Archivo

Entradas Etiquetadas ‘Seguimiento’

Obligados a buscar.

Domingo, 17 de enero de 2021
Comentarios desactivados en Obligados a buscar.

BuscadoresDomingo II del Tiempo Ordinario

17 enero 2021

Jn 1, 35-42

Los sabios no imponen creencias ni exigen sumisión. Exigencias de ese tipo provienen de personas que, de un modo u otro, necesitan sentirse reconocidas, por lo que van en busca de aplauso, admiración o, simplemente, de “seguidores”.

  La persona sabia es consciente de que cada cual tiene su camino, su tiempo y su ritmo. Vive un respeto profundo y ha aprendido a confiar en la vida y a fluir con la realidad. En lugar de exigir adhesiones, invita a cada persona a indagar por sí misma y a encontrar su propio camino.

 Lo que suele provocarse, al encuentro con alguna persona que vive con sabiduría, es un cuestionamiento y una atracción profunda. Nos sentimos, de pronto, ante alguien cuya presencia despierta en nosotros “algo” que nos remueve y que nos lleva a preguntarle, como en el texto del evangelio: “¿Dónde vives?”, es decir, ¿cuál es el secreto de tu vida? Pero el camino habremos de hacerlo cada uno porque, queramos o no, no podemos dejar de buscar.

 De entrada, nos percibimos a nosotros mismos como “buscadores”. En un nivel superficial, nos percibimos como seres absolutamente carenciados, lo cual dispara nuestra búsqueda ansiando encontrar “fuera” algo que nos complete, nos alivie o incluso nos sacie. Sin embargo, no tardamos mucho en descubrir que la búsqueda no va a dar los frutos anhelados y empezamos a sospechar que es necesario modificar el rumbo, de acuerdo con el dicho según el cual “la salida es hacia dentro”.

 Pero no es solo nuestra necesidad la que nos impulsa a buscar. En un nivel más profundo, podemos experimentar, no el deseo que busca saciarse, sino el Anhelo que nos dinamiza desde dentro. Al hacernos consciente de ello, la búsqueda se modifica por completo, adquiriendo dos rasgos característicos.

 En primer lugar, pierde su componente ansioso y se convierte en un consentir al propio Anhelo que nos mueve y a lo que la vida nos va presentando. Sencillamente, nos vamos haciendo dóciles al impulso interior, para permitir que la dinámica del crecimiento haga su camino en nosotros. Hemos descubierto que, en este camino, todo empieza a conjugarse en pasiva: no nos hacemos, somos hechos.

 En segundo lugar, se abre paso en nosotros la certeza de que, visto en profundidad, la búsqueda carece de sentido. No hay nada que buscar porque somos ya todo aquello que buscamos.

 Y aquí es donde se hace patente nuestra naturaleza paradójica. En el plano profundo somos plenitud; en el plano de las formas, nos percibimos como un yo que busca “construirse”. La paradoja se resuelve cuando acogemos nuestra persona, con todas sus características, desde la comprensión de lo que somos en profundidad. A partir de ahí, entendemos la vida como un “juego” o representación, en el sentido más limpio y profundo de las palabras.

¿Dónde estoy en mi búsqueda?

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

No es lo mismo la llamada de los eclesiásticos que la llamada del Señor

Domingo, 17 de enero de 2021
Comentarios desactivados en No es lo mismo la llamada de los eclesiásticos que la llamada del Señor

maxresdefaultDel blog de Tomás Muro, La Verdad es libre:

  1. Llamadas (vocaciones) en la vida.

         Dios le llama al pequeño Samuel. Jesús les pregunta a los que serán sus primeros compañeros-discípulos: ¿Qué buscáis?

         ¿Qué busco y pretendo yo en la vida?

Es curiosa la primera lectura que hemos escuchado hoy: la llamada a Samuel. El pequeño Samuel, siendo niño, vivía en el Templo con el sumo sacerdote Elí. Cuando Samuel escucha la llamada, cree que le llama Elí, el sacerdote mayor. Elí se da cuenta de que quien llama a Samuel es el Señor y honrada y elegantemente le dice a Samuel que él, Elí, no le ha llamado, y que quien le llama es el Señor. El sacerdote Elí le dice al pequeño Samuel: Si oyes una llamada responde: Habla, Señor, que tu siervo escucha.

Esto tiene mucha retranca para los eclesiásticos, que creen que poseen la palabra y la llamada de Dios. Lo que dicen y exigen los curas y obispos, aunque ellos piensen que sí, no es la llamada de Dios.

La existencia nos llama de diversos modos y hacia diversas metas o realidades. Calderón de la Barca en su auto.sacramental: El gran teatro del mundo escenifica algunas de las posibilidades o llamadas en la vida: la llamada del poder, del dinero, la llamada del placer, la envidia, la venganza,,,

También podemos tener llamadas positivas: llamadas del amor, de la amistad, llamadas al trabajo, a la cultura, a construir -siquiera un poco- una sociedad más justa, solidaria, más igual…

También podemos percibir la llamada desde lo que habitualmente hemos entendido por vocación: hay una vocación al matrimonio, a la vida religiosa, al ministerio en la Iglesia, a la misión.

Hay vocaciones (y profesiones), que dependen de las cualidades personales y sociológicas: llamada o vocación para la enseñanza, para la medicina, para la asistencia social, para escoger unos estudios u otros, etc. (Hay profesiones que no son un mero puesto de trabajo, sino que requieren un plus de vocación. Así, la medicina, El magisterio, la docencia, el ministerio eclesial, la vida religiosa…).

También hay una llamada de la vida, de nuestras propias cualidades y limitaciones: cuando sentimos nostalgia y quizás nos rebelamos ante las guerras, ante la muerte de tantas personas, ante la pandemia, cuando vemos la injusticia para con los más débiles, estamos escuchando la voz de la conciencia, que clama ante Dios.

También cuando contemplamos la creación, obra de Dios, o cuando nos adentramos en la cultura, obra de los seres humanos, estamos escuchando la llamada de Dios. En ocasiones la llamada de Dios surgirá de nuestro propio interior, de nuestra conciencia y reflexión, de nuestras búsquedas en la vida.

En la profundidad de la vida, todos tenemos una pregunta de fondo: ¿qué buscamos en la vida? ¿Qué pedimos, qué pretendemos en la vida?

  1. Hemos soñado en la vida.

         No hay sueño sin sueños. Hemos escuchado la preciosa llamada de Samuel.

         El sueño es una situación un poco extraña, pero necesaria. A veces soñamos dormidos y otras veces soñamos despiertos. Las culturas han tratado de interpretar siempre los sueños, que tienen muchas explicaciones, (S. Freud), pero podríamos decir que soñamos, al menos despiertos, con un mundo mejor, con una familia, una sociedad, una iglesia casi perfectas. Esos sueños son también como una llamada.

         En la Biblia hay infinidad de alusiones a los sueños: la mujer nace del costado de Adán, estando éste en sueños. José recibe en sueños la noticia del nacimiento de Jesús. Abraham, el rey David, Daniel, reciben noticias (revelación) en sueños, ¿dormidos o despiertos?

  1. Búsquedas – Fijarse en la vida – Venid y lo veréis.

         Podríamos decir que en el fragmento evangélico de hoy hay como un escalonamiento: buscar en la vida, fijarse en algo o en alguien y seguir esa llamada: venid y lo veréis. Hasta que finalmente llegan a la fe en el Mesías.

Búsqueda

En principio, todos buscamos algo en la vida. La búsqueda está incrustada en la condición humana.

         Vivir atentos y en búsqueda es sano. Lo malo es el estancamiento, la instalación, la seguridad. Cuando una persona o institución “han arrojado la toalla”, es síntoma de esclerosis, de obstrucción. Las aguas estancadas no son buenas…

Fijarse en la vida.

         Juan Bta se fijó en JesuCristo. Ante las muchas llamadas hay que fijarse en las que valen la pena y en lo que vale la pena definitivamente. San Pablo dirá: probadlo todo y quedaos con lo mejor (Flp 1,10).

         A la hora de emprender y seguir un camino es razonable pensar hacia dónde me lleva. Cuando elegimos una carrera, una profesión, un estilo de vida, conviene no equivocarse de criterios y saber hacia dónde nos lleva.

Nos podemos preguntar cuáles son los criterios y valores en los que me fijo para tomar una decisión, para educar a las nuevas generaciones. ¿Qué tomo en consideración para organizar mi vida?

         Juan Bta se fija en que Xto es el que quita los pecados del mundo. El sacerdote Leví se da cuenta de quien llama a Samuel no es él, Elí, sino que dice a Samuel que es el Señor quien le llama. Esto nos ha de hace pensar a todos, pero la alusión a los más jóvenes es más urgente: ¿Qué criterios ofrecemos, qué discernimiento hacemos y hacen los más jóvenes a la hora de escoger una carrera universitaria, un estilo de vida? ¿En qué nos fijamos en la vida? Muchas veces nos quedamos en la opción que nos garantice un puñado de euros, un puesto político o eclesiástico, una vida cómoda, etc. Lo estamos viendo en la vida política o en el carrerismo que le trae a mal traer al papa Francisco.

Jesús caminaba

En la Biblia -y en la vida- se camina siempre. Abraham, Éxodo, los Magos, Emaús, Jesús no tenía dónde reposar la cabeza.

Cuando las aguas se estancan, se corrompen. También el papa Francisco, viene a decir que prefiere una iglesia que pueda sufrir un accidente a una iglesia estancada

  1. Hemos encontrado al Mesías.

El que camina, termina por encontrar

A la pregunta ¿Dónde vives? Jesús les responde: “Venid y lo veréis” No se trata de pedirle a Jesús el domicilio, dónde vives. La casa del ser humano no es un redil o una guarida donde se refugia, sino que le están preguntando a Jesús: ¿Tú quién eres?  Aquellos primeros seguidores e Jesús terminan por llegar al acto de fe: Hemos encontrado al Mesías

Todo encuentro supone una relación personal. Seguir la llamada de Cristo es haberse encontrado con Él y ser conscientes de que solamente Él es el Mesías. Samuel -en la primera lectura-, tras escuchar al Señor responde: Aquí estoy.

Los ministros y maestros del cristianismo) no os llamamos al cristianismo, sino más bien al Nuevo Ser (JesuCristo), del cual el cristianismo debe ser testigo y nada más, sin confundirse jamás con ese Nuevo Ser (JesuCristo). Cuando oigáis la llamada de Jesús, olvidad todas las doctrinas cristianas, olvidad vuestras propias voluntades y vuestras dudas particulares. Si alguna vez Le seguís, olvidad toda la moral cristiana, vuestros logros y vuestras dudas particulares. Nada se os pide –ninguna idea de Dios, ninguna bondad especial propia, ni que seáis religiosos, ni que seáis cristianos, ni siquiera que seáis sabios, ni que os atengáis a una moral. Lo que se os pide es tan sólo que os abráis a lo que se os da y que queráis aceptarlo: el Nuevo Ser, el ser de amor, de justicia y de verdad que se manifiesta en Aquel cuyo yugo es llevadero y cuya carga es ligera. (Tillich)

Aquí estoy, Señor, para hacer tu Voluntad

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Encontrar a Jesús

Jueves, 7 de enero de 2021
Comentarios desactivados en Encontrar a Jesús

man-guy-fashion-makeup-model-russian-creativity-black-and-white-tattoo

Buscas maneras de encontrar a Jesús. Intentas conseguirlo, no sólo en tu mente sino también en tu cuerpo. Buscas su afecto y sabes que éste implica a su cuerpo lo mismo que al tuyo. Se hizo carne por ti, para que tú pudieras encontrarle en la carne y recibir su amor en ella.

Pero hay algo en ti que impide ese encuentro. Hay todavía mucha vergüenza y mucho sentido de culpabilidad en tu cuerpo, bloqueando la presencia de Jesús. Cuando estás en tu cuerpo, no te sientes realmente en casa; vives como arrojado en él, como si no fuera un lugar suficientemente bueno, suficientemente bello o suficientemente puro para encontrarte con Jesús.

Cuando examinas con atención tu vida, te das cuenta de hasta qué punto se ha visto llena de miedos, especialmente de miedo a las personas con autoridad: tus padres, profesores, obispos, directores espirituales, incluso de miedo a tus amigos. Nunca te consideras igual a ellos y te colocas debajo cuando te encuentras delante de ellos. Durante la mayor parte de tu vida has sentido como si necesitaras su permiso para ser tú mismo (…).

No podrás encontrarte con Jesús en tu cuerpo mientras éste siga con montones de dudas y miedos. Jesús vino para librarte de esos lazos y crear en ti un espacio en el que pudieras estar con él. Quiere que vivas la libertad de los hijos de Dios.

No desesperes pensando que no puedes cambiar después de tantos años. Sencillamente entra en la presencia de Jesús como eres y pídele que te dé un corazón libre de todo miedo en el que él pueda estar contigo. No puedes hacerte a ti mismo diferente. Jesús vino para darte un corazón nuevo, un espíritu nuevo, una mente nueva y un cuerpo nuevo. Deja que él te transforme por su amor y te permita recibir su afecto en todo tu ser .

