Malasia censura escenas con contenido LGTB de la película «Bohemian Rhapsody»
Las autoridades malasias vuelven a censurar una película por visibilizar la homosexualidad. Se trata de Bohemian Rhapsody, el filme sobre la mítica banda Queen y su vocalista Freddie Mercury. Las escenas borradas en la versión proyectada en el país asiático hacen referencia principalmente a relaciones entre hombres y travestismo. El filme, recomendado para mayores de 13 años en Estados Unidos y Reino Unido, ha recibido en Malasia una calificación para mayores de 18 años para evitar «más cortes» que «habrían afectado a la trama».
Bohemian Rhapsody, que se ha estrenado recientemente en cines, cuenta la historia de la banda de rock Queen hasta el famoso concierto Live Aid en el estadio de Wembley en 1985. La cinta explora (sin entrar en profundidades) la sexualidad de Freddie Mercury, incluyendo sus relaciones con otros hombres. Un tema tabú para las autoridades malasias, que, como ya hicieran con La Bella y la Bestia, han vuelto a censurar las escenas donde la homosexualidad es más visible. Ya entonces la LPF dejó claro que solo permite tramas que hagan referencia a la homosexualidad si el personaje muere o acaba renunciando a su orientación sexual a lo largo de la película. En el caso de la película de Disney, la productora se negó a permitir la proyección de una versión censurada, cosa que no ha ocurrido por el momento con Bohemian Rhapsody.
Aunque en un principio se informó sobre un supuesto corte de 24 minutos con respecto al metraje original, la censura se ha quedado reducida a un total de tres minutos. En concreto, según el presidente de la LPF Mohd Zamberi Abdul Aziz, se han eliminado palabras malsonantes, así como escenas de «hombres besándose, hombres frotándose unos contra otros y un grupo de hombres con vestidos celebrando una fiesta en una mansión». También se han borrado referencias a la relación entre Freddie Mercury y Jim Hutton (el que fuera su pareja durante los últimos años de su vida, al que la película presenta en un par de secuencias) y se ha editado la parte en la que Mercury se confiesa bisexual a su entonces pareja Mary Austin.
Zamberi defendió la edición de la película se ha llevado a cabo para que los malasios puedan verla, porque en caso contrario, las autoridades la habrían vetado por completo. «Cualquier cosa relacionada con lo LGTB o que lo promueva no se admitirá, y como sabemos que es una película que la gente quiere ver, solo cortamos muy pocas escenas», afirmó. Además de la censura, la película ha sido calificada para mayores de 18 años, a diferencia de Estados Unidos y Reino Unido, donde está recomendada para mayores de 13. Zamberi argumenta que, de haberla mantenido para mayores de 13 años, el filme habría sufrido la eliminación de escenas con besos o consumo de alcohol, por ejemplo. Unos cortes que «habrían afectado a la trama», a diferencia al parecer de los que sí se han producido.
LGTBfobia y censura pese al cambio político
En entradas anteriores hemos venido hablando de la escalada de LGTBfobia de Estado en Malasia, y que el nuevo Ejecutivo no ha frenado pese a las esperanzas que había despertado. En agosto de este año una representante del Gobierno afirmó que el colectivo LGTB no debe visibilizarse porque incomoda «a la mayoría» del país. Lo hacía a cuenta de la censura de los retratos de los activistas Pang Khee Teik y Nisha Ayub en una exposición de George Town (ciudad del Estado de Penang) por orden administrativa. Hace un mes, el ministro de Religión calificó los derechos LGTB de «ideas extremas» que «no se pueden permitir».
La LGTBfobia social y política imperante en Malasia ha llevado a situaciones que rozan el absurdo, y que hemos recogido en esta misma página. En febrero del año pasado, en un vídeo promovido por el Departamento de Desarrollo Islámico de Malasia se sugería a los homosexuales que «aprender» a ser hetero es como iniciarse en la equitación. En febrero de este año nos hacíamos eco de un artículo que ejemplificaba la estigmatización de la comunidad LGTB también desde los medios de comunicación. En abril, nos enterábamos de que la Universidad de Ciencias de Malasia (USM) celebró un concurso de carteles para “convertir”alumnos gays en heterosexuales. Y en mayo que el gobierno de Malasia ha comenzado a bloquear páginas LGTB+, incluido el portal Utopia-Asia que es la principal fuente de información para viajeros gais en la región. Otros ejemplos son el anuncio de censura de programas con personajes homosexuales; la censura de una escena de La Bella y la Bestia y de una canción de Lady Gaga o la cancelación de un Festival que se celebraba desde 2008 para promover el respeto a la diversidad sexual.
Otros ejemplos son el anuncio de censura de programas con personajes homosexuales; la censura de una escena de La Bella y la Bestia, de la que ya hemos hablado, y de una canción de Lady Gaga o la cancelación de un Festival que se celebraba desde 2008 para promover el respeto a la diversidad sexual.
Una estigmatización social que, en ocasiones, tiene consecuencias criminales. Especialmente preocupante fue lo sucedido en 2012, cuando un joven gay musulmán recibió amenazas de muerte por difundir un vídeo en el que animaba a otros homosexuales a salir del armario. En junio del año pasado conocíamos la muerte de un adolescente, T. Nhaveen, después de cinco días en coma y sufrir una dura agresión de carácter homofóbica que le había dejado con varias heridas y quemaduras en la espalda, además de ser sodomizado con una barra. T. Nhaveen, de dieciocho años de edad, había quedado con su mejor amigo, T. Previin, de 19 años de edad, el sábado, 10 de junio, alrededor de las 11 de la mañana en una hamburguesería de Gelugor, un zona residencial de George Town, en Penang, para celebrar que iba a comenzar su vida como estudiante de música en Kuala Lumpur, pero falleció el jueves, 15 de junio, tras ser víctima de una dura agresión homofóbica que le deja en coma durante cinco días. Un episodio más de bullying homofóbico que en esta ocasión había consternado a la sociedad de Malasia por su dureza y violencia. Ante este escenario, podría pensarse que un suceso tan terrible como este debería servir de acicate para que el respeto a la diversidad gane posiciones en Malasia. Mucho nos temíamos que no iba a ser así, a la vista del hecho de que los mismos medios locales y autoridades que habían reaccionado con horror ni siquiera precisaron que el acoso que el joven sufría era de naturaleza homofóbica. Esperemos, al menos, que se haga justicia con los asesinos de T. Nhaveen. Está claro, sin embargo, que ni siquiera un hecho tan terrible como este ha servido de acicate para que el respeto a la diversidad gane posiciones en Malasia, como ya entonces pronosticábamos. Y para corroborarlo, en julio radicales religiosos de Malasia e Indonesia se rebelaban contra Starbucks por su apoyo al colectivo LGBT…Aunque el suceso que causó una mayor consternación fue el brutal asesinato homófobo del joven T. Nhaveen en junio del año pasado. Está claro, sin embargo, que ni siquiera un hecho tan terrible como este ha servido de acicate para que la aceptación de la diversidad gane posiciones en Malasia.
Fuente Dosmanzanas
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