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Alcalde declara ciudad ‘anti-LGBTQ+’ porque vio parejas homosexuales en Nochevieja

Sábado, 7 de enero de 2023
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Bobby_Nasution,_Wali_Kota_MedanAlcalde de Medan Bobby Nasution (Wikipedia)

La ciudad de Medan, en la capital de la provincia de Sumatra del Norte de Indonesia, ha sido declarada “anti-LGBT” por su alcalde, Muhammad Bobby Afif Nasution.

Nasution arremetió contra las parejas homosexuales que celebraban juntos la víspera de Año Nuevo en la ciudad en una diatriba homofóbica.

Marcando el comienzo de 2023 el 1 de enero, dijo: “A lo largo de la calle frente al Ayuntamiento me preguntaba por qué veía hombres [juntos] con otros hombres. “Eso es inaceptable. No hay LGBT en la ciudad de Medan. Somos anti-LGBT”, informó la publicación Coconuts de Yakarta.

Nasution continuó afirmando: “No hay un solo grupo étnico en Medan que apoye las relaciones entre personas del mismo sexo. Así que adherirnos a nuestros propios valores culturales, ya sea en términos de tradición y vida cotidiana, y también en las relaciones”.

Nasution dijo que espera que las personas solteras de la ciudad encuentren parejas heterosexuales, se casen y tengan hijos. Medan tiene una población de más de cinco millones de personas en los límites de su ciudad y áreas urbanas.

La actividad sexual entre personas del mismo sexo está criminalizada en dos provincias de Indonesia: Aceh, una provincia musulmana conservadora que practica la ley Shariah, y Sumatra del Sur, una provincia de mayoría musulmana, según Human Dignity Trust.

En 2022, el parlamento de Indonesia aprobó un nuevo Código Penal que penaliza el sexo fuera del matrimonio; la ley entrará en vigencia en 2025 y probablemente se utilizará para atacar a la comunidad LGTBIQ+.

Nasution, yerno del presidente de Indonesia, Joko Widodo, ha sido advertido por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (Komnas HAM) de que tal discriminación va en contra de la constitución del país. “Todos los ciudadanos de esta nación deben estar protegidos contra la discriminación por motivos de raza, religión, orientación sexual y más”, dijo en respuesta el comisionado de Komnas HAM, Anis Hidayah.

Varios grupos de derechos humanos han calificado a Indonesia como uno de los lugares más hostiles para las personas LGBTQ+ y, según un informe de Pew Research de 2019, solo el 9 % de los indonesios dice que la homosexualidad es aceptable.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

indonesiaEn agosto de 2021 conocíamos que  condenaban a  siete  meses de prisión a soldado en Indonesia por homosexualidad.

En 2018, informábamos de la detención de  diez mujeres, acusadas de «conducta lésbica».Antes, recogíamos, precisamente, la detención de cuatro personas en Banda Aceh, a manos de patrullas ciudadadanas, acusadas de «practicar la homosexualidad»: tres varones y una mujer transexual, que se enfrentan a penas que incluyen los mencionados castigos físicos. A principios del 2018 recogíamos el descarnado caso de LGTBfobia de Estado en Indonesia. La policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como«hombres normales». En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, en mayo de 2017 a dos jóvenes de 20 y 23 años. En el mismo mes de octubre de 2015 nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia también votó en 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman un deterioro homófobo que reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, o la persecución de webs LGTB, bloqueando aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboralcon el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela y mezquita para personas trans de Indonesia, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

En diciembre de 2017 nos hacíamos eco la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital de este país asiático. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.

indonesia-latizagos-homofobia-696x522El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017 en el que la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital y que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales.

Esta espantosa situación podría agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión. Sin embargo, en diciembre también aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco duraba el respiro, por desgracia.

En julio de 2020 conocíamos que Indonesia podría aprobar en 2021 los “exorcismos” a personas LGTB+. Y en febrero de ese mismo año, una pareja gay era condenada a 154 latigazos por tener relaciones sexuales.