*

H. J. M. Nouwen,
La voz interior del amor,
Madrid 1997, 54-55

***.

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad ,

Bendiciones.

Viernes, 1 de enero de 2021
Comentarios desactivados en Bendiciones.

Jesús-y-María-ft-imgEn la Biblia, “bendecir” se emplea en dos sentidos: en primer lugar, Dios bendice al ser humano dándole la vida, la fecundidad, el éxito. Después, a su vez, éste bendice a Dios por la gracia de sus dones, le da las gracias. La palabra «bendecir» procede del verbo latino bene-dicere, «decir bien».

En la primera lectura de hoy esa bendición es todavía más explícita:

Dios nos aconseja que pidamos no sólo la bendición sino también su  protección

Nada es más propio de un padre y de una madre que el proteger. Ellos, no sólo comunican la vida sino que acompañan la vida del retoño en todo momento: cuidándolo, aconsejándole, enseñándole…sobre todo con el ejemplo de sus propias vidas.

En algunos países de Latinoamérica todavía se guarda una bonita costumbre de “pedir la bendición” a uno de los progenitores, antes de salir de casa y al irse a dormir… “Padre, madre, bendición”-dicen-y se colocan a sus pies, agachan la cabeza y esperan esa  oración con la mano extendida sobre su cabeza, que es un gesto de la bendición misma de Dios.

¿Pedimos entonces una protección para que nada malo nos ocurra? ¿Y qué pasa cuando están ocurriendo tantas cosas malas como la pandemia, los desastres naturales, las guerras con todas sus consecuencias?

La imagen de un Dios “intervencionista” que todo lo ve, que todo lo juzga y a quien debemos implorar todavía está presente en algunos ambientes y si nos descuidamos nos atrapa a nosotrxs también. Dios no nos envía calamidades para que cambiemos de actitud; nosotrxs nos buscamos nuestra propia ruina cuando pisoteamos a los demás pensando sólo en nuestro propio bienestar.

El problema de entender la bendición de Dios como el éxito, la abundancia, el progreso es que quien no participa de estos bienes puede ser considerado como objeto de maldición; esa imagen que nos presentaron en el catecismo de un Dios que premia a los buenos y castiga a los malos.

Nuestras decisiones, nuestras opciones y también nuestras omisiones van decidiendo el curso de la historia. En este momento tan coyuntural tenemos más información de la que necesitamos para cambiar nuestros estilos de vida para proteger la vida en la Tierra y así cambiar la suerte de los más débiles y desprotegidos.

La bendición, el bien-decir de Dios es creador y protector. Su bien-decir sobre nosotrxs, sobre toda la creación, nos va convirtiendo en criaturas a su imagen y semejanza, pero sólo si nosotrxs lo queremos.

Por eso, en un día como hoy, al comienzo de un nuevo año que quisiéramos que fuera diferente al año pasado, podemos tomar algunas decisiones que nos harán cambiar la perspectiva de los acontecimientos que vayan sucediendo. Por ejemplo: puedo decidir pensar más lo que voy a decir y cómo lo voy a decir para no descalificar al otrx, escuchar más para entender su punto de vista, ben-decir con mi palabra, mis actitudes, mi compromiso; intentar construir más que destruir.

Hoy, primer día del año celebramos esa vida que se nos regala y de una manera especial a María, como madre que no solo gesta y da a luz a Cristo sino que bendice y es bendecida por Dios.

Ella, a través de lo que vive y observa va creciendo en conciencia de su papel en la historia, de la manera de actuar de Dios en su vida: “bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre”…, y lo hace “conservando y meditando todas estas cosas en su corazón”. En unas pocas palabras Lucas nos describe la actitud de quien está atenta a los acontecimientos, los escucha, los rumia y actúa en consecuencia.

Una invitación a “ponderar”, a saborear para alcanzar la verdadera sabiduría que no viene de los grandes conocimientos sino de la experiencia de nutrir el misterio en nuestro interior.

Se irá revelando nuestro auténtico yo y más que luchar contra nuestro “ego”, éste irá desapareciendo para dar paso al hijx de Dios que somos.

El fruto será la paz.

Una paz que  no es sólo ausencia de conflictos interpersonales, familiares, entre países. Tampoco una paz ñoña, una sensación placentera de bienestar. SHALOM, es un deseo mucho más profundo: “que seas una persona completa, acabada” y que eso lo podamos extender a todas las áreas de nuestra vida.

Lo mismo que deseo para mí te lo deseo a ti, y me comprometo a hacer todo lo que esté en mi mano para que lo logremos.

Ese el verdadero “rostro” de Dios. Ojalá lo veamos.

Carmen Notario, SFCC

espiritualidadintegradoracristiana.es

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , , , , , , , , ,

“Llena eres de gracia”, por Carlos Osma

Viernes, 1 de enero de 2021
Comentarios desactivados en “Llena eres de gracia”, por Carlos Osma

woman-356141_1280De su blog Homoprotestantes:

Cuando el ángel se le apareció a María para decirle que tendría un hijo, primero la saludó con la palabra “salve” o “Dios te guarde”, bueno en realidad Lucas utiliza la palabra χαῖρε, que parece ser era un saludo bastante habitual en la época en la que se escribió el evangelio. Fue después cuando añadió lo de “llena eres de gracia”, una expresión que al leerla me ha parecido tan protestante que me he preguntado si el ángel Gabriel no era amigo íntimo de Lutero.

Tendría que haber ido al griego para saber cuál es la palabra exacta que utiliza el evangelista, pero en vez de hacer eso, he cometido el error de ir a Google para intentar entender que significa lo de “llena eres de gracia”. Y en la primera entrada he encontrado la siguiente explicación: “al tener el privilegio de nacer inmune al pecado, la plenitud de gracia verifica la parte positiva de esa admirable limpieza original del alma de María”. ¡Qué maravillosa la María de esta interpretación! Pero qué poco practica para el resto de Marías que vivimos hoy en el mundo y no hemos sido bendecidas con su limpieza original. Sobre todo para las bolleras, maricas o trans, que en los entornos donde esta interpretación es mayoritaria, hemos tenido más bien la mala fortuna de ser unas desviadas alejadas de la gracia innata de María.

Pero bueno, en vez de tirar la toalla y cerrar mi Biblia, he decidido seguir leyendo el relato para ver que puede aportar esta María llena de gracia a pecadoras como nosotras, y me he topado con que, al escuchar lo que el ángel le decía, se “turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta”. O como lo dirían algunas de mis alumnas adolescentes que tienen aproximadamente la misma edad que ella en el relato: “se quedó rayada con lo que le había dicho”. A María le asustó escuchar que era llena de gracia, que había sido favorecida por dios. Y es importante este matiz, porque creo que esa gracia de la que nos habla el relato, no pertenece a ninguna María, sino que tiene su único origen en dios. Además no hace perfecta a nadie, sino que nos muestra el amor de dios por todas las Marías, aquellas que no poseemos ninguna limpieza original. Ese es uno de los elementos más relevantes que encuentro en el texto, que en palabras de Pablo se expresaría de la siguiente forma: lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es”. [1] Por eso la vil María del evangelio de Lucas, sobre la que dios puso su gracia, tiene algo que decirnos a quienes no llegamos a los estándares religiosos, sociales o familiares que se nos imponen.

La gracia que recibió María fue una gracia cara, no como las gracias baratas y sensibleras que regalan muchos iluminados, porque la gracia divina no le ha salido gratis a nadie que se deja invadir por ella. “Has hallado gracia delante de Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús” [2]. Si aceptaba la gracia, se haría evidente, no habría forma de esconderla ante los demás. Y esa gracia no la situaría encima de ningún altar, sino en un lugar marginal que no solo ponía en peligro su matrimonio, sino su propia vida. Y he dicho conscientemente “si la aceptaba” porque aunque el texto parece dar por hecho que aquello ocurriría, María podía decir sí o no, podía escoger llevar adelante el embarazo o rechazarlo. El dios de Lucas no escogió una vasija, sino una mujer, y le reconoció el derecho a decir sí o no. Y siempre funciona así cuando hablamos de la gracia de dios, de la gracia cara de dios, que podemos aceptarla o rechazarla libremente. Hay personas, instituciones y legislaciones que coartan el derecho de las mujeres sobre su cuerpo, su ministerio, su responsabilidad… pero el dios de María lo respetó. De la misma forma, también creo que dios respeta el derecho de las personas LGTBIQ a mostrar, o a no mostrar, la identidad con la que dios nos ha dado su gracia. De decir sí o no a trabajar para que el reino de dios se haga presente en nuestras vidas, visibilizando la riqueza de la diversidad con la que nos ha bendecido, aunque eso nos sitúe en los márgenes de nuestras familias, iglesias o amistades. Cuando no hay decisión, cuando no hay libertad de elección, no hay presencia de Dios, sino dogma e imposición, porque “Dios respeta absolutamente la libertad del hombre. Él la crea, y no para petrificarla o violarla. Por eso Dios no grita ni se impone nunca”. [3]

María aceptó, le dijo que sí a dios, “hágase conmigo conforme a tu palabra”. Estos días recordamos y celebramos lo que la valentía de María ha supuesto para la vida de cristianas y cristianos de todos los tiempos: la irrupción de la salvación, la llegada de la vida de dios para todos los seres humanos. Sabemos también por el evangelista, que esa salvación no fue como ella esperaba, que pareció fracasar en más de una ocasión, pero la gracia de dios no se alejó nunca más de ella. A veces confundimos la gracia con la alienación, con la dependencia ciega respecto a un dogma o una institución, y muchas machorras, mariconas y travelos cristianas creemos que hemos perdido la gracia porque hemos sido expulsadas de nuestras comunidades. Pero lo que hemos perdido ha sido solo la gracia barata, la gracia cara de la que nos habla Lucas tiene que ver con asumir el riesgo que supone poder respirar, gritar, vivir, tal y como Dios nos ha pensado y amado. Y es un riesgo que, aunque no lo percibamos, no tiene solo que ver con nuestra vida, ya que en cada una de nuestras acciones por vivir de verdad, ayudamos a que muchas otras personas se atrevan también a hacerlo. En cada pluma gay que dejamos caer al movernos, la salvación de dios se hace presente para quienes están a nuestro alrededor.

Dietrich Bonhoeffer escribió que “la gracia barata es la negación de la palabra viva de Dios, es la negación de la encarnación del Verbo de Dios” [4], y me permito añadir yo a esto: la negación de la encarnación por medio de una mujer que libremente aceptó la gracia cara de dios. Porque María representa otra gracia, una que no puede ser entregada a los perros, una que va indisolublemente unida al seguimiento, a la valentía, aunque quede a la intemperie de las teologías de la gracia barata. Y las personas LGTBIQ estos días de Navidad somos interpeladas por esta María, y por la gracia que recibió. Y debemos responder como ella, sí o no a la vida que dios pone dentro de nosotros, si o no a la gracia cara. Porque “la gracia cara es la encarnación de Dios”. [5]

 Carlos Osma

 Notas:

[1] 1 Cor 1,28.

[2] Lc 1,30-31.

[3] Paul Lebeau, Etty Hillesum. Un itinerario espiritual. Ámsterdam 1941- Auschwitz 1943, Santander: Sal Terrae 2000, 113.

[4] Dietrich Bonhoeffer, El precio de la gracia, Salamanca: Ediciones Sígueme 1995, 15.

[5] Ibid.17.

***

Consulta dónde encontrar “Solo un Jesús marica puede salvarnos”  

***

Biblia, Espiritualidad , , , ,

Maestro del amor.

Domingo, 8 de noviembre de 2020
Comentarios desactivados en Maestro del amor.

jesus-at-the-door-39617-printSi hay música en tu alma, se escuchará en todo el universo (Lara Chow)

12 de noviembre, domingo XXXII del TO

Mt 25, 1-13

Como el novio tardaba, les entró el sueño y se durmieron

La interpretación habitual de los dichos y hechos del Jesús evangélico ha sido hecha por la Iglesia tradicional jerárquica a modo de Bolero de Ravel: literalidad repetitiva induciendo a los oyentes hasta el sueño. Y así el pueblo fiel quedó narcotizado durante siglos.

Pero hoy, las vírgenes prudentes han provisto sus lámparas de aceite y entraron con el novio al banquete. Petrushka, de Stravinski, es un paradigma más significativo para nuestros tiempos. Los espectadores se perderán la función si no prestan especial atención a cada compás de la obra. Han de pensar por sí mismos, y hacer una interpretación de los mencionados dichos y hechos a la luz de su realidad personal y social presente. Así, las puertas que dan acceso al banquete del Reino estarán abiertas siempre para todos.

Quienes actúan de este modo son, como se dice de la mirada del poeta Marcos Ana en el retrato que le hizo José Mª Párraga: “Parece atravesar la frontera del lienzo como si fuera una ventana al futuro”.

