Archivo

Entradas Etiquetadas ‘Sinodal idas’

“El que no recoge conmigo, desparrama”, por Carmiña Navia.

Viernes, 29 de noviembre de 2024

medio-rostro-de-jesusEsta frase, atribuida a Jesús de Nazaret, me lleva a pensar en otra de igual contundencia y realidad: el que no avanza, retrocede. Y me pregunto una vez más ¿qué pasa con la Iglesia Católica que se niega a avanzar como se lo exige su imprescindible necesidad de diálogo con la sociedad en que se mueve? La Iglesia padece esclerosis, definitivamente. Hay muchos síntomas de que esto es así. ¿Qué podemos hacer quienes creemos que vivir según la propuesta de Jesús, exige hacerlo desde una comunidad que no sólo apoye sino que confronte?

Veamos algunos ejes de esta parálisis eclesial:

Recién realizado el Vaticano II, aún en medio de confrontaciones y fuerzas contrarias, la mayoría de las parroquias vivieron un renacimiento en muchos ámbitos que animó los sueños de mujeres y hombres eclesiales. Las mujeres participaron como acólitas, lectoras, ministros de la comunión de los enfermos, tomaron parte en la predicación de la palabra… Mujeres y hombres laicos administraron los bienes parroquiales e hicieron parte de sus juntas de orientación y de gobierno. Se esperaron transformaciones más radicales de un lado, mientras se negaban de otro.

Pasadas unas décadas este entusiasmo se mermó y lo más grave: Nuevas generaciones de seminaristas que no vivieron los aires del Concilio, se formaron en paradigmas más tradicionales y apegados a fórmulas antiguas. Hoy, muchas de esas parroquias, han retomado prácticas conservadoras y los nuevos creyentes se manejan como si nunca hubiera habido búsquedas diferentes, definitivamente volvemos hacia atrás: comunión de rodillas, mujeres lo más lejos posible del altar en funciones significativas, nada que ver en los destinos reales de las parroquias…

Por otro lado se convoca el Sínodo de la sinodalidad… del que muchos esperaban un cambio rezagado por siglos. Pero el cambio no llega y el Sínodo no alcanza siquiera a maquillar la ceguera de siglos. La realidad realmente es muy dura.

Un hombre como Francisco, el Papa, capaz de vislumbrar muchas de las necesidades del mundo y de escribir encíclicas sobre las urgencias que nos exige la naturaleza o los reclamos de fraternidad, de corazón y amor que nuestras sociedades necesitan… parece no escuchar muchos clamores al interior de su propia comunidad eclesial y no se toma en serio la urgencia de transformación como condición imprescindible para no perder vigencia en un diálogo que el mundo de hoy no tolera sino desde igualdades reales y profundas. Este Papa, al que admiro por muchas de sus palabras y actitudes… no lo alcanzo a entender cuando se trata del tema femenino… ¿qué le pasa? ¿qué le pasa a la iglesia?

Ya antes de iniciarse la reunión sobre la sinodalidad, Francisco mismo veta cualquier acercamiento a lograr en la iglesia dignidad para la mujer: el tema del diaconado femenino no está maduro para debatirse… ¿Qué significa estar maduro y quién lo determina? No basta que lo pidan iglesias nacionales enteras (la de Alemania por ejemplo), no importa que lo pidan los órganos que coordinan las comunidades religiosas femeninas, no importa que lo pidan teólogos y teólogas o comisiones… No está maduro todavía… ¿Y sí madurará en medio del silencio y la omisión?

Más allá del asombro y la protesta me pregunto de fondo: ¿Qué defiende la iglesia con esta negación a moverse? ¿Qué es lo que cree que teme perder? Porque no pienso realmente que a estas alturas del desarrollo de los estudios bíblicos y de la conciencia crística se pueda defender que no se hace tal cosa porque Jesús no la hizo. Desde lo más hondo de mí tengo que pensar que lo único que pasa y que temen, es que los hombres pierdan el monopolio del poder.

Todas las organizaciones en Occidente y la mayoría de las iglesias cristianas ya han abierto sus puertas a las mujeres. ¡Hasta el ejército! Pero la iglesia católica, no… ni siquiera permite discutirlo. Yo creo que este asunto reviste gravedad. Me resulta difícil además resolverlo -en el caso de Francisco, no de la mayoría de los varones eclesiales- con la respuesta del poder. No creo por todo lo que muestra en el conjunto de su pontificado que Francisco tema perder poder… ¿De qué está preso entonces en el tema del diaconado y la ordenación femenina?

Todavía en la Iglesia Católica los hombres tienen temores al “oscuro universo de la mujer”, es la única conclusión que se me ocurre. Todavía tal vez de manera inconsciente piensan que su “impureza” contamina el ámbito sagrado… No creo poder hallar razones diferentes en estos momentos de la discusión y claridad teológico-bíblica. Y esto sin abordar en estas reflexiones el problema inmensísimo de la pedofilia y de los abusos sexuales por parte de los sacerdotes…

Percibo además, un miedo indiscriminado al futuro. Como si el porvenir sólo exigiera desviaciones y caminos errados. La vida en abundancia, que prometió el Maestro no se puede encontrar con los ojos cerrados al mañana. La vida no está atrás en el retrovisor… la vida está adelante.

El evangelio nos habla claramente:

“He venido para que tengan vida…

En esto conocerán que son mis discípulos…

Los que hagas a un pequeño de estos, me lo harás a mí…

Hay que perdonar al hermano setenta veces siente…

Poner la otra mejilla…

Sanar a los heridos y enfermos…”

No hay chance de perderse… entonces ¿por qué tantos temores de romper cadenas y ensayar pasos nuevos?

