Despedida una profesora de música rusa tras ser identificada como lesbiana por las fotos que colgaba en redes sociales
Una profesora de música de una escuela infantil de educación especial de San Petersburgo ha sido despedida después de que un activista homófobo denunciara a la dirección del centro su condición de lesbiana. Todo ello a pesar de que la profesora despedida ni es activista LGTB ni había hecho mención a su condición de lesbiana en el centro: fue su actividad en redes sociales la que la delató. Timur Bulatov, el activista homófobo, se jacta además de haber conseguido el despido de otros 28 profesores por la misma causa.
Timur Bulatov (que utiliza también como pseudónimo el nombre de Timur Isayev) se dedica a rastrear en redes sociales para encontrar pistas que le revelen la condición homosexual de personas que trabajen como profesores para después notificarlo a los colegios y conseguir su despido. Es lo que hizo en el caso de esta mujer, cuyo nombre no ha trascendido a los medios, que mantenía su condición de lesbiana en el ámbito privado: ni es activista LGTB, ni había mencionado su orientación sexual a sus compañeros de trabajo ni mucho menos a sus alumnos (niños discapacitados). Pero lo que sí hacía, confiada, era colgar fotos en redes sociales en las que, entre otras cosas, se la podía ver con su pareja. “Esta profesora se muestra abiertamente en redes sociales como una persona amoral, que según los datos de las redes sociales vive con otra mujer igualmente enferma”, denunció el pasado 8 de diciembre Bulatov a la escuela número 565 de San Petersburgo, cuyo director, Stanislav Vinogradov, llamó a capítulo a la profesora y le pidió que dimitiera. “No puedes trabajar con niños”, le dijo.
La profesora se negó a presentar su dimisión, por lo que el colegio procedió a despedirla acogiéndose al punto 8 del artículo 81 del código de trabajo ruso, que permite despedir a trabajadores del sector educativo por cometer “actos inmorales”, una acusación que la profesora con rotundidad. “Durante todos estos años de trabajo en la escuela he hecho todo lo que estaba en mi mano a mi profesión, desarrollando en los niños el amor por las artes y la música (…) Considerando las capacidades de estos niños, con trastornos de desarrollo de moderados a severos, lo que he tratado es hacer cada lección interesante, educativa y divertida”, ha declarado.
El despido ya ha sido recurrido ante la justicia rusa por la profesora, que cuenta para ello con el soporte del colectivo LGTB Coming Out, y que solicita la restitución en su puesto de trabajo y compensación por el salario perdido y por los daños morales sufridos.
El activista homófobo, detenido por la policía por malversación
Timur Bulatov, mientras tanto, se jacta de haber conseguido ya el despido de 29 profesores LGTB por su orientación sexual. En su perfil de VKontacte, una popular red social rusa (en la que por cierto los homófobos campan a sus anchas), ha dejado además varias imágenes de carácter homófobo. Sin embargo, su entusiasta homofobia podría haberle salido cara, y es que gracias a su reciente protagonismo la policía rusa le habría identificado como un condenado a dos años y seis meses de prisión por malversación de fondos fugado de la justicia desde 2005, antes de que pudiera cumplir su sentencia.
Ojalá Bulatov pase un tiempo en la cárcel y se vea obligado a cesar en su actividad homófoba. En cualquier caso, su trayectoria es buena muestra de hasta donde llega la situación en Rusia, donde la violencia contra las personas LGTB se ejerce tanto contra individuos aislados (es el caso de la violenta red de grupos homófobos Occupy Pedofilyaj, que retiene y tortura a personas a las que suelen tender una trampa) como contra locales de ambiente y por supuesto contra activistas que reclaman sus derechos (el último episodio del que nos hicimos eco ocurrió a finales de octubre, cuando tres activistas fueron asediados en Lipetsk).
Todo ello sin hablar de la homofobia de estado, representada sobre todo por la legislación aprobada en 2013 por el Parlamento ruso, que prohíbe informar positivamente sobre “relaciones no tradicionales” a menores y que ha servido para acallar cualquier reivindicación de los derechos LGTB, con continuadas detenciones de aquellos activistas que valientemente se resisten a permanecer en silencio. También han tenido lugar despidos de funcionarios que declaran abiertamente su orientación sexual y cierres de medios que respaldan las reivindicaciones de los activistas.
La última noticia que nos llegaba de ese país, hace apenas unos días, era la intención de las autoridades de impedir a las personas transexuales obtener el carnet de conducir.
Fuente Dosmanzanas
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