Pero la decepción mayor se refiere al Sínodo de la Sinodalidad que está teniendo lugar. Ese proceso sinodal fue concebido y convocado precisamente para afrontar la escandalosa realidad de una estructura clasista de la Iglesia Católica. Un tipo de organización eclesial basado en rangos y distinciones que contradicen radicalmente el espíritu del Evangelio» […]
«El Sínodo de la decepción» por Comunidad de Cristianos de Base de Gijón en su boletín 66 del 14 de octubre de 2024
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Nuestro grupo de Cristianos de Base, en su reunión de octubre, se propuso profundizar en la enseñanza del texto evangélico de Marcos 9, 33-40. A modo de presentación del tema se había presentado un texto, que se incluye en este boletín, en el que se resalta la importancia del clericalismo como factor responsable de la tradicional marginación del Evangelio por parte de la(s) iglesia(s) organizada(s). Cuanto más se fue empoderando el estamento clerical tanto más se fue acentuando el secuestro del mensaje de Jesús.
El caso es que Jesús mismo nos había advertido contra esa deformación de la asamblea de susseguidores. El mencionado texto de Marcos 9, 33-40nos pone en guardia contra esa mala gestión eclesial. Decidimos, pues, que ése sería el tema de nuestro debate, y además, la celebración eucarística que tuvimos al final de la reunión versó sobre ese texto de Marcos , y todas las lecturas, plegarias, etc. de la celebración, estaban orientadas a ilustrar y extraer enseñanza de ese pasaje evangélico. Se puede ver el guión de la celebración eucarística en la dirección:
Entre otras cosas, algunas de las intervenciones en nuestro debate insistieron en que la enseñanza que muchos párrocos imparten en sus homilías de las misas son decepcionantes y no se atienen al mensaje de Jesús que deben predicar y divulgar. Se limitan a transmitir las tonterías que les enseñaron en el seminario hace cuarenta o cincuenta años, y el mensaje del Evangelio queda marginado, ignorado…
Pero la decepción mayor se refiere al Sínodo de la sinodalidad que está teniendo lugar. Ese proceso sinodal fue concebido y convocado precisamente para afrontar la escandalosa realidad de una estructura clasista de la Iglesia Católica. Un tipo de organización eclesial basado en rangos y distinciones que contradicen radicalmente el espíritu del Evangelio.
Es decir, en teoría el Sínodo debería poner fin al abusivo poder episcopal. Pero por su propia constitución, los sínodos son asambleas episcopales, no eclesiales en general. Son los obispos quienes tienen voz y voto en los sínodos. En el actual de la sinodalidad, como un favor que se nos concede graciosamente a los laicos y al bajo clero, se nos permitió opinar y hacer propuestas en las primeras fases del proceso sinodal. Pero desde el principio se vio que la jerarquía eclesial no estimuló la participación de la base eclesial en el proceso. Aunque no abiertamente, se procuró la indiferencia e incluso el desconocimiento del laicado sobre el Sínodo y su finalidad.
Como toda clase social privilegiada, el alto clero defiende sus prerrogativas y procura por todos los medios que no se toque la estructura eclesial que es la base y marco de su poder. Quizá la conclusión del Sínodo sea algún cambio en el tema de la situación de la mujer en la Iglesia y la supresión del celibato de los religiosos, y eso nos lo intentarán vender como un gran avance. Pero el Evangelio seguirá marginado, Jesús y su mensaje seguirán secuestrados por el “Magisterio” eclesial. Éste seguirá ocultándonos al Jesús que destestaba a los mercaderes, el Magisterio eclesial es un puntal ideológico del sistema de dominación imperante, el capitalismo que se basa en el mercado.
Dado que que el Sínodo aún no culminó, el tema puede ser retomado para alguna reunión posterior. Para la reunión de noviembre se propone profundizar en el problema ecológico y su relación con el cambio climático. En esta reunión de octubre ya se abordó esa problemática y se vio que, a nivel social, no se la está afrontando debidamente.
Comentarios desactivados en “Francisco: la hora (¿fallida?) de la verdad”, por Jesús Martínez Gordo
Cuatro asuntos capitales para la reforma de la Iglesia, cuatro frenos
“Como teólogo, estoy disfrutando -desde su elección como Papa- de una libertad de pensamiento que no han tenido la gran mayoría de los colegas que me han antecedido. Y que, por fortuna, tambien disfrutan todos los cristianos en el seno de la Iglesia católica”
“Me gustaría que no fuera fallida, pero tengo importantes indicios de que, finalmente, lo va a ser, al menos, en cuatro asuntos que entiendo capitales para el futuro de la reforma de la Iglesia católica en la Europa occidental: el acceso de la mujer al sacerdocio ordenado; la defensa de su dignidad y protagonismo en igualdad de condiciones con los varones; el desalojo del ejercicio y justificación del modelo de un poder unipersonal, absolutista y monárquico que sigue imperando y la apuesta -clara y firme- en favor de una reorganización codecisiva, descentralizada y policéntrica en todo aquello que es opinable, que, por cierto, es mucho;bastante más de lo que se cree“
Reconozco estar sorprendido -y casi alucinado- por la vitalidad de este singular hombre que, con 87 años, se mete entre pecho y espalda un larguísimo viaje a algunas de las “periferias” de la otra parte del mundo y que, por si eso fuera poco, en vísperas de la última sesión del Sínodo Mundial 2024 -que ya se está celebrando en Roma desde el 2 hasta el 29 de octubre- se desplaza -del 26 al 29 de septiembre- a Luxemburgo y Bélgica para celebrar, en este último país, el 600 aniversario de una de las Universidades Católicas más grande del mundo: la de Lovaina. Además, mi reconocimiento por semejante vitalidad va unido al agradecimiento porque, como teólogo, estoy disfrutando -desde su elección como Papa- de una libertad de pensamiento que no han tenido la gran mayoría de los colegas que me han antecedido. Y que, por fortuna, tambien disfrutan todos los cristianos en el seno de la Iglesia católica.
Pero, ya que me he adentrado en el refranero, no me parece que esté de más recordar que “lo cortés, no quita lo valiente”, sin que ello quiera decir que yo lo sea, sino, más bien, que voy a hacer uso de la libertad de la que digo que estoy disfrutando gracias a Francisco. Creo que tengo que emplearla para explicar por qué pongo entre paréntesis e interrogantes eso de que a Francisco le ha llegado la hora(¿fallida?) de la verdad. Me gustaría que no fuera fallida, pero tengo importantes indicios de que, finalmente, lo va a ser, al menos, en cuatro asuntos que entiendo capitales para el futuro de la reforma de la Iglesia católica en la Europa occidental: el acceso de la mujer al sacerdocio ordenado; la defensa de su dignidad y protagonismo en igualdad de condiciones con los varones; el desalojo del ejercicio y justificación del modelo de un poder unipersonal, absolutista y monárquico que sigue imperando y la apuesta -clara y firme- en favor de una reorganización codecisiva, descentralizada y policéntrica en todo aquello que es opinable, que, por cierto, es mucho;bastante más de lo que se cree. Y visto que, es altamente probable que Francisco falle o se quede muy corto en la resolución de estos asuntos, no me queda más remedio que esperar a otro Papa que, además de “abrir procesos” de reforma (como dice y hace el actual), los vaya cerrando de manera creativa y esperanzadora. E, igualmente, desear que no sea del perfil, por ejemplo, de Juan Pablo II y que existan, para entonces, al menos, restos o rescoldos significativos de la Iglesia católica en la Europa Occidental.
El Papa, junto a mujeres en la primera fase del Sínodo Vatican Media
Tengo muchísimas dudas sobre el primero de los asuntos: creo que Francisco va a volver a fallar en las primeras de las urgencias. Lo vengo percibiendo desde el principio de su pontificado, en particular, cuando expuso su programa. Desde entonces, no ha hecho más que repetir -por activa y por pasiva- que “el sacramento del orden sacerdotal está reservado para los hombres”. Por eso, así me parece, ha creado tres comisiones para no llegar a nada y, de esta manera, dar la impresión de que la resolución del problema no es suya. Este modo de proceder se asemeja mucho a lo de estar “mareando la perdiz”.
Pero esto, siendo importante, no es todo. Hace unos días,en la Universidad Católica de Lovaina ha vuelto a repetir -a preguntas de los alumnos y profesores- algo que tambien ha dicho antes de ahora sobre la igualdad de género: “la mujer, en el pueblo de Dios, es hija, hermana, madre”. La dignidad que “caracteriza a la mujer” -ha sentenciado- “no está determinada por consensos o ideologías”, sino “garantizada por una ley original, no escrita en el papel, sino en la carne”.
La Universidad Católica de Lovaina contra el Papa
Dos días después, la Rectora de la Universidad Católica ha publicado un comunicado en el que -tras reconocer “convergencias en relación con las desigualdades ambientales y sociales” con el Papa- critica la “gran divergencia” existente entre la Universidad y Francisco “en lo que respecta al lugar de las mujeres en la sociedad”, manifestando “su incomprensión y desaprobación de la posición expresada por el Papa”. El sucesor de Pedro -sostiene la Rectora- mantiene una comprensión “determinista y reduccionista” sobre el lugar de las mujeres en la sociedad ya que no contempla debidamente la autorrealización de cada uno “independientemente de su origen, género u orientación sexual”.
¡Envidiable libertad la de esta Rectora que me gustaría poder apreciar en otras instituciones, organismos, empresas y ámbitos, incluidos los de la Iglesia, y que muestra que el disfrute de la libertad -al que me he referido más arriba-no es solo personal! Y, a la vez, preocupantes las dificultades que parece tener Francisco para entender y acoger que la reivindicación de la igualdad brota de que todos -independientemente del género- somos iguales en dignidad, derechos, trato y proyectos personales de vida. Creo que también en este asunto, la hora de la verdad de Francisco está resultando fallida. Y, por eso, sospecho que se incrementará el número de las mujeres que no estarán dispuestas a seguir esperando.
El Papa, en su mesa del Sínodo
Y fallida me resulta -al menos, hoy por hoy- la necesidad de desalojar -teórica y prácticamente- la concepción y ejercicio unipersonal, absolutista y monárquico del poder en la Iglesia, así como la apuesta -clara y firme- en favor de un modelo de Iglesia católica codecisivo, descentralizado y policéntrico. Es una conclusión que no puedo evitar cuando oigo a Francisco insistir en la centralidad de la “escucha” en el Sínodo mundial, sin tocar, para nada, dichas concepción y estructura unipersonal, monárquica y absolutista del poder. Es algo que no anuncia nada bueno. Y eso, a pesar de que en la actual Constitución Apostólica sobre el Sínodo se señala que el Papa puede aprobar el Documento final como “magisterio ordinario”, en cuyo caso dicho Documento sería publicadocon su firma junto a la del resto de los miembros del Sínodo.
Si algo de esto sucediera, me encontraría con un Sínodo deliberativo y, sin duda alguna, con la decisión más revolucionaria de todo el pontificado de Francisco. Pero, oído lo oído hasta el presente, no puedo evitar traer a colación y parafrasear -ya que me he adentrado en el refranero y en los dichos populares- que “no creo en las meigas, pero haberlas, las hay”, es decir, que el Papa tiene abierta esa posibilidad, pero a la hora de la verdad no la va a aplicar.
E indicar -si fallara en este pronóstico, es decir, si Francisco procediera en conformidad con tal revolucionaria posibilidad- que no me quedaría más remedio que reconocer -con una inmensa alegría- que me he equivocado, al menos, en lo referente a la superación de un modelo -no se olvide que medieval- de ejercicio del poder unipersonal, absolutista y monárquico, adobado -como lo viene siendo estos ultimos años- con una sinodalidad “escuchante”.
Comentarios desactivados en “ San Pablo hubiese sido fan de la sinodalidad”, por Gabriel Mª Otalora
De su blog Punto de Encuentro:
| Gabriel Mª Otalora
Estamos en el mes del sínodo de la sinodalidad que tanto ha dado que hablar… y callar, más de la cuenta. El recorrido hasta aquí ha sido largo, con una inusual implicación papal en las diferentes etapas hasta llegar a este momento final. Mejor dicho, estamos en el momento inicial ya que todo lo anterior ha sido la preparación para llegar a esta culminación que esperamos ponga las bases del recorrido que nos espera como Iglesia en adelante; con otro talante y actitud.
La Iglesia sinodal nos llama a un cambio profundo como institución, pero, sobre todo, a un cambio personal. Esto lo dice el Papa Francisco una y otra vez, alertando del pecado social de falta de fraternidad. Cristina Inogés (teóloga laica, miembro de la Asamblea de este Sínodo) lo recalca en la primera frase de su último trabajo en Cristianisme i Justicia (cuaderno 238). Las personas y nuestras actitudes son el eje central, tal como lo fue en los primeros tiempos de los seguidores de Jesús cuando trabajaban duro por difundir la Buena Noticia con la palabra y los hechos.
El marco actual no es tan desabrido como entonces, pero Inogés recuerda que la Iglesia nació en un contexto de conflicto y persecución creciendo entre divisiones y tensiones, entre avances y retrocesos. Que se lo digan a Pablo, que trató de vivir y compartir su experiencia evangelizando a la manera de Jesús de manera muy comprometida, aunque menos rígida que una religión. Esto le ocasionó graves disgustos a Pablo porque él primaba la Buena Noticia sobre la institucionalización de la Ley. Los atenienses le ven muy espiritualista y lejano (un dios de madre humana que es denigrado en una cruz y resucita porque él es el Salvador…), y los judíos se enfadan en Corinto porque Pablo les hace la competencia.
Le difaman porque resulta poco convencional al centrarse en vivir el Mensaje por encima de la institucionalización del movimiento que se va formando; esto es importante, pero no lo esencial. Se rodea de mujeres de todo tipo, incluidas algunas inteligentes y de buena posición que incluso le financian alguno de sus viajes; ellas ceden sus casas para las reuniones de las incipientes comunidades. De tú a tú, sin diferencias entre mujeres y hombres. Pablo llama a Febe diakonos; a Pricia le menta por delante de su marido. A Junia, “apóstol de apóstoles”, aunque más tarde pasa a llamarse Junias, en masculino… (¿Quién lo hizo, por qué?).
En las pocas “cartas de Pablo” escritas por sus seguidores, no por él, es cuando aparecen signos de que se relega a las mujeres. Y después de Pablo, se las coloca de nuevo bajo la tutela masculina por influencias helenistas. Pablo entendió que el Mensaje cristiano (amar a todos siempre) era lo esencial, y quizá, la incipiente iglesia cristiana de Jerusalén con Santiago al frente, no lo veía como Pablo… Suena muy actual.
Claro que la Ley es importante, pero el aferrarse a ella como signo y esencia, a la vez, descentra la enseñanza de Cristo. Ocurrió con el Templo de Jerusalén y la deriva esencialista que vivió Jesús. Todavía estamos dando vueltas a si Jesús fundó la Iglesia, o le encomendó a Pedro hacerlo. Lo esencial es el estilo de vida, pues Jesús no nos dejó una estructura de Iglesia diseñada. En esto Pablo lo vio mejor que otros, y además lo hizo ejemplarmente, pues no dejó de trabajar para vivir mientras predicaba entendiendo el servicio de una manera radical.
Su testimonio tuvo que ser alucinante para el siglo I: Dios salva a quienes se tomen en serio amar, no a quienes escuchan palabras sabias, sino palabras “locas”. Y si buscas la sabiduría de otra manera te extravías. Que la esencia de todo está en ese Crucificado, escándalo para los judíos, y locura para los intelectuales. Que lo débil ha sido escogido para fortalecer, y lo herido, para sanar…
La fe hay que vivirla con autenticidad, aceptando las diferencias y las fricciones, porque si no nos escuchamos y aceptamos, es imposible vivir la comunidad eclesial que tanto defendemos, pero que tan mediocremente vivimos por la actitud poco predispuesta al cambio personal para lograr el cambio comunitario, que es a lo que el Papa nos alienta ahora para que el camino abierto sea fructífero. En el centro solo está Cristo (y quien dice Cristo, dice el prójimo); no los párrocos, los obispos ni tan siquiera el Papa. Mucho menos la estructura eclesial o los rituales, signos de lo verdaderamente esencial.