Fuente Pink News/Cristianos Gays

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La Policía de Indonesia arresta y corta el pelo a 12 transexuales

Miércoles, 31 de enero de 2018
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transfobia_aceh-300x150El jefe de la policía de Aceh del Norte, Ahmad Untung, calificó a los transexuales como “una amenaza peor que terroristas”.

En la región indonesia de Aceh, en donde rige oficialmente la sharía o ley islámica desde 2005, se ha iniciado la enésima campaña contra la comunidad LGTB. Amnistía Internacional ha denunciado la detención de 12 mujeres trans en la redada a cinco salones de belleza, el pasado sábado 27 de enero. La policía, además de clausurar los locales, les afeitó el cabello en público, las desnudó y las obligó a vestirse con ropas masculinas para, supuestamente, convertirlas en “hombres normales”“La llamada ‘reeducación’ de las personas trans por parte de la policía no solo es humillante e inhumana, también es ilegal y una clara violación de sus derechos humanos. Dichos incidentes deben ser investigados de manera inmediata y efectiva”, exige Usman Hamid, director ejecutivo de Amnistía Internacional Indonesia.

La policía indonesia arrestó a 12 transexuales en la provincia de Aceh, la única que se rige bajo la sharia o ley islámica, y les obligó a vestir ropa de hombre además de cortarles el pelo, denuncian los activistas. En el marco de la llamada “Operación Anti Moral Enferma”, la policía de Aceh efectuaba este sábado redadas sincronizadas a varios salones de belleza, deteniendo a 12 mujeres trans. Los agentes forzaron el cierre de los establecimientos y a las víctimas arrestadas, por su mera identidad de género, las sometieron al escarnio público: les raparon las cabelleras en la calle y las obligaron a pasearse con ropas de hombre. Para las autoridades, estas prácticas denigrantes formal parte de un programa de “reeducación social”. El tránsfobo objetivo final no es otro que “enseñarles” “comportarse” como “hombres de verdad”.

Decenas de agentes de la policía local e islámica llevaron a cabo las detenciones durante la noche del sábado en cinco salones de belleza del distrito Aceh del Norte, en el norte de la isla de Sumatra, confirmó un activista en favor de los derechos del colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB).

“Por el momento todavía están recuperándose del trauma”, declaró en conversación telefónica la fuente, que pidió mantener el anonimato, y añadió que los arrestados fueron liberados el domingo.

El jefe de la policía de Aceh del Norte, Ahmad Untung, calificó a los transexuales como “una amenaza peor que terroristas” y dijo que actuaron porque molestaban a los vecinos con un comportamiento que va “en contra de la sharia y la naturaleza humana”, en declaraciones al portal de noticias “Kliksatu.com“.

Aceh, provincia que aprobó en 2002 la aplicación de la ley islámica, criminaliza las relaciones homosexuales y sentencia a los infractores a castigos corporales que pueden llegar a hasta los 100 bastonazos.

En diciembre, una muchedumbre alertó a la policía islámica de la presencia de siete transexuales que se dirigían a una fiesta de cumpleaños en la capital provincial, Banda Aceh, y que fueron retenidas por las autoridades y liberadas tras ser reprendidas.

El investigador en asuntos LGTB de Human Rights Watch, Kyle Knight denunció, tras los arrestos de diciembre, que los políticos locales de Aceh han empeorado la situación al promover la homofobia.

Al menos 527 personas fueron azotadas en Aceh desde 2016 hasta octubre de 2017, por infracciones como apostar, consumir alcohol o adulterio, entre otros, según el centro de investigación indonesio Institute for Criminal Justice Reform.

El año pasado dos hombres fueron condenados por primera vez a ser azotados en público por mantener relaciones homosexuales.

