Servicio Jesuita a Migrantes de Chile: Aumento de criminalidad no está vinculado a aumento de migraciones
Chile: aún faltan políticas públicas para refugiados y migrantes
Se presentó el Anuario de Estadística Migratoria que aborda la situación de la Movilidad Humana en Chile durante el año 2022, en relación con lo que ha sido la última década para este país en esta materia.
En la presentación del informe, expertas señalaron que no siempre la principal motivación de las migraciones que llegan a Chile, desde otros países del continente, son económicas sino que en muchos casos se busca huir de la violencia de género.
Vincular criminalidad con migraciones “enturbian las percepciones y la toma de decisiones de medidas públicas, sin hacerse la debida distinción entre fenómenos sociales que son distintos y que deben ser manejados de formas diferentes”, dice el anuario del Servicio Jesuita a Migrantes de Chile.
| Aníbal Pastor N. Corresponsal en Chile
El Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) presentó la cuarta versión de su “Anuario de Estadística Migratoria”, que incluyó un debate de expertos y que se realizó en el Centro Cultural del Palacio de La Moneda, en Santiago de Chile, sede del gobierno.
En este foro, moderado por la periodista Isabel Tolosa, participaron Marjorie Dinamarca, del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Felipe Mallea, Jefe del Departamento de Estudios en el Servicio Nacional de Migraciones, Marcela Tapia Ladino Directora de Doctorado en Estudios Transfronterizos de la Universidad Arturo Prat de Iquique, y Daniela León, Oficial de Políticas en la Organización Internacional de las Migraciones – Chile (OIM). Todas ellas discutieron sobre los hallazgos del informe y el tema propuesto: “cómo avanzar hacia una migración ordenada, segura y regular”.
“Con un enfoque longitudinal, este informe revisa la evolución que ha tenido la migración en los últimos cinco años y propone desafíos para avanzar hacia una migración ordenada, segura y regular, en un marco donde se aborden las preocupaciones legítimas de los estados y comunidades, el bienestar de las sociedades receptoras y la promoción de procesos de integración social e intercultural en Chile”, señaló el SJM.
5 capítulos
El documento se ha estructurado en 5 capítulos. El primero da cuenta de las principales características que han tenido los flujos migratorios durante el año 2022, en contraposición con las tendencias de la década anterior. El segundo se refiere a la “Protección internacional en Chile por razones humanitarias”, el tercero: “Institucionalidad migratoria y participación electoral”; el cuarto: “Inserción laboral migrante” y el quinto capítulo: el “Ejercicio de Derechos: Educación, Salud y Vivienda”.
Así, en este anuario se consigna que las cifras oficiales “muestran con claridad que la población extranjera residente en Chile ha aumentado considerablemente en los últimos años, llegando, según las estimaciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y el Servicio Nacional de Migraciones (SERMIG), a 1.482.390 personas extranjeras residiendo en Chile, en diciembre 2021. Esto, cabe indicar, sin contar a todas las personas que han ingresado por pasos no habilitados, y de las cuales no hay registros o sólo información parcial. Habrá que observar si el proceso de empadronamiento que se ha iniciado en junio de 2023 tiene éxito y permite dar una aproximación a números que incluyan a dicha población en la estimación a futuro”.
La información presentada, muestra que existe una institucionalidad y un conjunto de instrumentos para gestionar los flujos migratorios, que pueden ayudar a promover la regularidad migratoria, versus la irregularidad. Mas en esto no se ha avanzado porque no hay voluntad política.
Conclusiones
Según el estudio del Servicio Jesuita a Migrantes, hay tres conclusiones centrales.
La primera indica que hay flujos migratorios irregulares que venían a la baja en los años 2020 y 2021, pero que subieron en 2022. “Esto obedece principalmente a la tendencia de la población venezolana, y en menor medida haitiana, que han optado por dejar Chile y buscar otros destinos migratorios”, señala el anuario.
La segunda conclusión es que el otorgamiento de protección a los refugiados “ha sido bajo, tanto a nivel de visas humanitarias como de reconocimiento de la condición de refugio”. El informe indica que “del total de solicitudes realizadas entre 2010 y 2022, solo un 2,8% han sido reconocidas. Esto es aún más crítico al comparar por nacionalidad”. En el caso de personas venezolanas, solo se han reconocido un 0,32% de los solicitantes. En el caso de Haití, son 0 de 220 solicitudes, y para Colombia un 5,24%. En cambio, para países como Siria el reconocimiento es de un 69% y Ucrania 44,7%.
Y la tercera conclusión del estudio el Servicio Jesuita a Migrantes, señala que los migrantes en Chile han aumentado considerablemente su participación en espacios sociales y en el uso de servicios públicos fundamentales. Esto implica desafíos tanto de inclusión intercultural como de inversión pública en áreas fundamentales como la educación, salud y vivienda.
Se indica que “esto se ha observado en el aumento proporcional en el padrón electoral, en las matrículas en el sistema educacional, principalmente primario y secundario, y el acceso y uso de los servicios públicos de salud. Estos datos deben considerarse de manera contextualizada para ponderar sus implicancias”. Y en el caso la salud y la educación, “la población chilena también ha tenido un aumento, por lo que el déficit, que pudiera haber de camas hospitalarias o matrículas escolares, no sería provocado por la demanda migrante, sino que son brechas de la población total, que deben ser asumidas por el Estado con un nivel importante de inversión pública en servicios sociales. El caso del acceso a la vivienda también es relevante, por ejemplo, en la macrozona norte, la población que vive en campamentos es mayoritariamente migrante.
Finalmente, en las agendas de los medios de comunicación y las narrativas políticas en que vinculan la criminalidad a los migrantes, se indica que estos discursos “enturbian las percepciones y la toma de decisiones de medidas públicas, sin hacerse la debida distinción entre fenómenos sociales que son distintos y que deben ser manejados de formas diferentes, ya que cada cual responde a causalidades y dinámicas particulares. De esta manera, pudiendo hablar sobre migración más allá de seguridad, se allanaría el camino para una gestión integral basada en enfoque de derechos y que responda a la dramática y grave situación que hoy miles de personas entre ellas niños, niñas y adolescentes están sufriendo”.
Estadísticas Oficiales
Poco antes del Anuario del SJM, el Servicio Nacional de Migraciones (SERMIG) del gobierno chileno emitió un informe de estadísticas generales del período 2021-2022, señalado como “el primero de este tipo, y a su vez el primero de una serie de informes que realizará el SERMIG”.
En las conclusiones de este reporte, se da cuenta de dos situaciones que vive la comunidad extranjera residente en Chile.
Primero, se destaca a quienes han llegado recientemente al país durante 2022, marcado por una disminución de las solicitudes de Residencias Temporales a nivel total, pero con un aumento importante para el caso de niños, niñas y adolescentes en comparación al año 2021.
En segundo lugar, se encuentran las personas extranjeras con mayores años de residencia en suelo chileno que corresponden a nacionalidad venezolana y colombiana; esto ocasiona un aumento de tramitación y otorgamiento de Residencia Definitiva, de la mano con el incremento de solicitudes de Cartas de Nacionalización.
Fuente Religión Digital
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