Bienvenido, Sínodo de comunión transformadora, donde la lógica del servicio acabe con la lógica del poder y todos y todas puedan sentirse acogidos en la Iglesia, comunidad y casa de amor fraterno.
Comentarios desactivados en ¿Homofobia en el Sínodo? El jesuita James Martin cuenta lo que tuvo que escuchar
“Las palabras ‘repugnante’, ‘repulsivo’ y ‘enfermizo’ se utilizaban regularmente”
James Martin, quien ha contado su experiencia al respecto en un artículo en la revista America, donde afirma que “las palabras ‘repugnante’, ‘repulsivo’, ‘antinatural’ y ‘enfermizo’ se utilizaban regularmente en las conversaciones conmigo”
“1) Las cuestiones LGBTQ son una ideología; 2) Es una forma de neocolonialismo; 3) Es una causa occidental; 4) Apoyar a las personas LGBTQ significa abrazar a la Iglesia opositora y sus enseñanzas; y 5) Las personas LGBTQ odian la Iglesia”, resumen Martin de sus conversaciones con otros padres sinodales
“Algunos delegados dijeron que las personas LGBTQ o no existen o simplemente se suscriben a una ideología (que los hace homosexuales). Un arzobispo africano me dijo: ‘La razón por la que la gente en mi país es homosexual es porque los estadounidenses les pagan para que sean homosexuales’”
¿Homofobia en el Sínodo de la Sinodalidad? Sí, al menos en el círculo en el que se movió el jesuita y padre sinodal James Martin, quien ha contado su experiencia al respecto en un artículo en la revista America, donde afirma que “las palabras ‘repugnante’, ‘repulsivo’, ‘antinatural’ y ‘enfermizo’ se utilizaban regularmente en las conversaciones conmigo”.
“Puedo decir que el año pasado algunos delegados hicieron contribuciones que iban más allá de la oposición que había escuchado previamente de los líderes de la Iglesia” en relación con la cuestión del acompañamiento pastoral al colectivo LGBTQ, escribe el religioso estadounidense, aún sorprendido por la intensidad de la oposición a las personas queer entre los miembros del Sínodo.
En conversaciones sobre todo con sinodales procedentes de las iglesias de Europa del Este y África, Martin, uno de los pioneros en la pastoral con este colectivo enumera en su artículo -que recoge el portal Katholisch– los siguientes aspectos recogidos en esos diálogos: “1) Las cuestiones LGBTQ son una ideología; 2) Es una forma de neocolonialismo; 3) Es una causa occidental; 4) Apoyar a las personas LGBTQ significa abrazar a la Iglesia opositora y sus enseñanzas; y 5) Las personas LGBTQ odian la Iglesia”.
Now in @americamag: “I listened to Synod delegates opposed to LGBTQ issues. Here are my responses.” The result of a year-long listening project with Synod delegates and Catholic leaders around the world, especially Eastern Europe and Sub-Saharan Africa. https://t.co/U4YfhdtnFA
El considerar las reivindicaciones de este colectivo como una forma de ideología fue “un fuerte prejuicio por parte de los clérigos y miembros del sínodo” con el que se encontró Martin duranta la primera fase del sínodo, celebrado en el Vaticano en octubre de 2023.
“Algunos delegados dijeron que las personas LGBTQ o no existen o simplemente se suscriben a una ideología (que los hace homosexuales). Un arzobispo africano me dijo: ‘La razón por la que la gente en mi país es homosexual es porque los estadounidenses les pagan para que sean homosexuales’”.
Junto con esto, también se encontró varias veces con padres sinodales que afirmaban que el de la homosexualidad era una forma de neocolonialismo. “’Esto nunca ha sucedido en nuestro país’, me dijo un obispo. Es ‘una importación’, dijo otro. ‘Un visitante no deseado’, dijo otro”, rememora Martin, quien en los últimos tiempos se ha convertido en un objetivo de los movimientos más conservadores dentro de la Iglesia católica.
Comentarios desactivados en “El papa Francisco bloquea los temas más candentes del Sínodo”, por José Melero Pérez
De su blog Se hace camino al andar:
“Las esperanzas de una Iglesia actualizada se han desvanecido”
“En el próximo mes de octubre, estarán ausentes del debate sinodal los temas más importantes y urgentes que necesita la Iglesia para ser debatidos, como condición inexcusable para conseguir que sea una Iglesia en salida”
“El papa Francisco es quien decide los temas que se pueden debatir en el Sínodo de octubre, pero también los temas que deben quedar al margen… Esos temas son: el diaconado femenino, y por supuesto el sacerdocio femenino, el celibato opcional del clero y la pastoral LGTBI”
“Habría que añadir los temas que también consideró inamovibles en el décimo mandamiento de los diez que se propuso cumplir: aborto, divorcio, matrimonio homosexual, la eutanasia o el uso de anticonceptivos”
“Considero que el bloqueo a debatir todos esos temas, que los teólogos y creyentes progresistas consideramos imprescindibles para construir una Iglesia en salida que empiece a andar hacia un rumbo alejado de la tradición, es poner más palos a la rueda del progreso”
El papa Franciscoes quien decide los temas que se pueden debatir en el Sínodo de octubre, pero también los temas que deben quedar al margen, al considerarlos intocables, irrevocables e incuestionables. Esos temas son: el diaconado femenino, y por supuesto el sacerdocio femenino, el celibato opcional del clero y la pastoral LGTBI.
Habría que añadir los temas que Francisco también consideró inamovibles en el décimo mandamiento de los diez que se propuso cumplir. Lo dijo con estas palabras: “No podemos seguir insistiendo en cuestiones referentes al aborto, al divorcio, al matrimonio homosexual, a la eutanasia o al uso de anticonceptivos“.
Considero que el bloqueo a debatir todos esos temas, que los teólogos y creyentes progresistas consideramos imprescindibles para construir una Iglesia en salida que empiece a andar hacia un rumbo alejado de la tradición, es poner más palos a la rueda del progreso. Francisco viene a decir: “La Iglesia mantiene un matrimonio indisoluble con la tradición y no está dispuesta a separarse de ella, por mucho que insistan aquellos que desearían un cambio de rumbo, ya que eliminaría sus señas de identidad mantenidas durante casi dos milenios.”
Análisis de los temas bloqueados por Francisco
1. Sobre el diaconado de la mujer
En una exhortación apostólica, el papa Francisco reclamaba que era “necesario ampliar los espacios para una presencia femenina en la Iglesia, concretamente en los distintos lugares donde se toman las decisiones importantes”. El acceso de las mujeres al diaconado lo dejó abierto, pero ahora lo ha cerrado, echando marcha atrás. Así de claro lo ha manifestado: ‘Si se trata de diáconos con el Orden sagrado; ¡NO …las mujeres prestan un gran servicio como mujeres, no como ministras’. También ha rechazado el sacerdocio femenino, echando un cerrojo a la igualdad entre hombres y mujeres, manteniendo el patriarcado antievangélico.
El teólogo progresista Juan José Tamayo cree que el gran escándalo de la Iglesia Católica, y desde hace siglos sin que haya cambiado nada, es la marginación de la que son objeto las mujeres. “Esto me parece no sólo un escándalo, sino la mayor contradicción porque va en contra del movimiento de Jesús de Nazaret, que es el punto de partida de la Iglesia y que fue un movimiento igualitario de hombres y mujeres, sin discriminación por razones de género. Creo que esto es lo que hoy más desacredita a la Iglesia Católica, donde las mujeres siguen estando discriminadas y siendo una mayoría silenciada”.
El Papa parece desconocer que la igualdad entre hombres y mujeres está explícita en la carta paulina a los Gálatas: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”. (Gálatas 3:28)
También parece desconocer que Jesús acogió a las mujeres entre sus discípulos más cercanos: “Después de esto, iba por los pueblos y las aldeas predicando el Reino de Dios. Le acompañaban los Doce y algunas mujeres: María Magdalena, Juana, mujer de Cusa, administrador de Herodes, Susana y algunas otras discípulas, las cuales le asistían con sus bienes “(Lucas 8:1-5).
Es incuestionable, pues, que el Vaticano y el Sucesor de Pedro deben reconocer el apostolado realizado por hombres y mujeres en condiciones de igualdad en las primeras comunidades cristianas.
2. Sobre el matrimonio de los homosexuales
A lo más lejos que ha llegado la Iglesia es aceptar una bendición simple, de unos 20 segundos de duración, de parejas homosexuales, remarcando que son relaciones irregulares.
Las sociedades democráticas ya aceptan los matrimonios entre parejas del mismo sexo, superando en derechos humanos a la Iglesia, porque no ven en esas uniones nada irregular, como así lo considera la OMS y el propio Dios: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. (Génesis 1.31)
3. Sobre el celibato opcional del clero
El celibato opcional es una demanda cada vez más solicitada por los sectores progresistas del clero y de los creyentes. Es incuestionable que el celibato obligatorio es factor de riesgo para desvíos de tipo sexual y comportamientos pederastas.
Según Gerardo Di Fazio: “ La Iglesia Católica está formada por 24 expresiones distintas. Sólo el rito latino, que hoy tiene como cabeza al Papa Francisco, continúa con la disciplina del celibato sacerdotal.
¿Dónde, cómo y por qué surge esta disciplina? Hasta el año 1022 (hace exactamente mil años) muchos sacerdotes estaban casados, era lo normal y lo natural. De hecho, el primer papa, Pedro, lo estaba. Y entre los apóstoles de Jesús, sólo Juan era soltero.
En agosto de ese año, más precisamente en el Sínodo de Pavía, entre el papa Benedicto VIII y el rey Enrique II de Sajonia -más tarde consagrado Santo-, decidieron que los sacerdotes fueran célibes”.
4. Sobre el preservativo
El uso del preservativo continúa siendo un tema tabú para la Iglesia. El Papa afirmó que sólo puede utilizarse moralmente cuando uno de los miembros de la pareja sufra una enfermedad de transmisión sexual como el sida. Una medida muy restrictiva que no contempla que sea un medio de control de la natalidad, cuando él mismo dijo que es una irresponsabilidad tener a muchos hijos, y un medio de evitar contagios. Continúa, por tanto, la prohibición del uso libre del preservativo y de los anticonceptivos en general, con graves consecuencias como las que ocasionó Teresa de Calcuta, que a pesar de haber dedicado toda su vida a los pobres, estuvo en contra del preservativo siguiendo la moral de la Iglesia, provocando un empobrecimiento de centenares de familias que tuvieron más hijos de los que podían mantener.
5. Sobre el divorcio
Otro de los temas que la Iglesia mantiene como intocable es el divorcio, al considerar el matrimonio sacramental como una unión indisoluble entre un hombre y una mujer. El matrimonio para toda la vida es una utopía, porque la realidad muestra que el amor y la buena convivencia entre los dos cónyuges no siempre es permanente, pudiéndose generar una situación de sufrimiento y enfrentamiento por diversos motivos como infidelidades o maltrato machista. Peor aún si el matrimonio tiene hijos, porque ellos son los que más sufren esa situación, dejando huellas traumáticas. El divorcio en esa situación es necesario para salir de un infierno y reencontrar un nuevo amor. Incluso es una opción cristiana plausible porque Jesús lo que desea es que nos amemos los unos a los otros, y no que una pareja se esté tirando los platos todos los días. Además, no es partidario del sufrimiento al afirmar que “deseo misericordia y no sufrimiento”.
6. Sobre la eutanasia
Otro tema rechazado por la Iglesia es el derecho a morir dignamente cuando los medios paliativos son ineficaces para que el enfermo soporte el dolor y se encuentre en una fase terminal. Una vez más la Iglesia se muestra contraria a las palabras de Jesús, que prioriza la misericordia al sufrimiento.
7. Sobre el aborto
La Iglesia debería debatir el aborto terapéutico, que es aquel que se realiza en el caso de que la vida de la madre corra un alto riesgo; también cuando el feto presenta una grave y dolorosa malformación que hace que su vida sea inviable. De nuevo resuenan las palabras de Jesús que prioriza la misericordia al sufrimiento.
Conclusión
En el próximo mes de octubre, estarán ausentes del debate sinodal los temas más importantes y urgentes que necesita la Iglesia para ser debatidos, como condición inexcusable para conseguir que sea una Iglesia en salida, opuesta a la actual, cerrada a cal y canto por la tradición. Las esperanzas de una Iglesia actualizada se han desvanecido por el giro tomado por el papa Francisco de vuelta a la Iglesia tradicional. De ese modo, el modelo de la Iglesia actual no encaja ni en el evangelio, ni en los valores de las sociedades democráticas.
De todos modos, es poco probable que esos temas llegaran a buen fin si fueran tratados en el Sínodo, porque a pesar de incluir laicos y mujeres con voz y voto , la presencia de curiales es mayoritaria. Además, la última decisión siempre será del Papa, como afirma un colaborador de Bergoglio. Siendo así, la jerarquía siempre tendrá la sartén por el mango, al conservar la Iglesia la estructura jerárquica-piramidal-antidemocrática propia del Antiguo Régimen, demolido por la Revolución Francesa en 1789, hace 235 años, para sustituirlo por la democracia. Este Sínodo no va a suponer un paso para adelante, sino más bien, como afirma Jesús Bastante en RD, “será un paso para atrás, ya que orilla la mayor parte de las reivindicaciones de los sectores progresistas en la Iglesia (sacerdocio femenino, celibato opcional, pastoral LGTBI…), que no se debatirán entre los padres (y madres) sinodales”.
-Sobre la homosexualidad, el Papa mantiene la desaprobación de las relaciones entre personas del mismo sexo. De entrada, cabe decir que en ninguno de los cuatro evangelios aparece una referencia a la homosexualidad. Jesús no habla de ello, y eso significa que para él este tema no le suscitaba interés. (“Quien calla, otorga”.)
-Pero Pablo sí habla en contra de la homosexualidad. En la primera carta a los Corintios (6,9-10), dice: “¡No se hagan ilusiones! Ni quienes llevan una vida inmoral, ni los adúlteros, ni quienes tienen relaciones sexuales con otros hombres, … poseerán en herencia el Reino de Dios”.
-Pablo participa del pensamiento judío radicalmente contrario a la homosexualidad.
-La Organización Internacional para la Salud (OMS) ya afirmó que la tendencia homosexual no es ninguna anomalía ni enfermedad. Simplemente forma parte de la diversidad de la condición humana.
-Yo creo que la unión de una pareja homosexual debería ser acogida por la Iglesia con una celebración de oración y bendición, sin incluirla necesariamente en el sacramento del matrimonio.
-Sin embargo, la iniciativa del Papa para que se aporten reflexiones sobre este y otros temas relacionados con la situación actual de la familia, no deja de ser un reconocimiento de que es posible cambiar esta y otras doctrinas retrógradas.
¿A qué conclusión llegas del papel que está haciendo el papa Francisco por la actualización de la Iglesia?
Quiero concluir que el papa Francisco se ha encontrado con una Iglesia muy inmovilista en todos los niveles. Esto hizo tomar conciencia al Papa de que era urgente renovarla para acercarla al Evangelio y a los nuevos valores emanados de los Derechos Humanos. Es una paradoja que la Iglesia primitiva significó un avance considerable al reconocer la dignidad humana, basada sobre todo en la igualdad entre hombres y mujeres, entre culturas diferentes, entre etnias…etc., mientras que en pleno siglo XXI son las sociedades democráticas las que están dando lecciones a la Iglesia.
