Nueva salida del armario de un deportista, pero esta vez, a diferencia de lo que ha sucedido en otras ocasiones, lo hace mientras se encuentra en su plenitud profesional. Se trata de Keegan Hirst, de 27 años de edad, jugador de los Batley Bulldogs, equipo de rugby profesional de la segunda división inglesa. Su historia resulta además más traumática que la de otros deportistas que simplemente hacen pública su orientación sexual. Hirst ha puesto punto final a su matrimonio con una mujer y aún no ha encontrado el modo de contar lo sucedido a su hija mayor, de tan solo siete años (la pareja tiene otro niño de dos). Pese a todo, Hirst admite sentirse libre por primera vez en su vida.
Conocemos una nueva salida del armario en el mundo del deporte. Viene desde los campos de rugby de Reino Unido. Keegan Hirst, de 27 años, se declara gay para el Sunday Mirror en una intensa entrevista en la que abre su corazón. El jugador, original de Batley, habla de cómo estuvo casado con una mujer, de sus hijos y de los tópicos que cumplía que le hacían pensar que no era gay. Keegan le dijo a su mujer que era gay hace poco. Y aunque al principio ella pensó que era por su culpa, parece ser que la cosa ha acabado bien y que ha apoyado a Keegan en este momento. A sus dos hijos, de 7 y 2 año, sólo les han dicho que se separan, no han querido entrar en detalles.
Keegan Hirst se ha sincerado públicamente en una entrevista al dominical Sunday Mirror, en la que el capitán de los Batley Bulldogs desgrana lo difícil que ha sido para él aceptar su propia homosexualidad. “He trabajado en la construcción, como portero, en fábricas. Y juego al rugby. Cumplo todos los requisitos del macho. ¿Cómo podía yo ser gay? Por el amor de Dios, soy de Batley. Nadie es gay en Batley”, explica, de forma muy gráfica. El proceso por el que Hirst ha pasado, por otra parte, no es muy diferente al que muchos otros ya han vivido, y por desgracia aún vivirán. Aunque ya desde su adolescencia fue consciente atracción por los chicos, rechazó completamente la idea. “Tenía la esperanza de que acabaría por desaparecer. Resultaba inconcebible que le contara a nadie como me sentía”, explica. “La sociedad dicta que cuando tienes 16 años ya empiezas con una novia y te acuestas con ella. Así es como es. Especialmente si juegas al rugby y creces en un barrio obrero. Sales, bebes… Me convencí a mi mismo que de ninguna forma podía yo ser gay, aquello era inconcebible”, añade.
Dicho y hecho: Hirst comenzó a salir con la que después fue su esposa con solo 19 años. Solo un año después tuvieron su primera hija. Contrajeron matrimonio en 2011, y un año después tuvieron su segundo hijo, un chico. “El día que me casé con ella pensaba que sería para toda la vida. La quería, estaba contento de casarme con ella”, afirma. Pero su vida en pareja no se correspondía con la de un hombre y una mujer que se desean mutuamente. Hirst aprovechaba cualquier ocasión para salir, beber y evitar estar con ella. “No se trataba de que que no fuera feliz con ella, no era feliz conmigo mismo”, explica. En los peores momentos Hirst llegó a pensar en el suicidio. La pareja acabó por separarse sin que Hirst le contara a su esposa la razón de su alejamiento, y de hecho, según cuenta ahora el jugador, ella se culpaba de lo sucedido.
“Un día, hace unos pocos meses, me dije… ‘¿Sabes qué? Qué esto es lo que soy. Soy gay’. Sentí que por fin podía ser honesto conmigo mismo”, asegura. Hace pocas semanas se armó de valor y lo contó a su exmujer. Para sorpresa del jugador ella, que jamás había sospechado nada, se mostró comprensiva y le ofreció todo su apoyo. La pareja valora ahora como explicarlo a sus hijos. “Todavía no les hemos dicho nada, son muy pequeños para entenderlo. No estoy seguro de cómo lo haré”, explica el jugador, que solo tiene palabras de alabanza para su exmujer.
De lo que no cabe duda es de la satisfacción que rezuma Hirst, que asegura “sentirse libre” al fin. Un sentimiento de libertad al que hasta ahora solo se había aproximado en un campo de rugby. “Me siento cómodo en mi propia piel, posiblemente por primera vez en mi vida”, afirma el jugador, que por el momento no ha recibido más que felicitaciones y muestras de afecto por parte de compañeros, seguidores, varias personas conocidas y multitud de personas anónimas a las que ha agradecido el apoyo en su cuenta de Twitter.
Os dejamos un vídeo con las declaraciones de Keegan Hirst.
Hirst también ha salido del armario con sus compañeros de equipo que, para su sorpresa, le han apoyado. Junto con Garteh Thomas, que salió del armario en 2009, Ian Roberts en 1995 o Michael Sam en 2014, Keeran Hirst pasa a ser un ejemplo a seguir por muchos deportistas armarizados que pueden comprobar cómo se puede ser un profesional de un deporte y llevar una vida sin mentiras.
Las respuestas por parte de seguidores no se ha hecho esperar y Keegan ha agradecido a través de su cuenta de Twitter todo el apoyo que está recibiendo. Pues nos alegramos mucho por él y deseo que no tarde mucho en ser portada de la revista Attitude o Gay Times…
Fuente | Sunday Mirror, vía Ambiente G y Dosmanzanas
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