RTVE no emitirá la supercopa de España en Arabia Saudí
Ayer hablábamos del intento de lavado de cara por parte de Arabia Saudí… Hoy, conocemos que la cadena pública de televisión RTVE confirmo que renuncia a los derechos de emisión de la supercopa de España de Futbol planificada para ser disputada en Arabia Saudí el próximo Enero.
La cadena pública ha informado que su renuncia se debe a modo de protesta ante un país que incumple constantemente los derechos humanos, también han alegado razones económicas. Como se sabe RTVE, está apostando muy fuerte por la visibilidad del deporte femenino, sobre todo el fútbol femenino, y desgraciadamente Arabia Saudí es un país que no respeta los derechos humanos, en especial el de las mujeres y personas LGTBI.
Fuentes de RTVE han declarado: “Si en RTVE apostamos por el deporte femenino, ¿Qué hacemos en un país donde las mujeres son encarceladas por defender sus derechos?”, más claro no puede ser el mensaje.
En cuanto se supo la decisión del país donde se iba a disputar la supercopa de España, la Federación Española de Futbol, ha recibido cientos de mensajes en contra de esta decisión. A destacar el de Amnistía Internacional que le quiso recordar que el historial de vulneraciones de los derechos humanos en el país árabe, que incluye torturas y penas de muerte a todos aquellos que intentan luchar por sus derechos y libertades.
De hecho en Arabia Saudí, es uno de los siete países que siguen ejecutando a las personas homosexuales ‘por lapidación’ por ley.
Una monarquía teocrática implacable con el colectivo LGTB
Hay que tener en cuenta que, en Arabia Saudí, una monarquía absoluta y teocrática, no existe un Código Penal propiamente dicho, sino que la justicia se aplica en base a la interpretación que los jueces islámicos hacen de la sharía, que puede variar enormemente (entre otros factores, según la clase social y la nacionalidad del «culpable»: normalmente los castigos son mucho más duros para trabajadores inmigrantes de origen no occidental que para los miembros de las clases altas del país).
Por lo que se refiere a la esfera LGTB, las penas más elevadas, incluyendo la muerte —pero también la cárcel o castigos físicos, como los latigazos públicos— corresponden al mantenimiento de relaciones homosexuales. En caso de reincidencia la pena de muerte es aún más probable. Otro tipo de «ofensas» son castigadas de modo diverso.
Nos hemos hecho eco de algunos casos: en marzo de 2017, por ejemplo, informábamos de la detención de 35 ciudadanos paquistaníes por participar en una «fiesta para homosexuales». También dimos cuenta de la tortura y asesinado de dos mujeres transexuales por parte de la Policía de la Moral. En noviembre de 2014, recogíamos cómo un hombre era condenado a tres años de cárcel por publicar en redes sociales fotografías de sí mismo desnudo y su ofrecimiento para mantener relaciones con otros hombres. Meses antes, otro hombre era condenado también a tres años de cárcel y 450 latigazos por buscar contactos con otros hombres a través de Twitter. Meses antes, otro hombre era condenado también a tres años de cárcel y 450 latigazos por buscar contactos con otros hombres a través de Twitter. En junio de 2013, cinco hombres eran detenidos por participar supuestamente en una boda homosexual. En enero de 2012, en otro caso parecido, un hombre era arrestado por usar Facebook para establecer contacto. En octubre de 2011 eran detenidos 20 hombres durante una celebración. Un año antes era un ciudadano británico el que resultaba agredido y amenazado por la policía religiosa por su condición de gay.
Más allá de las condenas y arrestos, también nos hemos hecho eco de iniciativas que muestran la homofobia de estado en el país saudí: desde la intención de las autoridades de expulsar del sistema educativo a homosexuales y chicas de aspecto masculino hasta la oposición del gobierno al uso del dominio .gay en Internet, o, aún más grave, la iniciativa para castigar con la pena de muerte a quienes hagan pública su orientación sexual en redes sociales y medios.
Fuente Cromosomax/Cristianos Gays
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