Aunque Aceh es la única provincia del archipiélago que aplica la sharia, ONG y activistas han denunciado un aumento en la represión contra la comunidad LGTB en Indonesia, el país con mayor población musulmana del mundo.

Indonesia, un infierno para la comunidad LGTB

En febrero de 2016 publicábamos un artículo que recogía cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada vez más a la población LGTB. Desde entonces, por desgracia, no hemos parado de recoger casos de detenciones, abusos y crueles castigos físicos. Lo que ha hecho que Amnistía Internacional reclame el fin de la cruel persecución al colectivo LGBT en Indonesia.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh (situada en la zona norte de Sumatra) y Sumatra Meridional, aunque en este caso la prohibición rige solo para los musulmanes.

En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años.

Fuera de Aceh también se ha registrado un incremento de la represión. También en mayo de este año, la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital. No obstante, el portavoz de la policía de Yakarta, Raden Argo Yuwono, aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía vigentes en el país. Unas semanas antes, ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia. Y en octubre, la policía de Indonesia detiene a 58 personas en una redada a una sauna gay de Yakarta

El pasado 20 de diciembre publicábamos que diez hombres habían sido condenados a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta “fiesta gay” en Yakarta, la capital. La noticia supone un paso más en la escalada de LGTBfobia de estado que vive aquel país. Las detenciones se produjeron en Yakarta, la capital, donde las relaciones homosexuales no son formalmente delito. No ha hecho falta: el tribunal ha considerado probado que los condenados violaron la ley contra la pornografía.

El 15 de noviembre del pasado 2016 conocíamos que el gobierno de Indonesia  acaba de prohibir el uso de GIFS en WhatsApp. Pero no sólo porque no se puedan enviar imágenes en movimiento  sino que lo han hecho para evitar que la gente se envíe imágenes pornográficas a través de la aplicación.

Son solo algunos ejemplos de la penosa situación de los ciudadanos LGTB en el país.

Fuente Agencias, vía Cáscara Amarga/Cristianos Gays

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La policía de Indonesia detiene por “pornografía” a una pareja gay que subió a Facebook fotos besándose

Martes, 18 de octubre de 2016
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indonesia_beso_gay_01-768x432Se acumulan las informaciones negativas procedentes de Indonesia en relación al colectivo LGTB. La radicalización política del país se está transformando en un hostigamiento hacia cualquier expresión igualitaria. En este sentido, la policía ha informado de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor. Las autoridades, sin embargo, han calificado las imágenes como “pornografía”. A estos hechos se suman el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela para personas trans de Indonesia y la persecución de webs LGTB y apps de contactos gais, entre otras cosas.

Aunque ya han sido puestos en libertad, la pareja gay que fue detenida en Indonesia por subir a Facebook unas fotografías afectivas se enfrenta a una posible pena de prisión de hasta siete años. Para las autoridades, estas imágenes representan un fomento de la “pornografía LGTB, al mostrar dos hombres besuqueándose”. En el país de mayoría musulmana más poblado del mundo la “lascivia pública” está perseguida por la ley y cualquier muestra de diversidad suele considerarse una “ofensa a la moralidad”.

Los dos jóvenes, de 22 y 24 años (en la fotografía superior), aparecen con los torsos desnudos compartiendo besos y otras muestras de cariño, junto al texto “nuestro amor durará para siempre”. Taufik, que publicó las imágenes, ya las ha retirado de su muro, disculpándose y asegurando que “no se volverá a repetir”. Una postura comprensible al pensar que su juicio puede convertirse en un escarnio público. De hecho, muchos usuarios le han escrito mensajes ofensivos y homófobos y aún así dice que seguirá pidiendo perdón.