Es de gran valor que el papa Francisco haya decidido actualizar la Iglesia para salir del inmovilismo, aunque sea demasiado tarde. Él ha comenzado una nueva etapa, que debe ser un punto de partida para que los siguientes pontificados sigan trabajando en las reformas que él ha iniciado. La aceptación y realización de estas reformas dependen de todo el pueblo de Dios, empezando por la alta jerarquía, por el clero y por los creyentes. Si no fuera así, la mentalidad reformadora del papa Francisco quedaría en papel mojado.
Comentarios desactivados en “Las mujeres seguimos siendo ‘una piedra en el zapato eclesial'”, por Consuelo Vélez.
De su blog Fe y Vida:
“Sin novedad, el Instrumentum laboris para la próxima Asamblea Sinodal”
“Las mujeres, como siempre, son el complemento: para presentar a los ponentes o para dar algún “testimonio”. Pero aquello que es central y fundamental, sigue en manos del clero”
“Sabemos que en el aula sinodal hay varias mujeres que afirman que no necesitan de más apertura de la que hay. Pero las preguntas son obvias: ¿Quiénes están allí? ¿por qué fueron invitadas?”
“Es demasiado difícil que quien está ejerciendo un cargo, repiense su cargo, reconozca que hay que transformarlo y se disponga a afrontar algo nuevo”
“La iglesia institución, se mantendrá al margen de este caminar y cuando se dé cuenta, no habrá muchos que estén esperando su respuesta. Pero los que nos dedicamos explícitamente a estas reflexiones, seguimos insistiendo y empujando a ver si algún día los pasos se acompasan”
Ya se intuía que el Instrumentum laborispara la próxima asamblea en Roma en octubre 2024, del sínodo sobre la sinodalidad, no tendría mucha novedad. Y, al leerlo, se confirma la intuición. En realidad, presenta la fundamentación eclesiológica de una iglesia sinodal ante lo cual nada que añadir, haciendo los énfasis que conocemos y que ha de ponerse en práctica: más participación laical por la dignidad bautismal y un ejercicio diferente del ministerio ordenado, incluido el papado para dar un testimonio más creíble de una iglesia con participación y corresponsabilidad de todos sus miembros.
Pero hagamos algunos comentarios para seguir pensando cuál es la realidad eclesial que pretendemos reformar y lo difícil que sigue siendo. A muchas personas les llamó la atención que el documento fuera presentado sólo por clérigos. Algún periodista en esa presentación, cuestionó ese hecho, pero la respuesta fue la justificación internalizada que tienen los que coordinan el sínodo, expresado más o menos así: somos los que dirigimos esto, por eso estamos aquí. Es decir, ni siquiera pasa por sus cabezas el comenzar a romper las formas de funcionar existentes para ir concretando la sinodalidad. Las mujeres, como siempre, son el complemento: para presentar a los ponentes o para dar algún “testimonio”. Pero aquello que es central y fundamental, sigue en manos del clero.
Algo rescatable del documento, es constatar que las mujeres seguimos siendo “una piedra en el zapato eclesial” y por eso hay bastantes referencias al papel de las mujeres en la Iglesia, pero siempre dando vueltas a lo mismo: abrir espacios a las mujeres, pero “lejos” del ministerio ordenado. Y pareciera que la iglesia es consciente de que, sin abrir espacios a las mujeres, la institución eclesial no puede ser “creíble”, de ahí, que justifiquen, por un lado y por otro, tal vez para convencernos, de la importancia de las mujeres y de todos los espacios que podemos ocupar, sin que sigamos insistiendo en los ministerios ordenados.
Quien sabe si esta insistencia que no se está pudiendo ocultar, logre cambiar, ojalá más temprano que tarde, esa barrera frente a la participación plena de las mujeres en la Iglesia. Veremos cómo sigue este camino. Sabemos que en el aula sinodal hay varias mujeres que afirman que no necesitan de más apertura de la que hay. Pero las preguntas son obvias: ¿Quiénes están allí? ¿por qué fueron invitadas? ¿qué puesto ya “de hecho” ocupan en la instancia eclesial? Nada que ver con la multitud de escritos y conferencias que teólogas y mujeres comprometidas con la vida eclesial dan por el mundo pidiendo esa participación plena. Pero pocas de estas voces, consiguen asomarse en esos muros vaticanos.
El documento afirma que las asambleas continentales han sido una experiencia muy positiva para las conferencias episcopales que nunca se habían reunido de esa forma. Podrían haber recogido la rica y valiosa experiencia de la iglesia latinoamericana con sus cinco conferencias episcopales. Pero no pareciera que la iglesia de este continente fuera muy relevante. Más aún, si se revisa el nombre de los integrantes de los equipos y comisiones nombrados para el sínodo y para continuar con la reflexión de los temas que el Papa considera, necesitan más estudio, la presencia latinoamericana no es muy significativa. Nuestra iglesia sigue siendo muy eurocéntrica y lo periférico es solo una pequeña “muestra”.
Viendo la constitución de las diez comisiones y su referencia a los dicasterios romanos que Francisco propuso, recordé que en los inicios del Concilio Vaticano II se pensó en encomendar a cada dicasterio romano la temática que le correspondería, facilitando la reflexión y, de esa manera, el Concilio terminaría pronto. Cuando se determinó que no fuera así, -mirándolo desde el hoy-, se constata como esa desinstalación permitió dar los frutos de ese concilio.
Haciendo analogía con el momento actual, me pregunto si algo nuevo podrá salir de allí. Es demasiado difícil que quien está ejerciendo un cargo, repiense su cargo, reconozca que hay que transformarlo y se disponga a afrontar algo nuevo. Sinceramente, aunque no es imposible, me parece muy difícil que estas estructuras logren movilizarse y veremos, si de aquí a junio del 2025 -fecha en la que dijeron, estas comisiones darían sus resultados- alguien recuerda que se estaba estudiando y celebra sus resultados.
El documento nombra cinco veces a los “pobres” y la necesidad de escucharlos. Se refiere una vez a los migrantes y una vez la “casa común”. Pero el grito de los pobres es un “tema” para estudiar en una de las comisiones y su rostro “múltiple” no se explicita. Dice que hay que incluir a todos, pero es incapaz de nombrar a la diversidad sexual que con tantos rechazos se encuentra en la vida eclesial. Refiriéndose a las mujeres señala que hay que prestar atención al lenguaje en las imágenes bíblicas, predicaciones, catequesis, etc. Esto es muy positivo, la lástima es no decir lenguaje “inclusivo”,para responder a tantos, en la sociedad y en la iglesia, que rechazan este término.
Claramente se ha explicitado que el sínodo es sobre la sinodalidad y por eso las “particularidades” se dejan para los “expertos” que las estudien en otro momento. No parece la consecuencia lógica con la etapa de escucha en la que se expresaron todas las particularidades -que son más que eso, porque son estructuras de poder que desdicen de la Iglesia- y frente a las cuáles la gente se ilusionó que fueran tratadas y se dieran respuestas adecuadas.
En fin, en la práctica, la mayoría del Pueblo de Dios no tiene mucho interés en este proceso sinodal. Independiente de lo que se diga en el centro eclesial, la gente sigue viviendo su fe y abriendo nuevos caminos para entenderla, expresarla y celebrarla. Y una vez más, la iglesia institución, se mantendrá al margen de este caminar y cuando se dé cuenta, no habrá muchos que estén esperando su respuesta. Pero los que nos dedicamos explícitamente a estas reflexiones, seguimos insistiendo y empujando a ver si algún día los pasos se acompasan. De ahí este escrito, aunque sea para decir lo difícil que resulta la reforma de la Iglesia.
Comentarios desactivados en El informe del Sínodo de Obispos de Estados Unidos reconoce las tensiones LGBTQ+, pero no ofrece propuestas
La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos ha publicado su próxima síntesis nacional para el Sínodo sobre la Sinodalidad, y el documento señala las apasionadas tensiones entre los católicos estadounidenses, incluidos los desacuerdos sobre cuestiones LGBTQ+.
La National Synthesis of the People of God in the United States of America for the Interim Stage of the 2021-2024 Synod, (Síntesis Nacional del Pueblo de Dios en los Estados Unidos de América para la Etapa Interina del Sínodo 2021-2024), extraída de más de 1,000 sesiones de escucha que involucraron a más de 35,000 participantes, informó que los participantes articularon dos esperanzas para el catolicismo: que sea un Iglesia de “Puerto Seguro de certeza, apertura y misterio profético [que] está en el corazón de nuestra Comunión Ardiente”.
Como iglesia de Puerto Seguro, la USCCB reconoce que muchos participantes en las sesiones de escucha creen que “‘La Iglesia está en su mejor momento cuando es cálida, acogedora y se centra en la construcción de comunidades y en hacer más por otras personas’ (Región XII)”. El informe también reconoce que la Iglesia es una comunidad muy diversa y que los católicos estadounidenses quieren centrarse en la construcción de comunidades diversas. El informe decía:
“‘Nuestros participantes hablaron sobre su necesidad de una comunidad de compasión y apertura. Nuestra Iglesia es el lugar de la comunidad más auténtica, donde estamos en comunión con nuestro Señor y nuestro prójimo. Nuestro pueblo compartió su anhelo por esa comunidad auténtica’ (Región II)”.
El documento también presta considerable atención a las profundas tensiones entre los católicos, que la USCCB decide llamar “Comunión Ardiente”. Es en esta sección donde se analiza brevemente a las personas LGBTQ+. El informe cita sesiones de escucha para resaltar una ambigüedad reportada por los participantes: “Algunos ‘fueron desafiados por la ‘indecisión’ de la Iglesia, por la ‘falta de reverencia’ y por la percepción de que la Iglesia está cambiando los métodos tradicionales y aceptando las cosas actuales en contra de nuestra reglas de la iglesia’ (Región III)”. El informe continúa: “‘Algunos están muy preocupados por cómo responde la Iglesia a las personas LGBTQ y otras personas marginadas… otros quieren mantenerse firmes en las enseñanzas de la Iglesia y no rehuir la verdad’ (Región VIII)”.
En última instancia, el documento admite que estas tensiones exigen una “respuesta profética”, al tiempo que ofrecen un “puerto seguro” y abrazan la “comunión ardiente”. Aparte de las continuas conversaciones sobre el desacuerdo, el informe no ofrece una respuesta tan profética.
El informe del Sínodo de la USCCB dedica un tiempo considerable a abordar la confusión en la iglesia. Estas preocupaciones no son nuevas para los católicos LGBTQ+, aunque el informe las presenta como ambiguas:
“Numerosos informes de las sesiones de escucha citaron casos de comunicación, tanto de la jerarquía como de los medios seculares y católicos, que reflejan y perpetúan la división dentro de la iglesia universal y envían mensajes contradictorios sobre lo que significa ser católico. Cuando la comunicación de la Iglesia no es clara y coherente, se convierte en un obstáculo para la misión”.
Según el informe, esta confusión se traduce en una tensión entre que la iglesia tenga un espíritu acogedor y la necesidad de articular las enseñanzas de la iglesia:
“Una tercera área de desacuerdo que surgió en muchas de las sesiones de escucha fue la tensión entre un espíritu acogedor y la necesidad de articular las enseñanzas de la Iglesia. Hay un anhelo de incluir a aquellos que tienen sed de Dios pero que también han experimentado un rechazo sistemático: ‘[M]uchos expresaron que conocen a personas que luchan por ser aceptadas por la iglesia debido a su género (especialmente LGBTQ+) y estado civil (divorciados, o matrimonio fuera de la iglesia). Mucha gente se siente herida por la Iglesia y no está dispuesta a volver” (Región III). De manera particular, los participantes reconocieron que muchas personas “buscan un espacio de auténtica pertenencia en la Iglesia, y ante los ojos de Dios todos son bienvenidos” (Región IX). Se señaló que la Iglesia se convierte en “una poderosa fuerza de compromiso cuando nutrimos, damos la bienvenida y activamos a los fieles, incluso con sus desafíos”, fomentando la inclusión de muchos, incluidos los pobres (Región VI). Además, “ha habido una falta de atención a las necesidades de las personas con discapacidades, los discapacitados… Es necesario llegar a las familias con miembros discapacitados” (Región XIV)”.
Más allá de las cuestiones LGBTQ+, el informe reconoce que la mayoría de los participantes expresaron un deseo de una mayor participación, especialmente de los jóvenes, en la vida de la iglesia. El informe también expresó la preocupación de los participantes sobre el clericalismo y la necesidad de que las mujeres ocupen más roles de liderazgo en la iglesia.
Si bien el informe sugiere que las cuestiones LGBTQ+ deben abordarse de maneras nuevas y más profundas en la próxima fase del Sínodo, no ofrece propuestas para crear un mayor espacio de acogida para los católicos LGBTQ+ en la vida de la Iglesia. La mayoría de los participantes en general mantienen la esperanza sobre el proceso sinodal, según el informe, que concluye con un sentimiento que los católicos LGBTQ+, sus familias y aliados han escuchado muchas veces antes: “Sin embargo, queda un largo camino por recorrer”.
—Kevin Molloy (él/él), New Ways Ministry, 8 de junio,
Comentarios desactivados en “El amor de Dios sin limitaciones” Ante la homosexualidad: Sínodo, teología y espiritualidad.
“Para quien lea sin prejuicios la Declaración Fiducia supplicans. Sobre el sentido pastoral de las bendiciones, razonada bíblica y pastoralmente, puede comprender la intención y sentido de un texto acorde con la línea papal de acogida fiel al amor y misericordia de Dios”
“Ante la novedad de esta práctica el cardenal Parolin habla de ‘progreso en la continuidad’ y de apertura a los signos de los tiempos en fidelidad al Evangelio y la Tradición. Es ‘un punto delicado que necesitará mucho estudio'”
“Interpretando el texto y su invitación a profundizar el amor de Dios en especial ante situaciones de personas consideradas al margen, se plantea, por tanto, la necesidad de una reflexión amplia y dialogada, con libertad y audacia”
“La concreto desde tres campos: el Sínodo, la teología, la espiritualidad”
La Declaración Fiducia supplicans. Sobre el sentido pastoral de las bendiciones aprueba ”la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio”.
Para quien lea sin prejuicios esta Declaración, razonada bíblica y pastoralmente, puede comprender la intención y sentido de un texto acorde con la línea papal de acogida fiel al amor y misericordia de Dios. Se entiende como “una semilla del Espíritu Santo que hay que cuidar y no obstaculizar” y que invita a profundizar lo que significa e implica el amor incondicional de Dios que llama ”a aprender no a maldecir, sino bendecir”. Ante la incomprensión de quienes no admiten tales bendiciones, el mismo Papa ha respondido pastoralmente: “Se bendice a las personas, no al pecado”.
Ante la novedad de esta práctica el cardenal Parolin habla de “progreso en la continuidad” y de apertura a los signos de los tiempos en fidelidad al Evangelio y la Tradición. Es ”un punto delicado que necesitará mucho estudio”.
Interpretando el texto de la Declaración y su invitación a profundizar el amor de Dios en especial ante situaciones de personas consideradas al margen, en este caso, por sus convicciones y formas de vida sexuales, se plantea, por tanto, la necesidad de una reflexión amplia y dialogada, con libertad y audacia. La concreto desde tres campos: el Sínodo, la teología, la espiritualidad.
Sinodalidad y homosexualidad
No deja de ser significativo que esta Declaración se haya hecho pública en el periodo entre las dos sesiones de la Asamblea Sinodal.
