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Entradas Etiquetadas ‘Teología “Queer”’

Sobre venir y llegar a ser en Adviento

Sábado, 21 de diciembre de 2024

IMG_9089Barbara Anne Kozee

La reflexión de hoy es de la colaboradora invitada Barbara Anne Kozee, candidata a doctorado en ética teológica en Boston College. Su investigación actual se centra en la confianza social y la polarización en la Iglesia y la política.

En la oración del P. Karl Rahner, “Dios que ha de venir”, el gran teólogo alemán reflexiona sobre la paradoja del Adviento de entrar en un tiempo de espera litúrgica por un Dios que, en cierto sentido, ya ha venido:

Cada año Tu Iglesia celebra el santo tiempo de Adviento, Dios mío. Cada año rezamos esas hermosas oraciones de anhelo y espera, y cantamos esas hermosas canciones de esperanza y promesa… Y, sin embargo, ¡qué oración más extraña es esta! Después de todo, Tú ya viniste y levantaste tu tienda entre nosotros. Ya has compartido nuestra vida con sus pequeñas alegrías, sus largos días de tediosa rutina, su amargo final. ¿Podríamos invitarte a algo más que esto con nuestro “Ven”? ¿Podrías acercarte a algo más cercano a nosotros que cuando te convertiste en el “Hijo del Hombre”, cuando adoptaste nuestras pequeñas costumbres ordinarias tan completamente que nos resulta casi difícil distinguirte del resto de nuestros semejantes?”

Hacia el final de esta oración, Rahner llega a una percepción espiritual sobre la venida perpetua de Dios:

Poco a poco comienza a amanecer una luz. Estoy empezando a comprender algo que sé desde hace mucho tiempo: todavía estás en el proceso de Tu venida. Tu aparición en la forma de un esclavo fue sólo el comienzo de Tu venida… En realidad no has venido—todavía estás viniendo… He aquí, vienes. Y Tu venida no es ni pasada ni futura, sino presente, que sólo tiene que alcanzar su cumplimiento. Ahora todavía es la única hora de Tu Adviento”.

IMG_9088En este Adviento, podríamos pensar que la oración de Rahner y el devenir de Cristo en Navidad resonan con la forma en que los teóricos queer han considerado que “salir del armario” es más que un único momento histórico de visibilidad, sino más bien un proceso de autodescubrimiento que dura toda la vida y que llega en pedazos. Hay una dimensión espiritual y contemplativa en esta idea de encontrarnos en nuestra rareza y “perseguir el horizonte”.

El teórico queer José Esteban Muñoz escribe:

Lo queer aún no ha llegado. Lo queer es una idealidad. Dicho de otra manera, todavía no somos queer. Puede que nunca lleguemos a tocar lo queer, pero podemos sentirlo como la cálida iluminación de un horizonte imbuido de potencialidad”.

La afirmación de Muñoz es que el tiempo queer no está muy lejos de la comprensión cristiana de la salvación. Si bien es posible que podamos experimentar cierta sensación de la presencia de Dios y de sabernos amados, siempre habrá una sensación de misterio y de todavía no en este tiempo mundano. De manera similar, como personas queer, podríamos inclinarnos hacia la idea de que nuestras identidades queer están constantemente tomando forma, e incluso encontrar alegría en el hecho de que podemos pasar toda nuestra vida buscando nuestro yo queer, ¡y nunca lograrlo por completo!

De esta manera, los procesos extraños de devenir, salir del armario o la formación de una identidad queer son parte de esta paradoja del Adviento: de la paciencia por la venida divina, que no es ni pasado ni futuro, sino presente. Cristo es nuestro ejemplo de salvador en perpetuo proceso de venida, un Advenimiento vivo más que histórico.

De alguna manera, cuanto más encontramos a Dios, más vivimos en lo queer, más encontramos el terreno profundo del misterio. El Adviento, y este tiempo de anticipación, se convierte en la cálida iluminación del alegre y extraño horizonte.

—Barbara Anne Kozee, 20 de diciembre de 2024

Fuente New Ways Ministry

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“U.S. Catholic” hace avanzar a los medios de la Iglesia en la exploración de la teología y la contemplación queer

Sábado, 23 de noviembre de 2024

IMG_8620¿Qué es la teología queer? ¿Cómo puede la espiritualidad queer contribuir a los católicos en general? ¿Por qué las personas LGBTQ+ encuentran esperanza en la iglesia? Si bien muchas publicaciones católicas siguen eludiendo la vanguardia del movimiento LGBTQ+, en los últimos años U.S. Catholic ha abordado nuevas preguntas e incluso ideas controvertidas con una apertura notable.

Este otoño, U.S. Catholic publicó dos podcasts y un ensayo sobre estos temas. A continuación, se incluye una breve información sobre cada uno de ellos con un enlace para escuchar y leer más.

Primero, en septiembre, U.S. Catholic entrevistó a Cassidy Hall, una académica LGBTQ+ y ministra de la Iglesia Unida de Cristo, que se centra en la espiritualidad y la contemplación queer. En el extenso artículo, Hall ofrece su enfoque de la espiritualidad queer, que se basa en el contenido de su nuevo libro, Queering Contemplation: Finding Queerness in the Roots and Future of Contemplative Spirituality . Hall explica:

“Tanto la vida contemplativa como los cuerpos queer viven en este tipo de espacio liminal”, dice. “Hay una profunda conexión con nuestro propio devenir, nuestra propia expansividad”. En su libro, explora cómo la homosexualidad y la contemplación se superponen e imagina cómo la aplicación de una perspectiva queer a la oración contemplativa puede enriquecer la espiritualidad…

La forma en que defino lo queer en el libro no solo está relacionada con mi sexualidad: es la forma en que inclino la cabeza para mirar el mundo. Creo que la contemplación y la vida contemplativa nos invitan a hacer lo mismo: inclinar la cabeza para mirar el mundo. Mirar con curiosidad, de manera diferente, más abierta y más expansiva.

“Una de las cosas hermosas de la homosexualidad y la contemplación es que ambas impregnan el mundo con esa rareza, rareza y extrañeza y le permiten florecer tal como es, sea lo que sea que eso signifique para nuestras propias vidas. Así que cuando hacemos queer la contemplación, le damos este amplio permiso y, a su vez, nos damos permiso a nosotros mismos para crecer y evolucionar hacia la plenitud”.

Hall también sostiene que el monacato es fundamentalmente queer desde este punto de vista, que el silencio en la contemplación a veces puede ser un silencio tóxico como a veces experimentan las personas LGBTQ+, y que una práctica contemplativa queer puede ser una forma de avanzar hacia comunidades acogedoras. También critica al monje trapense Thomas Merton, sobre quien una vez hizo una película, por su menosprecio de la homosexualidad. Al vincular la contemplación con la acción, incluida la defensa de los derechos LGBTQ+, concluye:

Lo que es crucial es que todos estos momentos me permitan discernir y moverme hacia quién soy como mi verdadero yo, lo que también significa a qué debo hablar y cómo debo mostrarme en el mundo. Así que tal vez eso me impulse a ir a la Cámara del Estado de Indiana para protestar contra el proyecto de ley antitrans más reciente. Tal vez signifique ir como voluntaria a Habitat for Humanity. O tal vez signifique escribirle una carta a un amigo o asegurarme de estar en contacto con mi comunidad de alguna manera. Pero, para mí, la contemplación siempre está ligada a la acción”.

En otro lugar, el podcast católico estadounidense, “Curious Spirits”, una colaboración con el Spirit Alive Institute patrocinado por las Hermanas de San José de Brentwood, invitó a un católico gay a hablar sobre su experiencia en la iglesia. Una descripción del episodio dice:

Matt Devine se une a Zoe esta semana para una conversación increíblemente importante sobre los católicos LGBTQ+ y la iglesia. Esta conversación está impulsada por la fuerza y el aplomo de Matt mientras ofrece ideas sobre su experiencia vivida como católico gay y cómo su mantra de “quedarse” lo ha servido en todas las áreas de su vida. En 2022, Matt publicó una charla testimonial en YouTube a través de la Stanford Business School, donde recibió su MBA. La charla de Matt obtuvo respuestas de muchos y fue el catalizador de esta gran conversación entre Zoe y Matt. Puedes escuchar esa charla aquí”.

En el podcast “Glad You Asked”, que ofrece introducción a la teología y la práctica católicas, las presentadoras Emily Sanna y Rebecca Bratten Weiss hablaron con Shannon Kearns, una autora transgénero y sacerdotisa de la Iglesia Católica Antigua, sobre la teología queer. Una introducción al episodio explicaba:

Para muchos católicos practicantes, términos como teología queer pueden parecer demasiado académicos o inútiles. ¿La teología queer se refiere a la teología hecha por y para personas LGBTQ+? ¿Se centra principalmente en defender la inclusión de las personas y las perspectivas queer en la iglesia? ¿O es algo arcano y académico, en la línea de la teoría queer? ¿Y por qué a las personas que no se identifican como queer debería importarles lo que significa?

“A algunos también les puede incomodar la idea de dividir la teología en grupos específicos. Si todos somos humanos en relación con Dios, ¿no debería ser suficiente la teología simple y corriente para todos? ¿Por qué preocuparse por la teología feminista, la ecoteología y la teología de la liberación, cuando uno podría simplemente hablar de Dios?

—Robert Shine (él), New Ways Ministry, 15 de noviembre de 2024

Fuente New Ways Ministry

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“El amor de Dios sin limitaciones” Ante la homosexualidad: Sínodo, teología y espiritualidad.