En una entrevista a la cantante y compositora belga Lara Chow (1970) ésta dijo en una ocasión a un periodista: “Si hay música en tu alma, se escuchará en todo el universo”, a lo que el entrevistador comentó: “Una alegría, una felicidad que puede ser transmitida al resto del mundo. Yo lo entiendo así, y más o menos, es el pensamiento que yo tengo de Mi Mundo. Toda la felicidad, toda la luz que puedas tener dentro de ti, es contagiosa, se la puedes transmitir a los demás. Sobre todo a esos seres que están faltos de luz, que se sienten solos y oscuros”.

En la película Un sueño posible (2009), del director americano John Lee Hancock el protagonista Granper le dice a Leigh Anne: “Lo que haces me parece fantástico: abrirle tus puertas a ese chico. Cielos, le estás cambiando la vida”. A lo que ésta le responde: “No, él está cambiando la mía”.

Cuando el alma está sedienta del Señor, como canta el Salmo 62, y quienes buscan la sabiduría la encuentran (Sab 6, 12), las vírgenes prudentes, a pesar de haberles entrado el sueño y dormirse (Mt 25, 5), al llegar el novio las despierta y las sienta en la mesa del Reino.

Una lección del Maestro del Amor que, como pelícano amoroso enseña a los hombres su camino. Y al que toda la cristiandad podría aplicar como propias las palabras que Alma escribió de su marido, Mahler, en su diario: “Es el único hombre que puede dar sentido a mi vida, porque supera a todos los que he conocido hasta ahora”.

EL PELÍCANO

“Pie pellicane, Iesu Domine”,
cantó Tomás en uno de sus himnos.
Superas a los hombres
en tu gesto amoroso hacia los hijos;
eres como el pintor que tiñe el lienzo
de tu seno nevado en rojo vivo.

Señor Jesús, pelícano amoroso,
-los dos humanos, y los dos divinos-
eleva a los altares sus heridas
y enseñad a los hombres su camino.

(Naturalia. Los sueños de las criaturas. Ediciones Feadulta)

Vicente Martínez

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , , ,

“Cómo reformar la Iglesia”, por Carlos Osma

Sábado, 31 de octubre de 2020
Comentarios desactivados en “Cómo reformar la Iglesia”, por Carlos Osma

reformadoresHoy, que celebramos el Día de la Reforma, publicamos este artículo del blog Homoprotestantes:

En ocasiones escucho reflexiones, predicaciones, o leo artículos en los que se anima a reformar la Iglesia. Si además la persona que hace este llamamiento pertenece al ámbito protestante, en algún momento repite la archiconocida frase: “Una iglesia reformada, siempre reformándose”. Bien es cierto que en pocas ocasiones indica en qué debe consistir esa reforma, porqué es necesario hacerla, y qué le ha llevado a pensar así. En realidad, en la mayoría de ocasiones, creo que la frase es más bien una muletilla, un elemento de la tradición que sobrevuela el discurso para indicar que se es protestante, que no se es fundamentalista, o que se está a años luz de otras iglesias en las que no hubo reforma.

En Martín Lutero encuentro también esa voluntad de transformación, de reforma de la realidad religiosa en la que estaba inmerso, pero entiendo que esta voluntad tuvo su origen en una experiencia previa de insatisfacción real, no teórica. Lutero tenía una autocomprensión negativa de sí mismo y esto le limitaba y le producía sufrimiento. Desde muy joven le acompañó el temor a un Dios castigador que le exigía una vida de sacrificios interminables. Por eso se dedicó al ayuno, a la autoflagelación, a la confesión constante; aunque nada de todo esto le hizo sentirse reconciliado con Dios.

Siempre hay casos excepcionales, es verdad, pero el de Lutero no lo es, creo que en la mayoría de ocasiones las reformas no surgen de personas que se encuentran cómodas con el sistema en el que viven, sino de las que padecen sus consecuencias negativas. Jamás una persona satisfecha con su iglesia querrá reformarla. Jamás una persona a la que le va bien con la vida que tiene querrá que ésta cambie. Seguro que en algún momento dirán eso de que es necesario reformarse, adaptarse, transformarse… pero serán sólo palabras. La reforma nace de una insatisfacción profunda con el sistema, no de palabras huecas biensonantes.

El 31 de octubre de 1517 Lutero clavó en la puerta de la iglesia del Palacio de Wittemberg sus 95 tesis. Por aquel entonces el papa León X quería renovar la Basílica de San Pedro en Roma, y desarrolló una campaña para recaudar fondos mediante la venta de indulgencias. Los compradores recibían a cambio una reducción de sus días de castigo en el purgatorio e incluso el perdón de los pecados. Lutero podría haber colaborado con dicha campaña aunque sus planteamientos teológicos no la vieran con buenos ojos, o podría simplemente haberse callado. Pero al leer algunas de sus tesis encontramos que no fue así:

Tesis 21. “En consecuencia, yerran aquellos predicadores de indulgencias que afirman que el hombre es absuelto a la vez que salvo de toda pena, a causa de las indulgencias del Papa”.

Tesis 22. “De modo que el Papa no remite pena alguna a las almas del purgatorio que, según los cánones, ellas debían haber pagado en esta vida”.

Con sus 95 tesis Lutero convierte su insatisfacción en una denuncia. Porque la insatisfacción que es incapaz de denunciar, no puede reformar ninguna iglesia, ni ninguna vida. Hay un momento en el que la experiencia de opresión debe surgir y convertirse en algo real para que el cambio pueda ser posible. Si Martín Lutero se hubiera callado, no estaríamos hablando hoy de reforma protestante. Evidentemente la denuncia situó a Lutero en un lugar peligroso, y él lo sabía, no era un ignorante ni un loco, tenía conocimiento de lo que les había ocurrido a muchos otros reformadores anteriormente. Para que una iglesia pueda ser reformada, para que sea real la petición de una reforma constante, se necesitan personas que denuncien el status quo y que asuman las consecuencias de hacerlo. En iglesias donde todo esto es imposible, donde las voces discordantes son excomulgadas, o donde éstas no se atreven a levantar la voz por cobardía, no hay posibilidad real de reforma. El Espíritu Santo dirige la iglesia hacia la reforma a través de voces proféticas.

Cuando algunos cristianos y cristianas alaban la respuesta de Lutero ante las exigencias del papa León X para que se retractara de 41 de sus 95 tesis: “No puedo ni quiero revocar nada reconociendo que no es seguro actuar contra la conciencia”. Deberían preguntarse si alguna vez se han enfrentado a una situación como esa dentro de la iglesia, y si actuaron como Lutero, defendiendo su conciencia, o como León X, que trató a Lutero como un delincuente, prohibió la posesión o lectura de sus escritos y dio inmunidad a quien lo asesinara. ¿Dónde se alinearon? ¿Con quienes defendían la conciencia o quienes defendían la ortodoxia?

Martín Lutero vivió una experiencia opresiva y levantó la voz para oponerse a lo que él consideraba erróneo e injusto, pero no se quedó ahí. Se atrevió también a hacer una propuesta basada en la tradición bíblica y eclesial, que le liberaba de sus temores al igual que al resto de cristianos. Se atrevió a dejar sin argumentos a quienes utilizaban las condenas y el temor en beneficio propio. Y lo hizo afirmando que la salvación es un regalo de Dios, dado por gracia a través de Cristo y recibido solamente por la fe. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo [1]”. No tenía mucho sentido el sentirse culpable, el vivir atemorizado, condenado… La liberación no se encontraba ni en la Ley ni en los dirigentes de la iglesia, sino en la fe en el Dios de Jesús. Por eso un cristiano no debía tener como sumo juez al papa, sino a Jesucristo y su Palabra en la que se revela su voluntad.

La liberación que supuso la Biblia para cristianos como Lutero es difícil de entender hoy, ya que la ortodoxia evangélica la ha petrificado y puesto al servicio de la opresión. La Biblia ya no es fuente de liberación, sino una ley que está al servicio del capricho del líder de turno que dice poseer la lectura verdadera. Las lecturas fundamentalistas han debilitado profundamente la percepción de la Biblia como lugar de liberación para los seres humanos. Las personas LGTBI somos unas de las danificadas por este proceso diabólico que pretende destruir cualquier autocomprensión positiva que podamos hacer de nosotros mismos, al mismo tiempo que exige una represión de nuestros deseos y un reconocimiento de culpabilidad por ser como somos. Sólo comprando sus indulgencias con mentiras podemos alcanzar la salvación que ellos nos otorgan.

Pero es desde esta situación opresiva desde la que las personas LGTBI podemos convertirnos en profetas que traen una nueva reforma a la iglesia. Una reforma que no nacerá del legalismo, sino de la experiencia y la liberación del texto bíblico de manos de quienes lo están adulterando. Y esto ocurrirá si nos atrevemos, como Martín Lutero y tantos otros reformadores, a levantar la voz denunciando la opresión heteronormativa aunque esto signifique nuestra expulsión de las iglesias que no dejan espacio al profetismo, y que son más sensibles a las lecturas literalistas y las tradiciones homófobas que al dolor que éstas producen. Y si partimos de nuestra experiencia y somos valientes en la denuncia, también podremos encontrar respuestas que dejen sin sentido al poder heteronormativo. En realidad no tenemos que buscar demasiado, ni ser muy originales, porque la Palabra de Dios siempre ha dado vida a quienes la han visto negada, y es por gracia que vivimos los cristianos, por medio de la fe… no por cualquier otra cualidad humana, ni siquiera la heterosexualidad.

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no es de vosotros, pues es don de Dios. No por vuestra heterosexualidad, para que nadie se gloríe [2]”.

Las cristianas y los cristianos LGTBI somos una oportunidad de reforma para la iglesia, una oportunidad para curar de heteronomatividad sus discursos, sus lecturas, su praxis. Una oportunidad, ni la primera ni la última, de hacer del evangelio una fuente de liberación para toda la Iglesia.

Carlos Osma

[1] Rm 5,1

[2] Ef 2,8-9 El texto pone “obras” donde pongo “vuestra heterosexualidad”.

Cristianismo (Iglesias) , , , , , ,

El matrimonio homosexual estuvo admitido en la Iglesia, con la misma validez que el heterosexual, desde el siglo VI al XIII

Miércoles, 28 de octubre de 2020
Comentarios desactivados en El matrimonio homosexual estuvo admitido en la Iglesia, con la misma validez que el heterosexual, desde el siglo VI al XIII

1064“La Iglesia no sólo era tolerante con las relaciones románticas y eróticas de los varones, sino que las santificaba ceremonialmente”

 “Una vez más se muestra que la enseñanza católica, considerada no pocas veces inamovible, cambia aunque sea tardíamente”

John Boswell , apoyado en fuentes documentales extraordinarias, presenta una tesis estremecedora: “La iglesia primitiva (siglos VI al XIII) no sólo era tolerante con las relaciones románticas y eróticas entre varones, sino que las santificaba ceremonialmente”

“Es innegable la antigua ceremonia cristiana de unión entre personas del mismo sexo, que tenía lugar en iglesias y era oficiada por sacerdotes”

“La ceremonia de unión de personas del mismo sexo durante el siglo XII, época de florecimiento de ceremonias matrimoniales litúrgicas, se transformó en un oficio completo”

Sergio y Baco, los santos católicos y gays que se cree fueron una pareja reconocida en la Antigüedad

El artículo, que sigue a esta introducción, salió publicado en el n º 85 de la revista Exodo. Las razones de darlo a conocer de nuevo son varias:

-El tema ha saltado a los “medios” con gran repercusión, debido a la posición que en estos días ha expresado el Papa Francisco sobre la homosexualidad, en la que modifica la severa y condenatoria valoración tradicional y admite la renovación y aprobación de la misma.

 –Una vez más se muestra que la enseñanza católica, considerada no pocas veces inamovible, cambia aunque sea tardíamente, dejando un reguero de daño y sufrimiento en muchos, de decepción y abandono en otros y, en general, una pérdida de credibilidad y prestigio para la misma Iglesia ante el mundo moderno.

Se hace justicia en especial a científicos y teólogos que se adelantaron a justificar la necesidad de una renovación, siendo injustamente censurados y sancionados.

-Y, otra razón: el que yo tuviera conocimiento del estudio de John Boswell, autor del libro “La bodas de las semejanzas”, libro de 606 páginas, y que yo busqué hasta hacerme con él y documentarme debidamente, antes de publicar este mi artículo.

 Con cierta sorpresa pude comprobar que, fundada y ampliamente se demostraba que el matrimonio homosexual estuvo admitido en la Iglesia con la misma validez que el matrimonio heterosexual, desde el siglo VI al XIII: “La Iglesia no sólo era tolerante con las relaciones románticas y eróticas de los varones, sino que las santificaba ceremonialmente”.

Por inesperada e inquietante que parezca, el autor muestra innegable la antigua ceremonia cristiana, que tenía lugar en las Iglesias y era oficiada por sacerdotes.

LA LEY DE LOS MATRIMONIOS HOMOSEXUALES

La realidad toma la palabra

Me refiero naturalmente a la realidad humana. Porque humana ha sido siempre la realidad homosexual. Desde siempre, en casi todos los pueblos y culturas, ha existido esa realidad aunque no en todas ha sido idéntica la manera de valorarla.

