra.

Primera etapa: la Palabra junto a Dios

Hay una diferencia notable con el texto sobre la Sabiduría. La sabiduría es creada por Dios. La Palabra, no; existe con él desde el principio. Además, el autor del himno es muy sobrio, no se le ocurre decir que la Palabra jugaba en presencia de Dios.

Segunda etapa: la Palabra y la creación

Parece un trabalenguas, pero es muy sencillo. Todo fue creado por la Palabra de Dios; el sol, la luna, las estrellas, las montañas, el mar, el mármol, la madera, el cristal… Todo ha sido creado por la Palabra de Dios. Y ella, además de haber creado a los hombres, es también nuestra luz. La única novedad, muy importante, es que desde el principio se entabla una lucha entre la luz y la tiniebla; pero la tiniebla no logra imponerse, no puede derrotarla.

Tercera etapa: el mundo, creado por la Palabra, la ignora.

Hasta ahora todo ha ido bien. Dios y la Palabra pueden estar contentos. De pronto, advierten que la Palabra es ignorada por el mundo. El mundo no se refiere aquí a los seres inanimados sino a las personas que ignoran a Dios, no lo adoran, o prescinden de él. En autor del Prólogo piensa en todos los pueblos paganos, que podrían haber conocido al Dios verdadero, pero que habían caído en diversas formas de idolatría.

Cuarta etapa: la Palabra decide instalarse en Israel; su pueblo la rechaza

¿Qué hará la Palabra cuando se vea ignorada por el mundo? Para un judío, la respuesta es clara: refugiarse en Israel, el pueblo elegido, igual que hacía la sabiduría: “Eché raíces entre un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad”. Eso mismo hace la Palabra, pero se encuentra con una desagradable sorpresa: «Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.»

Quinta etapa: la Palabra decide hacerse carne y habitar entre nosotros. 

La Palabra ha sufrido dos derrotas: el mundo la ignora, su pueblo la rechaza. ¿Qué haría cualquiera de nosotros en su lugar? Quedarse junto a Dios y olvidarse de todos. Afortunadamente, Dios no es así. La Palabra toma la decisión más asombrosa que se puede imaginar.

Del optimismo ingenuo al realismo mágico

La historia de la Sabiduría resulta demasiado optimista. El himno puede parecer muy pesimista. Sin embargo, no lo es. Aunque no sea todo el mundo ni todo Israel, hay un grupo, formado por judíos y paganos, dispuestos a acoger a Jesús, a creer en él. Y ésos, todos nosotros, reciben una enorme recompensa: se convierten en hijos de Dios, contemplan su gloria, y de su plenitud reciben gracia tras gracia.

Motivos de sobra para estar alegres y desearos a todos FELIZ NAVIDAD.

 

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

25 de diciembre. Natividad del Señor. Ciclo A

Miércoles, 25 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en 25 de diciembre. Natividad del Señor. Ciclo A

 

Natividad

“La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a toda persona. Al mundo vino y en el mundo estaba; el mundo se hizo por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijas de Dios, si creen en su nombre.”

(Jn 1, 1-8)

Este evangelio es como abrir la ventana una mañana soleada y dejar que la habitación se llene de luz y de frescura. Ese instante en el que el día está por estrenar “todo nuevito”.

Así empieza el cuarto evangelio: lleno de verdadera luz y de novedad. Como una brisa fresca que se lleva el aire viciado. Y así puede ser también este tiempo de Navidad que acabamos de estrenar. Puede ser una brisa fresca que renueve el aire de nuestros corazones.

Aquí está la Luz, la Palabra, Dios mismo con el deseo renovado de entrar en nuestra historia, en nuestra vida cotidiana.

Nos conoce, él ha tejido cada centímetro de nuestro ser… y nos quiere, por eso vuelve. Pero nos respeta y por eso espera a que le recibamos, no entra por la fuerza sino que llama y espera.