Sábado, 9 de marzo de 2024
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“Para quien lea sin prejuicios la Declaración Fiducia supplicans. Sobre el sentido pastoral de las bendiciones, razonada  bíblica y pastoralmente, puede comprender la intención y sentido de un texto acorde con la línea papal de acogida fiel al amor y misericordia de Dios”

“Ante la novedad de esta práctica el cardenal Parolin habla de ‘progreso en la continuidad’ y de apertura a los signos de los tiempos en fidelidad al Evangelio y la Tradición. Es ‘un punto delicado que necesitará mucho estudio'”

“Interpretando el texto y su invitación a profundizar el amor de Dios en especial ante situaciones de personas consideradas al margen, se plantea, por tanto, la necesidad de una reflexión amplia y dialogada, con libertad y audacia”

“La concreto desde tres campos: el Sínodo, la teología, la espiritualidad”

 Francisco denunció la “hipocresía” de algunos críticos de Fiducia Supplicans. Nueva defensa de Francisco del documento de Doctrina de la Fe.

La Declaración Fiducia supplicans. Sobre el sentido pastoral de las bendiciones aprueba ”la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio”.

Para quien lea sin prejuicios esta Declaración, razonada  bíblica y pastoralmente, puede comprender la intención y sentido de un texto acorde con la línea papal de acogida fiel al amor y misericordia de Dios. Se entiende como “una semilla del Espíritu Santo que hay que cuidar y no obstaculizar” y que invita a profundizar lo que significa e implica el amor incondicional de Dios que llama ”a aprender no a maldecir, sino bendecir”. Ante la incomprensión de quienes no admiten tales bendiciones, el mismo Papa ha respondido pastoralmente: “Se bendice a las personas, no al pecado”.

Ante la novedad de esta práctica el cardenal Parolin habla de “progreso en la continuidad” y de apertura a los signos de los tiempos en fidelidad al Evangelio y la Tradición. Es ”un punto delicado que necesitará mucho estudio”.

Interpretando el texto de la Declaración y su invitación a profundizar el amor de Dios en especial ante situaciones de personas consideradas al margen, en este caso, por sus convicciones y formas de vida sexuales, se plantea, por tanto, la necesidad de una reflexión amplia y dialogada, con libertad y audacia. La concreto desde tres campos: el Sínodo, la teología, la espiritualidad.

Sinodalidad y homosexualidad

IMG_3031No deja de ser significativo que esta Declaración se haya hecho pública en el periodo entre las dos sesiones  de la Asamblea Sinodal.

Ya en el Documento de trabajo para la Etapa Continental, Ensancha el espacio de tu tienda”, se proponía en múltiples aportaciones una Iglesia abierta y acogedora para que sea “lugar de comunión, de participación y misión común”. En el Documento síntesis para la II sesión de la Asamblea sinodal se propone, siguiendo el Evangelio, plantearse la superación de posturas de “incomprensión y rechazo… escuchando el grito de auxilio de quien tiene necesidad”. Cita en concreto “las referidas a la identidad de género y a la orientación sexual que suscitan preguntas nuevas”, teniendo en cuenta  que, “a veces, las categorías antropológicas que hemos elaborado no son suficientes para acoger la complejidad de los elementos que emergen de la experiencia y del saber de las ciencias y requieren maduración y un estudio ulterior”. Por ello, advierte,  “es importante tomar el tiempo necesario para esta reflexión y emplear las mejores energías, sin ceder a juicios simplistas que hieren a las personas y al cuerpo de la Iglesia. Muchas indicaciones que ya ha ofrecido el Magisterio esperan ser traducidas en apropiadas iniciativas pastorales”.

Se trata todavía de propuestas, a la espera de la II Sesión de la Asamblea sinodal. La Declaración Fiducia supplicans ha adelantado ya algunas de ellas que esperamos se reafirmen y amplíen para abrir un horizonte nuevo en el que la teología debe ir aportando con libertad sus reflexiones.

La teología ante la homosexualidad

Aunque en nuestras Facultades de Teología no sea tema habitual (las reservas son muchas y el campo, arriesgado), ha habido y hay numerosas reflexiones teológicas de gran alcance y profundidad. Su tratamiento está relacionado  con investigaciones antropológicas, como indica el Sínodo, y las concepciones de género.

Las teologías feministas y, en especial, la llamada teología queer han asumido en sus reflexiones la profundidad humana de los sujetos y subjetividades marginadas por su sexualidad no normativa o identidad de género (LGBTIQ+). Cuestionan las categorías de género, identidad y sexualidad como naturales e inmutables, fuentes de explotación y opresión. Transgresoras, liberadoras y subversivas ante los modelos establecidos, estas teologías conducen al reconocimiento y derechos de los cuerposconsiderados como abyectos por culturas dominantes.

Sus reflexiones no se limitan a la sexualidad y al género. Abarcan otros contextos sociales y culturales, identidades subordinadas, maltratadas, marginadas socialmente, invitando a reconocerlas. Denuncian hegemonías violentas anuladoras para liberar su identidad y promover un nueva humanidad. Buscan la justicia, presentan una nueva escatología, consecuentes con el Reino de Dios a cuyo banquete  son invitadas las personas que, olvidadas y rechazadas, deambulan por los caminos de  la vida.

La teología  queer de la liberación, como la denomina Juan José Tamayo, citando a su pionera, la teóloga argentina Marcella Althaus-Reid, abarca todo tipo de opresiones a las que la sociedad somete a quienes no se ajustan a sus modelos  establecidos por la clase dominante. Superando una concepción binaria de las personas, abogan por identidades diversas y fluidas como un acto de justicia social, subraya el teólogo sudafricano Nontando Hadebe, para hacer posible un auténtica diversidad.

IMG_3033En esta teología el concepto de Dios, al que Marcella Althaus-Reid llamó “Dios queer”, se descubre en el exilio de las calles, de los y las profesionales del sexo, de las personas de diferente orientación sexual, en los marginados sociales. Como mostraban las reflexiones teológicas de la revista Concilium (nº 383), estas personas devienen  “el cuerpo queer de Cristo” donde quedan superadas todas las desigualdades diferenciadoras y llaman a superar dualismos: “Ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal 3,26-28). Para Cristo todos somos iguales, hijas e hijos de Dios y  conduce, como afirma Sharon A. Bong, siguiendo a Elisabeth Schüssler Fiorenza, a superar sexismos y homofobias para hacer una Iglesia transformadora, relacional, inclusiva,  cuerpo de   Cristo queer.

Por tanto, estas perspectivas teológicas contribuyen a descubrir en las situaciones despreciadas y marginadas, en las identidades no reconocidas y reprimidas, auténticos signos de los tiempos de la presencia de Dios que deberán, sin duda, ser interpretados, nunca rechazados, para buscar soluciones plenamente humanas, como pide  el Vaticano II (Gaudium et spes 11), y hacia las que encamina, creo, la Declaración Fiducia supplicans.

Las teologías feministas como la teología queer, por tanto, proponen caminos importantes que deben considerarse en un diálogo fecundo, abierto, libre y audazescuchando al Espíritu que habla desde estas realidades oprimidas y despreciadas.

Espiritualidad en la experiencia homosexual

La experiencia y pensamiento feministas plantean desafíos profundos a determinadas espiritualidades tradicionales elaboradas desde poderes quiriarcales o patriarcales; son críticas y purificadoras de equivocadas superioridades y categorías construidas desde su ideología y prepotencia.

Estas posiciones se relacionan con la experiencia ‘queer’ que aboga y desarrolla una espiritualidad solidaria con los marginados del sexo, género, etnia, clase y estatus económico que promueve experiencias y expresiones de una espiritualidad liberadora de su marginación social, cultural, religiosa.

Esta espiritualidad conduce a una relación con un Dios que asume la pobreza y exclusión, con un Cristo comprendido con otras categorías que superan su masculinidad y lleva a reconocer la dignidad de todas las personas, también de diferente orientación sexual, sin discriminaciones, desde otra concepción de identidad, donde se incluyen las rechazadas. Nace del corazón, de las entrañas, como subraya Ángel Méndez Montoya. Abre a una experiencia del Espíritu en el Amor Trinitario hacia el que nos dispone superando todo dualismo. Vislumbra nuevos horizontes de otro mundo posible y, en consecuencia, desarrolla en esa experiencia espiritual una radical justicia social. Mantienen, por tanto,  estrecha vinculación con movimientos sociales antihegemónicos de personas y pueblos oprimidos por diferentes causas patriarcales, económico-neoliberales, de etnia, de clase.

Su experiencia espiritual descubre un Dios en el exilio, más allá y diferente del concepto y experiencia de un Dios del centro privilegiado del poder establecido. Reivindican, por tanto, otra epistemología que supere marginaciones, colonialismos, lecturas parciales y dominantes desde el poder, que se han impuesto en la sociedad, en la cultura, en la religión.

Esta espiritualidad descubre en la corporalidad su significado más allá del sentido superficial e inmediato. La corporalidad hace a la espiritualidad carne concreta y situada, sufriente, gozosa, limitada, relacionada. De esta forma, superando oposiciones y falsas dicotomías, comprendemos que el cuerpo es espiritual y el espíritu es corporal.

Hacia un cambio de paradigmas pastorales

IMG_3029La Declaración Fiducia supplicans es, sobre todo pastoral y, a mi entender, abre a planteamientos que no se limitan a ofrecer bendiciones a las personas. Su significado simbólico va mucho más allá e impulsa nuevas interpretaciones y actitudes en ese campo. Abre caminos diferentes que algunos temen y son la razón de muchas críticas a la Declaración. Llevan a  la Iglesia hacia un descentramiento de sus tradicionales comportamientos cerrados  a cualquier avance. Pide  cambiar sus actitudes, comportamientos y relaciones pastorales e institucionales.