Nos encontramos aquí con un tema que, de inmediato, nos asombra. Ha sido una constante su existencia y, sin embargo, han sido muchos los siglos de encubrimiento y de dolor. Al fin, parece amanecer un una nueva luz, que la estudia y reconoce.

Es cierto que la cultura heredada o dominante determina en gran parte los comportamientos de la sociedad. ¿Pero, qué ha ocurrido para que hoy, a poca distancia de lo anterior, las cosas comiencen a verse de otra manera?

La sociedad española -y el resto del mundo- se ha dividido en torno al tema del matrimonio homosexual: unos a favor y otros en contra. El sustrato de esa división está en la cultura, que alberga dos visiones distintas de percibir y entender. La división estaba latente, ha venido creciendo, pero ha sido hoy cuando el estudio histórico y la evolución cultural han permitido su manifestación pública.

La realidad de los sujetos sufrientes se ha hecho palabra, ha podido ser escuchada y ha originado debates, cuestionamientos y ha obligado a repensar el mundo heredado. El efecto del enfrentamiento –tanta veces ejercido negativamente en la historia- desaparece si se cambia la causa cultural que lo produce. No hay conflictos sin ideas que los sustenten.

Afortunadamente, el clima de una mayor libertad y pluralidad, los estudios históricos y científicos, nos han hecho salir del rechazo mutuo y del dogmatismo para encaminarnos a la escucha mutua y el diálogo. Es la hora del encuentro, del escuchar y comprender, del reflexionar y del activo respeto a las razones del otro. La verdad es de todos y entre todos debe ser fijada.

La práctica de la homosexualidad en la Europa premoderna.

homos2Sé que a muchos este punto les va a sorprender y, naturalmente, manifestarán inmediato rechazo. Pero, se impone aludir a él por ser rigurosamente histórico y servir para rectificar la imagen dogmática de que la homosexualidad ha sido siempre prohibida por el cristianismo. Rectificar en este punto, se nos ha dicho con palabras oficiales, sería capitular como nunca en uno de los puntos clave de la doctrina cristiana. La traición a la Biblia, a la Tradición y al Magisterio tendría aquí su grado máximo de postración.

Casi como preámbulo imprescindible, considero importante registrar la investigación realizada por John Boswell, – 12 años de trabajo- publicada en sus dos volúmenes “Las Bodas de las Semejanza”, con un total de 606 páginas (Muchnik Editores).

John Boswell , apoyado en fuentes documentales extraordinarias, presenta una tesis estremecedora: “La iglesia primitiva (siglos VI al XIII) no sólo era tolerante con las relaciones románticas y eróticas entre varones, sino que las santificaba ceremonialmente”.

Expongo algunos de sus puntos fundamentales.

Un lector moderno tiene una preocupación prácticamente obsesiva por el amor romántico y las pautas del emparejamiento en las sociedades antiguas. Pero, muy pocas de las culturas premodernas convendrían en admitir que “el fin de un hombre es amar a una mujer y el fin de una mujer es amar a un hombre” , sería esto una pobrísima medida del valor humano. De igual manera, el lector moderno supone casi universalmente que el amor romántico va unido inextricablemente al matrimonio, lo cual es un error histórico.

db502c82296901f4733En el Occidente moderno es notable el horror ante la homosexualidad, a partir sobre todo del siglo XIV. Pocas culturas han convertido la homosexualidad en ese tabú moral primario y singular que ha sido para la sociedad occidental: “el pecado innombrable”, “el vicio inmencionable”, “el amor que no se atreve a pronunciar su nombre”. La magnitud de esta repulsión llega a considerar los actos homosexuales como más horribles que el mismo asesinato, el matricidio, el abuso de menores, el incesto, el canibalismo, el genocidio, e incluso deicidio, pues estos son mencionables, en tanto que los actos homosexuales no lo son y expresan categoría moral inferior. Debido a su condición de tabú los actos en cuestión no eran nombrados ni analizados, eran los pecados peores.

Son históricamente innegables las uniones litúrgicas entre personas del mismo sexo, por más que la sociedad occidental propenda en términos generales a excluirlas por pensar que el matrimonio es esencialmente unión de macho y hembra. A quienes están habituados a rechazar esas uniones entre personas del mismo sexo, les resultará difícil entender que esas uniones no son en la tradición occidental una aberración extraña.

En la investigación de Boswell encontramos algunas claves para la comprensión del tema.

1. El matrimonio no es declarado sacramento hasta el siglo XIII.

Antes del año 1000, la bendición (eclesiástica) de un matrimonio contraído de manera laica se consideraba un favor. La Iglesia no interfería en las bodas, las ceremonia eclesiástica era vista como un simple corolario de la boda pública, lo cual daba lugar a una gran flexibilidad de formas rituales y diversidades regionales. Los seres humanos de las sociedades cristianas se casaban, pero seguían las costumbres étnicas antiguas, algunas equivalentes a las leyes romanas y de las cuales derivó el derecho de la Iglesia.

En la Edad Media el motivo del matrimonio no era precisamente el amor, aun cuando existiera conexión entre uno y otro. Aunque a regañadientes, fue aceptado el concubinato y era corriente el divorcio. El divorcio y el nuevo matrimonio tras la muerte de un cónyuge fue oficial. Sólo posteriormente comenzaron a prohibirlos los primeros teólogos y fueron ellos y los canonistas quienes se esforzaron en cierta medida en exhortar al pueblo bajo que el matrimonio heterosexual era la única relación erótica legítima entre un hombre y una mujer y que debían hacerlo mediante un pacto exclusivo y permanente. De hecho, la Iglesia tuvo que esperar hasta el cuarto concilio Lateranense (1215) para declarar al matrimonio sacramento y elaborar reglas canónicas en el modo de celebrarlo.

2. La ceremonia de unión es entre personas del mismo sexo.

Sergio y Baco2La ceremonia de unión entre personas del mismo sexo “es cierto que tienen lugar en colecciones manuscritas de todo el mundo cristiano –desde Italia a la isla de Patmos y el monasterio de Santa Catalina en el monte Sinaí- y se encuentran en algunos de los manuscritos litúrgicos griegos más antiguos de que se tiene noticia. Sin embargo, en la época en que esos manuales se imprimieron, el prejuicio en Occidente contra cualquier forma de interacción entre personas del mismo sexo muy pronunciado.

La ceremonia durante el siglo XII, época de florecimiento de ceremonias matrimoniales litúrgicas, se transformó en un oficio completo durante el cual se encendían las velas, ambas partes colocaban las manos sobre los Evangelios, unían la derecha, las manos eran atadas con la estola del sacerdote (o se cubría con esta ambas cabezas, además de incluir una letanía introductoria (como la de Barberini 1) , la coronación, la plegaria del Señor , la Comunión , un beso y, veces, un paseo alrededor del altar. Lo más probable es que dichas ceremonias se desarrollaran a través del incremento de la práctica local y de clérigos individuales elocuentes.

La ceremonia tiene lugar en una amplia variedad de contextos, pero el más corriente, con mucha diferencia, es el del matrimonio, por lo general en el orden siguiente: esponsales heterosexuales, ceremonia de un primer matrimonio heterosexual, ceremonia de un segundo matrimonio heterosexual, (oficio diferente, con énfasis menor en la procreación), y oficio de unión entre personas del mismo sexo. Alrededor del treinta por ciento de los manuscritos consultados para este estudio el matrimonio heterosexual aparece inmediatamente antes o inmediatamente después de la ceremonia de unión entre individuos del mismo sexo” ( Cfr. Las Bodas de la Semejanza, pp. 321-323).

En esta ceremonia cabe resaltar tres elementos importantes: 1º) Solemnizan una unión voluntaria y emocional entre dos personas. 2º) La ceremonia es homosexual en el sentido más obvio de esta palabra (de un solo sexo). Si lo era con sentido erótico es tan difícil de responder como en el caso de parejas heterosexuales sin hijos: “El vivir juntos por un largo tiempo y el compartir un hogar debieron ser determinantes decisivos de una pareja compuesta por un hombre y una mujer en su contexto social concreto (es decir, entre vecinos, amigos y parientes), tuvieran o no hijos o hubieran o no participado en un servicio religioso en la Iglesia. Y en el caso de la ceremonia de unión entre personas del mismo sexo , lo más probable es que, a ojos de los cristianos corrientes, el que ambas personas permanecieran ante el altar con las manos unidas (símbolo tradicional del matrimonio) , el que fuesen bendecidas por el sacerdote, compartieran la comunión y ofrecieran luego un banquete a la familia y los amigos –todo ello, parte de la unión entre individuos del mismo sexo en la Edad Media- significase un matrimonio” (Idem, pp. 327-330).

Todo esto nos dice que, por inesperada e inquietante que parezca, es innegable la antigua ceremonia cristiana de unión entre personas del mismo sexo, que tenía lugar en iglesias y era oficiada por sacerdotes.

La práctica homosexual en el Occidente moderno

Nuevo hecho: obsesión contra la homosexualidad

“A partir del siglo XIV, escribe Boswell, Europa occidental fue dominada por una furiosa obsesión contra la homosexualidad, considerada como el más horrible de los pecados” (Idem, p. 447).

La unión entre personas del mismo sexo comenzaron a ser consideradas como sospechosas y, en muchos lugares, a ser prohibidas y castigadas por la cárcel y la pena capital. La evolución hacia la prohibición y desaparición fue muy lenta, pues se trataba de un ritual antiguo, muy arraigado y que, pese a todo, seguía practicándose en muchas partes con la misma naturalidad que el matrimonio heterosexual. Más que argumentos en contra, operaba una especie de repulsión visceral y, en virtud de ella, las ceremonias fueron poco a poco reprimidas y en los rituales litúrgicos se observaban hojas arrancadas, mutiladas o deformadas.

Por otra parte, la mayor parte de los antropólogos hasta fechas relativamente recientes, se vendaron los ojos para no analizar estos hechos históricos, que les parecían desconcertantes y lanzaron pantallas de humo que oscurecían sus aspectos más inquietantes.

A partir de los finales del siglo XX “Los estudiosos ya no pueden presumir de una investigación social seria sobre la base del supuesto, moral o empíricamente erróneo, de que los sentimientos o la conducta homosexuales son “anormales” , peculiares, o intrínsecamente improbables.

En las primeras décadas del siglo XX fue un hecho corriente en Europa afirmar que existen culturas que no incluyen el erotismo entre individuos del mismo sexo; los avances científicos de los años cuarenta y cincuenta fueron debilitándolas y en la actualidad los científicos sociales las consideran con escepticismo y sólo como prueba de un patrón cultural inusual, que requiere una comprobación verdaderamente sólida. No obstante, gran parte de los datos antropológicos acumulados antes de las últimas décadas llevan estampado , y de forma muy visible, el sello de la mojigatería, la ignorancia o la reticencia a este respecto, y a menudo dan la impresión de que en las culturas no industriales la homosexualidad era desconocida” (Idem, Pg. 464-465).

Aunque no es fácil, por encontrarse agotado, recomiendo a los lectores acercarse a las 114 páginas de la obra del Boswell, que recogen 18 TEXTOS, con rigurosa anotación de los Documentos en que aparecen, y comprobar en ellos el desarrollo de la ceremonia matrimonial entre personas del mismo sexo: cómo los recibe el sacerdote, donde se colocan los que se unen, los gestos que unos y otros hacen, las lecturas, oraciones, himnos o salmos que recitan, etc. etc.

Influencia del papel ideológico de la Iglesia en la Europa moderna

No deja de sorprender, después de lo expuesto anteriormente, cómo es posible haber llegado a nuestros días con esa furiosa obsesión contra la homosexualidad y los homosexuales. Lo hemos experimentado con ocasión de la aprobación de la Ley de Matrimonios Homosexuales (1 de julio de 2005) en nuestro país. ¡Qué cosas no se dijeron y qué juicios no se vertieron por algunos jerarcas católicos sobre esta ley! El punto culminante fueron las movilizaciones públicas con plástica presencia de numerosos obispos, nunca sin embargo presentes en la calle para denunciar otras injusticias graves o reivindicar derechos humanos lesionados.

La polvareda pasó y es hora de ordenar y esclarecer un poco la verdad de los hechos. Urgente cometido porque todavía siguen resonando, en una y otra parte, palabras oficiales, que resultan obviamente duras: “La particular inclinación de la persona homosexual, aunque en sí no sea pecado, constituye sin embargo una tendencia , más o menos fuerte, hacia un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral. La inclinación misma debe ser considerada como objetivamente desordenada” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta a los Obispos de la Iglesia católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales”, 3, – I-X-1986-).

Fuente Religión Digital

Cristianismo (Iglesias), General, Historia LGTBI, Iglesia Católica , , , , , , , , , , , , , , ,

Una mirada (Vocación).