780x580-noticias-anuncio-discriminatorio-de-indonesiaDesgraciadamente, las tropelías LGTBfóbicas se acumulan en Indonesia. Por ejemplo, el gobierno de Indonesia publica una anuncio en el que busca una persona para cubrir un puesto de embajador de la juventud entre cuyos requisitos indica que tiene que demostrar que no pertenece a la comunidad LGTB. Concretamente, el Gobierno está buscando jóvenes con “creatividad” para ocupar una plaza como embajador y, al parecer, solo las personas heterosexuales cuentan con este talento. La convocatoria de la administración incluye, de matera textual, la exigencia de que los candidatos sean “mentalmente sanos, que no sean promiscuos ni con comportamiento sexual desviado, incluyendo personas LGTB, que debe probar mediante certificado médico”, dice el anuncio publicado por el Gerakan Nasional Pemuda Kreatif (Movimiento Nacional creativo para jóvenes), que pretende atraer candidatos, de entre 20 y 27 años de edad, siempre que sean estrictamente heterosexuales, para cubrir un puesto para un programa del Ministerio de Juventud y Deportes que tiene como objetivo buscar a jóvenes creativos en todos los campos que generen proyectos para ayudar al país a reducir el desempleo juvenil.

Desde las redes sociales o han tardado en criticar la ironía de esta convocatoria que busca personas creativas que no sean gays, algo tradicionalmente asociado, precisamente, a las personas de la comunidad LGTB. Un defensor de la igualdad del colectivo LGTB se ha preguntado retóricamente: “¿no saben que [la comunidad LGTB] es la columna vertebral de las artes y la industria creativa?”.

Asimismo, grupos en defensa de los derechos humanos no han dejado de resaltar la fuerte atmósfera de discriminación hacia las personas homosexuales, bisexuales y transexuales a pesar de la legalidad de las relaciones entre personas del mismo sexo, una discriminación que no ha dejado de incrementarse en los últimos meses.

 No obstante, además del apoyo de algunas personas jóvenes hacia las personas LGBT, algunos funcionarios han advertido de que el creciente aumento del sentimiento homófobo perjudicará las posibilidades de detener el aumento de las infecciones de VIH en el país. Entre 2007 y 2015, el VIH entre hombres que mantuvieron relaciones con otros hombres en Indonesia pasó del 5,4% al 25,8%, en contraste con la caída de las tasas globales. En parte, el miedo a la discriminación influye en una reducción de las pruebas de detección y, a su vez, esto ocasiona que las personas infectadas no tomen las oportunas medidas de prevención.

Cierra la única escuela musulmana para personas trans

Hace tan solo unos días la única escuela musulmana de toda Indonesia que admitía  a alumnos trans se ha visto obligada a cerrar sus puertas al ser señalada como promotora de la “inmoralidad”. Hasta el momento de su cierre, este centro ha sido uno de los referentes de tolerancia de la comunidad LGTB en el mundo musulmán. Para Agnes Dwi Rusjiyati, coordinadora local del grupo activista Bhinneka Tunggal, “por desgracia, en los últimos años los grupos intolerantes han ido imponiendo sus creencias rígidas en las personas”.  Y en marzo se clausuró la única mezquita que admitía personas transexuales

La estigmatización del colectivo LGTB en el ámbito educativo se ha intensificado en Indonesia, especialmente, desde principios de este año. En enero, Muhammad Nasir, ministro de Estudios Superiores de este país asiático apelaba a “normas morales” para perseguir a los alumnos LGTB en la universidad. Pero el sentimiento de odio se ha propagado como un virus en el resto de niveles educativos.

Muhammad Nasir, a la sazón ministro de Investigación, Tecnología y Estudios Superiores, aseveraba que el colectivo LGTB representa “una grave amenaza para la nación”. Nasir, además, negaba que las universidades sean el marco para la “discusión” o la elaboración de “trabajos científicos” relacionados con la comunidad LGTB, una circunstancia que calificaba de “grave”, por ser contraria a la “moral”.