También -tal vez sea lo más difícil- se propone un cambio de mentalidad que abandone sus dogmatismos y posturas intransigentes, como garantía de seguridad, para descubrir con humildad la presencia sacramental de Dios en realidades rechazadas. Dios comunica su gracia, su amor no solo  en los sacramentos instituidos, entre ellos el matrimonio. El amor de Dios es mucho más amplio y acogedor, sin limitaciones; se comunica en la sacramentalidad de la vida.

Con un ejemplo se puede comprender mejor. En nuestras relaciones pastorales nos encontramos, cada vez con más frecuencia, con situaciones familiares donde hay parejas formadas del mismo sexo. Por supuesto hay familias que las rechazan, pero otras los respetan y acogen con naturalidad; son parte de la familia; se sientan en su mesa y comparten en igualdad el cariño familiar ¿Cuál es la postura que mejor sigue criterios humanos y evangélicos?

Si la Iglesia forma una gran familia (Lumen gentium 6), ¿cómo será madre acogedora? ¿Incluirá a estas personas plenamente en la vida eclesial, en la comunión, participación y misión que propone  el Sínodo actual? ¿Las invitará a sentarse en la mesa común preparada para todos, sin exclusiones, con una sola condición: llevar el vestido apropiado que es el amor?  

Fuente Religión Digital

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La teología queer ofrece a la Iglesia afirmación LGBTQ+, y mucho más

Martes, 23 de enero de 2024
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IMG_2385U.S. Catholic pidió a sus lectores a finales del año pasado que completaran una encuesta respondiendo a la pregunta: “¿Es la teología queer compatible con el catolicismo?” Ahora se han publicado los resultados.

Los resultados muestran que el 62% de los participantes de la encuesta “han escuchado el término teología queer antes” y que para el 56% de los participantes, la teología queer es una parte importante de su fe. El 40% de los encuestados tenía una visión inicial positiva de la teología queer, mientras que el 22% tenía una visión negativa, el 20% tenía una visión mixta, el 4% tenía una visión neutral y el 13% no tenía suficiente información para decidir.

Cuando se les preguntó sobre el poder de la teología queer, el 70% de los encuestados afirmó que “adoptar la teología queer puede ayudar a los católicos a superar la homofobia y la transfobia”. El 73% de los participantes dijo que “la teología queer tiene más que ofrecer más allá de simplemente afirmar a las personas LGBTQ”.

La encuesta fue desarrollada como parte de un artículo de opinión del escritor católico estadounidense Caleb Murray, un católico queer. Bondings 2.0 informó anteriormente sobre su artículo, que describe las creencias de Murray sobre la teología queer y cómo llegó a la conclusión de que “no debería haber una ‘teología queer’, porque toda teología es queer”. Dijo en ese primer artículo:

Toda teología es extraña. Mientras lo queer represente diferencia, inclusión y agitación creativa, mantendré mi extraña proclamación de que toda teología es, fue y seguirá siendo queer”.

La encuesta, completada por 113 lectores, planteó una variedad de preguntas de acuerdo o desacuerdo. Los participantes también tuvieron la oportunidad de escribir sus pensamientos sobre la teología queer. Un encuestado, Zachary Benton, afirmó:

Para mí, la teología queer significa aprovechar y pensar en la energía profunda y mística de la esencia de Dios. Significa escuchar al hermoso Espíritu en todos sus impulsos a lo largo de los siglos. Significa reconocer el rostro de Dios en las áreas grises en lugar de solo en blanco y negro’”.

Ronald Pagnucco escribió:

“’Muchos católicos se resisten a la teología queer porque la iglesia ha enfatizado una interpretación física y reduccionista de la ley natural en lugar de una interpretación que enfatiza la necesidad humana de amor y pertenencia’”.

Sin embargo, no todos los encuestados se identificaron con la interpretación de Murray de la teología queer. Kay Limke afirma:

“’Este ensayo no refleja mis experiencias de Dios porque Dios no está confundido. Ha estado en la misma página desde los tiempos bíblicos’”.

En general, muchos encuestados tuvieron reacciones positivas hacia la teología queer y la creencia de Murray de que “la teología es, fue y seguirá siendo queer“. Los hallazgos de la encuesta católica estadounidense son un estímulo para explorar más a fondo cómo convergen las creencias religiosas y el pensamiento queer. Y quizás lo más notable sea el hallazgo de que muchos están de acuerdo en que “la teología queer tiene más que ofrecer más allá de simplemente afirmar a las personas LGBTQ”. Explorar esta convergencia podría beneficiar a muchos católicos y, de hecho, a toda la Iglesia.

—Sarah Cassidy (ella/ella), Ministerio New Ways, 13 de enero de 2024

Fuente New Ways Ministry

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Revista católica pregunta a los lectores: “¿Qué significa para ustedes lo ‘queer’?”

Martes, 21 de noviembre de 2023
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IMG_1269Caleb Murray

Una revista católica pide a sus lectores que completen una encuesta respondiendo a la pregunta: “¿Es la teología queer compatible con el catolicismo?”

Para Caleb Murray, colaborador de U.S. Catholic, lo queer no es algo que todos definan de la misma manera. En su artículo, Murray describe su experiencia al crecer en una iglesia evangélica conservadora donde la teología queer era simplemente un debate sobre “si la Biblia aprobaba o desaprobaba a las personas queer”, en lugar de una discusión más amplia sobre la inmensidad de lo queer. Esto llevó a Murray a una conclusión posterior: “No debería haber una ‘teología queer’, porque toda teología es queer“. El explica:

“Toda teología es extraña. Mientras lo queer represente diferencia, inclusión y agitación creativa, mantendré mi extraña proclamación de que toda teología es, fue y seguirá siendo queer”.

Para Murray, la definición de “queer” no es clara. Más bien, lo queer típicamente “se entiende como no normativo, contracultural o transgresor”. El problema con esta definición es que lo queer se define por lo que se considera “normal“. Si la heterosexualidad se considera “normal”, entonces se consideraría queer cualquier persona que no se identifique con esta etiqueta. Sin embargo, esto lleva a otras preguntas: “¿Es ‘normal’ un sacerdote célibe y cis-heterosexual? ¿Es ‘antinatural’ que un padre críe a sus hijos mientras su esposa trabaja?” Murray continúa:

“Con preguntas como estas, uno rápidamente se da cuenta de que no existe una “normalidad” unitaria. La realidad observable de diferencia y diversidad en el mundo hace estallar la burbuja “normal”. Lo queer se vuelve “normal” y nos enseña que ninguno de nosotros es demasiado “normal” y eso es algo bueno”.

El autor afirma que cuando pensamos en lo queer como algo más que la simple atracción hacia personas del mismo sexo, la teología queer nos abre a una nueva forma de pensar:

“La teología queer no se trata sólo de gays y lesbianas; La teología queer no se trata sólo de una ética sexual no heterosexual; La teología queer no se trata sólo de políticas de género contemporáneas. La teología queer, cuando se hace bien, es disruptiva, creativa y nueva. La teología queer nos desafía a mirar de manera diferente. Las formas queer de pensar, indagar y argumentar podrían socavar la lógica misma que intenta demarcar, delimitar y contener el discurso cristiano”.

Según Murray, la teología queer no consiste simplemente en “encontrar ejemplos apologéticos de amor entre personas del mismo sexo en la historia y la doctrina de la iglesia”. Se trata de creer que la teología cristiana siempre ha estado arraigada en la existencia y aceptación queer. Aunque a muchos se les enseña a leer la Biblia con una lente ortodoxa, lo que ahora se considera la forma “normal” de abordar las Escrituras, en muchos pasajes se pueden encontrar ideales de amor y aceptación.

Por ejemplo, hay muchos versículos de la Biblia, como Romanos 8:38 o Salmo 139, que nos recuerdan el amor y la intención inquebrantables de Dios. En el Nuevo Testamento, Jesús comparte estrechos vínculos con sus discípulos, incluso mostrando “intimidad entre personas del mismo sexo, besos y declaraciones de amor y lealtad”. De manera similar, el hecho de que el alma masculina cristiana típicamente haya sido “teologizada como femenina” crea aún más una trasfondo queer, incluso afirmando potencialmente el ‘estatus transgénero‘ de las almas. Gran parte de la revelación cristiana no encaja en categorías normativas. Murray sugiere:

“Vuelve a leer las bienaventuranzas y empiezan a sonar un poco raras. Reconsidere la Trinidad y comenzará a ver algo extraño en su estructura de mutualidad y el autodeseo de Dios por sí mismo. Contempla el misterio sagrado, que gira en torno a la transustanciación, y podrás vislumbrar a un Dios inefable que tiene el hábito de hacer añicos nuestras categorías y expectativas”.

¿Estás de acuerdo con Murray en que “toda teología es queer”? ¿Qué significa para ti “queer”? U.S. Catholic está pidiendo a los lectores su opinión sobre el ensayo de Murray a través de una encuesta en línea. Estas preguntas, y más, se pueden encontrar al final del artículo de Murray en el sitio web de U.S. Catholic aquí.

—Sarah Cassidy (ella), Ministerio New Ways, 8 de noviembre de 2023

Fuente New Ways Ministry

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El cardenal Matteo Zuppi de Bolonia elogió a la escritora progresista italiana Michela Murgia, autora de ‘God Save the Queer’, con motivo de su muerte.

Lunes, 18 de septiembre de 2023
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Entrar en el foco de luz y revelar que sí, que soy católica. Soy católica y feminista. Creo en Dios y defiendo la perspectiva queer, es decir, la posibilidad de no etiquetar en base al género o la orientación sexual.