Ojalá la fuerza del Espíritu irrumpa, expulse los temores y haga abrir las ventanas. De lo contrario, un diálogo con mundos del mañana resultará imposible.

Carmiña Navia Velasco

En el mes de Noviembre del 2024

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , ,

“ San Pablo hubiese sido fan de la sinodalidad”, por Gabriel Mª Otalora

Miércoles, 9 de octubre de 2024
Comentarios desactivados en “ San Pablo hubiese sido fan de la sinodalidad”, por Gabriel Mª Otalora

cq5dam.web.1280.1280De su blog Punto de Encuentro:

Estamos en el mes del sínodo de la sinodalidad que tanto ha dado que hablar… y callar, más de la cuenta. El recorrido hasta aquí ha sido largo, con una inusual implicación papal en las diferentes etapas hasta llegar a este momento final. Mejor dicho,  estamos en el momento inicial ya que todo lo anterior ha sido la preparación para llegar a esta culminación que esperamos ponga las bases del recorrido que nos espera como Iglesia en adelante; con otro talante y actitud.

La Iglesia sinodal nos llama a un cambio profundo como institución, pero, sobre todo, a un cambio personal. Esto lo dice el Papa Francisco una y otra vez, alertando del pecado social de falta de fraternidad. Cristina Inogés (teóloga laica, miembro de la Asamblea de este Sínodo) lo recalca en la primera frase de su último trabajo en Cristianisme i Justicia (cuaderno 238). Las personas y nuestras actitudes son el eje central, tal como lo fue en los primeros tiempos de los seguidores de Jesús cuando trabajaban duro por difundir la Buena Noticia con la palabra y los hechos.

El marco actual no es tan desabrido como entonces, pero Inogés recuerda que la Iglesia nació en un contexto de conflicto y persecución creciendo entre divisiones y tensiones, entre avances y retrocesos. Que se lo digan a Pablo, que trató de vivir y compartir su experiencia evangelizando a la manera de Jesús de manera muy comprometida, aunque menos rígida que una religión. Esto le ocasionó graves disgustos a Pablo porque él primaba la Buena Noticia sobre la institucionalización de la Ley. Los atenienses le ven muy espiritualista y lejano (un dios de madre humana que es denigrado en una cruz y resucita porque él es el Salvador…), y los judíos se enfadan en Corinto porque Pablo les hace la competencia.

Le difaman porque resulta poco convencional al centrarse en vivir el Mensaje por encima de la institucionalización del movimiento que se va formando; esto es importante, pero no lo esencial. Se rodea de mujeres de todo tipo, incluidas algunas inteligentes y de buena posición que incluso le financian alguno de sus viajes; ellas ceden sus casas para las reuniones de las incipientes comunidades. De tú a tú, sin diferencias entre mujeres y hombres. Pablo llama a Febe diakonos; a Pricia le menta por delante de su marido. A Junia, “apóstol de apóstoles”, aunque más tarde pasa a llamarse Junias, en masculino… (¿Quién lo hizo, por qué?).

En las pocas “cartas de Pablo” escritas por sus seguidores, no por él, es cuando aparecen signos de que se relega a las mujeres. Y después de Pablo, se las coloca de nuevo bajo la tutela masculina por influencias helenistas. Pablo entendió que el Mensaje cristiano (amar a todos siempre) era lo esencial, y quizá, la incipiente iglesia cristiana de Jerusalén con Santiago al frente, no lo veía como Pablo… Suena muy actual.

Claro que la Ley es importante, pero el aferrarse a ella como signo y esencia, a la vez, descentra la enseñanza de Cristo. Ocurrió con el Templo de Jerusalén y la deriva esencialista que vivió Jesús. Todavía estamos dando vueltas a si Jesús fundó la Iglesia, o le encomendó a Pedro hacerlo. Lo esencial es el estilo de vida, pues Jesús no nos dejó una estructura de Iglesia diseñada. En esto Pablo lo vio mejor que otros, y además lo hizo ejemplarmente, pues no dejó de trabajar para vivir mientras predicaba entendiendo el servicio de una manera radical.

Su testimonio tuvo que ser alucinante para el siglo I: Dios salva a quienes se tomen en serio amar, no a quienes escuchan palabras sabias, sino palabras “locas”. Y si buscas la sabiduría de otra manera te extravías. Que la esencia de todo está en ese Crucificado, escándalo para los judíos, y locura para los intelectuales. Que lo débil ha sido escogido para fortalecer, y lo herido, para sanar…

La fe hay que vivirla con autenticidad, aceptando las diferencias y las fricciones, porque si no nos escuchamos y aceptamos, es imposible vivir la comunidad eclesial que tanto defendemos, pero que tan mediocremente vivimos por la actitud poco predispuesta al cambio personal para lograr el cambio comunitario, que es a lo que el Papa nos alienta ahora para que el camino abierto sea fructífero. En el centro solo está Cristo (y quien dice Cristo, dice el prójimo); no los párrocos, los obispos ni tan siquiera el Papa. Mucho menos la estructura eclesial o los rituales, signos de lo verdaderamente esencial.

Bienvenido, Sínodo de comunión transformadora, donde la lógica del servicio acabe con la lógica del poder y todos y todas puedan sentirse acogidos en la Iglesia, comunidad y casa de amor fraterno.

Espiritualidad , , ,

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.