Martes, 20 de octubre de 2020
Comentarios desactivados en Una mirada (Vocación).

mirar-ojos-consejos-seducir¿Cómo puedo dejarme Ser? ¿Cómo puedo dejar de dudar, de tener miedo, de calcular y de compararme?

Toda historia de amor empieza con una mirada. Alguien se fija en ti. Tú te fijas en alguien, y empieza una experiencia correspondida o no, de relación.

Se llama atracción. DEJARTE MIRAR PARA PODER DEJARTE DE MIRAR. Y SER ATRAÍDA/O A OTRA DIMENSIÓN, a tu bodega interior. En el silencio dialogado, amoroso, sencillo, penetrante, capaz de sanar heridas, capaz de liberar de otras miradas que no atraen, más bien repelen, miradas de amores posesivos o religiones controladoras… ¡No!

No dejes que nadie dañe tus derechos de Hij@. Nadie puede empañar tu historia de Ser Atraída por y Atraer al que te ama, Dios, que en Jesús se manifiesta claro, tangible, entrañable y vivo.

Juan 6,44: Nadie puede llegar hasta mí si el Padre que me envió no tira de él.

Cantar 2,14: Déjame ver tu rostro

Cantar 1, 4: Atráeme…

¿Qué puede acelerar un proceso de liberación, de maduración, de gozo por un seguimiento?

UNA MIRADA. Me llaman, porque ME VEN. Juan 1, 47-50

Hay miradas que atraen, que invitan, que abren:

“Tú me sondeas y me conoces; de lejos penetras mis pensamientos… ¿Adónde iré lejos de tu aliento, adónde escaparé de tu mirada? Si escalo al cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro…” Sal 138

La de Dios es una de ellas. No conozco a nadie que habiéndose acercado a su hoguera no salga transformado. Luego los procesos de liberación y maduración personal se realizan de modo distinto.

Somos inmadur@s cuando dependemos de las miradas de otros, y esto nos produce altibajos… es una dependencia agotadora.

Muchas personas prefieren solo silencio a oír la Voz del Amado que a lo largo de la historia ha conquistado y atraído a personas que con su fuerza y su ternura han ido cambiando esa historia, paso a paso.

¿Quieres saber si el silencio que te atrae es el que te da vida, o solo te descansa o hace tomar consciencia de tu realidad?

Si después de experimentarlo no puedes callarlo. Alguien nos ha dicho que escribimos mucho… es que cuando el fuego arde en los rescoldos interiores, por pequeños que sean, el calor interior es incontrolable.

Como Teresa de Jesús dirá: “Mira que te mira”. Y el cura de Ars, al preguntarle qué decía al orar, dice: “Nada. Yo le miro y Él me mira”

Mc 10,20: Jesús al joven “lo miró y lo amó”.

No voy a seguir porque lo único que importa es que nos dejemos mirar, y desde esa mirada-diálogo tomar decisiones que nos ayuden a priorizar el tesoro.

Priorizar puede significar acallar las voces de la “bandeja de entrada” o de los múltiples chats en nuestro móvil… con delicadeza comunicar a algunos grupos o personas que por salud interior tienes que priorizar y vas a silenciar su comunicación. No por falta de respeto o aprecio sino por fidelidad a tu llamada, a su mirada y a todos los que dependen de ella.

Te puedo asegurar que pueden ser cientos los que dependen de que te dejes Atraer y conducir por ese diálogo, día a día. No es algo novedoso, es una experiencia que ocurre si tú quieres. Si tú priorizas, si tú acoges.

Y, claro que ocurre.

Magda Bennásar Oliver, sfcc

www.espiritualidadintegradoracristiana.es

Espiritualidad , , ,

Hacia Dios

Martes, 13 de octubre de 2020
Comentarios desactivados en Hacia Dios

Del blog Nova Bella:

582365_10151322938386897_1062034726_n

“Esa marcha hacia Dios, que solo puede satisfacerte, pues de signo en signo lo alcanzarás: Él, que se liga a través de la trama; Él, el sentido del libro del cual digo las palabras; Él, la sabiduría; Él, el que Es; Él, del cual todo recibo en retorno”.

*

Antoine de Saint-Exupéry

índice

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , ,

Francisco de Asís, vestido de Evangelio

Lunes, 5 de octubre de 2020
Comentarios desactivados en Francisco de Asís, vestido de Evangelio

Ayer, coincidiendo con domingo, se celebraba la fiesta del cristiano por excelencia, Francisco, el Poverello de Asís… Siguiendo su ejemplo, se nos invita a despojarnos  de todo lo superfluo y revestirnos con la desnudez del Evangelio:

S.Francesco'StripBenedetto

Francisco, hijo de un rico comerciante de Asís, nació en 1181 (o 1182). Disuadido de sus ideales de gloria caballeresca a raíz de las experiencias decisivas de su encuentro con los leprosos y de la oración ante el crucifijo en la iglesia de San Damián, Francisco abandonó su familia y comenzó una vida evangélica de penitencia. Con los numerosos compañeros que muy pronto se unieron a él, comprendió que estaba llamado a vivir el Evangelio sine glossa, como fraternidad de menores a ejemplo de Jesús y de sus discípulos. Al año siguiente a la aprobación de la Regla y vida de los hermanos menores en  1223 por el papa Honorio III, Francisco recibió los estigmas del Crucificado, sello de la conformidad con su único Señor y Maestro. Cuando murió, en 1226, Francisco era un hombre extenuado por la fatiga y por las enfermedades y, al mismo tiempo, un hombre reconciliado con el sufrimiento, consigo mismo y con toda criatura. Fue canonizado en 1228 y es patrono de Italia y de los ecologistas.

***

“Altísimo y omnipotente buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.

A ti solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de nombrarte.

Alabado seas, mi Señor, en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.

Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.

Alabado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.

Alabado seas, mi Señor por la hermana Agua,
la cual es muy humilde, preciosa y casta.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.

Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.

Alabado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor,
y sufren enfermedad y tribulación;
bienaventurados los que las sufran en paz,
porque de ti, Altísimo, coronados serán.

Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
Ay de aquellos que mueran en pecado mortal.
Bienaventurados a los que encontrará en tu santísima voluntad
porque la muerte segunda no les hará mal.

Alaben y bendigan a mi Señor
y denle gracias y sírvanle con gran humildad…”

*

San Francisco de Asís.
Cántico de las Criaturas

lumic3a8redepaques

***

Su vida estuvo enteramente caracterizada -hasta el momento de la conversión- por la búsqueda de un modelo que pudiera educar y plasmar su natural propensión al canto.

Lo encontró de repente en el Señor Jesús, en la belleza de su vida narrada por el Evangelio y, en particular, en el luminoso canto nuevo de su muerte en la cruz.

Dejó que la pasión marcara cada uno de sus pasos y afinara de manera progresiva todas las fibras de su persona con la humanidad del Hijo de Dios, que se entregó por completo a sí mismo por nosotros.

Francisco oró así: «Te ruego, oh Señor, que la ardiente y dulce fuerza de tu amor arrebate mi mente de todas las cosas que hay bajo el cielo, para que muera yo de amor por tu amor, como tú te dignaste morir por amor a mi amor» (oración Absorbeat).

Su camino estuvo siempre acompañado por confirmaciones y consuelos. Su predicación y su ministerio tocaron el corazón de las personas y suscitaron decisiones de conversión y de reconciliación.

Su manera de seguir radicalmente al Señor se volvió, cada vez más, casa hospitalaria para otros muchos hermanos y hermanas, que encontraron en su itinerario personal una modalidad radical y actual de interpretar y vivir el Evangelio de la nueva estación histórica que avanzaba. Sin embargo, en el tiempo del monte Alverna, parece apagarse el canto fluente.

En esta estación encuentra Francisco la prueba más terrible: las fatigas originadas por un movimiento que se institucionaliza -que pierde en intensidad evangélica y llega incluso a dudar sobre la posibilidad de que sea integralmente practicable su estilo de vida- repercuten en su misma fe.

La pregunta sobre la verdad de sus intuiciones más profundas y la duda sobre el origen divino de su proyecto de vida resuenan en un silencio opresor en el que Dios no parece hablarle ya, a pesar de haberlo buscado con tanta tenacidad.

Francisco experimenta el abandono de Dios y se retira de los hermanos para no mostrar su semblante, que ha perdido la serenidad habitual. El canto nuevo, por consiguiente, no le fue dado en un momento de paz y consolación, sino en un momento en el que -como dice el salmista- «fallan los cimientos» (Sal 11,3) y todas las seguridades parecen hundidas

*

C. M. Martini – R. Cantalamessa,
La cruz como raíz de la perfecta alegría,
Verbo Divino, Estella 2002, pp. 15-16).

***

Leer también: “Francisco de Asís, en quien el ser humano resultó bien”, por Leonardo Boff

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

“Las cosas no son siempre lo que parecen”. 27 de septiembre de 2020. 26 Tiempo ordinario (A). Mateo 21, 28-32

Domingo, 27 de septiembre de 2020
Comentarios desactivados en “Las cosas no son siempre lo que parecen”. 27 de septiembre de 2020. 26 Tiempo ordinario (A). Mateo 21, 28-32

two_sonsLa parábola es una de las más claras y simples. Un padre se acerca a sus dos hijos para pedirles que vayan a trabajar a la viña. El primero le responde con una negativa rotunda: «No quiero». Luego lo piensa mejor y va a trabajar. El segundo reacciona con una docilidad ostentosa: «Por supuesto que voy, señor». Sin embargo, todo se queda en palabras, pues no va a la viña.

También el mensaje de la parábola es claro y fuera de toda discusión. Ante Dios, lo importante no es «hablar» sino hacer; lo decisivo no es prometer o confesar, sino cumplir su voluntad. Las palabras de Jesús no tienen nada de original.

Lo original es la aplicación que, según el evangelista Mateo, lanza Jesús a los dirigentes religiosos de aquella sociedad: «Os aseguro: los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios». ¿Será verdad lo que dice Jesús?

Los escribas hablan constantemente de la ley: el nombre de Dios está siempre en sus labios. Los sacerdotes del templo alaban a Dios sin descanso; su boca está llena de salmos. Nadie dudaría de que están haciendo la voluntad del Padre. Pero las cosas no son siempre como parecen. Los recaudadores y las prostitutas no hablan a nadie de Dios. Hace tiempo que han olvidado su ley. Sin embargo, según Jesús, van por delante de los sumos sacerdotes y escribas en el camino del reino de Dios.

¿Qué podía ver Jesús en aquellos hombres y mujeres despreciados por todos? Tal vez su humillación. Quizá un corazón más abierto a Dios y más necesitado de su perdón. Acaso una comprensión y una cercanía mayor a los últimos de la sociedad. Tal vez menos orgullo y prepotencia que la de los escribas y sumos sacerdotes.

Los cristianos hemos llenado de palabras muy hermosas nuestra historia de veinte siglos. Hemos construido sistemas impresionantes que recogen la doctrina cristiana con profundos conceptos. Sin embargo, hoy y siempre, la verdadera voluntad del Padre la hacen aquellos que traducen en hechos el evangelio de Jesús y aquellos que se abren con sencillez y confianza a su perdón.

José Antonio Pagola

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , , ,

“Recapacitó y fue.” Domingo 27 de septiembre de 2020. 26º Domingo de Tiempo Ordinario

Domingo, 27 de septiembre de 2020
Comentarios desactivados en “Recapacitó y fue.” Domingo 27 de septiembre de 2020. 26º Domingo de Tiempo Ordinario

49-OrdinarioA26Leído en Koinonia:

Ezequiel 18,25-28: Cuando el malvado se convierte de su maldad, salva su vida.
Salmo responsorial: 24: Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.
Filipenses 2,1-11: Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.
Mateo 21,28-32: Recapacitó y fue.

La conversión de aquellos que el sistema religioso considera pecadores debería ser una señal profética con el poder de arrastrar a todos hacia el camino del bien. Sin embargo, esto no es lo que ocurre. Cada sistema religioso organiza sus valores en escalas jerárquicas en las que cuenta más la posición que la propia conciencia. El profeta Ezequiel y el evangelio se refieren a esta terrible realidad: los que se consideran a sí mismos salvados son incapaces de cambiar su manera de pensar para abrirse a la acción de Dios. Los más ilustres representantes de la religión (sacerdotes judíos, fariseos, escribas, etc.) incurren en el pecado de la falsa conciencia religiosa, es decir en la pretensión injustificada de considerarse salvados por sus propios méritos y no por la gracia de Dios. Pablo nos presenta una aguda reflexión sobre este problema y nos llama la atención sobre aquellos elementos de discernimiento que nos permiten evaluar nuestras prácticas cotidianas a la diáfana luz del amor misericordioso y del servicio solidario.