Ya en el Documento de trabajo para la Etapa Continental, “Ensancha el espacio de tu tienda”, se proponía en múltiples aportaciones una Iglesia abierta y acogedora para que sea “lugar de comunión, de participación y misión común”. En el Documento síntesis para la II sesión de la Asamblea sinodal se propone, siguiendo el Evangelio, plantearse la superación de posturas de “incomprensión y rechazo… escuchando el grito de auxilio de quien tiene necesidad”. Cita en concreto “las referidas a la identidad de género y a la orientación sexual que suscitan preguntas nuevas”, teniendo en cuenta que, “a veces, las categorías antropológicas que hemos elaborado no son suficientes para acoger la complejidad de los elementos que emergen de la experiencia y del saber de las ciencias y requieren maduración y un estudio ulterior”. Por ello, advierte, “es importante tomar el tiempo necesario para esta reflexión y emplear las mejores energías, sin ceder a juicios simplistas que hieren a las personas y al cuerpo de la Iglesia. Muchas indicaciones que ya ha ofrecido el Magisterio esperan ser traducidas en apropiadas iniciativas pastorales”.
Se trata todavía de propuestas, a la espera de la II Sesión de la Asamblea sinodal. La Declaración Fiducia supplicans ha adelantado ya algunas de ellas que esperamos se reafirmen y amplíen para abrir un horizonte nuevo en el que la teología debe ir aportando con libertad sus reflexiones.
La teología ante la homosexualidad
Aunque en nuestras Facultades de Teología no sea tema habitual (las reservas son muchas y el campo, arriesgado), ha habido y hay numerosas reflexiones teológicas de gran alcance y profundidad. Su tratamiento está relacionado con investigaciones antropológicas, como indica el Sínodo, y las concepciones de género.
Las teologías feministas y, en especial, la llamada teología queer han asumido en sus reflexiones la profundidad humana de los sujetos y subjetividades marginadas por su sexualidad no normativa o identidad de género (LGBTIQ+). Cuestionan las categorías de género, identidad y sexualidad como naturales e inmutables, fuentes de explotación y opresión. Transgresoras, liberadoras y subversivas ante los modelos establecidos, estas teologías conducen al reconocimiento y derechos de los cuerposconsiderados como abyectos por culturas dominantes.
Sus reflexiones no se limitan a la sexualidad y al género. Abarcan otros contextos sociales y culturales, identidades subordinadas, maltratadas, marginadas socialmente, invitando a reconocerlas. Denuncian hegemonías violentas anuladoras para liberar su identidad y promover un nueva humanidad. Buscan la justicia, presentan una nueva escatología, consecuentes con el Reino de Dios a cuyo banquete son invitadas las personas que, olvidadas y rechazadas, deambulan por los caminos de la vida.
La “teología queer de la liberación”, como la denomina Juan José Tamayo, citando a su pionera, la teóloga argentina Marcella Althaus-Reid, abarca todo tipo de opresiones a las que la sociedad somete a quienes no se ajustan a sus modelos establecidos por la clase dominante. Superando una concepción binaria de las personas, abogan por identidades diversas y fluidas como un acto de justicia social, subraya el teólogo sudafricano Nontando Hadebe, para hacer posible un auténtica diversidad.
En esta teología el concepto de Dios, al que Marcella Althaus-Reid llamó “Dios queer”, se descubre en el exilio de las calles, de los y las profesionales del sexo, de las personas de diferente orientación sexual, en los marginados sociales. Como mostraban las reflexiones teológicas de la revista Concilium (nº 383), estas personas devienen “el cuerpo queer de Cristo” donde quedan superadas todas las desigualdades diferenciadoras y llaman a superar dualismos: “Ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal 3,26-28). Para Cristo todos somos iguales, hijas e hijos de Dios y conduce, como afirma Sharon A. Bong, siguiendo a Elisabeth Schüssler Fiorenza, a superar sexismos y homofobias para hacer una Iglesia transformadora, relacional, inclusiva, cuerpo de Cristo queer.
Por tanto, estas perspectivas teológicas contribuyen a descubrir en las situaciones despreciadas y marginadas, en las identidades no reconocidas y reprimidas, auténticos signos de los tiempos de la presencia de Dios que deberán, sin duda, ser interpretados, nunca rechazados, para buscar soluciones plenamente humanas, como pide el Vaticano II (Gaudium et spes 11), y hacia las que encamina, creo, la Declaración Fiducia supplicans.
Las teologías feministas como la teología queer, por tanto, proponen caminos importantes que deben considerarse en un diálogo fecundo, abierto, libre y audazescuchando al Espíritu que habla desde estas realidades oprimidas y despreciadas.
Espiritualidad en la experiencia homosexual
La experiencia y pensamiento feministas plantean desafíos profundos a determinadas espiritualidades tradicionales elaboradas desde poderes quiriarcales o patriarcales; son críticas y purificadoras de equivocadas superioridades y categorías construidas desde su ideología y prepotencia.
Estas posiciones se relacionan con la experiencia ‘queer’ que aboga y desarrolla una espiritualidad solidaria con los marginados del sexo, género, etnia, clase y estatus económico que promueve experiencias y expresiones de una espiritualidad liberadora de su marginación social, cultural, religiosa.
Esta espiritualidad conduce a una relación con un Dios que asume la pobreza y exclusión, con un Cristo comprendido con otras categorías que superan su masculinidad y lleva a reconocer la dignidad de todas las personas, también de diferente orientación sexual, sin discriminaciones, desde otra concepción de identidad, donde se incluyen las rechazadas. Nace del corazón, de las entrañas, como subraya Ángel Méndez Montoya. Abre a una experiencia del Espíritu en el Amor Trinitario hacia el que nos dispone superando todo dualismo. Vislumbra nuevos horizontes de otro mundo posible y, en consecuencia, desarrolla en esa experiencia espiritual una radical justicia social. Mantienen, por tanto, estrecha vinculación con movimientos sociales antihegemónicos de personas y pueblos oprimidos por diferentes causas patriarcales, económico-neoliberales, de etnia, de clase.
Su experiencia espiritual descubre un Dios en el exilio, más allá y diferente del concepto y experiencia de un Dios del centro privilegiado del poder establecido. Reivindican, por tanto, otra epistemología que supere marginaciones, colonialismos, lecturas parciales y dominantes desde el poder, que se han impuesto en la sociedad, en la cultura, en la religión.
Esta espiritualidad descubre en la corporalidad su significado más allá del sentido superficial e inmediato. La corporalidad hace a la espiritualidad carne concreta y situada, sufriente, gozosa, limitada, relacionada. De esta forma, superando oposiciones y falsas dicotomías, comprendemos que el cuerpo es espiritual y el espíritu es corporal.
Hacia un cambio de paradigmas pastorales
La Declaración Fiducia supplicans es, sobre todo pastoral y, a mi entender, abre a planteamientos que no se limitan a ofrecer bendiciones a las personas. Su significado simbólico va mucho más allá e impulsa nuevas interpretaciones y actitudes en ese campo. Abre caminos diferentes que algunos temen y son la razón de muchas críticas a la Declaración. Llevan a la Iglesia hacia un descentramiento de sus tradicionales comportamientos cerrados a cualquier avance. Pide cambiar sus actitudes, comportamientos y relaciones pastorales e institucionales.
También -tal vez sea lo más difícil- se propone un cambio de mentalidad que abandone sus dogmatismos y posturas intransigentes, como garantía de seguridad, para descubrir con humildad la presencia sacramental de Dios en realidades rechazadas. Dios comunica su gracia, su amor no solo en los sacramentos instituidos, entre ellos el matrimonio. El amor de Dios es mucho más amplio y acogedor, sin limitaciones; se comunica en la sacramentalidad de la vida.
Con un ejemplo se puede comprender mejor. En nuestras relaciones pastorales nos encontramos, cada vez con más frecuencia, con situaciones familiares donde hay parejas formadas del mismo sexo. Por supuesto hay familias que las rechazan, pero otras los respetan y acogen con naturalidad; son parte de la familia; se sientan en su mesa y comparten en igualdad el cariño familiar ¿Cuál es la postura que mejor sigue criterios humanos y evangélicos?
Si la Iglesia forma una gran familia (Lumen gentium 6), ¿cómo será madre acogedora? ¿Incluirá a estas personas plenamente en la vida eclesial, en la comunión, participación y misión que propone el Sínodo actual? ¿Las invitará a sentarse en la mesa común preparada para todos, sin exclusiones, con una sola condición: llevar el vestido apropiado que es el amor?
Comentarios desactivados en El Sínodo ofrece una “nueva esperanza” para la bienvenida LGBTQ+ en la Iglesia, escribe un teólogo
Thomas Groome
“Hay… una nueva esperanza para que la iglesia desarrolle una postura verdaderamente ‘católica’ (inclusiva) hacia sus miembros LGBTQ+”, opinó un teólogo al evaluar la primera Asamblea General del Sínodo sobre la Sinodalidad que concluyó el otoño pasado.
Thomas Groome, profesor de teología y educación religiosa en el Boston College, publicó su análisis del proceso sinodal en el National Catholic Reporter. En el artículo, Groome examina de cerca las consecuencias de la asamblea del Sínodo en busca de señales de esperanza.
“Hubo una gran decepción con el informe de síntesis del sínodo”, admite Groome, un veterano defensor de la inclusión LGBTQ+. Entre otras cuestiones, “no hizo ninguna mención explícita a la plena inclusión en la iglesia de las personas LGBTQ+”.
A pesar de la falta de declaraciones específicas sobre LGBTQ, Groome sostiene que el mensaje general del informe de la asamblea del Sínodo es claramente de inclusión. Señala que “si bien no utiliza el término LGBTQ+, el informe de síntesis utiliza repetidamente la palabra ‘bienvenida’ para definir la postura imperativa de la iglesia hacia todos los pueblos’”.
Si bien “todos los pueblos” no menciona explícitamente a la comunidad LGBTQ+, implícitamente indica su bienvenida, sugiere Groome. El Papa Francisco ha enfatizado la palabra española “todos”, que según el teólogo “generalmente se escucha como resaltar una bienvenida particular a las personas LGBTQ+”.
Groome también encuentra esperanza para la comunidad LGBTQ+ en el énfasis del informe en el diálogo con la ciencia, como escribe:
“También hay una nueva esperanza de que la iglesia desarrolle una postura verdaderamente ‘católica’ (inclusiva) hacia sus miembros LGBTQ+ en la repetida insistencia en el informe de síntesis de que, al abordar tales cuestiones sociales, la teología debe estar en diálogo con las ciencias.
“Por ejemplo: ‘Es importante profundizar el diálogo entre las ciencias humanas, especialmente la psicología y la teología, para una comprensión de la experiencia humana que no se limite a situar estos enfoques uno al lado del otro, sino que los integre en una síntesis más madura.’
“El diálogo con las ciencias, entonces, ayudará a la iglesia a reconocer el amplio espectro y el carácter natural de la orientación sexual, en lugar de la elección, y que todas reflejen igualmente la imagen y semejanza de Dios”.
El informe de la asamblea del Sínodo da motivos para tener esperanza de que otros grupos también serán bienvenidos en la iglesia de nuevas maneras, escribe Groome. Él cree que este desarrollo podría incluir: dar la bienvenida a los cristianos no católicos a la mesa eucarística; permitir que personas laicas capacitadas asuman roles de predicación; reinstaurar en el ministerio a los sacerdotes dimitidos; ordenar sacerdotes a hombres casados; ordenar mujeres como diáconos.
El informe de la asamblea del Sínodo pide un examen y discernimiento adicional sobre cada uno de estos temas. Groome opina: “Esperemos que el ‘estudio adicional’ no demore mucho, como mínimo más allá de la próxima asamblea sinodal en el otoño de 2024”.
Su conclusión:
“La sinodalidad es ahora el camino a seguir que puede involucrar a todo el pueblo de Dios como agentes activos de su fe, avanzando juntos”.
A medida que continúa el camino sinodal, su trabajo no estará completo sin la plena participación de todo el pueblo de Dios. Los católicos LGBTQ+ continúan reclamando su lugar en la iglesia que el Papa Francisco describe como “una iglesia de puertas abiertas”, una iglesia para todos.
—Ariell Watson Simon (ella/ella), New Ways Ministry, 16 de enero de 2024
Comentarios desactivados en Lecciones no violentas de Martin Luther King, Jr. para el Sínodo
Hoy (ayer, 15 de enero) , Estados Unidos celebra el cumpleaños del reverendo Dr. Martin Luther King, Jr., el renombrado líder afroamericano de derechos civiles brutalmente asesinado en 1968 por hablar con valentía y poder para que todas las personas pudieran conocer la justicia y la igualdad.
La valentía y la honestidad del Dr. King hicieron avanzar enormemente la justicia para los negros en los EE. UU., pero su trabajo no ha sido completado. La injusticia y la desigualdad prosperan hoy, especialmente con el resurgimiento del nacionalismo cristiano blanco. Este fenómeno es un recordatorio de que todas las personas deben estar eternamente alertas para que una mayoría no pueda oprimir a los grupos marginados.
Quizás la contribución duradera del Dr. King al trabajo de justicia sea su compromiso con la no violencia. Influenciados por Gandhi, Bayard Rustin, un hombre gay, y otros que reconocieron que, para lograr justicia, debemos hacerlo de manera equitativa. Si queremos una comunidad de amor, debemos modelar ese amor, incluso con aquellos que nos oprimen y a quienes podemos considerar enemigos. En una ocasión, el Dr. King dijo:
“Aquí está el verdadero significado y valor de la compasión y la no violencia, cuando nos ayuda a ver el punto de vista del enemigo, a escuchar sus preguntas, a conocer su evaluación de nosotros mismos. Porque desde su punto de vista podemos ver las debilidades básicas de nuestra propia condición, y si somos maduros, podemos aprender, crecer y beneficiarnos de la sabiduría de los hermanos que se llaman la oposición”.
Los católicos LGBTQ+ pueden aprender mucho del Dr. King. Al leer la cita anterior, no pude evitar escuchar los ecos de lo que el Papa Francisco ha estado enseñando a la iglesia sobre la sinodalidad. Sé que he sido culpable de esperar que el Sínodo simplemente impulsara cambios muy necesarios para la justicia en la iglesia. Me he sentido menos inclinado a querer ver el punto de vista de quienes se oponen a la igualdad, escuchar cuáles son sus preguntas y comprender más claramente cuáles son sus percepciones sobre las personas LGBTQ+. A menudo soy reacio a querer reconciliarme con ellos y, más a menudo, simplemente quiero refutarlos.
El Dr. King me recuerda que, como cualquier otra búsqueda de justicia, el proceso sinodal tiene que consistir menos en conquistar nuestra oposición y más en reconciliarnos con ellos, y hacerlo practicando actitudes no violentas hacia ellos. Necesito mantener la mente abierta para “aprender, crecer y sacar provecho” desde el punto de vista de quienes se oponen a las personas LGBTQ+.
Eso no es fácil. Francamente, eso parece casi imposible. Pero puede ser posible si tomo la actitud y el enfoque del Dr. King, que no retrocede ante los principios y al mismo tiempo está abierto al diálogo con quienes se oponen a ellos. El Dr. King nos enseña que no cambiamos a las personas odiándolas sino amándolas.
Como personas que abogamos por la justicia y la igualdad para las personas LGBTQ+, hoy también debemos recordar otra cita importante del Dr. King: “La injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes”.
Esta máxima debería recordarnos que si queremos justicia en nuestra iglesia y en nuestro mundo, tenemos que trabajar por la justicia para todos, no sólo para los grupos a los que pertenecemos. En este aniversario del nacimiento de Martin Luther King, Jr., los defensores de la justicia LGBTQ+ también debemos comprometernos a trabajar por la justicia para otros grupos que aún no han logrado justicia: personas de color, inmigrantes, mujeres (especialmente en la iglesia), y los económicamente desfavorecidos.