Murgia es conocida por ser una defensora de causas progresistas, incluida la igualdad LGBTQ+. Murgia fue autora del controvertido libro God Save the Queer: A Feminist Catechism, y también apoyó abiertamente la ordenación de las mujeres y el derecho al aborto. Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, era amigo de Murgia y la ensalzó en una carta leída en su funeral en Roma. John Allen, Jr., editor de Crux, citó esta amistad como un ejemplo del enfoque de la Iglesia Católica en un enfoque “ambos/y” del mundo, en lugar de obligar a las personas a tomar decisiones de “uno u otro”, modelando el diálogo y el compromiso.

Por John Allen, Jr.

Italia es un país que venera a artistas e intelectuales, en parte porque desde la antigüedad, la cultura ha sido su principal exportación. Así, la reciente muerte de una novelista y ensayista de 51 años llamada Michela Murgia, después de una larga lucha contra el cáncer, ha sido un drama nacional aquí, incluso en medio de la tradicional crisis de mediados de agosto.

Sin duda, Michela no era del agrado de todos.

Aunque profesaba ser una católica creyente, sus posiciones fuertemente progresistas en temas como la liberación de la mujer, los derechos LGBTQ+, el aborto, la eutanasia y la reproducción artificial –expresadas, por ejemplo, en su manifiesto de 2002 God Save the Queer: A Feminist Catechism– generaron admiración y consternación en aproximadamente igual medida.

A pesar de estar en desacuerdo con la doctrina católica oficial en muchos puntos, Murgia fue enterrada durante un funeral en la Basílica de Santa María en Montesanto en la Piazza del Popolo de Roma, más conocida como la “Iglesia de los Artistas” desde todos los domingos durante más de Desde hace 70 años se celebra allí una liturgia especial para personas del mundo del arte y la cultura.

imagesUn retrato de Michela Murgia en su funeral el 12 de agosto de 2023 en Roma. (Crédito: captura de pantalla).

El funeral fue celebrado por el padre Walter Insero, rector de la basílica que también se desempeña como capellán de la emisora nacional italiana RAI desde 2004. En 2021, el Papa Francisco lo nombró monseñor.

Durante la liturgia, Insero leyó un mensaje del cardenal Matteo Zuppi de Bolonia, presidente de la conferencia episcopal italiana y actualmente enviado especial del Papa Francisco para el conflicto en Ucrania. Resulta que Zuppi y Murgia tenían una larga amistad y Zuppi quería rendir homenaje.

“El libro de su vida no está terminado, y sus páginas seguirán escritas con letras de amor, en ese lenguaje universal del espíritu que revela la grandeza de cada persona y la eternidad que se esconde en todos nosotros”, escribió Zuppi. .

Zuppi dijo que incluso cuando Murgia se acercaba al final, ella todavía se acercó para asegurarle sus oraciones por su misión en Ucrania.

“Me sorprendió que ella estuviera preocupada por los demás en un momento que era tan difícil para ella”, dijo Zuppi. “Pero ese es el secreto de la vida, que, finalmente, es el secreto de Dios”.

Como era inevitable en una época profundamente partidista, el fallecimiento de Murgia fue más notado en la izquierda italiana que en la derecha. Un grupo de activistas LGBTQ+ se reunió frente a la iglesia y, cuando concluyó el funeral, la multitud afuera estalló en un coro de Bella Ciao, una canción de protesta del siglo XIX asociada con la resistencia de izquierda.

41LcBEQN6hL._SX317_BO1,204,203,200_En ese contexto, no todos los católicos aquí quedaron satisfechos con la demostración de afecto de Zuppi.

En muchos sentidos, el escenario recuerda, en una especie de igualdad y oposición, a lo que ocurrió en 2007, cuando murió otra célebre escritora italiana, sólo que en este caso cuyo atractivo era más de derechas: Oriana Fallaci, cuya obra más conocida es La rabbia e l’orgoglio (La rabia y el orgullo), en la que critica el ascenso del Islam militante y pide a Europa que defienda su identidad cultural.

Al igual que Murgia, Fallaci murió de cáncer, aunque en su caso a los 77 años.

Para Fallaci, su ruptura con la ortodoxia católica no se produjo por un punto político específico sino por algo mucho más fundamental: la existencia misma de Dios. En una palabra, era atea y una vez definió el cristianismo como una “hermosa fábula”.

Sin embargo, vio el catolicismo como una piedra angular de la cultura occidental y defendió enérgicamente sus valores, ayudando a acuñar el término “Eurabia” para describir lo que ella veía como una progresiva islamización de Europa, transformando el continente de la cuna de la civilización cristiana a un puesto avanzado del mundo árabe.

En ese contexto, al igual que Murgia, también mantuvo una amistad con un prelado católico de alto rango a pesar de rechazar el sistema de creencias que él representaba. En su caso, el prelado era el arzobispo Salvatore “Rino” Fisichella, ex capellán del parlamento italiano que, en ese momento, era rector de la Universidad Lateranense de Roma, y que hoy se desempeña como Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización del Vaticano. .

La amistad se desarrolló durante los últimos años de la vida de Fallaci, después de que ella escribiera una carta elogiando una entrevista que él había concedido sobre el Islam y la libertad religiosa al periódico italiano Corriere della Sera. Hacia el final, dijo Fisichella, los dos hablaban por teléfono a veces tres o cuatro veces al día. (Fallaci estaba en Nueva York, donde había vivido durante décadas, recibiendo tratamiento en el Centro Oncológico Sloan Kettering).

Después de su muerte, Fisichella rindió homenaje a Fallaci, diciendo que a pesar de su ateísmo y anticlericalismo, él vio signos de cristianismo vestigial. Al final, ella regresó a Florencia, no deseando morir en el exilio, y Fisichella reveló que el día antes de que llegara el fin, visitó a Fallaci y le ofreció una bendición a pesar de su incredulidad.

“Lo hice porque Oriana Fallaci amaba la vida y porque el Dios de los cristianos es el Dios de la vida”, dijo Fisichella. “Lo hice porque, aunque Oriana Fallaci decía que no creía, tenía una gran esperanza”.

Entonces, como ahora, algunos católicos se opusieron al acercamiento de Fisichella, en parte debido al ateísmo de Fallaci y en parte porque podría interpretarse como un respaldo a sus estridentes puntos de vista antiislámicos.

Juntando la amistad Zuppi/Murgia y la de Fallaci/Fisichella, esto es lo que me viene a la mente.

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Michela Murgia con el papa Francisco

En principio, no sorprende que el clero de una Iglesia que defiende la fe y los valores tradicionales esté cerca de pensadores y escritores conservadores. De la misma manera, para una Iglesia con un fuerte énfasis en la justicia social, no hay nada inusual en que sus clérigos sean amigos de intelectuales y activistas liberales.

La gloria del catolicismo, sin embargo, es que puede hacer ambas cosas a la vez. Como dijo una vez el Papa Benedicto XVI, la genialidad histórica del catolicismo es que, mientras otras tradiciones tienden a ser una cosa o la otra, el instinto católico es ambas cosas. No es que la Iglesia apoye un extremo u otro, sino que tiene la capacidad de abrazar ambos.

Para los partidarios que insisten en ver a la Iglesia como el terreno en el que se libran batallas ideológicas de suma cero, esta dinámica de ambos/y siempre resultará desconcertante. Para otros, sin embargo, la base de la fe es que esas batallas estériles no tienen por qué ser la última palabra.

Fuente Crux

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La teoría y la teología queer pueden ayudar a ampliar la comprensión de la iglesia sobre Dios y la creación

Viernes, 11 de agosto de 2023
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IzengabeaLos teólogos católicos están reconociendo cómo la teoría queer y la teología queer pueden proporcionar una comprensión tanto de Dios como de la humanidad más allá de las ideas dualistas sobre el género.

En U.S. Catholic,  la autora Ellyn Sanna alienta a pensar en Dios para ir más allá de las categorías de hombre y mujer hacia una visión expansiva que refleje con mayor precisión las realidades de la naturaleza, así como la amplitud del lenguaje de género de las Escrituras. Sanna observa lo difícil que es pensar fuera del paradigma binario de género:

“Esta división binaria está integrada en la mente euroamericana. A menudo lo pensamos como algo tan obvio, tan basado en el sentido común, que lo aplicamos a todos los seres, incluido Dios. No importa que la investigación biológica refleje una realidad mucho más complicada y variada; no importa que otras culturas y períodos históricos hayan mirado el género de manera diferente. Aunque tanto la Biblia como la tradición de la iglesia anterior usaban metáforas y conceptos de género fluido, los hemos pasado por alto durante siglos… todavía los estamos aplicando a cada bebé que nace, y todavía los estamos usando para entender a Dios”.

Sanna utiliza la erudición de neurobiólogos a líderes religiosos para rechazar estas categorías más antiguas e ilustrar cómo las imágenes bíblicas de Dios van desde los pronombres masculinos debido a la gramática hebrea hasta los rasgos físicos femeninos del útero divino y Dios como “Muchos pechos” (El Shaddai). Ella señala el concilio de la iglesia primitiva de Toledo en el siglo VII, que afirmó que “el Hijo vino del vientre del Padre”, y el lenguaje de flexión de género de Julián de Norwich y San Bernardo de Clairvaux para recalcar el punto. que pensar fuera del binario no es nuevo para la teología cristiana.

El autor cita al obispo John Stowe, OFM Cap., de Lexington, quien reconoce la primacía del lenguaje masculino en la Trinidad, pero también advierte contra cualquier insistencia de Dios como masculino, calificándolo de “apoyo a una cultura patriarcal que disminuye la importancia de las mujeres. o solo los ve como subordinados a los hombres”.