El profeta Ezequiel llama la atención a su pueblo, envuelto en intrigas, enajenado por las permanentes conspiraciones contra el imperio babilonio. La situación era extremadamente precaria luego de la primera deportación en el año 597 a.e.c. Los líderes del pueblo habían sido obligados a marchar a tierras extranjeras y vivían en condiciones extremadamente precarias. La situación en Jerusalén era extremadamente volátil. La falta de discernimiento, la manipulación de los sentimientos patrióticos y el oportunismo de los nuevos lideres los dejaban a la merced de una nueva y devastadora intervención de Babilonia como efectivamente ocurrió en el año 587 a.e.c. En medio de tanta tensión, caos y confusión el profeta hace un llamado a la cordura y al buen juicio. La falsa consciencia religiosa estaba inflando los planes de las autoridades del Templo y de los altos funcionarios de la corte. Se consideraban a sí mismos propietarios de la salvación y personas más allá del ‘bien y del mal’. Ezequiel los llama a la humildad y la honestidad, al servicio al pueblo y a la justicia, pues, en nombre del bien de la patria no cesaban de cometer crímenes e injusticias que contradecían el fundamento jurídico y ético de la alianza de Yahvé con su pueblo. Considerarse a si mismo justo, mientras se comenten las peores atrocidades no es sino un engaño inútil. El bien consiste en el respeto del derecho y en la práctica de la justicia.

La parábola que hoy nos propone Jesús, denuncia igualmente la falsa conciencia religiosa. La viña es la realidad del mundo, en la que el trabajo siempre es arduo y urgente. A esa viña el Padre envía a sus dos hijos. La respuesta de los dos es ambigua. Sin embargo, sólo el compromiso del que inicialmente se había negado al trabajo nos permite descubrir quién actúo coherentemente. De este modo Jesús denuncia a aquellos dirigentes y a todo el pueblo que públicamente se compromete a servir al Señor, pero que es incapaz de obrar de acuerdo con sus palabras. Actitud que contrasta con aquellos que aunque parecen negarse al servicio, terminan dando lo mejor de sí en la transformación de la viña.

Esta parábola plantea un dilema que pone al descubierto la praxis de sus oyentes y que, leída a la luz de los acontecimientos de la época de Jesús nos muestra cómo los que eran considerados pecadores por el aparato religioso eran, en realidad, los únicos atentos a la voz del profeta. La conversión no es un asunto de solemnes proclamas o de prolongados ejercicios piadosos, sino un llamado impostergable a la justicia y al discernimiento. Las palabras de Jesús herían la sensibilidad religiosa de sus contemporáneos que se consideraban auténticos seguidores de Yavé e inigualables hombres de fe, porque colocaba delante de ellos el testimonio de aquellas personas que eran consideradas una lacra social: las prostitutas y los publicanos.

Prostitutas y publicanos no sólo eran profesiones terriblemente despreciadas, sino que quienes las ejercían eran considerados personas asquerosas e inadmisibles entre la gente de bien. Jesús ridiculiza todas esas valoraciones lanzadas desde los pedestales del sistema religioso y muestra, con los hechos, que ni siquiera la presencia de un profeta tan grande como Juan Bautista es capaz de transformar las conciencias anquilosadas y estériles de aquellos que se consideran salvados únicamente por el alto cargo que ejercen en el aparato religioso.

Pablo nos muestra la misma realidad, desde el interior de la comunidad cristiana. Los creyentes, por sus mismas buenas intenciones, están más expuestos a crearse una falsa conciencia religiosa que los lleve a considerarse superiores a los demás o definitivamente salvados. El único criterio para determinar la autenticidad de las prácticas cristianas es lo que el llama ‘entrañas de misericordia’, o sea, el amor incondicional por aquellas personas excluidas y víctimas de la opresión y la miseria. Para Pablo, los cristianos no se pueden examinar únicamente a la luz de criterios piadosos, sino a la luz de la práctica de Jesús que actuó siempre en el mundo con entrañas de misericordia.

Más allá de una interpretación limitada al contexto judío del momento de Jesús, esta palabra suya puede y debe elevarse a categoría universal y a principio teórico: el de la primacía del hacer sobre el decir, de la praxis sobre la teoría. Un hermano dijo que sí, muy dispuesto, pero sus hechos desmintieron sus palabras: su palabra verdadera, su palabra práctica, fue un no. El otro hermano pareció estar desde el princpio fuera del camino de la salvación, por sus palabras negativas e inaceptables; pero a pesar de sus palabras, él de hecho fue a la viña, «hizo» la voluntad del Padre. Decir/hacer, teoría/praxis: el Evangelio está claramente decantado a un lado, sin vacilaciones, en estas disyuntivas. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , , ,

Dom 26 TO. Mt 21, 28-32. Evangelio escandaloso, consolador. Publicanos y prostitutas os preceden (guían) al Reino de Dios

Domingo, 27 de septiembre de 2020
Comentarios desactivados en Dom 26 TO. Mt 21, 28-32. Evangelio escandaloso, consolador. Publicanos y prostitutas os preceden (guían) al Reino de Dios

22089859_863339983843195_3322836024810394500_nDel blog de Xabier Pikaza:

El curso 1974‒1975, bajo la dirección de X. Zubiri, en el Palacio de las Siete Chimeneas (Banco Urquijo) de Madrid, O. G. de Cardedal, el Cardenal R. Blázquez, J. M. Velasco y un servidor hicimos un Seminario sobre este pasaje, siguiendo el libro de J. Klausner, Jesús de Nazaret (original hebreo 1907, con docenas de traducciones hasta el día de hoy, donde el gran político‒pensador judío defendía las siguientes tesis:

Estas palabras de Jesús (con el testimonio de su vida) son lo más excelso del judaísmo, pero no pueden cumplirse. Por eso, los judíos, las mantenemos ahí, como ideal, pero regulamos el mundo y la ciudad según ley: Hacemos justicia a publicanos y prostitutas, pero no dejamos que guíen no la política ni la religión, que son cosas serias de “sacerdotes”, senadores y juristas.

Los cristianos han puesto esas palabras en el centro de su evangelio, como si pudieran cumplirse. Pero no las han cumplido, ni antes ni ahora. Hablan de publicanos y prostitutas para el Reino, pero no les hacen ni justicia: Siguen marginando y expulsado a las prostitutas (en el fondo a todas las mujeres), han hecho una iglesia de malos publicanos (de poderes políticos y económicos injusto).

Hoy, pasados más de 45 años, quiero recoger las reflexiones de entonces y enriquecerlas con nuevas propuestas. Como decía J. Klausner el año 1907, aquí se juega el futuro y esencia de judaísmo, cristianismo y humanidad.

| X Pikaza

TEXTO

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.” Él le contestó: “No quiero.” Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor.” Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?” Contestaron: “El primero.” Jesús les dijo: “Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis. (Mt 21, 28-32)

REFLEXIÓN GENERAL

Publicanos y prostitutas forman parte de un mismo pecado, pro de un pecado que no no es básicamente de ellos, sino del conjunto de la sociedad que prostituye a un tipo de mujeres, y después les echa la culpa, que utiliza a un tipo de publicanos (para realizar los negocios económicos “sucios”) y después le condena.

‒ Puede haber publicanos y prostitutas que son pecadores, pero en un sentido posterior de pecado (de tipo sexual e incluso social), pero, en sentido estricto, tal como formula Jesús esta palabra y la sitúa en el centro de su evangelio, el gran pecado no es de ellos y ellas, sino del conjunto de la sociedad, que les utiliza, les expulsa y les condena. Publicanos y prostitutas son víctimas de una sociedad que les utiliza como chivo expiatorio, les explora social y sexualmente, para luego condenarles.

san-mateo-leviEl pecado de fondo  de unos y otras es el mismo, como he dicho: Tener que venderse o, mejor dicho, estar vendidos de antemano, ser objeto de venta de la sociedad de los que se llaman a sí mismos “hijos de Dios” (como dice Gen 6).En sentido general, en aquel contexto “patriarcalista” a la mujer se la vende (y para vivir ella tiene que dejarse vender) como sexo, como “saco de culpas”, como mala “carne”. De manera convergente, a un tipo de varones se les vende (y ellos tienen que venderse) para sobrevivir. Pero más que pecado de publicanos  y prostitutas éste es el pecado de aquellos que prostituyen a las mujeres y “publicanizan” a los hombres, los esclavizan por dinero.

 Jesús no comienza su camino de reino con los que se presentan como Buenos (y condenan a otros a la prostitución del cuerpo o del dinero), sino con los publicanos y prostitutas, de los que no se dice que “os precederán al final”, sino que os están precediendo ya, ahora…  No dice dice “os precederán” (en el cielo futuro), sino que os están precediendo (en este mundo), ellos están abriendo con Jesús el camino del Reino. Ellos son los “guías” (pro‒agousin). Hay que fijarse muy bien en esto. Según la carta a los Hebreos, el “prodomos” (el explorador y pionero) del reino de Dios es Jesús. Pues bien, según este pasaje del Q (¡que es, sin duda, de Jesús!) los pioneros o guías del reino no son los sacerdotes y escribas judíos, ni los doce de Jesús, como Pedro (los Doce y Pedro vienen después), sino los publicanos y las prostitutas.

— Jesús no dice esta palabra a la gente en general sino a los “sumos sacerdotes y ancianos/senadores”(Mt 21, 23), es decir a las autoridades religiosas y civiles.  Ellos, los que crean un mundo de prostitución y venta económica, creyéndose buenos y pensando que tienen la razón, no pueden “convertirse”, no pueden cambiar, en cambio los publicanos y prostitutas pueden cambiar, pueden iniciar un camino de reino.

— Conforme a este  evangelio (Mt 21, 23) Jesús viene de “discutir” con sacerdotes y políticos (senadores), y ha visto que no cambian, no pueden cambiar, de manera que en esa línea les ve irrecuperables…a no ser que publicanos y prostitutas abran para ellos un camino.

Jesus-de-Nazaret-i1n287327On line: https://mercaba.org/ARTICULOS/J/klausner,%20joseph%20-%20jesus%20de%20nazaret.pdf),

‒‒ Ciertamente, hay otros poderes importantes, civiles y/o religiosos, de jueces, agricultores o soldados…  pero Jesús ha visto como “pecado original”  y principio de todos los pecados (en una línea que comienza ya en Gen 6) con los buenos, los llamados “hijos de Dios” que se apoderan de las mujeres, las violan, las prostituyen,  poniendo así en riesgo la vida de la tierra (el signo del diluvio).

COMENTARIO (de X. Pikaza, Evangelio de Mateo)

Tras la disputa sobre el origen del poder de Jesús, con la referencia a Juan Bautista, Mateo introduce este pasaje que interpreta y completa lo anterior, presentando la opinión de Jesús sobre Juan Bautista. Posiblemente era en principio un texto independiente y formaba parte del Q (cf. Lc 7, 29-30), pero ha sido muy reformado por Mateo, en su línea de conjunto, y también por Lucas, que le ha dado un contenido y sentido más doctrinal.

Éste es un texto históricamente muy significativo, pues sigue vinculando a Jesús con Juan Bautista, para indicar que ambos recorren un mismo camino, en oposición a los sumos sacerdotes y ancianos del texto anterior (21, 23-27). Este pasaje sirve a Mateo para ilustrar su mensaje, pero al mismo tiempo recoge tradiciones de disputas anteriores de Jesús y sus discípulos con las autoridades sacerdotales y sociales. Es un pasaje escandaloso, siendo muy consolador, pues no dice que los publicanos y las prostitutas “os precederán” (en futuro), sino que os preceden (21, 31: pro‒agousin), ahora mismo (en este mundo), como Jesús que precede a los suyos en el camino de vuelta a Galilea (26, 32; 28, 6)[1].

      El primer hijo, que primero dice “no”, pero después se ·”convierte” y cambia, podría referirse a los gentiles, pero, en sentido más preciso representa a los publicanos y prostitutas, que han empezado rechazando la voluntad del padre, pero al final se arrepienten y van a la viña. Por el contexto, el segundo representa a los sacerdotes y ancianos, que han dicho a Dios que “sí”, pero después no van. Desde ese fondo debemos unir este pasaje con 11, 19, donde a Jesús le acusaban de amigo de publicanos y pecadores:

Juan y Jesús, dos estilos (11, 16-19). Muchos habían tomado a Juan Bautista como un “loco”, pues no comía ni bebía, dando la impresión de que no le importaba la necesidad de los hombres concretos, sino sólo la protesta de los austeros penitentes, elitistas, separados del mundo. Jesús, en cambio, se mostraba como un comilón y bebedor, amigo de publicanos y pecadores/as (telwnw/n fi,loj kai. a`martwlw/n), esto es, como alguien que formaba parte del submundo de los excluidos (publicanos, prostitutas….) fuera del buen pueblo de la alianza (presidido por los sacerdotes, y ancianos).

‒ Jesús apela a Juan. Pues bien, a pesar de la austeridad de Juan, Jesús afirma que los publicanos y prostitutas (21, 32) creyeron en él, aceptando su camino de justicia, “mientras que vosotros (sacerdotes-ancianos) no creísteis en él”. Eso significa que, siendo tan distintos (11, 16-19), Juan y Jesús tenían una misma meta, de forma que el camino de penitencia para conversión de Juan Bautista había culminado en el mensaje de Reino de Jesús. De esa manera, los publicanos y los pecadores/prostitutas, que habían creído en Juan, aparecen vinculados al mismo tiempo con Jesús (aceptan su camino), en contra de los sacerdotes y ancianos importantes del pueblo. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , , ,

Semana Santa en septiembre. Domingo 26. Ciclo A.