Si no defendemos la justicia para otros grupos oprimidos, cualquier justicia que logremos no significará nada. El Dr. King ofrece otro consejo pertinente: “Al final, no recordaremos las palabras de nuestros enemigos, sino el silencio de nuestros amigos”.
Mientras continuamos recorriendo el camino sinodal en nuestra iglesia, asegurémonos de no guardar silencio ante otras injusticias en la iglesia y la sociedad. Mientras defendemos a las personas LGBTQ+, recordemos que nuestras voces serán huecas si no defendemos a los demás también. Y para honrar plenamente el ejemplo de Martin Luther King, Jr., trabajemos no sólo por la justicia sino también por la reconciliación de forma no violenta.
—Francis DeBernardo, New Ways Ministry, 15 de enero de 2024
Fuente New Ways Ministry
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¿Qué es el Día de Martin Luther King?
Es el tercer lunes de enero, lo que significa que es hora de conmemorar la vida y obra del Dr. King, también conocido como Día de Martin Luther King o Día de MLK.
Pero ¿qué es el Día de Martin Luther King? ¿Y el día que se conmemora al líder de los derechos civiles es un feriado nacional?
Martin Luther King Jr fue un destacado líder del movimiento de derechos civiles, que buscaba brindar igualdad de derechos, justicia e igualdad a los estadounidenses negros.
Martin Luther King nació el 15 de enero de 1929 y fue una voz fundamental para poner fin finalmente a la segregación racial en Estados Unidos con la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964y la Ley de derecho de voto de 1965. Desde pequeño, vivió la experiencia de una sociedad segregacionista; a los seis años, dos amigos blancos le anunciaron que no estaban autorizados a jugar con él.
Obtuvo la licenciatura en teología en de 1951. King comenzó en septiembre de ese mismo año sus estudios de doctorado en Teología sistemática en la Universidad de Boston, recibiendo el grado de Doctor en Filosofía el 5 de junio de 1955.
Entre sus acciones más recordadas están el boicot de autobuses en Montgomery, en 1955 después de que el 1 de diciembre de 1955, cuando Rosa Parks, una mujer negra, fue arrestada por haber violado las leyes segregacionistas de la ciudad de Montgomery al no querer ceder su asiento a un hombre blanco en un autobús. La población negra apoyó y sostuvo el boicot, y organizó un sistema de viajes compartidos. King fue arrestado durante esa campaña, que duró 382 días y que resultó de una extrema tensión a causa de los segregacionistas blancos que recurrieron a métodos terroristas para intentar amedrentar a los negros: la casa de Martin Luther King fue atacada con bombas incendiarias la mañana del 30 de enero de 1956, así como la de Ralph Abernathy y cuatro iglesias. Los boicoteadores fueron objeto constante de agresiones físicas, pero el conjunto de los 40 000 negros de la ciudad siguieron con su protesta, llegando en ocasiones a caminar hasta 30 km para llegar a sus lugares de trabajo. El boicot terminó gracias a una decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos del 13 de noviembre de 1956 que declaraba ilegal la segregación en los autobuses, restaurantes, escuelas y otros lugares públicos.
Con esa campaña de 1957, King participó en la fundación de la Southern Christian Leadership ConferenceSCLC (Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano), un grupo pacifista del que sería presidente hasta su muerte y que se había creado para participar en el movimiento por los derechos civiles organizando a las iglesias afroamericanas en las protestas no violentas.
Y, por supuesto, el liderazgo de la Marcha sobre Washington en 1963, donde desempeñó un papel clave en su organización que supuso que más de 200.0000 estadounidenses marcharan hacia la capital para apoyar la aprobación de la Ley de Derechos Civiles y poner fin a la discriminación laboral. A pesar de las tensiones, la marcha fue un rotundo éxito. Más de 250 000 personas de todas las etnias se reunieron el 28 de agosto de 1963 frente al Capitolio de los Estados Unidos, en lo que constituyó la manifestación más grande que haya tenido lugar en la capital estadounidense.
Fue aquí donde el Dr. King pronunció su famoso discurso “I have a dream” (“Tengo un sueño”), condenando el racismo en Estados Unidos y pidiendo “dejar que la libertad resuene” en todo el país.en el que manifestó su voluntad y su esperanza de conocer una América fraternal. Este discurso está considerado como uno de los mejores de la historia estadounidense, junto con el Gettysburg Address de Abraham Lincoln.
El Dr. King se convirtió en el ganador más joven del Premio Nobel de la Paz en octubre de 1964, en reconocimiento a décadas de trabajo en la lucha por el derecho al voto, la vivienda justa, los derechos de los trabajadores y otros derechos civiles.
En 1968, el doctor King fue asesinado en Memphis. El 4 de abril de 1968 a las 18 horas y un minuto, Martin Luther King fue asesinado por un segregacionista blanco en el balcón del Lorraine Motel en Memphis (Tennessee). Por este hecho, se declara culpable a James Earl Ray, y se le sentencia a 99 años de cárcel. Las últimas palabras de King en ese balcón fueron dirigidas al músico Ben Branch, quien iba a actuar esa noche durante una reunión pública a la que asistiría Martin Luther King: «Ben, prepárate para tocar “Precious Lord, Take My Hand” (“Señor, toma mi mano”) en la reunión de esta noche. Tócala de la manera más hermosa».
Al oír los disparos, sus amigos, que estaban dentro de la habitación, corrieron hacia el balcón donde encontraron a Martin Luther King con una bala en la garganta. Se le declaró muerto a las 19:05 en el St. Joseph’s Hospital.
El asesinato provocó una oleada de motines raciales en 60 ciudades de los Estados Unidos (125 en total) que provocaron numerosas muertes y obligaron a la intervención de la Guardia Nacional. Cinco días más tarde, el presidente Johnson decretó un día de luto nacional (el primero por un afroamericano) en honor de Martin Luther King.
A los funerales asistieron 300 000 personas, entre ellas también el vicepresidente Hubert Humphrey(Johnson estaba en una reunión sobre Vietnam en Camp David y había el temor de que su presencia pudiese provocar manifestaciones de los pacifistas). Motines de cólera estallaron en más de cien ciudades, provocando 46 víctimas.
A petición de su viuda, Martin Luther hizo su propia oración fúnebre con su último sermón, «Drum Major», grabado en la Iglesia Bautista Ebenezer. En este sermón, pedía que en sus funerales no se hiciese mención alguna de sus premios, sino que se dijese que él había intentado «alimentar a los hambrientos», «vestir a los desnudos», «ser justo sobre el asunto de Vietnam» y «amar y servir a la humanidad». A petición suya, su amiga Mahalia Jackson cantó su himno favorito, «Take My Hand, Precious Lord».
Según el biógrafo Taylor Branch, la autopsia de King reveló que, aunque solo tenía 39 años, su corazón parecía el de un hombre de 60, mostrando el efecto físico del estrés de 13 años en el movimiento de los derechos civiles. Entre 1957 y 1968, King había recorrido más de 9,6 millones de kilómetros, hablado en público más de 2500 veces, arrestado por la policía más de 20 y había sido agredido físicamente al menos en cuatro ocasiones.
Cuatro días después de su muerte, los partidarios del Dr. King intentaron crear un feriado nacional en honor al líder de los derechos civiles, y en 1983 se aprobó una legislación para convertir ese día en feriado federal.
El día en que se reconoce al Dr. King alienta a los estadounidenses a reflexionar sobre el racismo que aún azota a la nación y, por lo general, se celebra con marchas, mítines y discursos de políticos y líderes de derechos civiles.
El primer Día de Martin Luther King a nivel nacional se celebró en 1986.
Si bien el Día de Martin Luther King es un feriado federal y muchas empresas reconocen el día, no es obligatorio que la mayoría de los lugares de trabajo den un día libre a sus empleados.
ECLESALIA, 17/11/23.- Desde mi rincón casero, donde, como dijo Jesús: “cuando quieras orar, entra en tu habitación», reflexiono con las noticias que se van dando sobre la Iglesia, el sínodo y las declaraciones sobre la paz por parte del papa Francisco.
Por supuesto, muy buena voluntad, muy buenos deseos y una actitud positiva frente a la demanda de quienes pertenecemos a la institución. Una imagen que “parece” querer soltar las riendas y compartir un poco más con todos y “todas,” pero mucho me temo que acabará quedando como en el concilio Vaticano II, después del cual, nada fundamental cambió, incluso, se dejó a un lado y así se consiguió que todo siguiera igual.
La Iglesia abre sus puertas para que acudan a ella todos aquellos que quieran comulgar con su ideología, sus dogmas y su particular forma de funcionar, pero no es conscientes de que mientras no ofrezca algo diferente, algo que interese, sin ir más lejos, un reflejo de lo que Jesús aconsejaba, lo que debería ser habitual dentro de la institución, no se despojará del “estatus”, ni irá a la calle, ni dejará de dar consejos para estar codo a codo con el día a día de situaciones complicadas. Mientras no deje sus habituales ceremoniales vestidos de “gurús” celebrando eucaristías que nada tienen que ver con aquella despedida de Jesús con su amigos; mientras todo eso y muchas actitudes más no cambien, seguiremos viendo como en la fotografía que se ofrece en los medios sobre el sínodo, un público en su mayoría religioso, bastante entradito en años y que difícilmente tiene futuro.
No pretendo ser “sacerdotisa”, no me gusta el sacerdocio tal como está establecido y menos en una institución anquilosada que para cuando da un paso adelante deja en el camino demasiado sufrimiento psicológico con sus formas y condiciones que ya nadie podemos aceptar, pero no cesaré en reivindicar la igualdad de género en cualquiera de sus formas.
Hay cambios que podrían hacerse de la noche a la mañana si Francisco se impusiera. Soy de la opinión de que si no puede ser libre para actuar, lo acertado sería dimitir, pero mucho me temo que él, tampoco está dispuesto a reconocer a la mujer los mismos derechos y capacidades, y que el celibato opcional, por poner dos ejemplos muy candentes, tampoco tiene intención de dar su consentimiento a pesar de que todos sabemos que el noventa por cien de los sacerdotes viven una doble vida, incluidos los purpurados que le rodean. En fin, creo que no descubro nada nuevo, pero hay que decirlo.
Comentarios desactivados en ¿Qué hay de malo en el apoyo del Papa Francisco a las bendiciones para personas del mismo sexo?
La publicación de hoy es de Lisa Fullam, D.V.M., Th.D., colaboradora de Bondings 2.0, profesora emérita de la Jesuit School of Theology of Santa Clara University (Escuela Jesuita de Teología de la Universidad de Santa Clara). Las publicaciones anteriores de Lisa en el blog están disponibles aquí.
El Papa Francisco ha expresado recientemente posturas esperanzadoras con respecto al estatus de las personas LGBTQ+ en la Iglesia. Debe hacer más.
Entre sus actos inspiradores de esperanza se encuentran estos dos. Primero, en una reflexiva respuesta a las preguntas que le hicieron cinco cardenales, abordó la cuestión de bendecir las relaciones entre personas del mismo sexo. Reafirmó la definición de matrimonio de la Iglesia y advirtió contra actos que “implican que se está reconociendo como matrimonio algo que no lo es”. Pero, dijo, “en el trato con las personas no debemos perder la caridad pastoral… la defensa de la verdad objetiva no es la única expresión de esta caridad, que también se compone de bondad, paciencia, comprensión, ternura y aliento”.
El Papa luego dice que “la prudencia pastoral debe discernir adecuadamente si existen formas de bendición, solicitadas por una o más personas, que no transmitan una concepción errónea del matrimonio”. Habló de situaciones que “no son moralmente aceptables”, pero que pueden involucrar a “personas cuya culpa o responsabilidad pueden verse mitigadas por diversos factores”. Dijo que la “prudencia pastoral” podría permitir bendecir a las personas en tales circunstancias, aunque nunca debería elevarse al nivel de una norma diocesana.
Pero aquí está el problema. La “prudencia pastoral” elude la verdadera pregunta. En su respuesta a la dubia (palabra latina para las preguntas formuladas por los cinco cardenales), Francisco reafirma la teología del matrimonio que excluye a las parejas del mismo sexo, afirmando implícitamente la ética sexual magistral que declara pecaminosas sus relaciones íntimas. En lugar de confrontar la teología que subyace a las enseñanzas de la Iglesia sobre el sexo, retrata a las personas LGBTQ+ como perjudicadas o destrozadas e incapaces de estar a la altura de esa enseñanza. Parece no ser consciente de una gran cantidad de trabajo teológico cuidadoso durante el último siglo que proporciona un enfoque más humano y científicamente sólido de la sexualidad humana que la enseñanza magisterial actual. Cuando Francisco apela a la “prudencia pastoral”, comete un error básico: deja sin cuestionar una teología que justifica la crueldad eclesial que aún rige la enseñanza magisterial oficial sobre la sexualidad.
Luego lo empeora. Cuando Francisco prohíbe explícitamente las normas diocesanas que permiten bendiciones a parejas del mismo sexo, deja a los sacerdotes individuales decidir por sí mismos si bendecir a parejas queer o no. Dado que el Papa se niega a respaldar una teología renovada de la sexualidad (o incluso una pluralidad de posturas lícitas en cuestiones de ética sexual) y prohíbe políticas episcopales para apoyar las bendiciones de parejas del mismo sexo, los sacerdotes que eligen apoyar a las parejas queer son vulnerables a los ataques. del público (y de otros sacerdotes) y ataques y castigos de sus propios (u otros) obispos. Invita a los sacerdotes a considerar que podría ser una buena idea bendecir a las parejas del mismo sexo, luego deja absolutamente claro que no los respalda y prohíbe a sus obispos apoyarlos abiertamente, como una cuestión de política diocesana.
Esta postura de “prudencia pastoral” también tendería a ocultar tales bendiciones en lugar de hacerlas públicas. Pero, ¿no es digna de celebración pública una declaración de que, con la ayuda de Dios, dos personas se comprometen a cuidarse mutuamente para siempre? La reforma de la práctica de la Iglesia no debe lograrse dejando a sacerdotes individuales en el punto de mira de homófobos armados con una ética sexual cansada y obsoleta.
El Papa Francisco con la hermana Jeannine Gramick, SL, junto con miembros del personal del Ministerio New Ways (desde la izquierda) Matthew Myers, Francis DeBernardo y Robert Shine.
El segundo acto digno de mención de Francisco fue reunirse con sor Jeannine Gramick y tres miembros del personal del New Ways Ministry s en un diálogo cordial y afirmativo basado en una correspondencia más larga. Una reunión así (al menos una reunión que no culminó con la censura, el silenciamiento o la condena papal) algún día será vista como un momento decisivo en la historia de la igualdad LGBTQ+ en la Iglesia. Francisco haría bien en aprender de su ejemplo. Durante décadas, la hermana Gramick y el New Ways Ministry han dejado claro cuál es su posición y qué representan: la igual dignidad de todo el pueblo de Dios en la vida y en el amor. Han soportado la censura magistral y el desdén de los trolls católicos con ecuanimidad, fidelidad y alegría. ¿Por qué el Papa no puede adoptar una postura similar?
Por lo tanto, el silencio sobre cuestiones relacionadas con los católicos LGBTQ+ en el informe del Sínodo sobre la Sinodalidad no es una sorpresa. El Papa no toma una posición y prohíbe a las diócesis establecer políticas para bendecir a las parejas del mismo sexo. ¿Por qué los delegados del Sínodo no deberían también mantener un delicado silencio similar, escondiéndose detrás del hiriente y obsoleto status quo?
Comentarios desactivados en Los comentarios posteriores al Sínodo revelan una historia más completa sobre los debates LGBTQ+
El Papa participa en una mesa redonda en la sala del Sínodo.
En las dos semanas transcurridas desde que terminó la primera Asamblea General del Sínodo sobre la Sinodalidad, ha aparecido una avalancha de reacciones y comentarios, tanto sobre el informe final de la reunión como sobre la cuestión más amplia de su proceso.