Esta puede ser una Navidad más, llena de turrones, regalos y villancicos o puede ser una Navidad nueva llena de LUZ. Y así los turrones y todo lo demás será todavía mejor y más bonito.

Que esta Navidad podamos contarnos entre quienes reciben la luz y así, bien iluminadas nos reconozcamos como lo que somos Hijas e Hijos de Dios.

Porque si hoy vuelve a ser Navidad es porque creemos que Dios se encarna en cada una de nosotras.

Oración

Que tu Palabra, hecha de Verdad y de Luz germine y crezca en esta Navidad en nuestra humanidad. Amén

*

Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa

***

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Navidad

Miércoles, 25 de diciembre de 2019
Comentarios desactivados en Navidad

OLYMPUS DIGITAL CAMERAJn 1, 1-18

Anoche nos hablaban de un Niño, del pesebre, de pastores, de ángeles. En esta mañana nos habla del Verbo, Palabra preexistente, de Dios eterno y trascendente. Es una prueba más de que nos encontramos ante algo indecible. Curiosamente termina diciendo exactamente lo mismo: y la PALABRA se hace carne, Niño. Los dos relatos, como buenos subalternos, te colocan ante el misterio, pero el que tienes que torearlo eres tú. Solo tú puedes adentrarte en la realidad que está en ti, “más dentro de ti mismo que lo más íntimo de ti mismo”, como decía Agustín. Pero está ahí, y solo tú puedes descubrir ese tesoro y disfrutar de él.

La encarnación solo tiene realidad dentro de ti, como solo tuvo realidad dentro de Jesús, no fuera en acontecimientos o fenómenos externos. Solamente dentro de ti y dentro del otro. Buscarlo en otra parte es engañarte. Dice un cuento oriental: Un señor que pasaba por la calle, ve a su vecino que está buscando algo enfrente de su casa. ¿Qué es lo que has perdido? Le pregunta. La llave de mi casa. Yo te ayudaré a encontrarla. Pasa media hora y la llave no aparece. ¿Pero dónde la has perdido? Le pregunta el vecino. Dentro de casa. ¿Entonces por que la estás buscado aquí? Es que aquí hay más luz… Si no vivo lo que hay de Dios en mí, jamás lo descubriré ni en los acontecimientos, ni en los demás, ni en Jesús.

Aunque el domingo segundo de Navidad volvemos a leer este evangelio, voy a adelantar una frase: “caí Theos en o Lagos” y en latín: “et Deus erat Verbum”. La traducción puede ser: “y Dios era la Palabra”. También podría traducirse  por  “un ser divino era el proyecto”, puesto que en esta frase “Theos” no lleva artículo. En castellano también podemos traducir: “y la Palabra era Dios”. Pero debemos tener en cuenta que no se explica lo que es la Palabra por lo que es Dios, sino al revés; se explica lo que es Dios por lo que es la Palabra. Dios es el que se hizo hombre, y si se hizo hombre en Jesús, es que se hace hombre en todos los seres humanos. Por el contrario, si es Jesús el que se hace Dios, nosotros quedaremos al margen de lo que allí pasó. El despiste está asegurado y en ese error hemos vivido toda nuestra vida.

Seguimos creyendo y diciendo que Dios se ha hecho hombre, y hacemos decir al evangelio lo que nos interesa que diga. No es el hombre el que tiene que escalar las alturas del cielo para llegar a ser Dios; ha sido Dios el que se ha abajado y ha compartido su ser con el hombre. Eso es lo que significa la encarnación. Por medio de Jesús, podemos llegar a saber lo que es Dios. Pero un Dios que no está ya en la estratosfera, ni en los templos, ni en los ritos, sino en el hombre… Las consecuencias de esta verdad en nuestra vida religiosa serían tan demoledoras que nos asustan; por eso preferimos seguir pensando en un Jesús que es Dios, pero dejando bien claro que eso no nos afecta a nosotros.

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.