Prohibición de apps de contactos gais y castración química

En febrero, las autoridades indonesias anunciaban su intención de solicitar que Facebook y WhatsApp eliminaran los emojis que aludían a la comunidad LGBT y bloquearan ciertas cuentas de Tumblr por su contenido. Desde el pasado mes de septiembre, por orden del Gobierno de Indonesia, se ha bloqueado Grindr y otras 80 aplicaciones (apps) de contactos gais, así como webs LGTB que, supuestamente, contribuyen a la “propaganda desviada”. Líderes musulmanes iniciaban una campaña contra el colectivo LGTB, poniendo en peligro incluso destinos turísticos como Bali, para posteriormente retener un cargamento de preservativos cuyo único objetivo era el de luchar contra el aumento del VIH en Indonesia y el mes pasado bloqueaban tres aplicaciones de citas

Pero Indonesia no es el único país con homofobia de estado que censura webs LGTB o que prohíbe o utiliza las apps de contacto para perjudicar a hombres gais. En países como los Emiratos Árabes tampoco está permitida la descarga de Grindr y en Egipto la policía utiliza estas apps para “cazar” homosexuales y enjuiciarlos.

Los detractores de los derechos LGTB en Indonesia han construido un peligroso discurso público de asociación de la pedofilia y la homosexualidad, algo similar a lo ocurrido en Rusia con los mensajes de grupos ultras como Occupy Pedofilyaj. Precisamente, por esta acientífica e injusta equiparación, resulta especialmente preocupante la denuncia que hace unas horas ha realizado Amnistía Internacional: el Gobierno empezará a aplicar la castración química a “pedófilos” y “violadores”.

Nadie defiende la impunidad de las personas que abusen de menores o de otros adultos. Según ha explicado Papang Hidayat, investigadora en Indonesia de Amnistía Internacional, “el abuso sexual de los niños es indescriptiblemente horrible. Pero someter a los delincuentes a la castración química o a ejecuciones no es justicia sino que es la adición de una crueldad a otra”. Algunos grupos de médicos han adelantado que se niegan a aplicar estas prácticas porque violan la ética médica. Y también violan el derecho internacional sobre la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes que figura en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y en la Convención Contra la Tortura y Otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT), del que Indonesia es uno de los estados firmantes.

Sin embargo, a pesar de la crueldad de estas medidas para cualquier condenado, la castración química puede ser una peligrosa arma incluso para personas completamente inocentes. Falsas acusaciones o malentendidos por la ignorancia de la realidad LGTB pueden provocar la privación de la sexualidad física a personas que únicamente tengan una orientación sexual o una identidad de género diversa o contraria a la heteronormatividad.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

250px-locationindonesia_svgNo se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero dosmanzanzanas publicaba un post recogiendo cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada ver más a la población LGTB.

Recordemos que la provincia autónoma de Aceh (en la zona norte de Sumatra) aprobó en septiembre de 2014 una penosa ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015. Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción es Aceh, donde desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. La de Aceh es desde luego la peor situación, puesto que como decíamos arriba la homosexualidad no es formalmente delito en el resto del país. Ello no significa que en otras partes sea buena. En 2004, las autoridades municipales de Palembang, en Sumatra Meridional, dictaron por ejemplo una regulación en la que aglutinaban la actividad de las personas LGTB como “prostitución”. En virtud de ese reglamento, todas las personas acusadas de cometer cualquiera de esas actividades se enfrentan a la perspectiva de un máximo de seis meses de prisión o 5.000.000 de rupias (360 euros, 380 dólares) de multa.

En otras zonas existe una actitud algo más tolerante, especialmente en zonas urbanas como Yakarta. Con todo, la influencia de los islamistas más radicales se hace sentir cada vez más.En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga,  abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.

Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos.

En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es elevada.

Indonesia también votó el pasado 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays/Universogay

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Los homosexuales de Indonesia, víctimas de represión y ataques masivos poniendo en peligro el turismo en Bali

Jueves, 3 de marzo de 2016
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indogaysLa comunidad gay representa una “amenaza” y para combatirla hay que utilizar “técnicas de guerra moderna” insistió esta semana el ministro de Defensa Ryamizard Ryacudu.

