“El cristianismo en el umbral del tercer milenio”, por José Comblin, teólogo
Leído en la página web de Redes Cristianas
Introducción.
En el umbral del tercer milenio el cristianismo es fundamentalmente europeo y americano, siendo que la población cristiana americana supera largamente la población europea. El cristianismo entra en el milenio como realidad americana antes que nada. No obstante conquistó gran parte de África, más de la mitad de la población de África situada en el centro y en el sur del continente a pesar de la fuerte expansión musulmana del Norte hacia el Sur. En Asia el cristianismo aún constituye una minoría insignificante numéricamente, a pesar de las Filipinas, única isla cristiana en un mundo tan vasto que reúne mucho más de la mitad de la población mundial. Además de eso la población de Europa dejó de crecer y va a disminuir. La población de América crece cada vez menos. La población de África crece vertiginosamente y la población de Asia también, a pesar de las medidas draconianos de restricción de la natalidad en China. Por consiguiente el cristianismo que entre en el milenio es esencialmente americano, aunque en el curso del milenio pueden ocurrir sorpresas del lado de África o del lado de Asia
No hay ninguna señal de que el cristianismo pueda entrar en el mundo musulmán, pocas señales de que pueda influenciar profundamente el hinduismo o el budismo. La mayor esperanza estaría en China y en Vietnam, así como en Corea. En China y en Vietnam el comunismo abrió paso al cristianismo. A fin de cuentas el marxismo es una herejía cristiana: introdujo el fermento cristiano tanto en China como en Vietnam. En ambas Iglesias fortalecidas por las pruebas y que encuentran delante de si fuertes religiones tradicionales. Quién abrió el camino al cristianismo fueron los comunistas cuyas ideas están tan impregnadas de cristianismo. Y en Corea el cristianismo nació sin contacto con el colonialismo; nació por iniciativa de coreanos y no por iniciativa de misioneros, lo que lo torna mucho más autóctono y libre.
Un segundo carácter importante del cristianismo en el umbral del siglo XXI, es que se trata de una forma de cristianismo separada de hecho de las Iglesias. Solamente un 10 a un 20% de los cristianos tienen lazos institucionales con las Iglesias. Las Iglesias no controlan la marcha del cristianismo. El clero perdió el liderazgo del cristianismo. Las Iglesias cristianas son instituciones arcaicas. La Iglesia católica tiene instituciones formadas en la edad media y se ha vuelto totalmente incapaz de actuar en la sociedad de manera eficaz. Las influencias de la Iglesia Católica no va más allá del 10 al 20% de los observantes y, aún así, ese 10 a 20% no acepta las orientaciones del clero en materia moral, social o sexual.
El Papa, los obispos, los padres son tratados con mucho respeto, pero en la vida social y personal ninguno sigue sus enseñanzas. La evolución de la sociedad en este final del segundo milenio, en Brasil, por ejemplo, nada debe a la doctrina social de la Iglesia. Entonces el cristianismo en el umbral del tercer milenio no se identifica con las Iglesias cristianas, porque éstas apenas controlan una minoría de la sociedad, de las ideas o de los comportamientos cristianos.
1. EL CRISTIANISMO FUERA DE LAS IGLESIAS TRADICIONALES.
A) EL CRISTIANISMO EN LA MODERNIDAD
Desde el siglo XVI se manifiestan las aspiraciones modernas. Sin embargo durante siglos ellas permanecieron contenidas en círculos intelectuales o sociales más o menos clandestinos. Las nuevas aspiraciones conquistan espacios a duras penas. Hubo la revolución puritana de 1640 en Inglaterra, después la llamada Revolución Gloriosa de 1688. Después vendrá la Revolución Francesa que los ejércitos de Napoleón llevan por la Europa Continental entera. Las revoluciones liberales del siglo XIX en Europa, las guerras de independencia en América desde 1776 en los EE.UU. hasta la proclamación de la república en Brasil 1889 fueron etapas de la conquista de la antigua cristiandad por el temario liberal. En el siglo XX el liberalismo acaba triunfando hasta el punto que algunos observadores anunciaron que en adelante ya no habrá más cambios: la historia alcanzó su fin definitivo. Desde 1989 los Estados Unidos pueden imponer su modelo “democrático ” al mundo entero, al menos verbalmente.
