Nadie como la “carne” es tan hermana tuya, porque también contigo nace ella en Dios
“Así pues, resucitará la carne: idéntica, completa e íntegra. Dondequiera que se encuentre, será depositada junto a Dios, por obra del fidelísimo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo, que restituirá Dios al hombre y el hombre a Dios, el espíritu a la carne y la carne al espíritu: ha unido ya ambos en su persona (… ). Eso que tú consideras un exterminio es una simple partida. No sólo el alma se aleja, sino que también la carne se retira mientras tanto: al agua, al fuego, a los abismos, a las fieras. Cuando parece disolverse así, es como si fuera transfundida en vasos. Si después también los vasos desaparecen, porque se disuelven y son reabsorbidos en lo tortuoso de su madre la tierra, de ésta será formado de nuevo Adán, el cual oirá de Dios estas palabras: “¡Resulta que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros!”(Gn 3,22). Entonces será verdaderamente consciente del mal del que ha escapado y del bien en el que ha confluido. ¿Por qué, alma, sientes odio por la carne? Nadie te es tan prójimo ni a nadie debes amar tanto, después de Dios; nadie es tan hermana tuya, porque también contigo nace ella en Dios”
*
Tertuliano,
La resurrección de la carne
***
Comentarios recientes