Del blog de Xabier Pikaza:
La humanidad entera son diez chicas que aguardan al Novio, con velas encendidas, y así lo indica esta parábola, evocando la esperanza del amor como don y tarea de la vida.
Es una parábola extraña, como todas, un cuento del oriente antiguo, mujeres en vela (con vela), con lámparas que parecen de Aladino, pero que no son para abrir la cueva del tesoro, sino el tesoro del amor en plenitud, para el que todos de algún modo nos estamos preparando.
No es un texto machista, sino al contrario, pues todos, hombres y mujeres, tenemos una misma tarea, simbolizada en diez doncellas que esperan al novio, preparando el aceite de su alcuza o lucernario: ¡Hombres y mujeres, sin distinción, somos aprendizaje de amor en la noche. Para eso hemos sido creados y crecemos, esperando, cuidando la vida, compartiendo.
Ése amor es mutuo, un don compartido. Pero al mismo tiempo ha de ser personal, pues cada hombre, cada mujer, es destinatario de un amor único, de forma que ante el misterio de la Vida nadie puede sustituirle.
En esa línea, sabiendo con el evangelio que unos somos vida y luz para los otros, debemos recordar que cada uno somos y tenemos una responsabilidad personal, de manera que en un sentido simbólico podemos afirmar no sólo que “cada uno aguante su vela”, sino que la tenga encendida, mientras llega el Cristo, es decir la plenitud. Éste es el único aprendizaje, la única tarea de la vida.
Ciertamente, al final de la vida cada uno será “examinado” en el Amor, es decir, desde y por el amor que es Dios, como dice Juan de la Cruz. Pero todo amor busca amor, y así Jesús (Dios que viene) quiere y espera el amor de los hombres, como mendigo, mendicante de cariño, en gesto de humanidad comprometida, no de magia como la que ofrecía aladino.
Ciertamente, en Cristo hemos de ser todos luz unos de otros, para otros, como expresión de la vida de Dios. Pero eso supone que cada uno debemos cuidar nuestra luz de amor Por eso pido a Dios que nos iluminemos mutuamente con la luz gozosa de la vida del resucitado, como se celebra en la Vigilia de Pascua.
Siga quien quiera evocar y entender mejor esta parábola extraña, propia del evangelio de Jesús, que traduce así, en un contexto nuevo, el mensaje del evangelio. Buen domingo a todos.
Parábola
La parábola es parábola: cinco eran sabias, cinco eran necias… Jesús ha venido para que todas sean buenas, porque es bueno él… Pero la diferencia entre las muchachas sigue siendo importante
“Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas.
Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: “¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!”
Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: “Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.”
Pero las sensatas contestaron: “Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis.”
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: “Señor, señor, ábrenos.” Pero él respondió: “Os lo aseguro: no os conozco.” Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.”
Una parábola fuerte
Las parábolas son relatos provocadores, que replantean el sentido de la vida desde una perspectiva extraña. No son historias edificantes,ni meditaciones piadosas sino enigmas para pensar y para decidir el sentido de la vida.
Las parábolas no cierran el tema (no son dogmas, ni demostraciones), sino señales que cada uno debe interpretar y resolver desde su propia vida. Ante las parábolas uno puede rebelarse, para descubrir el lado oculto… Por eso son palabras interactivas que no tienen la solución dada de antemano.
Fondo cultural.
Esta parábola de las necias y las prudentes está contada desde el trasfondo de la historia de Israel, tal como la reinterpreta Mateo. Pero hay en ellas rasgos que son universales, entre ellos los siguientes: .
La vida un camino en la noche. Quizá algunos de los lectores recuerden la dolorosa parábola de D. Alonso: Mujer con Alcuza… ¿Una mujer, diez mujeres? ¿Un tren en la noche, que no sabemos dónde va…?
Las muchachas son toda la humanidad... Se nos ha dado un aceite y no sabemos del todo para qué sirve… ¿Para que vea yo mismo, para que vean otros? Este el signo preferido de los cristianas en las catacumbas… lugar y signo de la gran espera.
La travesía de la vida un aprendizaje de amor,un aprendizaje gozoso pero fuerte, lleno de misterio. Estamos esperando las bodas de la vida, todos como mujer, como muchachas que acompañan a la novia, en el cortejo de las bodas de Dios, con aceite en la alcuza, con luz en las manos…
Es inquietante el fifty/fifty (aquícinco/cinco) de la comparación… Pero ése es un motivo común de las parábolas, que tienden a dividir la humanidad en dos mitades. Buenos y malos ¿qué significa eso? ¡Cómo comportarnos en el camino?. Jesús cuenta, expone, no define… Deja que los lectores entren, entra también tú. Eres parte de la parábola.
Todos somos estas diez muchachas (¿amigas de la novia? ¿novias todas?: El tema queda abierto). Todos vamos haciendo un camino de aprendizaje para el amor, no tenemos otra tarea que ir avanzando en el gran aprendizaje del amor, en la noche.
Jesús ha venido para que todas sean buenas (para que todos seamos buenos)…
La parábola es provocadora, como tiene que ser, por su género literario y por su finalidad… Pero Jesús, que ha contado la parábola, ha venido y ha vivida, ha querido y ha muerto para que todas sean buenas… para que todos seamos luz…
La parábola no es final del final, sino el final de un determinado camino… Por eso debemos afirmar que Jesús no es el esposo egoísta que sólo se queda con cinco, dejando a otras cinco en la noche. El esposo universal, Jesús, hijo de Dios, las quiere a todas, nos quiere a todos, en las bodas de la vida. No es hombre ni mujer en cuanto aislados u opuestos, sino el mismo Dios, vida de la vida de todos. Leer más…
Biblia, Espiritualidad
Ciclo A, Dios, Esperanza, Evangelio, Jesús, Parábola vírgenes necias y sabias, Seguimiento, Tiempo Ordinario
Comentarios recientes