Sheol
Siempre me ha chocado esa expresión que decimos en el credo “Jesús después de morir en la cruz, descendió a los infiernos.” Igual es mejor traducirla por “bajó a lo más profundo”. Jesús muere como maldito. Ya no puede bajar más. Y así se une a los últimos de la sociedad. Muchas personas viven sin vivir, en el mundo de los difuntos, en el sheol. Y Jesús lo transforma todo, lo llena de vida y resurrección.
Qué bonita vida y mensaje para el Triduo Pascual. Bajar, descender, acercarnos, entrar en el mundo de los más marginados, de los que no cuentan, ni casi son; Y llenarlos de vida, de dignidad, de salvación. “Jesús se anonadó haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz.” Pero es que no vivió como cualquier hombre, sino como los más débiles de la humanidad.
Es preciso entrar en el mundo, en el submundo de los “muertos”, de los marginados… Los que viven en los arcenes de la vida, viven o mal viven.
Me agrada mucho el que en varias capitales se suelte un preso, se le dé libertad. Es un pequeño gesto de liberación, en recuerdo de Cristo preso, muerto y resucitado. Por desgracia veo y siento a los pobres, desde la altura de mi vida normal. Es preciso bajar al fondo de la vida y compartir la vida sin vida de los pobres, de los sin techo, de los enfermos, de los muertos… Defender y luchar por una sociedad en la que todas las personas vivamos como hijos de Dios. Jesús lo hizo a lo largo de su vida y ahora lo expresa con esa acción que decimos de Él: bajar a los infiernos, lo de abajo de la vida. Todos los muertos, los que no son, los que no cuentan, reciben la vida y la plenitud.
“Por eso Dios lo exaltó y le concedió el nombre sobre todo nombre”. Son demasiados los muertos por violencia, por el mar, por el hambre. Son demasiadas las personas que mal viven y en las que domina la muerte.
Me maravilla el que, a pesar de los muertos por la violencia en tantas partes del mundo, siga habiendo misioneros, voluntarios, personas entregadas, hasta la muerte. Eso sí que es bajar a los infiernos.
Le doy muchas vueltas al ataque de Sri Lanka, ¿Cómo se puede curar y sanar esa realidad? Son precisas todas las medidas, toda la cultura nueva de paz, toda la responsabilidad de las Naciones Unidas, todo el esfuerzo de cada habitante del mundo…Todo muy bueno y necesario. Pero saco en conclusión que solamente, y gracias a las personas buenas de toda religión que aman y gracias a un amor que es más fuerte que la muerte, se puede vencer este odio. “Bajó y sigue bajando a los infiernos”. Por eso será posible y llegará la paz a los vivos.
Nos lleva a todos consigo a su Reino aquí ya en la tierra.
Gerardo Villar
Fuente Fe Adulta
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