Domingo, 27 de septiembre de 2020
Comentarios desactivados en Semana Santa en septiembre. Domingo 26. Ciclo A.

imagen114Del blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

Domingo 26. Ciclo A

La pandemia ha hecho que este año bastantes niños estén celebrando su Primera Comunión no en el mes de mayo, sino en septiembre. Pero la Iglesia católica no necesita ningún virus para alterar el orden de los hechos. Como el año litúrgico termina dentro de dos meses (el 22 de noviembre) a partir de este domingo nos ponemos en contacto con las últimas enseñanzas de Jesús, durante lo que solemos llamar el Lunes Santo.

Lucha a muerte en el recinto del templo

            El día antes, Jesús ha entrado triunfalmente en Jerusalén, ha purificado el templo, expulsando a vendedores de animales y cambistas de monedas, y ha curado en el recinto sacro a cojos y ciegos, unos enfermos a los que estaba prohibida la entrada en el templo. Es fácil imaginar la indignación de los sacerdotes y de los escribas (representantes de moralistas, canonistas y teólogos). Ese día, domingo de ramos, se limitan a protestar. Pero al día siguiente, cuando Jesús vuelve a Jerusalén y al templo, todos los grupos con poder religioso y político se irán turnando para ponerlo en aprieto con las preguntas más comprometidas y poder condenarlo.

La primera la formulan los sacerdotes y los senadores (representantes del poder político), pensando en lo ocurrido el día antes: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado esa autoridad?» Jesús se encuentra ante una disyuntiva. Si responde: «De Dios», lo pueden acusar de blasfemo. Si dice: «de mí mismo», lo considerarán un loco o un vulgar revolucionario. Evita la respuesta directa y les tiende una trampa. Ya que ellos son los jueces religiosos de Israel, que den su opinión sobre otro personaje famoso: Juan Bautista. «El bautismo de Juan, ¿de dónde venía, de Dios o de los hombres?» Ellos, viendo el peligro de comprometerse en un sentido o en otro, responden: «No lo sabemos». Y Jesús termina con un escueto: «Pues yo tampoco os digo con qué autoridad hago esto». E inmediatamente pasa al contrataque, con la parábola que leemos este domingo, exclusiva del evangelio de Mateo: la de los dos hijos (Mt 21,28-32).

Obras son amores, y no buenas razones

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

― ¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero.” Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor” Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?

Contestaron:

― El primero.

Jesús les dijo:

― Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.    

            La historieta que propone Jesús es tan fácil de entender que sus enemigos caen en la trampa. Un padre y dos hijos. ¿Quién cumple la voluntad del padre? ¿El hijo protestón y maleducado que termina haciendo lo que le piden, o el hijo amable y sonriente que hace lo que le da la gana? La respuesta es fácil: el primero. Lo importante no es decir palabras bonitas; tampoco importa protestar mucho. Lo importante es hacer lo que el padre desea. «Obras son amores, y no buenas razones».

            Pero Jesús saca de aquí una consecuencia asombrosa. Es preferible vivir de mala manera, si al final haces lo que Dios quiere, que vivir de forma aparentemente piadosa y negarse a cumplir la voluntad de Dios. Dicho con las palabras hirientes del evangelio: es preferible ser prostituta o ladrón, si al final te conviertes, que ser obispo, sacerdote, o pertenecer a cualquier congregación o institución religiosa y ser incapaz de convertirse.

¿En qué consiste la conversión? Nueva sorpresa. No se trata de aceptar a Jesús y su mensaje, sino a Juan Bautista, que mostraba el camino de la justicia, de la fidelidad a Dios, como primer paso hacia el evangelio. Con ello, Jesús responde indirectamente a la pregunta que no habían querido responder las autoridades: «¿De dónde procedía el bautismo de Juan, de Dios o de los hombres?» El bautismo de Juan era cosa de Dios, su predicación marcaba el camino recto. Las prostitutas y los recaudadores, representados por el hijo protestón, pero obediente, creyeron en él. Las autoridades religiosas, representadas por el hijo tan amable como falso, no le creyeron.

¿Tirando piedras contra el propio tejado?

            Lo curioso de esta interpretación de la parábola es que parece volverse contra Juan y contra Jesús. Los que dan testimonio a su favor son gente indigna de crédito, prostitutas y explotadores; quienes lo rechazan o se abstienen, personalidades religiosas de buena fama, los sacerdotes. Puestos a elegir, ninguna persona piadosa aceptaría la opinión de unos cuantos drogatas y unas pocas prostitutas en contra de lo que decida una Conferencia Episcopal.

Además, el judío piadoso de tiempos de Jesús (como muchos cristianos piadosos de nuestro tiempo) está convencido de que no necesita convertirse. Y si en algo tiene que cambiar, el camino no deben indicárselo personas tan extrañas y discutibles como Juan Bautista, Martin Lutero King, Oscar Romero, Pedro Casaldáliga o el Papa Francisco.

Así adquieren pleno sentido las palabras de Jesús: «los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios». Para entrar en ese reino, hay que abrirse a una nueva forma de vida, aunque suponga un corte drástico y doloroso con la vida anterior. La institución religiosa seguirá firme en sus trece, incluso utilizará el argumento de la parábola para recha­zar a Juan y a Jesús. Sin embargo, el Reino se irá incrementando con esas personas indignas de crédito, pero que creen en quien les muestra el camino de una nueva forma de fidelidad a Dios. Esas personas que, como dice el profeta Ezequiel en la primera lectura, son capaces de recapacitar y convertirse.

Así dice el Señor: Comentáis: “No es justo el proceder del Señor”. Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.

Biblia, Espiritualidad , , , , , , ,

Domingo XXVI. 27 de septiembre, 2020

Domingo, 27 de septiembre de 2020
Comentarios desactivados en Domingo XXVI. 27 de septiembre, 2020

349846CB-B3E5-4382-A5D0-F55226C2CA1F

“Luego se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él respondió: “Voy, Señor”. Pero no fue.”

(Mt 21, 28-30)

Supongo que a todos nos gustaría ser el tercer hijo. El que no sale en la parábola, quizá porque es el que nos la cuenta. Ser como Jesús, que dice que va a la viña y no solo va sino que se deja matar por la viña. Se entrega.

Sí, nos gustaría. Por eso el cristianismo es precisamente eso: el seguimiento de Jesús. Pero cuando miramos a nuestra Iglesia, a nuestras comunidades, cuando nos miramos cara a la cara a nosotras mismas quizá encontramos más del “segundo hermano” de lo que nos gustaría.

¿Cuántas veces hemos dicho que íbamos a la viña y nos hemos quedado en nuestras comodidades? ¡Y cuántas veces esperamos a que vayan las demás o nos quejamos de que nadie quiere ir mientras discutimos sentadas en el sofá!

Esta viña, a la que nos llama el Padre, es más que un trabajo. Mucho más. Sabemos que debemos ir. Queremos de verdad ir. Muchos días emprendemos el camino. Muchas horas las pasamos en esa viña. Más de una vez somos el “primer hermano” que dice que no con la boca, pero dice que sí con la vida.

Sin embrago, todavía no somos lo que estamos llamadas a ser. No acabamos de ser como Jesús. La buena noticia es que eso no importa. Ni nuestras negativas, ni nuestras ausencias conseguirán que el Padre cambie de opinión. Él volverá, puntualmente, constantemente, con su invitación. Asaltará nuestras vidas una y otra vez, sin cansarse, sin decepcionarse.

Y nosotras seguiremos siendo el primer hermano, el segundo y por supuesto nos iremos pareciendo cada vez más al tercero. Volveremos a levantarnos, quizá con menos fuerzas, pero con un amor más probado, más acrisolado.

Oración

Trinidad Santa, renueva nuestros corazones con tu invitación siempre nueva y retadora. Amén.

*

Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa

***

Biblia, Espiritualidad , , , , , , ,

Rectificar es más humano que acertar a la primera.

Domingo, 27 de septiembre de 2020
Comentarios desactivados en Rectificar es más humano que acertar a la primera.

d-3-14-3a-semana-tiempo-adviento1-436x321Mt 21, 28-32

Mt 21,28-32

Jesús acaba de realizar la “purificación del templo”. En el episodio inmediatamente anterior, los sumos sacerdotes y los senadores, preguntan a Jesús con qué autoridad actúa así. Él les responde con otra pregunta: “¿El bautismo de Juan era cosa de Dios o cosa humana?”. No se atreven a contestar y Jesús les cuenta esta parábola. Mateo trata de justificar que la comunidad cristiana se apartara del organigrama religioso judío, pero quiere advertir, también a la nueva comunidad, que no debe caer en el mismo error.

En este capítulo siguen las advertencias a la comunidad. Es muy peligroso creerse perfecto. Lo importante es descubrir los fallos y rectificar lo que se ha hecho mal. La pura teoría no sirve para nada, solo la vida salva. Lo que digamos o lo que proclamemos son palabras vacías, mientras no vayan acompañadas por una actitud vital que, inevitablemente, se manifestará en las obras. En el evangelio de Juan, Jesús pone como instancia definitiva sus obras: “Si no me creéis a mí, creed a las obras”.

El domingo pasado nos hablaba de jornaleros. Hoy nos habla de hijos. En el AT, el pueblo en su conjunto, se consideraba hijo de Dios. Jesús distingue ahora dos hijos: los que se consideran verdaderos israelitas y los que los jefes religiosos consideran pecadores. Recordemos que ser hijo significaba hacer en todo la voluntad del padre. Un buen hijo era el que salía al padre. El que dejaba de hacer la voluntad del padre, dejaba de ser hijo. ¿Quién hizo la voluntad del padre? quiere decir: ¿Quién es verdadero Hijo?

Jesús se enfrenta a los jefes religiosos, como respuesta a la oposición que los evangelios manifiestan. Todos los evangelios dejan clara esa lucha a muerte de las instancias religiosas contra Jesús. Sin embargo, no podemos sacar de estas parábolas argumentos antisemitas. Las prostitutas y los recaudadores de impuestos, que Jesús pone por delante de los jefes religiosos, eran también judíos. Y los primeros cristianos eran todos judíos.

Los fariseos no tenían nada de qué arrepentirse. Eran perfectos porque decían “sí” a todos los mandamientos. Consideraban que tenían derecho al favor de Dios, por eso rechazan de plano el cambio que les propone Jesús. Como los de primera hora del domingo pasado, exigen mayor paga por su trabajo. Para ellos es intolerable que Dios pague lo mismo al que no ha trabajado. No se dan cuenta de que su respuesta es solamente formal, sin compromiso vital alguno. El espíritu de la Ley les importaba un pito.

El escándalo está servido: Para Jesús no hay duda, los que se consideran buenos son los malos y los malos son los buenos. Los primeros eran los estrictos cumplidores de la Ley, los segundos ni la conocían ni podían cumplirla. Los primeros ponían su empeño en el cumplimiento externo de las normas. Los otros buscaban una posibilidad de hacerse más humanos, porque se sabían pecadores. Jesús deja claro cuál es la voluntad de Dios, y quién la cumple. Pero Jesús deja claro que tanto los unos como los otros son hijos.

“Los recaudadores y las prostitutas os llevan la delantera en el Reino”. Es una de las frases más hirientes que pudo decir Jesús a los jerifaltes religiosos. Eran las dos clases de personas más denigradas y odiadas por las instancias religiosas. Pero Jesús sabía muy bien lo que decía. El organigrama religioso-social de su tiempo era represivo e injusto. Que esa situación se mantuviera en nombre de Dios no podía aguantarlo quien había descubierto un Dios que lo único que quiere es el bien del hombre.

No se alude en el relato a las otras dos situaciones que se pueden dar: El hijo que dice sí y va a trabajar a la viña, y el hijo que dice no y no va. En estos dos casos no hay posibilidad de equivocarse ni cabe la pregunta de quién cumple la voluntad del padre. Lo que pretende el relato es advertir sobre el engaño en que puede caer el que interprete superficialmente y a la ligera, la situación del que dice “” y del que dice “no”.

No debemos engañarnos. La simplicidad del relato esconde una enseñanza fundamental. Como conclusión general, tenemos que decir que los hechos son lo importante y que las palabras sirven de muy poco. La praxis prevalece siempre sobre la teoría. El evangelio no nos invita a decir primero no y después sí. El ideal sería decir sí y hacer; pero lo maravilloso del mensaje está precisamente ahí: Dios comprende nuestra limitación y admite la posibilidad de rectificación, después de “recapacitar”, dice el texto.

Nuestras actitudes religiosas son incoherentes. Llevamos muchos siglos haciendo una religión de ritos, doctrinas y preceptos. Desde el bautismo decimos: “sí voy”, pero nos quedamos siempre donde estamos. No hay más que ver lo que se entiende por “practicante”, para darse cuenta de que no tiene nada que ver con la vida real. Nos estamos yendo cada vez más por las ramas y alejándonos de la raíz del evangelio.