Marianne Duddy-Burke, directora ejecutiva de DignityUSA, afirmó que el lenguaje masculino para lo divino hace que las personas imaginen a Dios como masculino: “La imagen que muchos de nosotros recibimos de Dios como el severo anciano blanco sentado en un trono es excluyente. Si no eres blanco, no eres hombre, no eres rico y poderoso, no estás bien vestido con un equipo de sirvientes angelicales, ¿cómo puedes aspirar a la piedad?

La La Croix International  presentó recientemente una entrevista con la teóloga Anne Guillard del Instituto Universitario Europeo y la Universidad de Oxford. Su trabajo también involucra la teología queer, particularmente en torno a la antropología cristiana, o nuestra comprensión del ser humano.

Para Guillard, la estructura misma de la iglesia se basa en el patriarcado y en un Dios masculino, por lo que cuestionar la complementariedad masculino/femenino es hacer el trabajo de justicia en los márgenes. Su libro, Dieu.e, feminiza el nombre francés de Dios, yendo más allá del binario incluso en su título:

“No se trata de sustituir un texto por otro, sino de tomarnos la libertad espiritual e intelectual de ir más allá de esta necesidad de categorizar en femenino y masculino… ¿por qué no aceptar que la identidad de género puede asumir infinidad de formas, especialmente en calificar a Dios que siempre trasciende todas estas categorías?

Guillard utiliza a los primeros pensadores de la iglesia, como Gregorio de Nisa del siglo IV, para señalar que incluso entonces, el género era una construcción puramente social borrada en la Resurrección. Señala que la teología queer puede “hablar de la infinita singularidad de los cuerpos, sin recrear categorías o jerarquías entre ellos. Esta es una teología de la encarnación”.

El lenguaje da forma a gran parte de nuestra comprensión de Dios y de nosotros mismos. También crea una iglesia y una cultura que rechaza a la comunidad LGBTQ+ o les da la bienvenida a todos con el espíritu de un Dios expansivo que no está limitado por categorías simplistas. Un adolescente transgénero entrevistado en el artículo de Sanna explica el daño causado por las imágenes patriarcales como:

“El mensaje que recibí en la iglesia fue que Dios era hombre y yo era un niño, y eso fue todo. no me gusto a mi mismo. . . y no me gustaba Dios porque era como el gran ejecutor que me enviaría al infierno por ser una niña. Cuando alguien me dijo que Dios podía ser una mujer, mi primer pensamiento fue, bueno, yo también puedo”.

Esta aceptación radical es a lo que se refiere Guillard cuando dice que “la teología queer se toma muy en serio la revolución generada por el cristianismo”. Este trabajo, arraigado en el amor y la justicia, puede continuar transformando nuestra comprensión de Dios, de nosotros mismos y de nuestra iglesia si pensamos más allá del binario hacia la trascendencia y el asombro.

—Angela Howard McParland (ella/ella), New Ways Ministry, 26 de julio de 2023

Fuente New Ways Ministry,

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Es pastora evangelista y lesbiana: “Mi cristianismo: el de la indecencia y el libertinaje”

Miércoles, 10 de mayo de 2023
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IMG_9638Foto de Global Interfaith Network,

«Muchas personas LGBT sobrevivimos gracias a la religión»

El cristianismo es uno de los grandes pedagogos de género de América Latina

Ana Ester es una teóloga queer, periodista y pastora evangelista brasilera. Su trabajo: deconstruir los relatos sobre el cristianismo y abrir espacios seguros para que las personas LGBTI+ puedan practicar su fe.

“Hay que descristianizar al cristianismo”; “Hay muchos cristianismos”;  “El cristianismo no necesita ser salvado, necesita ser exterminado”; “El cristianismo es colonial y hay que despatriarcalizarlo” dice, como si arrojara lanzas calientes, Ana Ester, pastora evangelista brasilera, periodista y doctora en teología. Fue una de las participantes en la IX Conferencia de Ilga Lac, en La Paz Bolivia, encuentro que tuvo como lema, justamente, “Descolonizando nuestras luchas. Despatriarcalizando nuestros cuerpos”. Durante la conferencia se apuntó a los fundamentalismos religiosos y a la expansión de las iglesias evangelistas en América Latina como unos de los mayores peligros para las personas LGBTI+, por ser instituciones que utilizan la fe para traficar ideas antigénero y diversidad sexual, entre otros discursos antiderechos.

Esta activista y académica brasilera es una suerte de infiltrada en mundos que suelen estar separados: es pastora y es lesbiana. Suerte de intermediaria entre la fe y la teoría queer, Ana Ester es además la representante para América Latina de Global Interfaith Network, una organización mundial con base en Johannesburgo formada por activistas LGBTI+ de todas las religiones. Buscan incidir en sus iglesias y templos locales para eliminar las prácticas discriminatorias y violentas desde adentro.

«Me la paso saliendo del clóset»

“Yo me la paso saliendo del clóset. Como lesbiana en los espacios religiosos y como religiosa en el ambiente de la militancia. Sé que mi presencia puede gatillar emociones difíciles por el daño que han hecho las iglesias cristianas a las personas LGBT», dice Ana Ester. Y agrega: “Soy consciente que como cristiana formo parte de una estructura religiosa que sostiene el edificio patriarcal pero mi cristianismo es el de la indecencia y el libertinaje”.

IMG_9637No le fue fácil llegar a enunciarse así. Tenía 18 años y una crianza católica cuando empezó a asumirse lesbiana. En medio de su confusión acudió a una iglesia neopentescostal de su ciudad natal Belo Horizonte (sur de Brasil) llena de dudas y con la necesidad de un espacio de pertenencia. Pero la respuesta de su iglesia fue: ser lesbiana es un pecado. Sumida en la fe que le daba un refugio, se sometió a una “cura gay” (también conocidas como terapias de conversión) y al poco tiempo se asumió como “ex lesbiana”. Pero esa «cura», que la torturó y la hizo negarse a sí misma, duró hasta que se enamoró de una mujer. 

– ¿Sentías que tenías que elegir?

– Sí, era una cosa u otra. Ahí abandoné la experiencia de la fe. Comencé a dudar sobre si creía o no en dios. Pero cuando me separé – y fue una ruptura muy dura- quise acercarme a la fe otra vez. Necesitaba volver. No encontraba cómo llegar, entonces elegí otro camino de retorno: el camino académico. Ya era comunicadora social e hice un curso de teología. Ahí en el curso conocí otras perspectivas de teología que me dejaban ser quien yo era. La teología de la liberación, la teología feminista y luego la teología queer. Ahi fui uniendo una cosa con otra. Luego hice un doctorado sobre Teología Queer y encontré una comunidad de fe inclusiva: la Metropolitan Comunity Churchfundada en EEUU. Allí percibí que había una posibilidad de ser también una líder religiosa y representar esa otra fe. Fue muy difícil porque yo no quería formar parte del sistema que nos expulsaba.

«Muchas personas LGBT sobrevivimos gracias a la religió

– ¿Por qué ser pastora? 

 Sentía que podía abrir espacios seguros para la comunidad en una iglesia inclusiva. Para mí el cristianismo no es uno, es en plural. En lugar de señalar homogeneidades es necesario disputar el sentido, cuestionarnos cómo llegamos a ser como somos y creer en lo que creemos. En nuestra iglesia evangélica progresista en Brasil buscamos ofrecer contranarrativas al fundamentalismo, espacios donde las personas puedan practicar su fe de manera ética, con valores. Porque muchas personas LGBT también sobrevivimos gracias al significado que nos da la religión, a veces es todo lo que tenemos, porque nos sacaron casi todo. 

IMG_9639Ana Ester en la IX Conferencia de Ilga Lac en La Paz, Bolivia.

El cristianismo es uno de los grandes pedagogos de género de América Latina

De la teología de la liberación pasó a la teología feminista  y de allí saltó a la teología queer, de la mano de la obra de la teóloga argentina  Marcella Althaus-Reid, una teórica brillante que escandalizó a iglesias varias, fue muy poco conocida en su país de origen y falleció en 2009.

– ¿Qué quiere decir descristianizar a Cristo?

La tesis que yo defiendo es que para despatriarcalizar la religión hay que descristianizar el cristianismo. Y para eso hay que disputar la figura y la persona de Cristo, sacándolo del trono y llevándolo a las periferias. Mi formación en teología de la liberación es muy fuerte y trabajé con comunidades eclesiásticas y pequeños grupos de formación popular. Así vamos transmitiendo las buenas nuevas del evangelio: básicamente amor incondicional para todas las personas.  Para eso también hay que decolonizarlo. Sin duda el cristianismo es colonial. Una de sus fuerzas coloniales está en la regulacion de nuestras sexualidades, porque el cristianismo es uno de los grandes pedagogos de género de América Latina. Marcella Althaus-Reid hablaba de la religión como “sexo oral”. Ella decía: hay que oralizar las historias sexuales que fueron escondidas. Para ella la teología es sexual y muestra cómo la teología tradicional contribuyó a reafirmar las violencias contra las disidencias sexuales y de género.

– ¿Cómo conviven las iglesias evangélicas inclusivas con las demás iglesias?

– Hay muchas tradiciones evangelistas: las protestantes, las pentecostales, neopentecostales, y las católicas también tienen fundamentalismos. Por eso yo prefiero hablar de cristianismos y no cristianismo. A nuestra iglesia llegan personas que fueron enviadas por sus familias evangelistas a terapias de conversión, expulsadas de sus hogares. Nuestro trabajo es siempre un trabajo de paz y pensamos que el cristianismo tiene que ser un poder liberador y no de opresión. Entonces recibimos a quienes vienen de todas esas iglesias y les abrimos las puertas.