Esta semana, Bondings 2.0 destaca algunas de las ideas que han surgido y proporciona enlaces si desea leer más. La publicación de hoy incluye información sobre algo de lo que sucedió en la asamblea del Sínodo en términos de cuestiones LGBTQ+.
P. Thomas Reese, SJ, columnista de Religion News Service, escribió dos columnas informativas sobre el informe del Sínodo. En una columna, sugiere que “el movimiento en cuestiones LGBTQ fue revertido”, señalando que a pesar de que el Papa Francisco y el Vaticano usaron el término “LGBTQ”, el informe del Sínodo lo omitió. Reese opinó:
“El informe de 40 páginas muestra que el poder en la iglesia, al menos en el sínodo, se ha trasladado del Norte Global (Europa y Estados Unidos) al Sur Global (especialmente África).
“Los africanos pudieron insertar en el informe una preocupación pastoral por aquellos en matrimonios polígamos, pero lucharon con uñas y dientes para mantener cualquier referencia a los católicos LGBTQ fuera del informe. A ellos se unieron obispos polacos y otras personas que se oponían a lo que denominaron “ideología LGBTQ”. Muchos de sus comentarios en el sínodo serían considerados homofóbicos en el Norte Global.
“El patriarca de Siria incluso abandonó furioso el sínodo en lugar de sentarse con alguien que tenía puntos de vista opuestos sobre el asunto. Uno se pregunta si alguna vez tuvieron una conversación consciente con una persona gay”.
Reese sí señaló que la asamblea del Sínodo “no cerró la discusión sobre cuestiones LGBTQ” y el informe incluso sugirió que había “nuevas preguntas” sobre “identidad y sexualidad” que debían considerarse. Sin embargo, a esto, Reese informó sobre la respuesta de un defensor LGBTQ+: “¿Han estado dormidos durante los últimos 50 años para pensar que estas son preguntas nuevas?”
Sin embargo, Reese tiene esperanzas, ya que en una segunda columna enfatiza que el informe del Sínodo crea oportunidades para la reforma de la iglesia. De hecho, cita 15 de esas “joyas ocultas” en el informe, sobre las cuales puede leer aquí.
El The Washington Post también informó sobre cómo se abordaron las cuestiones LGBTQ+ durante la asamblea del Sínodo, sugiriendo que “ningún tema dividió más al órgano consultivo” que este, según varias fuentes anónimas. El Correo explicó:
“[L]os obispos conservadores de Polonia, Hungría, Nigeria, Etiopía, Australia y otros lugares rechazaron fervientemente las bendiciones para personas del mismo sexo, considerándolas equivalentes a tolerar el “pecado” y una imposición “colonial” por parte de los europeos occidentales liberales. En comentarios públicos y privados, describieron la homosexualidad como “repugnante” y “antinatural”. . .
“Los delegados liberales intentaron contrarrestar firmemente esos argumentos. Un delegado contó la historia de una mujer que se suicidó después de no obtener la absolución de la iglesia por ser bisexual. Otro delegado, el reverendo James Martin, un sacerdote estadounidense que ministra a la comunidad LGBTQ+ y fue elegido personalmente como delegado por Francisco, contó la historia de una antigua pareja del mismo sexo en la que un hombre había amamantado minuciosamente a su pareja enferma de cáncer antes. él murió. Pidió al sínodo que considerara si eso no era una señal genuina de “amor”.
“En una entrevista, Martin se negó a confirmar los detalles del debate del sínodo, pero dijo: ‘Estoy decepcionado no sólo de que [las personas] LGBTQ hayan sido extirpadas, sino también de que las discusiones que tuvimos, que fueron apasionadas por ambos lados, no fueron reflejado en el documento final.’
“’Pero no me sorprende’, dijo Martin. ‘Hubo una gran resistencia al tema entre muchos miembros’”.
Un blog católico conservador informó que el término “LGBTQ+” en realidad se incluyó en un borrador del informe del Sínodo, antes de ser eliminado en el proceso de enmienda, en el que se solicitaron más de 1.000 cambios. Según el blog, el párrafo que finalmente se convirtió en el elemento “16.h.” en el informe final leído inicialmente en el primer borrador:
“De diferentes maneras, también piden ser escuchadas y acompañadas personas que se sienten marginadas o excluidas de la Iglesia por su condición o sexualidad, como personas divorciadas en segunda unión, personas que se identifican como LGBTQ+, etc.”.
P. Martin, quien participó como delegado, escribió en profundidad sobre su experiencia y la esperanza que aún tiene a pesar de que las cuestiones LGBTQ+ fueron decepcionantes. Enmarcó su columna en America utilizando ocho palabras, entre ellas libertad, humor, amistad y esperanza. Martín escribió, en parte:
“[E]n ocasiones tuve la tentación de desesperarme, ya que escuché comentarios poco caritativos sobre L.G.B.T.Q. La gente y pensó: ‘¿Podremos algún día progresar en esto?’ Pero la desesperación nunca viene de Dios. . .
“[Sin embargo] hay mucho en el documento sobre cómo llegar a ese grupo de personas, incluso si no usáramos el nombre que muchos católicos LGBTQ preferirían. En segundo lugar, lo que ocurrió en el sínodo es mucho más amplio que el documento de síntesis. El verdadero mensaje del sínodo es el sínodo mismo: cómo nos reunimos para discutir temas difíciles. Y me sorprendió que el tema fuera discutido tan abierta y extensamente en el sínodo, seguramente un gran paso adelante en la iglesia, junto con las fuertes recomendaciones de escucha y acompañamiento en la síntesis final.
“Sobre todo, pensé, la desesperación no nos lleva a ninguna parte. “Corragio!” me dijo un cardenal mientras caminábamos hacia la Basílica de San Pedro. Me agarró el antebrazo con fuerza. “No dimenticare!” ¡No lo olvides!
Más adelante esta semana, Bondings 2.0 presentará más reacciones al Sínodo y más comentarios. Para obtener la cobertura completa del blog sobre el viaje sinodal de varios años, haga clic aquí.
—Robert Shine (él/él), Ministerio New Ways, 15 de noviembre de 2023
Comentarios desactivados en La respuesta de los defensores de la reforma católica al Sínodo es en gran medida negativa
Los líderes reformistas católicos han respondido en gran medida negativamente al informe de síntesis de la Asamblea General del Sínodo sobre la Sinodalidad del mes pasado. El informe no mencionó directamente a las personas LGBTQ+, aunque una lectura más cercana revela secciones que, si se aplican a cuestiones de género y sexualidad, podrían ser útiles.
Esta semana, Bondings 2.0 ha destacado algunas de las ideas que han surgido y proporciona enlaces si desea leer más. Una publicación anterior detalló algunos mecanismos internos sobre cuestiones LGBTQ+. La publicación de hoy se centra en las respuestas de los grupos y defensores de la reforma de la iglesia. La declaración del New Ways Ministry, que insiste en mantener la esperanza incluso en medio de una gran decepción, está disponible aquí.
FutureChurch dijo que la falta de inclusión de LGBTQ+ en el informe fue un “fracaso abismal”. La declaración de la organización, que también abordó el papel de la mujer en la iglesia y cuestiones de gobernanza, continuó:
“En términos de justicia e inclusión LGBTQ+, el documento fue un golpe aplastante para una iglesia que necesita desesperadamente ser más pastoral y acogedora con nuestra familia LGBTQ+. El lenguaje vago y evasivo del documento fue particularmente devastador dados los comentarios del Papa previos al sínodo sobre la bendición de las relaciones homosexuales; [y otras medidas positivas]”.
Marianne Duddy-Burke, directora ejecutiva de DignityUSA, dijo en un comunicado que el informe final “no está a la altura del encargo del Papa Francisco a los reunidos de ‘ser audaces’”. Y añadió:
“Este borrado de nuestra presencia en la iglesia y la valiente participación de muchas personas, familiares y aliados LGBTQIA+ en el proceso de escucha sinodal es otro ejemplo de la forma en que nuestra comunidad es repetidamente marginada dentro del catolicismo…
“Lo que suceda durante el próximo año será importante… A menos que se presten atención a los llamados a la participación, es muy posible que el Sínodo no aborde ninguna de las profundas preocupaciones de las personas LGBTQIA+ de ninguna manera que reconozca y afirme nuestra presencia y papel en la iglesia y el mundo”.
Kate McElwee, directora ejecutiva de la Women’s Ordination Conference-Conferencia sobre Ordenación de Mujeres, incluyó la igualdad LGBTQ+ en las preocupaciones de su organización por la equidad de género. McElwee comentó en un comunicado:
“Para que el proceso sinodal conserve credibilidad, deberá tomar en serio la plena igualdad de las mujeres y las personas LGBTQ+ en todos los aspectos de la vida de la iglesia. Una “iglesia que escucha” que no logra ser transformada por la exclusión fundamental de las mujeres y las personas LGBTQ+ no logra modelar el Evangelio en sí…
“Seguiremos trabajando para que las bases rindan cuentas y seamos una voz intransigente para la inclusión equitativa de las mujeres en todos los niveles de la iglesia. Ahora hemos visto a mujeres votar en los pasillos del Vaticano; no hay vuelta atrás”.
Jamie Manson, presidenta de Catholics for Choice, expresó la solidaridad de su organización con los católicos queer y señaló que las cuestiones de género y sexualidad se cruzan con cuestiones de derechos reproductivos, que no fueron discutidas:
“Por primera vez en la era moderna, la Iglesia católica mantuvo conversaciones sobre temas que antes eran tabú, como la ordenación de mujeres, el reconocimiento de las relaciones de las personas LGBTQIA+ y el replanteamiento de las estructuras de poder de la iglesia. Nos unimos a nuestros socios en los movimientos por la ordenación de mujeres y por la justicia LGBTQIA+ para expresar nuestra profunda preocupación por el hecho de que el sínodo no haya tomado en serio la grave injusticia de la igualdad de género y su negativa a reconocer los anhelos de los católicos LGBTQIA+ de una iglesia más inclusiva.
“Las enseñanzas dañinas de la iglesia sobre el género y las personas LGBTQIA+ tienen profundas intersecciones con su posición sobre la salud y los derechos reproductivos. . .La iglesia no puede estar abierta a la obra del Espíritu Santo en algunos temas mientras silencia la conversación sobre otros. Puede que el sínodo haya terminado por ahora, pero el trabajo de la iglesia está lejos de terminar”.
Stan “JR” Zerkwoski, director ejecutivo de Fortunate Families, señaló que el Papa Francisco realizó una serie de acciones positivas hacia los católicos LGBTQ+ en torno a la asamblea del Sínodo, y explicó al National Catholic Reporter:
“Hemos recorrido un largo camino, pero todavía caminamos juntos. Hemos sido reconocidos, hemos sido escuchados y seguiremos siendo escuchados… Si tomas todo eso en contexto, el escenario está listo para algún cambio significativo, independientemente de las palabras que queríamos ver o quería ver en este documento’”.
Para obtener la cobertura completa de Bondings 2.0 sobre el viaje sinodal de varios años, haga clic aquí. Para conocer los recursos del Ministerio New Ways sobre cómo las personas LGBTQ+ y sus aliados pueden participar en el Sínodo sobre la Sinodalidad, haga clic aquí.
—Robert Shine (él/él), Ministerio New Ways, 17 de noviembre de 2023
Comentarios desactivados en Müller traspasa una línea roja y tilda de “hereje” al Papa por permitir que transexuales puedan ser bautizados o ejercer de testigos en bodas católicas
Cardenal Gerhard Müller (CNS photo/Paul Haring)
Los insultos del cardenal podrían acarrearle sanciones e, incluso, la pérdida de la birreta cardenalicia
El ex prefecto de Doctrina de la Fe se sincera en una entrevista en una web ultracatólica, que posteriormente elimina la información, el mismo día en que Roma avala la apertura a los sacramentos del colectivo LGTBI
“En el Sínodo, donde muchos esperan o temen que ahora se presenten las ‘bendiciones’ homosexuales, escribir una carta pública a estas organizaciones [LGBTB], recibirlas, fotografiarse con ellas… Eso es algo muy mensaje claro”, recalca el purpurado en la entrevista borrada donde, no obstante, admite que Francisco, todavía, no ha incurrido en “herejías formales”
“El Papa es un hereje”. La misma frase que, hace cinco siglos, pronunciara Martín Lutero contra León X, ha sido pronunciada por otro alto eclesiástico alemán, aunque en esta ocasión por motivos radicalmente distintos. Si en 1521 el fraile agustino arremetía contra la venta de indulgencias y el poder de los eclesiásticos, las razones que hoy aduce el ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (y capitán de los enemigos de Francisco), el cardenal Gerhard Müller, son radicalmente distintas. Y es que el Papa es hereje por, entre otras cosas, avalar que homosexuales o transexuales puedan acceder al Bautismo o ser padrinos de este sacramento, o testigos en bodas católicas.
Müller, cuyos ataques contra Bergoglio han ido in crescendo, aseguró en una entrevista al portal ultracatólico LifeSiteNews (que, posteriormente, borró la noticia sin dar explicaciones) que el Papa “ya ha pronunciado muchas herejías materiales” o de praxis, sólo al recibir a representantes de grupos LGTBI católicos. “En el Sínodo, donde muchos esperan o temen que ahora se presenten las ‘bendiciones’ homosexuales, escribir una carta pública a estas organizaciones [LGBTB], recibirlas, fotografiarse con ellas… Eso es algo muy mensaje claro”, recalca el purpurado en la entrevista borrada donde, no obstante, admite que Francisco, todavía, no ha incurrido en “herejías formales”, que implicarían cambios en la doctrina y que le invalidarían como Pontífice. Eso sí, advierte que “enseñar en contra de la fe apostólica privaría automáticamente al Papa de su cargo”.
En la entrevista, Müller pone un ejemplo práctico que, en su opinión, colocaría a Francisco al límite de la excomunión y lo invalidaría como Papa: elacceso de divorciados vueltos a casar a la Eucaristía, algo que su sucesor en Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Fernández, ha dejado claro que ya es posible, merced a la “correcta interpretación” de la encíclica Amoris Laetitia. Para el alemán, éste sería un “caso límite de herejía formal”.
Las abruptas declaraciones de Müller (que, según apuntan distintas fuentes, él mismo se ha visto obligado a retirar, pues el hecho de que un cardenal insulte al Papa podría acarrearle fuertes sanciones e, incluso, la pérdida de la birreta cardenalicia) se producen en el mismo momento en que el Vaticano ha avalado que personas queer y homosexuales puedan ser padrinos y testigos del bautismo y del matrimonio, al tiempo que admite el bautismo de niños de padres trans u homosexuales.
Tal y como adelantó Religión Digital, Doctrina de la Fe publicó una carta en respuesta a algunas dudas de un obispo brasileño, y en la misma –rubricada el 31 de octubre por el propio Francisco– se recuerda que “la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada persona con su vida trabajada“.
A la pregunta de si un transexual puede ser padrino o madrina en un bautizo, Doctrina de la Fe contesta: “En determinadas condiciones, puede ser admitido como padrino o madrina un transexual adulto que también se haya sometido a un tratamiento hormonal y a una operación quirúrgica. Sin embargo, dado que esta tarea no constituye un derecho, la prudencia pastoral exige que no se permita si existe peligro de escándalo, de legitimación indebida o desorientación en el ámbito educativo de la comunidad eclesial”.
“¿Puede un transexual ser testigo en una boda?”, pregunta el obispo Negri y el Dicasterio de Doctrina de la Fe responde: “No hay nada en el derecho canónico universal vigente que prohíba a un a una persona transexual ser testigo en una boda”.
