En 2014, el ex presidente nigeriano Goodluck Jonathan promulgó la “Ley de prohibición de matrimonio entre personas del mismo sexo (SSMPA)” que dictaminó que estar en una pareja del mismo sexo en cualquier forma, incluyendo matrimonio, uniones civiles e incluso relaciones, significaría un 14 -año de prisión.
También hace que una persona que “se registre, opere o participe en clubes, sociedades y organizaciones homosexuales, o que haga pública o indirectamente una demostración pública de una relación amorosa entre personas del mismo sexo en Nigeria” sea responsable de 10 años de prisión.
En una entrevista con la BBC, el hombre, que pidió permanecer en el anonimato por su seguridad, dijo: “Todos me ven como una abominación, no debería ser algo que debería existir. Crecí en una familia cristiana, una familia muy religiosa que cree que las relaciones entre personas del mismo sexo son demoníacas”.
Dijo que cuando se acercó a su hermana, ella reaccionó mal, y unos días después, cuando pidió reunirse con él, trajo a un “profeta” que lo obligó a la llamada terapia de conversión.
El hombre continuó: “Él vendría a intervalos para hacer algunos” ejercicios espiritual es”, como dijo, que incluían desnudarme y azotarme y todo eso. “El primer día que continuó, lo hizo unas siete veces. Viniendo a diferentes intervalos por siete veces. Hizo lo mismo el segundo día, se convirtió en 14 veces. Luego, al tercer día, por agotamiento y por los dolores que estaba pasando, me desmayé”.
La BBC también entrevistó a una mujer que entró en terapia de conversión voluntariamente, después de que le habían enseñado que su atracción por el mismo sexo estaba mal. Ella dijo: “Levanté las piernas y luego vertieron aceite en mi vagina. No sé el contenido de lo que había en el aceite porque era un poco picante, pero me hizo sentir bastante incómodo. Para mí fue intrusivo porque ¿qué tiene que ver mi vagina con la liberación? Pero en ese momento no sabía mucho sobre mí, estaba listo para hacer cualquier cosa para tomar la sensación de atracción hacia el mismo sexo, estaba listo para hacer cualquier cosa para que desaparezca”.
Xeenarh Mohammed, de la Iniciativa para la Igualdad de Derechos en Nigeria, dijo que el SSMPA ha facilitado que la policía apunte a cualquier persona que perciban como gay: “Los jóvenes, especialmente los hombres jóvenes, se han visto afectados específicamente por la Ley de Prohibición del Matrimonio entre personas del mismo sexo porque la policía la ha utilizado como una cobertura para apuntar básicamente a las personas que encuentran que no se ajustan a las masculinidades de la manera que imaginan … detienen a personas así y las extorsionan por dinero “.
El mes pasado, 47 hombres se declararon culpables el mismo día después de que fueron llevados a los tribunales por cargos de mostrar afecto al mismo sexo en público. Los hombres dijeron que iban a una fiesta de cumpleaños en un hotel, pero la policía insistió en que estaban siendo “iniciados” en un club gay.
El Papa con el presidente nigeriano… ¿Le dijo algo?
LGTBfobia de Estado en Nigeria
Mientras la Comunidad LGTBI de Nigeria nos da una lección de Orgullo a todos, la última noticia que publicábamos era la referente a Adeniyi Raji, un solicitante de asilo en el Reino Unido quien tras rechazar su solicitud de asilo se enfrenta a la deportación a Nigeria anteriormente, Nneka Obazee, que intentaba suicidarse tras ser detenida para ser deportada a su país de origen, Nigeria, donde podría enfrentarse a la cárcel o incluso la muerte por lapidación al ser lesbiana.
Estas noticias lamentablemente no son novedad en el país africano. De hecho, esta redada se suma a otras similares. Recientemente, seis personas fueron arrestadas con los mismos cargos. Fue en el estado de Abia, donde de nuevo se enfrentan a penas de cárcel. Hace un año recogíamos en esta página la detención de otras 40 personas tras participar en un evento informativo sobre el VIH. Y en abril de 2017 nos hacíamos eco de la detención de otras 53 personas, acusadas de haber participado en una «boda gay». La mayoría de los detenidos eran jóvenes de entre 20 y 30 años.
Todas estas detenciones se dan bajo el amparo de un Estado que es agente perseguidor. En Nigeria, país con un influyente movimiento evangélico cristiano en el sur y un fuerte apoyo a la ley islámica en el norte, las relaciones homosexuales se castigan con penas que pueden llegar hasta los 14 años de cárcel o incluso hasta la muerte por lapidación en los estados del norte en los que además se aplica la sharía o ley islámica (el estado de Kaduna, de hecho, es uno de los que aplican en parte de su territorio). El pasado mes de abril recogíamos que 53 personas fueron detenidas en el país, acusadas de haber participado en una “boda gay”. La mayoría de los detenidos eran jóvenes de entre 20 y 30 años, que ya prestaron declaración ante el juez y que todavía esperan que se dicte sentencia.