La homosexualidad es un tema tabú en Indonesia, país musulmán más poblado del mundo.

Una oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en los últimos tiempos en Indonesia. Ya hemos recogido varios ejemplos de ello y en estos días hemos conocido nuevas noticias que confirman el clima de beligerancia creciente en el que, hasta hace no tanto tiempo, era uno de los países de mayoría musulmana menos hostiles con su población LGTB.
La pequeña comunidad homosexual de la conservadora Indonesia, país de amplia mayoría musulmana, sufre una súbita e inesperada campaña de represión, con batidas antigay o ataques ministeriales o religiosos.

El mes pasado, el ministro de Educación superior, Mohamad Nasir, había denunciado el apoyo psicológico propuesto a los estudiantes homosexuales por una universidad. Ello generó un duro debate y inició, según los militantes de derechos homosexuales, una campaña de represión.

Los pronunciamientos quizás más alarmantes, por los cargos de responsabilidad que ostentan, son los de miembros del Gobierno. El pasado mes de enero el ministro de Estudios Superiores, Mohamad Nasir, había denunciado el apoyo psicológico propuesto a los estudiantes homosexuales por una universidad. Ello generó un duro debate y inició, según los militantes de derechos homosexuales, una campaña de represión.abría la veda para el hostigamiento de los alumnos LGTB en las universidades indonesias.

Ahora el titular de Defensa eleva el tono y califica al movimiento LGTB como una amenaza potencialmente más peligrosa que las armas nucleares. Con una argumentación (por llamarlo de alguna manera) que no por ridícula resulta menos familiar, Ryamizard Ryacudu afirmó el lunes pasado que la población no heterosexual es un “arma ideológica” de la que se aprovecharían los enemigos extranjeros para “desviar la mentalidad de nuestra nación”. La comunidad gay representa una “amenaza” y para combatirla hay que utilizar “técnicas de guerra moderna” insistió esta semana el ministro de Defensa Ryamizard Ryacudu. “Es peligroso pues no se puede ver quienes son nuestros enemigos. Pues todo el mundo ha padecido un lavado de cerebro” favorable a los gays, aseguró el ministro al portal de noticias Tempo.

No ha sido la única bravata homófoba por parte de un político indonesio en los últimos días. El pasado viernes, el exministro de Información y Comunicación y actual diputado en el Parlamento Tifatul Sembering publicó un tuit en el que animaba a aplicar la pena de muerte a las personas homosexuales, citando para ello el Corán. Por fortuna, en esta ocasión parte de la propia comunidad musulmana y entre ellos el estudioso Akhmad Sahal rechazaron las palabras de Sembering. Recordaron para ello que citar el libro sagrado del islam para poner en la diana a determinados colectivos es uno de los distintivos del autodenominado Estado Islámico o Dáesh. El exministro reaccionó borrando el tuit pero, lejos de retirar sus palabras, se declaró víctima de una campaña de acoso.

Uno de los principales movimientos musulmanes del país, sin embargo, se ha unido al clima general de hostilidad contra la comunidad LGTB. El Nadhlatul Ulama (UN), organización islámica considerada moderada y que cuenta con más de cuarenta millones de miembros, emitió un comunicado el jueves pasado. En el escrito declaran las orientaciones no heterosexuales como incompatibles con la naturaleza humana e instan al Parlamento indonesio a criminalizar la homosexualidad y la defensa de los derechos LGTB. Por si fuera poco, el NU se permite recomendar la “rehabilitación de cada persona con características LGTB para que puedan volver a la normalidad”.

