Suspenden a una enfermera de salud mental británica por llamar «bastardo queer» a un paciente
Katy Bedford es una enfermera de salud mental que ha sido suspendida por llamar «bastardo queer» a un paciente al que se encuentra en un establecimiento de ocio, pero que estaba en tratamiento por dificultades para aceptar su sexualidad.
Un tribunal de comité de conducta y competencia propuesto por el Consejo de Enfermería y Obstetricia (NMC por sus siglas en inglés: Nursing and Midwifery Council) condena a cuatro meses de suspensión a Katy Bedford, enfermera en una institución de salud mental, debido a un incidente que habría tenido lugar el año pasado cuando, estando fuera de servicio, se refiere a una paciente como «bastardo queer» al encontrárselo en un establecimiento de ocio nocturno.
«Se alega que la señorita Bedford, durante el transcurso de la noche, llamó al usuario del servicio A un ’bastardo queer’ y un ‘gran maldito marica’, o palabras con ese efecto (…). El usuario del servicio A estaba teniendo dificultades para asimilar su sexualidad. Posteriormente se retiró de los servicios de salud mental ofrecidos por el Fideicomiso, pero regresó un mes después de ser contratado por el personal», según una declaración del NMC, en la que también se refieren a otro incidente en el que la enfermera Bedford se habría levantado su falda, mostrando su ropa interior a otro paciente en ese mismo establecimiento de ocio.
Al comparecer ante este comité, la señorita Bedford admite el uso de la frase «gran maldito marica», pero insiste en su intención no era referirse de manera despectiva al que había sido su paciente, negando utilizar la expresión «bastardo queer». Sin embargo, el comité considera que «las acciones de la señorita Bedford cayeron significativamente por debajo de los estándares esperados de una enfermera registrada, y que sis acciones equivalían a violaciones del Código», considerando que tal comportamiento es «inaceptable e indigno de una enfermera registrada, independientemente del contexto en el que se produzca».
Teniendo en cuenta los problemas del paciente para aceptar su sexualidad, el comité acuerda que el comportamiento de la enfermera equivale a «una falta grave», agregando que «es necesaria una orden de suspensión para señalar la importancia de mantener la confianza del público en la profesión y para enviar al público y a la profesión un mensaje claro sobre el estándar de comportamiento requerido de una enfermera registrada». De esta manera se justifica como «apropiada y proporcionada» su decisión de suspenderla por un período de cuatro meses, dándole la oportunidad de «reflexionar plenamente sobre sus acciones».
«Nos tomamos muy en serio las cuestiones relativas a la seguridad de los pacientes y las normas profesionales. Tras la investigación, sentimos que este incidente no cumplía con los altos estándares que esperábamos de nuestro personal o los de la profesión de enfermería», declara un portavoz del South West Yorkshire Partnership NHS Foundation Trust, confirmando que la enfermera Bedford ya no es una empleada del Fideicomiso y asegurando que siguen «manteniendo altos estándares para nuestro personal para que los usuarios del servicio reciban el mejor cuidado posible y los servicios se realicen de manera profesional»
Fuente Universogay
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