AllOut recoge firmas contra una empresa de trenes que considera “intolerable” ver a dos mujeres besarse
La pareja afectada ha convocado una manifestación para obligar a la empresa Thalys a “que tome cartas en el asunto”.
“Mi novia y yo no podemos creer que un funcionario de Thalys nos haya atormentado sólo porque no somos una pareja heterosexual. Nos dijo que no podíamos besarnos en el andén, a pesar de que una pareja heterosexual sí habría podido besarse“. Así presenta su caso Miriam, una activista por los derechos del colectivo LGTB, en la página de la organización All Out que te anima a firmar en su campaña.
Imagina que pasaste el fin de semana con tu pareja en París. Se despiden en el andén de la estación de trenes con un beso y un abrazo, pues pasará algún tiempo antes de que se vean nuevamente. Luego, un furioso funcionario de la compañía de trenes se acerca a ti y a tu pareja para evitar que se besen – según él, “es una acción intolerable”. Nos parece humillante.
La historia que acabas de leer le acaba de suceder a Mirjam, miembro de All Out de Amsterdam. Al embarcar en un tren en París, un funcionario de la compañía de trenes Thalys le dijo a ella y a su novia que no hay problema en que una pareja heterosexual se bese en el andén, pero que no es así al tratarse de dos mujeres.
Cuando reclamó ante Thalys, Mirjam esperaba que le respondieran de forma rápida y efectiva. Ella los consideraba una empresa a favor de la igualdad, ya que incluso participaron en la Marcha del Orgullo de Amsterdam. Cuando le contestaron, le dijeron que estaban investigando el caso, pero le dieron esa respuesta hace ya semanas y aún no tiene evidencia de que la empresa se esté tomando el problema en serio. Solo a través de una gran manifestación les podemos mostrar que su reputación corre peligro y podemos obligarlos a que tomen cartas en el asunto.
Pídele a Thalys que denuncie esta actitud homofóbica con sus clientes, y que capacite a sus funcionarios y funcionarias para que traten a todos sus pasajeros y pasajeras de la misma manera, sin importar si son gays, lesbianas, bi o heterosexuales.
Es por ello que con esta manifestación pretenden dar luz al caso y destapar la hipocresía de esta compañía ferroviaria que, mientras hace alarde de sus principios vía publicitaria, censura situaciones tan comunes como puede ser un beso entre dos personas del mismo sexo.
Miriam concluye su llamamiento alegando que “al ver que los usuarios protestan por el error de Thalys, otras grandes empresas podrían animarse a capacitar a sus funcionarios para evitar una vergüenza similar. Así, esta campaña puede beneficiar a millones de clientes en toda Europa“.
Para solucionar el problema y pedir responsabilidades, Miriam envió un reclamo a través del sitio web de Thalys cuando llegó a Amsterdam. Le respondieron brevemente diciendo que la empresa estaba investigando la situación. Sin embargo, todo esto ocurrió hace ya semanas y aún no tiene evidencia de que la empresa se esté tomando el problema en serio.
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