Para culminar la cascada de noticias negativas, la Asociación de Psiquiatras Indonesia (PDSKJI) ha clasificado recientemente la homosexualidad y la bisexualidad como “problemas psiquiátricos” y la transexualidad como un “trastorno mental”. En dirección contraria al consenso médico plenamente aceptado desde hace años, la PDSKJI afirma ahora que las orientaciones e identidades sexuales no mayoritarias son el resultado de influencias externas y que, por tanto, pueden ser “curadas” mediante tratamientos. Unos peligrosísimos planteamientos que han causado un enorme sufrimiento a sus víctimas en todo el mundo y que vienen a sumarse a la tendencia general de estigmatización de la población LGTB en el país.

El gobierno ha cerrado varios sitios LGBT (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero), prohibido emisiones televisadas y pedido la supresión de los emoticones específicos, como los que representan a hombres de la mano, o con la bandera arcoiris, en las aplicaciones de mensajería instantánea. Además, el gobierno de Indonesia ha legalizado una norma para que las cuentas de Tumblr no sean visibles por su contenido LGTB. Una prohibición que apunta directamente a las redes sociales en especial a la conocida Tumblr que, comenzando por aquellas cuentas que disponían de contenido LGTB, finalmente el gobierno ha tomado la determinación de eliminar el acceso a la misma. Azhar Hasyim, director de comunicaciones del Ministerio de Información, comunicó a todos que había mandando un mensaje a la dirección de Tumblr para afirmar que prohibiría todas las cuentas con contenido LGTB apoyándose en la ley indonesia que no tolera la pornografía y que data del pasado año 2008.

El consejo de los Ulemas de Indonesia, la más alta instancia del Islam, pide la criminalización de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Ya no serán sólo “desviadas” sino inconstitucionales, aseguró. Según la prensa, los parlamentarios reflexionan sobre una ley al respecto.

verry-idham-henyansyahHubo en el pasado ataques físicos y verbales contra los homosexuales. Pero la homosexualidad es legal en la mayoría del territorio, salvo en la muy conservadora provincia de Aceh, y los gays viven generalmente tranquilos.

Las causas de la controversia actual no son fáciles de determinar, pero se producen después de presiones de jefes religiosos y conservadores para reforzar la moral pública, con medidas contra la prostitución, la droga y el alcohol. Los más conservadores temen que la comunidad LGBT busque avances considerados como inmorales y contrarios a la cultura indonesia, como el matrimonio homosexual.

Los que trabajan con la comunidad LGBT aseguran por su lado que hay un aumento de abusos y de acoso a través de internet.

El Frente de defensores islámicos, un grupo radical, llevó a cabo batidas en pensiones de la ciudad de Bandung en busca de parejas del mismo sexo. En Yogyakarta, extremistas se congregaron ante una escuela islámica reputada por acoger a alumnos transgénero, antes de descubrir que éstos ya habían abandonado el lugar. “Es cada vez peor. Se ha convertido en algo peligroso para nosotros”, dice Ryan Korbarri, secretario general de la Asociación de defensa de los gays, Arus Pelangi. Esta campaña choca a los defensores de los derechos humanos en el extranjero.

La última excentricidad del alcalde de Tangerang, Arief R. Wismansyah, se produce durante un seminario sobre embarazos al sugerir que la fórmula de la pasta instantánea y la leche envasada hace que los bebés se vuelvan gays. En realidad se está refiriendo al hecho de que el ritmo de la sociedad actual de Indonesia impide a los padres proporcionar a sus hijos una alimentación más tradicional, abusando en ocasiones de comida preparada. Y según él, esta es la causa de que se hayan multiplicado los homosexuales. Todas estas declaraciones podrían incluso hacer gracia, si no fuera porque culminan una creciente escalada de acciones contra la comunidad LGTB que incluso podría llegar a perjudicar un motor de su economía, como es el turismo en la isla de Bali. Son las contradicciones de un gobierno que fomenta la homofobia, a pesar de que la homosexualidad no es delito en Indonesia.