Y a la pregunta de si “¿pueden dos personas homoafectivas ser padres de un niño, que va a ser bautizado, y que ha sido adoptado u obtenido por otros métodos, como la maternidad subrogada?”, el dicasterio responde: “Para que el niño sea bautizado debe existir una esperanza fundada de que será educado en la religión católica”. Esto es: se pide a sus padres que lo eduquen en la fe, independientemente de su condición sexual. Algo que, para cardenales como Müller y el comando de enemigos del Papa, roza la herejía.
Comentarios desactivados en Los delegados del Sínodo comparten algunas de las dinámicas en torno a los debates LGBTQ+
La semana pasada, algunos delegados a la asamblea del Sínodo de la Sinodalidad de octubre de 2023 en Roma comenzaron a hablar con los periodistas sobre sus experiencias y sobre la discusión de cuestiones LGBTQ+ en la reunión. Algunos expresaron sorpresa o pesar por el relativo silencio de las cuestiones LGBTQ+ en el informe de Síntesis Final de la primera asamblea general. Al mismo tiempo, también expresaron su esperanza de continuar la conversación en los próximos meses y en preparación para la segunda asamblea general del Sínodo sobre la Sinodalidad del próximo año.
P. James Martín, SJ
En la revista America magazine, el P. James Martín, S.J. escribió sobre algunas de las conversaciones que tuvieron lugar en la asamblea y las tensiones que plantearon:
“Si bien no puedo compartir el contenido de las mesas de discusión o las intervenciones, puedo decir que tuvimos discusiones frecuentes sobre el tema en muchas mesas (no solo la mía, sino varias otras) y que hubo varias intervenciones relevantes durante la sesión plenaria. sesiones. Los enfoques se dieron en dos líneas: primero, había personas, como yo, que compartían historias sobre personas L.G.B.T.Q. Los católicos luchan por encontrar su lugar en su propia iglesia, junto con llamados para que la iglesia se acerque más a esta comunidad. Por otro lado, muchos delegados se opusieron incluso al uso del término ‘L.G.B.T.Q.’, considerándolo más reflejo de una ‘ideología’ impuesta a los países por Occidente o una forma de ‘neocolonialismo’, y centrándose más en los actos homosexuales como ‘ intrínsecamente malo’” Desde mi punto de vista, desearía que la síntesis reflejara más la rica conversación sobre el tema y admitiera nuestras divergencias, como se hizo en otras áreas controvertidas”.
P. Martin señala que “la falta de mención alguna del término ‘L.G.B.T.Q’ en la síntesis final […] fue, para muchas personas, incluido yo mismo, una decepción”, y aun así sugirió que el informe de síntesis final proporciona “una puerta abierta a Más conversación por parte del sínodo en nuestra próxima sesión y de la iglesia”.
Cardenal Blase Cupich
En una entrevista con el corresponsal vaticano estadounidense Gerard O’Connell, el cardenal Blase Cupich de Chicago afirmó que le sorprendió la ausencia de una referencia explícita a la comunidad LGBT. cuestiones en el informe. Cupich afirmó:
“Sólo porque había, al menos en los grupos en los que yo estaba, bastante referencia a eso. La gente hablaba de sus experiencias. Hubo algunos testimonios muy convincentes por parte de la gente al respecto en términos de sus familias. Esto no quedó plenamente reflejado en el documento. Eso no significa que no vayamos a volver a hacerlo el año que viene. Creo que eso va a suceder.
En una entrevista separada con Joshua McElwee y Christopher White del National Catholic Reporter, el Cardenal Cupich declaró de manera similar:
“No había ninguna intención de querer lastimar a nadie” al no usar los términos LGBTQ o gay […] Sí creo que tenemos que volver a la pregunta: ¿Llamamos a las personas como quieren que las llamen? . . Y creo que… eso es una señal de respeto; Eso también tiene que ser parte de la discusión en el futuro”.
Cardenal Robert McElroy
El cardenal Robert McElroy de San Diego, en conversación con Gerard O’Connell, también abordó otras causas para eliminar la referencia explícita a cuestiones LGBTQ+, vinculándolas con cuestiones de realidades geopolíticas y culturales:
“Una de las razones de las dificultades actuales con la terminología es que se ha vinculado, particularmente en África, con la política exterior estadounidense y con la ayuda exterior condicionada. Y se interpreta ampliamente como un [esfuerzo] colonialista. […] Y eso se siente ampliamente en muchas partes del mundo. Así que esa también es una gran parte del problema. El hecho de que la ayuda exterior esté condicionada al L.G.B.T.Q. cuestión, por lo que genera rencor sobre el término”.
Padre Agbonkhianmeghe Orobator, SJ
Y, sin embargo, un destacado jesuita africano y delegado sinodal, el p. Agonkhianmeghe Orobator, S.J., cuando el National Catholic Reporter le preguntó sobre cuestiones LGBTQ+, enfatizó que “nada está cerrado”. P. Orobator, ex presidente de la conferencia jesuita de África y Madagascar, señaló que “está claro que no hay ningún tema que esté fuera de la mesa. Y por lo tanto, incluso ahora, debido a que este documento no es un documento final… ningún tema está finalizado o cerrado”.
Quizás sea apropiado que la última palabra sobre cuestiones LGBTQ+ en el Sínodo pertenezca al Papa Francisco. Cuando se le preguntó sobre el debate sobre los católicos LGBTQ+ en el Sínodo en una amplia entrevista italiana, el Papa Francisco respondió:
“Cuando digo ‘todos, todos, todos’, es la gente. La iglesia recibe a la gente, a todos, y no pregunta quién eres. Luego, dentro de la iglesia, todos crecen y maduran en su pertenencia cristiana. Es cierto que hoy en día está un poco de moda hablar de esto. La iglesia recibe a todos”.
El New Ways Ministry continuará recorriendo el camino de la sinodalidad y llevando las voces de los católicos LGBTQ+ y sus aliados desde los márgenes al centro en los próximos meses. Únase a nosotros mientras continuamos la conversación el jueves 9 de noviembre a las 7:30 p. m., hora del este de EE. UU., mientras discutimos “El Sínodo y las personas LGBTQ+: ¿Qué pasó?” Puede registrarse para este diálogo en línea haciendo clic aquí.
Comentarios desactivados en El homófobo cardenal Müller critica a Francisco y dice que James Martin estaba en el Sínodo para hacer propaganda LGTBI
Gerhard Muller (CNS photo/Paul Haring)
El cardenal Gerhard Müller ha concedido una entrevista a la Nuova Bussola Quotidiada en la que critica duramente la primera parte del Sínodo sobre sinodalidad. El purpurado afirma que no es realmente un sínodo de obispos, condena que se hizo mucha propaganda LGTBI y afirma que todo el clero fue objeto de constante ataque, incluido de parte del Papa, que se busca llegar al modelo del cristianismo protestante.
“Se han perdido los criterios de la eclesiología católica, (…) no se dice abiertamente, pero el camino emprendido es el de la protestantización”. El balance que hace el cardenal Gerard L. Müller del Sínodo sobre la sinodalidad recién concluido es apocalíptico, como es habitual en él, sin la más mínima autocrítica con respecto a su anterior etapa inquisitorial ni al papel homófobo del pontificado del pastor alemán Benedicto XVI, causa del actual desprestigio católico.
El antiguo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe participó en el Roma Life Forum, un evento de dos días organizado por LifeSiteNews, del cual fue ponente. En su intervención, el cardenal Müller afirmó, , que es una pura ilusión pensar en “modernizar la verdad del Evangelio con la ayuda de filosofías relativistas o antropologías ideológicamente corrompidas. Basta con ver las realidades locales donde prevalece esta teología progresista: seminarios vacíos, la desaparición de la vida monástica, el abandono de los fieles. Por ejemplo, en Alemania se han perdido 13 millones de católicos en 50 años, pasando de los 33 millones de 1968 a los 20 millones en 2023. Con este Sínodo se ha querido cambiar la estructura jerárquica de la Iglesia, se toma como modelo la iglesia anglicana o protestante, pero lo que vemos es que la sinodalidad destruye la colegialidad”.
Entrevista
– Eminencia, ¿qué entiende usted por cambio en la estructura de la Iglesia?
Simplemente que cuando el Papa convocó a los laicos cambió la naturaleza del Sínodo, que en cambio nació como expresión de la colegialidad de todos los obispos con el Papa. No es sólo el Papa quien gobierna la Iglesia, como pretenden hoy algunos aduladores del Papa Francisco, sino que también los obispos locales tienen responsabilidad sobre toda la Iglesia. Esta es la razón por la que Pablo VI, implementando el Concilio Vaticano II, estableció el Sínodo.
– Podría parecer una simple reforma para realzar el papel de los laicos….
… En realidad, ignora el sacramento del Orden, que no es sólo una función de servicio, sino una institución directa y especial de Jesucristo. Él constituyó la Iglesia con su jerarquía. Apelar al sacerdocio universal, de todos los creyentes, en este caso es una forma de negar esta estructura querida por Cristo. Todos los creyentes han recibido el Espíritu Santo, pero los obispos han recibido la consagración para gobernar y santificar la Iglesia. Si se quiere hablar con los laicos, bien, hay otros instrumentos, por ejemplo la Comisión Teológica Internacional. O se pueden crear otras instituciones ad hoc, no hay problema, pero el Sínodo tiene otra naturaleza y el Papa no puede cambiar la estructura sacramental de la Iglesia. No puede dar autoridad episcopal a alguien que no es obispo.
– ¿Por eso criticó también la disposición de que los obispos no lleven la sotana de hilo durante los trabajos del Sínodo?
La cuestión del hábito puede parecer un detalle insignificante, pero apunta a la postura que he mencionado antes. La comodidad no es un criterio: cuando voy a una boda, no voy vestido como iría a la playa, sería más cómodo pero no adecuado a la circunstancia. Un sínodo, como un concilio, es una liturgia, un culto a Dios, no una asamblea cualquiera. Así que hasta el vestido dice en lo que se ha convertido el sínodo, en un diluvio de cháchara.
– Aquí, por cierto, ya que el tema era la sinodalidad, ¿qué se discutió realmente?
En realidad, después de tantas discusiones, nadie sabe qué es la sinodalidad. Se habló de tantas cosas, en las mesas estaban los “facilitadores” que daban los temas día a día haciendo preguntas, pero el debate también fue muy congelado, tiempo limitado para las intervenciones (tres minutos) y todo fue grabado. Cada uno de los participantes tenía un monitor delante y cada intervención era grabada, incluso en vídeo. Luego ese continuo “hay que escucharse”, nadie quería hacer el papel de “alborotador”, en definitiva había una domesticación. Y también para la plenaria, muchos obispos estaban decepcionados, se quejaban del bajo nivel de las intervenciones; y luego no se pueden tratar temas teológicos con emociones.
– ¿Puede poner un ejemplo?
Llega un testimonio, una mujer habla de alguien cercano a ella que se suicidó porque era bisexual, y dice que el párroco la había condenado por su bisexualidad. E inmediatamente después viene la otra intervención: aquí, es la prueba de que la Iglesia debe cambiar de doctrina. En resumen, al final la culpa es de la doctrina de la Iglesia, es decir, de Dios que creó al hombre y a la mujer. ¿Cómo se abordan cuestiones así? Ahora bien, los LGBT se erigen en verdaderos intérpretes de la Palabra de Dios, pero transmiten una antropología perversa, falsa: no se interesan por las personas, por su salvación, sino que instrumentalizan a las personas con problemas para afirmar su ideología. Quieren destruir la familia y el matrimonio.
– A este respecto, usted ya ha declarado que al final este Sínodo sólo quería promover la agenda LGBT y el diaconado femenino. ¿Qué le ha dado esta impresión?
Porque se habló mucho de esto y muy poco de los temas esenciales de la fe, es decir, la Encarnación, la salvación, la redención, la justificación, el pecado, la gracia, la naturaleza humana, el fin último del hombre, la dimensión trinitaria y eucarística de la Iglesia, las vocaciones, la educación. Estos son los verdaderos desafíos, como lo es la difusión de una gran violencia, de aquellos que la justifican en nombre de Dios, como los fundamentalistas musulmanes. De esto nada, en cambio tantos discursos sobre la homosexualidad, y todos unilaterales.
– En cuanto al resto, basta ver a los invitados…
Exacto. ¿Por qué no se invitó a personas que fueron practicantes homosexuales y luego recuperaron su heterosexualidad, y que han escrito libros sobre su experiencia, como Daniel Mattson, por ejemplo (autor de ‘Por qué no me considero gay. Cómo recuperé mi realidad sexual y encontré la paz’, Cantagalli 2018, nota del editor)? El padre James Martin estaba allí solo para hacer propaganda. Nunca habló sobre la gracia y la salvación para estas personas, solo sobre ‘la Iglesia debe aceptar, la Iglesia debe… debe… debe…’. Pero, ¿cómo puede ser la Esposa de Cristo el objeto de nuestras diatribas? No es la Iglesia la que debe cambiar, sino nosotros los que debemos convertirnos.
– También causó cierto revuelo el hecho de que durante el Sínodo, el Papa Francisco recibiera y elogiara a la hermana Jeannine Gramick, fundadora en Estados Unidos de un movimiento ‘católico’ LGBT, condenada en su momento por Juan Pablo II y Benedicto XVI.
El cardenal Hollerich (relator general del Sínodo) dijo que la homosexualidad no era el tema del sínodo, pero luego se habló de eso y se hicieron gestos evidentes, como este. Y el Papa siempre se presenta con estas personas. La justificación es pastoral, pero ¿de esta manera se favorece la pastoral para estas personas o se acepta esta condición como una expresión legítima de la naturaleza humana y de la fe cristiana? La cuestión queda abierta, pero claramente se favorece una cierta interpretación.
Hablando de sexualidad, ¿se abordó el tema de los abusos en el Sínodo? ¿Hubo eco del escándalo Rupnik?
Nadie tuvo el coraje de abordar realmente este tema, solo se usó como pretexto para atacar al clero. Todo es culpa del clericalismo, pero al final la culpa es de Jesucristo, que instituyó el apostolado. El clero es el conjunto de todos los obispos, sacerdotes y diáconos. No es su existencia la causa de los abusos, sino que hay individuos que no respetan el sexto mandamiento. Pero esto no se quiere decir, nunca se habla del pecado contra el sexto mandamiento, se encuentran otras excusas. Como en el caso de la bendición de parejas homosexuales: se dice que se debe evitar la confusión con el sacramento del matrimonio. Pero ese no es el tema. El tema es que los actos homosexuales y extramatrimoniales son un pecado mortal, por lo que no se pueden bendecir. No tiene nada que ver con la confusión, siempre tratan de desviar del punto.
– Entonces, ¿usted cree que la acusación de clericalismo es un pretexto para atacar a los sacerdotes como tales?
Es un hecho, incluso en el Sínodo siempre se habló mal de los sacerdotes y también el Papa lo hizo. Si en el documento final hay algunas palabras buenas, es obra de los redactores porque muchos se quejaron. Pero el tono general del Sínodo fue muy negativo. Se hace una caricatura del sacerdocio católico, como si fuera una casta en contraste con los laicos. En realidad, somos una sola comunión, pero con una especificidad porque no todos han recibido esta potestad sagrada. Aquí está la diferencia con el protestantismo, ellos niegan esta diferencia esencial del sacerdocio universal de los fieles; Lutero dice que el sacramento del orden no existe, que es un instrumento del diablo. No es posible llegar a un compromiso en este punto. Y sin embargo, en la Iglesia se intenta minimizar el sacerdocio ministerial, hablando siempre negativamente de los sacerdotes: abusadores, que someten a las mujeres, que castigan a los pecadores en el confesionario, siempre negativo. Pobres sacerdotes de hoy, atacados por todos lados, parece que las vocaciones molestan. ¿Dónde está la pastoral de las vocaciones? Es Jesús quien llama, no el Papa; los sacerdotes son de Jesús, no del Papa. Y este ejemplo se refleja incluso en muchos obispos que aprenden de esto y gobiernan en sus diócesis en contra de los sacerdotes.
