Activistas polacos pueden enfrentarse a condenas de hasta un año de cárcel por usar banderas arcoíris con un símbolo nacional en el Orgullo LGTB
Varios activistas LGTB polacos (sin identificarse el número exacto de afectados) podrían enfrentarse a un juicio por utilizar banderas arcoíris con uno de los símbolos nacionales incrustados. En el peor de los escenarios, además de una sanción económica, podrían encontrarse con una condena de hasta un año de prisión. El ultraconservador ministro del Interior de Polonia, Joachim Brudziński, ha advertido de que «habrá una notificación a la fiscalía por insultar y profanar símbolos nacionales». La simbología oficial polaca está protegida por ley y están recogidos como «delitos» las «blasfemias y los insultos», así cualquier uso público que pueda considerarse como perjudicial o una ofensa criminal. En cualquier caso, y con independencia de lo que pueda dictaminar en su caso la justicia de Polonia, es muy común en numerosos países el uso de símbolos nacionales en combinación con la bandera arcoíris, emblema de la comunidad LGTB internacional.
La ciudad de Częstochowa (una urbe de más de 200.000 habitantes del sur de Polonia) ha celebrado este fin de semana el primer Orgullo LGTB de su historia, además de sumarse como habitualmente al Orgullo estatal de Varsovia, que este año ha reunido a unos 45.000 participantes. Pero algo que en una gran variedad de naciones ya es algo habitual y se encuentra normalizado, como es la combinación de la bandera arcoíris con símbolos nacionales o locales, en Polonia quiere ser perseguido por sus autoridades por considerarse una «profanación». Así lo ha solicitado el propio ministro del interior de este país de Europa Central, Joachim Brudziński.
El símbolo en cuestión es el águila blanca, cuya historia se remonta a la monarquía del siglo XII y que forma parte del escudo nacional y de la bandera de Polonia. Según el imaginario colectivo popular polaco, Lech, el fundador mítico de Polonia, vio un nido de águila blanca con tres polluelos y, al considerarlo como un símbolo de buen augurio, fundó la ciudad de Gniezdnem (hoy conocida como Gniezno), cuyo significado es «nido». Esta historia, que es parte de la leyenda de Lech, Czech y Rus fue recogida por primera vez en la Crónica de la Gran Polonia, escrita en latín, en 1273.
Para el ministro Brudziński «los policías reaccionaron y, en este caso, se formularán cargos por desacato y profanación de los símbolos nacionales. Esa es la policía polaca tan confiable entre los polacos». Con la acusación del gobierno, personificado en su ministro del Interior, los activistas podrían ser condenados hasta a un año de cárcel (si bien sería, en todo caso, muy difícil que llegaran a entrar en prisión si carecen de antecedentes).
Otro caso de negación de servicios por LGTBfobia
El pasado mes de junio fue noticia la resolución del Tribunal Supremo de Polonia, que confirmaba la sentencia anterior del Tribunal de Lodz, a un trabajador de una copistería que se negó a imprimir una pancarta para el LGBT Business Forum. El caso contó con el apoyo de The Campaign Against Homophobia. Precisamente por el reconocimiento de los tribunales a los derechos del colectivo LGTB, el también conservador ministro de justicia, Zbigniew Ziobro, decía sobre la sentencia que, siempre en su opinión, atentaría «en contra de la libertad». También aseguró que el Tribunal Supremo «se ha mantenido del lado de la violencia estatal al servicio de la ideología de los activistas homosexuales».
Precisamente ahora en julio acaba de entrar en vigor una nueva norma legal que cambia la regulación del Tribunal Supremo de Polonia. Asimismo, la Unión Europea ha reiterado que la independencia judicial de este país está en entredicho debido a las nuevas leyes que otorgan al partido gobernante conservador, Ley y Justicia, un mayor poder sobre los nombramientos judiciales.
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