Franco luce en la cúpula de El Palmar de Troya
Una estatua del dictador (sí, ese monigote de la izquierda), vestido de militar y con una corona de santo dorada, ha sido incluida en la fachada de la basílica de los Carmelitas de la Santa Faz
La iglesia de El Palmar de Troya, en Utrera (Sevilla), también denominada de los Carmelitas de la Santa Faz, ha incluido en la fachada de su basílica casi una decena de nuevas esculturas entre las que se encuentra la del dictador Francisco Franco, vestido de militar y con corona de santo dorada.
A pesar de su decadencia desde que hace una década murió Clemente Domínguez, autoproclamado “papa Gregorio XVII“, con un declive de fieles y de captación de fondos, su iglesia de El Palmar presenta ahora una imagen renovada de color blanco y marrón carmelita, con estas nuevas esculturas en su fachada.
Junto a las esculturas de san Pedro, san Miguel, san Francisco de Paula, san Fernando y san Francisco de Asís, la estatua de Franco (san Francisco Franco para esta iglesia), preside la parte alta del edificio y se hace visible más allá de los muros de hormigón de unos cinco metros que rodean a la finca. La Iglesia Palmariana, rechazada por la Iglesia Católica, cuenta entre su santoral también con san Adolfo (Adolf Hitler), san José Antonio Primo de Rivera, san José Calvo Sotelo, san Luis Carrero Blanco, santa María Eva Ibarguren, san Francisco Jiménez de Cisneros o incluso san Cristóbal Colón.
Tiene su origen en la supuesta aparición en 1968 de la Virgen a cuatro niñas en un lentisco de la finca la Alcaparrosa -donde se sitúa el templo-, algo que supuestamente también le ocurriría al que fue el papa Gregorio XVII, hasta entonces un contable de Sevilla. Su éxito se basó en que acogió a los descontentos por las decisiones adoptadas en el Concilio Vaticano II, que rompió con algunas de las tradiciones de la Iglesia, y en su auge consiguieron congregar a miles de personas para ver a su Papa entrar en trance.
Gracias a las numerosas donaciones, muchas de ellas de empresas del extranjero, la orden experimentó un importante crecimiento que le llevó a levantar el imponente templo con ocho torres de casi cuarenta metros de altura. La muerte del papa Gregorio en 2005 dio inicio a una crisis de fieles y recursos que dejaron esta iglesia inconclusa, por lo que ahora, casi diez años después, sorprenden las nuevas actuaciones en su fachada.
Los religiosos palmarianos llegaron a tener entre 2.500 y 3.000 metros cuadrados de suelo en pleno centro de Sevilla, propiedades que terminaron de vender en 2003 y cuyos dividendos han permitido, al parecer, que se mantuviera la orden en el tiempo. Tras la muerte del papa Gregorio, su iglesia lo nombró san Gregorio “El muy grande” y su sucesor fue el abogado Manuel Alonso Corral, autoproclamado como Pedro II hasta que murió en 2011 y fue elegido en cónclave el padre Sergio María, exmilitar murciano que adopto el nombre de Gregorio XVIII, todos ellos considerados como “antipapas” por la Iglesia Católica.
Entre los excomulgados por esta iglesia se encuentran la Familia Real, los comunistas o todos los espectadores que hayan visto la película “Jesucristo Superstar”.
Funte Público
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