5 de mayo de 2023
Ana Fornaro
Edición: María Eugenia Ludueña

Fuente Agencia Presentes

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La Iglesia de Escocia lanza un manual que apoya a las personas transgénero.

Miércoles, 28 de marzo de 2018
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Church_of_Scotland_LogoEl nuevo manual para pastores de la Iglesia Presbiteriana de Escocia, está hecho para apoyar la “teología de género” y para tener mayor tolerancia hacia las personas transgéneros.

El manual de 30 páginas, fue entregado a todas las iglesias escocesas, pidiendo a los pastores que consideren usar un lenguaje neutral en género para Dios, como parte de una serie de medidas para hacer que su congregación sea más inclusiva para las personas que se identifican como transgénero, según publica Breitbart.

El contenido, con el enfoque en el cuidado pastoral, trae testimonios de varias personas trans que se sintieron acogidos por la Iglesia de Escocia y lamentaban el “preconcepto” de las demás denominaciones. También apoya la realización de una actualización al “siglo 21” de las Escrituras, “patriarcales” y se queja de que la “cultura cristiana” hace la vida difícil para los individuos de la comunidad LGBT.

“Tengo dificultades con la Oración del Padre Nuestro porque Dios no tiene género, para mí: no es sólo padre”, relata en la cartilla una mujer que ahora se identifica como Andrew. “Las Escrituras son muy patriarcales; necesitamos actualizarlas para nuestro siglo.

El pastor Norman Smith, Coordinador de la Misión y Consejo de Discipulado de la Iglesia de Escocia, cree que el manual “pretende facilitar la pastoral a nivel local, dando a las personas un espacio para hablar sobre su fe y compartir el impacto de la Iglesia en sus vidas .

“No está destinado a hacer ningún tipo de declaración sobre la relación de la Iglesia con la comunidad transgénero, ni proporciona una explicación teológica o comprensión de problemas transgéneros”, agregó.

En la cartilla hay el relato de una estudiante de teología llamada Iona, que dice no ser ni hombre ni mujer. Ella reclama que “la cultura cristiana nos enseña que ser trans es incorrecto”. Por eso, resolvió profundizarse en la llamada “Teología Queer“, y pasó a tener “un nuevo entendimiento de la Biblia“.

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Canto Queer ¿Bienaventurados los perseguidos por homosexuales?

Viernes, 22 de julio de 2016
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imagesDel blog de Xabier Pikaza:

Algunos prelados de España, con palabras que atribuyen a Benedicto XVI, se pasan un poco al criticar la ideología de género, por lo menos tres pueblos.

— Se pasan el pueblo del conocimiento, pues en general no precisan lo que significa ideología y menos “genero”; ni concretan bien lo que significa naturaleza, ni persona, ni reconocen la novedad del evangelio, en línea de gratuidad y de libertad personal, desde los más pobres.

— Se pasan el pueblo de la justicia y caridad, entendida en el sentido más simple de respeto al prójimo… No, no es que me gusten los orgullos gays tomando la calle, pues la calle es de todos, aunque nuestro Ministro del Interior saliente (?) quiera hacerla suya. Pero el respeto por la calle por donde caminan ideologías distintas es fundamental en un plano social, y más en perspectiva cristiana. Quienes quieren “salvar” a los demás haciéndoles a su imagen y semejanza se van a (o se quedan en) su propio infierno.

— Se pasan el pueblo de la misión cristiana, que no consiste en obligar a los demás a ser buenos conforme a mi manera de entender las cosas, sino a ofrecer a todos el discipulado, que los diversos pueblos y grupos humanos ser “discípulos” de Cristo, aprender con él a ser mejores, en la línea judía o gentil, en la queer o en la “sin curvas” (que a ello voy).

Me avergüenzo un montón de algunos de esos “perlados”, como decía Teresa de Jesús. Son buena gente, de buena intención pero la amplitud y profundidad del evangelio les ha “cogido” de pie torcido.

Me gustaría que aprendan a disfrutar, y a dejar disfrutar, y a vivir en libertad y en gozo…, que mucho podremos hacer en esa línea todos, empezando por ellos, pues como decía el Pablo de las pastorales “quien aspira al episcopado tiene una buena aspiración” (1 Timoteo 3, 1). Y con eso paso al tema.

Introducción

Un amigo cristiano, vinculado de manera activa, desde el evangelio, a las comunidades “gay”, me envía unas reflexiones sobre el valor y riesgo de la teología queer . En principio, esa teología pone de relieve la profunda libertad evangélica de los hombres y mujeres, en el plano afectivo y personal…

Hasta aquí todo me parece bien, pero quiero que esa libertad no se separe de la opciòn preferencial por los pobres y, de un modo especial, de la atenciòn a los pobres y oprimidos en el campo sexual. Agradezco a mi amigo su confianza al enviarme material para esta reflexión, que sigue siendo suya.

Una objeción… Unas palabras del Card. Ratzinger

Dicen que escribía Ratzinger:

La ideología de género es la última rebelión de la creatura contra su condición de creatura.

Con el ateísmo, el hombre moderno pretendió negar la existencia de una instancia exterior que le dice algo sobre la verdad de sí mismo, sobre lo bueno y sobre lo malo.

Con el materialismo, el hombre moderno intentó negar sus propias exigencias y su propia libertad, que nacen de su condición espiritual.

Ahora, con la ideología de género el hombre moderno pretende librarse incluso de las exigencias de su propio cuerpo: se considera un ser autónomo que se construye a sí mismo; una pura voluntad que se autocrea y se convierte en un dios para sí mismo.

No he logrado encontrar el lugar en el que Ratzinger decía esas palabras… Pero en el caso de que las hubiera dicho habría que interpretarlas en su contexto.

Teología queer

La “teología queer” se funda Gálatas III,28 – thopos al que todos/as debemos arribar: no hay hombre ni mujer –. Una cosa y otra tiene sus valores y sus riesgos… Pero no podemos olvidar que los homosexuales son (han sido, en general) más perseguidos que otros, por eso están más cerca de Jesús, el pobres (el perseguido sexual, si vale esa palabra, que puede deducirse de M9 19, 10-11).

En esa línea puede suceder que sin pasar por la “teología queer” uno no aprecie el absurdo radical de la marginación espiritual de los/as homosexuales como un pecado del mismo calibre que la opresión, la explotación de los pobres a manos de los ricos… de forma que de ese principio tengamos que a las Bienaventuranzas para su “relectura queer”.

Queer en inglés significa lo extraño, lo diferente… y así ha llegado a significar lo sexualmente distinto, vinculado al mundo de lo GLBT (es decir de los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales…).La teología queer ha querido romper desde el mismo Nuevo Testamento la construcción social de las categorías hombre/mujer, gay/lesbiana… La teología queer quiere rechazar (superar) los limites de lasexualidad, del génereo, genero, de la nacionalidad, clase, raza, edad…

Lo queer es estar abiert@ a la diversidad, no definir el genero de una persona en funcion de su aspecto o de sus genitales. Queer son los que dicen que “podemos cambiar según nuestro humor, nuestro estado de animo o de momento; por eso, ellos rechazan la sexualidad hetero-normalizada y homo-normalizada, propia de los hétero-oficiales y de los homo-oficiales….Desde nuestra realidad, día a día, intentemos vivir contra todo lo establecido, lo impuesto, lo institucional. Queer no es solo una cosa. Queer es lo que queremos que sea y lo que hagamos de ello; no impone limites, solamente los que nosotr@s queremos.”s

El riesgo queer. ¡Bienaventurados los homosexuales!

El riesgo queer está en exaltar la libertad… pero no darse cuentra de que algunos están más oprimidos que otros. El riesgo está en no descubrir la necesidad en que se encuentran y la marginación que sufren muchos homosexuales… Porque El mismo que dijo: “Bienaventurados los pobres, pues de ellos es el Reino de Dios”, grita hoy a quienes quieren oírle Bienaventurados los/as homosexuales, pues de ellos es el Reino de Dios”. Y Jesús no habla de los/as homosexuales buenos/as o creyentes, como tampoco hablaba de los/as pobres buenos/as y creyentes. Dice que en cuanto que marginados/as espiritualmente por un cristianismo heterosexista, el Reino de Dios es primero de los/as homosexuales como lo es de los/as pobres.

Dios ofrece su Reino en primer lugar a los/as despreciados/as por este mundo. Y los ricos podrán entrar si se ponen al nivel de los pobres y luchan contra las causas de su pobreza, y los/as heterosexuales pueden tener esperanza en la medida que se solidaricen espiritualmente con sus hermanos/as homosexuales y digan alto, claro y radical “NO” a la “homofobia cristiana”. Por eso, los queer podrán ser buenos cristanos en la medida en que ayuden a los hombre y mujeres más marginados…

Los homosexuales como piedra de escándalo

Los homosexuales, como pobres, se convierten así en piedra de escándalo, y quien tropiece con ella no podrá levantarse para ir a Su encuentro. Porque en Aquel Día muchos/as dirán: “pero nuestra Biblia decía”, “Tus representantes decían”,… y Él responderá: “Jamás tuvisteis Mi Espíritu: ni Me conocéis ni os conozco”, porque fuí homosexual y no me quisisteis ni me respetasteis.

