Campaña homófoba contra Emmanuel Macron, el candidato que amenaza con dejar fuera de las presidenciales francesas al anti-LGTB François Fillon
Cuando todo parecía abocado a un enfrentamiento entre una candidatura de extrema derecha (la de Marine Le Pen) y otra de derecha extrema (la de François Fillon, el candidato más explícitamente anti-LGTB de todo el espectro político), la pujanza que está adquiriendo en las encuestas el candidato centrista, Emmanuel Macron, modifica radicalmente el panorama. No es por eso de extrañar que desde ciertas plataformas se haya lanzado una campaña de indisimulados tintes homófobos contra Macron, al que un diputado de Los Republicanos (el partido de Fillon y Sarkozy) ha acusado de estar apoyado “por el lobby gay”.
Numerosos medios recogían este martes la noticia de que Emmanuel Macron ha desmentido que mantenga una relación homosexual fuera de su matrimonio (Macron está casado desde 2007 con Brigitte Trogneux). En realidad, los rumores sobre la homosexualidad de Macron vienen de lejos, y ya en noviembre los desmintió asegurando que “nunca había llevado una doble vida”. La esposa de Macron es veinte años mayor que él, circunstancia que de haberse producido a la inversa no llamaría la atención, pero que en este caso ha contribuido a alimentar las especulaciones.
Este lunes por la noche, sin embargo, Macron se mostraba explicito y se permitía ironizar sobre su hipotética relación con Mathieu Gallet, el actual director general de Radio France, asegurando que en todo caso, dado que en su vida privada no se separa de su esposa, esa relación la habría mantenido “mi holograma” (Macron aprovechaba la frase para hacer una broma sobre la presentación de la candidatura presidencial del izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que se desdobló entre Lyon y Paris gracias precisamente a un holograma).
Lo que no todos los medios recogían es el contexto en el que se producía el desmentido de Macron, cuando desde algunas plataformas informativas vinculadas a Rusia se le acusaba de ser el candidato del “lobby gay”. Muy singularmente destaca la entrevista publicada por la agencia rusa Sputnik al diputado de Los Republicanos Nicolas Dhuicq, que directamente asegura que “uno de los tipos que le apoya [a Macron] es el famoso hombre de negocios Pierre Bergé, socio y durante mucho tiempo amante de Yves Saint Laurent, que es abiertamente homosexual y promueve el matrimonio gay. Hay un verdadero lobby gay, muy rico, detrás de él. Esto creo que lo dice todo”.
El mismo artículo de Sputnik acusa, por cierto, a Emmanuel Macron de ser un agente del establishment bancario estadounidense y de haber mantenido vínculos con Hillary Clinton después de que el pasado 1 de febrero la organización WikiLeaks hiciese público un correo electrónico que demuestra que Macron, por entonces ministro de Economía, fue uno de los invitados a una serie de encuentros que en el año 2015 organizó el primer ministro francés, Manuel Valls, con Clinton. En este sentido, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ha desmentido que esta organización (a la que en los últimos meses algunos han acusado de simpatías prorrusas) esté contribuyendo de forma intencionada a una campaña de desprestigio de Macron, el menos “prorruso” de los tres candidatos que hoy día parecen con posibilidades de hacerse con la presidencia.
Macron, el menos hostil a los derechos LGTB de los candidatos con posibilidades
Emmanuel Macron, antiguo militante socialista y ministro de Economía entre 2014 y 2016, encabeza ahora En Marche!, un movimiento político centrista construido en torno a su persona. Dejando de lado otras consideraciones políticas, lo cierto es que de los tres candidatos que a día de hoy cuentan con posibilidades reales de llegar a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, Macron es sin duda el menos hostil a los derechos LGTB. A la espera de que haga público su programa electoral y se conozcan con precisión sus posiciones en esta materia, se da por hecho su apoyo al matrimonio igualitario y a la adopción homoparental. Posición muy distinta a la del Frente Nacional de Marine Le Pen (si bien la formación de extrema derecha nunca ha querido hacer de su oposición a los derechos LGTB un eje llamativo de su discurso) y desde luego a la de François Fillon, que sí ha hecho bandera de la homofobia (lo que de hecho le permitió obtener el apoyo del sector más conservador de la derecha francesa para derrotar al moderado Alain Juppé en las primarias de Los Republicanos).
Todo ello teniendo en cuenta que, salvo sorpresa, ni el candidato del Partido Socialista ni otros candidatos de la izquierda parecen contar hoy día con posibilidades de pasar a la segunda vuelta de las presidenciales. Por lo que se refiere a los socialistas, la derrota de Manuel Valls en las primarias frente al más izquierdista Benoît Hamon puede considerarse en cualquier caso una buena noticia en clave LGTB, dado el vergonzante bloqueo de Valls a la ampliación tanto a las mujeres sin pareja masculina como a las parejas de mujeres del derecho a recurrir a la reproducción asistida.
Seguiremos con atención lo que suceda en próximas semanas…
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