En las últimas semanas un ofensivo hashtag se hacía popular en las redes sociales: #TolakLGBT, que vendría a significar «rechazar colectivo LGTB». Más recientemente activistas musulmanes lideraron una manifestación en contra de los homosexuales con el lema «LGTB es una enfermedad, no un derecho humano». El líder del Islamic People Forum (FUI), Forum del Pueblo Islámico, Muhammad Fuad, decía que «si se legaliza, esta enfermedad sería más contagiosa y dañina para nuestros hijos. ¿Por qué si quiera piden su legalización?». Por otro lado, en Tugu Yogyakart, una manifestación convocada por Solidaritas Perjuangan Semokras (SPD), Solidaridad para Luchar por la Democracia, convocada en apoyo de los derechos de la comunidad LGTB en Indonesia, terminaba en un enfrentamiento físico cuando la policía intentaba disolverla para evitar un choque más violento con FUI.

A veces es fácil olvidar que Bali, la denominada «isla de los dioses», el lugar donde David Bowie pidió que se esparcieran sus cenizas, está en Indonesia. Lejos de la predominancia musulmana del resto del país, la cultura predominante en la isla es la hindú, cuyo principal objetivo es el de atraer a turistas y viajeros de todo el mundo a un lugar completamente globalizado con la capacidad de hacer creer al viajero que está en un privilegiado espacio único y mágico. Un ambiente en el que una pareja de homosexuales quiso celebrar su matrimonio. De nacionalidad indonesia y estadounidense, lo que la pareja pretendía era una ceremonia simbólica, dado que ya estaban casados legalmente en los Estados Unidos. Siendo ilegal el matrimonio igualitario en Indonesia, lo que no pudieron evitar fue el escándalo entre las autoridades locales cuando las fotos del evento se difundieron a través de las redes sociales. Al no poder hacer nada contra ellos, iniciaron una caza de brujas para castigar a toda aquella persona que hubiera contribuido a la celebración de la boda, como la empleada de la compañía Four Seasons Sayan Resort, que organizó la ceremonia de «purificación de karma», que ha sido acusada de blasfemia religiosa y podría ser condenada a pasar hasta cinco años en la cárcel.

Toda esta escalada de despropósitos no demuestran otra cosa que el aumento de un clima hostil para la comunidad LGTB en Indonesia, lo que ha llevado a algunas multinacionales a modificar la manera en la que hacen sus negocios, y una vuelta a la clandestinidad de gays y lesbianas. Un clima que amenaza los fundamentos de la economía local de un destino como Bali, que mueve hasta 80 millones de dólares al año, que ponen en peligro las políticas del miedo y la discriminación, dado que estamos hablando de uno de los destinos turísticos más populares entre la comunidad gay internacional. De hecho, la escena gay nocturna de Bali es una de las más populares de todo el continente asiático, con su propio distrito gay y legiones de espectáculos de dragqueens y go-gós. Contradictoriamente a estas actuaciones, según las estadísticas, se trata de una de las comunidades homosexuales más amplias en Asia, llegando a constituir hasta la cuarta parte de la población total del país. Un colectivo considerablemente amplio que prefiere seguir viviendo en la clandestinidad, antes de compartir su condición con familia y amigos, según un integrante del grupo Nomadic Boys, por presiones sociales y religiosos.

El presidente indonesia Joko Widodo debe “condenar urgentemente esta retórica anti-LGBT de las autoridades antes de que abra la vía a nuevos abusos” comentó la ONG Human Rights Watch. El presidente permanece en silencio pero muchos miembros del colectivo gay confían en él. En efecto, las promesas de Jokowi, como es llamado en Indonesia, de luchar contra los abusos y defender a las minorías le han valido el apoyo de la casi totalidad de la comunidad LGBT, explica Teguh Iman, de Suara Kita, otra organización de defensa de los derechos homosexuales.

Fuente Agencias/Cáscara Amarga/Universogay/Dosmanzanas

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