Los antecedentes homófobos del nuevo viceprimer ministro de Australia desatan las alarmas del activismo LGTB
El hasta ahora viceprimer ministro de Australia, Barnaby Joyce, dimitía de su cargo el pasado viernes, al verse acorralado por un escándalo sexual que le hizo perder la confianza de la mayoría del Gobierno, aunque en un principio mantendrá su escaño. Desde este lunes, el sucesor de Joyce es el también conservador Michael McCormack, del Partido Nacional. El nuevo viceprimer ministro McCormack cuenta con unos preocupantes antecedentes homófobos. En los años 90 calificó públicamente a los homosexuales como “sórdidos” y “antinaturales”. También dijo que “desafortunadamente los gais están aquí y, si la enfermedad que sus actos antinaturales ayudaron a propagar no elimina a la humanidad, están aquí para quedarse”. Aunque se ha disculpado en varias ocasiones por estas declaraciones y sostiene que su mentalidad ha “evolucionado”, Rodney Croome, activista LGTB y portavoz de Just Equal, dice que “muchos australianos LGTBI estarán justificadamente preocupados porque Michael McCormack sea nuestro viceprimer ministro, dados sus odiosos comentarios contra nosotros en el pasado”.
Desde este lunes, Michael McCormack releva oficialmente a Barnaby Joyce como viceprimer ministro de Australia. El dimisionario Joyce (de 50 años) renunciaba el pasado viernes a su cargo (que no a su escaño) para tratar de cerrar el huracán político que desataba la salida a la luz de su relación extramatrimonial con Vikki Campion (de 33 años), una antigua subordinada de su Gabinete. Una relación que choca con su habitual discurso público de defensa de los valores de la familia tradicional, como político conservador y católico practicante. Natalie, la ya exmujer de Joyce tras 24 años de matrimonio y madre de las cuatro hijas de ambos, emitía un comunicado hace unos días en el que decía sentirse “profundamente triste por la noticia de que mi esposo había tenido una aventura y ahora va a tener un hijo con una antigua miembro del personal”.
Este escándalo protagonizado por Joyce dividía al Gobierno y ha sido foco de críticas por parte la oposición, especialmente al conocerse la creación de puestos “ad hoc” para recolocar a Vikki Campion, tras su salida del Gabinete del viceprimer ministro, donde ejercía como asesora de prensa. El 15 de febrero se conoció la primera medida del derechista primer ministro, Malcolm Turnbull, en relación con el caso de Joyce y Campion: Australia estrenaba la prohibición de las relaciones sexuales entre ministros y sus empleados. Finalmente, como decíamos, Barnaby Joyce dimitía el viernes.
El pasado homófobo de Michael McCormack
Este 26 de febrero hemos conocido el nombre del sucesor de Joyce, Michael McCormack, que ha sido elegido mediante una votación interna. Pero el nombramiento de McCormack desata un nuevo frente; en este caso la preocupación del activismo LGTB por sus polémicas declaraciones homófobas en el pasado. En mayo de 1993, en calidad de editor de The Daily Advertiser, publicó un artículo demonializando la homosexualidad, especialmente en relación con el VIH/Sida. Así abría su texto: “ya nunca pasa una semana en que los homosexuales y su comportamiento sórdido no se arraiguen aún más en la sociedad”.
También decía cosas como que “el lunes, cientos de miles de homosexuales marcharon en Washington en una manifestación destinada a mostrar sus demandas de igualdad de derechos y el fin de la discriminación”, pero se preguntaba “¿cómo pueden estas personas reclamar derechos cuando son responsables del mayor dilema médico conocido por el hombre? ¿Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida? El Sida no muestra discriminación”.
Desconfianza entre el colectivo LGTB
En el contexto actual, tras la aprobación del matrimonio igualitario el pasado mes de diciembre en Australia, McCormack tendría una carrera muy difícil si se mantuviera públicamente firme en sus comentarios de hace años pero, dada la oportunidad de fijar su posición, el nuevo viceprimer ministro decía lo siguiente: “me disculpé por ello, he evolucionado, y por lo que a mí respecta, es el final” de la cuestión.
Durante el debate sobre la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo, McCormack se disculpó una vez más por el editorial de 1993 y alegó que “crecí y aprendí no solo a tolerar sino a aceptar a todas las personas, independientemente de su orientación sexual, o cualquier otro rasgo o característica que nos haga a cada uno diferentes y únicos”, lo que no pareció demostrar con anterioridad, en cualquier caso.
Con todo, la elección de McCormack despierta la desconfianza de la comunidad LGTB, que le pide muestras claras y evidentes de ese supuesto cambio de postura, materializadas en políticas inclusivas y antidiscriminatorias. Para Rodney Croome, activista LGTB y portavoz de Just Equal, “muchos australianos LGTBI estarán justificadamente preocupados porque Michael McCormack sea nuestro viceprimer ministro, dados sus odiosos comentarios contra nosotros en el pasado”.
Croome agrega que el nuevo viceprimer ministro debería de haber curado las “heridas causadas por el odio pasado” y le emplaza a “respaldar iniciativas que reduzcan los niveles inaceptablemente altos de aislamiento, prejuicios y suicidios LGTBI que aún existen en algunas partes de la Australia rural”.
Fuente Dosmanzanas
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