Asímismo cabe recordar que a principios de 2014 el presidente Goodluck Jonathan promulgó una ley, que agrava el tratamiento penal para cualquier actividad relacionada con la realidad LGTB. Desde su entrada en vigor, de hecho, no han cesado de sucederse los actos de barbarie de la población civil contra las personas LGTB de Nigeria, alentados por los líderes políticos y religiosos, que han creado un ambiente de profunda homofobia social. Hemos informado de algunos de estos terribles hechos, aunque es de suponer que la información de la mayoría de este tipo de actos execrables no alcance a los medios de comunicación occidentales.
Así, por ejemplo, en enero de 2014, una multitud de miles de personas rodeaba un tribunal islámico, donde se juzgaba a once hombres acusados de practicar la homosexualidad, exigiendo su ejecución inmediata. Meses después, cuatro de los detenidos, que confesaron los hechos probablemente bajo tortura, fueron condenados a recibir públicamente 15 latigazos y al pago de una multa o un año de prisión. En febrero del mismo año, otra horda enfurecida asaltó los domicilios de doce homosexuales en la capital, Abuja, a quienes terminaron por arrancar de sus casas y golpearles incluso ante las puertas de la comisaría local. En las mismas fechas, en la localidad sureña de Port Harcourt, otros dos homosexuales fueron arrastrados fuera de su hogar y obligados a realizar actos sexuales ante una multitud agresiva.
En enero de 2015, la policía islámica de Kato, una ciudad al norte de Nigeria, comunicaba la detención de doce personas por participar en la celebración de una supuesta boda entre dos personas del mismo sexo. La ley vigente en Nigeria, anteriormente citada, castiga con hasta 14 años de prisión a quienes participen en una ceremonia de unión homosexual. En noviembre 21 estudiantes fueron detenidos acusados de prostitución masculina, según un periódico local.
En marzo de 2016, una turba violenta atacó a 20 jóvenes de quienes sospechaban, por su aspecto afeminado, que eran homosexuales. Todos ellos habían sido arrastrados fuera de sus casas y reunidos para golpearlos sin compasión. La brutal paliza a que les sometieron hizo temer por sus vidas. Ninguna de las víctimas quiso presentar denuncia, por temor a las represalias de sus agresores y por no enfrentarse al estigma de ser considerados homosexuales públicamente. En mayo, seis jóvenes fueron detenidos en Benin City acusados de mantener relaciones sexuales.
En el mes de octubre del mismo año, fue detenido un hombre acusado de mantener relaciones homosexuales, tras negarse a ser víctima de un chantaje. Al parecer, todo fue urdido por una pareja de madre e hijo, que se dedican a extorsionar a homosexuales con la amenaza de denuncia. Tras la negativa, la Policía procedió casi inmediatamente al arresto.
Posteriormente, en diciembre dimos la noticia de que un magistrado del Tribunal de Damaturu, la capital del estado de Yobe, había condenado a cinco hombres a sendos siete años de prisión por haber mantenido relaciones sexuales con personas de su mismo sexo.
En abril de este 2017, publicamos la detención de 53 personas, a quienes se acusaba de participar en la celebración de una supuesta “boda gay”.
Actuaciones de este tipo provocaron que el Parlamento Europeo aprobara en marzo de 2014, con el acuerdo de los principales grupos, una resolución de condena a las leyes homófobas de Uganda y Nigeria. El texto de la resolución solicitaba su derogación y proponía que si no había marcha atrás se suspendiese a los dos países del acuerdo de Cotonú sobre intercambio comercial y asistencia entre la Unión Europea y los estados de África, Caribe y Pacífico.
Sin embargo, la directora del programa africano del Centro Europeo para la Gestión de Políticas de Desarrollo (ECDPM), Faten Aggard-Clerx, muy crítica con lo que considera una postura hipócrita de la Unión Europea, se preguntaba, en referencia a Nigeria, si el organismo europeo está dispuesto a “mantener sus valores a pesar de sus intereses en algunas partes de África”. Aggard-Clerx denunciaba que la Unión Europea no había alzado la voz contra las leyes homófobas aprobadas en Etiopía en 2004, pero sí lo hacía una vez que las condenas por homosexualidad iban a carecer de la posibilidad de indulto. También ponía el ejemplo del presidente de Uganda, Yoweri Museveni, muy criticado por aprobar una ley fuertemente homófoba, pero alabado por su papel en Sudán del Sur.
Parece haber servido de poco, sin embargo. En enero del pasado año nos hacíamos eco de un informe de la organización The Initiative for Equal Rights, que denunciaba hasta 152 graves vulneraciones de los derechos humanos de la población LGTB entre diciembre de 2015 y noviembre de 2016. Evidentemente, se trata de las denuncias que han llegado a conocimiento de las organizaciones de defensa de los derechos humanos. En un país en el que la homosexualidad está fuertemente castigada por el Código Penal y sufre un fortísimo rechazo social, el número real es con seguridad mucho mayor.
Fuente PinkNews/Cristianos Gays
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Fuente Pink News
General, Homofobia/ Transfobia.
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