Los homosexuales no son sólo sólo piedra de escándalo para cada uno a nivel individual, sino para la Iglesia misma: ya no tiene sentido – si lo tuvo – hablar de “opción preferencial por los pobres” mientras tal expresión no vaya acompañada de “opción preferencial por el mundo GLBT”… No se puede hablar de opción preferencial por los pobres allí donde las Iglesias ofiales son enemigas del reconocimiento legal de derechos de los GLBT (Gay-Lesbico-Bisexual-transexual)

Recientemente, la Iglesia Católica ha reafirmado – a nivel magisterial – su autoconciencia de ser “la única Iglesia verdadera”. ¿Bajo qué criterios? ¿Bajo éstos? ¿ES la Iglesia verdadera por ponr más de relieve la opción preferencias por los pobres? Bueno, todos sabemos dónde ha quedado esa opción. La opción preferencial por el colectivo GLBT no sólo no se ha planteado, sino que va contra las consignas de la jerarquía, de los obispos. El problema es que quien se abra al sentido pleno, hoy, de la historia de epulón y Lázaro, comprenderá que también podría titularse “el señor obispo y Lázaro el gay”

De nuevo el riesgo queer….

Si duda, la teología queer tiene sus valores… porque la buena religión tiene siempe un aspecto queer, es como el arte, el desafío de la vida, el amor sin límites… La teología queer (que ve las cosas desde el otro lado) y pone de relieve la plena libertad en el campo sexual-afectivo, tiene sus valores… Pero tiene también sus límites. Y esos límites están en el reconocimiento y valoración de los oprimidos…

Un queer puede ser libre en su forma de vivir el sexo y la afectividad… sin atarse a normas, porque la libertad es el don cristiano por excelencia. Pero la libertad queer limita con los derechos de los oprimidos y marginados. El queer puede hacer lo que quiera, pero siempre que esté muy atento a los necesitados, siempre que sepa entender y acoja en amor a los marginados sexuales.

Lo que se dice al queer hay que decirlo a la Iglesia oficial, con sus grandes valores. También puede hacer lo que vea más conveniente, para conservar la fe, para organizar la vida de la comunidad… pero sólo en la medida en que sepa asumir el mensaje de las bienaventuranzas y de Mt 25, 31-46, acogiendo y ayudando a los marginados.

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“Cuerpos abyectos”: La hermenéutica del otro lado

Miércoles, 20 de abril de 2016
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descargaEl autor nos ha enviado esta recensión publicada en el blog de Raúl Lugo Iglesia y Sociedad, para su publicación, lo que agradecemos.

(Recensión del libro del P. Manuel Villalobos: Cuerpos Abyectos en el Evangelio de Marcos)

Nota bibliográfica:
Manuel VILLALOBOS M. Cuerpos Abyectos en el Evangelio de Marcos
Ediciones El Almendro, Córdoba, 2015
Traducción castellana de Ricardo López Rosas
Original inglés Abject Bodies in the Gospel of Mark
Sheffield Phoenix Press, 2014

El año pasado se cumplieron cincuenta años de la promulgación de la Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación (Dei Verbum), del Concilio Vaticano II, hecha en noviembre de 1965 por el Papa Pablo VI. De manera oficial, la iglesia católica anunciaba que, en el proceso de renovación que había emprendido, el acercamiento a la Biblia iba en serio: se asumían los nuevos métodos científicos de lectura, se promovía el acceso a la Escritura por parte de los fieles, se favorecía la traducción de los textos sagrados a las lenguas vernáculas, etc.

Esta toma de posición de los obispos católicos era la respuesta a un vigoroso movimiento bíblico que estaba teniendo lugar en las comunidades cristianas de todo el mundo, de manera particular, pero no solamente, en Europa. La aparición de los métodos histórico-críticos obligaba a la iglesia católica a ponerse al día en su lectura de los textos sagrados. Oficializados los nuevos métodos e impulsado el objetivo pastoral del acercamiento a las Escrituras Santas, la iglesia católica se colocaba al lado de las mejores vanguardias de los estudios bíblicos.

A la distancia de 50 años echamos de menos un faltante en este importante documento eclesial: el lugar del lector de los textos o, dicho de otra manera, el papel del horizonte hermenéutico de quien lee los textos. Pero eso no debe extrañarnos. No podemos culpar a los padres conciliares de eso. El interés por el horizonte del lector, horizonte que es ya en sí mismo interpretativo o que orienta a una determinada interpretación, es bastante reciente. Paul Ricoeur (Le conflit des interprétations. Essais d’herméneutique, 1969), Hans-Georg Gadamer (los dos tomos de Wahrheit und Methode, 1960 y 1986) Roland Barthes (Critique et vérité, 1966) Jürgen Habermas (Erkenntnis und Interesse, 1968) y Jacques Derrida (De la grammatologie, 1967), no serían conocidos sino hasta varios años después de terminado el Concilio y aquellas ideas sobre cómo el significado de un texto no está dado solamente por el autor y sus intenciones, sino que se crea activamente en relación con el lector, en lo que Gadamer llamaría “fusión de horizontes”, comenzarían a hacer sentir sus efectos hasta los años setentas y ochentas.

El acento hermenéutico que echamos de menos en el texto conciliar brilla, en cambio, con luz propia en el documento “La interpretación de la Biblia en la iglesia” publicado por la Pontificia Comisión Bíblica en 1993. Aunque no es un órgano propiamente magisterial, la Pontificia Comisión Bíblica (PCB) es un órgano de asesoría para la Santa Sede y representa el punto de vista oficioso de la iglesia católica sobre asuntos y temáticas bíblicas que le son periódicamente sometidas. No haré aquí una exposición del contenido del documento, sino solamente resaltaré que, una vez reafirmado el piso de inicio del trabajo exegético con el recurso necesario a la metodología histórico crítica, el documento añade, no solamente nuevos métodos de análisis literario que permiten una comprensión más plena del texto sagrado (retórico, narrativo, semiótico, canónico, etc.) sino que, en una mirada más hermenéutica, propone una valoración crítica de algunos de los principales acercamientos desde otras ciencias (sociología, antropología cultural, psicología) y, lo que nos importa mucho más en esta recensión, dos acercamientos desde diferentes contextos del lector: liberacionista y feminista, ambos, como bien podremos imaginar, polémicos dentro de la reflexión teológica y bíblica.

Voy a detenerme un momento en el acercamiento feminista tal como es tratado en el documento de la PCB. No solamente porque no hay revolución del siglo pasado que haya sido más impactante en la vida de los pueblos que la revolución de género, sino porque lo que se dice del movimiento feminista puede decirse también de los movimientos de otras minorías que comparten algunas de sus características, como los movimientos LGBT, queer o trans. Del acercamiento feminista dice el documento:

La hermenéutica feminista no ha elaborado un método nuevo. Se sirve de los métodos corrientes en exégesis, especialmente del método histórico-crítico. Pero agrega dos criterios de investigación.
El primero es el criterio feminista, tomado del movimiento de liberación de la mujer, en la línea del movimiento más general de la teología de la liberación. Utiliza una hermenéutica de la sospecha: la historia ha sido escrita regularmente por los vencedores. Para llegar a la verdad es necesario no fiarse de los textos, sino buscar los indicios que revelan otra cosa distinta.
El segundo criterio es sociológico: se apoya sobre el estudio de las sociedades de los tiempos bíblicos, de su estratificación social, y de la posición que ocupaba en ellas la mujer.

Hubo seguramente discusiones arduas en el seno de la PCB para llegar a esta apreciación de la hermenéutica feminista. En lugar de una evaluación formal del método, la PCB termina con una especie de advertencia que suena dura:

En la medida en que la exégesis feminista se apoya sobre una posición tomada, se expone a interpretar los textos bíblicos de modo tendencioso y por tanto discutible. Para probar sus tesis debe recurrir frecuentemente, a falta de otros mejores, al argumento ex silentio. Tales argumentos, se sabe, deben ser tratados cautelosamente. Jamás bastan para establecer sólidamente una conclusión… la exégesis feminista no podrá ser útil a la Iglesia sino en la medida en que no caiga en las trampas que denuncia…

He hecho esta larga cita solamente como punto de referencia. Puede decirse que, a pesar de las advertencias que invitan a la prudencia, los acercamientos hermenéuticos han terminado por entrar con el pie derecho en la iglesia católica. Los criterios enunciados deberán ser aplicados a nuevos acercamientos derivados del feminismo, así como también el espíritu de apertura crítica que patrocina el documento de la PCB. Uno lamenta, sin embargo, que tales acercamientos sean tan poco comunes en la literatura bíblica, sobre todo en castellano. Son, en cambio, abundantes en la investigación bíblica norteamericana.

De ambas márgenes –México y los Estados Unidos– nos llega la obra más reciente de Manuel Villalobos Mendoza, sacerdote mexicano avecindado en la Unión Americana y egresado de la Garret Evangelical Theological Seminary, de Chicago, ciudad y provincia claretiana en la que Villalobos desempeña su ministerio. La obra se titula Cuerpos Abyectos en el Evangelio de Marcos.

