“El pastor de mi escuela me violaba semanalmente para curar mi homosexualidad”
Espeluznante relato el de Jeff White (en la foto), un hombre de 32 años, abiertamente gay, que denuncia el trauma que sufrió en la escuela religiosa cuando era menor. Un pastor de un colegio baptista en la ciudad de Walls (Misisipi, Estados Unidos), presuntamente lo violó una vez a la semana a lo largo de tres años para que “odiara a los hombres” y “curarle de ser gay”.
Según relata la víctima, los hechos ocurrieron en la década de los Noventa. Sus padres lo habían matriculado a la escuela cuando tenía 14 años, en 1996. Les acababa de confesar su homosexualidad. Los planes de estudios de este colegio, que se basan en las enseñanzas de la Biblia, aseguran que “todos los estudiantes son educados según las verdades de la Palabra de Dios”.
Un pastor de la escuela programó una “cita” semanal con él una vez a la semana, los miércoles. Según el denunciante, en estas citas el sacerdote lo obligaba a tener con él sexo oral y anal. “Él me violaba porque soy gay y porque eso haría que yo odiara a los hombres y me haría cambiar”, Oseguera White.
Steven Barnes, que así se llama el profesor, trataba presuntamente de convencerlo de que ser homosexual “es más doloroso” que no serlo, siempre según explca la víctima. Ahora White trata de salir adelante, con la esperanza de superar su pasado. Según ha contado a medios estadounidenses, todavía está enfadado con el profesor que supuestamente lo violó, pero que “lo ha superado”.
“Después de crecer y ser testigo de muchos de los que todavía han sido perjudicados por la iglesia y por los esfuerzos para corregir la homosexualidad a través de técnicas traumáticas y dañinas como las que se utilizaron contra mí, finalmente me he dado cuenta de que es mi deber levantarme contra los que me han hecho daño”, señala White.
El profesor trabaja hoy en una iglesia cercana, que niega las afirmaciones de White. Han tachado la versión del denunciante como “una gran mentira”.
La víctima trabaja con la policía, el Centro Nacional de Derechos de las Lesbianas (NCLR, en sus siglas en inglés) que le ofrecen soporte jurídico, y el Centro de la Costa del Golfo de Misisipi, grupo de apoyo LGBT, que le ayudaron a sacar a luz la historia.
Cualquier terapia que trate de “curar la homosexualidad” es considerada falsa e inútil por la gran mayoría de asociaciones y escuelas de psicología.
Fuente Ragap
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