Joven homosexual insultado y agredido por su propia madre tras salir del armario.
Desgraciadamente, no siempre que un homosexual sale del armario ante su familia recibe precisamente cariño y comprensión. A veces la respuesta es el desprecio y la violencia. Eso le ocurrió a Scott Green, quien, tras confesar su homosexualidad ante su madre, familiares y amigos, fue objeto de todo tipo de insultos homófobos e incluso de una agresión física por parte de su propia progenitora.
Los hechos ocurrieron en Kinross, una pequeña localidad escocesa. Emma Green celebraba una fiesta en su domicilio, a la que acudieron algunos familiares y amigos. Entre los invitados estaba el mayor de sus once hijos, Scott, que cuenta con 21 años de edad. Durante el transcurso de la fiesta, el joven aprovechó para contarle a su madre y al resto de invitados que es gay y que mantiene una relación sentimental con otro hombre.
La reacción de la madre, influida también al parecer por la ingesta de alcohol, fue la de increpar a su hijo llamándole “maricón” y todo tipo de epítetos homófobos, llegándole a decir “te metes pollas por el culo, no eres más que un marica asqueroso”. La discusión entre ellos subió de nivel hasta que los presentes se vieron obligados a llamar a la Policía, que en un principio se presentó en el domicilio con la pretensión de detener al joven por agresión.
Pero, según el informe de la fiscal encargada del caso, cuando los agentes se disponían a arrestar al joven, la madre se abalanzó sobre él, propinándole un fuerte puñetazo en la cara y gritando: “sí, soy una homófoba y no me importa. Odio a ese maricón”. Ante el tribunal, su defensa consistió en afirmar que consideraba que la salida del armario de su hijo ante sus familiares y amigos fue una provocación y que “se sintió ofendida y reaccionó con ira”.
La sheriff Lindsay Foulis (en Escocia el cargo de sheriff es análogo al de un juez) calificó de “estúpida” la actuación de Emma Green, estimando que “no se puede actuar así, aún más si se añade el hecho de que la motivación fueron los prejuicios”. Finalmente, la acusada admitió ser culpable de una falta por agresión con el agravante de homofobia y fue condenada a una sanción de 300 libras (unos 360 euros) en concepto de multa e indemnización a su hijo Scott.
El abogado de Emma Green declaraba que actualmente está arrepentida de lo sucedido y que madre e hijo se han reconciliado.
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