Asesinada en París Vanesa Campos, mujer trans y trabajadora sexual originaria de Perú
Se llamaba Vanesa Campos y tenía 36 años. Mujer trans, ejercía el trabajo sexual en la noche del 16 al 17 de agosto en el Bosque de Bolonia de París cuando murió asesinada por varios individuos que se dieron a la fuga. Vanesa se enfrentó a la banda, que al parecer buscaba asaltar a uno de sus clientes, cuando estos la golpearon y la dispararon en el pecho.
Los asesinatos de mujeres trans trabajadoras del sexo son una auténtica epidemia en países de América Latina. Basta repasar la lista de asesinatos de personas trans en el mundo que recopila Transgender Europe, un recuento que aunque incompleto (se basa, en la mayoría de los países, en datos parciales) dibuja un panorama desolador. Pero Europa no se libra de la sangría. El último episodio que hemos conocido ha ocurrido en la capital francesa, donde Vanesa Campos, de 36 años y origen peruano, fue asesinada por un grupo de individuos que pretendía asaltar a uno de sus clientes. Armados con cuchillos, palos y al menos una pistola, golpearon a la chica, aunque fue un disparo en el pecho la que le causó la muerte. Se trata, según parece, de un banda organizada que con frecuencia asalta a las trabajadoras del sexo y a sus clientes en los lugares más recónditos del Bosque de Bolonia, un parque de París en el que se ejerce habitualmente la prostitución.
El asesinato de Vanesa Campos, que llegó a París hace dos años en busca de una vida mejor, ha sembrado la consternación en el colectivo de trabajadoras del sexo, cuyo sindicato STRASS (Syndicat du Travail Sexuel) emitía un duro comunicado al respecto. «Hoy lloramos esta pérdida y nos sentimos, como de costumbre, abandonadas. Los asesinatos de trabajadoras sexuales trans no son en absoluto raros. Es un fenómeno recurrente, del que regularmente alertamos a la opinión pública y las autoridades. Desafortunadamente, como siempre, nos encontramos solas», expresan desde la organización que agrupa a las trabajadoras del sexo.
«¿Por qué la vida de las trabajadoras sexuales migrantes trans importa tan poco? ¿Por qué nuestras muertes son tratadas solo como sucesos? ¿Por qué los periodistas son tan ignorantes o irrespetuosos como para hacer titulares sobre la muerte de ‘un travesti prostituido’ y continúan equivocando nuestro género incluso en la muerte? ¿La vida de una puta no importa?», añade el comunicado. «Tenemos la extraña impresión de que nuestras muertes no despiertan ninguna emoción. Para nosotras, nunca hay duelo nacional. Nunca hay una conmemoración oficial. La clase política permanece en silencio. Una vez que los artículos de prensa sensacionalista desaparecen, regresamos al silencio, y volvemos a trabajar con miedo, esperando que quizá seamos la próxima. Nuestas muertes están normalizadas. Una puta que muere es un poco como un personaje de vídeojuego al que se mata, no importa. Es un poco como una broma sexista, nos reímos y seguimos adelante», continúa.
«’No eres una verdadera mujer’. Entendemos lo que significa, que no somos parte de esa humanidad normal que tiene derecho a que se respete su vida. Nos tratan como una subespecie, que pueden aplastar como un insecto, hasta el punto que la Policía, a la que se paga para proteger a los ciudadanos comunes, nos acosa a diario, nos multa y raja nuestras tiendas, nos llama ‘señor’ para humillarnos y nos mantiene detenidas en celdas masculinas, donde los otros detenidos nos agreden», añade.
Un durísimo comunicado que denuncia, además de la insensibilidad ante la situación de las mujeres trans trabajadoras del sexo, el acoso que reciben por parte de la Policía. Una situación que denunciaban también muchas de las mujeres que, vestidas de blanco, acudieron a la concentración en recuerdo de Vanesa Campos que tuvo lugar este viernes 23 de agosto en el Bosque de Bolonia, y que reclamaban la derogación de la ley que desde 2016 castiga a los clientes de la prostitución con cuantiosas multas y que según los colectivos de trabajadoras sexuales únicamente ha servido para estigmatizarlas aún más y hacer su actividad clandestina, lo que las situa en una situación de mayor vulnerabilidad. Los colectivos abolicionistas de la prostitución, por su parte, consideran que precisamente es la pervivencia de esta la responsable de muertes como la de Vanesa. «La prostitución es violación y esclavitud, negarlo es facilitar el acto y balanizar el asesinato de Vanesa y de todas las demás», asegura por ejemplo en un comunicado Mouvement du Nid, que apoya la ley.
Vanesa, descansa en paz.
Fuente Dosmanzanas
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