Se nos llena la boca proclamando pomposamente que somos cristianos, pero hay muchos que, sin serlo, cumplen el evangelio mucho mejor que nosotros. El fariseísmo se ha convertido en moneda corriente entre nosotros, y damos por hecho que basta hablar del evangelio, u oír hablar de él, para tranquilizar nuestra conciencia. Hay un refrán que lo expresa muy bien: “Una cosa es predicar y otra dar trigo”.

En la primera lectura ya se nos dice que ni siquiera los mayores fallos son definitivos. Podemos en cualquier momento rectificar la trayecto­ria equivocada. Los errores cometidos pueden ayudarnos a encontrar el camino verdadero. Somos limitados y tenemos que aceptar esta condición porque es parte de nuestra naturaleza. No podemos pretender, ni para nosotros ni para los demás, la perfección. Cuando exigimos a un ser humano ser pluscuamperfecto, estamos exigiéndole que deje de ser humano.

Solo la experiencia me dice qué es lo que me deteriora como ser humano y qué es lo que me enriquece. Cuando damos por absoluta una norma, nos anclamos en el pasado y nos negamos a progresar. El gran peligro para esta fijación es creer que Dios nos ha dado directamente esa norma. Desde esa perspectiva se siguen cometiendo verdaderas barbaridades en contra del ser humano. El Dios de Jesús nunca puede ir en contra del hombre; las normas que hemos promulgado en su nombre, sí. Entender la religión como verdades, normas y ritos absolutos, es fundamentalismo puro y duro.

También hoy podemos ir un poco más allá de la parábola. Ni siquiera las obras tienen valor absoluto. Las obras pueden ser la manifestación de una actitud vital, pero pueden ser reacciones automáticas desconectadas de nuestro verdadero ser, y conectadas solo al interés egoísta. Los fariseos cumplían escrupulosamente todas las normas, pero lo hacían mecánicamente, sin ninguna sinceridad de corazón. No pierdas el tiempo tratando de situarte en una de las partes. Todos estamos diciendo: “no”, cada tres por cuatro, y todos estamos diciendo: “sí”, con una pasmosa ligereza. La vida es una constante rectificación.

Meditación-contemplación

Si a la primera no somos capaces de decir “sí”,
Dios acepta siempre nuestra rectificación.
Casi siempre acertamos a costa de rectificaciones.
Nadie es capaz de descubrir la meta a la primera.
No deben preocuparme los fallos.
Ser incapaz de rectificar es lo frustrante.

 Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , , ,

El camino de la justicia.

Domingo, 27 de septiembre de 2020
Comentarios desactivados en El camino de la justicia.

justicia-y-razonLos dones que provienen de la justicia son superiores a los que se originan en la caridad (Khalil Gibran).

27 de septiembre. DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO

Mt 21, 28-32 Porque vino Juan enseñando el camino de la justicia

La Justicia es uno de esos ideales que desde la Antigua Grecia ha sido estudiado y debatido por cualquier intelectual de prestigio. Definida como “aquel principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde”, la Justicia un principio ineludible que debería regir nuestras sociedades.

Una sabia ley, que debería regir la conducta de toda la humanidad, si no quiere caer en el desorden, pues como dice Paul Auster: “Si la justicia no existe, ya no será justicia”.

Y Aristóteles, filósofo griego, decía: “Se piensa que lo justo es lo igual, pero no para todos, sino para los iguales. Por el contrario, se piensa que lo justo es desigual, y así es, aunque no para todos, sino para las desigualdades.

Para el Antiguo Testamento, figura como una le fundamental de conducta. Dios hace justicia con los débiles y oprimidos, deseando que se le reconozca como tal.

Dirán: “Solo el Señor tiene la justicia y el poder” (Isaías 5, 24)

(Salmo 51, 6): “Que tus argumentos te hagan justicia y resultes inocente en el juicio” 

“Amad la justicia los que regís la Tierra” (Sabiduría 1, 1)

“Y su marido, José, como era justo, y no quería difamarla, quiso dejarla en secreto” (Mateo, 1, 19)

“Amigo, no te hago injusticia. ¿No nos apalabramos, un denario?”  (Mateo 20, 13)

Y en Romanos 3, 20 “Por eso nadie será justificado ante Dios por haber cumplido la ley”

Blas Pascal argumentaba que “la justicia sobre la fuerza es la impotencia, y la fuerza sin justicia es tiranía solemne”.

Jesús nos lo mostró de esa manera cuando recorría los caminos de Palestina hasta posiblemente cuando dijo aquello de:

 “Yo soy el camino, y la verdad, y la vidanadie viene al Padre, sino por mí”.

Juan Bautista vino para predicarnos que existe un largo camino que hemos de recorrer y, si es posible, acompañados.

Un camino muy audaz, cuya oferta no comprada, sería una gran locura, pues es un saldo.

Un poeta libanés lo cantó de este modo ingenioso:

Khalil Gibran dijo: “Los dones que provienen de la justicia son superiores a los que se originan en la caridad”

Un soneto de Lope de Vega titulado “Pedro, a la sangre que por vos vertida”, dice:

Sangre que por vos vertida
mostró para su fe tanta firmeza,
ofrece la católica nobleza
la limpia suya, a vuestros pies rendida.

De las cuatro azucenas guarnecida,
que dejó de Domingo la pureza,
esta Junta os elige por cabeza
puesto que la tenéis tan dividida.

Tended vuestro crucígero labaro,
Capitán general desta milicia,
que contra el fiero apóstata levanta.

La fe de vuestra muerte, ejemplo raro;
pues para el tribunal de su justicia
hizo las gradas vuestra sangre santa

Vicente Martínez

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , , ,

¿Sí o no?

Domingo, 27 de septiembre de 2020
Comentarios desactivados en ¿Sí o no?

1Hay tantos modos de evitar dar una respuesta clara, de no definirnos, y eso que los españoles tenemos fama de ser directos. En el mundo anglo norteamericano hay una expresión que lo dice todo cuando no quieren mojarse, que como en todos sitios, es frecuente: “creative postponing”, creo que lo entendemos todos, y además con creatividad, con excusas convincentes. Nuestro “dar largas”. Me decía una mujer joven de allí, “eso de ser hija de Dios me resulta fuerte, yo me conformo con ser sobrina”. Sincera la mujer.

Decir sí o decir no, es rotundo, es radical. Es lo que Jesús pide de sus seguidores, sobre todo de aquellas personas que se consideran discípulas. El texto de hoy nos invita a entrar en el significado del sí y del no en nuestro seguimiento y en nuestra vida.

Primero entendamos el texto en su contexto: El pueblo judío dijo “sí” al aceptar la ley de Moisés, pero se niega, a través de los dirigentes, a aceptar la propuesta de Jesús. Sin embargo, los paganos y los pecadores, que primero dijeron “no”, al final son los que aceptan el reino, acogen el proceso de ir entrando en el modo diferente que propone Jesús.

Para Jesús, la fidelidad a Dios no pasa por la observancia de la Ley, sino por la práctica de un amor sin excepciones. Jesús cambia el modo de relación con Dios, al que presenta como él lo vive, no como el distante Dios del Templo, sino como el Abba cercano y comprometido con la vida. Esto desmonta el tinglado de una religión súper estructurada alrededor de las normas y las leyes de pureza, de impureza, de sacrificios como paga por los pecados los cuales han sido determinados por unos jerarcas que imitan a un dios lejano, frío, a quien hay que calmar con ofrendas, que se quedan los sacerdotes…

En lenguaje de hoy diríamos que Jesús “flipa” con esa doblez, y para denunciarla utiliza el inteligente y oriental lenguaje de las parábolas.

La que nos ocupa hoy, la de los dos hijos, va dirigida especialmente a la infidelidad de los dirigentes: dicen pero no hacen; son fieles por fuera pero podridos por dentro… Toda esa gama de expresiones que expresa una indignación en aumento y una compasión más profunda hacia aquellos marginados, considerados pecadores por las leyes hipócritas.

Serán, de hecho, ellos los que acogerán la radicalidad de Jesús, aunque en apariencia sean unos pasotas o critiquen la institución.

Tal vez hoy, uno de octubre, que nuestro país vive una situación muy complicada por falta de diálogo, cuyo término es repetido pero no se practica, podemos preguntarnos qué significa un sí o un no: a un sistema, a unas políticas corruptas… todos y todas debemos reflexionar, ¿por qué quiere separarse una pareja, un país, una autonomía…? La autenticidad del sí y del no nos daría claves de interpretación de la realidad y perspectiva de futuro.

Propongo una segunda o tercera lectura, como en la Lectio Divina, en clave de conversión personal. Ver que estos dos hijos, estas dos posturas o actitudes, conviven dentro de nosotras. Yo soy la hija buena que dice que sí al proyecto de Jesús, y me apunto a muchas movidas, pero cuando me tocan el ego, o el bolsillo, o mi tiempo… entonces doy un “creative postponing”, es decir, no me defino, no me comprometo, no me pillo los dedos.

Y también convive en mí la rebeldilla, la indignada, la que dice que no porque, entre muchas otras cosas que no me gustan, una especialmente me duele en las entrañas: a las mujeres nos tienen retiradas, nos utilizan para lo que necesitan, cuando ellos no llegan… pero cuando dejo que la mirada de Jesús sea más potente que la de “los monseñores de turno” entonces voy, entonces me mojo, me abro, corro para que su proyecto siga, para que nadie lo ahogue, para que nadie pueda estropearlo. Porque he escuchado por dentro algo que ha autentificado mi respuesta “si tú me miras, yo me vuelvo hermosa, como la hierba a que bajó el rocío” (G. Mistral)

Cuando no hay coherencia con nuestras posturas, con nuestro “sí” y nuestro “no”, los psicólogos dicen que se produce ansiedad. Es decir, que el alma chirría porque la persona sufre cierta angustia que puede hacerse crónica. La angustia que produce la doblez, que se puede convertir en rigidez, en un atarse a la ley, o en un sarcasmo hiriente, o en tristeza interior causada por la mediocridad, por la falta de fuelle para correr a colaborar con el proyecto de Jesús.

Es su legado el que está hoy en nuestras manos. La disponibilidad o la pereza, la decepción, la excusa repetida de necesidades familiares que no se acaban nunca, es tema de conciencia. Será lo que tú y yo decidamos. El reino espera, Jesús espera, la tarea está ahí. ¿Quieres colaborar? ¿Sí o no? Tú dirás, yo diré, con la vida.

Magdalena Bennàsar Oliver

www.espiritualidadintegradoracristiana.es

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , , ,

Creencias y Bondad

Domingo, 27 de septiembre de 2020
Comentarios desactivados en Creencias y Bondad

AbrazoDomingo XXVI del Tiempo Ordinario

27 septiembre 2020

Sin duda, las palabras de Jesús tuvieron que sonar no solo provocadoras, sino directamente heréticas e incluso blasfemas a oídos de las personas religiosas que lo escuchaban. Afirmar que publicanos –los “pecadores públicos” vendidos al ocupante romano, que se beneficiaban de su posición de recaudadores de impuestos cobrando más de lo exigido, lo cual les hacía doblemente odiosos para sus paisanos– y prostitutas –consideradas “pecadoras públicas” que merecían ser lapidadas– “llevaban la delantera en el camino del Reino de Dios” a los sumos sacerdotes y ancianos (o senadores) del pueblo podía conllevar incluso la pena de muerte. No es extraño que los jefes religiosos no pararan hasta conseguir que el Maestro de Nazaret fuera crucificado.

   Para la religión, el valor más importante suele ser la creencia y la norma, no tanto la actitud ni el comportamiento ético de las personas. Por eso, no es raro que –como denunciará también el mismo evangelio– “cuelen el mosquito y se traguen el camello” (Mt 23,24).

  Pero a Jesús –como a las personas sabias– no le importaba demasiado la norma –“No es el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre” (Mc 2,27)ni tampoco la creencia –“No todo el que me dice «¡Señor, Señor!» entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo”  (Mt 7,21), sino el amor y la compasión: “Ve y haz tú lo mismo” (Lc 10,37), le contestó al maestro de la ley que le preguntaba por el mandamiento más importante, después de ponerle como ejemplo de compasión a un “hereje” samaritano.

  No importan las creencias –meras construcciones mentales, sin otro valor, en el mejor de los casos, que el de ser “mapas” ilustradores del camino–, que terminarán cayendo antes o después, sino el amor y la bondad, es decir, aquellas actitudes y acciones que van en coherencia con la verdad de lo que somos; que nacen de la certeza de nuestra unidad que me hace ver al otro como no-otro de mí.

  Seguramente no todos los publicanos ni todas las prostitutas eran ejemplos de amor y de bondad, pero Jesús vería en sus corazones más verdad, humildad y humanidad que en los egos inflados de los jefes religiosos.

¿Vivo bondad hacia los demás?

Enrique Martínez Lozano

Fuente Boletín Semanal

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , ,

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.