Exalumnos: “El peor trato” por ser LGBTQ+ fue en la escuela católica St. Thomas More
Ellis Clay
Los exalumnos LGBTQ+ de una escuela católica en la Diócesis de Lafayette, Louisiana, han continuado sus esfuerzos para evitar que se implemente en la escuela una nueva política diocesana anti-transgénero.
“Exigimos más” es un grupo de defensa de exalumnos que ha reunido más de 100 testimonios de exalumnos sobre sus experiencias siendo LGBTQ+ en St. Thomas More (STM) Catholic High School. Como organización, el objetivo de Exigimos Más es derogar la política iniciada recientemente. Sin embargo, sus esfuerzos por entablar un diálogo abierto con la escuela han sido rechazados. Ellis Clay, ex alumno y fundador de We Demand More, declaró para The Current LA:
“‘Es realmente preocupante que STM no esté brindando una respuesta pública o privada, especialmente para los estudiantes queer actuales allí. Hay pasos que STM puede tomar para cambiar su cultura en este momento que no están dispuestos a hacer. Si podemos tener un diálogo abierto con ellos de buena fe, podemos hacer esos cambios juntos“.
Clay contó que durante su tiempo en la escuela fue condenado al ostracismo debido a su orientación sexual. Decidió utilizar la narración de historias como una herramienta de empoderamiento para el cambio. Creó un chat grupal con miembros de su clase de graduación y los llamó para que se unieran. Exigimos más comenzó a recibir tracción en las redes sociales, y ex alumnos que datan de 1993 se acercaron para contar sus historias de discriminación.
Cait Marshall (ellos / ellos) es uno de los muchos ex alumnos que valientemente dieron un paso al frente para hablar sobre sus experiencias. Con solo 16 años, se sentían como un objetivo en su escuela, especialmente cuando los maestros hacían que los estudiantes se pararan en lados opuestos del aula en función de si apoyaban o no temas como el matrimonio homosexual. Marshall estaría en un lado de la habitación con sus compañeros de clase y el maestro parados en el otro. Recordaban:
“‘Todos en esa clase sabían que yo era gay. Todos en esa clase sabían que estaba siendo atacado… El peor trato que recibí por ser gay vino entre los 14 y los 18 años, en STM'”.
Cait Marshall
Las “Semanas de moralidad” fueron una serie de una semana en la escuela que incluía una sección sobre sexualidad. Marshall contó un momento en que un maestro hizo un ejemplo de ellos al señalar a Marshall y decirles a sus compañeros de clase:
“’ Si tuviera una hija que me dijera que es lesbiana, nunca la perdonaría, le diría que ore. Le diría que se arrepienta y que Dios la salve, pero no podía aceptarla como es. Los homosexuales están condenados al infierno. Y no quiero tener un hijo que esté condenado al infierno'”.
La marginación no solo fue orquestada por la facultad de la escuela, sino también por la cultura general de la escuela. Al reflexionar sobre la dinámica de los grupos sociales en St. Thomas More, Marshall agregó:
“‘La cultura era, si no eras un atleta masculino, simplemente pasabas desapercibido en su mayor parte, a menos que fueras gay. Sí. Esa fue la única diferencia que no podías simplemente hacer brisa’“.
A pesar de que el ambiente social de la escuela sofocaba las libertades de los estudiantes LGBTQ+, Clay y Marshall encontraron consuelo en sus actividades extraescolares. A los ojos de Marshall, los entrenadores de softbol eran algunos de los únicos miembros de la facultad que buscaban proteger a los estudiantes marginados debido a su identidad sexual y/o de género. La camaradería entre el equipo de oratoria y debate permitió que Clay se sintiera cómodo mientras se destacaba en las artes lingüísticas y se abrió camino para representar a su escuela en las competencias nacionales. Sin embargo, a pesar de estos espacios relativamente seguros, Clay y Marshall temían las repercusiones de ser los únicos estudiantes potencialmente “fuera“.
Como medio para protegerse de cualquier acoso o juicio previsible, Marshall expuso su rutina diaria en el vestuario:
“‘Me vestía de cara a mi casillero. Y luego me sentaba. Me gustaría, mirar alrededor. Sólo me gustaría hacer contacto visual. Estoy hablando y haciendo contacto visual porque Dios no lo quiera, alguien dijo que estaba haciendo algo inapropiado en el vestuario. Era un miedo. Era un miedo. Estaba asustado. ‘”
Los impactos negativos del STM tenían un componente espiritual, testificó Clay. El centro de Los Ángeles informó:
“Su relación con el desgaste de la fe, Ellis [Clay] siguió adelante al participar en Kairos, un retiro de dos días para estudiantes de último año destinado a estudiantes que desean profundizar en la fe y en su relación con Dios. Conciliar su espiritualidad con la retórica de la facultad y el personal de STM resultó difícil, pero Ellis no se ha dado por vencido.
“‘Nunca pude confesar que era gay porque no pensé que estaba mal’, dice Clay sobre la práctica católica de la reconciliación. ‘Ir a Kairos… es lo que haces, y fui. Y pensé que esto era todo para mí y para Dios. Ahora, mi segundo año de universidad, todavía estoy tratando de construir una relación con Dios, queriendo creer que es una posibilidad. Esa escuela te jode, sobre todo si no estás de acuerdo'”.
Los exalumnos y aliados LGBTQ+ han recibido un apoyo abrumador y tienen una fuerte presencia en las redes sociales. Desde Instagram hasta TikTok, los recuerdos personales de antiguos alumnos ilustran cuánto tiempo ha prevalecido la discriminación LBGTQ+ en su antigua institución. A pesar de tales relatos de estudiantes anteriores, ni St. Thomas More ni la Diócesis de Lafayette han hecho ninguna declaración con respecto a estos testimonios. Tanto Clay como Marshall estuvieron de acuerdo en que el silencio dice mucho.
–Anushah Sajwani (ella/ella), New Ways Ministry, 8 de noviembre de 2022
Fuente New Ways Ministry
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