Resultado de sus estudios para alcanzar el doctorado, el libro de Villalobos, de 312 páginas, intenta una aproximación hermenéutica a algunos textos del evangelio de Marcos. La perspectiva es descrita con claridad por el autor desde las primeras páginas: “algunos de los principales temas de mi proyecto de investigación, como el de la (de-) construcción de género, la performatividad, la masculinidad, la vulnerabilidad, la abyección, la precariedad de los cuerpos, la dialéctica de poder que existe en el acto de mirar otro cuerpo masculino y la subversión y trasgresión de fronteras, tanto reales como simbólicas” (p. 14). Se trata, pues, de ofrecer una aplicación a los textos sagrados de algunos elementos de la teología queer (1) , una aproximación que se enlaza con el reciente movimiento denominado “teologías pos-coloniales”, que suelen ser definidas así: “una lectura “pos-colonial” de la Biblia intencionalmente toma una postura de oposición que subvierte las lecturas tradicionales de relatos familiares, interpretándolos “del otro lado”, del lado que perdió, cuyas voces nunca fueron escuchadas…” (2)

Este horizonte, la hermenéutica “desde el otro lado”, es el punto de partida del estudio de Villalobos Mendoza. La investigación fija la mirada en algunos personajes que pueden pasar desapercibidos en el conjunto del relato Marcano de la pasión: la mujer que unge a Jesús en casa de Simón el leproso y Simón mismo (Mc 14,3-9), la esclavilla que dialoga con Pedro alrededor de la fogata en el patio donde juzgaban a Jesús (Mc 14,66-72), el joven que carga el cántaro antes de la Última Cena –la sección más luminosa del libro a mi juicio– (Mc 14,12-16) y finalmente el mismo Jesús y su cuerpo abyecto y maltratado: las transgresiones de Jesús en la última Cena, su arresto, el proceso de su tortura, y finalmente su desnudez en la cruz y su muerte.

Quisiera solamente subrayar tres características que me parecen importantes de la aproximación del libro de Villalobos a los textos de Marcos, como una invitación a la lectura crítica de su obra.

El recurso a Butler
El hecho de que el libro de Villalobos sea resultado de su investigación para obtener el grado de doctor en teología representa su logro mayor pero también su mayor limitación. Me explico. La virtud de las tesis doctorales reside, justamente, en abordar matices teóricos novedosos o que no hubieran sido ampliamente desarrollados desde el punto de vista académico. En el caso del libro en comento la investigación asume el marco teórico desarrollado por Judith Butler, la filósofa pos-estructuralista autora de Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del sexo (3) . Asumir las aportaciones teóricas de esta postura filosófica es uno de los retos que Villalobos ha enfrentado con éxito. La reflexión sobre la corporalidad, sobre las fronteras, sobre los bordes y los mecanismos de trasgresión que caracterizan el pensamiento de Butler es uno de los elementos más novedosos de la lectura de Villalobos. Uno se asombra al ver como un pensamiento tan provocador como el de Butler arroja insospechados haces de luz a los textos de la pasión marcana que Villalobos ha seleccionado.

Pero, al mismo tiempo, el horizonte bulteriano es la limitación más visible de la obra que, en esto, confirma su naturaleza de investigación concebida para la consecución de un grado. Es cierto que la parcialidad de la mirada hermenéutica del autor es algo aceptado por él mismo, pero hay algunos momentos en que uno quisiera verse libre del marco teórico escogido que se antoja forzado en algunos pasajes. En este sentido, el libro es una buena noticia hermenéutica, pero habrá que estar atentos a ulteriores desarrollos del joven autor que amplíen el marco filosófico referencial.

Exégesis autobiográfica

El libro se inscribe también en la corriente conocida como Autobiographical Biblical Criticism (4) . El autor, como migrante establecido en los Estados Unidos y como miembro de una minoría sexual, se asume como del “otro lado”. Villalobos se presenta así: “Aquí estoy, como mexicano del otro lado, confesando y reclamando algunas de las experiencias que han influido el modo como veo, no solo el texto bíblico, sino mi propio cuerpo, el mundo y Dios” (5). De hecho, dedica todo el primer capítulo a ofrecernos sus propias experiencias de vida como marco referencial que nos hace comprender mejor el rumbo que seguirán sus investigaciones y reflexiones bíblicas. Por eso el título del primer capítulo resulta inquietante: ‘Yo confieso… que mi cuerpo tiene muchos lados de exclusión’.

La crítica autobiográfica ha adquirido mucha relevancia en tiempos recientes, porque se toma en serio los avances en la epistemología en general y la discusión sobre las hermenéuticas en particular, que se han desarrollado en los últimos años. No se trata solamente de tomar en cuenta el horizonte de lectura del investigador, así, en términos generales, sino resaltar el vínculo entre la persona que lee y los textos que selecciona, la mirada del lector/a y los sentimientos que el texto le despierta y la contribución del texto en la transformación de la vida del lector-intérprete.

Este laudable esfuerzo de Villalobos, de compartirnos su historia de vida como puerta de entrada al libro y a cada uno de los textos estudiados, le da a la obra una frescura que se nos antojaría deseable en otras investigaciones bíblicas que suelen ser frías y de una solemnidad casi adormecedora. Crea, también, una relación con el destinatario del mensaje, relación que podrá ser empática o antipática, pero que no dejará al lector insensible. Uno podrá escandalizarse, pero no aburrirse.

El ojo transgresor

Es clara la intención provocadora del libro de Manuel Villalobos. Lo es por aplicar las categorías butlerianas de corporalidad y transgresión a los personajes del evangelio de Marcos. Lo es también por hacer una lectura militante desde la propia identidad del autor, desde su experiencia de doble marginación, en razón de su orientación sexual y su condición de migrante hispano en los Estados Unidos. Estas dos razones harían ya del libro de Villalobos un acontecimiento tan interesante como inusual en la investigación bíblica.

Hay, sin embargo, dos cosas más sobre las que quisiera detenerme un momento. La primera es el análisis y la asunción de un lenguaje popular que evidencia la jerarquización de personas y los juicios de valor que sobre ellas se hacen. Así, por ejemplo, se habla de ‘descarada’, ‘hocicona’, ‘malcriada’, ‘machito’, ‘chingaquedito’, ‘marimacha’, etc. Nombres todos que, en lugar de calificar a la persona que lo recibe, terminan desnudando la mentalidad de quien los pronuncia. Son nombres que tienen la intención de someter a las personas a la marginación y exclusión. El nombre como justificación del acto discriminante.

El segundo elemento que no quisiera dejar de mencionar son las constantes referencias de Villalobos a Octavio Paz, particularmente a su Laberinto de la Soledad, y su propuesta analítica de identificación de la mexicanidad como experiencia de orfandad, producto de una violación. De hecho, y esto puede resultar escandaloso para algunas buenas conciencias, los capítulos finales, dedicados al análisis de la pasión y muerte de Jesús, tienen títulos y subtítulos provocadores: ‘Judas, el chingaquedito’, ‘Átame de pies y manos, pero no me dejes. Jesús entre chingones’, ‘La crucifixión de un Mesías Chingao’…

El libro termina con un epílogo epistolar de lo más interesante. Villalobos lo explica así en su introducción:

“Uno de los principios de mi hermenéutica de “Vida-Texto-Vida” es el de re-contextualizar el texto bíblico en la vida de la comunidad… En una ocasión comenté a mi grupo de Biblia…: ¡Si Marcos supiera lo que hemos hecho con su evangelio! Lupita, una inquieta participante del grupo de Biblia, respondió inmediatamente: ‘escríbele una carta y cuéntaselo todo’… Le envié entonces un e-mail a mi asesor y le pregunté qué pensaba al respecto y éste me respondió: ‘La idea de terminar tu libro con una carta a Marcos completa el círculo hermenéutico y me parece muy creativa’. Así que me puse a escribir mi carta”.

Cuerpos Abyectos en el Evangelio de Marcos es una lectura saludable. No conozco otro intento tan exhaustivo de abordar los textos bíblicos desde la perspectiva ya descrita. Por ello ha de considerarse una obra pionera, con todas las ventajas y desventajas que esa característica conlleva. Acaso resulte para algunos una investigación demasiado psicologista y sienta la tentación de ahorrarse algunas de sus disquisiciones falocéntricas. Otros encontrarán intuiciones geniales en su interpretación de la pasión de Jesús. Pero nadie, puedo asegurarlo, quedará indiferente. El libro de Manuel Villalobos Mendoza nos permite asomarnos a una lectura distinta, marcada por una visión de género, que inaugura una hermenéutica del otro lado y que transforma lo que para algunos es una “ideología demoniaca”, en un instrumento que puede arrojar nuevas luces en el proceso interminable de interpretación de los textos sagrados. Esta obra se constituye así en una pieza más del gran rompecabezas que poco a poco vamos armando para ser una iglesia en reforma perpetua, casa de fraternidad, donde todos los cuerpos, todas las personas, tengan cabida. Sólo por eso valdría la pena leerlo.

NOTAS:

1. La teología queer surgió en los años 90 del siglo XX, de la teología feminista y la teología gay, que se dedicaron a criticar a fondo todos los supuestos patriarcales en los que se han asentado las religiones monoteístas y a visibilizar a todos los invisibles, a los raros, a los diferentes, a los más marginados por el régimen heterosexual, blanco, y capitalista. Los principales teólogos y teólogas queers son Marcella Althaus Reid (argentina), James Nickoloff (peruano) y André S. Musskopf (brasileño). También Nancy Cardoso, Hugo Córdova, Hemberg Darío García, Daniel Fernández, José Vaz Magalhes, Wendy Mallete, Loreto Fernández, Abel Moya, Daniel Jones, Cruz Edgardo Torres, Juan Fonseca, y un largo etcétera de pensadores y pensadoras que desde dentro de sus comunidades religiosas están llevando a cabo un análisis profundo de las viejas estructuras y una propuesta alternativa al discurso hegemónico y patriarcal.
2. Cfr. Las teologías gay-queer, en www.fundotrasovejas.org.ar/articulos/TeologiasGayQueer.pdf
3. Paidós, Buenos Aires 2002

4. Cfr. INGRID ROSA KITZBERGER (ed), The personal Voice in Biblical Interpretation (New York, Routledge 1999)
5. Cfr. P. 40

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