– En resumen, desde el enfoque del Sínodo hasta la forma de hablar de los sacerdotes, parece que el ideal al que se quiere llegar es al protestantismo.
No lo expresan así, pero al final se llega a este punto.
Comentarios desactivados en Comunicado de CRISMHOM ante las declaraciones del Cardenal Müller sobre el Sínodo de la Sinodalidad.
Comunicado de CRISMHOM con su postura ante las recientes declaraciones del cardenal alemán G. L. Müller sobre el Sínodo de la Sinodalidad que está llevando a cabo la Iglesia católica romana.
COMUNICADO ANTE LAS DECLARACIONES DEL CARDENAL MÜLLER SOBRE EL SÍNODO DE LA SINODALIDAD
En CRISMHOM no nos sorprendemos de las nuevas declaraciones del cardenal Müller criticando las reflexiones del Sínodo y afirmando que “se teme lo peor de lo que nos queda por venir”. Con profunda tristeza declaramos que sus consideraciones muestran el antitestimonio de la Iglesia de Cristo, que sí es comunión, participación y misión. El cardenal
Müller es, desde hace mucho tiempo, uno de los cabecillas de la oposición a la línea que el papa Francisco ha querido imprimir a su pontificado.
Cabe pedir al cardenal que deje de mirar constantemente hacia atrás. Él es uno de los representantes de esa Iglesia que desde hace siglos tiene tortícolis. Esa Iglesia que condenó y se opuso a muchas conclusiones de la ciencia, y andando el tiempo quedó en ridículo. Esa Iglesia que condenó y se opuso a avances sociales y de la justicia, y con el tiempo ha sido abandonada en masa por sus fieles, que no encuentran en ella la luminosa verdad de Jesucristo.
Ahora ocurre lo mismo. Hace muchos años que la ciencia estableció que la homosexualidad es una variante más de la sexualidad humana. Ni aberrante ni antinatural. Hace décadas ya que las personas LGTBI+ se rebelaron contra una sociedad que los discriminaba y los humillaba. Y hace también años que los cristianos y cristianas LGTBI+ reclamamos nuestro lugar dentro de la Iglesia, como personas bautizadas. Como hijos, hijas e hijes queridísimos de Dios que somos.
En algo sí le tenemos que dar la razón al cardenal: efectivamente, como bien cita usted, “no podemos reconciliar a Cristo y al anticristo”. Más aún, debemos recordarle que no podemos predicar el Reino y practicar el “antirreino”. Esto sí sería dar poder al espíritu del anticristo, que habla a través de quienes promueven odio y discriminación.
Dios Abba no es un Dios anclado en las certezas del pasado, sino un Dios más y más grande que siempre nos sorprende y nos impulsa hacia delante con el soplo del Espíritu. Es un Dios que viene, y las personas que le seguimos aguardamos su venida caminando hacia el futuro. El cardenal Müller no es el único que ha estudiado teología. Hay muchos teólogos y teólogas, ordenados y laicos, que, con su reflexión, su oración y su discernimiento impulsan a la Iglesia hacia la plena aceptación de las personas LGTBI+.
¡Qué añoranza debió de sentir al recordar otros sínodos, cuando afirma que “En sínodos anteriores eran los obispos los que guiaban todo”! Esta vez no es así. La autoridad jerárquica, a ejemplo del Jesús de los Evangelios, ha recordado que está llamada a ser servidora. Por eso es un sínodo de comunión, participación y misión, y no un “sínodo trucado” como el cardenal afirma.
Por otro lado, Müller se aventura a hablar de la identidad de las personas LGTBI+ creyentes como una ideología. Con firmeza y autoridad evangélica rechazamos y denunciamos este tipo de discursos de odio y discriminación. Las personas LGTBI+ no somos una ideología, una teoría o reflexión filosófica. Somos personas humanas creadas a imagen y semejanza del Dios Amor. Y sí, tenemos que decirle que la Iglesia sinodal tiene la responsabilidad de estar abierta a devolver la dignidad de bautizados y bautizadas a esas personas.
Habrá que decir, por tanto, que todo aquel que dice amar a Dios y no ama a su hermano o hermana es un mentiroso. En esto consiste la radicalidad evangélica: en que nos amemos unas a otras.
Oramos por la conversión de los corazones y por una Iglesia plenamente inclusiva, formada por personas de toda condición, en la que contemos con jerarcas valientes que vivan el verdadero Evangelio del Amor. No deseamos expulsar a nadie de esta Iglesia, pero tampoco
permaneceremos callados ante las exclusiones e injusticas.
Comentarios desactivados en El colectivo LGTBI+, ante el Documento del Sínodo: “Nos decepciona enormemente”
Las siglas de este grupo de católicos ni siquiera aparecen en la redacción final
“Sospecho que la mayoría de los católicos LGBTQ se sentirán decepcionados porque ni siquiera se los menciona en la síntesis final”. Fueron las palabras del jesuita James Martin a la revista The Tablet tras hacerse público el Documento de Síntesis
Pero la de James Martin, siempre en el ojo de las críticas de los sectores eclesiales más retrógrados, no ha sido la única decepción con esta cuestión. Desde New Ways Ministry, una organización católica estadounidense algunos de cuyos fundadores fueron recibidos hace unos días por el propio papa Francisco, se señala que el informe del Sínodo “decepciona enormemente, pero debemos tener esperanza”
“Sospecho que la mayoría de los católicos LGBTQ se sentirán decepcionados porque ni siquiera se los menciona en la síntesis final”. Fueron las palabras del jesuita James Martin a la revista The Tablet tras hacerse público el Documento de Síntesis aprobado y que recoge las propuestas de la primera parte de la asamblea sinodal que se ha celebrado en el Vaticano durante este mes de octubre y que tendrá su definitiva resolución en octubre de 2024. De hecho, las siglas LGBTQ ni siquiera aparecen en la redacción final.
Sobre este punto, y tal y como recoge Katholisch, citando al semanario británico, “el documento no se corresponde con las numerosas mesas de discusión y solicitudes de intervención en las sesiones plenarias del Sínodo, en las que el tema surgió repetidamente y provocó opiniones muy diferentes”, según afirmó el religioso pionero en la pastoral con el colectivo LGTBI+ y que participó en este Sínodo por designación papal.
Pero la de James Martin, siempre en el ojo de las críticas de los sectores eclesiales más retrógrados, no ha sido la única decepción con esta cuestión. Desde New Ways Ministry, una organización católica estadounidense algunos de cuyos fundadores fueron recibidos hace unos días por el propio papa Francisco, se señala que el informe del Sínodo “decepciona enormemente, pero debemos tener esperanza”.
“Sin ninguna declaración positiva sobre cuestiones LGBTQ+ en el documento, y con sólo dos referencias que simplemente afirman lo que se sabía cuando comenzó el Sínodo, los católicos de todo el mundo se sentirán muy decepcionados. Después de dos años de pedir a la Iglesia que tenga un enfoque más positivo hacia las personas LGBTQ+, repetido una y otra vez en todo el mundo y en cada fase de las consultas del Sínodo, está claro que los católicos quieren una Iglesia más inclusiva”, señala Francis DeBernardo, director ejecutivo de esta organización.
“Si bien los católicos LGBTQ+ y quienes los apoyan se sentirán decepcionados, oramos para que ellos no se desanimen también. Cuando el cofundador y el personal del New Ways Ministry se reunieron con el papa Francisco este mes durante la asamblea del Sínodo, nos aconsejó que nunca perdamos la esperanza, citando a San Pablo: ‘La esperanza no decepciona’”.
“No es momento desesperarse”
“La comunidad católica LGBTQ+ debe tomar en serio el mensaje del papa Francisco. Las deficiencias del informe son una invitación a hablar nuevamente de sus alegrías, sus dolores y su fe durante el año que queda de este camino sinodal. Ahora no es momento de desesperarse. Ahora es el momento de seguir viviendo con esperanza y de hacer que esa esperanza cobre vida a través de la acción”, indica DeBernardo.
Con todo, el activista LGTBI+ quiso subrayar que “un mensaje alentador de esta primera Asamblea General del Sínodo es el número supuestamente considerable de delegados que apoyaron un enfoque más positivo de las cuestiones LGBTQ+. Los rumores romanos dejaron en claro que algunos participantes instaron firmemente a cambios en la práctica, el lenguaje y la enseñanza católica relacionados con las personas LGBTQ+. Un delegado habló poderosamente sobre un ser querido bisexual que se suicidó después de enfrentar el rechazo de la iglesia. Este informe final no reconoce las contribuciones de estos participantes”.
“Synod Report Greatly Disappoints, But We Must Have Hope” – Statement from Francis DeBernardo, Exec Director of @NewWaysMinistry, following the release of the Synod on Synodality General Assembly’s final report. @Synod_vahttps://t.co/bLxGFu21xN
“Nada en el catolicismo cambia de la noche a la mañana, pero el cambio nunca llega a ninguna institución si no hay un debate libre y abierto. Durante décadas, los teólogos, ministros pastorales y defensores católicos que se pronunciaron en apoyo de las personas LGBTQ+ fueron silenciados y desestimados. Con esta reunión, la Iglesia universal ha iniciado un diálogo institucional LGBTQ+, poniendo fin a décadas de obstinada supresión de las cuestiones de identidad sexual y de género que son tan esenciales para el florecimiento humano, y tan importantes para que la Iglesia Católica esté a la altura de sus mejores ideales siendo una tienda ampliada donde todos son bienvenidos, todos respetados y todos tratados por igual”, finaliza DeBernardo el mensaje enviado tras la clausura de esta primera fase del Sínodo de la Sinodalidad.
Comentarios desactivados en Imaginando la sacramentalidad feminista y LGBTQ de una Iglesia sinodal
Barbara Kozee
La publicación de hoy es parte de la serie de reflexiones teológicas de Bondings 2.0 sobre cuestiones LGBTQ+ y el Sínodo sobre la Sinodalidad, que se publicará cuando la Asamblea General del Sínodo se reúna en el Vaticano este mes. Para conocer toda la cobertura del Sínodo de Bondings 2.0, incluidos los informes de Roma, haga clic aquí.
La publicación de hoy es de Barbara Anne Kozee (ella/ella). Barb es estudiante de doctorado en Ética Teológica en Boston College y estudia las intersecciones de género, sexualidad, cultura y política. Completó su M.Div. en la Escuela Jesuita de Teología de la Universidad de Santa Clara y es miembro de la Junta Directiva de la Conferencia de Ordenación de Mujeres.
¿Quién puede bendecir y quién puede ser bendecido?
Creo que esta es una de las cuestiones centrales con las que estamos lidiando como iglesia durante el Sínodo sobre la sinodalidad. En el contexto de la teología católica, esto se convierte en última instancia en una cuestión de gracia y sacramentalidad.
La teóloga feminista Susan Ross basa su libro sobre teología sacramental, Extravagant Affections, en Juan 12:1-8, la historia de Jesús ungido por María en Betania. Ross interpreta los sacramentos como “obras de arte” que revelan los extravagantes afectos de Dios por la humanidad. Los sacramentos son al mismo tiempo ordinarios y extraordinarios en el sentido de que la presencia divina está mediada por encuentros terrenales y carnales que a menudo involucran nuestros sentidos, como en el canto o los olores de la liturgia. En una interpretación feminista de esta escena, María ministra ungiendo a Jesús con el aceite sacramental y aromático.
¡Y es más, Jesús aprueba esta visión sacramental! Cuando Judas intenta intervenir, Jesús dice: “Déjenla en paz” (12:7), terminando con un recordatorio de que “a los pobres siempre tendréis con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis” (12:8). Esta observación contrasta con lo que normalmente esperamos de Jesús. Por un lado, normalmente esperamos que Jesús sea un defensor de los pobres y un defensor de la justicia económica. Y en segundo lugar, especialmente en Juan, usualmente tenemos a un Jesús que enfatiza la naturaleza eternamente permanente de Dios en comunión con la humanidad a través de la presencia del Espíritu. No es frecuente que Jesús enfatice la agridulce impermanencia de sus relaciones terrenales.
Me gusta este texto por muchas razones, pero especialmente por la imagen de un Jesús que disfruta de sentimientos sacramentales de alegría, conexión, intimidad y placer, de la manera más humana. Si bien el sufrimiento y la muerte de Jesús están por llegar, aquí se toma un minuto para disfrutar del amor que tiene en esta comunidad de amigos. Jesús parece aprobar una teología sacramental feminista, que se deja ministrar por mujeres y se entrega a los sentidos. Tomando prestado un motivo del movimiento obrero, Jesús aboga por el pan y las rosas. Los sacramentos pueden ser un encuentro sustancial privilegiado con la gracia, y también pueden ser lo que hace que la vida valga la pena ser vivida.
¿Quién puede bendecir y quién puede ser bendecido? Actualmente en nuestra iglesia esta cuestión todavía está determinada en gran medida por el género y la sexualidad. Sin embargo, como lo muestran Ross y las teólogas feministas, la ordenación de mujeres en realidad nos devuelve a nuestra tradición, en el sentido histórico de que sabemos que probablemente hubo mujeres ordenadas en la iglesia primitiva, pero también en un sentido teológico, como el escritor del evangelio de Juan articula la gracia y sacramentalidad.
Para las personas LGBTQ en la Iglesia Católica, anhelamos una teología del matrimonio que esté abierta a los afectos extravagantes de Dios hacia el carácter sagrado de la intimidad queer. Para una ministra como María que celebra la alegría de la conexión humana. De manera similar, es posible considerar que las bendiciones del matrimonio queer nos devuelven a nuestra tradición bíblica de los sacramentos como vivos y misteriosos.
El documento de trabajo de la asamblea sinodal pregunta: “¿Cómo puede la Iglesia de nuestro tiempo cumplir mejor su misión mediante un mayor reconocimiento y promoción de la dignidad bautismal de la mujer?” y “¿Cómo puede una Iglesia sinodal hacer creíble la promesa de que ‘el amor y la verdad se encontrarán’ (Sal 85,11)?” Considero importante que nosotros, como iglesia sinodal, consideremos la interrelación de estas dos cuestiones, con respecto al liderazgo y la dignidad de las mujeres y la bienvenida y la dignidad de las personas LGBTQ en la iglesia.
Ambas preguntas tienen sus raíces en cuestiones antropológicas de complementariedad de género –la idea de que hombres y mujeres tienen dones únicos y opuestos determinados por su género– que guiaron la doctrina de la iglesia durante muchos siglos y que han sido especialmente enfatizadas en pontificados recientes. Dispensar y recibir los sacramentos tiene que ver fundamentalmente con quién es capaz de ser imagen de Dios y de dar y recibir la gracia de Dios. Nuestra teología del matrimonio y nuestra teología del ministerio y la ordenación estarán incompletas sin la realización de la justicia para las mujeres y las personas queer en ambos contextos sacramentales. Mi imagen de una iglesia sinodal, por distante que sea, incluye a mujeres que predican el Evangelio y ministran durante la bendición del matrimonio LGBTQ.
Mi oración por el Sínodo es por el funcionamiento de una visión más misteriosa y no domesticada de la gracia de Dios que continúe el trabajo del Concilio Vaticano Segundo sobre la expansión de la teología sacramental. Si la imagen del Vaticano II fue la de aggiornamento y apertura de las ventanas de la iglesia, la imagen del Sínodo ha sido la de la escucha y la ampliación del espacio de nuestra tienda. Mi esperanza es una carpa lo suficientemente grande y que escuche con valentía la dignidad sacramental tanto de las mujeres como de las personas LGBTQ.
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