Ahora bien, los grandes temas de la modernidad son frutos del cristianismo y constituyen la contribución cristiana a la figura de la humanidad en el umbral del tercer milenio.
1. El primer tema es el de la libertad. Grecia inventó la libertad, pero restringiéndola a los privilegiados de las ciudades, a los que no trabajan y eran dueños de la tierra. La extensión de la libertad para todos y la concepción de un mundo hecho de hombres todos libres, libres hombres y mujeres de todas las razas y culturas, nació el cristianismo. Ninguna otra gran religión mundial proclama tal aspiración, ningún imperio, ninguna civilización
Se entiende por libertad tanto la libertad civil como la libertad política o económica. La libertad civil corresponde a lo que se llama “derechos humanos”, derecho de circular, trabajar, pensar, expresarse, asociarse y otros. La libertad política es la participación en el gobierno de la sociedad dentro de un Estado de derecho, libre de las arbitrariedades de los poderosos. La libertad económica es la libertad de tomar iniciativas económicas y de ser propietario de los lucros resultantes de la actividad económica.
De modo general esas libertades fueron conquistadas contra la resistencia del clero y de las Iglesias institucionales. En general el clero no reconoció en ellas una herencia cristiana, por lo menos hasta el Concilio Vaticano II. Sin embargo ellas son cristianas y siempre hubo algunos cristianos conscientes que se dieron cuenta de eso. Pero no fueron apoyado y sí condenados por la jerarquía.
2. El segundo tema cristiano es la desacralización o la secularización del mundo.
En las civilizaciones antiguas y en lo que aún queda de ellas en Asia, en África o en el mundo indígena y afro de América, el ser humano vive dominado por el miedo a la naturaleza. Miedo de los fenómenos meteorológicos (sequía, inundaciones, truenos y rayos), miedo de los animales, miedo de las fuerzas de la naturaleza que no consigue entender. Por eso recurre a medios mágicos o religiosos. Atribuye las amenazas a fuerzas sobrenaturales. Ve el mundo penetrado por entes sobrenaturales animados de intenciones y de deseos como los seres humanos. Imagina un mundo de entidades invisibles y procura dominar el mundo sensible por medio de los seres invisibles. De allí la proliferación de ritos y creencias.
La secularización se hace también en gran parte contra la oposición del clero y de las Iglesias establecidas. Todo comenzó con la resistencia en nombre de la Biblia y de la tradición a los descubrimientos científicos y a las nuevas técnicas. No obstante, la secularización es cristiana. El cristianismo libera al ser humano de todo temor a entidades sobrenaturales. Ofrece un mundo abierto al trabajo humano. El cristiano se siente a voluntad en el mundo porque es hijo de Dios y por lo tanto heredero: el mundo es la herencia recibida del Padre. No debe sentirse amenazado o constreñido. El mundo es bueno y le fue dado por el Padre.
De nuevo la expansión del cristianismo se hizo contra la resistencia de las Iglesias
3. El tercer tema cristiano es el de la felicidad.
En las civilizaciones antiguas los hombres y aún más las mujeres llevan una vida de deberes y de obligaciones. Viven sometidos a tradiciones, normas, estructuras y tabúes. Ya fue dicho que los hombres tradicionales viven sometidos a los padres más allá de la muerte de ellos, sumisos a la familia, a la tribu. La vida individual solamente comenzó a tener valor a partir del cristianismo que emancipó al individuo de todas las estructuras, creó el concepto de persona humana y dio la posibilidad de buscar la felicidad individual. Los evangelios hablan un lenguaje de felicidad.
Comentarios recientes